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Buscándote

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―QUIERO ESTE CASO!―dijo Kagura entrando con fuerza al cubículo de su comandante. El señor Hijikata Toushirou.

La oficial mimada de la estación de policías tenía en sus manos un reporte de un antiguo mafioso que se lo buscaba por asesinatos y venta de armas. Un sujeto temido y buscado sin descanso por toda la jefatura de Edo. La chica tenía entre ceja y ceja a ese sujeto de ojos color carmín y cara de niña.

Hijikata calo un poco de su cigarrillo antes de mirarla con cansancio y fingido dolor de cabeza. Recién empezaba la semana y ni bien había llegado a su despacho le caía esa mocosa con sus dilemas de venganza hacia el sujeto ´´desconocido´´.

―no―dijo directamente. Kagura inflo los mofletes como si fuese una mocosa y de un rápido movimiento cerró la puerta con brusquedad alarmando a todo aquel que estaba cerca del lugar.

―por qué no?―la chica estaba encaprichada con hacer ese trabajo.―entonces sal conmigo!―le exigió de un momento a otro provocando que ´´mayora´´, como ella le decía cariñosamente, se ahogara con el humo que estaba inhalando.

―QUE?―grito enojado y avergonzado―YA TE DIJE, QUE UNA COSA ES ADMIRACION Y OTRA ES AMOR!―le grito molesto. La pelirroja a pesar de tener 23 años no comprendía lo que era el amor entre parejas y solía confundir con la admiración. Tanto así que decía abiertamente a sus compañeros que ella amaba a Hijikata, aunque claro, solo le atraía su fuerza y sus grandes hazañas. La chica realmente no entendía el amor.

―pero…―comenzó a molestarlo con sus golpes a su escritorio. Era una chica difícil de tratar.

Hijikata exhalo cansado. Ya estaba teniendo dolor de cabeza. Como era posible que esa mocosa seguía tan insoportable como una chica de instituto.

―no entiendo tu obsesión con ese sujeto…―acomodo unos papeles en el escritorio mientras continuaba hablando con ella―sabes que quedaste en peligro la última vez que te cruzaste con él.―

―era una inexperta! Recién comenzaba―

―aun sigues siendo una mocosa inexperta―

―pero le di! Ese idiota sangro―

―un roce no es nada―

Kagura ya cansada de los dilemas golpeo con fuerza el escritorio de su superior con ambas manos. Apretando los labios y frunciendo el ceño largo toda su frustración delante de Hijikata sin medir las palabras.

―PERO ESE BASTARDO ME BESO!―Hijikata quedo tieso ante esa declaración. No estaba enterado de ese pequeño detalle y de seguro el resto de sus subordinados estarían tan sorprendidos como el, después de todo las paredes eran finas. Ya podía ver como todos se agolpaban contra la puerta para poder oír la plática entre esos dos.

Su jefe pareció meditarlo aún más, el sujeto de flequillo en ´´v´´ parecía extrañado y perturbado por ese comentario. Era casi imposible que alguien sintiera un tipo de atracción por esa mocosa mal hablada como ella.

―además…―siguió hablando la pelirroja―… mi primer beso tuvo que ser con Toshi!―otro ahogamiento por sus estúpidas palabras. Acaso no comprendía lo que él le estaba diciendo?

Molesto y harto del asunto, la hecho prometiéndole qué pensaría en la posibilidad de darle esa misión.

Kagura estaba feliz pero sentía la urgencia de ir a cazar a ese sujeto que le robo su primer beso. No le importaba esas idioteces del amor y los primeros besos, pero culpa de esa vergüenza, ese pudor y ese leve aceleramiento de su ritmo cardiaco la chica no había podido reaccionar con rapidez, dejándola como una estúpida.

Durante la tarde antes de su hora de descanso, su capitán la llamo dándole la autorización para comenzar con el caso. No sin antes decirle que no se confíe. Kagura se puso feliz por ese tierno comentario. Admiraba a Hijikata y deseaba volverse como el, en un futuro, pero como se dijo anteriormente la chica no sabía expresarse y terminaba declarando un amor que no era, precisamente, el que sentía.

Decidió tomar su merecido descanso y aprovechar la noche para capturar a ese sujeto que aún se mantenía en el anonimato. No podía creer el cómo era que no se supiera nada de él, un nombre, apellido, familia, no había nada en la montaña de datos que manejaba la jefatura de policías, como era posible?

Noches anteriores había estado soñando con capturarlo y meterlo preso, recibiendo un ascenso y siendo felicitada y consentida por su superior. Pero luego de ese hermoso sueño venia la pesadilla, el simplemente se soltaba y la besaba de una manera apasionada provocándole desagrado a Kagura, un revoltijo de emociones en su estómago, un calor ardiente en su rostro y la sensación de hormigueo en sus manos. Todo terminaba con ella despertando sudorosa y agitada.

Era asco desde luego, sentía humillación, desprecio, rabia, se volvía enferma con ese asqueroso recuerdo. Eso era lo que creía ella.

Esa misma noche lo atraparía, cumpliría su sueño y no se haría realidad su pesadilla. Recibiría elogios de parte de Hijikata y admiración por todos sus compañeros. Todo era pan comido.

Las once de la noche llegaron y ella aún seguía patrullando la zona buscando rastros del sujeto. Ya llevaba un poco más de tres horas deambulando por la zona. Tenía la ayuda de un contacto que aseguraba haberlo visto rondando por ahí. El hacker ´´Zzz´´ era muy conocido por la policía que solicitaba su ayuda cada vez que la necesitaban, se podría decir que era un miembro más. Aunque muy pocos conocían su rostro o nombre. El nombre de usuario, un alias que el usaba, era todo cuanto se sabía de él, ´´Zzz´´ era silencioso, la información solo la enviaba por vía email, o algún mensaje por correo, siempre cifrados en códigos extensos para que nadie mas que su remitente y él pueda saber lo que contiene.

Según la información enviada por ´´´Zzz´´, el sujeto de ojos color carmín se encontraba a unas treinta metros con dirección al sur. Kagura se apuró en comenzar la persecución de una manera desenfrenada. Escucho su celular sonar, ´´Zzz´´ daba el aviso de que se encontraba detenido a veinte metros de su posición a la derecha. Kagura miro en esa dirección… un callejón oscuro. Se adentró con la guardia alta esperando alguna especie de ataque, su arma estaba entre sus manos sin seguro decidida a disparar se ponía resistencia.

Ella había cambiado, dos años desde ese día habían sido suficientes para dejar crecer un odio por el sujeto que la humillo, esa noche demostraría lo capacitada que estaba para atraparlo.

―realmente esperas atraparme?―escucho el murmuro de su voz a sus espaldas erizándole los pelos impulsándola a dar media vuelta y disparar… pero nadie se encontraba allí.

―dónde estás? Estúpido chihuahua, con cara de niña muéstrate, o será que me tienes miedo?―Kagura comenzó a escuchar como ese sujeto reía levemente… donde estaba? El lugar era muy oscuro, tanto que apenas podía ver la punta de su pistola extendida en sus manos.

―no te alteres, o será que tú eres la que tiene miedo?―la estaba provocando, como ella lo había hecho. Kagura era de las que perdía la cordura muy rápidamente, pero en esta ocasión no sucedió eso, sabía que lo hacía adrede.

Kagura sentía como su corazón se aceleraba por la adrenalina. El sujeto se había quedado callado sin dar indicios de que estaba por allí. Miedo? No, pero sentía la incertidumbre de no poder saber lo que ocurría a su alrededor.

Un olor extraño comenzó a sentir, creyó que se trataba de la típica pestilencia de los callejones. A veces encontraba a sujetos ebrios vomitando u orinando por lugares como los callejones. La basura también ayudaba al mal olor. Pero no era eso. Lo supo cuando comenzó a tener sueño, eso era.

―somnífero―dijo con los ojos casi cerrados.

―hasta que por fi te das cuenta―suspiro divertido.―pensé que eras tonta, aunque sí creo que lo eres, pero no a esos niveles―rio entre las sombras. Kagura callo sin poder evitarlo al piso aun veía algo cuando vislumbro unos zapatos masculinos acercarse con total tranquilidad―el incienso es una variante más para su distribución y ´´consumo´´, por así decirlo. Eres la primera en probar esta maravilla―

Kagura veía doble. La máscara de gas estaba sobre dos sujetos igual vestidos que se movían sincronizadamente… tan mareada estaba?

No supo cuando cerró los ojos perdiéndose entre el humo del somnífero y la oscuridad del callejón. Pero poco a poco comenzó a abrir sus ojos, estaba en una habitación abandonada, amarrada a una columna de concreto. Si no fuera por lo peculiar del edificio, no se daría cuenta que estaban en la antigua planta energética, abandonada a mediados de siglo. Era el edificio más viejo que aún se mantenía en su lugar sin ser demolido. Las historias de maldiciones y espíritus, más un precio elevado por la propiedad hacían imposible adquirir esa pieza de antigüedad.

Busco a alguien dentro de su rango de visión. No había nadie. Trato de zafarse, primero delicadamente para no hacer ruido y alarmar al mal nacido. Pero viendo sus intentos fallidos aumentar decidió moverse con molestia y apuro dejándose escuchar.

―realmente eres una estúpida. No puedes irte silenciosamente? Ha! Cierto, no puedes salir―se burló ese despreciable sujeto.

―que quieres?―lo increpo.

―yo debería decir eso―se acercó a ella agachándose frente a la pelirroja―porque me buscabas?―

―te arrestare malnacido!―escupió las palabras con asco y furia contenida.

―ha, sí? Me parece que salió algo mal con tu plano―levanto su mano para tocar su rostro con delicadeza. Poso sus dedos en sus labios rosando de una punta a la otra, rosando toda la apertura―me pregunto cuántas veces soñaste con que te volvía a besar― Kagura se sonrojo ante ese comentario volviendo a rememorar las veces que ese sujeto la besaba en sueños ―veo que fueron muchas, verdad?―dedujo al verla tan nerviosa.

Kagura saco su rostro de sus manos mirando en otra dirección.

―ja! Ni que fueres Toshi―dijo sin pensar.

―Toshi?―pregunto el chico arqueando una ceja en señal de confusión y con un atisbo de malestar… ira, decepción y más ira.

―Toshi es mi futuro esposo!―mintió. No lo era, pero quería buscar una manera de escapar. La chica aun creía en el ´´los buenos siempre ganan´´ seguramente el comprendería su situación o tendría miedo al gran y poderoso Hijikata Toushirou y terminaría por soltarla. Pero desgraciadamente esa manera tan magnifica que tenia de ver a su superior solo era de ella. El sujeto de flequillo en ´´v´´ no era muy temido que digamos.

Sougo rodo los ojos meditando sus movimientos. Conteniendo su descontento con lo que su rehén le está diciendo. Mirándola fijamente el chico comenzó a acercarse lentamente a su rostro para robarle un beso simple, muy simple, era un roce apenas.

―por qué será que no te creo?―le pregunto con una sonrisa de lado y soberbia, mucha soberbia.

―has lo que quieras, de seguro Toshi me rescatara y entonces…―ya había sido suficiente para su espíritu. Esa chica era un dolor de cabeza hablando del magnífico Toshi. La beso de manera pasional pero no brusca.

Kagura se sonrojo aún más por ese beso. Moviéndose de un lado a otro cambiando la postura, introduciendo su lengua y recorriendo todos los lugares dentro de su cavidad… la estaba mareando, su cuerpo sentía adrenalina y su corazón no paraba de latir. Kagura no podía escapar estaba acorralada contra la columna y el cuerpo de quien, ella, debía capturar. Se separaron para tomar un poco de aire, Kagura no podía volver a cerrar la boca, estaba buscando desesperada un poco de aire. Mientras el sujeto de ojos rojizos la veía sonrojada, agitada y desesperada por un poco de oxígeno, se veía muy erótica. Atada y apresada contra su cuerpo, con esa figura femenina que había adquirido. Miro su chaleco anti balas, preguntándose como seria todo aquello que escondía debajo de ese grueso traje policial.

Desabrocho su chaleco tirándolo lejos, desabrochando su camisa. Antes que Kagura se comience a quejar, el sujeto comenzó a besarle el cuello y sacarle un par de suspiros mientras colaba sus manos por entre su blusa y brasier tocando sus pechos, sintiendo lo desarrollados que estaban. No estaba preparado para darse cuenta que esa chica era tan voluptuosa. La ropa que llevaba le sacaba encanto a esa chica.

―su…suéltame… yo… yo no…―grito al sentir como el mordía su cuello y succionaba su blanca y delicada piel.

Parecía tan perdida en todo el asunto que no se había percatado llevaba unos minutos liberada. Ya no había cadenas que la sometieran, pero aun así ella no se iba. Por qué aún seguía allí?

El chico había dejado varias marcas en su cuello y pecho, besando mordiendo y lamiendo. Kagura no podía dejar de gemir por todo, su cuerpo sentía calor, sentía la excitación del momento. No podía superar esto.

―es una pena que lleves tanta ropa, pero… ―volvió a besarla de manera muy pasional recorriendo todo su cuerpo con sus manos, palpando todo los lugares, excitándola cada vez más. Kagura no estaba acostumbrada a estas sensaciones, se sentía cohibida y extraña.

El beso duro varios minutos, tomando segundos entre uno y otro para tomar aire dejando hilos de saliva entre ambos.

Kagura se sentía tan perdida, tan desorientada que no se dio cuenta cuando volvía a estar vestida nuevamente. Sorprendida por ese cambio, agudizo sus oídos escuchando el sonido de la sirena policial a las afueras del lugar.

―es una pena que nos hayan interrumpido―suspiro con pesar―a la próxima no te dejare ir―le susurro en el oído dando un último beso a sus labios. Termino dejándola tirada en el piso, excitada con el corazón funcionándole a mil.

El sujeto partió de lo más tranquilo, a vaya saber dónde, mientras ella era ´´rescatada´´ por oficiales de la policía.

―te encuentras bien?―Hijikata Toushirou se encontraba allí viendo como la chica solo respondía con un sí.

―se escapó…―dijo simplemente― a la próxima no escapar. Pero ahora necesito dormir―se despidió dejando a Toshi desconcertado. Toda la energía de esa mocosa se había ido a la mierda literalmente.

Entre las paredes de su cuarto, la pelirroja comenzó a sacarse la ropa para ponerse su pijama. Dejando todo tirado por el piso y luego de una gratificante ducha, vio como un trozo de papel había caído del bolsillo de su chaleco. Lo tomo sin saber que podía ser…

´´si quieres buscarme, te esperare en la torre de edo.´´ miro al dorso del papel, estaba firmado bajo el nombre ´´okita sougo´´.

La ducha había servido para calmar sus hormonas, pero esa nota volvia a recordarle todo. Se miro en el espejo viendo las marcas que ese tal ´´sougo´´ había dejado en su piel. Nuevamente una sensación de escalofríos y fuego creciendo en su interior la embargaban. Como un sucio asesino tenia ese efecto en ella?

Por otra parte dentro del despacho del comandante de la jefatura policial de Edo, Hijikata Toushirou se encontraba en medio de una importantísima llamada por teléfono.

―te dije que no le hicieras nada―recriminaba al sujeto de la llamada.

―acaso te importa, Hijikata?― le pregunto con molestia. No olvidaba así no más las cosas que había dicho Kagura acerca de su persona.

―Sougo…― dijo cansado Hijikata… pero Okita Sougo lo detuvo.

―lo que sucedió, es entra ella y yo. No te metas―se podía notar la amenaza en su voz. Sin esperar a que vuelva a hablar corto la llamada.

Hijikata suspiro pesadamente. Sougo era uno de los mejores miembros de la policía, hace algunos años había entrado de encubierto en una importante red de tráfico de armas. Debía seguir con su jugada sin importar que, pero esa chica pelirroja volvía a aparecer en su vida tentándolo a tirar todos esos años de trabajo por la borda. Pero no podía, faltaba tan poco para apresar a todos. El solo debía esperar a que mordieran el anzuelo, para luego ser libre y robarle a Kagura de los brazos de Hijikata.

―nos veremos muy pronto, Kagura―

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Hola!

Esto era en un principio un one-shot, pero por alguna razón se volvió en un two-shot

Creo que se volverá lemon…

Me inspire en el dibujo de loli, el que está en la tapa del fic.

Es de un doujinshi muy hermoso de loli 3 esa mujer me inspira demasiado.

Hace rato que quería hacerlo pero como que la vagancia podía conmigo. Espero que les haya gustado.

Nos estaremos leyendo,

Bye!