«Responsabilidades»

Bueno, ¡hola, mis queridos lectores! Hace mucho que no nos leemos, ¿eh?

Bien, tras ver el segundo tráiler de Avengers: Infinity War me llegó la inspiración para hacer un one-shot sobre la presencia de Peter (Spider-Man) en la batalla contra Thanos (me tardé un buen tiempo haciéndolo porque necesitaba recopilar datos para que el fic resultara creíble). Éste es mi primer fic de esta franquicia y su universo, lo aclaro porque puede que me equivoque en algunos datos ya que recién me estoy adentrando en el UCM. Sin más que decir, les dejo con el fic.

Disfruten :)


RESPONSABILIDADES

Esto no estaba bien. No estaba nada bien.

¿Cómo en el nombre de la humanidad pudo Tony Stark permitirlo? Estaba metido en un gran problema.

Hacía menos de una hora, Tony se encontraba peleando contra un par de seres extraños (quienes más tarde se enteró que formaban parte de la Orden Oscura) en Manhattan junto a su joven protegido, el Hombre Araña, y con un hechicero de nombre Doctor Strange. Las criaturas habían arribado a la ciudad en una nave espacial en forma de anillo; Tony se encontraba en el santuario del Doctor Strange cuando comenzó, junto a Wong, amigo de Strange, y Bruce Banner, quien por alguna razón no podía transformarse en Hulk, de modo que tuvo que resguardarse mientras ellos luchaban.

Antes de aterrizar, la nave había comenzado a disparar directamente a las calles de Manhattan, destruyendo autos, tiendas y asustando a los pobres transeúntes quienes huían despavoridos. Al aterrizar, de la nave salieron aquellos dos seres alienígenas, armados con artefactos que Stark jamás había visto. Ambos seres arremetieron contra ellos, de modo que sin perder más tiempo, Stark se quitó las gafas y comenzó a formársele su más reciente y novedosa armadura de Iron Man: la Bleeding Edge.

Pocos momentos después llegó el Hombre Araña. El joven arácnido había progresado mucho en sus sesiones de entrenamiento con Stark y eso pudo comprobarlo al verlo pelear contra las criaturas alienígenas con agilidad y destreza.

Fueron tan sólo unos minutos.

Unos minutos le dio la espalda a su protegido y al siguiente instante éste había desaparecido de su vista. Tony había empezado a entrar en pánico buscando frenéticamente a sus alrededores. Notó que también Strange había desaparecido.

—¿Y el niño? —le preguntó a Wong.

—¿El chico araña? —preguntó a su vez para aclararse—. No lo sé, estaba aquí hace unos minutos.

Unos minutos.

¡Maldición!

Tony intentó comunicarse con Peter, pero el muchacho no contestó.

El traje del Hombre Araña no puede recibir llamadas —dijo VIERNES.

Tony asumió que Peter debió quitarse la máscara. Sólo cuando la traía puesta el chico podía hacer y recibir llamadas. Le pareció oír que Wong dijera algo, pero no le prestó atención.

—VIERNES, rastrea la señal del traje del Hombre Araña —ordenó Tony al interfaz de usuario de su armadura. Ésta le señaló que el traje se encontraba justo sobre él, en movimiento. Y se iba alejando.

—¿Pero qué-?

Fue entonces cuando descubrió que la señal provenía de la nave en forma de anillo, la cual había despegado y se alejaba a toda velocidad, abriéndose paso entre las nubes.

A Tony le dio un vuelco el corazón al ver la nave desapareciendo poco a poco en el cielo. Sin perder más tiempo, activó sus propulsores y salió volando tras la nave.

Mientras se acercaba, vio un pequeño objeto cayendo de la nave, Tony se acercó y atrapó el objeto: era la máscara de Peter. Al levantar la vista y hacer un acercamiento con las lentes de su armadura, el multimillonario divisó la pequeña figura de Peter tratando de sujetarse a la nave, sus cabellos castaños se agitaban en todas direcciones, y por la expresión en su rostro parecía que tenía dificultades para respirar.

Dentro de poco la nave atravesaría la atmósfera terrestre, directo hacia el espacio… Y ahí no había oxígeno. Vio que el rostro de Peter estaba pálido y parecía que en cualquier momento podría soltarse.

Se está sofocando, pensó Tony; comenzaba a acelerársele la respiración. Tenía que hacer algo antes de que el chico se soltara de la nave.

—¡VIERNES! ¡Envía el Iron Spider! —ordenó.

Desplegando el Iron Spider —informó VIERNES.

Gracias a las mejoras de su nueva armadura, Stark lograría alcanzar la nave en poco tiempo, pero sólo a unos cuantos metros debajo de ella. Ni estando a máxima potencia llegaría a tiempo con Peter…

No. No, no, no, no, no, no.

Fue entonces cuando Stark sintió que se le salía el corazón: el chico se había desmayado y comenzaba a caer de la nave.

No, no, no, no, ¡no!

—¡Niño! —gritó desesperado.

En ese momento, algo pasó volando junto a él. Reconoció el paquetito de color escarlata, dorado y azul brillante. Éste impactó en la espalda de Peter y en unos instantes lo cubrió por completo.

La máscara de la armadura debería proveerle el oxígeno necesario para despertarlo, además de que contaba con propulsores en las botas como la armadura de Iron Man, los cuales se activaban en situaciones fuera del control del usuario (como ahora que Peter estaba cayendo). Ambos propulsores se activaron y transportaron al joven araña al lugar seguro más cercano, la nave. Tras dar una voltereta espectacular, el Hombre Araña aterrizó de pie audazmente de nuevo sobre la nave. Tony suspiró aliviado.

Dios, ¡este niño va a acabar conmigo!

Tony al fin alcanzó a la nave. Tras verificar que el niño se encontraba en un lugar más seguro de la nave, se dirigió hacia él.

—No puede ser niño, ¡estuve al borde del colapso! —lo reprendió Tony—. ¿Buscas que me dé un infarto?

—¡N- no, claro que no, señor! —respondió Peter con la voz entrecortada—. Pero es que no podía quedarme viendo cómo esos sujetos se llevaban al hombre de la capa.

—¿Tienen a Strange? —preguntó Tony sorprendido. ¡Claro! Debió haberlo pasado por alto al estar ocupado peleando. Seguro aquello que dijo Wong estaba relacionado con la desaparición de Strange.

—¿Ése es su nombre? —inquirió Peter.

—Sí- Bueno, no me cambies el tema—El tono de voz de Tony pasó de preocupación a uno más autoritario—. ¿Cómo se te ocurrió subirte a esta nave? ¿Qué no sabes que pudo ser peligroso? ¡Casi mueres por falta de oxígeno! ¡Y luego caíste de la nave! ¡Casi terminas hecho papilla!

—Lo sé, pero tenía que hacer algo —dijo Peter tratando de defenderse—. Uno de esos sujetos lo atrapó y lo metió a la nave, intenté sacarlo de ahí pero la nave comenzó a moverse, ¡no sabía que iba a despegar!

—¿Y qué creías? ¿Que esos sujetos iban a dejar la nave estacionada a mitad de la calle mientras le hacían quién sabe qué a Strange? —dijo Tony con su característico tono sarcástico.

—Escuche, yo-

—No quiero escuchar nada —sentenció Tony, sintió que se le tensaban los músculos del rostro—. Tu máscara sólo tiene ocho minutos de oxígeno, así que te sugiero que utilices tu paracaídas ahora que todavía es tiempo. Tú no debes estar aquí.

—¿Por qué no? —preguntó Peter. ¿Era él o acaso Tony lo escuchó hablando con más seguridad?

Tony se volvió a verlo. No esperaba que el muchacho replicara de esa manera.

—Porque esto no es para ti —respondió Tony irguiéndose ante Peter para mostrarse imponente—. Tú debes estar a salvo, en el suelo, combatiendo pequeños crímenes. Esto está fuera de tus límites.

—¿Mis límites? —Peter parecía ofendido—. ¿Cuáles límites? ¿Cree que por ser de menor edad no puedo enfrentarme a peligros como los que usted y los otros han enfrentado? ¿Acaso cree que no tengo lo necesario para valerme por mí mismo?

—Tras ver cómo casi te asfixias, sí —respondió Tony—. A lo que me refiero, es que nos enfrentamos a algo mucho mayor a lo que nos hemos enfrentado en el pasado. Esto no es un vendedor de armas en un traje de buitre metálico, estos son seres de otro planeta, ¡no sabemos nada de ellos! Salvo que lo que traman puede destruir a la humanidad… —Tony dudó un instante— Y… tengo miedo.

Tengo miedo.

Y así era. Él, Tony Stark, el gran y famoso multimillonario, filántropo y el héroe conocido como Iron Man, estaba asustado. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía impotente; el haber perdido de vista a su pupilo, el haber permitido que un muchacho de dieciséis años terminara en una nave dirigiéndose al espacio y haber presenciado cómo casi muere fue una horrible experiencia. Además le preocupaba el hecho de que no sabía lo que eran estos seres y a qué se disponían como para haber creado tanto alboroto en Manhattan y haber secuestrado al Hechicero Supremo. Algo dentro de él le indicaba que algo terrible se avecinaba, algo que estaba fuera de su poder. Algo que no podría ganar. Sintió cómo su brazo izquierdo comenzaba a temblar.

Mierda.

—Tengo miedo de- Tengo miedo de que algo malo te pase —Stark bajó la mirada—. A veces pienso que no debí involucrarte en todo esto. ¡No lo tomes a mal! Lo que quiero decir es que tal vez no fue buena idea reclutarte, el haberte hecho entrar en este mundo, en haberte inmiscuido en nuestros problemas, mis problemas.

Tony apenas veía a Peter, a pesar de que ambos llevaban puestas sus máscaras podía sentir los ojos del chico clavados en él. Sentía vergüenza de que su protegido lo viese quebrarse de esa manera. El brazo continuó temblando; Tony trató de ocultarlo detrás de su espalda.

—Esto no es justo para ti —prosiguió Tony—, deberías estar a salvo en tu escuela, con tus amigos, ocupándote de tus deberes, lejos del peligro. Eres tan sólo-

—¿Un niño? —dijo Peter terminando la frase. Tony le dirigió la mirada.

—Sí —respondió éste sacudiendo levemente la cabeza. Su brazo se agitaba tanto que tuvo que sostenerlo con el derecho.

Ambos se quedaron en silencio durante unos momentos. Tony se había quedado mudo, sosteniendo su brazo, y Peter miraba sus pies. Tony sentía el inminente ataque de ansiedad que comenzaba a tomar control sobre su cuerpo. El constante temblor del brazo izquierdo comenzaba a afectar al derecho.

Lo que faltaba.

—Señor Stark —dijo Peter rompiendo el silencio—, ¿recuerda cuando me preguntó cuál era mi motivación para ayudar a las personas?

Tony lo miró.

—Sí.

—Bueno es por la misma razón por la cual vine por el hombre de la capa —Tony percibió un tono de confianza en las palabras del chico.

—¿Y qué razón es esa?

—Yo vi cómo uno de esos sujetos noqueaba al hombre de la capa y lo llevaba a su nave —relató—. Pude haberle avisado a usted, pero preferí seguirlo yo mismo.

—¿Por qué? —inquirió Stark—. ¿Para lucirte? ¿Hacerte el héroe?

—Lo seguí porque… —Peter se detuvo un instante y suspiró—. Porque sentí que era mi responsabilidad.

—¿Cómo está eso? —preguntó Tony confundido.

—En ese momento usted y el amigo del hombre de la capa estaban ocupados luchando con el otro sujeto, y el Doctor Banner no podía transformarse en Hulk, y como yo estaba más cerca-

—Fuiste tras él —le interrumpió Tony.

—A lo que me refiero es —prosiguió Peter—, que en ese momento me encontraba disponible, que tenía el poder para ayudarlo. Sentí que debía ayudarlo, que era mi obligación. Mi responsabilidad.

Tony se le quedó mirando perplejo unos instantes.

—Es una… ¿filosofía? —preguntó Stark al tiempo que bajaba la mirada abruptamente hacia su brazo tembloroso.

Sintió la mano de Peter sujetando su brazo con firmeza. Tony lo miró con sorpresa.

—Es más un principio —concluyó Peter.

Tony estaba asombrado. Frente a él ya no estaba más el Peter Parker adolescente inmaduro de Queens, frente a él estaba Peter Parker, un hombre que hablaba con una sabiduría que no era propia de su edad, que se aferraba a sus principios y que utilizaba sus poderes para algo bueno, estando dispuesto a dejarlo todo a pesar de las consecuencias, pero con tal de hacer lo correcto. Tony sintió que su brazo dejaba de temblar.

Ambos se quedaron mirando a través de los lentes de sus respectivas máscaras. Tony ahora se sentía mejor, y se sentía orgulloso del muchacho. Todavía resonaban en su cabeza las palabras que intercambiaron la vez del incidente del ferry:

—Yo sólo quería ser como usted —había dicho Peter.

—Y yo quería que fueras mejor —le había respondido entonces.

Lo lograste niño. Eres mejor.

Un repentino sentimiento de paz invadió su ser. La máscara impedía verlo, pero Tony Stark estaba sonriendo. De pronto, echó un vistazo a su alrededor y para su sorpresa, ¡ya se encontraban en el espacio! Estaba tan inmerso en su conversación y preocupado por su salud que no se dio cuenta de que la nave ya había abandonado la Tierra.

Claro, tenía que ser. Tony suspiró.

—Muy bien niño —dijo—, tú ganas. Te quedarás aquí y me ayudarás a rescatar a Strange, pero con la condición de que no te apartarás de mi lado, ¿entendiste?

—S- sí, Señor Stark —respondió Peter emocionado. Ahí estaba el Peter que conocía.

—Y nada de trucos imprudentes, ¿eh?

—Sí señor, eh… digo, no, bueno, ¡entendido!

—Muy bien —sentenció Tony moviendo asertivamente la cabeza—. Te quedas, pero no creas que es porque me convenciste, sino porque de todos modos ya es tarde, ya estamos muy lejos de la Tierra y si te lanzas desde aquí sería muy peligroso. No quiero que termines flotando a la deriva en el espacio, ¿comprendes?

—Sí.

—Bien entonces, ayúdame a encontrar una entrada, tenemos que rescatar a Strange, de… lo que sea que sean esas cosas.

Tony dio la media vuelta y comenzó a explorar el exterior de la nave en busca de alguna ventana, escotilla o agujero por el que pudieran entrar, aunque claro, si no hallaban una entrada, siempre podían hacer una.

—Cambiando de tema —dijo Tony tras acordarse de algo importante—, ¿qué le diremos a tu tía cuando se entere que nunca llegaste a la escuela?

—Ah, sí —respondió Peter. Tony detectó el nerviosismo en su voz—. Respecto a eso…

Y así, en los confines del vasto espacio, en todos los planetas y estrellas cercanos de la galaxia, resonó la voz de Tony:

—¡¿QUÉ?!

FIN


¡Así es, queridos lectores! Un guiño al tío Ben de El Sorprendente Hombre Araña ;) Son las diez en punto de la noche y recién lo acabé :)

Espero que lo hayan disfrutado mucho, si ven que me equivoqué en algo no duden en decírmelo. Este fic lo pueden encontrar también en Wattpad y Archive of Our Own, y no olviden dejar sus preciosos reviews ;) Que tengan linda noche (día, tarde) y que no olviden que los quiero mucho :3

¡Bye!