No puede soportar a los niños.
Son ruidosos y entrometidos, demasiado dependientes, llorones y demasiado frágiles.
Y él es bruto. ¡Y lo acepta! (Porque es su naturaleza.)
Quizá los niños quietos, esos que juegan solos o parecen muñecos. Esos que les pegan tanto que los rompen o esos que le prestan tanta atención sólo unos quince minutos al día y luego ya no existen.
Bueno, les da pena pero aún es difícil pensar en que pueden ser agradables.
¿Por qué?
Simple.
Recuerda a Deku en su infancia, llorón y dependiente, y se le esfuma todo el buen pensamiento.
Bueno.
Hay veces en que le toca rescatar infantes y, es la parte de su profesión que más desagrado le causa —y a la vez que más le llena,— cree pensar que puede tolerarlos sólo por eso.
Sólo porque son indefensos y necesitan de alguien más para poder plantarle cara a la vida. Sólo por eso.
Porque es una situación crítica.
Hasta—
Hasta...
que lloran y el recuerdo de Deku vuelve a flote.
¡Oh, desgracia divina!
Y luego viene ella, con sus ojos de avellanas, su cabello de chocolate, su sonrisa de primavera; y sus labios de petalos de flor de cerezo, sueltan:
—Me gustan los niños. —Y el cuerpo de Katsuki se tensa.— Me da pena verlos así. —Se siente idiota por su reacción anterior y se relaja, soltando el aire.— Puede que muchos quedaron sin familia... —La escucha atento. Su tono de voz es lento y denota tristeza, quiere abrazarla.— Los extrañarán...
Y a Katsuki ya no le gustó el rumbo que tomaban las palabras de Ochako.
—¿Podemos adoptar a uno...s? —Pide ella sin más.
Y...
—¡Por dios! ¡Si ni si quiera han pensado en uno propio y le suelta tal ridiculez!—
no puede. No puede con ella, no puede con los niños y mucho menos con él mismo.
Porque puede decir que no así como que sí.
Porque es ella quien lo quiere pero también es por ella por lo que se puede negar.
Porque él la quiere tener solo para él.
—¡¿Y quién, mierdas, quiere compartirte, tonta cara redonda?! ¡Eres mía, sólo mía! ¡Métete bien eso en la cabeza y no vuelvas a joder con eso!
Y ella podría ofenderse, pero sus palabras posesivas la enamoran y... es imposible.
—Oh~ Perdón, señor enojón. La verdad es que yo tampoco te quiero compartir. No por ahora.
Y él gruñe y se enfurruña, y ella ríe y se burla de él.
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Fin
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Y... llegamos al fin de este fic xD
Perdón si les pareció cortito, la idea era esa... aunque admito que habían más pero mis amigos dijeron que, los temas que había ideado, eran desde la perspectiva femenina. Y esa no era la idea... (nótese que ya habían uno que otro error por ahí por ello xD)
Como sea~ muchas gracias a quienes me siguieron el fic *beso encorazonado*
Nos leemos en otro Kacchako *corazón*!