Teresa lanzaba al piso los papeles dejados sobre su escritorio, se suponía que ese fin de semana lo pasaría con Draco en un viaje de negocios por Francia. El hombre tenía otros planes. Unos minutos antes salió de su oficina alegando que su familia era prioridad en su vida, esos días tenía planeado salir a disfrutar de la ciudad.

La rubia no dudaba que el cambio radical en la actitud de su jefe se debía a esa nueva niñera, esa estúpida bruja no sabía con quien se metia. Se dejó caer abatida en la silla mientras analizaba los diferentes caminos para atacar a ese famosa Jane. Lo esencial era buscar ropa sucia en su pasado. Tomó la pluma y un pedazo de papel para redactar una carta, era su deber desenmascarar a esa trepadora social.


Albus Severus Potter rodaba los ojos fastidiado, cuando se propuso ayudar a su nuevo amigo rubio a juntar a su niñera con su padre creyó que su papel iba ser de apoyo no que realizaría trabajo de campo. Ahí estaba a mitad del lobby de una elegante mansión en un barrio burgués. Pasaría el fin de semana con esa nueva disfuncional familia, se dejó caer sobre un sofá mientras al fondo escuchaba como su nuevo amigo trataba de guardar algunos juguetes para el paseo.

—Tienes los ojos de tu madre.—Una varonil y oscura voz erizo la piel del pelinegro, quien se giró para observar el origen.—Facciones de tu padre, solo espero que no compartas esa maldita fascinación de ser el héroe trágico.

—No soy tan tonto como mi padre, aunque físicamente sea similar a él tengo la mentalidad de mi madre.— Contestó orgulloso, trataba de no amedrentar pero la presencia del rubio infundía temor.— Ya no hay villanos así que no debo ser un héroe, prefiero ser un explorador.

El dueño de la casa, quien esa mañana usaba unos jeans azules deslavados, una camisa blanca, tenis deportivos y el cabello atado en una cola bajo, se dejó caer a un lado de su compañero de paseo. Escuchaba los ruidos provenientes del segundo piso, Hermione y Scorpius daban por quinta vez un repaso a su lista de objetos a llevar a un simple paseo al central park. Ambos eran escandalosos, controladores y algo perfeccionistas.

Aunque su hijo fue quien invitó al moreno al final Hermione decidió cuidarlo el fin de semana completo. Luna sería operada el domingo por lo tanto en esos dos días la pareja estaría enclaustrada en el hospital. El hombre llevo su vista al regazo del niño, le agradaba porque era callado, tranquilo todo lo contrario a su padre. Le daba una sensación de estar con Luna en versión masculina pero más centrada y no tan chiflada.

—Ahora entiendo porque eres amigo de mi hijo, él también adora a tu madre.— El hombre estiró el brazo para tomar el libro que Luna público como resultado de unas investigaciones.— Debo admitir que es muy inteligente y hermosa. Sin duda una mujer interesante.

El niño entrecerró los ojos, no le gustaba el tono expresado por el hombre, honestamente aborrecía que cualquier brujo anduviera conquistando a su madre. Regularmente peleaba con su padre por cualquier detalle pero cuando se trataba para atacar a un pretendiente de su madre eran el dúo maravilla.

—Mi madre está casada, mi padre no es el hombre más inteligente pero ella lo quiere.—Levantó los hombros, su tono demostraba su desagrado a las "pretensiones" del rubio.—Hubiese querido a alguien más "listo".—Suspiro pesadamente.— Hay que admitir que Harry Potter tiene un encanto irresistible para una exploradora como mi madre.

—Entendido.— Draco movió la cabeza apretando los labios, si él tenía problemas con Scorpius el héroe del mundo mágico los tenía al doble.— Solo es admiración, no tengo otras intenciones hacia tu madre.

Albus volvió su vista al frente, esos potentes orbes grises lo ponían nervioso, se preguntaba si en el futuro cuando Scorpius creciera iba a tener esa presencia, esa altura. Su nuevo amigo era como un cachorro, salvaje, emocional y se dejaba llevar por sus sentimientos. Necesitaba una buena figura materna, él creía que los padres solo eran adorno y proveedores mientras las madres son las mentes maestras para moldear la actitud de los infantes.

—Mi madrina Mione esta soltera.— Separó los labios, sus pies se movieron nerviosamente.— Ella también es hermosa, inteligente, astuta y es fiscal en el ministerio de Londres, ella es una opción viable si busca esposa, Señor Malfoy.

El mencionado casi se atragantaba con su propia saliva, ¿Cuántos años tenía ese chamaco? no deseaba imaginar el infierno que sufría Potter con ese pequeño genio en dos patas. Draco adoraba a su hijo, admitir que era inteligente pero continuaba siendo un niño inocente. Cuando sus labios se separaban para agregar algunas palabras fue interrumpido por la presencia de los otros dos acompañantes.

Sus pupilas se expandieron, no era posible que Hermione se viera más hermosa de lo normal. Usaba unos jeans hasta el tobillo, camisa blanca, con un cardigan negro. Maquillaje simple, se había acostumbrado a su corto cabello pero esa mañana lucía espectacular, se puso de pie para estirar el brazo.

—Impactante.—Confesó el rubio entrelazo sus dedos con los de la chica, entonces se volvió a su hijo.-—Luces muy bien, ¿Tienes todo?

El infante asintió, entonces Draco soltó la mano de la castaña quien llevaba las mejillas sonrojadas. Albus fue un diligente observador durante el trayecto hacia el parque, su amigo quería unir a esa pareja y él sospechaba no necesitaban ayuda. Su madrina Mione nunca se sonrojaba, ni se ponía nerviosa por simples palabras. Algo raro pasaba entre los dos brujos.


Scorpius tenía como objetivo enfocar sus energías en acercar a su padre y niñera, pero sólo dio un paso en el central park olvido su elaborado plan "Consiguiendo una esposa a papa"´. Su mente se enfocó en los artistas callejeros que hacían piruetas con bicicletas. Albus se unió a él para admirar el espectáculo. Los dos pequeños se vieron inmersos en los movimientos, en la música, perdiendo de vista su objetivo principal.

—Hueles delicioso.—El hombre susurró abrazando por la espalda a la castaña sin apartar la vista de su hijo que se colocaba hasta el frente para ver mejor el show callejero.—. Luces hermosa, rayos Granger me vuelves loco.

—Guarda silencio o te van a escuchar los niños.—La mujer trataba de alejarse con una sonrisa, entonces se giró y se colgó del cuello del hombre.—Luces muy guapo, me he acostumbrado a ese cabello largo.—Deposito un beso en los labios.— No soy tan bonita como otras.

La mujer bajo la mirada para deshacer el abrazo y volver la vista a sus querubines que gritaban extasiados por el performance de los muggles. Draco la liberó pero continuo sujetándola de la mano. Las mujeres creen que la belleza se encuentra establecida por los cánones de revistas, estan ciegas y equivocadas. Quizá la actitud machista de los hombres ayudaron con sus inseguridades pero un hombre de verdad sabe que es la verdadera belleza. La hermosura no viene por piel sin manchas o limpia sino por el brillo en los ojos, nada tiene que ver con la forma del cuerpo sino la capacidad de dar calor en las noches más frías .

—Te digo que eres hermosa no por tu físico, lo digo porque te amo, tu cabello, tus pecas, el tono de piel es perfecto para mi no porque seas similar a otras sino porque eres tú.— Le susurro al oído dejando sin aliento a la chica que no apartaba los ojos de la espalda de Scorpius y Albus.— Lo recuerdas ¿Verdad?

Hermione asintió para apretar la mano entrelazada en sus dedos. Cuando comenzaron a salir la leona tuvo algunos problemas de autoestima, ella nunca igualará la belleza de Astoria u otras chicas con las cuales salió el rubio. Ella era buena siendo la amiga pero no tenía el pedigrí de una noble bruja. Draco le demostró que para él los estándares no tenían valor, para él una chica de cabellos castaños, pecas y piel canela era hermosa porque se parecían a ella. Para Malfoy la chica ideal era aquella que se asemejara a Hermione, a la mujer que más adoraba sobre el mundo.

La serpientes se puso a un lado la mujer, está recargó la cabeza en su hombro, sus dedos continuaban entrelazados.


Notas de la autora: Un mini capitulo para que no extrañen la historia. Gracias por sus reviews y comentarios. Saludos y besos!