*SHOT CONMEMORATIVO PARA EL CUMPLEAÑOS DE SERENA Y DARIEN 2020*
SHOT 16 "REVENGE LOVE"
SERENA
Mientras admiraba el atardecer recordaba los años que habían pasado para llegar aquí, debido a sus estúpidas creencias hemos tenido que actuar sin que nadie se percate de nuestra existencia, a pesar de lo que los humanos creen, los vampiros existimos desde mucho antes que ellos habitaran la tierra y nada de lo que creen es cierto. No somos muertos vivientes, simplemente somos diferentes, más fuertes, rápidos y en algunos casos excepcionales como el mío, podemos tener habilidades mágicas, en mi caso puedo controlar la magia en nuestro entorno, una de las ventajas de ser la hija de 2 de los vampiros más antiguos y poderosos de la tierra. Lo único que puede matarnos es la separación de la cabeza del cuerpo, sin regeneración no hay manera de revivir y nos hacemos polvo, así volvemos a formar parte de la tierra a la que pertenecemos.
Según la pureza de nuestra sangre hay 3 clases, puros nacen de la unión de 2 vampiros de sangre pura, es decir, nacieron como vampiros poseen habilidades únicas, mixtos nacen de la unión de un vampiro puro y otro normal, éstos últimos también nacieron siendo vampiros, pero sus habilidades son más reducidas. Por último, están los convertidos, humanos que tras beber nuestra sangre se han convertido, no negaré que necesitamos sangre de vez en cuando no llega a ser mortal, con una pequeña siesta reponen lo que tomamos y nunca recuerdan nada. Su conversión está prohibida a menos que sea por un motivo justificado, la mayoría de las veces por amor, y el humano en cuestión esté de acuerdo, solo pueden llevarla a cabo vampiros de pura sangre.
Amor… Suspiré mirando al cielo anaranjado, si hubiera seguido mi instinto mi padre no lo habría perdido ese día, desde que amaneció sabía que algo andaba mal, pero cuando lo hablé con mamá me convenció que no era nada y saliera con los demás, cerré los ojos con fuerza ¡Nunca debí hacerle caso! Cuando el pálpito y la angustia fue más fuerte volví, para ver como ese maldito arrancaba la cabeza de mamá, sus ojos conectaron conmigo antes de hacerse polvo en el aire. Nunca olvidaré su mirada, suspiré perdida en esos momentos, tuve el tiempo justo de ayudar a papá, pero ese maldito escapó. Nos hemos mudado infinidad de veces desde ese día, pero no he cejado en mi empeño en encontrarlo, al final tuve suerte. El desgraciado no andaba lejos de dónde vivimos ahora, solo necesitaba encontrar el momento apropiado para acabar con él, eso nos lleva a esta noche… Acabar con él nunca me la devolvería, pero llenaría el vacío que dejó… O al menos eso esperaba…
El temor de mi padre era tan grande me obligó a esconder mi verdadero apellido para que nadie supiera que era su hija. También me hizo prometer que me olvidaría de él, a pesar que no estaba dispuesta bloqueé mis verdaderos sentimientos y lo hice, entendía su dolor, acababa de perder a su esposa, el amor de su vida y no quería perderme también… Ya han pasado varios años, he mejorado mucho desde entonces y esta noche sabrá quién soy ¡Jodidamente lo haría!
-Hotty…- gritó por detrás de mí y rodé los ojos ¡Odiaba ese apodo, pero a él no parecía importarle lo más mínimo!
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames así? - me dio su sonrisa de lado más sexy.
-Lo haré hasta que reconozcas que somos perfectos juntos…- volví a rodarlos ¡Si fuera tan fácil! Diamante era todo lo que una vampira podía pedir, era guapo, mordí mi labio, para ser más exactos estaba como un tren, era agradable, inteligente y lo mejor de todo ¡Aguantaba mi jodido humor! Desde lo ocurrido con mi madre cambió como de la noche al día, así que tenía su mérito, precisamente por eso me respetaban y se mantenían alejados. Mis únicos amigos eran él y Mina, ambos habían logrado hacerse hueco en mi corazón y en mi vida. Volviendo a Diamante nos entendíamos en todos los sentidos, sobre todo en la cama, pero nunca sentí la chispa. En nuestra especie el amor llega a través de ella, hasta ahora no lo he experimentado, pero dicen que con un simple roce te atraviesa una corriente por todo el cuerpo y ya no puedes separarte de esa persona. Sinceramente ahora mismo es lo que menos me interesa, tal vez después de vengar a mamá- ¿Estás pensando en las ventajas de estar conmigo? – preguntó confiado y reí.
- ¡No me jodas, Diamante! – sonrió de nuevo y me alzó ambas cejas.
- Parece que pensamos en lo mismo…- reí más fuerte.
-Hoy tengo otros planes…- me entrecerró los ojos.
- ¿Con quién? - rodé los ojos de nuevo ¡Como si no supiera!
-Vamos al pub a jugar billar…- suspiró aliviado.
- ¿Vas con Mina?
-Si…- ella me daría la distracción para lograrlo.
- ¿Puedo ir?
- ¡Ni lo sueñes!
- ¿Por qué? Somos amigos.
-Esta noche será sólo para nosotras…- le guiñé antes de alejarme.
- ¿Me visitarás después? - volví a reír.
- ¡Según como termine mi noche!
-Seré paciente…- ronroneó antes de aparecer junto a mí y besarme con desesperación, en cuanto sentí que se descontrolaba lo alejé.
-Tengo prisa…- sin esperar que contestara aparecí en mi habitación, Mina ya estaba allí y me miraba con dureza.
- ¿Has vuelto a darle esperanzas?
-Por supuesto que no…- me entrecerró los ojos.
-Entonces… ¿Por qué lo huelo en ti?
-Me besó…- resopló.
- ¡Déjame adivinar! No lo rechazaste…- la ignoré mientras me vestía y maquillaba a gran velocidad.
- ¿Y bien? - pregunté cuando estaba lista esperando que dejara el tema de Diamante de lado.
- ¿Me estás ignorando?
-No me interesa hablar del tema, se lo dejado claro…- su mirada acusadora me taladró- Le he dicho muchas veces que no podemos ser más que amigos…
-Son mucho más que eso.
-Que tengamos sexo de vez en cuando no significa nada…- suspiró.
-Deberías planteártelo.
-No.
-Sabes que no todos sentimos la chispa…- ¡claro que lo sabía! Pero me negaba a pensar en ello hasta que consiguiera mi objetivo, tal vez esa fuera la razón…- ¿Serena?
- ¿Vamos? - rodó los ojos y caminó hacia la puerta, sabía que cuando no me interesaba hablar de algo por mucho que insistiera no habría nada que hacer. Antes de salir a la calle me detuvo uno de los hombres de mi padre.
-El jefe requiere su presencia…- ¡Mierda! Mina me miró preocupada, algo normal ya que nadie era llamado a su presencia a menos que fuera algo grave, como nadie sabía que era mi padre lo visitaba cuando no había casi nadie, por eso me extrañó que me mandara llamar así ¿Habría intuido algo? Esperaba que no…
-Espérame fuera, no tardaré…- Mina asintió no muy convencida y corrí a su estancia, lo encontré bebiendo una copa de vino asomado al balcón, admirando como siempre el hermoso jardín.
-Señor…- lo llamé y suspiró.
-Estamos solos…- me puse junto a él y miré al jardín, con el reflejo de la luna se veía incluso más hermoso.
- ¿Estás bien?
-Nada lo está desde que se fue…- puse mi mano en su brazo, entendía su dolor. Ese día me atormenta desde entonces, debería haber seguido mis instintos.
-Lo siento, si hubiera llegado antes…
-Tu no deberías estar allí, era mi responsabilidad protegerla…- miró la copa de vino como si tratara de ver a través de ella- Protegernos…- suspiró- Nunca deberías haber visto eso…- no negaré que fue duro, todavía lo es… Recuerdo su mirada antes de desvanecerse cada vez que cierro los ojos.
- ¡El único culpable fue ese maldito! - el odio en mi voz era más que palpable y me miró muy serio.
-No vayas por ese camino Serena…- ¡Mierda! Debía bloquearlo…
- ¿A qué te refieres?
-Lo sabes bien.
-Solo vamos a jugar billar a un bar ¡Nada del otro mundo! - su silencio me ponía nerviosa, estaba convencida que lo sabía.
-No quiero perderte a ti también…- traté de bromear para desviar la atención.
- ¡No sabía que el billar fuera tan peligroso! – sonrió con nostalgia.
-Te pareces tanto a ella…- traté de mantener mi sonrisa mientras acariciaba mi mejilla- Siento que tengas que esconderte.
-Estoy bien, me gusta ser quién soy…- volvió a acariciar mi mejilla.
-Estoy tan orgulloso de ti…- cerré los ojos y me dejé embargar por la sensación de tenerlo así, teníamos pocas ocasiones de disfrutar estos momentos de padre e hija- Eres mi hija y me gustaría que todos lo supieran.
-Pero es mejor así…- asintió algo molesto y quise bromear de nuevo- Además, para el resto suelo ser un dolor en el culo…- a pesar de su seriedad pude percibir que escondía una sonrisa.
-Esos modales señorita.
-Prometo que lo intento, pero con tanto mal hablado que hay por aquí…- dije divertida y me guiñó.
-Sobre todo tu amigo…- alcé una ceja.
- ¿A quién te refieres? – pregunté a pesar que sabía a quien se refería, necesitaba saber que tanto conocía de mi vida.
- ¿Te suena el nombre de Diamante?
-No es nada más que eso…- insistí y volvió a suspirar.
-Se ve buen chico ¿Le darás algún día una oportunidad?
-No me siento preparada…- contesté algo cortante, lo que menos me apetecía era hablar de mi vida amorosa con mi padre y más cuando mi mente estaba en ese maldito, con algo de suerte todo acabaría hoy.
-Algún día no pensarás igual.
-Tal vez…- nunca perdería la esperanza de encontrarlo, si todo iba bien tendría todo el tiempo del mundo.
-Prométeme que no te acercarás a él…- ¡Mierda! Lo sabía… Me bloqueé del todo.
-No sé de qué hablas…- pasó su brazo por mis hombros como cuando era pequeña.
-Tu madre no querría que murieras por vengar su muerte, ella nos amaba más que a nada en el mundo…- dirigí mi vista de nuevo al jardín- Yo también desearía tenerla con nosotros, pero su vida terminó y no podemos hacer nada más que mirar hacia delante…
-Me cuidaré…- dije antes de besar su mejilla para irme, su mirada de tristeza no cambió y sonreí para transmitirle algo de tranquilidad, pero… ¿Cómo hacerlo cuando ni yo misma me sentía así? Llevaba tiempo observando, había estudiado sus gustos y movimientos para poder trazar este plan. Sabía lo fuerte y poderoso que era, pero si conseguía distraerlo el tiempo suficiente lo conseguiría. Solo necesitaba 5 segundos... Ahí entraba Mina, ella me daría tiempo suficiente para lograrlo. Solo quedaba llamar su atención para que nos llevara con él y tenía el presentimiento que no podría resistirse…
DARIEN
¡Puta mierda! Casi un año detrás de sus pasos y tiene que hacerlo hoy ¡Joder! Era mi día libre, tenía planes y se fueron a la mierda por su culpa de ese… ¡Maldito Rubeus Dark! Era la peor clase de calaña con la que habíamos topado hasta ahora, teníamos cargos de asesinato, violación, agresión y hasta incitación a la prostitución, solo necesitábamos pillarlo con las manos en la masa. Y esa oportunidad llegó hoy a través de un soplo… A pesar de todo mi compañero mantenía su mirada divertida.
- ¿Se puede saber que te hace tanta gracia?
-Tú…- rodé los ojos.
- ¿No te importa que nos llamaran en nuestra noche libre? - alzó los hombros.
-No tenía nada que hacer…- resoplé, típico de Malaquite, a pesar de su aspecto de tipo duro y atractivo no tenía mucha vida social, lo conocía hacía más de 5 años y apenas lo había visto con una mujer, me daba a mí que era gay o le gustaba estar solo. Aprovechando el momento decidí indagar un poco.
- ¿No tienes alguna "amiga" con la que quedar de vez en cuando?
-No soy como tú.
-Yo no tengo amigas…- casi gruñí- Solo es sexo de una noche…- no necesitaba más, mi trabajo requería de casi todo mi tiempo y no podría concentrarme en nada si tuviera que mirar por alguien más.
- ¿Alguna vez piensas en algo más que sexo y trabajo? - sonreí de lado.
- ¿Es que hay más? - negó.
- ¿Comida tal vez? - me relamí los labios alzándole las cejas evidenciando el doble sentido y me entrecerró los ojos.
- ¡Oh, tío! No acabas de hacer eso…- me acusó algo enojado y puse mi cara más inocente.
- ¿Hacer qué? – negó de nuevo.
-Para tu información…- me señaló con el dedo de forma amenazante- El hecho que no hable de comer coños no significa que no lo haga…- reí.
- ¡Sabía que algo tenías!
-Nada interesante…- alzó los hombros de nuevo.
-La morena con la que había quedado esta noche lo parecía…- reímos.
-Puedes verla otro día.
-No…- suspiré- Cuando la llamé para cancelar se puso como loca, no quiero jodidas mujeres así a mi alrededor.
- ¿Sabes? - chasqueó la lengua- El día que encuentres la tuya reiré como nunca…- no pude evitar reír.
-Nunca me ataré a una sola mujer…- rodó los ojos- Mi vida está bien como está…- suspiró fuertemente.
-Yo… Tengo un presentimiento…- casi susurró y le alcé la ceja, las pocas veces que lo decía siempre pasaba algo, no es por nada, pero no me gustaría que se jodiera el trabajo de todo un año, su largo silencio me puso más tenso si cabe.
- ¿No vas a decir nada más? - chasqueó la lengua de nuevo.
-No sabría explicarte.
-Entonces mejor no me digas…- suspiré pensando en cómo desviar el tema- Tal vez conozcas a alguien…- dije con diversión y me rodó los ojos.
- ¡No me jodas hermano! – puse cara de horror.
- ¡Ni se me ocurriría! - negó mientras reía.
-Por mucho cariño que te tenga…- chasqueó la lengua con exageración- Prefiero un buen coño donde mojar mi polla…- sonreí de lado.
- ¿Te das cuenta que es la primera vez que hablas abiertamente del tema? A veces pensaba que eras asexual…- rió.
-Nada que ver…- antes de seguir con la conversación lo vimos salir del pub que siempre frecuentaba, esta vez iba acompañado de 2 rubias, nos miramos y asentimos antes de ponernos en marcha, con algo de suerte todo acabaría esta noche y sin saber porque me sentí más nervioso de lo que había estado nunca…
SERENA
Cuando salí en su busca me miró preocupada.
- ¿Todo bien? - asentí.
-Solo quería recordarme mis modales…- dije entre seria y divertida, rió.
-En eso debo darle la razón…- le rodé los ojos- Eres muy mal hablada…- le saqué el dedo medio- ¿Ves?
-No dije nada…- dije haciéndome la inocente y reímos.
- ¿Todo sigue igual? - asentí.
-Lo atraemos, cuando se nos acerque tenemos que lograr ponerlo lo suficiente para que nos lleve con él…- nos montamos en el coche- Fácil ¿No crees?
-Nadie se resiste a mis encantos…- me guiñó y reímos de nuevo.
-Eso espero…- seguimos en silencio, pero podía escuchar los engranajes de su cabeza desde aquí- ¡Adelante! - la insté.
- ¿Por qué quieres matarlo? - sabía que antes o después lo preguntaría.
-Mató a mi madre…- dije sin más, no quería mentirle ni podía ser más clara, ella entendió perfectamente.
-Lo siento.
-Ya lo superé…- mentí, solo había logrado bloquear el dolor, pero seguía ahí, cada vez que cerraba los ojos y veía su mirada lo sentía.
-Si quieres hablar, sabes dónde encontrarme…- me guiñó y sonreí.
-Lo sé…- llegamos a ese pub de mala muerte poco después, necesitábamos estar listas y en posición antes que llegara. Nuestra ropa iba acorde a sus gustos y conociendo su obsesión por el billar lo usaríamos como anzuelo.
- ¿Lista? – preguntó antes de salir, con una sonrisa salí y me siguió de cerca.
-Antes de nada, quiero que sepas que agradezco mucho tu ayuda, pero recuerda que si no sale según lo previsto debes huir lo más rápido que puedas.
- ¿Y tú? ¿Qué harás tú?
-Entretenerlo…- dije alzando los hombros, no pensaba irme sin intentar matarlo con todo lo que tenía.
-Prométeme que no morirás…- con mi mejor sonrisa falsa prometí.
-Lo prometo…- agarradas del brazo entramos, buscamos la mejor mesa para que pudiéramos ser vistas desde el lugar que usaba habitualmente, comenzamos a jugar mientras bebíamos algo haciendo tiempo. No tardó mucho en entrar y comenzamos nuestro juego. Bloqueé nuestra esencia para que no pudiera saber que éramos vampiras, a su vista seríamos 2 humanas apetecibles y algo borrachas. Hicimos nuestras tiradas contoneándonos con exageración, acercándonos de vez en cuando para darnos besos furtivos. No tardó mucho en acercarse a nosotras, pero como era habitual 2 de sus hombres lo cubrían.
-Buenas noches señoritas…- ronroneó junto a nosotras, fingí sobresaltarme y sonreí.
-Hola, guapo…- me relamí los labios fijando mi vista en todo su cuerpo y Mina me imitó. En su mirada era latente la inmensa lujuria y deseo que sentía ¡Bien! Si todo iba según lo previsto caería en la trampa.
- ¿Están solas? - asentí sin dejar de batir mis pestañas y Mina susurró.
-Estamos juntas…- me dio un pico en los labios y le guiñó- ¿Quieres jugar? - señaló la mesa y asintió relamiéndose los labios, mientras se quitaba la chaqueta y se remangaba la camisa hasta los codos.
-Las invitaré una copa mientras jugamos…- nos guiñó- Después podemos seguir la fiesta en mi casa ¿Les parece? - sonreí ampliamente mientras seguía batiendo las pestañas sin parar ¡Estaba saliendo mejor de lo que esperaba!
-Suena bien…- ronroneó Mina mientras se acercaba lo suficiente para oler su aroma, como preveía la dejó y ninguno de sus guardias se movió de su puesto, de momento no sospechaban nada. Le di uno de los tacos y lo tomó con una gran sonrisa, las copas que pidió no tardaron en llegar y bebimos mientras continuaba la partida. Nuestros coqueteos cada vez eran más evidentes, Mina incluso lo besó en una ocasión mientras yo acariciaba los músculos de su pecho desde atrás. Para cuando terminó la partida lo teníamos dónde quería y antes de dejar los tacos nos arrastró a su limusina para llevarnos a su casa. Durante el trayecto seguimos el juego, dejé que Mina se encargara de los besos mientras me ocupaba de tocarlo. Temía no aguantar las ganas de morderlo.
- ¿Qué les parece? - preguntó en cuanto llegamos.
-Hermosa…- contesté y sonrió orgulloso.
-No más que vosotras…- nos miramos y sonreímos como idiotas antes de seguirlo dentro, por suerte nos llevó agarradas fuertemente por la cintura a su habitación, sabía que era el único lugar que estaríamos a solas con él y la única oportunidad de conseguir tiempo para hacerlo, antes de entrar se dirigió a sus hombres- No quiero interrupciones ¿Entendido?
- ¡Si jefe!
-Vamos señoritas…- en cuanto cerró la puerta se sentó en la cama y ordenó- Desnudaros para mí…- con nuestra mejor sonrisa lo hicimos, una vez en ropa interior Mina se arrodilló entre sus piernas mientras yo besaba su cuello y lo seguía acariciando desde atrás, enseguida sacó su erección y la metió en su boca- ¡Joder si! - agarró su cabello para guiarla ¡Era el momento! Me concentré en mis manos para disponer del máximo poder posible mientras mi boca seguía besando y mordisqueando su cuello. Justo cuando iba a hacerlo tiraron la puerta de una patada e irrumpieron varios hombres armados ¡Maldita sea! ¡Esto no podía estar pasando! Mina trató de apartarse, pero él la volvió a acercar- ¡No te preocupes muñeca! Sigamos la fiesta en lo que me ocupo de ellos…- ¿Qué demonios? Sin mover un solo músculo sus cuerpos fueron estampados con fuerza contra las paredes, el crujir de huesos y el olor a sangre me desconcentró… Había un olor diferente… Cuando Mina fijó su asustada mirada en mi asentí, no podía dejar que le pasara nada por mi culpa. Aprovechando que tenía su cuello a mi alcance lo mordí, no le haría mucho pero mientras trataba de aguantar mi ponzoña ella tendría oportunidad de salir- ¿Qué cojones? – en cuanto estuvo fuera lo solté y salté a una distancia prudencial- ¿Eres vampira? – sonreí con orgullo.
- ¿Tu qué crees? - su sonrisa se amplió más.
- ¿Tu amiga también? - negué.
-La hechicé para lograr llegar a ti…- me miró de arriba a abajo relamiéndose los labios.
-Podrías haberlo hecho sola ¿Por qué la compañía?
- ¿Acaso importa? - rió, unos quejidos cercanos me hicieron desviar la atención ¡Mierda! Había 2, por sus latidos y respiración estaban débiles, pero seguían vivos, si actuaba rápido podría salvarlos.
-Déjame adivinar…- chasqueó la lengua- Te debates entre salvarlos o matarme… Mmmmmm…- puso su dedo bajo la barbilla- ¿De qué me suena eso?
- ¡Hijo de puta! - me lancé para darle una buena patada en la cara, pero agarró mi pie al aire y enlazó mis piernas en su cadera, de forma que su asquerosa erección presionaba contra mi centro, tenía ganas de vomitar.
-Tu coraje te ha delatado pequeña…- con mis manos y piernas inmovilizadas no podía hacer mucho, solo tenía una opción, concentré mi energía en mis manos hasta que una explosión de luz nos separó- ¡Maldita sea! – gritó casi sin aire, cuando la luz se desvaneció vi con satisfacción que estaba bastante dañado, su recuperación sería muy lenta, tal vez podría rematarlo… Entonces escuché de nuevo los débiles latidos a mi lado y él huyó.
- ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! - maldije, había perdido otra oportunidad de matarlo ¡Maldita sea! Lo peor de todo es que ahora que sabía quién era sería más difícil conseguirlo. Pero no podía dejarlos morir, cuando los toqué supe que estaban peor de lo que pensaba, gasté mis últimas energías en curarlos antes de caer desmayada…
DARIEN
¡Joder! Lo que parecía una incursión de lo más fácil se complicó a último momento. Cuando llegamos a su casa esperamos unos 5 minutos antes de entrar. Fuimos deteniendo a todos a nuestro paso, pero al entrar a la habitación todo fue un caos. Él estaba de lo más feliz con las 2 rubias en la cama, por un breve segundo pensé que lo teníamos, el trabajo de un año resuelto en pocas horas, pero no supe cuan equivocado estaba hasta que una fuerza invisible nos golpeó contra la pared…
Sentí mi pecho arder, me faltaba el aire mientras observaba a todos mis hombres muertos, excepto Malaquite, parecía inconsciente, pero seguía respirando. Sabía que no duraríamos mucho sin asistencia sanitaria urgente. El tipo seguía allí con una de las rubias ¿La otra? ¿La habría matado también? Cuando los vi moverse a esa velocidad imposible pensé que estaba en un sueño, hasta que esa luz cegadora me hizo cerrar los ojos. Cuando pude abrirlos de nuevo lo que vi me puso la carne de gallina, ese maldito estaba completamente desfigurado como si una explosión lo hubiera alcanzado, aun así, seguía en pie antes de desaparecer como una brisa ¿Qué demonios era ese tipo? ¿Quién le había hecho eso? ¿Alguien del cuerpo sabía a qué nos enfrentábamos? No creía poder aguantar mucho más, entonces tuve una visión borrosa de esa mujer, sentí calor en mi pecho. Casi al momento pude respirar con normalidad y el dolor desapareció, me levanté de sopetón.
- ¡Qué demonios! – la habitación seguía igual, pero yo me sentía bien de nuevo.
-Darien…- susurró Malaquite a mi lado, cuando lo miré sostenía a la chica en sus brazos- Necesitamos una ambulancia…- miré alrededor y asentí, mientras llamaba no podía quitar mis ojos de ella ¡Joder! Era hermosa y estaba… Seguía en brazos de Malaquite y en ropa interior, gruñí sin saber porque y tras coger su vestido volví ponérselo bajo su atenta mirada- ¿Qué te ocurre?
-No podemos dejarla así.
-Creo que no tiene nada roto, así que no hay problema…- suspiramos mirando el panorama alrededor- Solo quedamos nosotros.
-Nosotros y ella…- la señalé, no estaba muy seguro de lo que había visto pero antes de hablar con nadie lo aclararía con ella.
- ¿Cómo es posible? - sacudió su cabeza- Sentí mi columna romperse por el impacto, el sabor metálico de la sangre en mi boca…
-Lo sé…
- ¿Qué era Darien? Ese tipo no era normal.
-No lo sé, pero ella…- la señalé de nuevo- Nos dirá lo que necesitamos…- la abrazó protectoramente y volví a gruñir ¡Qué demonios!
-Ella nos salvó, así que lo haremos sin que nadie más lo sepa…- abrí los ojos sorprendido.
- ¿La viste? - asintió sin dejar de mirarla.
-Me salvó primero, pero fingí que seguía inconsciente mientras veía cómo te salvaba.
- ¿Sabes que puede ser? - negó.
-Solo sé que me ha salvado y le debo mi vida…- me miró acusadoramente- Y tú también.
-No pensaba hacerle nada.
-Bien, porque la llevaremos al hospital y lo que hablemos con ella quedará entre nosotros.
-De acuerdo…- alcé las manos en derrota- Tampoco es como si se pudiera explicar algo de todo esto.
-Diremos que nada más entrar nos alcanzó una explosión que nos hizo caer inconscientes y cuando despertamos estábamos solos.
-De acuerdo…- no pude apartar la mirada de ella hasta que llegó la ambulancia, los refuerzos llegaron casi a la vez y tras contarles por encima lo ocurrido fuimos al hospital. No sabía por qué, pero presentía que mi vida iba a dar un gran giro…
SERENA
- ¡Serena! ¡Serena! - pegué un salto y me encaramé el techo, ella me miró preocupada- ¿Estás bien?
-Necesito sangre…- asintió.
-Tenemos que salir de aquí antes que te hagan pruebas…- en ese momento me di cuenta que estaba en un hospital.
- ¡Mierda! ¿Cómo llegué aquí?
-Te trajo una ambulancia…- mordió su labio- No pude irme, esperé fuera, cuando se fue quise entrar, pero entonces llegaron y… - tragué grueso, esperaba que no hubieran visto nada.
- ¿Y? ¿Vieron algo de lo ocurrido?
-No lo sé…- ¡Mierda!
-Lo averiguaremos después, ahora salgamos de aquí…- salimos corriendo de allí. Asegurándonos de no ser vistas. Una vez en la calle, mientras Mina me cubría, bebí de un enfermero que estaba fumando en la parte trasera del hospital ¡Odiaba el sabor de los fumadores! Pero no me encontraba en situación de escoger, más repuesta volvimos a casa, tenía que cambiarme antes de ir a buscarlos y averiguar lo que habían visto para decidir qué hacer.
-Voy a ducharme.
-Yo también…- la noté rara pero no quise indagar, me di una ducha, me puse unos vaqueros con un top y unas botas altas. Peiné mi cabello en una coleta y me maquillé casual, casi estaba por salir cuando me abrazó por detrás.
-Hueles delicioso…- suspiré.
-Ahora no tengo tiempo…- bajó una de sus manos a mi centro mientras la otra pellizcaba uno de mis pezones con fuerza.
-Siempre hay tiempo para esto…- un gemido escapó de mis labios, pero primero debía arreglar esto.
-Para…- enseguida lo hizo, me conocía lo suficiente para saber cuándo jugar y cuando no.
-Hotty…
- ¡Joder! ¡Que no me llames así! - sonrió de lado.
-Te gusta cuando te corres…- resoplé.
-Cuando me corro ni siquiera escucho tus tonterías…- su sonrisa cayó un poco, pero era demasiado cabezota para desistir.
- ¿Quieres que te acompañe?
-No.
-Te esperaré.
-Haz lo que quieras, ahora debo irme…- salí bajo su atenta mirada y corrí al encuentro con Mina, estaba hablando por teléfono y me hizo una seña para que esperara. Tras unos minutos colgó.
- ¡Tengo su dirección!
- ¿Viven juntos?
- Ni idea…- alzó los hombros- Pregunté por ellos y me dieron esta dirección.
-Lo averiguaremos allí…- cuando llegamos a la dirección obtenida nos encontramos un edificio de pisos bastante normal, sin vigilancia y fácil acceso. No tuvimos problemas para llegar a su casa, pero nadie abrió, sin llamar la atención forcé la puerta y entramos.
- ¿Crees que será necesario? - sabía por qué lo decía, pero no quería adelantarme.
-No sé…- suspiré- Usé tanta energía que quedé inconsciente…- pensé en voz alta y me entrecerró los ojos.
- ¿Te refieres a que usaste todas tus fuerzas para luchar con él?
- ¡Claro! – dije sin más pero no se veía muy convencida, aun así, lo dejó pasar. Ella se puso a mirar por su habitación mientras yo esperaba en el salón. No tardamos en sentir a alguien fuera, Mina no tardó en llegar a mi lado, pero le dije que se apartara un poco, no quería asustarlo, pero me sorprendí cuando dio un gran portazo y disparó directo a mi cabeza, mi rapidez impidió que me alcanzara…
DARIEN
Tras una media hora de molesta espera salió el médico con la cara algo descompuesta y me temí lo peor.
- ¿Ha ocurrido algo?
-Bueno… Ella… No sé cómo explicarlo… ¿Ha desaparecido?
- ¿Qué? - suspiró algo avergonzado.
-La dejamos en observación, pero cuando llegamos a hacerle las pruebas no estaba…- suspiró de nuevo bastante ofuscado- ¿Saben dónde encontrarla? Podría tener serios traumatismos o algún derrame interno…- siguió enumerando las razones por las que debía volver al hospital y desconecté ¿Dónde podría estar? Sentí una ansiedad que no había sentido nunca.
- ¿Darien? ¿Estás bien? - preguntó Malaquite preocupado y asentí- ¿Seguro?
-Solo necesito aire…- mentí y salí a la calle sin esperarlo ¿Qué demonios me pasaba?
- ¿Se encuentra bien? – preguntó alguien junto a mí, cuando alcé la vista vi una enfermera bastante hermosa, tal vez si… Sonreí y el rubor se extendió por su rostro.
-Mejor que nunca…- miré su bolso- ¿Va de salida?
-Si…- me acerqué un poco más.
- ¿Le apetece tomar algo? - se fijó en mi placa, todavía la llevaba enganchada en el pantalón y asintió, antes de alcanzar mi coche Malaquite nos alcanzó.
- ¿Te vas? - asentí señalando a la morena junto a mí.
-Tengo algo que hacer…- negó con la cabeza y dio la vuelta.
-Haz lo que quieras…- me sabía mal dejarlo solo, pero lo necesitaba… 2 horas más tarde estábamos en su casa y me montaba como toda una amazona ¡Joder! Nunca hubiera imaginado que escondiera ese fuego en su interior.
- ¡Oh si! ¡Casi llego! - gritó de nuevo, con un pellizco a sus pezones y clítoris culminó gritando como loca mientras la seguía. Se quedó recostada sobre mí y la aparté con delicadeza para poder limpiarme, vestirme e irme a casa. Después de toda la mierda de hoy lo necesitaba- ¿Ya te vas?
-Si…- se mordió el labio.
-Tal vez podríamos quedar algún otro día…- sonreí mientras me acercaba a ella.
-Lo siento nena, no me gusta el compromiso…- su mirada cayó al suelo.
-No te estoy pidiendo nada, solo…- con un beso en su mejilla, tomé mi cartera y antes de salir susurré.
-Mejor dejarlo así, ambos lo hemos disfrutado…- con un guiño salí y corrí a mi coche sin mirar atrás, cuando encendí mi móvil vi muchas llamadas perdidas de Malaquite ¡Mierda! Le marqué mientras ponía el coche en marcha.
-Hola…- esa voz, sentí unos escalofríos recorrer todo mi cuerpo.
- ¿Malaquite? - resopló.
-Ahora mismo se encuentra demasiado ocupado…- escuché unos gemidos y la ira me invadió ¿Estaban…?
- ¿Qué están haciendo?
-Ven aquí y te contaré…- colgó, apreté el volante con fuerza y aceleré todo lo que pude para llegar a su casa. No podía creer que la hubiera encontrado y se la estuviera follando, lo peor era no saber ¿Por qué demonios me molestaba tanto? Algo andaba mal conmigo. En cuanto estacioné subí corriendo, al ver la puerta forzada me temí lo peor, como buen policía entré con el arma en mano, al hacerlo la encontré sentada en el sofá frente a mí, cruzada de piernas y tuve que tragar grueso. Unos gemidos demasiado altos vinieron del pasillo, me aliviaba saber que no era a ella a quién se estaba follando, pero ¿quién podría ser? Ella resopló de nuevo- Me alegro que estés aquí, tenemos que hablar…- señaló el asiento frente al suyo, miró mi arma y tras darme una mirada que casi me hace venirme en mis pantalones amenazó- Como se te ocurra apretar ese gatillo sabrás quién soy de la peor manera posible…- señaló la pared sobre ella- Con uno me sobra…- al entender lo que decía la ira me invadió.
- ¿Te han disparado?
- ¿Quieres sentarte de una jodida vez? - exigió, sin apartar su mirada de la mía lo hice, no sabía porque me sentía como un colegial frente a la niña que le gusta ¡Maldita sea! A pesar de no llevar nada exuberante se veía más caliente que todas las chicas que había follado- ¿Alguna vez piensas en otra cosa?
- ¿Qué? - rodó los ojos.
- ¡No me jodas! - tragué grueso sin apartar la mirada de sus pechos, eso quisiera…- ¡Joder! Así no hay quién se concentre…- se levantó, caminó hacía la pared y dio un golpe que la traspasó, mi mandíbula casi cayó al piso y ella sonrió- Bien, seré breve ¿Qué viste? - el movimiento de sus caderas me distraían, tragué grueso de nuevo tratando de decir algo coherente- ¿Podrías dejar de mirarme así?
-Si…- la miré a los ojos- ¿Decías? - rió.
-Quiero saber que viste…- me señaló con el dedo- Y no me mientas porque lo sabré.
-Realmente no recuerdo mucho, esa luz me cegó… Estaba más inconsciente que otra cosa y…- entonces salieron de la habitación, nunca había visto a Malaquite así y esa rubia, era la misma que se la estaba chupando a nuestro objetivo ¿La conocía? ¿Sería esa amiga de la que me habló?
-Darien…- saludó como si nada y le entrecerré los ojos- ¿Una cerveza?
- ¡Yo quiero una! - dijeron ambas a la vez, la amiga de Malaquite se sentó junto a la otra y me miraron a la vez.
- ¿Es él? – asintió y nos miró a ambos- Debiste aprovechar el momento en vez de joder el mío…- la miró mal antes de tomar la cerveza de Malaquite y beber un trago, él se sentó junto a mí y bebí la mía casi de golpe deseando no haber trabajado esta maldita noche…
SERENA
Si me pareció jodido que me disparara sin razón, cuando Mina se le abalanzó pensé que no lo contaba. Pero ocurrió algo que me dejó sin palabras.
- ¡Maldito cabrón!
- ¡Qué demonios! - cuando estuvieron frente a frente sentí sus miradas oscurecerse, la tensión sexual invadiendo toda la sala y sus respiraciones acompasándose. Antes de poder preguntar se estaban comiendo la boca el uno al otro como si no estuviera y fueron enganchados a su habitación ¡Puta mierda! ¿Qué había sido eso? Nunca había visto a Mina así… ¿Podría ser su…?
Por suerte su amigo llamó, esperaba que no tardara porque los gemidos de éstos 2 me estaba poniendo de los nervios. Vino casi enseguida, pero entró apuntándome con su arma ¿Qué demonios les pasaba a éstos policías? Les salvo la vida y quieren dispararme, luego en vez de hablar se puso a follarme con la mirada, traté de mantener la calma a pesar del calor que se arremolinó en mi centro.
Por suerte Mina y el otro vinieron antes que cometiera una locura, ahora podría centrarme en lo que estaba sin tener que oír sus putos gemidos para poder irme de una jodida vez.
-Ahora que estamos todos…- los miré a ambos con mi mejor cara de perra- Quiero la verdad, si mienten lo sabré…- bebí un trago de la cerveza antes de amenazar- Y no les gustará verme enojada…- Mina resopló mientras le guiñaba el ojo a su chico.
-Nos salvaste la vida…- éste alzó su cerveza con una gran sonrisa- No hay mejor razón para olvidar…- me gustaba este tipo luego miré al otro, seguía más pendiente de mi cuerpo que de lo que estábamos hablando.
- ¿Y tú? ¿Dirás algo o te quedarás ahí como pasmarote? - fui borde a propósito, ese tipo me ponía en un estado que no me gustaba, ahora debía centrarme en otra cosa.
- ¿Estás libre mañana? – preguntó ignorando mi comentario anterior, Mina rió, su chico casi se atraganta con su cerveza y el susodicho parecía incómodo, a pesar que había sido él el causante.
-No…- dije de forma tosca, no podía permitirme distracciones- ¿Puedes contestar mi pregunta? - entonces me miró desafiante.
-Si me dices lo que eres no hablaré con nadie…- le entrecerré los ojos.
- ¿Para qué quieres saberlo?
-Por lo poco que vi estoy convencido que Rubeus es como tú…- apreté los dientes con fuerza ¡Odiaba ese nombre! Por eso siempre me refería a él como el maldito- No podemos atraparlo si no sabemos a qué nos enfrentamos…- casi me rio en su cara ¿En serio? ¿Después de lo que les hizo quieren volver a enfrentarlo?
-Eso no será posible…- dije tratando de mantener la calma- Como habéis podido comprobar no tenéis ninguna posibilidad…- eso pareció enfurecerlo, pero bajó la cabeza y estuvo unos minutos en silencio, podía escuchar los engranajes de su cabeza desde aquí.
- ¿Por qué no lo hacemos juntos? - antes contestar Mina habló.
-Voy a pedirle al jefe que transforme a Malaquite…
- ¿Qué? - me miró tan tranquila.
-Es el mío…- sabía a qué se refería- Si transforma a ambos…- me levanté sobresaltada.
- ¡No! ¿Por qué querría él algo así? - lo señalé y me di cuenta que seguía centrado en mí ¡Maldita sea! Su amigo, que ahora sabía se llamaba Malaquite le dio un codazo y tosió antes de hablar.
-Lo pensaré…
-No tienes por qué hacerlo…- me llevé a Mina aparte- ¿No recuerdas las reglas?
- ¡Por supuesto! - me dio un golpecito en el pecho- Puedo sentir vuestra conexión, lo que no entiendo es porque lo ignoras…- me bloqueé de nuevo.
-No he sentido nada…- pude sentir que trataba de leer la verdad en mis palabras, nunca podría. Cuando se dio por vencida se alejó.
-Como quieras… Por mucho que lo intentes no se puede escapar del destino…- volví junto a ellos.
-Bien, si el jefe accede a transformarte podrás ayudarnos.
- ¿Y yo?
-Tu nada…- había fuego en su mirada, debía hacerle entender- Eres un simple humano, si vinieras no serías más que un estorbo.
- ¡Me pilló desprevenido! ¡No sabía a qué me enfrentaba! ¡En cambio ahora…!
-Ahora sabes lo peligroso que es y con más razón deberías entenderlo.
-Serena, no es necesario ser tan dura…- me llamó la atención Mina y la miré mal.
-No puedo dejar que crea que puede con esto…- apenas me creía capaz de conseguirlo ¿Cómo iba a hacerlo él? Todos permanecidos unos largos minutos en silencio y opté por irme a casa, ya no había más que hacer allí- Ahora debemos irnos…- miré a Mina- ¿Vienes?
-Iré en un rato más…- luego se sentó sobre Malaquite y comenzaron a besarse como si estuvieran solos, pronto empezarían de nuevo y esta vez no quería estar presente, pasé por su lado e ignorando al otro que seguía en el sofá salí ¡Necesitaba irme ya! Antes de poder correr lo sentí tras de mí.
-Hablaremos por el camino…- le entrecerré los ojos.
- ¿Qué te hace pensar que iré contigo? - sonrió de lado.
-No puedo dejar que te vayas sola.
-Estaré bien…- le guiñé- La noche es mi aliada…- cuando llegué a la parte baja volvió a insistir.
-Por favor…- ¡Mierda! - Déjame llevarte, tenemos que hablar…- suspiré rendida.
- ¡Joder! ¡Está bien! - lo seguí a su coche y entré, él se puso al volante y tras darle la dirección puso rumbo allá.
-Me llamo Darien.
-Serena.
- ¿Eres una especie de maga? - no pude evitar reír.
-Puede…- me entrecerró los ojos.
- ¿No me lo dirás?
- ¿Por qué no le preguntaste a tu amigo? El será uno de nosotros…- volvió a quedarse pensativo.
-Eso me deja la opción…- vampiro pensó y sonreí.
-Así es…- lo miré como si fuera mi siguiente comida- ¿Qué opinas ahora de mí?
-Me gustas…- dijo sin más y miré al frente ¡Joder! - Es la primera vez que me pasa…- me miró de reojo, pero seguí atenta al frente. Por suerte llegamos a la puerta de casa y bajé sin decir nada- ¡Espera! - se bajó, corrí a la parte de atrás, así no podría seguirme, pero tropecé con Diamante antes de entrar.
-Volviste…- me abrazó y suspiré.
- ¿Qué haces aquí?
-Esperándote…- me guiñó…- Tenemos algo pendiente…- comenzó a lamer mi cuello.
-No me apetece…- dije separándome, pero en cuanto me di la vuelta volvió a abrazarme desde atrás- Diamante…
- ¡Vamos Hotty! Lo pasaremos bien…- mordió el lóbulo de mi oreja- Algún día entenderás que somos perfectos juntos…- ignorando su último comentario le grité enojada.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames así? - sentí su risa en mi cuello.
-Eres caliente…- mordió ligeramente mi cuello sin llegar a hincar sus colmillos- No veo otro mejor…- antes de contestar lo escuché.
- ¡Suéltala! - le gritó, se separó de mí y lo miró con la ceja alzada.
- ¿Quién demonios eres tú?
- ¡No te importa! - apretó los puños- ¡Solo déjala! - no podía negar que era valiente y verle proclamarme así era bastante caliente.
- ¿Has oído eso Hotty? - comenzó a reír y lo taladré con la mirada- ¿No lo dirás en serio? - lo miró como si fuera un insecto- ¿Un simple humano? - me acerqué a él para dejárselo claro.
-No vuelvas a llamarme así.
-No lo creo…- me miró desafiante- Son muchos años juntos y sé que no hay nadie más…- entonces cogió mi brazo y Darien se abalanzó sobre él.
- ¡No! ¡Para! - traté de detenerlo, Diamante aguantó sus arremetidas en silencio, algo bastante raro y aterrador, pero lo creía lo bastante inteligente para respetar las normas…
DARIEN
Yo no era así ¡Nunca iba detrás de una mujer! Pero ella… ¡Joder! ¿Qué cojones me pasaba con ella? No podía dejarla irse sin más, tenía que verla de nuevo. Cuando corrió traté de seguirla, aunque tardé un poco la alcancé, pero cuando la vi con ese tipo no pude evitar reclamarla ¡No podía tocarla! ¡Era mía! A pesar de todo insistió e ignorando a mi instinto de supervivencia le di varios golpes para dejarle claro mi reclamo.
- ¡No! ¡Para! - gritó ella mientras el tipo permanecía impasible y en silencio, le di otro puñetazo en la cara que no pareció afectarle en lo más mínimo.
- ¿No te cansas de hacer el idiota? - preguntó cuando paré y lo miré mal.
- ¡Ella es mía imbécil! - grité sin pensar y su mirada tornó oscura.
- ¡Ni siquiera lo pienses! - gritó Serena, por un momento pensaba que era a mí, pero me equivoqué.
-Creo que tomaré un bocado antes de irme…- ella se tiró sobre él, pero la esquivó saltando a una velocidad inhumana cayendo justo a mi lado.
- ¡Ni te atrevas! – gritó amenazante, al mirar sus ojos me di cuenta que estaban igual de oscuros que los suyos ¿Me comerían entre los 2? Tragué grueso.
- ¡No me jodas Serena! – poniéndose en mi espalda cogió mi cuello con fuerza, unas luces empezaron a rodearla mientras su mirada estaba enfocada en el idiota que me tenía cogido. Haciendo acopio de mi valentía le grité.
- ¡No te tengo miedo! - comenzó a reír.
- ¿Oíste Hotty? – entonces susurró en mi oído- Si tanto te gusta dejaré que sea lo último que veas…- entonces sentí un gran dolor en el cuello, empezó a arderme todo el cuerpo y no podía parar de gritar.
-¡Ahhhh!- ni siquiera reconocía mi voz ¿era yo? ¡Joder! Ahora entendía a qué se refería Serena en casa de Malaquite, un simple humano no podía hacer nada contra uno de ellos, la luz nos envolvió, el salió disparado lejos de mí, pero yo me mantuve en el mismo lugar a pesar que no podía mantenerme de pie.
- ¡Joder! ¡Mira que hiciste! Ahora no…- sentí su toque en mi cuello, una corriente me atravesó antes de escuchar de nuevo su voz, esta vez mucho más apagada- Bebe…- lo hice sin detenerme a pensar en lo que significaba, conforme bebía percibía como iba cambiando y eso significaba que seríamos iguales y quizá la posibilidad de tenerla…
SERENA
No quería hacerlo, pero no había opción, o lo dejaba morir por la ponzoña o lo convertía, lo toqué para intentar curarlo, un gran error, entonces sentí la conexión ¡Mierda! La otra vez no lo noté ¿Sería por mi estado? Ahora que lo sabía actué por egoísmo y le di mi sangre, cuando terminé me sentía culpable, debería haberlo hablado con él, saber que pensaba y… ¡Mierda! Seguramente se enfadaría y con razón, pero debía entender que no había tiempo.
-Eso no funcionará…- cuando dejé a Darien en el suelo lo miré cabreada.
- ¿Por qué lo hiciste?
-Él se lo buscó.
- ¡Era un simple humano! ¡No sabía que se enfrentaba a algo más! - mentí, seguramente se dio cuenta al golpearlo.
-Ya no importa…- dijo ignorándome- Morirá igualmente…- apreté los dientes con fuerza- Solo los vampiros puros pueden convertir a otro…- por eso mismo funcionaría.
- ¿Por qué lo hiciste? - repetí y se acercó más a mí.
- ¡No dejaré que un maldito humano se entrometa entre nosotros! - no pude evitar reír con ironía.
- ¿Nosotros? ¿Nosotros? ¡Nunca ha habido un nosotros! - grité más enojada si cabe.
-Hotty…- ronroneó- Sabes que eso no es…
- ¡Con un demonio! ¡Que no me llames así! ¡Maldita sea! – sentía la ira hervir a través de mi cuerpo, pero traté de controlarla para no lastimarlo, le grité más fuerte- ¡No vuelvas a acercarte a mí! – me di la vuelta, tomé a Darien del suelo y lo llevé a mi habitación, tras acomodarlo la placa cayó a un lado y no me resistí a mirar… Inspector Darien Chiba- Lo siento…- susurré antes de salir en busca de mi padre. Lo encontré en el jardín trasero, donde solía ir a pensar, un guardia a lo lejos se acercó al verme y enseguida levantó la mano.
- ¡Déjala! – se retiró de nuevo y me puse junto a él- ¿Ocurre algo?
-He tenido que transformar a un humano…- suspiré, no quería entrar en detalles- Lo he dejado en mi habitación…- sonrió sin apartar la mirada del cielo.
- ¿Eso significa que encontraste lo que buscabas?
-No me quedó más opción.
- Supongo que es casualidad que tu amiga me llamara para lo mismo hace nada.
-No es el mismo.
-Lo sé…- cruzó los brazos a su espalda- Darien Chiba y Malaquite Benson…- lo miré sorprendida.
- ¿Los conoces? - negó, pero intuía que mentía, traté de leerlo, pero me bloqueó.
-Mina me lo contó cuando me pidió audiencia…- podría ser…
-Ella lo encontró…- suspiró.
-Cuando lo encuentras se siente ¿No crees Serena? - guardé silencio porque no estaba preparada para esta conversación- ¿Podrías hacerme un favor?
-Si.
-Llama a Mina, que traiga a su amigo y conviértelo también…- alcé ambas cejas.
- ¿No crees que alguien podría sospechar? - me sonrió, acercó su mano a mi mejilla y me acarició.
-Confío en ellos…- asentí, él se retiró y tras darle vueltas a todo volví dentro, cuando llegué parecía estar dormido, el último sueño de su vida… Suspiré con pesar antes de coger el móvil para llamar a Mina, salí al balcón para admirar la luna, aunque tardó al final contestó.
-Serena…- escuché risas- ¡Para! Tengo que hablar…- rodé los ojos, tras escuchar pasos y una puerta cerrarse volvió a hablar- ¿Ocurre algo?
- Darien está en mi habitación, se está transformando…
- ¡Lo sabía! - comenzó a gritar mientras saltaba- ¡Eran nuestro destino!
- ¿A qué te refieres?
- ¡Vamos Sere! ¿No lo ves? Que fueran el mismo día que nosotras y consiguieran sobrevivir cuando ninguno más lo hizo…- mi padre… Él lo sabía ¿Lo habría preparado todo?
-Mina…- la interrumpí- ¿Estáis seguros de esto? - suspiró profundamente.
-Si, es mucho más profundo de lo que pensaba. No podría vivir sin él.
-En ese caso venid a mi habitación y lo haré.
-Pero tú no…- la interrumpí.
-Te explicaré después, ahora tráelo para que ambos despierten mañana.
- ¿Estás segura? Podría morir si…- miré a Darien, seguía durmiendo plácidamente.
-Darien está bien…- esperaba que no se enfadará al despertar.
- ¡Enseguida estoy ahí! - gritó antes de colgar, no tardaron ni 5 minutos. Para mi malestar Diamante venía con ellos.
- ¿Otro? ¿Qué demonios os pasa?
- ¡Vete!
-No…- se cruzó de brazos y miró a Darien sorprendido- ¿No ha muerto?
- ¡Si no te vas ahora mismo te lanzaré por la ventana! - lo señalé con el dedo- ¡Y puedes apostar que no estoy jodidamente bromeando!
- ¿No escuchaste? - insistió Mina mientras lo empujaba fuera- ¡Tenemos cosas que hacer! – en cuanto cerró la puerta ambos miraron a Darien antes de volverse a mí.
- ¿Vosotros…? - preguntó Malaquite señalándonos y negué.
-No me quedó otra opción, era convertirlo o dejarlo morir…- asintió.
-Hiciste lo correcto…- cogió la mano de Mina- Yo también quiero hacerlo…- se miraron fijamente, podía sentir como su amor llenaba la habitación- Te amo.
-Yo también…- por un instante sentí envidia.
-Hazlo de una vez…- sabía a qué me refería, salí un momento al balcón para darles privacidad, mirando el cielo recordé a mi madre, solía llevarme a pasear en las noches y hablábamos mirando las estrellas… Había estado tan cerca…
- ¡Serena! – me llamó, cuando entré procedí a darle mi sangre y tras acomodarlo en la cama junto a él pregunté.
- ¿Damos un paseo?
- ¿Estarán bien? - preguntó preocupada y asentí.
-Lo estarán…- salimos a mi parte favorita del jardín y procedí a explicarle todo. Desde lo ocurrido con mi madre hasta lo de Darien, ella me escuchó en silencio y sin un solo reproche me abrazó. Estuvimos así hasta que amaneció, yo volví a la habitación mientras ella buscaba "algo" para ellos. Conforme me acercaba el nudo en mi estómago era cada vez mayor y por primera vez en mi vida me sentía perdida…
DARIEN
¡Joder! La cabeza me daba vueltas ¡Qué mierda! ¿Bebí anoche más de cuenta? Cuando abrí los ojos no reconocí la habitación en la que estaba y casi me da algo cuando vi a Malaquite junto a mí.
- ¡Qué demonios! – di un respingo, salté tan alto que di un cabezazo en el techo y no dolió ¡Que mierda! ¿Por qué no recordaba nada? El hospital, eso sí lo recuerdo… Fui al baño y me sorprendí al verme en el espejo- ¡Joder!- juraría que era al menos 10 cms más alto, mi espalda era casi el doble que antes, los músculos de mis brazos y piernas también habían crecido- Debo estar soñando…- incluso mi cara parecía más perfecta de lo que ya era, entonces la sentí- Mmmmmm…- su olor era embriagador, cerré los ojos deleitándome con él, entonces me di cuenta que además de sus pasos escuchaba todo tipo ruidos y sonidos. Pero solo uno tenía mi interés, cuando entró a la habitación y la vi asomar por la puerta del baño todo lo ocurrido llegó a mí y entonces lo entendí…
- ¿Cómo te encuentras? - preguntó algo nerviosa, volví a admirarla por completo. Si ayer me parecía hermosa, ahora era perfecta. Ella parecía estar haciendo lo mismo conmigo y cuando la vi atrapar su labio entre los dientes perdí la razón. En cuestión de medio segundo la tenía entre mis brazos, la metí dentro, cerré la puerta y la acorralé contra ésta- ¿Tienes hambre? - preguntó casi sin respiración- Mina enseguida traerá…- no me interesaba nada más que ella, me acerqué muy despacio, cuando nuestros labios se encontraron sentí una especie de corriente que me recorrió todo el cuerpo por completo ¡Joder! Si realmente existía el cielo debía sentirse algo así- ¡Joder! - gimió entre mis labios mientras sus manos se enlazaban en mi cabello, enredaba las piernas en mi cintura y hacía fuerza contra mi erección, a pesar de la ropa en medio podía sentir el palpitar de su clítoris. Deseaba deleitarme con su cuerpo todo el tiempo del mundo, pero no podía olvidar que Malaquite estaba en la habitación contigua y estábamos en un baño. La próxima vez lo haría, saqué su camisa y sujetador para poder disfrutar de sus perfectos pechos, metí un pezón en mi boca- ¡Ahhhh! - fui alternando con ambos mientras sus gemidos aumentaban mi placer, una de sus manos tiraba fuertemente de mi cabello mientras la otra quitaba mi camisa, siguieron los pantalones… Cuando la tuve desnuda me alejé lo justo para admirar su perfección, en mi vida había poseído mujeres de todo tipo, pero nunca había sentido la necesidad que siento por ella- ¿Vas a limitarte a mirarme o me follarás de una vez? – exigió con su mirada ardiendo en deseo tal como debía ser la mía y sonreí de lado.
-Deseo hacerte tantas cosas…- me relamí los labios- Pero no es momento…- susurré antes de volver a abrazarla, mientras la besaba con pasión la penetré de una fuerte estocada.
- ¡Joder! ¡Si! - gemimos casi a la vez, conforme aumentaba el ritmo también lo hacía mi deseo, los gemidos eran cada vez más fuertes y cuando llegamos al clímax fue apoteósico. No quería separarme nunca de ella, besé su cuello con dulzura, comencé el ritmo de nuevo, pero entonces susurró.
-Ahora no…- ¡Mierda! - Mina está aquí, debes beber y tenemos que hablar…- ¿hablar? Esperaba que no fuera sobre ese idiota- No te preocupes, te enseñaré a hacerlo sin que dañes a nadie, el hecho que bebas sangre no implica que no puedas comer más cosas, pero no puedes dejar de hacerlo o la sed te dominará y ahí puedes ser peligroso ¿Entiendes?
-Soy un vampiro…- pensé en voz alta, ella se separó de mí y se puso la ropa.
-Lo siento, no tuve opción…- suspiró- Normalmente se habla y se llega a un acuerdo…- otro suspiro- Pero no había tiempo.
-Recuerdo que me mordió, me dolía y luego tú…
-Te di mi sangre para que te convirtieras…- me miró nerviosa de nuevo- ¿Estás enfadado?
- ¿Enfadado? - asintió y negué.
-Me siento mejor que nunca…- suspiró aliviada.
-Me alegro…- me acerqué a abrazarla.
- ¿Esto en que nos convierte?
- ¿Te parece si lo hablamos luego? - no me gustaba como sonaba ese luego, pero lo dejé pasar- Ahora debes prestar atención para aprender a beber del humano con cuidado de no matarlo.
-Bien.
- Como eres nuevo necesitarás hacerlo una vez al día, conforme pase el tiempo podrás aguantar una semana…- asentí sin dejar de admirar sus curvas- A menos que te debilites por algún motivo y tengas que hacerlo antes por necesidad…- entonces recordé su estado cuando la llevaron al hospital.
- ¿Eso te pasó anoche?
-Si…- tosió algo incómoda- Gasté mis energías en salvaros.
- ¿Yo también puedo curar?
-No.
- ¿Por qué no?
- ¿Podemos esperar a hablarlo después? - no muy conforme terminé de vestirme en silencio, cuando salimos nos encontramos a ambos mirándonos con una pícara sonrisa.
- ¿No te peinaste hoy? - preguntó su amiga divertida, ella resopló mientras usaba sus dedos como peine.
- ¿Podemos centrarnos en esto primero? - rodó los ojos.
- ¡De acuerdo! Siéntese, enseguida los traigo… - hicimos lo que nos dijo, me fijé que Malaquite también se veía bastante más grande y sus rasgos más ¿atractivos? ¿Sería esa la razón de mi deseo por ella? Casi al momento deseché la idea, su amiga también era perfecta y no despertaba nada en mí, Malaquite gruñó.
- ¡Ni siquiera lo pienses! - le entrecerré los ojos.
- ¿Qué?
-Puedo oír lo que piensas…- abrí los ojos sorprendido.
- ¿Por qué yo no escucho?
-Te ha bloqueado…- explicó Serena, al ver mi cara de no entender siguió- Todos podemos leer los pensamientos de otro, con desearlo basta…- traté de leerla sin éxito- Como comprenderás es un asco que todos sepan lo que piensas…- asentí- Usamos el bloqueo para evitarlo…- volví a entrecerrarle los ojos a Malaquite.
- ¿Quién te enseñó?
- ¡Yo! - gritó Mina antes de sentarse sobre sus piernas y besarlo con pasión, Serena se acercó a mí.
-Solo debes pensar en que no quieres que nadie te escuche ¡Es fácil!- lo intenté, le dije lo buena que estaba y no pareció que escuchara ¡Bien!- Ahora centrémonos en esto ¿De acuerdo?- la miramos con atención- Como se habrán dado cuenta ya no son como antes, ahora son vampiros…- comenzó a contarnos todo lo que debíamos saber sobre nuestras nuevas habilidades y las pocas debilidades que teníamos, sin olvidar la alimentación, forma de vida, reglas, etc.- ¿Alguna duda?
- ¿La comida seguirá teniendo el mismo sabor? - sonrió.
-Si ¿Algo más?
-Ahora que somos más fuertes, rápidos y con los sentidos más desarrollados ¿debemos limitarnos con otros humanos? – preguntó Malaquite y me sentí estúpido de preguntar la gilipollez de antes.
-Así es, como os dije no queremos llamar la atención…- volvió a mirarnos expectante- ¿Algo más?
-Por mí no, estoy preparado para empezar…- me miró y codeó mi costado- ¿Y tú compañero? – sonreí antes de chocar las manos.
- Solo una cosa más ¿Qué pasará con nuestro trabajo?
-De momento pueden seguir donde estaban, pero cuando puedan levantar sospechas…
- ¿A qué te refieres exactamente?
-Nosotros no envejecemos…- ¡Mierda! ¡Ni siquiera había caído en eso! Era totalmente lógico que no podía aparentar 34 cuando tenía 56, ella debió intuir lo que pensaba y cogió mi mano antes de seguir- Por eso nos mudamos cada 15 años, es la mejor forma de no levantar sospechas.
-Entiendo.
-Con el tiempo te acostumbras…- dijo con un deje de tristeza y pregunté sin más.
- ¿Quién te convirtió? - miró a Mina antes de contestar, cosa que llamó mi atención.
-No importa…- se alejó a la puerta, Mina la siguió y cuando abrió nos acercó a 2 chicas de unos 25 bastante buenas, pero no me provocaban lo mismo que Serena…
-Levantaos…- nos acercamos a ellas, a pesar de estar con los ojos abiertos parecían estar en un sueño.
- Coged sus hombros con delicadeza…- lo hicimos- Muy bien, ahora doblad su cuello ligeramente a la izquierda ¿Veis la yugular? Vuestro instinto os guiará, debéis morder justo ahí…- nos mostró el lugar exacto, podía sentir como se movía arriba y abajo con precisión. En cuanto sentí la sangre en mi boca fue como si no hubiera bebido en años, parecía que nunca tendría suficiente- Despacio, cuando sientas que su ritmo baja debes parar…- seguimos sus indicaciones y a pesar del placer de su sabor paré en el momento apropiado, su sonrisa orgullosa me hizo sentir en una nube- Muy bien.
- Serena ¿Podemos hablar ahora?
-Primero debéis hablar con el jefe…- se dirigió a Mina- Ocúpate de las chicas mientras los llevo a su presencia.
- ¡Enseguida! – dijo entusiasmada, le dio un beso intenso a Malaquite y se fue con las chicas igual de rápido que llegó. El verlos así me hacía preguntarme ¿Por qué Serena no era así conmigo? ¿No sentiría la misma atracción? Cuando salimos y vi que éramos el centro de atención me olvidé de todo eso, me sentía igual que si fuera arrastrado a prisión. Cuando entramos a un enorme salón nos explicó.
-Esperad aquí, el jefe vendrá enseguida. Hablad con él todo lo que necesitéis, pero recordad que debéis respetarlo…- cuando iba a alejarse la tomé del brazo.
- ¿Qué lo hace ser el jefe?
-Es un vampiro de sangre pura…- ¡claro! Eran los más antiguos y poderosos- Y de los más antiguos, por eso debe ser respetado.
-Gracias.
-No hay de qué.
-Serena…- dijo un vampiro de aspecto afable, no parecía ser muy mayor, pero supongo que es la ventaja de ser uno de ellos.
-Jefe…- hizo una pequeña reverencia con su cabeza y la imitamos- Ellos son Darien y Malaquite, son los nuevos miembros de nuestro clan.
-Gracias, me encargaré de ellos…- tras otra reverencia salió sin darme una sola mirada y me sentí algo decepcionado, pero entonces el jefe nos olió y sonrió.
-Tú eres Malaquite, el compañero de Mina…- asintió y se volvió a mi- Tu Darien el de Serena…- sonreí orgulloso ¿eso significaba que ella era mía? - Me alegro de conocerlos, lamento que las cosas no salieran como preveía, pero al menos siguen vivos y forman parte de nuestra familia…
- ¿A qué se refiere?
- ¿No lo imaginan? - abrí los ojos sorprendido y todo tuvo sentido.
- ¿Usted fue la fuente anónima?
-Interesante…- dijo mientras daba vueltas a nuestro alrededor- ¿Eras el inspector al cargo?
-Supongo que no es una pregunta…- rió.
-Tienes razón, si se sientan les contaré todo, pero debe quedar entre nosotros…- nos miró amenazante- ¿Entendido? - asentimos a la vez, cuando se ponía así no parecía el mismo hombre- Como han podido comprobar se enfrentan a uno de los vampiros puros más crueles y despiadados que existen, además de uno de los más poderosos.
-Si no hubiera sido por ella estaríamos muertos…- lo interrumpió Malaquite y él se acercó.
- ¿Te refieres a Serena?
-Perdón, no quería interrumpirlo.
-No importa…- me miró a mi- ¿Le hizo algo?
-No…- aparte de dejarla sin energía.
- ¿Él lo sabe? - lo miré sin entender y suspiró- Entiendo…- tras unos segundos en silencio siguió- Eso nos deja poco margen, debemos actuar antes que él.
-Pero después de lo que pasó no creo que debamos arriesgar las vidas de más hombres…- sonrió.
-No lo harán, esta vez irán con algunos de los míos, confío en que lograrán matarlo antes que llegue a Serena.
- Haremos lo que esté en nuestra mano.
-Solo os pido algo a cambio…- lo miramos con interés- Deben dejar a las chicas fuera de esto…- ¡Mierda! Sabía su interés por matarlo, yo había prometido ayudarla. Sin embargo, ahora debía dejarla fuera, a pesar de los problemas que sabía me traería me sentía mejor de no tener que arriesgarla…
SERENA
Cuando salí del salón y nos encontramos me miraba divertida.
- ¿Vas a contarme? - suspiré.
-Realmente no hay mucho que contar…- me entrecerró los ojos.
- ¿Cómo qué no? ¡Por si no lo recuerdas estábamos a una puerta de vuestros gemidos!
-No negaré que tuvimos sexo, pero no estoy segura que sea algo más…- mentí, había sentido todo, pero tenía miedo.
- ¿Miedo? - ¡Mierda! Me bloqueé de nuevo.
-Ya te oí…- suspiró- Sus sentimientos son palpables para cualquiera, no engañarás a nadie diciendo que no lo sabes, entiendo tu situación, pero no puedes dejar de lado tu vida por una venganza…- sonrió- ¿Me prometes que lo vivirás? - le devolví la sonrisa.
-Lo haré…- nos abrazamos y permanecimos en silencio, no era mentira, simplemente lo pospondría un tiempo, hasta que ese maldito estuviera muerto.
-Ahora que ellos pueden ayudarnos ¿Cuál es el plan?
-Debe ser bueno, ahora nos conoce a todos…- resoplé- No será fácil acercarse sin que nos detecte.
- ¿Será peligroso para ti?
-Puedo cuidarme…- podría haberme matado antes de atraparme, lo que me lleva a la cuestión ¿Por qué no lo hizo? - Ahora que lo sabe el tiempo se agota.
- ¿Vendrá por ti si no lo encontramos antes?
-Tardará algún tiempo en recuperarse del todo, pero estoy convencida que en cuando esté repuesto vendrá por mí.
- Pero si lo dañaste una vez puedes volver a hacerlo.
-Lo pillé por sorpresa, esta vez no será tan fácil…- suspiré con pesar- Si no hubieran irrumpido ya estaría muerto…- pasó su brazo por mis hombros y sonrió.
-Era nuestro destino…- me guiñó y reí- Ellos eran la razón que estuviéramos allí…- ¿Podría ser posible? - Hablando de eso ¿Es bueno? - reí de nuevo.
- No creo que sea de tu incumbencia…- rodó los ojos.
-No quiero detalles solo saber si es bueno o no.
- ¿Acaso te he preguntado yo por el tuyo? - su mirada tornó oscura.
-Es buenísimo ¡Tu turno!
-No voy a hablar de eso.
- ¿Mejor que Diamante?
- ¿Hablan de mi preciosas? - ¡Mierda!
- ¿Qué haces aquí? – pregunté enfadada y alzó los hombros como si nada.
-Pasaba por aquí y escuché mi nombre…- sonrió de lado- ¿Salimos a tomar algo?
-En cuanto lleguen nuestros chicos…- dijo Mina y gruñó.
- ¿Sus chicos? – su mirada no se separaba de la mí y asentí, entonces cerró los ojos para olernos, cuando volvió a abrirlos su mirada era aterradora- ¿Lo follaste?
-No es asunto tuyo…- apretó los dientes con fuerza y golpeó la pared más cercana, hizo un enorme agujero y lo miré mal- ¿Qué demonios te ocurre? ¡Sabes que no está permitido…!
- ¡No me jodas más Serena! - rodé los ojos.
- ¡Puedes apostar que no es mi intención! - nos retamos en silencio.
- ¡Hemos estado juntos 50 jodidos años!
- ¿Y? - me entrecerró los ojos.
- ¿Cómo qué y?- me puse en arras.
- ¿A dónde quieres llegar?
- ¡Somos perfectos juntos! ¿Por qué un humano?
-Gracias a ti ya no lo es.
- ¡Jodido Jesús! ¿Quieres dejar las minucias a un lado y hablarme claro?
-Ellos son nuestros compañeros…- intervino Mina y su ira pasó a resignación.
- ¿Él…? - asentí y sin decir nada, salió dando portazos por todas las salas hasta que estuvo tan lejos que ya no pude oírlo.
- ¿Crees que esté bien?
-Se le pasará, nunca lo engañé respecto a nuestra relación.
-No sé…- chasqueó la lengua- Por su comportamiento todo el mundo creía que vosotros…- rodé los ojos.
- ¡Me importa una mierda lo que nadie piense!
-Como quieras, ahora dejando de lado a Diamante ¿Qué haremos con lo otro?
-Nosotros nos haremos cargo…- nos interrumpieron al llegar junto a nosotros- El jefe nos ha cedido algunos hombres para realizar el operativo…
- ¡Me apunto! - cuando Darien me miró, si necesidad de leerlo lo supe- No me dejarán acompañarlos…
-Serena, yo…
- ¡Que te jodan! – le grité más molesta de lo que había estado nunca y corrí lo más rápido que pude para alejarme de él, sabía que había sido petición de mi padre, pero ¿Por qué no insistió en que debía ir? ¡Quería ser quién acabara con su vida tal como él lo hizo con ella! Cubrí mis pasos para no ser rastreada y fui al lago a pensar. Las cosas habían cambiado, estaba sola, pero podría seguirlos y esperar el momento apropiado para acabarlo…
Sonreí mucho más animada, si algo había aprendido de mamá era ser perseverante, conseguiría hacerlo de una vez por todas, no importaba que nadie me ayudara ¡Lo haría! Porque ese en realidad era mi destino…
DARIEN
¡Mierda! Sabía que iba a enfadarse, a mí tampoco me gustaba la idea, pero el jefe fue bastante claro.
-Debería…- su amiga me paró y negó.
-Déjala, necesita estar sola…- se volvió a Malaquite- ¿Por qué no puede ayudar?
-El jefe no quiere que ninguna se arriesgue.
-No me parece justo, ella lo ha enfrentado una vez y si no hubiera sido por vosotros lo habría matado.
-Nunca lo sabremos seguro…- suspiró.
-Confío en sus habilidades…- nos señaló- No hay más que veros, os ha salvado la vida y os ha dado una nueva…- se acercó a susurrar- Y créanme cuando les digo que no todos pueden conseguir algo así.
- ¿A qué te refieres?
-Pregúntale tú mismo…- hablaría con ella después.
-Ahora debemos irnos…- Malaquite asintió y la besó.
-Esta noche acabaremos con él…
- ¿Esta noche? - besó el tope de su cabeza.
-Si, prepararemos el operativo ahora mismo.
-Tened cuidado…- se abrazaron otra vez.
- Lo tendremos…- tras otro beso se perdió por los pasillos mientras nosotros volvíamos al salón de antes, ya estaban reunidos todos los vampiros que nos ayudarían esta noche. Después de observar sus habilidades le otorgamos una posición, en nuestro caso todavía no sabíamos cuáles eran, pero si todo salía según los planes no las necesitaríamos. En cuanto anocheció subimos en 4 camionetas diferentes para ir al lugar donde nos informaron que se encontraba, un reconocido prostíbulo de lujo.
- ¿Listo hermano? - chocamos los puños.
- ¡Listo! – entramos siguiendo todas las pautas, conforme avanzábamos fuimos dejando fuera de combate a todos sus hombres, me sorprendí de ver que algunas de las chicas que trabajaban allí eran vampiras, eso me recordó a Serena. No había podido buscarla en todo el día, necesitábamos hablar de muchas cosas, si todo salía bien esperaba que se sintiera lo suficientemente feliz para que pudiéramos hacerlo sin rencores…
- ¡Darien! - gritó Malaquite junto a mí- No es momento de pensar en nada que no sea esto.
- ¡Joder! Tienes razón.
-Está en la última al fondo…- me informó antes de seguir avanzando, pero fue él quien nos salió al paso, aunque se había recuperado bastante todavía estaba hecho mierda. Su mirada se fijó en nosotros.
- ¿Quedaron con ganas de más? – no había tiempo que perder, con una rápida seña empezamos a acorralarlo, todo parecía ir bien, pero me incomodaba que no dejara de reír, cuando íbamos a darle le golpe final el vampiro encargado se desvaneció en el aire sin llegar a tocarlo, otros 3 lo intentaron con el mismo resultado ¡Qué demonios! ¿Qué era esa cosa? ¿Seríamos así algún día? Entonces la sentí, un temor que no había sentido nunca se adueñó de mi cuerpo antes de verla justo detrás de ese monstruo, antes poder avisarla de lo que podía ocurrirle un haz de luz se expandió con fuerza y nos desplazó varios metros hacía atrás.
-Serena…- la llamé entre la neblina de luz, era demasiado fuerte para mis ojos, cuando la intensidad bajó pude abrirlos, ella estaba sola en el mismo lugar que antes, corrí a su lado para asegurarme que estaba bien y la tomé en brazos. Miré alrededor buscando algún rastro de esa cosa, pero solo había un polvo negruzco alrededor, intuía que tenían alguna relación.
Dejamos gente encargada de limpiar el desastre y volvimos para informar al jefe, nada más verla en mis brazos corrió junto a mí.
- ¡Serena! - la tocó y suspiró tranquilo- Solo está débil…- la tomó de mis brazos y llamó a algunas personas para encargarle su cuidado ¿Habría actuado así con cualquiera? ¿O ella era especial para él?
- ¿Se acabó?
-No sabría decirle.
-Eso quiere decir que…
-Antes que la luz nos cegara, ella estaba detrás…- parecía molesto.
- ¿La llevaron a pesar de mis órdenes de no hacerlo?
- ¡No! ¡Apareció sin más!
-Hablaré con ella…- dijo algo seco.
-Yo nunca la hubiera puesto en riesgo.
- ¿Perdieron a muchos?
-4 antes que ella apareciera.
-Hasta la terquedad heredó de ella…- casi susurró y no quise indagar- Puedes retirarte…- dijo antes de alejarse hacía la sala donde estaba. Necesitaba hablar con ella y ahora mismo era imposible, conforme pasaban los días la angustia era cada vez más grande, pasaron un par de días antes de volver a verla y esperaba que ese tiempo la hubieran calmado de su enfado…
SERENA
¡Joder! ¡Qué mareo! ¿Dónde estaba? ¿Qué había ocurrido? Cuando trataba de incorporarme todo volvió a mi…
Mina me había contado que lo harían esta noche, estuve atenta a sus movimientos hasta que llegó la hora de partir. Después los seguí hacía un prostíbulo y aprovechando mi roll de mujer, entré haciéndome pasar por una de ellas, a fin de cuentas, no era la única vampira presente. Dentro seguí mi propio camino, tenía claro mi objetivo y esta vez no lo perdería, no tardé mucho en conseguirlo, lo tenía justo de espaldas y estaba tan concentrado en los vampiros frente a él, incluido Darien, que no se percató de mi presencia, pero no había tiempo que perder, agarré su cuello e hice fuerza, la energía se desprendía de mí en forma de luz.
- ¡Tú otra vez!
- ¡Esta vez acabaré lo que empecé! - comenzó a reír.
-Tu madre no fue lo suficiente fuerte ¿Crees que tu sí?
- ¡Ni siquiera la nombres! - con toda la ira acumulado gasté mis últimas energías para desgarrarlo.
- ¡Maldita! - fue lo último que gritó antes de desvanecerse en el aire, el polvo negro que desprendió me hizo perder la consciencia...
-Serena…- ¡Mierda! Por su tono sabía que estaba en problemas.
-Hola…- me miró muy serio.
- ¿Por qué no puedes hacer caso por una vez?
-Tenía que hacerlo…
-Lo tenía controlado…- rodé los ojos.
-No fue eso lo que vi...- con un suspiro se sentó junto a mí.
- ¿Lo conseguiste? – asentí y me abrazó- No puedo creer que lo hicieras y sigas viva.
- ¿Qué quieres decir? - miró al frente antes de hablar.
-Ese día, debíamos encargarnos de él…
- ¿Qué?
-Estaba llamando demasiado la atención, el consejo se reunió y nos encomendaron liquidarlo.
-Pero entonces…- todo empezó a cobrar sentido, ella quería tenerme fuera pero no contaba con que volviera.
-Siento haberte mentido, pero no quería que te acercaras porque antes que llegaras juró vengarse de nosotros a través de ti.
-Por eso querías esconderme…- asintió.
-No podría hacerlo si no sabía quién eras, pero puedo asegurar que no ha parado de buscarte.
-Por eso me querías fuera de esto…- asintió de nuevo.
-Tú eras su objetivo.
-Entonces ¿Por qué no me mató cuando tuvo oportunidad?
-Solo él lo sabe, pero me alegro que no consiguiera…- suspiré dejándome caer sobre su pecho.
-Tuve que emplear mucha energía.
-Lo sé, has estado inconsciente 2 días.
- ¿2 días? Con razón tengo tanta hambre…- reímos.
-Haré que te traigan algo.
-Gracias…- se levantó hacia la puerta, pero antes de salir dijo.
-Tu amigo está fuera, no ha parado de venir para verte, pero en tu estado no lo he dejado pasar...- el corazón me dio un vuelto al recordarlo.
-Hazlo pasar…- pero no fue Darien quien entró por la puerta.
- ¡Oh dios! ¡Serena! ¡Estás bien! – gritó abrazándome y no lo alejé, me sentía abrumada por todo lo que había descubierto y necesitaba algo de consuelo.
-Si…- tras unos minutos se separó dándome su irresistible sonrisa.
-Te amo…- escuché la puerta, pero antes de ver quién era me besó, estaba tan concentrada en averiguarlo que cuando su olor me llegó se había ido.
-Darien…- iba a correr tras él, pero estaba demasiado débil para hacerlo, tendría que esperar.
-No deberías preocuparte por él, no se ha molestado en preguntar por ti desde que llegaste…- sentí una fuerte punzada.
-Debe estar enfadado.
-Si realmente fuera tu compañero lo entendería…- eso me hizo dudar ¿Realmente lo era? ¿O solo era un espejismo? Entonces entraron Mina y Malaquite, al verlos abrazados, sonrientes y rebosando amor dudé más, nosotros solo habíamos compartido un momento de pasión, nada importante. Tal vez su deseo por mí sea porque fui yo quien lo convirtió y no tiene nada que ver con la conexión…
-Serena…- interrumpió mi padre- Ya están listos…- con ayuda de Mina fui a la sala anexa dónde bebí de 2 chicos. Una vez recuperada supe que necesitaba tiempo para pensar.
- ¿Ahora que harás?
-Me iré un tiempo.
- ¿Y Darien? – traté de sonreír a pesar que no me apetecía.
-Te deseo lo mejor…- la abracé muy fuerte.
- ¿Volverás pronto? ¿Verdad?
-Si…- salí por la puerta trasera para no encontrarme con nadie más, fui a mi habitación y tras coger todas mis cosas me fui en uno de mis coches. Debía buscarme a mí misma antes de volver…
UNOS AÑOS MÁS TARDE
Había tomado más tiempo del que esperaba, pero por fin había conseguido mi objetivo. Había visitado tantos lugares hermosos y disfrutado de ellos como nunca. Hablaba con mi padre cada semana, pero nunca pregunté por Darien ni él me dijo nada, lo que si me contó es que ya todos sabían que era su hija. Ahora estaba a punto de llegar a casa de nuevo, tras varias relaciones esporádicas supe que nadie me haría sentir lo mismo, estaba ansiosa por volver a verlo. Debíamos hablar sobre lo nuestro ¿Estaría enfadado por este tiempo alejados? ¿Por irme sin despedirme o hablar con él? Cuando entré por la puerta sentí una ligera punzada, estaba comiéndose la boca con una rubia ¡Bueno, tal parece que le ha ido bien!
-Hola…- saludé al pasar por su lado, antes de alejarme agarró mi brazo, haciéndome sentir de nuevo.
- ¿Serena? ¿Has vuelto? - preguntó como si no lo creyera.
-Si…- miré a la rubia cogida a su cintura y suspiré- Voy a mi habitación...- iba a darme la vuelta cuando lo escuché.
- ¿Podemos hablar?
-Dame 20 minutos.
-Bien…- seguí mi camino hasta mi habitación, cuando estaba por terminar aparecieron Mina y Diamante.
- ¡Serena! ¡No puedo creer que estés de vuelta!
-Te dije que volvería…- me entrecerró los ojos.
- ¡Nunca dijiste que te irías tanto tiempo! - se los rodé.
-Estaba tan entretenida que se me pasó volando, me alegro de estar de vuelta…- me acompañaron en su busca mientras charlábamos sobre estos años sin vernos, aunque con Diamante había coincidido algunas veces, una de ellas se quedó unos meses para tratar de retomar lo que tuvimos, pero no funcionó, cuando llegamos al jardín, lo vi sentado en uno de los bancos y me despedí.
-Nos vemos chicos…- antes de alejarme Diamante susurró.
-Te sigo amando como entonces…- sonreí con tristeza.
-Por mucho que quiera no puedo corresponderte…- se acercó a besar mi mejilla.
-Piénsalo…- señaló a Darien- Él ha seguido adelante…- eso me hizo sentir incómoda, pero debía afrontarlo de una vez, si realmente era feliz sin mí tendría que respetarlo, eso significaría que nunca fuimos nada especial y todavía quedaba alguien para mí.
DARIEN
¡Joder! ¡Joder! No podía creer que había vuelto… Había soñado tantas veces con ese momento desde que se fue que cuando la vi pensaba que era otro de mis sueños. Me he arrepentido todos y cada uno de los días de su ausencia por no haberla afrontado ese día ¡Debería haberle gritado a ese idiota que era mía y no la tocara! Pero el miedo y la culpabilidad me hicieron actuar como un cobarde. Estuve varios días viendo la mejor manera de hacerlo, pero para entonces se había ido…
- ¿Nervioso Chiba?
- ¿Qué demonios quieres?
- ¡Qué genio! Solo venía a informarte que Serena y yo nos vamos de viaje.
- ¿Qué dices? - pregunté airado y sonrió de nuevo.
-Lo has oído perfectamente…- me guiñó- Ella salió hace 2 días, pero he tenido cosas que hacer antes de acompañarla…- ¿Se iba a quedar con él?
- ¿Por qué no me lo dice ella misma?
-No es necesario…- me guiñó de nuevo antes de darse la vuelta- Más suerte la próxima vez…
¡Mierda! Me sentí tan estúpido por haber pensado que para ella fue algo especial, solo fui uno más. Todavía no sabía porque estaba aquí a punto de hablar con ella. De todas formas ¿qué pintaba la hija del jefe con un vampiro insignificante como yo? Diamante en cambio también era como ella…
-Hola…- se sentó a mi lado.
- ¿Cómo estás?
-Bien…- sonrió- He tenido mucho tiempo para pensar.
- ¿En qué?
-En todo…- traté de leerla sin éxito.
- ¿Vas a casarte? – pregunté directamente y me miró raro.
- ¿Casarme? – llevaba un tiempo oyendo rumores sobre su vuelta y pronta boda con Diamante, a pesar que volvió del viaje solo, dejó claro cada vez que su relación seguía.
-Si…- sonrió divertida.
- ¿Es una proposición? – tragué grueso y una pequeña llama de esperanza se encendió en mi interior.
- ¿Aceptarías? - se puso seria.
- ¿Te encuentras bien?
-Necesito saber porque me dejaste…
-No puedo dejar algo que nunca empezó…- ¿Parecía dolida o eran cosas mías?
-Pensaba que…- me entrecerró los ojos.
- ¿Pensabas que un momento de sexo nos convertía en pareja? – su tono iracundo dolió.
-Yo… No entendía sus costumbres y pensé…
-Ya no importa…- volvió a sonreír con melancolía- Me alegro que hayas salido adelante.
- ¿Tú lo hiciste? – negó y volví a sentir la esperanza de nuevo.
-No.
- ¿Eso significa que no vas a casarte? - volvió a mirarme raro.
-No tengo con quién…- mi corazón se aceleró como nunca.
- ¿Diamante?
- ¿Qué pasa con él? - en ese momento me sentí más estúpido si cabe ¡Maldito imbécil!
- ¿Desde cuándo no lo ves?
-No sabría decirte, vino a verme cuando me fui, se quedó unos meses, luego vino otras 2 veces más y estuvo unos días ¿Por qué? - ese hijo de puta ¡Me había mentido! Como idiota lo creí, si hubiera sabido que estaba sola la habría buscado en vez de quedarme aquí resignado y tratando de aliviar mi dolor con otras mujeres, nunca volví a sentir lo mismo que con ella ¿Le habría pasado igual?
- ¿Tienes a alguien?
-Nadie especial.
- ¿Eso es un no?
-Si…- no me importaba si había tenido sexo con otros, ahora mismo solo olía a ella misma- ¿A dónde quieres ir a parar? – su olor me embriagó, la cercanía me cegó, actué sin pensar y la besé con pasión, por suerte me devolvió el beso de igual forma.
-Serena…- susurré entre sus labios sin querer alejarme- Te he echado tanto de menos…- cogí sus labios de nuevo entre los míos- Me he vuelto loco pensando que me habías dejado para estar con Diamante…- se alejó de mí y casi gruño por la lejanía.
- ¿Diamante? ¡Pero si me fui sola! ¿Por qué pensaste algo así?
-Cuando te fuiste se fue contigo, o al menos eso me hizo creer. Luego volvió, pero siempre ha actuado como si fuerais pareja, hace poco comenzaron los rumores sobre su boda y al verte aquí deduje que…
- ¿Qué había venido para casarme con él? - asentí- ¡Si no lo he visto en años! - ¡Joder!
-Me siento tan estúpido…- resoplé mientras me despeinaba sin control- Tanto tiempo perdido ¡Si no hubiera sido por él te habría buscado y hablado contigo hace años!
- ¿Por eso no me buscaste? ¿Pensabas que él y yo…? - se levantó algo enfadada, pero respiró profundo antes de preguntar- ¿Hay alguien en tu vida? – en cuestión de segundos la abracé y la besé de nuevo, había pasado mucho tiempo de esa única vez, pero había significado todo para mí.
-Solo tú…- susurré entre sus labios, no hizo falta más, con una sonrisa me arrastró a su habitación, nos desnudamos con prisas, ambos estábamos igual de ansiosos por esto, una vez desnuda la tumbé en la cama, esta vez podía disfrutar de ella como deseaba. Comenzando por su cuello fui deslizando mi lengua lentamente por todo su cuerpo, deteniéndome un poco más para saborear sus pezones erectos ¡Joder! Su temblor bajo mi lengua unido a sus gemidos me puso bastante duro, pero seguí centrado en ella, continué mi recorrido hasta alcanzar su centro, después de olerlo lamí toda su extensión antes de chupar su clítoris con fuerza.
-Darien…- gimió mi nombre antes de correrse para mí, tras tomar todo lo que me ofrecía subí de nuevo para ponerme a su entrada, ella alzó las piernas a mis caderas para facilitar mi invasión y fui entrando lentamente, una vez dentro del todo volví a besarla antes de prácticamente exigirle.
- ¡Cásate conmigo! – tenía claro lo que quería, a ella, y esta vez nadie me detendría. Con una sonrisa traviesa nos dio la vuelta y me montó con maestría ¡Joder! La simple visión de ella sobre mí me tenía al borde y cuando culminamos la sostuve fuertemente contra mí, no la dejaría alejarse nunca más- No has respondido mi pregunta…- besó mi pecho justo sobre mi corazón.
- ¿Acaso no es obvio? - sonreí.
-Quiero oírlo.
-Te amo Darien, siempre lo hice…- volví a besarla mientras nos daba la vuelta para poder hacerle el amor. A pesar del tiempo transcurrido se sentía cada vez mejor y aquí entre sus brazos supe que había encontrado mi lugar…
UNOS DÍAS DESPUÉS
- ¿Estás bien? - si siguiera siendo humano estaría sudando a raudales.
- ¿Cuantas veces he de decir que sí? - Malaquite negó.
- ¡No te pongas así! No es mi culpa que estés nervioso…- suspiró cansado- Todavía recuerdo mi boda con Mina…- ese día estuve feliz por él, pero iba con la esperanza de verla en algún momento y nunca se presentó.
- ¿Por qué no dejamos tu perfecto día y nos centramos en el mío? - rodó los ojos.
- ¡De acuerdo! ¡Qué genio!
- ¿Se puede? - ¡Mierda! Al verlo mis nervios aumentaron, le hicimos una reverencia como dictaba el protocolo a pesar que debido a nuestra íntima amistad no era necesario- ¿Nervioso?
-Solo un poco…- Malaquite carraspeó y lo fulminé con la mirada.
-Entiendo…- dijo divertido y rieron.
-Es que he esperado tanto por este momento…- puso su mano en mi hombro.
-Todo irá bien…- eso esperaba- Acabo de verla, está radiante y feliz como nunca…- eso llenó mi corazón.
-Gracias.
- Ahora debes darte prisa o se te adelantará…- más repuesto me di un último vistazo antes de salir.
- ¡Vamos! – dije más animado y salimos el jardín, él se quedó en la entrada para esperar a Serena y Malaquite me siguió para ocupar nuestros puestos en el altar, en cuanto la vi caminar hacía mi del brazo de su padre todo desapareció, solo existíamos nosotros y la vida que apenas comenzábamos.
SERENA
Si tuviera que elegir un día de mi vida como el más feliz no sabría por dónde empezar ¿Cuándo conectamos? ¿Cuándo nos sinceramos? ¿Cuándo nos casamos? ¿Cuándo nacieron nuestros hijos? Todo formaba parte de ella y era plenamente feliz, nunca supe que tan diferente era al resto hasta que tuve 3 hijos de un solo parto, lo normal era tener un solo parto de uno, en mi caso había tenido uno de 3. Mi padre recuperó su sonrisa al tener a sus nietos en brazos, sabía que el dolor por la pérdida de mi madre nunca desaparecería, pero había logrado seguir adelante y centrarse en lo que tiene. Mi nueva posición cambió mi vida, por suerte con Mina y Diamante seguía todo igual, él no tardó en encontrar su compañera en cuanto dejó de lado su obsesión por mí, aunque no lo crean, Malaquite, Darien y él son los mejores amigos.
Ambos dejaron el trabajo en la policía para hacerlo dentro del clan, eran consejeros de mi padre, yo en cambio me dedicaba a nuestros hijos, ahora unos rebeldes jovencitos de 12 años.
- ¡Mamá! ¿Puedes decirle a Dar que me deje en paz?
-Darien ¿Puedes dejar en paz a tu hermana Ikuko?
- ¡Pero si son ellas! - las señaló a ambas, Sere se hizo la desentendida.
-Es mentira mami…- le rodé los ojos a ambas, las conocía lo bastante bien para saber que les gustaba hacerlo rabiar.
- ¿Quieren salir a tomar un helado?
- ¡Siiiiii! - gritaron a la vez.
- ¡Le diré a papá que nos acompañe! - Dar salió corriendo en su busca mientras mis 2 princesas iban a cambiarse, él no tardó en llegar a buscarme con una gran sonrisa en su cara.
- ¿Lista?
- ¿Te ha convencido? - como digno hijo mío sabía cómo conseguir lo que quería.
-Sabe cómo ganarme…- lo besé.
-Me alegra que nos acompañes.
-Tu padre amenazó con echarme si no lo hacía…- dijo divertido y reí. Me gustaba que se llevaran tan bien.
-Recuérdame que le agradezca después…- sonrió de lado mientras se acercaba a mí.
-Bésame mi amor…- juntamos nuestros labios y nos dejamos llevar por el amor que sentíamos desde aquel día, mi fiel compañero, marido, amante y padre de mis hijos. Cuando llegaron los 3 a nuestro encuentro salimos a la calle agarrados de la mano tras ellos mientras los observábamos pelearse ¡Dios! Amaba a mi familia, me hacían sentir completa.
Es irónico pensar que la encontré por medio de mi sed de venganza, una que conseguir llevar a cabo dándole paso a un futuro que nunca había esperado. Mi madre nunca quedó en el olvido, hablaba con mis hijos de ella con total naturalidad para que la tuvieran siempre presente, al fin y al cabo, era parte de nuestra perfecta familia y sin su dolorosa muerte no estaríamos aquí. Dónde quiera que esté estará más que orgullosa...
FIN
URSU.
Aquí les dejo el siguiente, espero que les haya gustado. Muchas gracias por su apoyo, cualquier cosa no duden en contactarme.
Muchos saludos y besos para todos.
