CONDENADO.

"No me pidas algo normal… ¡mírame! Estoy jodido, y lo peor es que lo llevo en los genes"

Disclaimer: Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.

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Era una niña extraña, pero era su amiga, se vestía la mayoría de las veces de hombre, le costaba hablar, y no podía caminar sin sufrir una lesión terrible por su torpeza, pero era su amiga… ¿por eso ahora estaba reventando a golpes a aquel niño?... sí, y se sentía endemoniadamente bien.

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Muchas cosas le habían tocado vivir desde su nacimiento, nacer en cuna de oro y pertenecer a una gran y poderosa familia eran unas de ellas, eran las razones principales por las que no dejaba que nadie le pisoteara ni pasara por sobre él, a sus cortos 10 años lo entendía perfectamente…

El nació para cosas grandes.

Y nadie, absolutamente nadie, se atrevería a negarle nada, solo su madre… quizás.

Era constantemente perseguido por niñas caprichosas en busca de su amor, algo que no tenia del todo claro, pero sabía que en algún momento se debería de casar para mantener la dinastía Uchiha, era así y no le molestaba, él sería el patriarca y gobernaría por sobre el resto.

Entonces, si sabía todo aquello… ¿Por qué no podía alejarse de aquella niña?

La miro mosqueado, ella, con su gran chaqueta negra, con aquel gorro horrible, esos pantalones grises de niño, ese flequillo demasiado largo… todos pensarían que era un niño, pero no, era Hinata, aunque le costara admitirlo, era su amiga.

Él la había convertido en su amiga ¿Por qué? Aún no lo tenía claro, pero ella era interesante.

Se la habían presentado como su sirviente, ¿sirviente? ¿Qué podía hacer ella si hasta le costaba respirar? Pero para compañía, ella no estaba mal; jamás lo admitirá, pero le entraban unas ganas terribles de protegerla, algo así como a un cachorro abandonado. Es por eso que, en vez de sirviente, él prefería llamarle para sus adentros amiga.

No hablaban mucho, solo se hacían compañía en los recesos, siempre se juntaban en las escaleras del patio trasero, a veces ella llevaba algo para jugar, otras veces no, y así estaba bien, tampoco esperaba grandes cosas de ella.

Quizás por eso es por lo que siempre le sorprendía

Una vez vio sus ojos, hermosos ojos violáceos, aunque jamás lo admitirá, antes muerto.

-h-hoy vi u-una mariposa… -oh, también tartamudeaba, y mucho.

No le molestaba especialmente, su voz era muy suave y aguda, bajita como ella misma, de no ser porque ahí no había ruido alguno jamás la hubiese escuchado.

-Hmp. -

No había algo más que agregar.

Su amiga era débil, muy débil, enfermiza como solo ella podía serlo, tímida y llorona, no miraba a nadie a los ojos y parecía querer fundirse con las paredes.

Entonces porque…

Aquel odio, aquella electricidad toxica recorriendo su cuerpo y haciéndole pegar gritos de furia, sentía el sonido de la carne ser golpeada… era un sonido húmedo y placentero

Oh, era él el que estaba golpeando algo, si, estaba masacrando a un animal… veía todo rojo, no podía distinguir muchas cosas, sus oídos piteaban y parecía estar dentro de un túnel mientras algo cálido escurría por sus manos…

Sangre.

A lo lejos pudo escuchar los sollozos de alguien, una niña… Hinata.

Vio algo deforme debajo suyo, era el animal que estaba golpeando… no, eran el niño que le hizo daño a su amiga.

Se levanto como pudo, todo dolía como el mismísimo infierno, su pierna derecha se movió logrando un gran impacto en aquel abdomen blando y esponjoso, como amaba golpear cosas… y a ese golpe, le siguieron un centenar más, mientras el pequeño cuerpo del niño convulsionaba en el piso.

-U-uchiha-Sama. - un gemido, era ella, estaba en una esquina con las ropas hecha girones, sus piernas eran tan blancas que le incomodo… se sintió sucio.

Todo se volvió un caos luego, Hinata había caído en la inconciencia y ese niño pago aún más las consecuencias por ello.

Ella no podía cerrar los ojos maldita sea, ella debía de ver lo que él era capaz por ella…

-Cobarde. - espeto al aire mientras los adultos llegaban, todo era tan problemático.

Estaba magullado, todo le dolía horrores, haría que su madre le preparara un postre esa noche y se iría a dormir temprano, para mañana con suerte podría sentir las manos.

Quizás se había excedido un poco, solo quizás, y es que, de verle la cara a aquel tipo, era asqueroso.

Pero debían entender, tenían que entender que sus cosas no se tocan, las cosas de un Uchiha son preciadas.

- ¿y bien?... ¿Algo que decir? – su padre estaba ahí, parado en aquella oficina a la cual le dirigieron luego de haber casi matado a esos niños a pausa, le miro unos instantes mientras analizaba la situación, si… claro que había algo que decir. -

-Llévame a casa, Hinata necesita descansar, su ropa está sucia. - Vio a los padres de los niños golpeados mirarle con reproche, ¿Qué eran ellos? No tenían poder, no tenían agallas ni fuerza, no eran nada. Los miro con aquellos ojos que no transmitían nada, solo uno de los tres niños había salido casi ileso y gemía del susto entre los brazos de su madre. - Cerdo. – espeto con asco.

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Y si, Sasuke Uchiha a sus cortos 10 años, era una absoluta bestia, intranquilo, explosivo, controlador y profundándome pasional, él había sacado todos los rasgos Uchiha que no había llevado su hermano mayor, como su padre, no sabia que sentir, ¿miedo? ¿orgullo? Era tal la presión que había ejercido sobre él que termino creando una absoluta máquina, un monstruo de batalla.

Miro a la pequeña durmiente sobre los brazos de Maiko, tenía la ropa echa mierda, un profundo corte en el labio, y la cara roja e hinchada; por lo que se alcanzaba a ver, y Sasuke había masacrado a tres niños por esa ella, por lo demás no había mostrado un comportamiento TAN violento antes de que esta misma fuera agredida, así que la cuestión iba de ella, Sasuke había mencionado alguna vez que eran amigos, y los amigos eran familia, y la familia se cuida.

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-Bien. - pudo ver un atisbo de sonrisa en el rostro de su padre, no le parecía divertido en absoluto la situación. -

-Kakashi-sensei ¿Puede transmitir un mensaje? - miro a aquel hombre que alguna vez fue compañero de su padre. -

-claro. - no le gustaba su sonrisa, él siempre sonreía, no importara la situación, se le volvía retorcido. -

-Si vuelven a tocarla, los mataré. - ¿Quizás había sido demasiado infantil? Le preguntaría a su padre luego. -Estas hecha un desastre. - miro a la inconsciente niña de cabello corto, acercándose a su durmiente figura con las manos en los bolsillos, su mirada aun no transmitía nada, quizás la odiaba un poco por hacerle sentir débil. - vamos.

-Luego trataremos los pormenores de esta situación, como comprenderán Hinata está bajo la protección absoluta del "CLAN" Uchiha, lo que sus hijos hicieron hoy no quedara impune, si bien mi Sasuke no debió de tomar acto en tales proporciones, fue en defensa propia de él y de la niña, sus hijos han acosado por meses a mi protegida y hoy simplemente fue el colmo, no pidan que no reaccionemos ante semejante falta. – Su padre tenía un tono de voz profundo, calmo, serio y tajante que siempre le había impuesto respeto, pudo ver como los padres parecían hundirse dentro de sus asientos. - nada más que agregar, Kakashi.

Una de las sirvientas cargo el inerte cuerpo de Hinata y la llevo al auto, no se sentía cómodo con que la tocaran, era indecoroso.

- ¿Padre? - en todo el trayecto no había despegado sus ojos de ella.

- ¿mmh? -su padre revisaba su móvil distraídamente.

- ¿Te he avergonzado? - miro el cuerpo inerte de su amiga en los brazos de Maiko, parecía más tranquila.

-No.- aquello le sorprendió por unos segundos. - tu comportamiento de hoy… no ha sido errado, eres un Uchiha, recuérdalo. -

Quizás eran las palabras más halagadoras que podría haber escuchado nunca de su padre, y las guardaría para el recuerdo mientras tenía la certeza de que nadie volvería a tocar a Hinata nunca más.

A sus cortos 10 años, supo lo que era el sentido de protección y deber que tenía con esa niña, porque ella era débil, escuálida, torpe y patética, jamás podría vivir en un mundo por ella sola, y él se encargaría de cuidarla.

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NOTAS:

Oh, tanto tiempo si publicar nada, he estado escribiendo y tengo muchas cosas, pero nada completo aún, no he podido sacar otro capítulo de un fic que tengo aquí porque las ideas no vienen, y sin embargo tengo un montón de historias cortas sin terminar que nada tienen que ver con Slow Life… ya se me ocurría algo para seguir en eso.

¡Eh aquí otra invención! Espero les guste, no creo que sea muy largo la verdad, pero vamos, ni yo misma lo sé.

Saluditos.