NA: han pasado aproximadamente dos años desde el último capítulo del anterior fanfic "Nuestra historia". No voy a poneros aclaraciones de cómo se han ido desarrollando los hechos durante ese tipo porque tengo en mente ir haciendo referencia a ellos y explicándolo todo dentro de la propia historia.

Así que sin más, aprovechar para recordar que esta historia se encuentra situada aproximadamente a medio camino entre el final de Digimon Tri y del epílogo de 02. También, es una historia principalmente orientada hacia el Sorato y con la aparición de la mayoría de los demás personajes de forma bastante regular. Así como de algunos personajes propios míos.

Espero que os guste al igual que el anterior - especialmente a las conspiradoras de los tomates :D - y, lo prometido es deuda... Aquí va el primer capítulo. Las actualizaciones van a ir más despacio que la vez anterior, ya que por motivos personales no voy a poder llevar el mismo ritmo, por el momento. Luego, ya veremos.

Muchísimas gracias por leer y... aquí vamos.


Sora había salido de su estudio con paso rápido, atravesando el centro de la ciudad para llegar lo más pronto que podía a casa de los Yagami. Le seguía haciendo gracia usar aquel nombre para la casa de su mejor amigo, aunque hubieran pasado ya tres años desde que se había casado. Solía usarlo especialmente para meterse con él y hacerlo un poco de rabiar. Sin embargo, aquella vez, no era Taichi quien la había llamado con urgencia.

Subió las escaleras al encontrarse la puerta de la calle abierta y llamó al timbre un par de veces esperando a que Koemi abriera la puerta, no tardando en sentir pasos correteando antes de encontrarse con la cara de susto de la chica al otro lado.

- ¿Qué pasa? – fue lo único que pudo articular antes de que alargase el brazo hacia ella y la metiera de un tirón dentro.

Arrastró a Sora hasta el salón, casi preocupada de que las paredes pudieran escucharla o algo, empezando a preocupar realmente a la chica.

- Koemi, por favor, ¿se puede saber qué pasa? Estás empezando a asustarme. ¿Os ha pasado algo a Taichi y a ti? – cuando la había llamado le había pedido que no le dijera ni media palabra al chico si es que se cruzaba con él.

- No… pero necesitaba estar con alguien ahora mismo y no sabía a quién recurrir…

- Pero, ¿qué pasa?

Koemi giró la cabeza hacia la mesa en dónde estaba una cajita de cartón haciendo que la mirada de Sora se posase también sobre ella, reconociendo al instante lo que había en su interior, soltándose del agarre de ella y llevándose la mano a los labios.

- ¿Ya has hecho la prueba?

- No… ¡Y no quería hacerla sola!

- ¿Y no le has dicho nada a él?

- Claro que no… por eso te dije que si te lo cruzabas no le dijeras ni media palabra…

Ahora entendía todo y casi se acababa de poner ella tan nerviosa como aquella con la que estaba. Lo que había encima de la mesa era una prueba de embarazo y parecía que si Koemi estaba tan nerviosa como para haber tenido que esperar a estar completamente sola en casa para poder hacerla era porque tenía verdaderos motivos para sospechar que pudiera dar positivo.

- ¿No prefieres que te acompañe al médico para hacerla con más seguridad? – ofreció rápidamente.

- No, no puedo esperar más… Siento haberte sacado del trabajo tan… de esta forma, pero es que estaba volviéndome loca.

- No te preocupes – siendo por algo así podía sacarla del trabajo todas las veces que quisiera. Volvió a llevar la vista hacia la caja y luego hacia Koemi-. ¿La has hecho ya o todavía tienes que hacerla?

- No me he atrevido a abrirlo todavía…

- Pues venga, ya estás tardando – fue ella misma la que fue a por ella para tendérsela.

Los ojos de Koemi se quedaron fijos en la caja antes de alargar la mano, temblorosa hacia ella. Lo mejor iba a ser que saliera de una vez o acabaría por darle un ataque de nervios allí mismo. Estiró la mano y cogió la caja para salir rápidamente hacia el baño.

- Te espero aquí dijo mientras que aprovechaba para quitarse la chaqueta y sacaba el teléfono para dejarle escrito un mensaje a Haru para que no se preocupara ya que la había visto salir corriendo preocupada y se había asustado.

No sabría decir, dado el estado de nerviosismos en el que se había encontrado a la otra chica si aquello iban a ser buenas o malas noticias. A su entender iban a ser buenas, ya que los conocía y sabía más o menos cómo podrían reaccionar ante una noticia de ese tipo, pero siempre había muchos factores a tener en cuenta que ella no supiera. Al final estaba ella casi tan nerviosa como la principal implicada…

Se le hicieron eternos los minutos que Koemi tardó en volver a salir ahora con el dispositivo de la prueba en sus manos temblorosas dejándolo cuanto antes encima de la mesa, observándolo casi sin respirar por miedo a que algo fuera a salir mal.

- ¿Ya está?

- Tenemos que esperar diez minutos creo… Yo ya no sé si he leído bien las instrucciones o no… - se las tendió a la pelirroja para que fuera ella la que se asegurase. Por suerte para su salud mental nunca había usado nada de aquello, pero estaba en mejores condiciones para leer que ella.

- Sí… unos diez minutos y debería de darnos la respuesta y el número aproximado de semanas – asintió cuando por fin llegó a la línea que lo indicaba, posando de nuevo el papel sobre la mesa.

Posó sus ojos canela en ella, observándola, parecía que en cualquier momento fuera a salir corriendo y posó su mano sobre su brazo, intentando calmarla.

- ¿Tú qué quieres que salga? – acabó por lanzar la pregunta más importante de todas.

- Yo… yo claro que quiero que sea positivo. No sería un accidente… - habían hablado mucho de aquello y hacía ya un tiempo que habían decidido que estaban en el momento perfecto para tener un hijo por fin. No se lo habían dicho a nadie porque no querían alarmar a nadie antes de tiempo.

- Entonces seguro que todo irá bien y si sale que no… siempre podéis volverlo a intentar. ¿Tienes motivos para sospechar?

- Bastantes…

Sonrió sin poder evitar, haciendo que Sora lo hiciera a la vez. Estaban delante de los diez minutos más largos que ambas hubieran podido recordar desde hacía mucho tiempo, durante los cuales el tiempo parecía no pasar de ninguna de las maneras hicieran lo que hicieran. Cuando por fin estaban a punto de cumplirse Koemi se puso en pie, alejándose a la otra punta del salón.

- ¿Dónde vas? – le preguntó Sora siguiéndola con la mirada.

- Míralo tú, por favor, míralo tú que yo no puedo… - estaba temblando en aquel momento de los nervios.

- ¿No será mejor que seas tú la que lo mire?

- Sora, si me preguntas ahora mismo cómo me llamo es probablemente que no acierte. Estoy yo como para saber si da positivo o negativo, por favor, hazlo tú…

Cuando se le pasaran los nervios también a ella estaba segura que podría usar aquello para reírse de Koemi durante muchos años, especialmente cuando la noticia llegara a oídos del principal interesado. Asintió con la cabeza antes de alargar la mano para coger la prueba ella y mirar unos segundos las instrucciones antes de atreverse a ver el resultado. Cualquier diría que era ella la afectada porque estaba casi tan nerviosa como la otra chica.

Y ahí estaba.

- Positivo… - dijo en apenas un murmurllo.

- ¿Qué?

- ¡POSITIVO!

Cuando quiso darse cuenta la tenía a su lado, habiéndole quitado la prueba de las manos para poder verlo con sus propios ojos, sin poderse creer lo que estaba viendo. Sin duda, estaba embarazada y por lo que ponía ahí de unas tres semanas aproximadamente. Llevándose una mano a los labios no pudo evitar echarse a llorar explotando por fin ante la tensión acumulada y la alegría de haberlo conseguido por fin.

- Me alegro muchísimo, Koemi… - no tuvo tiempo de decir nada más porque prácticamente le saltó encima abrazándosele. Le devolvió el gesto rápidamente.

Se alegraba sinceramente por ella y, especialmente, por su amigo. Si aquello era buscando cuando se enterase iba a ponerse muy contento… Sonrió sin poder evitarlo dándole un buen apretón a su acompañante.

- No le digas nada a nadie por el momento – dijo cuando por fin pudo controlar un poco sus propias emociones.

- Claro que no – no se le habría pasado por la cabeza-. ¿Cuándo se lo vas a decir a él?

- En cuanto llegue a casa no creo que pueda aguantarme mucho más…

- Ya verás cómo se pone muy contento, si ya está tonto con su sobrino ahora mismo cuando tenga uno propio que malcriar…

- Bueno… eso de malcriar ya veremos si lo dejo malcriarlo mucho – se separó de ella, sonriente.

El comentario de Koemi la hizo ampliar a ella más su sonrisa. Se alegraba muchísimo por ellos. Si aquello era buscado era la mejor noticia que les podía haber llegado. Y aunque le hubiera gustado poder quedarse en casa para ver en directo la reacción de su mejor amigo sabía que era mejor que estuvieran solos cuando se lo dijera.

- Cuando se lo digas dile que quiero que me llame inmediatamente – le dijo,

- No creo que haga falta que se lo diga… como mucho llamara primero a su hermana histérico y acto seguido todos sabremos a por quién se irá directo.

Durante los dos años que llevaban casados el trabajo de ambos se había estabilizado lo suficiente como para que pudieran plantearse aquella opción. Habían escalado puestos y ahora tenían mucho más control sobre sus vidas. Aunque Taichi tuviera que viajar bastante más a los pocos días siempre estaba de regreso a casa. Todo parecía irles bien y la posición de embajador que había acabado consiguiendo era algo que había terminado de hacerle sentar la cabeza.

Realmente sí que se alegraba mucho por ellos.