Shingeki no Kyojin
Erwin x Levi
Cada jueves, a media tarde, se le puede ver ahí de pie. Todos lo conocen pero a la vez nadie lo hace. Y prefiere no decir nada, porque no le corresponde divulgar sentimientos ajenos.
[ ! ] Basado en hechos del manga. Así que spoiler alert.
¡Gracias por leer y sus comentarios!
Los amo mucho.
A cada atardecer
Era extraño. Extraño porque todos lo conocían pero a la vez nadie lo hacía. Las personas pronunciaban su nombre, pero desconocían su rostro. Aunque probablemente eso era bueno. Si descubrían que Levi Ackerman, el Soldado más fuerte de la Humanidad venía con frecuencia, seguramente deducirían su pequeño secreto.
Él sabía quién era , aunque su conocimiento había sido por accidente y por la frecuencia con la que se topaban. No era de extrañarse pues en todos sus años como cuidador, siempre conocía gente interesante o con alguna historia qué contar.
Y es que cada jueves, a media tarde cuando el sol está por ocultarse, se le puede ver ahí, de pie. A veces lleva flores, a veces lleva un pequeño termo con sabrá la vida qué. ¿Alcohol, agua, té? Pero termina sorbiéndolo sentado en la banca. Otras veces, las más extrañas, viene acompañado de una mujer que lleva un parche en el ojo. Aunque en realidad puede que sea otro hombre, es difícil distinguirlo. Pero siempre, siempre frente a la misma tumba.
Había sucedido que un buen día, cuando la curiosidad lo venció y el morbo lo atrapó, se acercó a la lápida y leyó:
'Erwin Smith
813 - 850 '
-¡Pero le hicieron un homenaje en la capital!
-SÍ, hasta le construyeron su propio monumento.
-Dicen que fue un hueso duro de roer... ¡que antes de que un titán lo partiera en dos, salió del estómago de uno con sólo un par de movimientos de espada! Sepultaron sus cenizas al lado de las tumbas de la familia real.
-¿Creerás?
-¡Sí! ¡Yo lo vi! Hace tiempo cuando fui par a vender la mercancía. Ahí estaba y la gente hasta se forma por poder irle a saludar y dejar sus cartas y flores.
Fue lo que sus amigos contestaron una noche de bebidas luego de contarles.
Los rumores de uno de los más grandes y admirados comandantes de la dichosa Legión de Reconocimiento eran bastos. Al final de sus días, el gobierno reconoció sus méritos, aunque nunca regresó después de la recuperación del muro María para verlos.
-¿Será Levi quien lo visiten? Dicen que eran algo así como uña y mugre...
-Pues si es chaparro, feo y gruñón, de seguro que sí.
Y lo era. La persona que cada semana visitaba el pequeño cementerio era un hombre de mediana edad, de baja estatura y con un semblante siempre duro. Sin mencionar que alguna ocasión, cuando finalmente se enteró, había sido cuando escuchó a la mujer tuerta llamarlo así. Pero no afirmó nada, sentía que no le correspondía divulgar hechos tan íntimos... porque la tristeza con la que siempre observaba la tumba, hasta a él le caía al corazón.
Sí, Erwin Smith tenía un gran monumento en la capital de la ciudad interior con adornos de oro y largas filas de personas queriendo visitarlo y lamentando su muerte, rindiéndole culto a unas cenizas falsas Pero pocos sabían que su cuerpo, en realidad, descansaba en un pequeño pueblo apenas recordado por los dioses, al norte de la muralla Rose.
Un lugar al que sólo llegaban los pocos conocidos que de verdad lo apreciaban y seguían vivos: Unos cuántos soldados de alto rango, un par de viejos amigos, un chico jóven de cabello rubio y ojos azules.
Y un soldado que se enamoró de él.
Cada jueves, a media tarde cuando el sol está por ocultarse, se le puede ver ahí, de pie. A veces lleva flores, a veces lleva un pequeño termo con sabrá la vida qué. Otras, las más extrañas, viene acompañado de una mujer que lleva un parche en el ojo. Pero siempre, siempre frente a la misma tumba.
