Aclaraciones: Los personajes y elementos de Juego de Tronos y Canción de Hielo y Fuego, no me pertenecen.


La Dama de Piedra

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«Había esperado por él, a pesar de la muerte, el tiempo y la distancia.»

Fantasma

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Estaba llamándolo. Otra vez susurraba ese nombre.

El Lobo respondió a su llamado. Avanzaba rápido y silencioso, una sombra blanca en la noche.

Su voz lo llamaba, pronunciaba el nombre con dulzura y melancolía. Un nombre antiguo, memorable y legendario. Un nombre perteneciente a dragones y reyes del pasado.

Pedía por él, siempre por él. El lobo fue a su encuentro, bajando las escaleras.

Allí, donde ella descansaba, siempre hacía frío. El aire condensado olía a cera y a ceniza, a flores y a huesos.

Ya no estaba solo, los muertos lo acompañaban. El Albino avanzó ante el escrutinio de los estoicos señores. Imponentes, lo observaban en silencio con sus ojos de hielo; altos y orgullosos, interrogantes y acusadores. Algunos le daban la bienvenida, otros lo despreciaban o simplemente lo ignoraban. Reyes del Invierno sosteniendo sus espadas.

No pertenecía allí, estaba vivo. No pertenecía allí, pero le pertenecía a ella.

Se detuvo ante la Dama de Piedra. Ojos color sangre la contemplaban embelesado: yerta, iluminada por la cálida luz de las velas, eternamente de pie, de rostro gentil y mirada serena. La presencia del Lobo había aplacado sus plegarias y aliviado su tristeza.

Había esperado por él, a pesar de la muerte, el tiempo y la distancia.

Pudo captar la esencia de alguien más en su Dama. Aunque se trataba de un olor conocido y familiar, no pudo evitar sentirse molesto. Mostró sus fauces en gesto amenazante. Alguien la había tocado, quizá la misma persona que la había adornado con rosas de vibrante color azul y dulce perfume.

Era suya.

Nadie debía tocarla.

Se echó ante la Dama y le abrigó los pies con el inmaculado pelaje. Debía protegerla, no sabía de qué o quién, pero no permitiría que su descanso fuese perturbado. El Lobo cerró los ojos y mientras el sueño lo abrazaba, sintió que unas manos gentiles lo acariciaban.

Afuera, lejos, la Luna susurraba...


Jon

Sintió el tacto de unos suaves labios reclamando su atención y el calor de un cuerpo desnudo sobre él.

―Jon ―susurró la Luna.

―Dany. ―Le devolvía el beso con la misma pasión mientras le recorría la espalda con las manos. Las pesadillas que lo atormentaban desde su resurrección, habían dejado de cazarlo desde su primer encuentro juntos. Sus noches con Dany eran de amor, placer y profundo descanso―. ¿Ya amaneció? ―preguntó, mientras devoraba su boca.

―No ―contestó ella, mirándolo traviesa. Tomó la mano quemada de Jon y comenzó a besarle los dedos―. Hagamos el amor otra vez. Ponte a trabajar, Jon Nieve.


Notas: Hola, gente.

Extrañaba a Fantasma y como no lo veo desde la sexta temporada, le obsequio este drabble. Quise conectar la parte de Jon que está en Invernalia con su madre. Obvio, tuve que agregar a Dany. ¡Viva el Jonerys! Quería que fuese corto y dulce, espero haberlo logrado. Es pequeño, pero lo escribí con mucho mimo.

Si te gustó, por favor, házmelo saber.

Saludos.

― SlyAnna