NaruHina… Historia de un Universo alterno ligado a "Mi Adorable Multitud"

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Capítulo Único

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Mi nombre es Hinata Hyuga, tengo 26 años y estoy casada con el hombre que amo. Él es Sasuke Uchiha…

Nos conocimos en la Universidad, fue en una cafetería, de hecho fue él quien se me acercó repentinamente con una sonrisa entre arrogante y encantadora. Desde la primera vez que lo vi quedé prendada de él. Su actitud directa me atrapó aún más; pues me dijo que iría directo al grano y que yo le llamaba la atención, dijo que era hermosa y yo no pude más que sonrojarme ante eso… era una chica inocente y era la primera vez que un chico lindo se me acercaba y me salía con eso.

Después de eso comenzamos a frecuentarnos y luego de varias citas, nos hicimos novios. Él siempre me recordaba lo mucho que me amaba y yo… yo hacía lo mismo.

Una vez, Sasuke me presentó a un amigo, su nombre es Naruto Uzumaki. Era extraño, pero él siempre se portaba amable conmigo y a veces le sorprendía mirándome de forma… ¿intensa? Tenía mis dudas sobre sus intenciones hacia mí hasta que un día sin descaro me dijo que le gustaba. Yo no sabía que decir, se supone que era el mejor amigo de mi novio, pero luego me aclaró que no tenía intenciones de incomodarme y que no me preocupara porque él respetaría mi relación con Sasuke.

Recuerdo que eso sucedió cuando cumplí los 20, justo un año después de conocerlo y de comenzar a salir con Sasuke.

Sasuke y yo estábamos mejor que nunca y para cuando cumplimos los 22, nos casamos. Todo fue perfecto, era feliz en ese entonces…. Y digo era porque un año después de casarnos y de la convivencia en pareja, comenzaron las discusiones, Sasuke estaba muy ocupado con los exámenes finales para graduarse y siempre estaba tenso y estresado. Su padre le exigía buenas notas debido a que entraría atrabajar con él en la empresa familiar.

Cuando intentaba apoyarlo a mi manera, terminaba gritándome que lo dejara en paz. Para entonces era muy comprensiva con él y le di su espacio. Creí que después de la graduación las cosas volverían a ser como antes pero no fue así…

Cuando entró a trabajar a la empresa comenzaba a llegar tarde, casi de madrugada. Y en más de una ocasión pude percibir un perfume de mujer que no era mío.

Estaba cansada de eso, él ya no me tocaba hacía tiempo y a veces despertaba sola en la cama y frustrada sexualmente, necesitaba atención y solo mis dedos me lo proporcionaban…

Solo podía olvidarme un poco de todo eso saliendo con las chicas y en alguna de esas salidas, después de un tiempo me encontré con él… Naruto Uzumaki. Inesperadamente él se dio cuenta de lo que me pasaba porque sin nada de vergüenza me insinuó que si necesitaba atención podría buscarlo cuando quisiera. No negaré que cuando me lo susurró al oído me excité un poco… solo un poco. Pero mi cordura y sensatez fue más fuerte y lo rechacé completamente.

Días después de eso le descubrí unos mensajes de texto a Sasuke hacia otra mujer, sobre encuentros y otras cosas, ya no pude más y le reclamé. Me miró arrepentido y suplicó que lo perdonara mientras me repetía que me amaba una y otra vez.

Y entonces lo perdoné. Sasuke me hizo el amor esa noche. Y tontamente creí que las cosas se habían arreglado.

Uno de los problemas que tuvimos es que… luego de 2 años de intentarlo… nunca pude embarazarme, lo que desató cientos de discusiones entre nosotros. Una de las razones era que Sasuke se sentía presionado, pues mis suegros en especial mi suegro quería ya un nieto.

Sasuke me echaba la culpa a mí por no poder darle hijos y yo… yo aceptaba que mi vientre estaba podrido. Y de un tiempo para acá, me enteré de que veía a alguien más, era irónico porque yo sabía que me engañaba y aún así me hacía la desentendida y Mi amado esposo, aún cuando no me tocaba ya, tenía detalles conmigo. Yo sabía que le remordía la conciencia por lo que hacía aún cuando sentía que todavía me amaba, pero también sabía que al mismo tiempo estaba sentido conmigo por no darle un hijo. Me hacía sentir miserable e inservible.

Compensaba mis frustraciones saliendo con las chicas de vez en cuando y nuevamente volví a ver a Naruto, por alguna extraña razón se me hacía más atractivo de lo que pensaba. Tal vez era ese semblante maduro que cargaba ahora. No lo había visto los últimos dos años después de esa propuesta porque según las chicas, él había descubierto que le gustaba viajar a diversos lugares y acampar al aire libre… en sí… era un chico con el alma libre.

Para mi sorpresa, Naruto me hizo nuevamente aquella propuesta…

––Si necesitas pasar un noche increíble… búscame, te estaré esperando ––me dijo él mientras me miraba a los ojos intensamente y me entregaba un pequeño papel que yo recibí automáticamente.

Sonrió y cuando pude reaccionar él ya se había ido…

Creo que fue inconsciente pero decidí guardar aquel papel, aún cuando pensaba que aquello no estaba bien…

Pasaron los meses y mi situación con mi esposo no cambiaba, quise arreglarlo de alguna manera y una noche, para celebrar nuestro aniversario él me había prometido que llegaría temprano para que cenáramos juntos. Estaba contenta y dispuesta salvar nuestro matrimonio. Tenía folletos de casas de adopción, y tenía pensado proponerle a mi esposo que adoptáramos un bebé y luego algunos más si era posible, tenía anhelos de una madre y claro que me gustaban los niños. Aún cuando no fueran míos, no me importaba.

Me preparé con una sexi lencería debajo de mi vestido y lo esperé. Fui una tonta. Sasuke llegó más tarde y yo me quedé esperándole con una cena fría. No me aventuré a una discusión porque lo vi llegar cansado y aún con emoción le mostré los folletos y le hablé de esa posibilidad de adoptar. Lo que vino a continuación no me lo esperaba.

Sasuke aventó furioso los folletos al suelo y me miró con enojo. Me advirtió que jamás se haría cargo de un niño que no fuera de él.

Le miré con lágrimas en los ojos y pareció reaccionar. Me abrazó y me pidió disculpas. Negué y le sonreí, traté de comprender que él solo quería un hijo que fuera de él y entonces le pedí disculpas por la sugerencia.

Él besó mi frente y entonces lo besé, comencé a quitarle el saco y él pareció darse cuenta de mis intenciones, pues me apartó lentamente y me pidió disculpas, estaba cansado. Contuve mi frustración y tratando de comprenderle me aparté.

Mi sonrisa se borró en cuanto pude visualizar un chupetón que se hacía visible en su cuello y un poco de labial rojo en el cuello de su camisa. Tragué duro y contuve las ganas de reclamarle o al menos eso traté… había llegado al límite.

––¿Estás cansado porque esa mujer no te dio descanso?

Sasuke mi miró e instintivamente se llevó la mano al cuello, sonreí irónica.

––¿Qué pasa contigo Sasuke? ¿Por qué? ––le grité

––Estoy cansado, esto no es nada, te lo aseguro… fue un accidente ¿Contenta? ––me dijo para dirigirse al baño.

––¡No me dejes así!

Sasuke azotó la puerta fuertemente ignorándome.

Entonces recordé a Naruto y el papel que aún esperaba en el interior de mi bolso. Necesitaba atención, quería tener sexo como nunca y él estaba muy dispuesto para mí. Era atractivo y llamaba mi atención. Eso era lo único que me importaba en esos momentos.

Aún tenía puesto mi vestido y la lencería yacía intacta debajo de él. Tomé mi bolso, las llaves y salí de ahí. De lo que se suponía sería mi hogar y no mi infierno.

Decidida miré el papel y había un número telefónico con una dirección.

Marqué el número y sonó tres veces hasta que la voz ronca de Naruto se escuchó al otro lado.

––¿Diga? ––preguntó, se escuchaba adormilado y no era para menos, eran las 12…

––Soy… yo… Hinata… ––dije nerviosa.

––¿Hinata? ––preguntó… ¿emocionado?

––Si… ¿podemos vernos ahora? ––pregunté.

––Por supuesto…

Sonreí ––Entonces voy para allá.

––Te espero.

Colgué y llamé un taxi. No lo negaba, estaba ansiosa… mi cuerpo reclamaba atención desde ya.

Cuando toqué la puerta, me quedé sin habla… Naruto me esperaba con solo unos pants puestos y dejaba ver su torso desnudo y bien formado, los músculos de sus brazos no se quedaban atrás.

Entré miré el departamento en el que vivía. Le miré sorprendida pues aún no podía creer que pudiera vivir en un lugar tan lujoso.

Él supo lo que pensaba y sonrió ––No es nada, mi padrino desaparecido me heredó sus bienes, también fue una sorpresa para mí.

––Entiendo…

––¿Quieres tomar algo?

Voltee a mirarlo y negué lentamente.

Naruto sonrió comprensivo pero aún así, mi invitó a sentarme y me sirvió una copa, la cuál acepté en silencio. Él se sentó frente a mí y solo me observó. Tomé de la copa y también le miré.

––¿Porqué yo? ¿Una mujer casada?

Naruto me sonrió y me miró con ternura… hace mucho que no recibía una mirada así.

––Porque te lo dije desde un principio… te amo.

Le miré entre sorprendida y alarmada ––¿Cómo puedes amarme si ni me conoces?

––es verdad, no sé casi nada de ti… pero ¿Y eso que importa si no puedo dejar de pensar en ti ni un solo minuto desde que te conocí y con los años simplemente no puedo evitar amarte como lo hago?

––Pero…

––Créeme, solo me he conformado con observarte desde lejos y disfrutar de las charlas tan cortas que tuvimos…

Le miré emocionada, ¿Por qué me hacía feliz? ¿Tan necesitada estaba de amor?

––Naruto… yo… ––de pronto entré en razón y me levanté sorprendiéndolo.

––Lo siento por venir, no sabía con exactitud la intensidad de tus sentimientos. Si me quedo solo… sufrirías más…

Naruto me tomó de los hombros y me sonrió ––Créeme que me harías muy feliz si me permites amarte esta noche… ––me dijo mientras llevaba una mano a mi mejilla y la acunaba.

Con la otra mano me tomó de la cintura y me pegó a él de modo que sintiera su excitación. Estaba duro y sin querer solté un jadeo, el sonrió y atacó mis labios. Mi cuerpo y mis sentidos de mujer despertaron.

Y entonces me dejé llevar. Llevé mis manos a sus fuertes brazos y comencé a acariciarlo. Recorrí sus brazos, su espalda ancha y desnuda…

Me miró con los ojos oscuros ––No puedo esperar…

Dijo para inmediatamente después cargarme y llevarme directamente a su cama.

Parados al pie de aquella cama me quitó el vestido y me miró con la boca abierta al descubrirme con aquella lencería sexy.

Me sentí mujer, me sentí deseada… solo al ver su cara. Mis instintos se apoderaron de mí y me dejé caer en la cama de manera seductora y con una sonrisa autosuficiente.

––¿Te gusta lo que vez? ––pregunté.

––Muchísimo…––dijo para luego quitarse sus pants junto con sus bóxers, su pene erecto salió disparado. Sonreí. Me gustaba lo que veía.

Él se posicionó sobre mí y comenzó a besarme y acariciarme. Su lengua recorría todo mi cuerpo y yo solo podía dejarme llevar. Me aventuré a tocarlo y escucharlo gemir roncamente me encantó. Pensé que ya no era capaz de provocar eso en un hombre, pero me daba cuenta de lo equivocada que estaba.

Mientras chupaba y mordía mis senos, sentí como se acomodaba mejor entre mis piernas, las dobló y acomodó mejor en sus caderas de manera que pudiera entrar mejor.

Cuando por fin lo hizo, cerré mis ojos y me dejé ser suya… lo sentí completamente. Mi cuerpo vibraba. Y me sentí en el cielo cuando ambos terminamos al mismo tiempo, pronunciando el nombre de ambos…

Me acurruqué en sus brazos y él me recibió gustoso. Me quedé con él toda la noche. Y a la mañana siguiente cuando me despedía de él, me dejó en claro con una sonrisa que me esperaría. Negué con una sonrisa y le advertí que aunque no había sido un error lo que sucedió entre nosotros… no se volvería a repetir. Para mi sorpresa él me robó un beso y me miró como un niño pequeño.

––Ya veremos preciosa…

Le miré sorprendida y solo sonreí. Tenía pensado no verlo más. porque estaba convencida de que amaba a Sasuke, mi esposo.

La realidad me golpeó cuando al llegar a nuestro departamento me encontré con su mirada fría. Pensé que me reclamaría pero no fue así. No me dirigió la palabra y se disponía a irse al trabajo. Instintivamente me dejé llevar por la culpa y traté de excusarme.

––Estaba…

––No me interesa, me tengo que ir ––dijo fríamente para después salir.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y dejé salir mi frustración. Ya no le importaba…

Después de ese día. Busqué a Naruto y comenzamos a reunirnos al menos una vez a la semana. No voy a mentir, teníamos sexo y por más raro que sonara no me arrepentía de lo que estaba haciendo. Con él podía sentirme como una joven de 19. Naruto era divertido y siempre bromeábamos sobre cosas sin sentido. Reíamos por cualquier cosa. Y gustábamos de jugar mímica y reíamos por los gestos del otro. Al final terminábamos en la cama.

Sasuke se había ido de viaje un par de días después de que buscara a Naruto. De eso ya un mes y sigo viéndome con Naruto, aunque le he dejado en claro que amo a Sasuke y que solo hasta que él me lo pida, terminaremos esta relación clandestina, pero me sonríe y me dice que aún así, el tiempo que paso con él es el mejor.

Me levanto de la mesita en la que nos encontramos jugando dominó y le miro coqueta.

Naruto eleva les cejas y me mira atentamente.

––¿Puedo bailarte un poco? ––le digo.

Naruto sonríe y asiente sin perderme de vista.

Comienzo a mover las caderas lentamente y llevo mis manos a la espalda y comienzo a bajar el cierre. Deslizo el vestido lentamente y finalmente lo dejo caer.

Tengo una lencería sexy… no lo sé pero desde esa noche, me gusta que Naruto me vea con deseo, sexy…

Camino a él, le ofrezco la mano y cuando la toma lo obligo a levantarse y luego lo empujo al sillón en donde se deja caer.

––¿Puedo? ––le pregunté mientras señalaba su estéreo. Él asintió.

Puse una melodía suave y romántica.

Volví a moverme, giraba y meneaba las pompas, me jugaba el cabello y masajeaba mis senos. Miré que un bulto entre sus pantalones ya se hacía presente. Sonreí y caminé lentamente a él, me posicioné sobre sus piernas con las rodillas a cada lado de su cadera.

Naruto llevó sus grandes manos a mis cadera y jadeó, me retiré el sostén y lo lancé lejos de ahí. Me incliné en una clara invitación a que los chupara y así lo hizo. Me separé y ataqué sus labios, él me respondió igual.

Me separé de él y le obligué a quitarse la camisa. Y sin más… me tomó como me gustaba.

Los días pasaron y mi esposo volvió. Me sugirió que tomáramos una terapia y que intentáramos salvar nuestro matrimonio, porque me amaba. No lo voy a negar, me puse feliz, porque estaba segura que lo amaba ¿Verdad?

Entonces busqué a Naruto y terminé con lo que teníamos. Me dedicó una sonrisa triste y para mi sorpresa aceptó.

––Temía que esto pasara… pero me estaba preparando… el amor implica que el otro sea felíz… y yo quiero que lo seas Hinata.

Asentí dudosa, ¿Por qué sentía que algo no estaba bien? decidí ignorar aquel sentimiento y regresé con mi esposo.

Dos semanas asistiendo a terapia y trataba de convencerme de que amaba a mi esposo.

––Siento que algo no esta bien… creo que necesitas un empujoncito ––me dijo aquella psicóloga de cabellos rojos y ojos verdes.

La doctora sonrió y me invitó a recostarme en el sofá de su consultorio. Sasuke no estaba conmigo, a pesar de haber propuesto la terapia, llevaba ya tres sesiones sin asistir conmigo.

Asentí y me recosté ––¿Qué va hacer? ––pregunté

––Hipnosis… con ello te mostraré lo que necesitas.

––¿Enserio? ––pregunté.

Ella sonrió.

Cierre mis ojos y caí en la inconsciencia mientras escuchaba en la lejanía la voz de aquella doctora.

Cuando abrí los ojos me topé conmigo en una habitación con un solo sillón del que me incorporé, solo había un espejo enorme. Caminé a él y me miré con el cabello corto y morado. Estaba levemente maquillada y mis ojos no eran claros, sino marrones. Vestía un pantalón de vestir gris, una blusa blanca de manga larga y un saco gris. Tenía zapatos de tacón negros.

Estaba confundida y miré mis manos. Toqué mi rostro frente aquel espejo.

––¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí? ––dije mirando al sofá que era lo único que había en ese cuarto, busqué a mi doctora.

––¿Doctora Kushina?

No escuché respuesta. Sentí algo vibrar y me di cuenta que tenía un bolso en mi hombro y adentro vibraba un celular, lo tomé y leí un mensaje.

"Ve a este lugar….."

Había una dirección y fruncí el ceño, miré alarmada a mi alrededor nuevamente y pude visualizar una puerta, a la cual me apresuré y me aventuré a abrir. Cuando la crucé, una luz me cegó y cuando me acostumbré, miré que me encontraba en un parque.

Miré tras de mí y no había puerta alguna. Me asusté ¿Qué estaba pasando? Entonces recordé que la doctora me dijo que me haría una hipnosis. ¿Estaría en mi subconsciente? Miré a mi alrededor y todo se veía y se sentía real, la brisa del aire me golpeó y solo pude atinar a respirar hondo. Llevé mi mano al corazón y sentí los latidos. De verdad que parecía real, pero lo que acababa de suceder con esa puerta era irreal. El celular vibró nuevamente y lo tomé. Incluso el celular era real.

"Debes ir a ese lugar… pronto se desatará una tormenta y necesitas refugio"

Fruncí el ceño, miré al cielo y sin embargo se veía un cielo despejado y muy soleado. No había indicios de una tormenta. Suspiré y miré el celular, no perdía nada en ir a esa dirección.

Antes de detener un taxi me aseguré de llevar dinero en ese bolso. Al ver que si, paré uno.

El taxi se detuvo y le pedí que me llevara a la dirección en el celular. El taxista asintió y manejó.

Rato después se detuvo frente a una enorme mansión. Pagué y no me quedó de otra que tocar. Ni siquiera tenía idea de lo que hacía en ese lugar. Pero para entonces la curiosidad era más grande.

Un chico pelirrojo de unos 15 años y con ojos azules me miraba curioso. Sonreí.

––Hola… yo… en realidad…

––¿Usted es la niñera no? ––preguntó mirándome curioso.

No sé porqué pero solo asentí. El niño sonrió y me dejó pasar. Cosa que hice automáticamente. Me sorprendí de ver a otro niño idéntico a él, solo que tenía gafas y el cabello lo tenía lacio.

––Espere aquí, mamá bajará en seguida ––me dijo aquel chico para luego salir de casa con al parecer su hermano.

Me sorprendí cuando regresó y me dijo ––Por cierto, mi nombre es Haruto Uzumaki.

Abrí mis ojos en cuanto escuché aquel apellido y los ojos azules de ese niño llamaron mi atención. Parpadee. ¿Qué estaba pasando?

Antes de pensar otra cosa yo… es decir… era yo, estaba bajando las escaleras vistiendo un hermoso vestido sencillo pero elegante de color azul rey, estaba muy bien arreglada y hablaba por teléfono… era imposible… yo solo la miraba estupefacta. Aún así me controlé.

Ella bajó las escaleras y me miró con una sonrisa, colgó el celular ––Usted debe ser la niñera, por dios me alegra que haya llegado temprano, es un alivio. Soy la señora Hinata Uzumaki.

Temblé al escucharla, enserio, esto no era normal…¡prácticamente era yo!

Ella me extendió la mano la cuál acepté automáticamente.

––Mucho gusto… yo soy… Hinamori…. ––Ni siquiera sé porqué dije ese nombre.

Ella o… mi otra yo sonrió y miró escaleras arriba ––¡Boruto! ¡Himawari! Dense prisa.

Ella me miró ––lo siento, debo irme, tengo un compromiso importante, pase a la sala y espera a mi esposo, enseguida le dará las indicaciones.

Yo parpadee, miré a la escaleras nuevamente y un joven muy parecido a Naruto y una joven con las misma similitudes físicas bajaban lentamente. No podía creer lo que veía.

––Estamos listos madre ––dijo la joven con una sonrisa.

Hinata asintió y antes de que pudiera decir algo, tres pequeños niños iguales seguidos de una pequeña corrieron a la puerta en donde mi otra yo los interceptó. Eran adorables. Un sentimiento creció en mí al verlos.

Ella se inclinó y besó la frente de cada uno de ellos.

––Niños, mamá debe salir, así que deben comportarse ¿sí? Ella los va a cuidar ––dijo señalándome y los pequeños me miraron, sus ojitos azules me miraron con curiosidad y yo tuve ganas de llorar ––nos vemos mis amores.

Ella me miró.

––Debemos irnos pero por favor pase…––asentí y me dirigí a la sala. Miré al joven… era muy parecido a Naruto. Pero su semblante era serio. La otra Hinata me miró antes de Salir y sonrió.

––Una vez más disculpe ––dijo para luego salir.

Miré por la ventana y vi como los tres subían a un auto y se iban.

Estaba nerviosa. Obviamente se trataba de un sueño, y sabía que quien me recibiría sería Naruto… aquí… en esta especie de vida estaba casada con él… y teníamos hijos… respiré profundo. Me pellizqué para despertar pero nada pasó.

Entonces lo vi… Naruto… se veía diferente, era un poco más maduro… pero igual de atractivo. Vestido en un elegante traje me mostró esa sonrisa que tanto me gustaba.

––Usted debe ser la niñera, es un placer ––dijo para extenderme la mano, la cual acepté rápidamente––. Por favor sígame, le mostraré a los niños, sé que puede llegar a ser difícil pero le aseguro que se le va a pagar muy bien ––dijo él mientras caminaba directo a las escaleras pero los tres niños pasaron cerca de él corriendo y riendo. Por acto de reflejo retrocedí. Y miré a los niños sorprendida.

––¡Natsu, Arata y Daiki! ––gritó Naruto, yo le miré y los niños se detuvieron para mirarle––. Vengan aquí.

Dijo él y los niños así lo hicieron. Él se inclinó ––Hijos… necesito que no rompan nada por el resto del día, si quieren jugar háganlo en su habitación, no pueden salir al jardín, parece que lloverá y no quiero que pesquen un resfriado. Jugarán en su habitación ¿de acuerdo?

Los niños asintieron y salieron corriendo escaleras arriba ante pequeñas risas. Miré a Naruto y les miraba con amor y una gran sonrisa mientras negaba. Una pequeña tiró de sus pantalones y ví como la cargaba en sus brazos.

––¿Qué pasa hija? ¿otra vez no le puedes seguir el ritmo a tus hermanitos?

La pequeña negó y se abrazó a él. Naruto se dirigió a las escaleras y me miró ––por favor sígame. Le mostraré a los demás niños.

Me sorprendí por aquello. ¿Aún había más niños?

––Mis demás hijos son un poco más grandes, es fácil llamarles la atención en cambio a los pequeños que acaba de ver… bueno… son algo traviesos y debo aceptar que incluso para mi esposa y para mí es un poco difícil controlarlos ––dijo él mientras subía y yo le seguía.

Por cierto, se detuvo frente a una puerta y me miró ––los tres pequeños tienen prohibido ingerir azúcar y chocolate, en especial chocolate. O prácticamente sería un caos total.

Yo solo atiné a sentir y parpadear. Naruto continuó. Mientras nos dirigíamos a una puerta. Tocó ––Niñas, soy yo voy a pasar

––¡Si! ––se escucharon una voces.

Naruto entró y yo le seguí, miré a tres pelirrojas sentadas en la cama frente a una laptop. También eran parecidas a él… ¡un momento! Se parecían a mi psicóloga ¡La Doctora Kushina! En especial una de ellas.

––Niñas, ella es la niñera, se quedará al cuidado de ustedes hasta mañana en la mañana. Su madre y sus hermanos ya se han ido pero ya saben que regresarán mañana mismo.

Las niñas me miraron y Naruto hizo un asentimiento, me puse frente a ellas y sonreí ––Hola niñas, mi nombre es Hinamori y yo cuidaré de ustedes por hoy. Si necesitan algo pueden buscarme…

¿Lo había hecho bien? esperaba que sí.

Las niñas hablaron ––Yo soy Sara.

––Yo soy Mito.

––Y yo Kushina.

Eso último me sorprendió pero logré darles una sonrisa.

Naruto me miró con una sonrisa ––perfecto, continuemos.

Abrí la boca pero no pude decir nada más, solo le seguí.

Esta vez sin preguntar Naruto abrió otra puerta y pasamos a dentro. Pude visualizar a dos niños peliazules y otra niña.

––Ok, ellos son mis hijos, Haru, Hiro y Hana ––dijo Naruto señalándolos a cada uno. Los niños se encontraban jugando un videojuego y me miraban curiosos.

––Ella es la niñera, su nombre es Hinamori, pórtense bien con ella ¿está claro? ––dijo Naruto.

Los niños asintieron y volvieron la vista a la pantalla. Yo solo sonreí, eran muy lindos.

Naruto me miró y suspiró con una sonrisa.

––Bien, vamos con los que siguen ––me dijo. Esta vez no pude evitar hacer esa pregunta.

––¿Aún… hay más niños?

Naruto solo me dedicó una sonrisa apenada ––jajaja.. si aún hay cinco más que debe conocer.

––Oh… entiendo ahora estoy curiosa ––dije más para mi.

Naruto asintió y se dirigió a otra habitación, la cual abrió sin preguntar.

En el interior habían cinco niños jugando con juguetes.

La pequeña Mai, quien se había encontrado aferrada a los brazos de Naruto hasta ahora pidió que la bajara para ir a jugar con sus hermanitos.

––Bueno ellos son los gemelos Jun y Yuu ––dijo señalando a dos niños rubios de ojos azules parecido a él––. Y ellos son los gemelos Ryuu y Mayuri ––los niños me miraron curiosos y me sorprendí de verlos tan parecidos a… mi… tenían mis ojos, el tono de piel e incluso el cabello… tuve ganas de llorar pero me contuve.

––Niños, no pueden salir al jardín el día de hoy, habrá una tormenta y no quiero que salgan a mojarse, ¿esta claro? Quédense aquí, ella es Hinamori y los estará vigilando.

––Hola niños ––saludé con una sonrisa.

El pequeño peliazul corrió hacia Naruto y se abrazó a él ––Juega con nosotros papí…

Naruto le acarició los cabellos y sonrió ––Me encantaría hijo, pero no puedo ahora, debo ir al trabajo, jugaremos otro día ¿esta bien? ––prometió él. El pequeño pareció entender y asintió para regresar a su lugar.

Naruto volvió a mirarme ––ellos son los pequeños, le pido que los vigile un poco más. Por ahora están entretenidos así que no hay problema jajaja. Sígame, la llevaré con los "mas" pequeños.

Supuse que hablaba de los tres pequeños que ya había visto antes. Cuando nos dirigimos a la última habitación me asombré de ver a los tres pequeños jugar con un caballito. Naruto me hizo pasar y entonces me mostró una cuna...

––Y aquí está el más pequeño de la casa…

Mi corazón latió con fuerza al mirar a un pequeño bebé dormir plácidamente en aquella cuna, su pechito subía y bajaba en una lenta y pausada respiración, se veía tierno en aquel mameluco. Tenía los cabellitos azul oscuro y estaba segura que tendría los ojos de Naruto…

Naruto me sacó de mi ensoñación.

––Lo sé… Minato tiene esa reacción en las personas…

No aparté la vista de aquel regordete bebé ––es muy tierno… adorable…

––jajaja, lo es… no debe preocuparse, Minato es un niño muy tranquilo, nunca despierta llorando, cuando tiene hambre solo hace gestos con su boquita, usted se dará cuenta cuando lo haga… le aseguro que no dará problemas.

Miré a Naruto con emoción, como si de pronto hubiera olvidado que estaba en una especie de sueño y que estaba viviendo el momento realmente… aunque lo parecía.

––¿Debo darle el biberón? ––pregunté con una sonrisa. Naruto me miró sorprendido y asintió. Luego le vi fruncir el ceño.

––Disculpe… ¿nos hemos visto antes?

Eso me tomó por sorpresa, y él me miraba como si estuviera buscando algo en mí. En mis ojos. Entonces me puse nerviosa ¿me descubrió acaso?

Negué lentamente y traté de disimular con una sonrisa ––Lo dudo mucho señor Uzumaki

––jajajaja es verdad… lo siento… tal vez la confundí… ––dijo no muy convencido.

Miró su reloj y luego me miró ––Bien, sígame un momento, le mostraré la cocina y los biberones––. Él continuó hablando mientras le seguía.

––Mi esposa y yo hablamos con los niños ayer y les pedimos que por hoy no salieran al jardín, por las lluvias… ya sabe. Por lo general hay mucho movimiento en casa pero hoy no será así porque los niños saben que deben quedarse en su habitación. Esta es la cocina ––me mostró el lugar y se dirigió a uno de los tres refrigeradores que habían ahí.

––Aquí están las comidas preparadas en distintos topers. No es que hayamos malacostumbrado a nuestros hijos pero la verdad es que mi esposa cocina delicioso y los niños simplemente no quieren comer otra cosa que no sea la comida de su madre. Ella les ha dejado preparado así que no tendrá que cocinar.

Yo asentía a cada cosa que decía. Luego me mostró varios biberones con leche.

––estos biberones son los de Minato, puede calentarle la leche, pero solo tibia, no muy caliente.

––Entiendo.

Naruto me miró ––perdone por todo el trabajo.

Negué ¿trabajo? En cuanto vi a esos niños los quise de inmediato. Y él bebé… todos mis anhelos estaban aquí. ¿era eso lo que quería mostrarme la doctora? ¿una familia con Naruto?... sin embargo… yo no podía tener hijos…

––No es nada, por favor vaya sin preocupaciones ––le dije al ver que miraba su reloj.

––se lo agradezco, por favor no deje de echarle un vistazo a mis hijos, ellos son todo lo que mi esposa y yo tenemos.

Le miré con anhelo y aunque no se dio cuenta por la prisa que llevaba, yo solo pensé que él no era tan diferente de Naruto.

Él se despidió y yo corrí escaleras arriba para admirar a aquel bebé que prácticamente era mío. Me aferré a la cuna y le admiré. Rato después una tormenta se desató y los truenos estremecieron al bebé quien abrió los ojos lentamente para mirarme con sus ojitos azules. A pesar de que era una desconocida para él, solo se quedó mirándome. Yo le sonreía y le acariciaba las mejillas. Eran tan lindo, con ganas incontrolables decidí tomarlo entre mis brazos y sostenerlo. Cuando me miró, vi como movía su boquita en un claro gesto de que quería comer. Sonreí.

––¿Tienes hambre? Vamos a comer entonces.

Miré a los tres pequeños que yacían dormidos en sus camas y decidí salir con Minato en brazos.

Casi al instante miré a los niños Haru y Hiro salir de su habitación.

––¿Sucede algo niños? ––pregunté.

Uno de ellos habló ––Tenemos hambre… mamá dijo que nos dejaría algo en la cocina.

Yo asentí ––Por supuesto, ¿por qué no van a la mesa mientras les sirvo algo?

Ellos asintieron. Luego me siguieron hasta la cocina y tomaron asiento en la enorme barra que había, me miraban expectantes. Luego entraron las tres niñas pelirrojas que tomaron asiento también. La tormenta estaba muy fuerte, pero eso no parecía afectarles.

––Puedes sentarlo en su sillita ––dijo una de ellas.

––oh, por supuesto ––le dije y senté al bebé en la sillita.

Sin darme cuenta, la cocina estaba llena de niños, todos habían bajado para comer, aunque eran cerca de las cuatro de la tarde, debido a tormenta el cielo se encontraba oscurecido, y llovía con fuerza. Pero a ninguno de los niños parecía afectarle, tal vez los más pequeños se estremecían cada que el cielo relampagueaba, pero se aferraban los unos a los otros, todos eran niños hermosos y parecían muy unidos.

Los jóvenes pelirrojos de 15 años entraron mientras se quitaban la chaqueta.

––Vaya, si que está fuerte la tormenta jajaja ––dijo uno de ellos

––Son unos tontos Haruto, mamá y papá dijeron que no debían mojarse, debieron quedarse en casa de la tia Sakura ––dijo una de las pelirrojas.

El joven de lentes se encogió de hombros ––Cuando salimos de ahí todavía no había tormenta, además no nos mojamos tanto.

Sonreí ––vamos siéntense, les serviré ––dije con mucha naturalidad como si fuera normal para mí. No lo negaba, estaba feliz compartiendo con esos niños.

Después tomé a Minato en brazos y le di el biberón con gran dedicación mientras el pequeño me miraba a los ojos.

––¿Usted tiene hijos señorita Hinamori? ––preguntó Kushina.

Yo negué ––no… pero me encantan los niños.

––es que usted mira y trata a Minato justo como mamá.

Le miré sorprendida ––¿Enserio?

Todos asintieron.

––Usted nos agrada, y mire que hemos tenido experiencias desastrosas con otras niñeras ––dijo uno de los niños rubios de 8 años.

––Vaya, pues gracias niños.

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Esa tarde, estuve conversando mucho con todos esos niños, eran muy curiosos y se la pasaban haciéndome preguntas, y por primera vez en mi vida desde de conocí a Sasuke Uchiha, realmente me sentí bien conmigo misma. Yo quería alcanzar un sueño así.. ASÍ DE REAL.

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Cuando desperté, miré a mi alrededor y me encontré con mi doctora, parpadee y me levanté.

––¿Cómo te sientes ahora? ––me preguntó.

––¿Fue un sueño? Eso que vi…

––Eso fue… algo así como… otra vida.

Le miré sorprendida ––Pero…

––Dime que es lo que quieres ahora ––me preguntó la doctora.

Recordé ese sueño tan real y sonreí. ––Quiero… estar con él realmente ––dije con lágrimas en los ojos.

La doctora asintió ––¿Entonces que esperas hija?

Tomé mi bolso y salí de ahí, no sin antes darle las gracias. Cuando salí respiré hondo y mire al cielo, me sentía liberada de todo. De Sasuke, de su presión, de los reclamos, de la culpa…solo quería estar con él.

Cuando llegué al departamento para llevarme mis cosas, salí solo con una maleta, la cual dejé en la habitación. Llamé a Sakura, pues Naruto no respondía mis llamadas.

––¿Hinata? ¿Qué sucede amiga?

––Sakura, por favor… ¿has visto a Naruto?

––¿Por qué me preguntas por él?

––Lo amo Sakura, y me iré con él.

––No entiendo lo que pasa pero si lo que dices es verdad debes darte prisa, él se irá hoy mismo, dijo que viajaría otra vez y que no regresaría en un tiempo. Se veía deprimido…

––¿Sabes donde puedo encontrarlo?

––antes de irse dijo que pasaría al campo de las flores..

Recordé que en ese lugar habíamos tenido una velada maravillosa. Sonreí.

––Gracias Sakura, te llamo luego ¿esta bien?

––Eso espero, estoy muy curiosa sobre que se traen ustedes dos.

––jajaja si claro.

Al instante la puerta se abrió y Sasuke me miró sorprendido.

––Hinata… que bueno que te encuentro… yo…necesitamos hablar.

––Sasuke ahora…

Sasuke me mostró unos documentos, los miré y su mano temblaba. Los recibí y miré que se trataban de unos papeles de divorcio. Le miré sorprendida y el me tomó de los hombros.

––Lo siento Hinata, te amo… pero mis padres no creen que seas la indicada para mí si no puedes darme un hijo.

Busqué en mi bolso un bolígrafo y me apoyé en la mesita y comencé a firmar los papeles que Sasuke ya había firmado. Todo ante la mirada atónita de Sasuke.

––¿No dudaste en firmar eh? ––me dijo con una sonrisa amarga.

––nunca te importé… si lo hubiera hecho, te hubieras tomado enserio lo de las terapias y de prestarme atención Sasuke.

––Podemos vernos…

Yo negué ––no Sasuke, vive tu vida como más te plazca, hazle caso a tus padres y busca a una mujer que pueda darte los hijos que quieras.

––Sabes que te amo…

Negué ––yo ya no…

Dio un paso frente a mí ––es mentira, tú me amas aún.

Le sonreí sinceramente y no dije nada más, tomé las copias de los documentos y le dejé los suyos. Se los mostré:

––supongo que estos son míos. Adiós Sasuke.

Fui a mi habitación y tomé mi maleta ante la sorpresa de Sasuke.

––¿Ibas a dejarme?

––Lo haré Sasuke, gracias por el divorcio.

Sasuke me interceptó ––Espera… ¿de verdad quieres esto para nosotros?

Le miré con el seño fruncido, ¿Qué pretendía?

––¿De que hablas Sasuke? ¿Me acabas de pedir el divorcio y te comportas así?

––Creí que aún así…

––¿Pensaste que seguiría a tu lado? ¿estás loco?

––podrías quedarte como mi…

––¡No te atrevas! No hagas que te pierda el poco respeto que te tengo….

––¡No puedo dejarte ir así como si nada!

Negué y le miré con desaprobación, ¿A dónde había quedado el Sasuke que había conocido?

Lo aparté y salí de ahí, escuché como me llamaba, pero poco me importaba. El taxi me llevó hasta ese lugar, mi corazón latió cuando lo vi dirigirse a su auto dispuesto a irse. Corrí, pero sentí que pronto se iría así que le grité.

––¡Naruto!

Al instante miró en mi dirección y me miró sorprendido con una maleta, la cual solté para correr con él. Naruto me recibió con un abrazo y giró conmigo.

––¿Qué significa esto Hinata? ¿Qué haces aquí? ––me preguntó sorprendido.

Le sonreí ––¡Te amo! No puedo dejarte ir… estoy dispuesta a irme contigo.

Naruto me miró feliz ––Repítelo…

––¡Te amo! ¡Te amo! ¡Naruto Uzumaki!

Entonces él me besó con urgencia y yo lo acepté gustosa. Eso era lo siempre quise. Me separé y le miré.

––Pensé que no volvería a verte y me dolió mucho… no quiero eso… te amo, perdón por lastimarte ––le dije con los ojos llorosos.

Naruto negó ––soy realmente feliz ahora… te amo, pero eso ya lo sabías…

Le di un corto beso y le mostré los papeles del divorcio.

––¿Qué es eso? ––preguntó curioso.

––Míralos.

Naruto comenzó a leer y me miró sorprendido ––e… esto es…

––Papeles de divorcio, ya no estoy casada con Sasuke Uchiha.

Naruto me abrazó y nuevamente comenzó a dar vueltas, me miró intensamente ––Que bueno, porque pienso hacer que te llames Hinata Uzumaki.

Le miré con emoción ––nada me gustaría más…

Naruto me besó y luego le miré ––Naruto… sin embargo… yo… no puedo darte hijos…

Naruto acarició mi mejilla ––esta bien, pero si en algún momento quieres adoptar yo estaré dispuesto. Mientras estés con migo, nada más importa.

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Que equivocada estaba…

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Pues tan solo un par de meses después de irme con Naruto y viajar juntos, resultó que estaba embarazada, todo arece indicar que yo si podía tener hijos, pero Sasuke no. Él era el del problema porque Naruto si era fértil y por confiarnos de que yo no podía tener hijos, pues obviamente no nos protegimos, lo que resultó en un lindo y pequeño bebé rubio de ojos azules. Ambos estábamos más que felices. Seríamos felices y continuaríamos viajando por el mundo con Boruto y más hijos. Pues Naruto me había dejado muy en claro que este no sería el único hijo que tendríamos.

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¿FIN?

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¿Qué les pareció? Dejen sus reviews para ver que tal y si… ¿quieren conti?