Naruto y sus personajes no son míos.

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A veces

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Llevaba tiempo observándola, días, semanas, tal vez un mes. No podía negar que era hermosa, que tenía una belleza que ninguna otra kunoichi poseía.

A veces se imaginaba pasando su única mano sobre su cuerpo, tocando su cuello y luego su clavícula. A veces imaginaba que besaba sus labios lentamente, otras que besaba sus hombros. A veces imaginaba que posaba desnuda frente a él, y que podía besar y tocar sus senos, apretarlos y tal vez morderlos. A veces imaginaba que sus pezones se endurecían en su mano, otras, que sus dedos viajaban por su vientre hasta encontrarse con su intimidad. A veces imaginaba que metía la boca entre sus piernas y saboreaba el dulce sabor de su miel, que introducía la lengua y tocaba el fondo.

A veces Sasuke despertaba con una gran erección. A veces no podía controlar su deseo y tenía que meterse a la ducha para complacerse.

A veces soñaba con Hinata, con su falo justo en medio de sus senos, lamiendo la punta cada vez que él embestía sus pechos. A veces fantaseaba a Hinata gritando su nombre entre gemidos. A veces deseaba que sus manos se enrollaran en su miembro y lo masturbaran como lo estaba haciendo él. A veces no podía dejar de pensar que la penetraba de una sola estocada.

Sasuke no pudo más. Apretó su pene y aumentó la velocidad de sus movimientos, hasta que finalmente estalló sobre los azulejos del baño. A veces imaginaba a Hinata cubierta por su semen. Sasuke jadeó.

Se vistió rápidamente cuando llamaron a su puerta, y aunque éste hubiese seguido tocándose con la imagen de Hinata en su mente, se apresuró a abrir.

Era Hinata. Sasuke sonrió de medio lado.

—Sa-Sasuke. El Hokage-sama te llama. Me pidió que viniera a buscarte.

—Puedes pasar en lo que me alisto.

A veces, las fantasías podrían volverse realidad.

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FIN

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NA:

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