Nota del Autor:
¡Bienvenidos de vuelta! He estado un poco ausente (ya es costumbre) por temas de la vida y demás. En estos días estuve pensando en un crossover que hace mucho tiempo he querido hacer, y por fin pude sentarme y hacerlo. Se me ocurrió una trama interesante que podía cobrar sentido a medida que la vamos desarrollando y dije, ¿Por qué no? Voy a seguir trabajando en mis otras historias en un futuro, pero primero trabajaré en esta en particular.
Este fic va a ser algo distinto a lo que vienen leyendo. Más serio, digamos. Los que vimos Avatar recordaremos que tiene una mezcla de todo, humor, drama, romance, etc. Eso, junto con la magia de la misma la hacen una de mis favoritas junto a Naruto, y un crossover entre ambos puede funcionar muy bien si se consigue el hilo correcto. Espero que les guste mi acercamiento.
Disclaimer: Ni Avatar ni Naruto me pertenecen. Ambas series son propiedad de sus respectivos autores/creadores.
El despertar
Fuego.
Eso fue todo lo que Naruto Uzumaki vio apenas sus párpados se separaron, revelando infinitas flamas rojizas-anaranjadas que bailaban furiosamente a su alrededor. La poderosa luz que emanaban las llamas provocó que Naruto cerrara sus ojos azul zafiro por un momento, cegado por la intensidad de las mismas.
Sus sentidos estaban adormecidos, como si acabase de despertarse de un profundo sueño; algo que no pudo evitar que el chico captara las múltiples voces que resonaban en la lejanía, todos gritando incoherencias que al mismo tiempo parecía tratarse de súplicas por sus vidas. Pronto, el murmullo de gritos fue acallado súbitamente, y alrededor del chico se cernió un silencio aterrador.
'¿Dónde estoy?', se preguntó el rubio, su vista borrosa y su mente un borrón de imágenes sin sentido. '¿Acaso estoy soñando? ¿En qué momento me dormí? Lo último que recuerdo es la habitación del hospital... Ero-sennin quería llevarme en un viaje de entrenamiento... Pero no recuerdo la razón...', sus agotados ojos recorrieron con desdén la borrosa imagen que se le presentaba a su alrededor, sin darle mucha importancia a lo que había captado anteriormente.
Naruto pronto sintió como su cuerpo volvía a relajarse, su mente amenazando con desconectarlo de la realidad para volver al mundo de los sueños. Aquello sin duda alguna debía ser uno de esos. Un extraño producto de su imaginación que había generado todo ese fuego y ese caos a su alrededor. ¿Por qué? El chico no lo entendía, pero tampoco es como si importase mucho. Lo único que quería es cerrar los ojos y dormir... Reponer energías y luego despertar frente a Jiraiya, quien se suponía pasaría a recogerlo a primera hora de la mañana... Volverse fuerte e ir en busca de Sasuke... Sí, eso sonaba bien...
"¡...to!"
Una voz casi se le pasa por alto. Parecía asustada, pero aún así tan lejana... tan débil... Los sueños solían ser impredecibles. Quizás, lo mejor era ignorarlo todo y seguir durmiendo. Sí...
"¡...ruto!"
La voz de antes cobró un poco más de claridad, y Naruto débilmente reconoció que se trataba de una mujer por el tono de la misma. Pero aún si abría los ojos para ver quién lo llamaba, la imagen permanecía igual, borrosa, como si en realidad no hubiese más que las omnipresentes llamas que parecían incrementar a cada segundo.
"¡...Naruto!"
Un sacudón en sus hombros forzó al chico a salir de su ensimismamiento, provocando que todos sus sentidos se reactivaran de golpe. La sangre bombeó a lo largo de su cuerpo al tiempo que sus párpados se abrieron súbitamente, y sus ojos azul zafiro captaron una nueva y nítida imagen frente a él:
Era una chica, y una muy hermosa debía admitir. Su rostro delicado, cabello rojo largo y orbes violetas le recordaban vagamente a su Oiroke no Jutsu, pero en una versión más joven y distinta de éste. Naruto parpadeó furiosamente mientras trataba de entender qué era lo que estaba ocurriendo y en qué momento había creado un clon femenino suyo, pero sus esfuerzos pronto mermaron cuando notó el terror y la desesperación en la cara de su supuesto alter-ego.
"¡Naru! ¡Levántate! ¡Tenemos que movernos!"
El aludido no pudo evitar abrir la boca y cerrarla al instante, sin poder entender qué era lo que estaba ocurriendo. La chica, sin embargo, no esperó su respuesta y pronto lo tomó del brazo, poniéndolo de pie con algo de dificultad. Pronto, Naruto se encontraba corriendo torpemente detrás de ella, atravesando lo que eventualmente notó eran las calles de una aldea en llamas, con casas distintas a Konoha y sin nadie visible alrededor. Algunos gritos, similares a los de antes, resonaban a lo lejos, y el sonido de golpeteos en la tierra asaltaron los oídos del muchacho.
Naruto se encontró incapaz de hablar, mucho menos de observar todo lo que lo rodeaba debido a la adrenalina que recorría su cuerpo. Sus ojos regresaron a la figura de la chica, la cual vagamente notó llevaba un vestido verde y blanco simple, mientras que su cabello se mecía violentamente detrás de su espalda. "¡No mires atrás Naru! ¡Tenemos que salir de aquí!", le gritaba la chica de vez en cuando, evidentemente tratando de ignorar lo que ocurría a su alrededor pero fallando al juzgar por el tono agitado y nervioso de su voz.
Aquello era demasiado real para ser un sueño. Y Naruto lo sabía. Pero a pesar de la escalofriante sensación que abundaba en su cuerpo y del caos que reinaba por doquier, el chico tenía preguntas, y muchas.
Y fue quizás por eso que el Uzumaki, por primera vez en todo aquel "sueño", decidió tomar las riendas del asunto, ofreciendo resistencia para así liberarse del desesperado agarre de la chica en su brazo, algo que provocó que ambos se detuvieran en medio de lo que parecía ser el centro de la aldea — un círculo amplio, iluminado no sólo por el incendio que la azotaba sino también por la luz de la Luna.
Jadeando, la chica se giró hacia él con una mueca que reflejaba su evidente incomprensión y su miedo. "¿Qué haces Naru? ¡No podemos detenernos! ¡Debemos seguir antes que los soldados de la Nación del Fuego nos atrapen!"
Naruto entrecerró los ojos con sospecha para luego cruzarse de brazos, optando por ignorar el fuego que lentamente se cernía sobre ellos. "Oi, yo no voy a ningún lado hasta que nadie me diga qué demonios está ocurriendo aquí", su ceño fruncido se entornó por un momento hacia los alrededores, atraído por las múltiples voces masculinas que parecían estar acercándose a ambos. "Además, no recuerdo haberte creado. ¿Acaso Ero-Sennin me forzó a hacer ese jutsu que tanto le gusta? Viejo pervertido, siempre se las ingenia para conseguir lo que quiere."
Para su sorpresa, la chica no sólo no admitió nada ni dejó de actuar, sino que también se mostró ampliamente confundida, mirándolo de una forma que hasta parecía sincera. Pero antes de que pudiese tan siquiera atreverse a responderle a un expectante Naruto, sus orbes violetas se ensancharon súbitamente para en un parpadeo arremeter de repente hacia la dirección del chico, saltando sobre él y tirándolo al suelo. Por mera coincidencia el chico logró evitar que su cabeza golpeara contra el piso, aún habiendo aterrizando sobre su espalda, pero lo que rápidamente iba a ser una protesta de su parte se volvió en shock al ver cómo lo que pareció ser una enorme bola de fuego volaba sobre ambos, atravesando el espacio que otrora habían ocupado sus figuras.
"¿¡Pero qué-!?"
Naruto ensanchó los ojos cuando la chica encima suyo acercó su desesperado rostro hacia el suyo, sujetándolo con ambas manos antes de gritarle en la cara. "¡Están aquí! ¡Vamos Naru, ponte de pie!"
"¿Q-Qué...? ¿Quién-?"
"¡Alto ahí en el nombre de la Nación del Fuego!", gritó alguien desde algún punto detrás de ambos, algo que sólo incrementó la sorpresa del chico.
Como antes, la joven que parecía una versión extremadamente similar suya se puso de pie y lo tomó de la mano, provocando que Naruto casi pierda el equilibrio al pararse antes de emprender la marcha en dirección contraria a la dirección en la que había provenido la bola de fuego. Mientras corrían, varias otras esferas llameantes pasaron volando cerca, a veces demasiado cerca, y a juzgar por la frecuencia con la que incrementaban los ataques el chico sabía que no durarían mucho si sólo seguían corriendo. Un rápido vistazo hacia atrás le reveló que sus perseguidores eran alrededor de 10 hombres armados con lanzas, espadas y todos vistiendo distintas versiones de una armadura de un rojo oscuro con cascos puntiagudos.
Algunos de los hombres que corrían detrás de ambos parecían estar usando una especie de jutsu basado en el Estilo de Fuego (Katon), el cual les permitía arrojar bolas de fuego a voluntad; algo que le recordaba vagamente al jutsu del clan Uchiha, sólo que la diferencia era que la llamarada de los Uchiha era gigantesca en comparación con lo que ahora les arrojaban, pero no por eso menos peligrosa.
Si a él lo golpeaban... todo estaría bien, sanaba rápido de cualquier forma. 'Aunque...', el chico miró por un momento a la chica que aún lo conducía a través de la ciudad en llamas, escuchando su respiración agitada y desesperada. 'Sé que debe ser sólo un clon, pero por alguna razón no quiero que salga lastimada.'
Fue entonces cuando otra esfera pasó cerca de ambos, esta vez logrando rozar el hombro de Naruto quien hizo una mueca de dolor al sentir el abrasivo ardor que azotó su brazo. Y entonces, aún si todo se tratase de un sueño, aún si no entendía nada de nada, el chico decidió que era momento de pasar a la acción por primera vez desde su despertar.
Liberándose una vez más del agarre de su guía, Naruto se paró de repente, levantando polvo de la tierra al detener su avance y girar un momento después. Sus manos se juntaron en la posición que más lo solían hacer, y el chico canalizó su chakra mientras enfrentaba a la horda de perseguidores, quienes ahora se habían detenido en seco, sorprendidos de lo que veían.
"¿¡Qué estás haciendo Naruto!? ¿¡Quieres que nos maten!?"
"¡Silencio! ¡Yo soy el gran Naruto Uzumaki, futuro Hokage de Konohagakure no Sato! ¡Yo nunca escapo de nada, así que observa cómo me encargo de estos payasos!", su exclamación atrajo un jadeo sorprendido por parte de la rubia, pero el aludido no le prestó atención. "¡Tajū Kage Bunshin no Jutsu!"
Ante la mirada atenta de los soldados y la aterrada/confundida de la chica a unos metros suyos, el chico esbozó una enorme sonrisa, casi pudiendo visualizar con lujo de detalle la paliza que le daría a esos tipos con ayuda de su ejército de clones. Y en su posición Naruto esperó, y esperó, hasta que los soldados se miraron entre sí por un momento para luego estallar en risas.
"Oi, ¡A este chico le falta un tornillo!", exclamó uno, incrementando las risas a su alrededor.
"Oh oh, ¿qué vas a hacer pequeño? ¿Llamar a tus amigos imaginarios para que nos derroten?"
Mientras la parda de soldados continuaba carcajeando, el Uzumaki dio un paso hacia atrás, claramente en shock. Sus manos ascendieron hacia su cara, dónde las observó con incredulidad. "¡E-Esto no puede estar pasando! ¡Tajū Kage Bunshin no Jutsu! ¿¡Por qué no funciona!?"
"N-Naru...", la pelirroja detrás suyo estiró una mano en su dirección, incapaz de saber cómo proceder. El miedo dentro suyo no hacía más que incrementarse a pasos agigantados al notar que el chico les acababa de arrebatar la única chance que tenían de escapar de allí con vida.
'No lo entiendo', la cara del chico se tornó casi desesperada mientras trataba de canalizar su chakra una vez más. 'Siento mi chakra, pero por algún motivo no puedo usarlo en mi jutsu. ¿Acaso el Kyuubi...?'
Era muy probable que el zorro tuviese algo que ver con su actual predicamento, y cuanto más lo pensaba, la idea que la bestia estuviese detrás de su repentina aparición en aquel lugar cobraba mucho sentido, habiendo descartado la posibilidad que todo fuese un sueño hace rato. Pero, de ser así, ¿por qué tampoco podía sentir su maligno poder dentro suyo?
Algo andaba mal. Muy mal.
"Porque nos has hecho reír...", dijo uno de los soldados de repente, abriéndose paso entre las llamas a su alrededor y colocándose delante de los demás, algo que no sólo atrajo la atención de ambos chicos, sino también denotaba su evidente título de líder. "...He decidido que al Señor del Fuego Ozai le complacerá tenerte como bufón. A cambio, perdonaremos tu vida y la de tu hermana, que también tendrá la oportunidad de trabajar como criada de su grandiosa hija, la princesa Azula. Siéntete agradecido muchacho, no todos los días los hijos de un traidor reciben tal honor."
"¿¡Hah!? ¿¡Pero qué demonios estás diciendo!? ¿Hijo de un traidor? ¿Hermana? ¡Yo no tengo hermanos!", el grito que emergió de la boca de Naruto fue quizás algo más brusco de lo que le hubiese gustado, pero la confusión que se cernía sobre él ya se tornaba abrumadora. Ignorando a una dolida pelirroja detrás suyo, que parecía sorprendida ante aquellas palabras hirientes y sin sentido, el chico frunció el ceño con ira mientras apretaba el puño. "¡Y no pienso servirle a nadie! ¡Antes moriría!"
"Naru... ¿P-Por qué dices esas cosas? Papá... él se sacrificó para que podamos escapar..."
Por primera vez en el día, Naruto se giró hacia la pelirroja con una mueca de incredulidad que rápidamente se tornó en una sonrisa amarga al ver la expresión abatida de la chica. "No sé quien eres, y puesto que no parece que seas un mero Kage Bunshin mío, creo que te has equivocado de persona. Además, siempre he sido huérfano, y no tengo ningún familiar... o eso creo", la sonrisa en su rostro creció significativamente antes de proseguir. "Pero... Aún si no te conozco, yo te protegeré. Es mi deber como Ninja de la Hoja", Naruto se rascó la nuca con algo de vergüenza. "Además, no podría perdonarme si algo le pasase a una chica tan linda como tú."
El sonrojo que adornó las mejillas de la hermosa joven pareció estar destinado a otra situación, y no frente a tanto caos y destrucción como el que estaba sufriendo la aldea a su alrededor. Y aún así, la pelirroja no fue capaz de sostener la mirada en el muchacho por un momento más, completamente avergonzada por lo que acababa de oír. "E-Eso no es..."
"Jeje... Jajaja... ¡JA! ¡TIENES AGALLAS GAKI! ¡Pues bien, cumpliremos tu deseo!"
"Tch."
La formación de soldados de la Nación del Fuego cargó de repente hacia delante, armas y puños en alto mientras proferían un grito de guerra que provocó que el joven diese un paso hacia atrás. En cualquier otra circunstancia aquello jamás lo hubiese intimidado, ni siquiera sus extrañas variantes de ninjutsu que aún en ese momento algunos acumulaban en las palmas de sus manos, listos para incinerarlo a él y a la chica detrás suyo. Pero incluso estando seguro que no tendría problema en vencer a tipos tan patéticos por sí mismo, Naruto tenía a alguien que podía quedar atrapada en el fuego cruzado. Arriesgarse podía terminar muy mal, y las opciones eran bastante escasas en aquel momento.
Los guerreros corrieron hacia ellos, avanzando en formación y cubriendo los laterales para evitar que se les escabullesen sus objetivos. Las llamas que crecían cada vez más en la aldea parecían abrirles paso, como si las mismas estuviesen comandadas por los invasores en cuestión. Atrás del chico, la pelirroja ahora se cubría tras de él, inmovilizada por el miedo. Su respiración era agitada, y Naruto podía sentir el latir del corazón de su supuesta "hermana" contra su espalda, dada la cercanía de ambos.
En un instante, todo se tornó en cámara lenta. El rugido furioso de los perseguidores, el grito de la chica al ver cómo sus muertes se acercaban, la desesperación del propio Uzumaki, quien ni siquiera contaba con un mero kunai para defenderse, todo aquello desapareció en el momento en el que un borrón llameante descendió desde el cielo e impactó contra el suelo, provocando que los soldados detuvieran su avance por la mera fuerza de la onda de choque.
El humo del incendio mezclado con la polvareda que se levantó en ese instante forzó a Naruto a cubrirse los ojos con el brazo, usando el otro para sujetar a la chica detrás suyo. Varias exclamaciones de confusión resonaron del otro lado, y el joven inmediatamente entendió que lo que sea que había pasado no era culpa del auto proclamado "Ejército de la Nación del Fuego".
Y la repentina voz que emergió del lugar del impacto sólo sirvió para probar lo que el Uzumaki ya suponía.
"¡Naruto, Natsuki! ¿Se encuentran bien?"
'Esa voz...', el polvo comenzó a disiparse con lentitud, hasta que el chico fue capaz de entornar la mirada hacia delante. Y lo que vio a continuación provocó que sus ojos casi se salieran de sus cuencas. '¿¡Q-Qué!? ¡Eso no puede ser! ¡Ese es...!'
"¡P-Papá! ¡Estás vivo!", exclamó la ahora conocida como Natsuki de repente, dando un paso hasta quedar junto a su 'hermano' y sonreír esperanzadamente.
"Es... ¡El Y-Yondaime Hokage! Pero... No... No es posible..."
Los murmullos de Naruto atrajeron la atención del que era la viva imagen de Minato Namikaze, cuarto Hokage de Konoha y conocido como "Relámpago Amarillo" a lo largo de las Naciones Elementales. Su rostro, su cabello, sus ojos, todo en él era exactamente igual al retrato que se encontraba colgado en la Torre Hokage —a excepción capaz de sus ropas sencillas— y el Uzumaki por primera vez en todo el día pensó que todo lo que estaba viviendo, más que un sueño, era parte de un poderoso genjutsu.
Una teoría que pronto perdió sentido en el momento que el chico trató de disipar el mismo alterando su chakra, justo lo que le había enseñado Jiraiya.
"¡Kai! No... Esto..."
"¡HEY, AHÍ ESTÁ EL TRAIDOR!"
"¡Acabemos con él muchachos! ¡Por la Nación del Fuego!"
En medio del caos, el supuesto Minato cambió su expresión aliviada por una que no daba lugar a discusión. "¡No hay tiempo que perder! ¡Natsuki, toma a tu hermano y váyanse de aquí!"
"¡P-Pero, Yondaime-sama!"
Naruto trató de estirar una mano en dirección del que siempre había sido su modelo a seguir, su héroe más grande, pero sólo para ser arrastrado una vez más por Natsuki en la dirección opuesta, quien parecía llorar mientras corría en dirección opuesta. El chico mantuvo la mirada todo lo que le fue posible en la dirección del Yondaime, hasta que el mismo se recubrió en una especie de llamas amarrillentas que cubrió todo a su alrededor, impidiendo ver más allá.
Luego de algunos minutos corriendo y esquivando los escombros que ahora empezaban a caer a su paso, Naruto y Natsuki emergieron por un arco que parecía ser la entrada de la aldea y daba a un prado lleno de colinas y montañas en la lejanía. Un camino ampliamente iluminado por la luz de la Luna se extendía a lo lejos, dividiéndose en miles de senderos que llevaban a quien sabe dónde.
Pero mientras que Natsuki se había tomado un momento para recuperar el aliento antes de proseguir, su contraparte simplemente se mantuvo inmóvil, observando el furioso fuego que consumía todo. Sus ojos azules brillaban en contraste con el brillo que alcanzaba su vista, pero los mismos sólo reflejaban confusión, duda e incluso preocupación.
Su mente estaba casi en off. Tanto había ocurrido en tan poco tiempo, y los eventos que acababa de vivir sólo generaban más preguntas sin respuestas. ¿Qué se suponía que debían hacer ahora?, se preguntó Naruto, volviendo en sí luego de un minuto. La chica que aseguraba ser su hermana miraba hacia todos lados, preguntándose en voz alta cual era el mejor camino a seguir.
"Si vamos hacia el sur, nos adentraremos en el Reino Tierra, quizás hasta podríamos llegar a Ba Sing Se. Pero es difícil viajar sin que nos atrapen. Si tomamos el camino hacia la aldea Nomaku al este, estaríamos arriesgando a la gente de allí, pero no hay otra opción, necesitamos ayuda."
"O-Oi."
La voz curiosa de Naruto sacó a Natsuki de su ensimismamiento, pero en lugar de girarse hacia él y preguntarle qué ocurría, la chica exhaló un suspiro nervioso, volvió a tomar la mano del chico, e hizo lo mejor posible por ignorar el crepitar del incendio detrás de ambos mientras se encaminaban por el sendero. "Todo va a estar bien Naru. Papá es muy poderoso, ¿sabes? N-No hay forma que puedan con él. Él volverá..."
Le tomó un gran esfuerzo a la pelirroja para no romper en llanto y romper ese aire de convencimiento que había tratado de erigir sobre sí misma al tiempo que trataba de convencer a su hermano que todo saldría bien.
Pero lejos de eso, lo único que logró fue que Naruto frunciera el ceño. "¿¡Acaso estás bromeando!?", como tantas veces aquel día, el chico ofreció resistencia, impidiendo que siguieran avanzando. "¡En todo este tiempo, nadie fue capaz de decirme qué está ocurriendo aquí, mucho menos cómo llegué a este lugar! ¡Por si fuera poco, por fin conozco a mi héroe de toda la vida, el Yondaime Hokage, quien afirma ser mi padre y tú mi hermana, sólo para verlo sacrificarse por nosotros!"
"N-Naru, tranquilízate..."
"¿¡Hah!? ¿¡Que me calme!? ¡Ni siquiera puedo usar mis jutsus! ¡Sólo fui un estorbo! ¡Minato Namikaze... Él... Y-Yo!"
Los gritos de Naruto culminaron en meros balbuceos, dejándolo todo rojo mientras jadeaba para recuperar el aliento. Odiaba no saber. Odiaba ser inútil. Odiaba sentirse cómo solía ser de pequeño; impotente, incapaz de hacer algo para cambiar las cosas.
Y lo peor, es que sin importar cuanto tratase, no lograba entender nada.
"N-No entiendo qué te ocurre, hermano", Natsuki se aproximó hacia él y le colocó una mano en el hombro, mirándolo directamente a los ojos. Naruto alzó la mirada, notando en silencio que ambos tenían la misma altura, y que la chica compartía muchas facciones suyas a excepción de las marcas en el rostro. "Pero ahora mismo no hay tiempo para esto. Tenemos que escapar antes que nos encuentren. La Nación del Fuego traerá refuerzos y debemos estar lejos para cuando eso suceda. Prometo que responderé todas tus preguntas una vez estemos a salvo."
El chico se mantuvo impasible por un momento, analizando los vibrantes ojos violetas de su contraparte. En ellos, no encontró más que sinceridad y afecto, cómo si de verdad pudiese confiar en ella. Naruto jamás había visto orbes tan hermosos como los de Natsuki, y muy pronto se halló asintiendo la cabeza y resignándose a depender de una chica que muy bien podría estar mintiendo, o llevándolo a una trampa más que mortal.
"De acuerdo."
"Tee-hehe~, eso está mejor", la risita de la pelirroja era como música para sus oídos, una agridulce melodía que de agria tenía solamente el recuerdo de lo recién vivido. "Ya estabas actuando demasiado raro, Naru."
Naruto se permitió sonreír abiertamente ante eso, e iba a decir algo más, hasta que notó cómo el rostro de su hermana se crispó en una mueca de horror, su mirada fija en un punto detrás de él. De repente, su boca se abrió para exhalar un grito que nunca logró emerger, y el Uzumaki sólo tuvo tiempo de darse media vuelta cuando lo que pareció ser un relámpago impactó contra su estómago, llenándolo de un dolor indescriptible.
La electricidad que circuló su cuerpo comprimió cada músculo de su cuerpo, obligándolo a apretar los dientes y abrir los ojos completamente mientras sentía cómo su cuerpo se quemaba por la intensidad del ataque. Luego de lo que pareció ser una eternidad de agonía, todo sensación se desvaneció de golpe, y lo último que registró su cerebro antes de que su cuerpo cayera lentamente sobre la tierra fue la imagen de una chica de sonrisa maníaca y el alarido desesperado de Natsuki.
"Heh, un hijo del traidor menos del que preocuparse."
(Continuará)
Y corten! Hasta acá llegamos con el primer capítulo, un poco corto, lo sé, pero con mucha acción y cosas que quedan sin explicar. Perfecto para ir desarrollándolo, ¿no les parece?
Ahora, un par de aclaraciones antes de despedirme:
N°1: La pareja principal muy probablemente sea Naruto x Natsuki. Los que tengan problemas con esto, por favor, les invito a retirarse de la historia. No va a ser realmente incesto, (ya verán por qué), y además me encanta esta pareja. Es de mis favoritas.
N°2: El hecho que Naruto no pueda usar su chakra en la manera que todos conocemos se debe a algo que será explicado más adelante. Por último, el Kyuubi NO estará en esta historia. También se explicará en próximos capítulos.
Cualquier sugerencia, idea o comentario que quieran hacer, pueden realizarlo a través de sus reviews. Los leo todos, denlo por hecho.
¡Hasta la próxima!
