Ib luego de separarse brevemente de Zack por el maniquí sin cabeza que se cruzó en su camino. Estaba buscándolo cuando sintió que ya no había peligro.

—¡Zack!—llamaba mientras seguía las partes desmembradas del maniquí.

Hasta que lo encontró alzando su guadaña muy alto hacia donde estaba.

—¡Garry! —gritó entonces, al verlo debajo del filo de esa arma mortal. Enseguida ya se encontraba corriendo hacia él y poniéndose delante—. ¿Qué estás haciendo? —sus ojos rojos puestos en los ahora sanguinarios y enloquecidos de Zack.

—Voy a matarlo y si no quieres morir ¡Córrete de una puta vez!

Estaba enojado desde hace tiempo con ese marica y aunque la niña le había caído bien, si se interponía en su camino ¡Bien, estaría muerta!

Ib alzo sus dos brazos hacia su costado.

—¡No! ¡No lo mates por favor! —Garry temblaba detrás de ella—. ¿Por qué? ¿Qué te hizo? —Zack gruñó— e Ib recordó— Si, pudo haberte dejado tirado y abandonado, pero solo tenía miedo ¡Él se disculpara! ¿Verdad? —Garry asintió rápidamente, en acuerdo, aunque no estaba muy confiado de que una disculpa lo salvaría.

—No quiero una puta disculpa ¡Demonios! ¡Quítate si no quieres que te mate! —e impaciente. Declaró—: Te doy hasta tres, dos...

Garry ya pensaba en empujarla antes de que finalizara de contar, pero Ray quien dejo de estar tirada en el suelo. Se interpuso para la irritación del asesino adelante de Ib.

—¡Detente, Zack!

—¿Tú también? ¡Agh! ¡Si vas a decir algo porque no debería matarlo! ¡Escúpelo de una vez!

Y mientras los individuos lo miraban impresionados por la valiente chica que había venido a su rescate. Todo se hizo añicos con sus siguientes palabras.

—Falto yo —dijo—. Por favor, ¡Mátame!

Garry recordó que no era valiente sino suicida.