LA FIESTA

― ¡Sean bienvenidos a la fiesta del Torneo sub-17! ―

El sonido de las copas chocando elegantemente unas contra otras despertó a Sakuno de su trance. Muchas cosas muy extrañas habían ocurrido para que ahora ella, ataviada de un vestido de coctel, se encontrara en el salón de eventos del país australiano, rodeada de varios jugadores de los equipos que participaban en la competición para elegir a los mejores del mundo.

Primero, luego de visitar a Echizen en el hospital después de su partido contra el príncipe francés, el chico de la particular gorra blanca se aseguró de entregarle un tiquete dorado, ya que según él "no tenía a nadie más en mente en ese instante a quien invitar", y sin siquiera esperar una respuesta se marchó, dejando a la joven claramente confundida.

―…Y eso hizo Tomo-chan… suspiró la chica de ojos carmines, mientras se dejaba caer en la mullida cama de la habitación del hotel donde se estaban hospedando.

Tomoka la observó asombrada, así que literalmente le había tomado a Ryoma sama que otro chico se interesara en su amiga para que despertara e hiciera algún movimiento. Que hilarante, pero debía ayudar como sea a su amiga.

¡No te preocupes Sakuno, ya verás que estarás reluciente para poder finalmente ser la novia de Ryoma sama!

¡¿N-novia?!¡Qué dices! Sakuno se levantó de inmediato, sentía como su corazón se aceleraba al escuchar como otra persona malinterpretaba su relación con el tenista.

¿Entonces por qué crees que él te invitó, amiga?

¿Por qué no se le ocurrió nadie más? sonrió Sakuno.

Tomoka se llevó una mano a la cara, su amiga era muy distraída ―Ven Sakuno, traje un vestido hermoso que seguro te quedará perfecto―

Y así estaba ahora, con un vestido sin mangas color rosa pálido y pequeños brillos, y su cabello recogido en una media coleta, con unos zapatos con un pequeño tacón, que su amiga Tomoka le había prestado, decidida a ayudarla en lo que fuera. Que haría sin ella pensó Sakuno, quizá estaría aun en su habitación sin saber que ponerse. Y además justo en este momento sus pensamientos estaban por doquier, desde que el príncipe de Francia le preguntó a Ryoma cual era su relación con ella, Sakuno no dejaba de hacerse esa pregunta, ¿qué eran? ¿Sólo compañeros de clase? ¿Algo más? No, pensó la chica, no podía pensar que había algo más, Ryoma sólo pensaba en el tenis, y ella adoraba verlo jugar, no podría interponerse, no era correcto, pero entonces… ¿Acaso podría ser…?

―Madeimoselle…Es un gusto poder tenerte en esta bella velada― el acento extranjero alertó a Sakuno, Ludovic Chardad ya la había visto, y se veía como todo un príncipe de cuento con su traje color blanco, con corbata azul y roja. El susodicho tomó con delicadeza la mano de la joven, depositando un suave beso, que la hizo erizarse de la sorpresa ―Te ves hermosa…―Le susurró mirándola intensamente, lo cual la hizo ruborizar hasta las orejas. ¿Ella, hermosa?

―Hola Prince kun…T-tu también te ves genial, to-todos se ven genial hoy, el tenis de verdad es tan divertido…― comentó ensimismada, mientras Ludovic se ruborizaba al ver tan linda expresión de alegría al hablar de su amado deporte.

¡Es tan linda, me encanta esa forma de ser! ― pensó mientras le dedicaba una media sonrisa ― ¿Cerisier, me podrías acompañar un momento? tengo una sorpresa para ti, prometo que te va a encantar― extendió su mano, la cual Sakuno tomó sin evitar temblar un poco, aún no había rastro de Ryoma.

En efecto, en medio del gran salón y frente a la mirada asombrada de varios jóvenes, se encontraba un precioso pastel blanco con decoraciones doradas y pequeños pétalos de cerezos, una receta francesa conocida como Piece Montee, la magnifica obra culinaria brillaba prácticamente y Sakuno no podía evitar sentirse asombrada.

― Este Piece Montee fue hecho especialmente para ti, Cerisier, quería que probarás algo típico de mi país, y creo que sólo mereces lo mejor― Comentó Ludovic coquetamente.

― ¿¡Es para mí?!― Incrédula, Sakuno muerta de la vergüenza veía como el joven francés asentía sonriendo, pero cómo, se notaba que era un pastel carísimo, ¿era por ella?

El susodicho se acercó con dos platos con generosas porciones del pastel, ofreciéndole uno y mirándola fijamente ―Te va a cambiar la vida, como has hecho tu conmigo―.

Riendo nerviosa, Sakuno tomó un bocado del pastel y lo probó. De inmediato sus papilas gustativas bailaron de jubilo al sentir la deliciosa mezcla, un sabor a vainilla y algo de fresa, sin duda la cocina francesa estaba a otro nivel.

― ¿Y? ― Preguntó ansioso el príncipe francés ― ¿Te gustó? ―.

― ¡Me encanta! ― Contestó casi de inmediato la pelirroja ―Debo llevarles a mis amigos, de seguro que a ellos también les cambiará la vida probar algo tan delicioso…―.

Antes de que Ludovic pudiera responder algo, el equipo de Francia, sus compañeros, se acercaron a la pareja, riendo y llevando un pequeño maletín.

¡Bonsoir! Príncipe, señorita― Saludaron los chicos franceses.

― ¿Esa maleta… así que el entrenador nos necesita, uh? Que inoportuno…―El príncipe tomó nuevamente la mano de Sakuno ― Espero verte otra vez, disfruta el resto de la fiesta mon amour―

― Gracias por el pastel, Prince kun…Eres m-muy amable― Le sonrió Sakuno, el príncipe luego de eso debió ser prácticamente arrastrado por sus compañeros, estaba loco de amor por ella. Sus sentimientos sólo lograban crecer más y más, aun si debía jugar 1000 partidos contra el enano del equipo japonés, por su Sakuno, jugaría dichoso. Pronto iba a conseguir su dirección de correo, quien sabe, quizás hasta su número telefónico, y lograría hacerla su prometida. Definitivamente veía a Sakuno como la futura princesa de Francia.

La pelirroja suspiró algo más aliviada, no es que detestara a Ludovic ni nada parecido, pero recibir tales atenciones de un chico era algo muy nuevo para ella, y se sentía abrumada, pero creía que el príncipe de Francia era una buena persona y que ella no se merecía realmente tanta atención. ¿Qué había hecho ante él, perderse y buscar su ayuda? Eso sólo la hizo mortificarse más, definitivamente su falta de orientación la metía en problemas.

Un poco más resignada, y luego de saludar a otros jugadores que conocía, Sakuno decidió que lo mejor era terminar el resto de la velada en el balcón que daba al jardín, estaba solo y la verdad ya se sentía algo cansada para continuar caminando. Otro detalle que le llamó la atención fue que no había visto al príncipe japonés desde que llego, bueno, él no era realmente la persona más social, así que quizás simplemente no fue, nunca lo culparía por eso. Pero era una noche tan bella.

― ¿Qué haces ahí? ―

― ¿R-Ryoma kun…? ― Sakuno se giró y en efecto, frente a ella se encontraba Ryoma Echizen, jugador de tenis de Japón, príncipe del tenis, su gran amor, dolorosamente atractivo en su traje negro, y cuyos ojos, oh bellos ojos ambarinos que la luna llena hacían brillar aún más. La joven se ruborizó al verlo acercarse a ella. Por un momento simplemente permanecieron así, uno perdido en la mirada del otro, hasta que la mirada del chico se dirigió al plato de Sakuno.

― ¿Y eso? ¿Un nuevo pastel? No lo había visto antes en el salón― Le cuestionó Ryoma con serenidad, mientras con su índice trazaba de forma inocente el borde del plato, pero no tan inocentemente rozó el pulgar de la joven.

El contacto de la piel de su príncipe la hizo reaccionar ―Fue un regalo de Prince kun…― Pronto la sonrisa picara del ambarino se borró, ¿ese tipo le había hecho un regalo a Ryuzaki? ¿Con que derecho?

― ¿Ah, con que eso hizo? Hey, Ryuzaki, ¿me podrías dar una porción?, se ve delicioso― la miró intensamente. Sakuno simplemente no podía decir no a esa mirada, rara vez Ryoma pedía algo, así que asintió con una pequeña sonrisa, y pidiéndole que le esperara en el balcón, se acercó otra vez al salón, decidida a llevarle una buena porción al chico.

Justo se encontraba sirviendo el trozo de pastel, cuando la mano del ambarino tomó con cuidado la suya. Ahí estaba otra vez, Ryoma kun tocando su piel y haciendo que su corazón diera cien vuelcos. Sin decir nada, simplemente cerró los ojos, mientras sentía como Ryoma acariciaba deliberadamente su mano y poco a poco hasta tocar su codo.

― ¿N- no ibas a esperarme, Ryoma kun? ― Susurró Sakuno, Ryoma prácticamente la cubría con su cuerpo de la vista de los demás jugadores.

― No puedo…― Susurró Ryoma en su oído, Sakuno sujetó con fuerza la pequeña espátula en su mano.

― ¿Por qué no te había visto antes? ― Sakuno se moría por saber la razón, aunque sonara egoísta.

― Si llegué, pero ese tipo de Francia se acercó a ti antes, y preferí caminar por el jardín, sino, quizá lo habría retado a otro partido― confesó Ryoma. Era verdad, ni siquiera sabía que eran Ryuzaki y él, pero simplemente no podía evitar sentir malestar al ver como ese tipo salía de la nada y se acercaba a la chica, era un fastidio.

― Ryoma kun…― Sakuno se disponía a entregarle el pastel, pero Ryoma se lo impidió, en vez de eso, por un breve momento el chico tocó con sus labios la oreja izquierda de la pelirroja, el contacto fue tan placentero que ambos sintieron la electricidad del toque recorrer sus cuerpos, se sentía bien, más que bien.

― ¿Qué es lo que somos exactamente, Ryuzaki? ― Dios, la voz de Ryoma no la ayudaba a concentrarse, quería responderle, pero la respiración casi entrecortada del chico no la ayudaba a formar respuestas coherentes.

― Nosotros, nosotros somos…―

Antes de poder decir algo más, los gritos del grupo francés los hicieron sobresaltarse. Dándose la vuelta y tomando el plato de las manos de Ryuzaki, Ryoma tomó una gran rebanada del pastel, lo suficiente para ni siquiera poder hablar. Sakuno por su parte se alejó dos pasos de su príncipe, no tenía idea de qué estuvo a punto de pasar, pero su corazón estaba a punto de estallar y sentía ganas de salir corriendo de allí.

― ¿Qué estás haciendo Chapeau, comiendo el pastel que mandé a preparar especialmente para Cerisier? ― Ludovic se acercó rápidamente hacia los dos chicos, mientras que Ryoma lo observaba impávido, no tenia intenciones de bajar la guardia frente a él.

― Lo siento Prince kun…― Sakuno se acercó primero al francés, quien se detuvo de inmediato y la observó con cariño.

― No te preocupes, Sakuno…Yo…―

― ¡Un ninja en la ventana! ― Gritó Ryoma, mientras los demás volteaban a observar donde el joven había apuntado, éste tomó rápidamente la mano de Sakuno y se echó a correr, ante la mirada incrédula del francés.

Esta batalla no se acaba aquí, Chapeau…― refunfuño entre dientes.

Sólo acababa de comenzar.

FIN

Esta entrada esta basada en información de un libro publicado el año pasado llamado TENIPURI PARTY. Tiene datos muy interesantes, entre ellos que Ludovic está en búsqueda de una prometida, y que mandó a preparar un pastel para Sakuno, pero Ryoma terminó comiéndoselo lol. Además, Sakuno tiene un movimiento especial, y es la volea, la cual la aprendió gracias a Ryoma. Estos chicos se ven a escondidas, es obvio que se gustan, jaja.

Madeimoselle: Señorita

Cerisier: Flor de cerezo

Piece Montee: Un pièce montée es una especie de centro de mesa decorativo de confitería en forma arquitectónica o escultórica que se utiliza para banquetes formales y está hecho de ingredientes tales como "pasta de confitería", turrón, mazapán y azúcar hilado. (de la wiki lol)

Bonsoir: Buenas noches.

Mon amour: Mi amor

Chapeau: Chico gorra, apodo de Ludovic a Ryoma.