Disclaimer: Los personajes de Yu-Gi-Oh! —las tres sagas—, no me pertenecen, mas sólo los tomo prestados, porque sí los mismos fueran míos, claramente habría puro yaoi y sería un desastre.

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Prólogo.

Yusei vivía con su padre Crawford Pegasus Fudo. Era hijo de corazón, el joven había sido abandonado de pequeño a la edad de tres años en un basural por algún motivo que se desconocía.

El señor Pegasus, el multimillonario creador del duelo de monstruos más conocido del mundo, tenía una fundación para niños huérfanos, ya que él al no tener la posibilidad de poder ser padre biológico, se dedicó a estos pequeños, en los que invertía su gran fortuna para educarlos, todo eso gracias a los duelos de caridad que organizaba todos los años. El joven bicolor había sido un niño prodigio desde que el platinado lo había encontrado y lo había dejado bajo el cuidado de la guardería.

Con el tiempo, Fudo tenía un gran desempeño en el hogar, destacándose tanto en los estudios primarios y secundarios, como en los duelos de monstruos. A Pegasus le encantaba que los niños aprendieran y, además, buscaba talentos para llevarlos a los duelos y triunfar. Tanto fue así, que este joven le había despertado un gran interés. Era educado, respetaba las reglas, cumplía los objetivos..., y Por algún motivo en especial, el hombre rechazaba las solicitudes de adopción de otras familias. Es por eso que entró privilegiadamente a la escuela de Duelos de Kaiba Corp.

—Jennifer —el platinado le habló a la mujer encargada de las adopciones que estaba sentada en la mesa del escritorio, cerrando las puertas tras de sí —. Vengo a dejarte mis papeles de adopción.

— ¿Papeles? ¿Adopción? — la mujer anonadada lo miró a través de sus lentes de cerca, sin poder creer la actitud tan decidida del señor —. No lo entiendo.

—El pequeño Yusei estará bajo mi tutela. — concluyó sin vacilar. Luego tomó asiento frente a la mujer.

Jennifer pestañeó un par de veces y luego bajo la mirada hacia las hojas que sostenía el hombre, tardó en reaccionar, y Pegasus tan paciente, le sonrió. Luego la mujer los tomó con dudas, pero finalmente, decidió verificar si el mismísimo fundador de Children's Pegasus tenía todo en regla.

—Muy bien señor Crawford — la castaña abrió uno de los cajones de los legajos de todos los niños, busco la Y de Yusei, y sacó el folder, lo abrió y sacó varias hojas para dejarlos frente a él —. Estos son los papeles de adopción, allí está el acuerdo donde usted se responsabiliza del menor tanto económicamente como...

—Sreñorita Jennifer — el imponente hombre la interrumpió con su gran delicadeza —. Conozco todos los contratos que yo mismo junto con mi abogado, he diseñado. No hace falta que me lo explique — Una sonrisa asomó tras sus hebras platinadas—. Gracias.

Finalmente, Pegasus se sentó en la silla, y con cuidado, ordeno las hojas para firmarlas, por sí las moscas, decidió releer todo para asegurarse que al niño no le faltara nada.

—"... y sí por alguna razón, el/la tutor/a tuvieran algún percance de cualquier índole, todo pasará a manos del menor a partir de su mayoría de edad, a cargo de un abogado especializado de la fundación... " — Pegasus sonrió nuevamente leyendo esas líneas. No había dudas de que, si a él le pasara algo, su "futuro" hijo de corazón, lo podría suceder.

Y luego de firmar, el empresario le entrego las hojas a Jennifer, poniéndose de pie.

—Iré a buscar al pequeño, prepara todo por favor, ésta tarde nos pasaran a buscar.

—Sí señor. — respondió la mujer.

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Tiempo después...

Mirar hacia atrás, no era fácil para Yusei, con apenas trece años cumplidos, se sentía satisfecho con su nueva vida. Sí, Pegasus le había dado todo, pero sobre todo amor de padre. Pero le dolía por otra parte que haya corrido con mala suerte. Sus compañeros de la academia de duelos de Kaiba Corp. eran hijos biológicos. Parecían felices cuando hablaban de sus familias, y él no se avergonzaba de ser el hijo del multimillonario Crawford, hombre admirado y respetado en toda la academia, hasta el punto de crearse el rumor de que el joven bicolor podía tener una especie de preferencia por ser hijo de..., y eso era lo que detestaba.

Los rumores.

No basto poner un pie en la academia, que ya le ardían las orejas.

Yusei había entrado a la elite de los Obelisk Azules, la mayor elite de la academia con altos rangos; más de uno tuvo que tragarse sus palabras al verlo batallar en el examen de ingreso.

Ya para su tercer año, Yusei tenía dos mejores amigos, Jack Atlas y Johan Andersson, los dos únicos amigos que no lo despreciaban y lo respetaban por ser un gran duelista.

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El comienzo de los exámenes de ingreso había comenzado, y su amigo rubio había insistido en presenciarlos para ver los nuevos talentos.

—Yuki Jaden, presentarse en el campo de batalla A5 — había sonado en el altavoz del campus.

— ¿Jaden? — pensó para sí mismo. Ese nombre le sonaba de algún lado.

Flashback

— ¿Cómo te llamas?

—Jaden, Yuki Jaden — un pequeño castaño que recién había llegado al hogar de huérfanos había llegado de la mano de quién después sería su padre —. ¿Y tú?

—Etto... Yusei, Fudo Yusei — Se presento el bicolor. El más pequeño estrecho su mano enérgicamente. Para ser un niño sin padres—vaya uno a saber el motivo —, parecía muy feliz.

—Tú serás mi hermano mayor — declaró con una sonrisa en la cara. Yusei se sonrojo ante tal declaración, no era fácil que alguien le cayera bien pero éste niño lo había comprado enseguida.

Fin flashback.

Y al parecer, los flashbacks de Yusei, estaban algo borrosos de su memoria, ya que él y el pequeño Jaden jugaban a juegos de cartas. Él le había enseñado muchas estrategias de juego, pero luego le tocó la hora de partir a manos de Pegasus.

— ¿Yusei? — Jack pasaba su mano por la cara del chico, haciéndolo reaccionar.

Se habían detenido entre las gradas con vistas a los campos de batalla cuando vieron que Yusei se perdió en sus cavilaciones.

—Lo siento, me quede pensando en algo.

—Lo hemos notado — dijo divertido Johan, que no había perdido de vista que Yusei estaba en sus cavilaciones en cuanto el nombre del nuevo aspirante había sonado por las altas voces.

Los tres se apoyaron sobre los barandales entre las gradas para observar el duelo.

Jaden estaba dando una grandiosa batalla contra el profesor Crowler, Yusei había notado el gran crecimiento del chico. Lo veía tan grande, distinto... ¿lindo? Sonrojo asomó por sus mejillas.

¿Cuánto tendría Jaden? ¿trece años? ¿En dónde habría estado? Se sentía fatal, supuestamente era su hermano mayor o algo así.

De repente, el estadio se llenó de aplausos y ovaciones. Yuki había vencido, y levantaba los brazos en señal de victoria.

—Gottcha! — dijo señalando a uno de los profesores con una sonrisa y guiñándole el ojo, mientras éste agonizaba —. Fue un gran duelo.

Yusei aplaudió, y cuando se dio cuenta, los ojos marrones habían encontrado sus ojos azules.

El mundo dejo de existir. La conexión en sus miradas era tan intensa, que Yusei no escuchaba las voces de sus amigos. De a poco, una sonrisa de nostalgia asomo de los labios de Jaden al verlo, era como sí con la mirada lo recriminara y a la vez, estuviera contento de encontrarlo ahí, después de todo, ahora el castaño era alumno de la academia de duelos. Se supondría que compartirían tiempo juntos...

—Nos vemos — pudo leer de los labios del castaño, antes de que éste se diera vuelta y se retirará del lugar.

— ¡Yusei, carajo! — la agresión en las palabras lo hizo voltearse, Jack y Johan estaban a unos metros de él llamándolo.

— ¡Vamos que se nos hace tarde! — añadió Johan levantando uno de sus brazos.

Ni él mismo se creía que ya estaba adentro de la academia. Jaden gozaba de su victoria, incluso él tenía ansias de entrar, para encontrarse con Yusei para arreglar unas cuantas cosas.

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N/A: Esto lo tengo escrito hace muchísimo tiempo, y estuvo guardado en el más recóndito lugar de mi PC. Sí apoyan éste nuevo proyecto, lo continuaré con mucho gusto.

¡Espero que les guste! ¡Saludos!

Yuki Kou.