¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨(¯ˆ·.¸ ¸.·ˆ¯)¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨

Prologo

Cazando a los perros negros

¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨(¯ˆ·.¸ ¸.·ˆ¯)¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨


.

.

.

_ஜ ۩۞۩ ஜ_

.

.

.


Olga Discordia miro como un grupo numeroso de guardias se llevaban a su guardaespaldas desde aquel día que le salvo de la vida de una esclava, Chloe incluso en esa situación se resistía, y a pesar de aparentar un exterior muy en el interior solo sentía una profunda ira.

—Esperen— dijo en el mismo tono sin emociones que había usado antes de todo eso, sin dejarles saber la ira y el miedo que realmente tenía—. Yo… acompañare a Chloe.

—¿Ohh~? ¿La reina también quiere algo de diversión, verdad?— dijo uno de sus guardias, algo de baba cayendo de su boca al ver el escultural cuerpo apenas cubierto de la elfo oscuro.

Chloe trato de romper las esposas, atrapada entre dos enormes ogros que la superaban en fuerza—Maldito, ¡No te atrevas a hablarle así!— exclamo ella mientras que los gigantescos ogros apretaban sus hombros, apunto de rompérselos—. ¡Ghh!

—Tranquilízate— ordeno Olga fríamente, generando que Chloe dejase de hablar y bajase la mirada.

Sus ojos se abrieron al sentir una mano sobre la suya mientras caminaban, no tuvo que siquiera voltearse para saber que era ella.

Era una señal de que no la iba a dejar sola en eso.

Caminaron entre ogros y mercenarios con pieles ennegrecidas por el sol y las batallas, sonrientes al ver la carne de ellas agitarse ante cada mínimo movimiento. Parado en el anterior trono de la reina Olga Discordia, un hombre ataviado en una armadura negra y roja les sonreía—Las trajimos para que la violaran como la solicitaste, Vault— dijo el humano que llevaba su cetro rojo en mano con una enorme sonrisa por el espectáculo que vería.

Una gran sonrisa apareció en la cara de Vault, parándose del trono y viéndolas a ambas de frente—Te traje a ti específicamente porque quería preguntarte algo— le hablo a Olga que estoicamente le observaba—. Me pregunto, ¿una elfa oscura puede quedar preñada de un humano?— su pregunta burlona fue seguida de las ovaciones de los mercenarios detrás de ellas.

Las manos de Olga tronaron levemente mientras las apretaba, los orcos comenzaron a caminar hacía ellas, sus ojos rojos viéndolas con hambre y lujuria.

Y luego, vino una risa de la elfa pelinegra, que hizo que el hombre de armadura negra dejara de sonreír, alzo la mirada, mostrando unos ojos amarillos como el ámbar que les miraban con arrogancia—Nunca me rendiría ante un montón de insignificantes gusanos como ustedes— les dijo alzando una mano.

El mercenario que llevaba su cetro en mano lo tuvo que soltar apenas este fue atraído como un imán hacía la mano de la reina elfo—Y esto es mío— sus palabras fueron seguidas de una descarga de relámpagos negros, Chloe a su lado teniendo que cerrar los ojos ante el potente brillo que generaban, atacando a los orcos a su alrededor, uno a uno, cayendo rostizados al suelo.

Los mercenarios taparon sus rostros por el brillo, y apenas ceso, los bajaron.

Olga cayo al suelo, vapor saliendo de su boca ante el pesado esfuerzo que le costo tanto mana—¡Mi reina!— exclamo Chloe ayudándola a apoyarse.

Riendo de nuevo, Vault se acerco a la reina, pateando a un lado el cetro—Bueno, bueno, eso fue un fracaso total, ¿No es así, Reina?

La mencionada se recompuso con dificultad, planeando al menos usar un hechizo anti-embarazo sobre ella para al menos evitar lo que planeaban hacerle… y entonces se giro para ver a Chloe.

El hechizo solo se podía hacer sobre si misma, y si lo hiciera… simplemente haría que terminase peor para ella.

Por un instante… por un corto instante pensó en solamente abandonarla, y apenas se giro para verla, tratando de pensar en algo que ella hubiera hecho que siquiera le diese importancia… la imagen de una niña rubia de ojos rojos con el cabello enmarañado sustituyo a la actual Chloe.

La respiración se le fue, antes de que sus puños volvieran a ser apretados con renovada determinación.

Si antes tenía poco mana, esto sin duda me va a matar… no, incluso si estuviera con toda mi magia esto sin duda me mataría. Pero… solo necesito uno, solo uno que la proteja de estas escorias.

Puso sus manos en el suelo, un circulo mágico de color morado apareció en el suelo, mientras el mago al lado de Vault abrió los ojos—Un circulo de invocación divina… así que has llegado a pedirle ayuda a tus dioses, ¿eh?— comento Keen interesado, esa era la primera vez que vería en acción la magia por la que la familia de elfos oscuros, los Discordia fueron tan temidos entre el resto del mundo.

Invocación de Dioses.

Una única gota de la magia de la reina entro en el circulo, y cuando trato de introducir más… el circulo desapareció.

—… ¿E-E-Eh?— tartamudeo, su voz sonando cansada y… aterrada, sus brazos temblaban al ver el circulo desaparecer.

La risa de Keen se escucho mientras se acomodaba los lentes—Anticipamos desde antes cualquier movimiento que hicieras, Reina, desde matar a esos ogros para agotar tu magia, hasta suicidarte invocando alguna deidad menor— declaro mientras en las paredes, techo e incluso el suelo aparecían runas negras—. Las mejores y más poderosas Runas anti magia, específicamente, contra la tuya. No podrías usar más que los hechizos de más bajo nivel que gastaran tu magia lo más posible— parándose donde antes estuvo el circulo, Vault y Keen miraron a las dos elfas con superioridad y arrogancia, como si vieran a alguien lentamente volverse esclavo de ellos—. En el caso de la magia de tu familia, es suicida porque usas toda tu magia para que un Dios incluso del más bajo nivel escuche tu llamado, las runas podrán no impedir que uses magia totalmente, pero solo te permiten usar una gota de dicha magia.

La mirada de Olga bajo lentamente, lagrimas conglomerándose en sus ojos asustados.

—Tendrías suerte si algún demonio del más bajo nivel escucha esa pequeña gota de magia que pudiste usar, pero con la situación actual, es obvio que se uniría a la fiesta— declaro Vault con una burlona sonrisa, la patética reina temblando mientras sus hombres se miraban listos a lanzársele encima. Entonces, Vault saco la enorme espada que guardaba en su espalda, apuntándole a la reina y a su guardaespaldas—. ¡Háganlo, chicos!— ordeno con una sonrisa—. ¡De las dos mujeres que capturamos una es virgen y ambos son ardientes, usen a la reina elfo primero!— las ovaciones de los mercenarios taladraron los oídos de ambas mujeres aterradas—. ¡Diviértanse con su piel oscura! ¡No se contengan y hagan lo que quie…!

CLANG

No hubo una entrada gloriosa digna de una entidad superior, tampoco algo que nadie llamaría una prueba de intervención divina.

Únicamente, un segundo Vault estaba con su arma alzada al cielo, los mercenarios corriendo hacía las dos mujeres, y al otro segundo, la espada de Vault cayo al suelo, enterrada en la roca, con alguien… algo parado en ella.

Era una cosa, no podría ser descrita como un alguien. Cubierto con una armadura tan negra que la luz parecía ser devorada por ella, dos botas metálicas pisaban la espada fracturándola como si fuese del más frágil vidrio, todas las piernas estando protegidas con la armadura en forma de placas, en la ingle estando protegido por una correa de cuero que aferraba el pantalón negro que llevaba junto a la armadura en sus piernas, además de llevar atada dos espadas, un cuchillo y una bolsa, el peto tenía la cara de un dragón justo en el pecho, con su mandíbula justo en donde estaba el corazón, una gema roja brillaba como un sanguinolento ojo.

Pero era el casco lo que de verdad intimidaba, dos franjas en forma de "Z" alargadas brillaban como los de una bestia, una boca con dientes afilados, colmillos superponiéndose entre si mientras una capa negra flotaba detrás de él, dando el aspecto de ser de la realeza.

Era relativamente bajo, comparado con el resto de personas en la habitación que medían de 1.79 hasta 1.86 en el caso de Vault, el medía apenas poco más de 1.69 m.

Al ver eso, Vault dio una fuerte carcajada—¿Un enano fue lo mejor que convocaste? ¡Qué patético!— declaro en risas que fueron seguidas de sus compañeros, movió la espada hacía arriba para sacarla del suelo y luego atacar a la cosa que apareció, pero apenas la trato de mover… noto que parecía pesar toneladas.

Como si fuese una especie de boca, el casco se abrió, soltando una enorme nube de vapor enfrente de Vault, quien trataba de levantar su espada a como pudiera. Aquel ser, aquella cosa giraba su cabeza, el metal resonando mientras el cuello giraba, viendo uno a uno los humanos allí, para luego ver como en la entrada llegaban corriendo una gran cantidad de seres enormes, verdes, y sin pantalones.

Ogros.

Berserk Golden Age OST – Hundred Years War

Salto de la espada a la entrada, aterrizando sobre uno de los ogros y mientras la mandíbula se abría, él le agarraba del brazo, los colmillos de la armadura se cerraron sobre el hombro del ogro, la sangre empezando a bañar la armadura negra mientras jalaba hacía arriba, tendones, huesos, piel, carne siendo jalada, arrancándole de cuajo el brazo como si fuese hecho de arcilla.

Mordiendo el brazo con fuerza , lo giro con la boca, y como un mazo, lo uso para golpear la cabeza del ogro antes de que pudiera gritar, la cabeza siendo destrozada mientras los dientes, la sangre, trozos de hueso y cerebro pintaban las paredes.

Eso paso en tres segundos.

Agarrando la espada que había en el brazo cercenado, volvió a saltar, y como si estuviera pegado con magia, aterrizo en el brazo de otro ogro, sus dos pies rompiendo el hueso apenas aterrizo, mientras movía la espada de manera vertical, carne, tendón y hueso fueron cortados al momento que el torso del ogro caía al suelo, las viseras cayendo lentamente de la parte superior.

Un grito grave y agonizante del ogro se escucho antes de que el ser de armadura aplastase su cabeza, viendo como los mercenarios se lanzaban contra él con espadas y flechas.

Apenas uno se acerco, como un flash negro apareció detrás suyo, el tipo se quedo inmóvil… antes de que sus dos manos cayeran al suelo, desde el antebrazo, cercenadas como si se tratase de cortar bambú. Chorros de sangre salieron de sus manos como si fueran aspersores mientras el grito ahogado que tenía en la garganta se iba mientras su cabeza era decapitada.

Comenzó a girar en el aire, con la espada en su mano más bien parecía una cierra, y fue justo eso mientras llegaba al otro lado de la habitación, cabezas siendo cortadas horizontalmente, cuerpos cayendo, sangre y partes internas volando. Vault salto hacía atrás cuando la espada llego a donde él estaba, y su arma luego fue agarrada como si nada en el aire mientras aquel monstruo negro aterrizaba, las dos espadas enormes en sus manos, ahora parecían tener unos circuitos de color plateado surcando energía atreves de ellas, levantándolas como si fuesen dagas.

Perros…Negros— mascullo aquella cosa, abriendo y cerrando su boca para hablar, el blanco vapor saliendo de su boca, su voz sonaba como lo que esperarías si un animal hablase, grave, gutural e inhumana—. Yo, el lobo negro, seré su juez, jurado y verdugo— un solo dedo acusador se levanto, apuntándole a Vault—. Por los pecados que has cometido, yo sere quien os juzgue y condene a los profundos pozos del Naraka.

Dos alas negras salieron de su espalda al terminar de hablar. Viendo como Vault saltaba contra la ventana, un fuerte sonido de vidrio quebrándose apenas las atravesó se escucho. Y como un tornado, el ser de armadura negra cortaba a sus enemigos como si no fueran nada en absoluto.

Y la matanza empezó, como si se tratase de un tornado, aquel ser movía las espadas enormes que llevaba con una absoluta facilidad, girando y girando, enviando sangre y viseras por doquier, no queriendo quedar atrapadas en el mar de sangre, Chloe y Olga se encogieron sobre un extremo del cuarto, tratando de ser lo menos visible posible.

Ahora tu… Mago— al terminar, sobre un mar de sangre, el ser de armadura negra agarro el cuello del mago congelado, viéndole con su visor rojo con el casco doblado en lo que parecía una sonrisa hambrienta y cruel—. Estabas apunto de hacer que violaran a mi invocadora, romper mentalmente a su más fiel subordinada, y hacerle lo mismo a cada mujer en todo este país, podría estar recriminándote lo que ibas a hacer todo el día como alguien civilizado, pero… ¿sabes? Nunca he tenido paciencia con las palabras— el ser agarró su cara con las manos, apretándola para que no pudiera moverla—. Lo siento— Keen tembló. Conocía ese tono de voz, el que ya no era ni animal ni propio de alguien racional. Los ojos de esa cosa eran los de un demente, dos agujeros negros que se tragaban su pánico y se alimentaban de él—. Es que tengo mucha hambre.

Keen notó los dedos temblorosos de esa cosa por la excitación del momento. Solo pudo fijarse en el cielo de su boca y en lo oscura que era su garganta, en los dientes tan blancos que tenía, en los caninos mucho más afilados que los de cualquier otro set, en los colmillos y las muelas igual de peligrosos y punzantes.

La mandíbula de Naruto, en primera instancia, se cerró sobre su nariz.

Luego vinieron los gritos mientras le comía la cara, literalmente.


.

.

_ஜ ۩۞۩ ஜ_

.

.


Berserk OST – Ash Crow


Mientras eso pasaba, Vault rodo en el suelo al saltar sobre la ventana, escuchando los gritos de su mago y el empezando a correr hacía los establos. Montándose sobre uno de los caballos y empezando a cabalgar lejos del castillo de los elfos oscuros.

No pudo ver las miradas incrédulas de los monstruos y soldados que comandaba, solo pudo pensar en alejarse de esa bestia lo más pronto posible.

Una risa demencial en los cielos fue lo que hizo que los perros negros alzaran su mirada a la torre de la que cayo su líder, viendo un ser que parecía un lobo en armadura negra descender de los cielos, su risa era como oír las hienas aullando a la luna, sus ojos parecían vidrieras de vino hervido.

Lo que Vault vio en los próximos segundos fue un tornad negro y rojo.

Negro por la armadura que esa cosa cargaba sobre si mismo.

Rojo por las viseras, órganos y sangre que pintaba en cada pared, en cada extremo del reino.

En sus manos estaba la espada más grande que cualquiera hubiera visto en su mundo, 2.50 metros de metal eran balanceados de adelante hacía atrás, a los lados y de forma circular, sin duda era un torbellino.

Era demasiado larga, demasiado ancha, demasiado gruesa, y demasiado grande como para ser llamada una espada, parecía más un enorme trozo de acero y sin embargo, ese monstruo era capaz de balancear esa cosa como una simple espada común y corriente.

¡VOY POR TI, SUCIO PERRO!— grito el lobo mientras perseguía a Vault a caballo, mientras que él simplemente llevo la enorme placa de hierro entre sus colmillos de acero, corriendo a cuatro patas de forma irregular, se balanceaba de formas inhumanas, reía como un niño embobado en juguetes, el nerviosismo y terror crecía en Vault al escuchar la risa llegar por todos lados, ensordeciéndolo.

Llego a la salida de la ciudad, todo el camino que dejo tras suyo era pura sangre y órganos desperdigados dejando el fétido olor en las calles, su caballo iba igual de rápido que él, sintiendo un terror natural hacía lo que le seguía.

Escucho un sonido extraño, como si se liberase un potente hechizo cubierto de metal, y lo siguiente que supo fue que las patas de su caballo estaban congeladas.

Fue lanzado metros hacía el aire, viendo el suelo cada vez más cerca.

KRUMCH

Y luego no sintió las piernas.

Y luego se estampo contra el suelo.

La bestia estaba enfrente suyo.

Tenía algo en su mandíbula, lo masticaba de forma lenta, atragantándose y bajando por su boca dos enormes trozos de carne que todavía tenían un pantalón rojo.

Si, esas eran sus piernas.

La bestia dio un paso adelante, el ensordecedor grito de Vault se escucho a kilómetros hasta que se quedo afónico y la garganta sangro, era un grito de dolor cuando el shock por sus piernas arrancadas llego, pero más que nada... era un grito de puro terror.

La mano derecha de la bestia era ahora una especie de cañón que rodo sobre si mismo, volviendo a ser una mano, o mejor dicho, una garra.

Kakaka~— sonó su risa, un cacareo de burla al ver al pomposo líder del escuadrón Kuroinu retroceder aterrado con sus brazos, su cara bañada en lagrimas, moco y baba, su ingle estaba mojada, trataba con desesperación de alejarse de ese ser al que no se le debería permitir existir. Él ronroneo malvadamente, los ojos rojos casi pareciendo cerrarse un poco antes de aparecer delante de Vault y darle una patada en la cara.

Varios dientes salieron volando de la boca del hombre, si es que se le podía llamar así ahora, junto a un trozo considerable de su carne, y el monstruo se limito a usar su otro pie para arrancarle aun más dientes del lado contrario.

—¡IEDAD! ¡IEDAD!— balbuceo

No.

La bestia nuevamente hablo, esta vez con un tono mucho más humano y tranquilo, agarrando uno de los brazos de Vault desde la muñeca y empezando a jalarlo, y de repente un grotesco sonido se escucho al romperle el hombro—¡AAAAAAAAAAAAHHHH!

Si, si, si, duele mucho, si que eres una perra escandalosa— le dijo jalando más y más su brazo, los gritos se extendían a cada segundo—. Pero pareces incapaz de entender mi querido ser inferior— los colmillos de metal en el casco se abrieron de nuevo, y los gritos de Vault cesaron cuando de un mero mordisco le arranco el hombro.

Hubo dolor, sin duda, pero fue tal que ni siquiera pudo gritar, la bestia masticaba cartílago, hueso y musculo como una oveja masticando baja, arrancando trozos de piel y musculo para aflojar la carne.

—Solo estamos empezando— dijo con una muy humana voz, una joven y calma, tapada por el casco—. Si crees que esto es malo, quiero que trates de usar ese pequeño trozo de materia gris que puedes tener, y trates de pensar en millones de años en un castigo inmensurablemente peor— finalmente logro arrancar el brazo entero, la voz calma y joven no concordaban con la bestia que devoraba su carne sin control—. Eso es lo que le hare a tu carne y sangre, eso es lo que le hare a tu alma.

Vault miro a la bestia, incapaz de entender sus palabras pues apenas se mantenía consiente—Veras~ Cada persona que mato no va a ir nunca ni al cielo, pero se pudrirá en lo profundo del infierno— le agarro de la cara con sus garras de metal, sus dedos agujereaban lo que quedaba de musculo y atravesaban sus mejillas—. He estado un millar de veces allí, metal fundido en tu piel, hielo que congela la sangre, y los Oni que se divierten contigo, y ellos si que son increíblemente creativos~

Y allí estaba de nuevo, la voz de una bestia sin alma. Las manos, las garras de la bestia apretaban su cara con una sonrisa que solo podría describirse como la sonrisa de un alma maldita.

—¿Q…ué… e…r…es?— fue una voz que ni siquiera hubiera podido ser oída por el más agudo animal, ni entendida ante la falta de carne y dientes.

Y sin embargo, él fue capaz de entenderle—¿Yo? Nadie en especial— como un mecanismo automático, el casco de la armadura se retrajo lentamente, revelando finalmente la cara de su asesino—. Soy solo Naruto Ootsutsuki, y adiós Vault, líder de los perros negros— se despidió un joven chico con un cabello color plata, ojos de colores contrarios –azul y rojo– que tenía pupilas rasgadas con un color dorado.

Los pulgares se retrajeron, y la sonrisa de ese peliplata fue lo ultimo que los ojos de Vault vieron al momento que los dedos del llamado Naruto le arrancaban los ojos.