Así como Conny había sido apegado a Don, como Phil a Emma y como Sherry a Norman. Cris, era apegado a él.

¿Cómo había empezado? No lo sabía. Pero no le disgustaba.

Tal vez había empezado cuando todos salieron de Grace Field, tal vez. Porque él no lo sabe. De verdad que no.

Cris era un niño en cierta forma tranquilo, sin ser ruidoso o travieso como lo eran Thoma y Lani. Y eso estaba bien.

Después de todo, él era alguien que disfrutaba del silencio y la tranquilidad.

Le enternecía, internamente, que Cris siempre buscase estar con él. Desde esa vez con la bufanda hasta leer libros.

Dios, ¿Qué había hecho él para merecer o disfrutar del apego de alguien menor que él?

Quizá, inconscientemente, Cris formaba parte de las personas importantes para él. Ahora no sólo era Norman y Emma. Eran Norman, Emma y Cris.

Simple.

Y cuando surgió lo del ataque al búnker... Cómo detestó a ese hombre, maldito sea ese sujeto Andrew.

Ya le habían arrebatado a Norman, casi le arrebatan a Emma y ahora, querían arrebatarle a Cris... No, no lo aceptaría.

Ya no.

Afortunadamente aquel demonio salvaje había aparecido y se había devorado al tal Andrew. Listo, una preocupación menos.

Pero la preocupación se acrecentó al saber que Cris estaba ardiendo en fiebre. No permitiría que la muerte se llevase a Cris; fue por eso que fue a esa plantación en masa que Hayato había mencionado.

Sí sólo así podía salvar a Cris, lo haría. Porque era parte de su familia, y era una pequeña persona importante para él.

Finalmente consiguieron las medicinas, y casi vuelve a perder a Emma. Aunque eso, afortunadamente no pasó.

Ya estando en el refugio, del cual Norman era líder. Internaron al pequeño, y a decir verdad...

Verlo en ese estado, le causaba impotencia y tristeza. Y como había hecho cuando Emma estaba recuperándose de sus heridas, lo mismo hacía con él.

Y cuando se estaban preparando para ir a los 7 muros, deseó que Cris estuviese bien para entonces y despertara.

Para recibirlo con una sonrisa, y pasar un momento con él.