Nota: Buenas, Buenas! Ya hace mucho tiempo quería hacer esto. Estos fic's vendrían a ser los de la R27Week 2018 del grupo R27 fan club (the chaos club), ya lo había publicado en Wattpad, pero al poco tiempo lo puse como borrador. Todos los capítulos van a estar corregidos y con algunas cosas agregadas…

Dia 1: AU Fantasía (7/10/18) primera publicación

(15/8/19) segunda publicación

Resumen: No hay peor ciego que el que no quiere ver. Nunca fue tan esclarecedora esa frase para Tsuna, cuando, sin querer, descubrió el mayor secreto de la persona que ama.

Este capítulo va a estar dividido en dos partes ya que es bastante largo y si le agrego algo más, va a ser aún más largo XD

Sin más que decir a leer…


No se puede tapar el sol con un dedo (AU Fantasía)

Un día como cualquier otro

Si le preguntan a ella cuál sería su peor día, definitivamente iba a contestar que ese mismo día, un catorce de octubre, era el peor de su corta existencia. Tsunayomi acomodo su bolso en su hombro izquierdo y agarro el respaldo de un asiento para poder mantener el equilibro ya que iba parada. Ese día había decidido tomar el autobús para volver a su casa.

Oh, fue una muy mala idea.

Ese día estaba especialmente lleno, pero no abarrotado de personas, por eso cuando se subieron más personas en la quinta parada desde que ella se subió, no espero que una chica se le ponga justo detrás de ella con sus manos a cada costado en donde estaba ella sosteniéndose. Le llamo la atención, pero trato de pensar en otra cosa y entonces recordó como ese día despertó tarde, no desayuno y llego a la universidad con lo justo de tiempo, ganándose un sermón por parte de su profesor. Y para colmo cuando quiso comprar algo de comida, se dio cuenta que no llevaba dinero ¿podría empeorar su día? ¡Claro que sí! Y su mente se quedó en blanco cuando la misma chica que se había puesto detrás de ella, apoyo su parte delantera en el trasero de Tsuna.

'¡Hiiii! ¿Ahora qué hago?' pensó Tsuna mientras movía frenéticamente su cabeza, mirando hacia los costados. Después de unas cuadras la chica se presionó un poco más, haciendo más visible el contacto, Tsuna trato de moverse para un costado, pero había una señora, así que le fue un poco difícil lograr romper el contacto. Segundos después el autobús paró y sus puertas se abrieron para que la gente pueda bajar.

Entonces todo fue muy rápido, una mano agarro su brazo derecho y la empujo para adelante haciendo perder el equilibrio de la otra chica. Para cuando se dio cuenta ya estaba afuera del transporte y una suave mano agarraba su desnudo brazo, miró hacia arriba descubriendo la oscura mirada de su vecina.

Renata aun la sostenía, mirándola con el ceño levemente fruncido. Tsuna se quedó petrificada ante esa oscura mirada, y podía jurar que esos ojos negros podrían mirar hasta lo más profundo de su alma. Inevitablemente comenzó a temblar.

Solo entonces Renata logro salir del trance en el que estaba, soltó a Tsuna y se alejó un poco.

"Y... ¿y tu coche?" pregunto Tsuna, queriendo apaciguar, aunque sea un poco, su incomodidad.

"Lo mandé al taller" Renata se froto su nuca, haciendo notar su nerviosismo y lo incomoda que estaba. A pesar que eso era verdad no iba a decirle que era un tipo de acosadora y que la seguía a todos lados.

Renata miro a la chica mucho más baja que ella, que a su vez la miraba con esos grandes ojos color marrón. Nunca ese color le pareció tan bonito. Ella sintió como sus mejillas empezaban a arder, inevitablemente tuvo que mirar hacia otro lado.

Entonces un ruido de tripas rugiendo se hizo notar, llamando la atención de Renata. Tsuna bajo la mirada, completamente avergonzada y con el rostro rojo.

"Vamos a comer, yo invito" Renata agarro el hombro de Tsuna y la empujo hasta el establecimiento de comida rápida más cercano. Era cerca de las tres de la tarde, por lo que solo vendían hamburguesas. Tsuna se pidió el combo más simple y Renata solo una gaseosa. Cuando se sentaron en una de las mesas, bastante apartado del resto, un incómodo silencio invadió el entorno.

"¿Queres hablar sobre eso?" Renata se cruzó de piernas y tomo un sorbo de su fría bebida. Tsuna levanto la cabeza, con su boca llena de comida y los cachetes hinchados, la inclino hacia un costado (lo que le pareció muy tierno) "No te hagas la tonta, te estaban acosando"

'Oh... eso' pensó Tsuna mientras seguía comiendo "No tengo mucho que decir" dijo después de un rato.

Cuando Renata hizo un ruido (lo más parecido a un gruñido que escucho en su vida) Tsuna disimuladamente la miro, ella estaba mirando para otro lado, pero claramente se podía notar como sus ojos (o al menos el que llegaba a ver) tenían un tinte rojizo. No es la primera vez que lo nota, hace mucho que conoce a Renata, de echo desde que tiene trece años.

Desde ese entonces su mamá la contrato como su tutora (si no nunca hubiera podido entrar a la universidad) y un día como cualquier otro, Tsuna llego a su casa, Renata junto a su mamma la estaban esperando, más fue la sorpresa de las adultas al ver entrar a la chica llorando, arrastrando su bolso y con el cabello extremadamente corto, cuando en realidad ella se fue esa mañana con una hermosa cabellera larga. Tsuna abraso a su mamma y entre lágrimas que le nublaban la vista le pareció ver que los ojos de su tutora estaban pura y hermosamente rojos. Tan rojos y oscuros como la sangre.

Esa no fue la primera vez que le pareció ver que le cambiaban los ojos. 'Y seguro no va a ser la última'... pensó la chica mientras volvía su atención a la comida.

ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ

Más tarde fueron a buscar el coche, no estaba lejos del negocio de comida rápida, ninguna de las dos habló mientras iban rumbo a casa.

Ya estaba anocheciendo cuando Renata aparco el auto en la puerta de su casa, miró al copiloto donde estaba Tsuna completamente dormida. En ese momento se le escapó una pequeña sonrisa y estiro la mano para acariciar un mechón de cabello castaños.

'Aun parece una niña con esas dos coletas en la cabeza, tratando de mantener esa atípica cabellera anti gravedad' pensó Renata.

Entonces no pudo evitarlo, de a poco se acercó, sus labios rosando los de Tsuna. Pudo sentir la respiración de la chica, calmada y suave.

Si presionaba un poco, la estaría besando... 'solo un poco más' ... y entonces una puntada atravesó su cabeza, después otra. Renata presiono su cabeza con ambas manos y trato de no gritar, tiro su cabeza contra el volante y la bocina fue tan ruidosa que despertó a Tsuna.

"¡Hiiii!" la chica pegó un brinco del susto, solo no se golpeó la cabeza por mera suerte, el auto tenía el techo alto, o ella es muy bajita (eso era algo en lo que no quería pensar). Tsuna miró a Renata y se asustó un poco cuando la vio con la cabeza gacha y sosteniendo el volante.

"¿Estas bien?" pregunto Tsuna, miro los nudillos de la mujer, ya estaban blancos de tanta presión ejercida al apretar.

"Me duele un poco la cabeza" dijo después de unos largos minutos.

"Vamos a mi casa y le pedimos a mamma algo para el dolor" tímidamente poso su mano en la cabellera negra y le dio suaves caricias. Renata se estremeció y de forma brusca aparto la mano de la chica.

"Estoy bien, solo necesito descansar un poco" su larga cabellera oscura tapaba su rostro, por lo que Tsuna no podía ver la verdadera cara de dolor de Renata.

"Está bien" Tsuna entendía bien las indirectas "entonces hasta mañana" la chica se bajó del coche y camino solo unos pasos para estar dentro de su casa.

Antes de entrar y ser recibida por el cálido abrazo de su madre, miro para atrás, hacia el coche de color negro que seguía aparcado en la puerta de la casa de al lado. Renata todavía no se había bajado. Esperó unos minutos hasta que la mujer apago el auto, salió de este y se metió en su casa, sin siquiera mirarla. Tsuna sabía que algo raro estaba pasando, siempre tuvo la intuición de que algo raro le pasaba a Renata.

ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ

Renata se tiró contra la puerta y termino contra el suelo, se mordió el labio inferior en un desesperado intento por acallar su dolor. Se arrastró por el suelo de la entrada de su casa y se sentó en el primer escalón de madera de la larga y pulcra escalera que lleva a la parte superior de la casa.

Renata sentía como la sangre le caía y empapaba su delicado traje. Como pudo y con mucho esfuerzo subió de uno en uno los escalones, siempre sosteniéndose del pasamanos, como si esa simple acción fuera su única solución. Y aunque nunca lo va a admitir, muy en el fondo está asustada, siempre odiaba los cambios y ahora, más de mil trecientos años después, aún lo sigue odiando.

Entonces el cambio empezó, ella escuchaba, mientras subía, el horrible sonido de crack ... crack, sus huesos ya estaban quebrándose para transformarse en un esqueleto más duro, más resistente.

Renata retuvo otro grito, lo que menos quería es llamar la atención de los vecinos y mucho menos de Tsuna, esa chica podría llegar a ser un dolor en el culo cuando se lo proponía.

Entre tropezones, algún que otro jarrón roto en el suelo, logro llegar a su habitación y corrió tan rápido como pudo hacia la mesita que tiene a lado de su cama, del único cajón del mueble saco una jeringa que ya la tenía lista desde hace unos días, cuando empezó a percibir el cambio. Como pudo y con su mano temblando como nunca, se inyecto ese somnífero tan potente que podría llegar a matar a un humano. Pero a ella solo logra dormirla por una hora.

Mientras hacía efecto se desvistió y se tiró en la cama, segundos después cayo rendida por el sueño; y, aun así, el dolor no la abandonaba, pero por lo menos no era tan mortífero como cuando estaba consciente.

ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ

Tsuna se despertó a media noche con la sensación de que alguien la observaba, la luz de los focos en la calle entraba a su habitación, alumbrando mínima mente, pero lo suficiente como para saber si estuviera alguien en su cuarto. No había nadie.

Tampoco esta era la primera vez que le pasaba. Se levantó de la cama, y se paró en la ventana que daba a la ventana de Renata, esta, como muchas otras veces, estaba abierta; y también como muchas otras veces, unos ojos rojos la observaban.

Tsuna, con toda la calma que podría tener, cerro la ventana y corrió las cortinas; sabía muy bien que ni así estaría segura y sin embargo se metió en su cama, tapándose hasta la cabeza, como si un pedazo de tela pudiera salvarla de todos los males. Un rasgo muy infantil que nunca pudo sacarse de encima. Ya un poco más calmada volvió a dormirse, esperando que el siguiente día sea un poco mejor que el anterior.

No lo fue, cuando ya estaba despierta y a punto de desayunar vio como en el noticiero de la mañana daban la noticia de la muerte de una mujer joven.

Pusieron su fotografía en el noticiero, era la misma chica del autobús.

Y en ese momento la mente de Tsuna quedo en blanco, mera coincidencia, trato de convencerse.

Agua bendita y sal

¿Estaría mal presentarse en la casa de su ex-tutora con un poco de agua bendita? No es como que la tuviera en ese momento, pero realmente tenía unas enormes ganas de conseguirla y esparcirla por todo el lugar. Toco dos veces el timbre y espero, traía un bento para que la mujer se lo lleve al trabajo, una forma de Nana para agradecerle por todo lo que hizo con su hija, ya que para Nana era un sueño imposible que Tsuna vaya a una Universidad, pero gracias a Renata termino entrando en la mejor; y solo por eso la mujer mayor iba a estar eternamente agradecida.

Después de unos minutos de espera, en donde Tsuna daba golpecitos con sus zapatos contra el piso de madera de la entrada, la puerta se abrió y salió una somnolienta Renata. Tsuna miro hacia otro lado y con todas sus fuerzas trato de no ponerse colorada. La mujer de cabellos negros (que estaban completamente despeinados) había salido en ropa interior; un hermoso conjunto de bralette negro con cintas que enmarcaban los pechos. Y por supuesto que Tsuna no iba a bajar la mirada para ver ese pequeño rectángulo apenas tapándole esa zona. '¡Contrólate Tsuna!' Le entregó el bento y hace el intento de huir, pero la cálida mano de Renata atrapa su brazo y en un simple tirón la hace entrar en la casa.

"Vamos a desayunar" Renata cierra de golpe la puerta, haciendo que Tsuna se asuste un poco.

Tsuna no sabe si decirle que, prácticamente, puede verle los pezones o hacer como que no sucede nada. Opta por la segunda opción.

"¿Hoy vas a ir a clases?"

"No" le contesta la chica mientras se sienta en el sillón, frente a la televisión "Hoy viene papá, así que tengo que ayudar a mamá con la cena"

"Mmm" Renata entró en la cocina y salió unos minutos después con una bandeja que contenía dos tazas de café (que era la única infusión que había en esa casa) y un platito con galletas "¿hace cuánto que no aparece Iemitsu?" preguntó mientras se tira a lado de Tsuna. La chica agarra una taza e intenta recordar algo de su padre idiota.

"Hace dos años" prueba un sorbo del café y sonríe, esta exquisito "Eso creo, en realidad no me acuerdo"

"Mmm" vuelve a gesticular y sin previo aviso se apoya en Tsuna. La chica se tensa y gira un poco su cabeza, ellas dos quedan frente a frente. Y otra vez puede ver ese destello rojizo en sus ojos. No sabe muy bien que hacer o que decir, solo se queda mirándola, esperando a que Renata haga algo, y solo pasaron unos pocos segundos cuando se va acercando. Sus labios se rosan y Tsuna siente un cosquilleo en su vientre. Decide también tomar parte de eso, quiere saber lo que es besar. Entonces, en un muy mal momento, se escucha desde afuera la voz de su amigo Hayato. Tsuna se aparta de golpe, y cubre su rostro de la vergüenza que siente en ese momento.

"¡Tsuna-samaaa!" llamaba Hayato mientras tocaba insistentemente el timbre de la puerta.

"Tks... voy a matarlo" Renata gruñe de la frustración que siente. Estaba por decirle a Tsuna que la espere mientras manda volar al italiano, pero ella ya no estaba. Se había ido.

Renata se recostó en el sillón y espero a que su furia menguara, no quería llamar la atención de los vecinos si rompía algo. Tuvo que pasar como una hora hasta que por fin estaba más serena. Fue a la cocina y agarro un tarro enorme de sal, entonces fue a cada ventana y puerta de la casa para esparcirla. Su verdadera forma iba a surgir de nuevo y quería asegurarse que Tsuna este a salvo. Por alguna razón, estaba sospechando que la chica ya estaría por entrar en su primer celo y estaba segura que su padre también lo sabía. Iemitsu se suele mantener alejado de su familia por muy buenas razones, una de ellas es mantenerlas a salvo. Claro que no iba a dejarlas desprotegidas, por eso la chica tenía unos guardianes, Hayato era uno de ellos.

Renata verifico que los sedantes estén en el lugar de siempre y después, se acostó en la cama, cerró los ojos y espero a que la noche caiga.


Notas finales: espero que les haya gustado esta primera parte…

Ciao, Ciao~