Capítulo 1
Puedo verla del otro lado del salón. Tan correcta como siempre, sonríe y asiente, aunque se que no esta prestando atención. Se que preferiría estar atada a una cama que escuchando lo que sea que Potter y la comadreja menor estén hablando. Se muchas cosas de ella aunque no debería.
La primera vez me dije a mi mismo que había sido un impulso. El sexo es mejor cuando se mezcla con ira pura. Y nosotros estábamos llenos de ira el uno por el otro. Solo habíamos hecho explosión.
La segunda vez me excuse en que no estaba seguro si se había corrido, y no podía dejar que arruinara mi buena reputación. La verdad, estaba mas que seguro que se había corrido intensamente la primera vez.
La tercera vez lo asocie a la mala racha que llevaba con mis padres. Estaba enojado y hasta el tope de rabia. Ella solo se cruzo en mi camino. Aunque podría haberme asegurado de que lo hiciera.
La cuarta vez no tuve excusa. Simplemente la busque. Me convencí a mí mismo que lo hacía porque era un buen polvo. Y uno de esos son difíciles de encontrar.
Después de esa vez, no me invente nada más. Simplemente salí de mi sala, la busque en la biblioteca y me esforcé por darle el mejor sexo oral que hubiese tenido en su vida. Tener que silenciarla para que nadie se espantara con sus gritos fue lo mas satisfactorio de mi vida.
Quise detenerme después de eso. Pero apareció una tarde cerca de los vestidores del campo, pavoneándose con su uniforme un poco mas ajustado. Cuando la vi, deseé que nadie más lo hiciera. Me volvió loco cuando me hizo saber que no llevaba bragas debajo de la falda. Apenas alcance a llegar al final del entrenamiento.
Y así seguimos durante meses. Solo sexo. No era muy difícil. No hablábamos en absoluto. Era puro y salvaje sexo.
Pero luego de un tiempo de descontrolada pasión, apareció de la mano de Potter. ¿Qué mierda era eso? Follaba conmigo a escondidas, pero delante de todos era la novia perfecta del cara rajada. Hacían una maldita pareja perfecta.
La enfrente esa noche. No podía follar conmigo y después ir y follarse a Potter. No pensaba meter mi polla donde había estado la de él. Era sencillamente asqueroso. Cuando dije eso, me golpeo casi tan fuerte como en tercer año.
No me ha vuelto a hablar desde esa noche. No he vuelto a tocar su cuerpo ni a sentirme profundamente cálido dentro de ella. No he vuelto a sentir su boca en mi cuerpo, ni el apremiante deseo de venirme con solo oírla jadear mi nombre.
Han pasado tres malditas semanas y me estoy volviendo loco.
Claro que he follado con otras chicas. Y lo he disfrutado. Y me siento un imbécil por pensar tan cursimente, pero ninguna sabe tan bien como Hermione Granger. Es tan malditamente adictiva.
Me pregunto si ella también extraña mi polla. Si disfruta tanto del sexo con Potter. Si se desinhibe con él como lo ha hecho conmigo. El solo pensarlo me revuelve el estómago.
La veo darle un beso, uno de esos aburridos besos socialmente aceptados. Si el sexo entre ellos es el típico socialmente aceptado, estoy seguro que Granger vendrá a por mi muy pronto. Y no puedo esperar a que llegue ese momento.
…
No se lo que estoy haciendo. Cada dos segundos mis ojos viajan de forma involuntaria hasta él. Se que me ha estado observando. Puedo sentir su mirada caliente en mi cuerpo. Hace que todo de mi reaccione de formas inapropiadas. Mejor dicho, demasiado apropiadas.
Harry está discutiendo con Ginny sobre algo del equipo. La verdad, no podría interesarme menos. Solo puedo estar interesada en mis pensamientos, y como estos viajan de vuelta a alguna de esas intensas noches con Malfoy. Oh dios mío, me iré al infierno por solo haberme revolcado con él. Y me ganare una cadena perpetua por todas las cosas que hicimos.
Se que a los ojos de todos soy una mojigata. La niña demasiado buena para siquiera tener un pensamiento impuro. La verdad es que eso está lejos de describirme. Tengo muchos pensamientos impuros. Tengo deseos y fantasías que me muero por hacer realidad. Me encanta el sexo y todo el placer y satisfacción que implica. Perdí mi virginidad a los 15 con el hijo de unos amigos de mis padres. Fue torpe y doloroso, pero eso no arruino mi deseo por probar más. Sabia que lo que seguiría a esa horrible primera vez, seria digno de aplaudir.
Y así ha sido. He disfrutado de los rollos cortos, sobre todo durante las vacaciones en casa. He intentado evitar a los chicos de la escuela, porque ciertamente no quiero arruinar mi imagen aquí. Eso hasta que me tope con Draco Malfoy.
Debería haberme resistido a su beso la primera vez. Haberlo golpeado y huido. Era lo que todos habrían esperado de mí. Pero el fuego que se encendió era imposible de apagar con un bendito vibrador. Necesitaba más del rubio caliente. No necesitaba hablar o pensar demasiado, solo actuar. Así que me deje llevar.
Las veces que siguieron a esa, solo estuve esperando que viniera a buscarme. Cada una de las veces me hice la sorprendida y luché un poco al comienzo. No quería quedar en evidencia. Disfrute cada vez más y más. Y cuando se apareció en la biblioteca y me dio un orgasmo bendito por los dioses solo con su boca, decidí que era momento de comenzar a jugar.
Se volvió una rutina. Aunque ninguno de los dos reconociera que estaba esperando ansioso porque pasara. Hacíamos que pareciera casual, improvisado y sorpresivo. Y era explosivamente perfecto.
Malfoy aprendió a conocerme tan bien que en pocos movimientos podía darme un orgasmo mejor que el anterior. Yo lo conocía tan bien que sabia como lograr una erección, aunque hubiese acabado hace apenas cinco minutos. Por un par de meses tuve el mejor sexo de mi vida.
Hasta que Harry vino y dijo todo lo que no tenia que decir. Juró que había intentado luchar con sus sentimientos. Me prometió que nada cambiaria entre nosotros si decía que no, pero que podría hacerlo el hombre mas feliz del mundo si le daba una sola oportunidad para enamorarme.
Debería haber dicho que no. No porque me estuviera enrollando con Malfoy, sino porque no estaba ni remotamente cerca de enamorarme de mi mejor amigo. Había estado encaprichada con Ron por muchos años, pero finalmente lo había superado. Jamás había visto a Harry de esa manera. Era casi como un hermano para mí.
Debería haber dicho que no, pero cuando puso sobre mis hombros el poder de hacerlo feliz, sentí lastima. El pobre chico había perdido a sus padres, lo habían criado los peores tíos del mundo, lo habían tratado de matar tantas veces como años llevábamos en este castillo, había perdido a su padrino y a muchos otros en medio de una guerra. Digo, no creo que supiera lo que era realmente el amor, ni la felicidad. Así que dije que sí, porque quería que por una vez en su vida se sintiera feliz.
Podría enamorarme de él con el tiempo. O simplemente aprender a vivir sin amor. Pero con buen sexo.
Ilusa y egoístamente pensé que nada cambiaria con Malfoy. Lo sé, soy muy perra. Podía ser una buena novia para Harry, y seguir viviendo sexualmente satisfecha gracias al rubito. Al menos hasta que llegáramos a la parte del sexo con Harry. Pero todo se fue al carajo cuando dijo todas las cosas que no debía que decir.
Lo mande al demonio, y desde ese día no lo he buscado, ni he dejado que nos encontremos "casualmente". Si, el sexo era increíble, pero no podía dejar que me humillara y avergonzara de aquella manera.
Seria una maldita mentira si no dijera que extraño el sexo. No hemos llegado ahí con Harry, es demasiado respetuoso. Y tengo el mal presentimiento que no será tan salvaje y apasionado como desearía que fuera. Lo único que he tenido en estas tres semanas son intensas citas nocturnas con mi mejor amigo vibrador y mi querida mano. Dios, odio esto.
Odio saber que, si esto sigue así, seré yo quien termine buscando a Malfoy. Porque no quiero dar mi brazo a torcer, soy demasiado orgullosa. Definitivamente necesito follar con Harry pronto, antes que pierda la poca cordura que me queda.