—¡Buen día, My Lady! —saludó Chat Noir, tomando la mano de su bichito y depositándole un beso en su dorso—. Se ve hermosa como siempre.

—¿Sabías que ese modo de saludar ya está en desuso? —apartando la mano en la que un beso fue depositado—. Creo que desde el siglo XVIII ha tendido a desaparecer los besamanos.

El gatito sonrió.

—El siglo no importa cuando eres un caballero —dijo sonriente—. ¿Te molesta que lo haga? —cuestionó—. ¿Prefieres que utilice un modo más actual?

Los ojos de la heroína se expandieron mientras el felino daba un paso adelante atrevidamente desde donde estaba parada, quien pudo sentir como el corazón se le paraba mientras los ojos del minino bajaban y subían. Pero cuando la cabeza del gato comenzó a inclinarse, Ladybug impulsivamente se tapó la boca con la mano.

Chat Noir por eso, retrocedió un poco, sorprendido. Luego dejó salir una pequeña risa. A pesar de eso, Ladybug no libero sus defensas.

—Iba a besarte tus dos mejillas —comenzó—. Pero veo que prefieres que siga siendo un besamanos.

Ella no pudo rebatir como tampoco sacar la mano de su boca, cuando Chat Noir se inclinó rápidamente y sus labios besaron el dorso del mismo.

Ladybug sintió la pasión chocar en sus nudillos. Motivo, por el cual, su cara se calentó y se ruborizo.

—¿Por qué estas de ese modo? —preguntó deliberadamente el gatito—. Solo es un beso en tu mano, My Lady —los latidos del corazón de Ladybug fuertemente palpitaban contra su pecho—. Siempre lo hago.

Los ojos de Ladybug, estaban grandes por la conmoción, el material de látex también cubría la piel de sus manos, pero aun sentía como sus labios habian traspasado.

—¿O no quieres que te bese la mano? —sugirió esa posibilidad traviesamente, los ojos verdes la miraban fijo—. Si es así, solo tienes que quitarla, Bugaboo —osadamente le guiño el ojo, mientras anhelaba que su Lady saque la mano que cubría sus rosados y ardientes labios.