Ni los personajes de Bleach ni de My hero academia son míos, esta obra solo es por mi obsesión en ambas series. haré lo que pueda para mantener ciertos rasgos de los personajes originales, me gustan las personalidades como estan. No tengo parejas definidas, hago cambios en cosas, mi decisión de seguir publicando otros capítulos depende de si le gusta a alguien. Digo, puedo seguir escribiendo pero para mí, aunque me gusta compartir cosas.

No planeo usar a todos los personajes ni las mismas dinámicas, menos darles un mega power up a todos y espero alguien lo disfrute.

El reflejo presente

"Vaya que eres lenta..." decía aquella voz masculina que cualquiera encontraría agradable y misteriosa por su tono bajo. Cualquiera pensaría que lo decía enserio, solo si no conocías a Ichigo Kurosaki. Un jovén muy atractivo, alto de cabellera naranja y ojos marrón claro, portando un estilo deportivo muy casual negro, con esa sonrisa burlona esperando a su compañera de trote. Una chica baja en comparación, de cabellera oscura similar al vino, en shorts y una blusa blanca; lo más distintivo en su persona eran las muñequeras enormes y tobilleras plateadas.

Finalmente llegué a la entrada de la casa, respirando agitadamente. Recargando mis manos brevemente en mis cortas piernas, sintiendo de improviso su mano en mi cabeza. "Tch, no es mi culpa. Por cada paso que das, yo debo dar el doble"

"¿Desde cuando eres delicada?" Quité su mano ofendida, enfrentandome a su penetrante mirada marrón tostado, como la mantequilla de maní. Sonreí pensando en eso y me decidí a entrar primero a la casa.

Pero apenas dar un paso me pusó los nervios de punta sintiendo aquella fuerza familiar. Me incliné sin dudarlo, sonriendo al escuchar que Ichigo cayó ante otra emboscada "sorpresa" de Ishin Kurosaki.

"ICHIGO! No puedes ser tan lento, tus reflejos van de mal en peor ultimamente"

"AH! ¿QUÉ NO PUEDES ACTUAR NORMAL UNA VEZ? ¿QUÉ CLASE DE PADRE RECIBE A SU HIJO DE ESE MODO?"

Y ambos siguieron discutiendo, como siempre, aunque verlos tantas veces así me hacía pensar en lo afortunado que Ichigo era de tener una familia tan... única. Yuzu aprovecho el momento para decir que ya había preparado el baño. La hermana pequeña de Ichigo, desde que la conocí no recuerdo verla enojada ni una vez. Realmente tenía un don para hacerte sentir en casa y sabiendo que Ichigo seguía distraído, aproveche para tomar aquella ducha cálida.

Relajando mis adoloridos músculos, ocultando los moretones que empezaban a brotar de mi piel pálida. Al frotar una parte de mi cuello que empezaba a sentir adolorida noté que mi cabello había crecido.

Vaya, ¿cuantó ha pasado entonces? Mirando por la ventanilla pequeña superior, ligeramente abierta para dejar escapar algo del vapor, pero más que nada... para poder ver la luna. Me llamó Rukia Kuchiki, tengo 16 años y vivó con la familia de mi mejor amigo Ichigo Kurosaki en la ciudad de Hosu. Por cuestiones familiares me encuentro trabajando en la clínica de su familia desde hace un año, y aunque al principio estaba sola, poco a poco he encontrado que me agrada la vida aquí.

"OYE RUKIA, SAL DE UNA VEZ" Ichigo tocaba un tanto desesperado la puerta, arruinando mi tiempo.

Si, aunque a veces fuera muy necio, bocón y temperamental, le debía mucho a Ichigo por acogerme tan inesperadamente. Pensé que era raro que fuera tan impaciente esta noche, pero cuando finalmente bajé para cenar.

Me sobresalté con un destello de luz, "Sorpresa" Gritaron con emoción, parpadee varias veces cuando me di cuenta que Yuzu, Karin, Ishin e Ichigo estaban esperandome con una pequeña tarta. El olor a canela y manzana llenó la habitación, me quedé sin palabras mientras Ishin me alentaba a acercarme.

"Ah, mi querida Rukia. Espero que no te moleste, pero insistó en que debemos celebrar por tu gran éxito." Me dio un abrazo tan rápido que no tuve tiempo de sentirme avergonzada. "Te vamos a extrañar en la clínica, pero estoy tan orgulloso"

No sabía si estaba llorando, no podía verle la cara, gracias al cielo Ichigo lo apartó para dejarme respirar.

"Vaya, justo cuando pensaba que no podías ser más ridículo..." Karin tan fríamente comentaba.

"Papá controlate! Si la sigues tratando como tú hija, pensará que estas loco" Ichigo le reprochaba mientras Ishin se desplomaba hacia el enorme retrato de una bella mujer en la pared de la casa.

"¿Escuchaste eso Masaki? Tú hijo se niega a aceptar a Rukia, pero que hijo tan desconsiderado tengo. Hiriendo los sentimientos de una chica tan buena como Rukia"

Karin ya me entregaba un pedazo de la tarta, mirando al par de hombres que teníamos en la casa con la misma cara de aburrición extrema. "Ten, antes de que pierda el sabor con tanta tontería"

"Pero, papá realmente esta contento. Bueno, todos lo estamos." Yuzu fue la más normal esa noche, sonriendo tan dulcemente. Con aquella sensación cálida, que me acompañó incluso la siguiente mañana.

Peinaba mi cabello un poco, mirandome en el espejo con el uniforme puesto, un saco gris semi ajustado, una corbata roja que desentonaba con mis ojos por completo. Aunque me estuviera repitiendo constantemente que todo saldría bien, podía sentir mi estómago revolverse de los nervios. Terminaba de ponerme las medias cuando escuche 2 toquidos muy familiares y la puerta abrirse.

"Tengo que ver a Chad en la estación, ¿vienes?"

"No tardo"

Tomé de mi cama la mochila, partimos en silencio. Seguía tratando en cada oportunidad de bajar un poco la falda, quizá era por mi propia inseguridad. Ni en mi anterior colegio tuve oportunidad de hacer muchos amigos, me era imposible pasar desapercibida por mi apellido. Estos nervios eran porque sentía que finalmente podría tener oportunidad de empezar de cero y hacerme yo misma de una reputación. El vivir aquí me hizo darme cuenta que podría tomar esta oportunidad para hacer algo importante.

Miré de reojo a Ichigo, quien parecía estar perdido en sus pensamientos. En su traje de héroe con aquella mirada seria era de esperar que la gente se apartará de nosotros. Una camiseta negra ajustada de corte profundo en V y bordes blancos, pantalones a juego con tobilleras plateadas con pequeños compartimientos. Sonreí pensando que extrañaría un poco la clínica.

Al llegar me despedí, pero seguía serio. No quería interrumpir sus pensamientos, ya había cruzado los torniquetes, cuando Ichigo llamó por mi.

"Atrapalo" Apenas pude capturar una caja pequeña, parpadee varias veces perpleja.

"Ichi- digo.. Zangetsu?" Rayos, casi olvido que no debía llamarlo en público por su nombre.

Ya me había dado la espalda, despidiendome con el brazo como si nada hubiera pasado. "No te sobrepases o Yuzu se enojará conmigo"

Ignorando a la gente que nos miraba, observé la caja un momento antes de abrirla y al encontrar un par de aretes de flores sakura en cascada un suspiro escapó al leer la pequeña nota adjunta. Solo una palabra, pero significaba mucho para mí. Suerte

Gracias, Ichigo.


Corría con el mapa en mano tratando de encontrar el salón que tenía asignado. Al subir las escaleras sonreí al ver el primer salón. Este era el piso correcto, seguía la puerta abierta había 2 personas allí. Una chica linda de piel clara y pelo corto castaño que parecía estar golpeando algo en el aire muy animada, en la puerta un chico de pelo verde alborotado parecía nervioso, como si no pudiera respirar.

"Disculpen, ¿me permiten pasar?"

"Cl-Claro! Perdona"

"Oh!" De repente la chica vivaracha se me acercó a la cara y sostuve mi aliento sin saber que hacer. "OH DIOS! Esos aretes..."

Eh? Finalmente me dio espacio pero su mirada brillaba de emoción. "Sabía que los había visto antes, mi padre quería regalarle un par a mi madre por su aniversario pero el precio era de otro mundo. Debes ser rica"

Oh, no. Ichigo, no me digas que es cierto. Te culpo por esto. "Creo que te estas confundiendo, son un regalo"

El chico alto de lentes y cabello azul marino interrumpió a la chica de antes. "Creo que lo más apropiado sería dejarla pasar, el profesor podría llegar en cualquier momento."

Aliviada me incliné un poco agradecida. "Tienes razón, muchas gracias."

"Me llamo Iida Tenya, un placer" Extendió su mano tan formalmente que me hizo recordar a algunos compañeros del viejo instituto.

"Retirensé si van a seguir parloteando. El tiempo es oro así que muevansé." La oruga amarilla que encontramos afuera resultó ser nuestro profesor Aizawa Shouta. Nos pidió cambiarnos y salir para un examen físico de nuestros dones.

Decir que era fuera de serie el amenazarnos a todos con expulsarnos apenas entrar era algo sin precedente de donde venía, pero no tenía miedo, tenía una promesa que cumplir después de todo.

Uno a uno fue pasando, me preparaba mentalmente para correr los 50 metros. Definitivamente no podía usar el máximo poder de mi quirk, respiré un par de veces y decidí seguir el plan. Correr pareció pasar en un parpadeo para mi, apenas escuche a la maquina decir 3.2 segundos. Escuchando algunos murmullos, me hizo recordar en lo que me dijo mi amigo Renji antes de venir a la ciudad.

"... Ni se te ocurra darte por vencida, no me hagas ir por ti." Mi único gran amigo en esta mansión miraba por la ventana. Aquel largo cabello rojizo sujeto por una cinta brillaba con la luz del ocaso, sus manos, cruzadas e inquietas y yo, insegura si buscaba una excusa o lo decía enserio.

"¿No crees que estas exagerando Renji?"

"¿Bromeas? si crees que los tipos de la escuela eran un fastidio, los de la ciudad serán peor."

Vamos, no creo que nadie conozca a los Kuchiki en Tokio. ¿No deberías estar feliz por mi? Viendo su cara de sorpresa me hizo suspirar y seguir tomando té en la sala principal. Sujetando la taza un poco más fuerte sin querer.

"Desearía que no te fueras, creeme." Finalmente Renji se dejo caer en el sillón donde estaba yo, cubriendo su rostro un momento, esperé en silencio.

"Pero me alegra que este problema te diera una oportunidad" Finalmente Renji volteó a mirarme de frente, con una sonrisa sincera y sabía que me extrañaría tanto como yo a él, aunque no lo dijera.

"Puedo cuidarme, no te preocupes por mí" Eso le hizó bufar un tanto esceptico, se recargó en el sillón con los brazos cómodamente en su cabeza.

"Tch, se que si. El problema es que parece que tienes un letrero brillante que dice "Vengan por mi""

Suspiré un tanto ofendida, golpeando su abdomen levemente. Si, era parte de ser Kuchiki, que la gente te tratará diferente, pero no iba a dejar que eso me detuviera esta vez. "Puedo ser normal, sigilosa como una sombra, ya verás"

"Debes prometerlo, si te encuentran... no podremos salvarte esta vez" Renji sonaba serio esta vez.

Renji fue mi único amigo sincero en esa escuela, lo menos que podía hacer era mantener la promesa. Por eso en cada prueba usaba mis habilidades normales y solo en algunos casos una pequeña porción de mi Don, ser discreta, no llamar la atención pero mantenerme en el plano.

Los resultados fueron buenos, la primera entre las mujeres con mayor fuerza de agarre. 2° en salto de longitud, 3° en saltos laterales. La chica de antes sacó infinito, era de esperar. Cuando pasó el chico de pelo alborotado finalmente pude ver quien era mi profesor. Con razón, tiene los ojos así. Pero algo de lo que dijo tuvo mucho sentido, pensé en mi quirk, me sentí motivada a mejorar aquellas debilidades en mí.

Esta vez, algo en ese muchacho cambio y la pelota pudo ir más allá. Se veía orgulloso, aunque adolorido, su dedo en mal estado y pensé en Ichigo. El color y la inflamación en la piel, similar a aquella vez que llegó muy mal herido, Chad lo trajó a nosotros por que su brazo completo tenía esa pinta morada hinchada. El miedo que sentí ese día, nunca había visto heridas así. Desvié la mirada de aquel muchacho, no quería seguir pensando en eso por el momento.

"Oye, dime que sucede Deku, bastardo!" De la nada se lanzó otro muchacho de cabello rubio como arena y ojos rojos penetrantes, sino fuera por Aizawa-sensei creo que hubiera golpeado al otro chico. Pero que rayos?

¿Así es una escuela normal? Me pregunté varias veces, cómo podría encajar, qué decir para acercarme, cómo hacer amigos. Solté un suspiro aliviado al mirar que estaba en 4° lugar en la tabla. Eh Renji, te dije que podía hacerlo.

La mayoría estaban aliviados de que fuera una mentira aquella amenaza. "Rukia..." Escuchar mi nombre de Aizawa me hizo salir de mis pensamientos. "Sigueme" Sin más remedio, con nervios en mi pecho, respiré profundamente y con la frente en alto lo seguí sin mostrar mis emociones. El silencio fue muy incómodo hasta que llegamos a una sala pequeña, había 2 sobres en una mesita de café, en el sillón de frente estaba sentado un animal con traje. No me había dado cuenta que era el director hasta que Aizawa lo saludó, todos sentados de frente solo esperando a que terminara de tomar té.

"Es un placer recibirte, espero que Aizawa-san no te diera una impresión errónea al llamarte"

"No, descuide. Siendo el primer día no sería apropiado cometer alguna falta tan tempranamente" Hablando como en casa, formal y tranquila como mi abuelo nos había enseñado, con una leve sonrisa de mi parte.

"Es tan agradable tu porte, no es común este tipo de modales en la escuela. Sientete libre de expresarte como desees, señorita Rukia" Ah, el director era adorable. Aizawa tosió levemente para llamar nuestra atención.

"Creo que deberíamos terminar esto. Después de todo, debe cambiarse antes de volver."

"Ah, mis sinceras disculpas. Este sobre es para ti." Tomé el sobre amarillo, mirando el detalle en el centro supe que era de mi hermano. Y abrí la carta escrita con letra perfectamente impecable de mi querido hermano.

Rukia

Lamento que tuvieras que esperar 3 meses, tuvimos un percance con la comunicación la última vez.

Para tu seguridad, he enviado un celular, podremos comunicarnos por esta vía.

Renji se encargó de poner mi número, y para mal, incluyendo el suyo.

El abuelo insiste que debo aprender a usarlo, siendo incapaz de verte, no tengo más opción.

Kurosaki-san me ha asegurado que estás bien, pero escucharlo de ti haría una gran diferencia.

Quiero que sepas que ya me encargue de todo por ti.

No debes preocuparte, el director Nezu tiene las instrucciones detalladas.

Trabajaré más duro para que puedas volver a casa pronto.

Sin importar donde estés, nunca olvides quien eres.

Esperare tu llamada.

B.K

La sonrisa que se dibujó desde el momento que leí aquellas palabras no desapareció, abrace la carta pensando que quizás algo del aroma de su oficina en casa permanecería conmigo. Byakuya... mi hermano seguía preocupado, haciendo sacrificios por mi.

"Llegó hace 1 semana atrás junto a un paquete. Consideré prudente atender estas cosas en persona." El director tomó otro sorbo de su te y continuó con el mismo tono relajado el discurso.

"Desconozco si tu hermano te ha informado de estas medidas, pero me remarcó lo importante que es aclarar que tu progreso aquí como heroína en la academia tendrá validez real. Se dará el registro público bajo el nombre de Rukia Kurosaki, sin embargo, será adjuntado a tu verdadera identidad con el departamento de policía y gubernamental. Hasta que esta situación termine, espero que no dudes en acudir a nosotros si presentas algun problema en el futuro."

"Gracias por su apoyo, disculpe que mi hermano le diera tantas molestias"

"No es molestia ayudar a jóvenes prometedores, después de todo también tengo curiosidad por la nieta de mi buen amigo Ginrei. Hablaba mucho de ustedes."

"Ah, siempre fue muy exagerado. Pero sigue siendo el único que mi hermano respeta e idolatra, le diré que enviá saludos."

Aizawa-sensei señalo discretamente el reloj, entendí que no podía retrasar más su tiempo. El director me dio la caja y la carta, antes de irme no pude evitar mirar el otro sobre en la mesa.

Corrí a los vestidores, con el corazón palpitando de emoción, ya quería regresar a casa y hablar con Nii-sama. Al menos no había nadie, era bueno porqué tuve la privacidad a la que estaba acostumbrada, pero tenía que apresurarme. Al regresar solté un suspiro de alivio al observar que aun no había llegado Aizawa-sensei.

"Oh, que susto. Por un segundo pensé que era Aizawa-sensei" Dijo la chica linda de antes, me disculpe y caminé a mi asiento. No esperaba que ella me siguiera.

"Creí que te habías metido en problemas, pero no te ves preocupada. ¿Todo bien?"

Observando que realmente parecía honesta, me relaje un poco, mientras guardaba la caja le contesté. "Si, no era nada importante. Y una disculpa, creo que no he tenido oportunidad de presentarme. Me llamó Rukia Kurosaki, un placer."

Ella sonrió, junto sus dedos y ladeo su cabeza tiernamente. "Me llamó Ochako Uraraka, el placer es mío. Lamento si te hice sentir incómoda antes, me emociono con facilidad con cosas tan bonitas.

Notando que seguía viendo a la puerta, me pareció curioso mirar a todos los demás tan despreocupados y animados. "Uraraka-san, ¿podría preguntarte algo?"

"Oh, claro."

"¿Qué esperas?" No fue sino hasta que lo dije en voz alta que me pareció algo tonto. "Me refiero a... am"

"Aún no regresa Midoriya-san. No vi bien, pero si Aizawa-sensei lo mando a la enfermería debió haberse lastimado."

"Descuida, seguramente estará bien tu amigo"

"Bueno, no somos amigos, o eso creo. Es qué lo conocí cuando hicimos el examen de admisión, ¿no has escuchado de eso?"

"Me temo que no, yo no estuve allí. Pero si gustas contarme, estaré feliz de escucharte" Iba a decir algo Uraraka, cuando entró Aizawa y tuvó que volver a su asiento. Nos entregó unos papeles y la clase se convirtió más bien en una breve explicación de reglas básicas de la academia. Luego nos dijo que podríamos usar las instalaciones a nuestro gusto, siempre y cuando tuvieramos permiso. Podríamos inscribir libremente a alguna clase optativa en el curso, ya fuera deporte, recreativo o académico.

"Para esta hora ya habrá terminado la ceremonia de bienvenida, pueden pasar a ver lo que hay disponible en el mapa que acabo de entregarles o irse. La opción es suya."

Y con eso se dio la vuelta, me sorprendí al pensar cuanta libertad nos daban en este instituto. La mayoría saltó de la emoción, planeando ya que hacer o unos inmediatamente partiendo a casa. Miré el mapa, una palabra sobresaltaba de todas las demás.

"¿Te gustaría venir con nosotros, Kurosaki-san?" La voz de mi compañera, me sacó de mi trance, parpadee varias veces algo atónita. Es tan cálido, ser normal. Estaba el chico de lentes a su lado. Asentí y pronto caminamos hacia la primera parada, la enfermería.

"¿Te puedo llamar Rukia? Perdón, es que siento que es muy formal, no quiero ofender ni nada."

No creo que pueda ofenderme con ella, es tan amable. "Entonces, ¿puedo llamarte Ochako?"

"Sería genial, realmente quería hacer amigos y cuando encontremos a Deku podrémos ir a ver el campus juntos"

"Esta vez no fueron tan graves sus heridas, no tardaremos." Tocamos la puerta de la enfermería, ver al chico de antes con la mirada cansada me dio simpatía y mientras Ochako le explicaba lo que dijo Aizawa-sensei, saqué algo del pequeño bento que Yuzu me había preparado.

"Tal vez sea buena idea sentarnos un momento antes de seguir, por favor toma esto." No lo había pensado, hasta ver que el pobre se sonrrojaba y tartamudeaba, quizás me estaba sobrepasando.

"Es solo que pareces cansado, no tengo hambre y creo que tú necesitas más que yo algo de energía. No te ves muy bien"

"Ahora que lo dices, si pareces algo cansado." Iida comentó mirando de cerca a Deku, Ochako aplaudió brevemente emocionada.

"Qué buena idea! Vamos!"

Terminamos afuera en una banca, esperando tranquilamente a qué terminará de comer mientras Ochako continuaba la plática.

"M-muchas gracias por la comida. Es-está deliciosa. Am, bueno... me apena haberla aceptado sin-sin habernos presentado." Realmente era dulce, debía ser muy tímido. Creo que yo sería así sino hubiera crecido con el abuelo y nii-sama.

"Al contrario, me alegra ver que estas mejor. Me llamo Rukia Kurosaki" Se le cayo un pedazo de carne, mientras él parecía congelado.

"Deku?" Si respondió, pero parecía confundido. "Deku?" repitió, por primera vez mirandome, frente a frente. Tenía la sensación de que lo había ofendido de alguna forma.

"Es tu nombre, ¿no?" Mirando aquella sonrisa de lado falsa, una que siempre supe identificar fácilmente en los demás, supe que había hecho mal. Sentí el calor de la vergüenza, no pude sostenerle la mirada.

"Esto... mi nombre real es Izuku, pero D-Deku es como me llama Kachan para burlarse de mí..."

"Un insulto?" Iida preguntó curioso. Eso me hizo sentir peor, pero... es que no lo había pensado así.

"Pensé que eran amigos..." Ochako comentó.

"Realmente lo siento" Tenía que decirlo de frente, como nii-sama siempre decía. Enfrentar mis errores con la frente en alto. "Pensé que era diminutivo de dekiru, alguien me dijo que recordando esas palabras... sabía que podía hacer cualquier cosa. Y cuando lanzaste así, pensé que te iba bien... solo me gustó"

"Si, a mi me suena Gambatte! y suena tan bien, me gusta" Ochako estaba apoyandome.

Era lo más cercano a una disculpa, pero me sentía expuesta. Sueno un poco desesperada... Solo quería hacer eso me pusé más roja cuando abruptamente respondió: "Soy Deku!"

"¿Qué dices? ¿No era insulto?" Iida, estaba igual de confundido que yo.

"N-no tienes que forzarte"

"M-me gusta, Kurosaki-san" Quizá fue por que tenía mucho tiempo de escuchar algo tan honesto, o lo que quisé pensar por un segundo con esas palabras. Pero no pude soportar más estar sentada.

"C-creo que debemos ir a ver las clases!" Comence a caminar, necesitaba respirar para calmarme. Renji definitivamente se burlaría de mí si me viera así. ¡Vamos Rukia! Respira, es normal que los amigos sean amables. Pero en su mente, aparecían Ichigo y Renji, siempre haciendola enojar, de buen modo. Quizás necesito hablar más con otros chicos. Si, eso debía ser. No estoy acostumbrada a que me traten normal, eso es todo.