VUÉLVEME A QUERER.
Capitulo -1-
Bueno esta historia comienza, después de que Candy, regresa del colegio San Pablo, aquí ella jamás estudio enfermería, ni Albert sufrió su accidente de tren, esta historia comienza con ella a su regreso, estuvo un tiempo en el hogar de pony poco después es llevada de regreso a Chicago con los Andlay donde compartirá un tiempo con Albert y quedara profundamente enamorada de el.
Los personajes actuaran de manera diferente, la trama hasta este punto será totalmente diferente, así como nuevos personajes.
-oooooooooooooo-
Pero al ser adoptada por los Andlay, tenía que regresar a Chicago, Albert se da a conocer como el Patriarca del Clan Andlay, ellos conviven un año en la mansión junto con manda Elroy.
Albert y Candy, se vuelven inseparables durante ese año, Candy se enamora profundamente de Albert realmente lo comienza a ver con otros ojos el día que le confiesa que…
Albert estaba con Candy, en el hogar de pony, cuando le confianza que él, la conoce desde que era una niña ya que él, es príncipe de la colina.
Candy, estaba en silencio, no podía creer lo que estaba escuchando, realmente todo se imaginó menos eso, cuando Albert le pidió ir a esa colina aquella tarde iba con el corazón en la mano, ya que durante el último año que compartieron en la mansión, se volvieron inseparables.
Al grado de estar profundamente enamorada de Albert, no supo ni como sucedió simplemente, después de un tempo ya sentía que no podía estar lejos de él.
Pero Candy solo tenía 16 años y Albert al ser mayor, no quiso alimentar esa ilusión porque para él solo era una niña, una chiquilla la cual quería como su hermanita, como su protegida, jamás la vería de otra manera, aunque si se daba cuenta del amor que ella sentía por él.
Candy, esa tarde pensó que Albert, le confesaría su amor, quizás hasta le pediría ser su novia, pero no fue así.
- Pequeña sé que este tiempo que estuvimos compartiendo en la mansión, fue muy gratificante, pero es tiempo de tomar mi lugar como el patriarca de la familia, deberé irme pronto para tomar dichas responsabilidades, viajare mucho, tengo mucho que aprender.
Candy, solo lo abrazo sin emitir una sola palabra, solo el silencio de aquella colina, así pasaron un buen rato.
Hasta que poco a poco Albert se soltó de ella, la miro a los ojos y le dijo pequeña, prométeme que te quedaras en la mansión, aunque yo no este.
- Pero Albert yo a que me quedo ahí, sola.
- Te quedarías con mi tía, soy responsable de ti, sé que tu no quieres, pero es necesario, solo así yo podre irme a tomar mis responsabilidades, sino no podré irme, necesito confiar que harás lo que te pido.
- Yo, yo, no Albert por favor como podría estar ahí sola con la tía, sin ti no, es que yo, yo, te…
–sssshhh, no digas nada, solo prométemelo, con eso tú me ayudarías a estar tranquilo por favor, es mi deber velar por la familia, sino lo hago estaré defraudando a mi padre, a mi familia, al Clan, por favor pequeña dime que te quedaras tranquila en la mansión y que no te escaparas, que harás caso a todo lo que la tía te pida.
Mi tía no es mala, solo es estricta sé que su carácter y el tuyo son muy similares, es por eso que tal vez no se llevan bien, pero por tu bien, por el mío solo prométeme que harás caso, hazlo por mi quieres.
Candy, Llorando, es que no sé qué voy hacer sin ti, me voy a quedar sola, la tía me odia, tú lo sabes.
-No te odia, solo que ella es así, fue educada muy estrictamente, por eso ella pide mucho de ti, tu no estas acostumbrada a obedecer, pero te pido por favor que esta vez obedezcas a todo lo que ella te pida, confió en que con el tiempo las dos lleguen a entenderse.
Solo prométeme que estarás donde te dejo.
- Te lo prometo, Albert me harás mucha falta,- esa condición solo lo haría, porque ella estaba irremediablemente enamorada de Albert, que si el, le decía que se lanzara a un pozo, ella lo haría sin pensarlo.
- Y tú a mí, pero te escribiré.
Albert, apenas había tomado el patriarcado del Clan ANDLAY, realmente empezaba sus responsabilidades, desde que sus padres fallecieron, su tía ELROY, fue la encargada de llevar tan altas responsabilidades, pero ya era su turno.
Así que tenía que comenzar con las negociaciones de su familia, como las del patriarcado, después de su presentación él se iría a Brasil, el tiempo que estaría fuera ni siquiera el mismo lo sabía, el hecho era que su única preocupación era esa niña de la cual se sentía responsable.
Por qué ni el mismo lo sabía, lo que si es que le encantaba estar con ella, el tiempo que habían compartido, realmente había aprendido a quererla, solo que ni el mismo sabia cuando se hizo tan indispensable para él, solo que el hecho de alejarse de ella le dolía el corazón, pero era necesario.
Se tendría que ir, dejándola en manos de su tía, ya que iba a estar muy ocupado, apenas se iba hacer de un nombre, aunque quisiera corresponder al amor de Candy, no podía muy lejos de eso el apenas se iba a crear un nombre, apenas iba a desarrollarse como empresario, tenía unos zapatos muy grandes que llenar y no podía, estar pensando en alguien que lo estuviera esperando, así que decidió no alimentar esa ilusión.
Pero sabía que Candy era muy impulsiva, si se fugó del colegio de Londres, si el alimentaba alguna ilusión, ella era capaz de ir a buscarlo, eso no lo podía permitir, si al hacerlo le pasaba algo, él nunca se lo perdonaría.
Lo más sano para los dos era simplemente dejarla en manos de su tía, confiar que ella la cuidaría, eso era algo que tendría que hablar con ella muy seriamente.
- Hijo después de tu presentación deberás irte, para hacerte cargo de los negocios familiares, así como ir a varios eventos en nuestro nombre, hijo confió que todo lo que has aprendido dar fruto, sé que también estarás muy ocupado, confió en que George, te cuidara.
- Si tía gracias por la confianza, hay algo de lo que quiero hablar con usted.
- Si ya sé a dónde va esa conversación.
- Si lo sabe, entonces sabrá que me preocupa mucho que ella quede en buenas manos, me siento responsable de Candy, así que le pido y la tome bajo su protección en lo que yo estoy fuera.
- Sobrino tu no habrás alimentado, alguna esperanza en ella.
- No tía, si se escapó de Colegio de Londres, se vino sola sin ayuda económica, no quiero ni pensar que va hacer si yo llego alimentar algún sentimiento en ella, sé que me ama, su amor es puro y para mí eso es sagrado.
Pero es una niña, sé que es solo una ilusión, que llegado el momento conocerá alguien más, quizás hasta me deje de querer.
- mmm Quien sabe, he visto su amor desmedido por ti y me preocupa.
- Lo se tía, sé que me ama, pero es una ilusión solo eso, quizás mi parecido con Anthony es lo que hizo que ella se ilusionara conmigo, tía se lo pido por favor para que yo me pueda ir tranquilo, sin ninguna preocupación, solo encárguese de ella.
Prométamelo, tía sino no podré irme, necesito irme tranquilo, sabiendo que ella estará bien, que estará cuidada, que no sufrirá.
Elroy Andlay era demasiado inquisitiva insinuando- Voy a empezar a pensar que realmente la amas.
- Tía por dios, no es eso, es simplemente que estoy encariñado con ella, por el amor que le tienen mis sobrinos y por mi sobrino ya fallecido le pido que la cuide.
- No sé porque, la quieren tanto, pero está bien si es para que te vayas tranquilo, lo hare vete tranquilo que yo cuido de ella, sé que es solo una muchachita, tendré que trabajar mucho con ella para hacerla una dama, que ponga en alto el nombre de la familia ANDLAY, pero sé que puedo lograrlo.
- Tía solo no sea muy severa, ya ha sufrido mucho y sé que sufrirá más en mi ausencia, solo si puede trate de quererla, solo eso.
- Pides demasiado sobrino, eso no te lo puedo prometer, pero si cuidarla y velar por su porvenir, hasta que regreses, vete tranquilo.
Cuando Candy, regreso de Londres, se fue al Hogar de Pony, después Albert la fue a buscar para que regresara a la mansión como hija de los Andlay, ya había pasado todo el romance de Terry, pero al estar compartiendo más de un año con Albert en la mansión.
Ella se enamoró de Albert, lo de Terry solo quedo como un recuerdo como un amor de verano, al menos para ella. Al saber que Albert era su príncipe de la colina, su amor floreció, su corazón latía solo para él, ya le pertenecía, cada vez que Albert la miraba sentía que se deshacía con todo su ser, su sangre, su cuerpo y mente ya le pertenecían.
Aun no sabía cuándo sucedió, pero ella sentía mucha felicidad con solo verlo, le iluminaba el día, su sueño era algún día, ser esa dama que lo acompañaría en su vida para siempre.
Albert, por su parte sentía mucha felicidad, que Candy por fin había sido aceptada por su tía Elroy, él sabía que la nueva etapa que estaba por emprender, no sería fácil, sino al contrario iba a estar demasiado ocupado y sentía un desconsuelo, al saber que tenía que dejar a Candy.
El sentía la necesidad de protegerla, como no hacerlo si se había ganado su cariño, era su hermana, su pequeña, su amiga y ahora que había regresado de Europa, haber pasado por toda esa travesía, tenía miedo que le pasara algo.
Sabía que ella lo amaba, él se había percatado de eso, pero sabía que sus nuevas responsabilidades estaría fuera mucho tiempo, no quería tenerla inquieta, sino al contrario, quería que estuviera tranquila, que se ocupara en estudiar, en crecer.
El no podía corresponder a ese amor, aun no, el apenas estaba por tomar su lugar aún no tenía el poder para luchar por ella, aunque quisiera un mundo se opondría, pero estaba muy seguro de su amor que ella le pregonaba, lo había descubierto en aquella colina y como no hacerlo si sus ojos no hacían más que indicarle ese amor, estaba seguro que lo amaba no tenía duda.
Candy, trato varias veces de confesarse y decirle que es lo que sentía por él, trato de mucha maneras, realmente Albert no se lo permito, no quería que sufriera más infelicidad y sabía que si ella le confesaba su amor tendría que romperle el corazón, no podía corresponderle al menos no como ella quería.
Para la fiesta de presentación del patriarca del Clan Andlay, la tía Elroy, se ocupó de comprarle un vestido, así como de que la peinaran, la maquillaran, sabía que al hacer eso su sobrino se podía ir tranquilo a sus responsabilidades sabiendo que ella se ocuparía de Candy.
Ya en la fiesta todo transcurría, sin más contrariedad, Paty, Anny, Archie, Stife, estaban muy contentos sabían que al ser Albert el abuelo Williams, Candy ya jamás sufriría, sería aceptada como miembro de la familia Andlay, las penuria económicas que alguna vez padeció ya no las pasaría de nuevo.
Pero estaban muy equivocados, vendría algo peor la soledad, esa soledad cuando te alejan del ser amado que es insoportable y Candy lo tendría que experimentar de nuevo.
Candy, estaba esplendorosa, con un vestido color rosa palo con un escote no muy pronunciado, ajustado hasta la cintura y la falda semicircular con caída hasta los tobillos, la habían peinado con sus risos, altos con unos pequeños adornos en las horquilla que tenían unas incrustaciones en brillante, parecía una muñeca.
Albert fue por ella hasta su habitación, quedando con la boca abierta.
- Estas hermosa pequeña realmente hermosa.
- te gusta, lo compro la tía abuela.
- Pues que buen gusto tiene la tía pareces una muñeca, (mi muñeca-pensando) al bajar por las escalinatas le ofreció su brazo para que se apoyara en él.
Candy, sentía que estaba en un sueño, su corazón parecía que iba a explotar, no cabía mas amor en el ese hombre lo llenaba, con sus 1.90 de alto, piel blanca, ojos azules como el mar muy apuesto para sus ojos y con ese frac realmente lucia arrebatadamente guapo, aunado a eso que su aroma a loción a maderas hacia que suspirara de tan solo estar junto a él.
Ella bajo junto a él y la Sra. Elroy, como matriarca de la familia, hizo las presentaciones ante la sociedad de chicago, así como de la familia y clan ANDRWY.
Al terminar la presentación comenzaría el baile, Albert le pregunto a Candy que si lo acompañaba en su primer baile.
Candy, se sentía como en las nubes todo un sueño hecho realidad, bailando con Albert se sentía segura, sobre todo protegida.
El chismerío, no paraba ante los asistente, quien era ella que bailaba con el hombre más importante de chicago y que Elroy Andlay, lo permitió eso llenaba aún más las interrogantes, pues aunque Candy era hermosa aun tenia carita de niña, no podía ser su prometida ya que Albert Andlay, pasaba de los 26 años y esa niña no pasaba de los 16 años, quizás alguien de la familia, alguna amiga, no descifraban bien quien era.
La fiesta solo pasó sin más, Albert estuvo platicando con algunos hombres que querían hacer inversiones con los Andlay, así que se la paso entre plática y plática, sino George se lo llevaba para presentarle algún Banquero, La Sra. Elroy lo llevaba para presentarle alguna señorita que se encontraban ahí para ver si llamaban su atención.
Solo se pudo zafar para bailar uno que otro vals con Candy, realmente no paraba de estar demasiado ocupado como para ponerle atención a Candy.
Bailo con varias señoritas, que fueron a esa fiesta, su tía le dijo que no solo bailara con Candy, sino que conociera más chicas, que se diera la oportunidad de conocer algunas jóvenes que en ese momento ya estaban en edad de casarse.
Así lo hizo, aunque con algunas solo bailo una pieza, con un par de ellas si las invito a bailar más de dos piezas, mas con las hijas de sus socios, algunas de ellas suspiraban por Williams, como no hacerlo si era un hombre imponente, guapo y aunado a eso millonario, cualquiera quisiera su atención.
Candy, solo veía como aquellas señoritas se comían con la mirada a Albert, a su Albert algunas ni disimulaban su coquetería, eran demasiado evidentes, muy molesta solo salió a la terraza, para desahogar sus celos, solo miro a las estrellas, preguntándose si algún día a ella la miraría igual, si algún día a ella podría verla como aquellas jóvenes con las que había bailado.
Ahí estuvo un rato no quería ver a Albert con aquellas jóvenes sentía que no lo soportaba, más aun que ellas hasta se regalaban con él, pero como competir con ellas, si ella no era una dama, el verlas la hacían sentir chiquita al lado de esas damas que se presentaban con esos aires de grandeza.
La mayoría de esas damas eran de la edad de Albert todas rondaban entre los 23 y 25 años, aunado eso su soltura y elegancia, eso hacía que ella no se sentía apta para competir por la atención de Albert.
Ya en la terraza, la busco Archie- gatita, pero que haces aquí sola, anda volvamos a la fiesta.
- No Archie, la verdad me siento muy abrumada con tanta gente.
- Si te entiendo, pero aquí no te puedes quedar sola, anda vamos con las chicas, Archie si sabía a qué se debía la tristeza de Candy, en el tiempo que regreso de Europa aunque solo fueron unas semanas, sabia a que se debía cara triste, la partida de Albert, su mejor amigo.
Así aunque Candy no quería regresar a la fiesta después de tanta insistencia lo hizo.
Hasta que Albert la visualizo, así que aquí estas te he estado buscando, anda baila conmigo, porque si no me veré arrastrado por esas coquetas, que quieren acapararme y créeme es un suplicio su plática, tomándola de la mano para bailar.
Candy, se sentía en una nube cuando estaba con él, aunque era un amor platónico, pensaba tal vez algún día se dé cuenta de que realmente lo amo, que le pertenezco.
Cuando termino la noche los invitados, comenzaron a retirarse despidiéndose como Anny Brihiter, que al siguiente día partiría a Misuri ya que su familia, iniciaría un nuevo proyecto y ella iría a una escuela para señoritas para convertirse en una dama y buena esposa, se iba ausentar por unos años.
Paty, por su parte, se iba a florida con su abuela, porque en los últimos meses se había sentido mal, y el doctor le había recomendado hacerse unos estudios, así como estar cerca de un lugar donde estuviera más caliente el clima.
Archie y Stife, se iban a Nueva York ya que iniciaban sus estudios en la universidad para ayudar a su tío en los negocios de la familia, como ya se esperaba habían sido educados para ese objetivo, así que sus estudios iniciaban ese verano y para eso ya faltaban solo un par de semanas para iniciar sus clases.
Así que al siguiente día Albert partiría rumbo a Brasil, subió a despedirse de Candy no sin antes hablar con su tía Elroy, toc, toc.
- SI
- Tía soy yo William.
- Si hijo pasa.
- Tía ya no tardo en partir, solo vengo a despedirme no sin antes hacerla prometer que velara por Candy en mi ausencia.
- Si Williams, te lo prometí y lo voy a cumplir, la tratare como una hija, velare por hacer lo mejor por ella, vete sin pendiente, así como te lo demostré en la fiesta.
Albert, al escuchar esto sabía que podía irse más tranquilo, ya que su fiel amigo George iría con él y no tenía más remedio que encargársela a su tía muy a su pesar tendría que confiar.
Candy, se despertó como siempre muy tarde, ya cuando bajo Albert ya había terminado de desayunar y se encontraba en el despacho, él había dado órdenes que cuando Candy bajara lo buscara en el despacho.
- Toc, toc. Tocando la puerta del despacho.
- si pase.
- Soy yo.
- Pasa pequeña, siéntate, como te has sentido.
- Bien aún cansada.
- Me imagino, Candy ya debo marcharme.
- Albert….
- sabes hable con la tía abuela, he decidido que quedes a su cuidado, aun eres menor de edad y estas bajo mi responsabilidad, ella me prometió que cuidara de ti, así yo podre irme mucho más tranquilo.
- Pero Albert tu sabes que ella no….
- Pequeña sé cómo te trato antes, pero confía en mi por favor, tengo muchas responsabilidades y no me quiero irme preocupado por ti, solo te pido que seas buena con la tía, Candy, le harás caso- mirándola fijamente a los ojos.
- Solo se perdió en esos ojos azules, solo asentó con la cabeza y se hecho sus brazos rodeándolo de la cintura llorando amargamente.
- Sentía que el corazón se le destrozaba, también el, la abrazo.
George, toco la puerta del despacho, entrando Williams se hace tarde.
- Si George, lo se vamos, no sin antes acercarse, para darle un pequeño beso a Candy, en la comisura de los labios, casi rosando sus labios, sabía que no podía hacer más, no debía ella era su protegida, él no podía ofrecerle amor, no al menos como ella quería. Poco a poco se fue apartando de ella y salió sin más de aquella habitación.
Candy, corrió al jardín a subirse a un árbol hasta ver como desaparecía, el auto en el que se iba Albert, sus lágrimas no dejaban de caer, lloraba amargamente. Después subió hasta su habitación lloro, lloro y lloro hasta que se cansó y se quedó dormida.
La tía Elroy, paso cerca de su habitación y la escucho como aquella niña lloraba por su sobrino, sitio ternura por ella, recordó su primer amor, como se fue también y nunca más volvió, eso la puso triste pero dentro de todo la entendió. Tal vez en otro momento hasta le hubiese molestado pero lo único que podía hacer por ella es dejarla llorar, para que se desahogara.
Albert, Partió en un gran barco hacia Brasil un lugar que ni el sabia a donde podría llegar, George sabía que su muchacho estaba triste dejaba su corazón en Chicago.
Candy, se quedó con la tía abuela, ella trato de educarla, pero ella solo estaba triste, no paraba de llorar, así pasaron 3 meses en donde ella le escribía casi a diario.
En cuanto Albert solo había podido escribirle unas cuantas líneas, el solo se la pasaba trabajando sin parar, entre reuniones, comida de negocios, revisiones de balances, se le iban los días en sus nuevas actividades, que no le quedaba tiempo de nada, a veces solo llegaba a bañarse y se tiraba en la cama.
Las cartas de Candy solo se iban acumulando y aunque quería contestarle estaba demasiado agotado para hacerlo, ni siquiera le quedaba tiempo para leerlas, inclusive se sentía tan abrumado que solo las dejaba para después, no porque no fueran importantes, sino lo que quería era contestarle con la convicción de que las había leído detenidamente, contestar solo por contestar no era justo.
Candy, estaba demasiado deprimida y no pasaba desapercibida para la tía abuela, que precisamente ese día tenía una tertulia con algunas damas de la alta sociedad de chicago, otras llevaron a sus hijas casaderas, que gustosas fueron para dicha invitación, con la esperanza de encontrarse con el Sr. Williams Andlay y poder siquiera tener su atención.
La tía Elroy estaba en su habitación y mando a llamar a Candy.
- Te mande a llamar, porque quiero platicar contigo.
- Si tía.
- Mira Candy, yo sé que mi sobrino William, te dejo a cargo de mí, pero te he visto muy triste y deprimida tu sabes que mi sobrino está muy ocupado quiero preguntarte si te gustaría ir una temporada al Hogar de Pony.
- solo abrió sus ojos, me esta echando tía.
- No hija solo quiero que te repongas, de tu estado anímico, me preocupa que te enfermes, Candy mira por la ventana, ves a esas jóvenes.
- Si tía.
- Quiero que veas cómo se comportan y quiero que aprendas su soltura, su educación, se del cariño que le tienes a mi sobrino, pero Candy si sigues comportándote, como un animalito como piensas encajar, en esta sociedad, quiero enviarte a estudiar, así que ve a tu hogar a descansar reponte de tu estado anímico y así tomaras la decisión correcta.
- Si tía.
Al siguiente día Candy, partió al hogar de Pony, ahí estuvo otros 3 meses, Albert solo había podido mandar otra carta con muy cortas líneas, Candy aunque estaba con la hermana María y la Srta. Pony, aun ella sentía mucha soledad a veces subía al padre árbol a llorar mirar hacia el horizonte para que no la vieran llorar.
Albert, se sentía retraído, realmente se sentía con el corazón oprimido, pero sus responsabilidades y sus ocupaciones hacían menos su carga de soledad.
Candy, aunque hubiera querido no podía negar su tristeza, hasta las hermanas se percataron de eso, de hecho al verla regresar, pensaron que había sido echada, pero una carta de la Sra. Elroy supieron que solo era para reponerse de su estado anímico, en lo que encontraba qué hacer con ella, ya que aún no decidía a donde iba a ser enviada para completar su educación.
En la mansión se recibía una visita que nunca se esperaría madan Elroy recibir.
Mayordomo- Sra. la buscan.
- De quien se trata no espero a nadie.
MAYORDOMO- El Sr. Vincet Brown.
- Súper extrañadísima con esa visita, que pase lo atenderé en el salón.
- Hola Elroy, sé que no me esperabas, pero vine hablar algo muy importante contigo.
- Pensé que nunca más te volvería a ver, es verdad no te esperaba, bien dime.
- Vine por lo de la herencia de Anthony.
- Supongo que la entregaras a la familia es lo correcto.
- No de hecho no, lo correcto es entregarla a quien pertenece y tú sabes a quien es.
- No puedes hacer eso, sabes que ella jamás podría, ni siquiera está preparada para recibir esa herencia, que haría con ella, además ni siquiera fue su prometida.
- Elroy, Elroy, hasta cuando la veras como alguien que no es de la familia, sabes que directa o indirectamente lo es, y es por eso de mi visita, me la quiero llevar, adoptarla no se apoyarla como una hija.
Mi hijo la amo tanto, que no puedo solo dejarla desprotegida, eso sería como desamparar a la persona que más amo mi hijo.
Dime Elroy que planes tienes para ella, digo porque no creo que la quieras proteger y hacerla feliz.
- Bueno que te puedo decir he pensado en mandarla algún colegio para señoritas, unos años y de regreso encontrarle un buen prospecto para casarla, digo es lo que cualquiera en mi posición haría.
- En tu posición, solo eso crees que mi hijo hubiera querido eso para ella, no Elroy eso sería como matar toda esperanza de mi difunto hijo, el solo quería que ella fuera feliz.
- Que tienes planeado, digo si no la conoces, solo la viste antes de irte después del funeral de Anthony.
- Te equivocas, a conozco a través de la cartas de mi hijo, el me platicaba lo maravillosa que es esa niña, de su amor por ella, a su corta edad el solo vivía para ella, sabes nunca lo sentí tan contento, sabes me decía que la amaba tanto que solo esperaría a tener la edad para poder casarse con ella.
Yo pensé conociendo el proceder de esta familia no quería que mi hijo fuera vendido como si fuera un animal, solo comprometido con alguien a quien el, no quisiera ni amara, que no tuviera que pasar lo que su madre y yo pasamos, que nos teníamos que ver a escondidas, viendo la manera de filtrar nuestras cartas, por esa razón deje a mi hijo a tu cargo, para trabajar por mi hijo, hasta tener una buena fortuna donde el tuviera la voz de decisión de hacer con su vida lo que él quisiera.
Ahora eso mismo quiero para esa niña, te conozco la vas a casar a un en contra de su voluntad, sé que no tiene familia, ni dote que puedo esperar de clan, que la casen con el mejor postor.
- Bueno que te puedo decir, sabes que las cosas son así, en esta sociedad y tú sabes de lo que hablo sé que William no la va a desamparar pero aun así el, se debe al Clan, si esa niña quiere casarse por amor deberá elegir bien con quien se quiera casar.
- Y si yo le doy ese poder, de elegir lo que ella desee, si yo la educo, si yo la preparo para que sea una dama, digo no te podrías negar, si yo me la llevo para prepararla para llevar su herencia, si le enseño tú te opondrías a eso.
- No la verdad no, de hecho me quitarías un dolor de cabeza, no se William en que estaba pesando cuando la trajo de nuevo, le dimos una oportunidad y solo así la desecho.
- Entiéndela es una niña que no tiene una identidad, alguien a quien seguir, que se preocupe de ella, es solo una niña que necesita que le enseñen, ubicarla y no solo eso si no darle cariño.
- Esta bien no me opondré si tú quieres hacerlo pero dime que has pensado.
- Quisiera llevarla a tierras antiguas, que conozca la tierra de mi hijo, de donde es, educarla le pondría maestros, no se convertirla en lo que alguna vez se hubiera convertido si mi hijo estuviera, sé que de antemano si él, hubiera estado con ella las cosas serían diferentes, así que me ocupare de que pueda convertirse a los ojos de cualquiera en esa mujer que hubiera querido para mi hijo.
- Esta bien, solo que necesito una cosa, los reportes de sus avances, así de cómo va progresando cada mes, y llegado el momento iría por ella, para que regrese a la familia, William me la dejo a mi cuidado, pero sé que en cuanto el regrese la querrá de regreso.
Solo espero que para ese entonces él, ya se haya comprometido con alguna muchacha de su estatus.
- Esta bien, acepto pero estará bajo mi protección como mi hija, la adoptare y aun que este baja el patriarcado por la herencia de Anthony, dejaras que ella decida con quien casarse, llegado el momento.
- Bueno si es como dices, que la vas a convertir en algo que realmente no creo que suceda, está bien acepto.
- Donde está, en estos momentos.
- En su hogar, estaba muy triste tras la partida de William, que no quedo de otra más que andarla una temporada en lo que decidía que hacer con ella.
- Dile al chofer que me lleve con ella.
En el hogar de Pony la hermana María le comentaba- Srta Pony estoy angustiada por Candy, realmente la veo muy triste desde que llego, no hace más que estar pensativa, sube al padre árbol y se queda ahí por horas.
-No se preocupe hermana nuestra niña lo que tiene es que esta enamorada, en estos momentos ella esta desecha por la partida de ese gran amor, así que no va a quedar de otra más que esperar a que se recupere.
Es normal ya que siempre ha sufrido mucho como no amar a la persona que se desvive en atenciones y que siempre estuvo para ella, es muy normal, nuestra niña encontró en el muchas cosas que ni usted ni yo le podemos dar.
Solo hay que comprenderla y rogarle a dios que este enamoramiento se le pase, rápido muy rápido, sé que es fuerte y superara todas las pruebas que se le vienen su familia es muy difícil, no sé qué planes tengan para ella, aparte ella también es muy rebelde, así que la familia Ardlay no tardara en imponerle algo para su vida.
Lo más seguro es que como la vez pasada, sea enviada lejos a estudiar para ser una señorita respetada.
-Si Srta. Pony, tiene toda la razón, solo hay que comprenderla, suspirando.
Candy de repente tenía una visita uno de los niños la fue a buscar.
- Candy, Candy, Candy, te buscan.
- sí, bajo corriendo de aquella colina, pensando que era Albert, de hecho entro gritando Albert, Albert, cuál fue su sorpresa, al ver a la figura imponente de ese hombre parado ahí esperándola.
CONTINUARA….
Chicas pues aquí de nuevo con esta nueva historia, espero tener su apoyo con sus mensajitos, les pido paciencia con los personajes esta historia parte de un punto de la historia original y de ahí se va desarrollando, solo sean pacientes con ellos y los sepan comprender.
Les doy las gracias de antemano por leerme, realmente a veces me siento cohibida esta es mi primer historia que escribí, aunque no la compartí hasta ahora.
ya saben aquí las espero por la XEW, RADIO.