Bienvenidos todos a esta nueva aventura que les invito a leer con gusto!
Una vez más les traigo una divertida aventura de breves capítulos en donde nuestro semidiós moderno favorito se verá envuelto en peculiares situaciones.
Espero que realmente lo disfruten.
Como bien saben, no soy dueño de ningún personaje ya que eso recae en sus respectivos dueños.
Capítulo 1
En retrospectiva…bueno, Percy no sabía muy bien qué pensar respecto a su situación actual si era honesto consigo mismo. Pasar de un momento tranquilo a otro en un lugar completamente extraño ya era un hábito para él.
Había estado disfrutando de un "pacífico" tiempo familiar en Montauk. Y se refería así a "pacífico" ya que sus tíos, nuevamente, estaban discutiendo como críos mientras que los más jóvenes resultaban ser maduros tanto de carácter como pensamiento, algo que agradecían por lo bajo ya que no querían estar bajo la subyugante mirada de las mortales, en todo sentido de la palabra, deidades femeninas.
-Madre me adora más a mí! – el rey de los dioses exclamó con sus ojos centelleando.
-Eso quisieras, hermanito…- se burló el monarca del inframundo, no queriendo salir de la sombra proporcionada por un parasol que su esposa había colocado en la arena.
-No Hades, él tiene razón- interrumpió el dirigente de los mares, sorprendiendo a todos los presentes.
-Qué!? – todos, incluyendo Zeus, gritaron.
-O acaso no recuerdas que ella siempre se acuerda de él cada vez que ve una piedra? Digo, después de todo nuestro padre no dudó ni un segundo en tragarse esa mentira- como si fuese algo banal, Poseidón terminó de explayarse, sacando una tétrica sonrisa a su hermano mayor y provocando una rabieta en el menor.
Antes de que alguno pudiese reaccionar para atacarse, el trío de hombres fue detenido por sus respectivas esposas, quienes no dudaron ni un segundo en aplicarles llaves al cuello. Demostrando así lo hartas que estaban de escuchar siempre lo mismo cada vez que una reunión se prestaba.
-Nosotros seremos así también? – murmuró Thalia a sus primos, compartiendo la sombra junto a una apacible diosa del hogar que se entretenía dándoles bocadillos.
-Lo dudo mucho- Percy replicó, sonriéndole agradecido a la deidad con un asentimiento al recibir un panqueque azul.
-Por qué dices eso? – el más joven y viejo de los primos griegos quiso saber.
-Bueno, cara de pino es una cazadora virgen lo cual descarta un posible matrimonio. Y tú estás con Will, el polo totalmente opuesto de Lady Perséfone. Mientras que yo tan solo debo esperar a relajarme más de cinco minutos para enterarme de que alguien planea mi muerte- dando una exagerada pero válida explicación, el hijo de Sally Jackson parló, ganándose el visto bueno de varios oyentes.
-Hay que admitir que el vástago de barba percebe tiene algo de razón…- por lo bajo, para que nadie la oyera, Athena estuvo de acuerdo.
-Bah! Solo es un debilucho llorón! – protestó Ares, quien no perdía oportunidad alguna para patear arena a donde Hefestos estaba, el cual reaccionaba por sujetar disimuladamente una llave inglesa de bronce celestial.
-Y eso qué te hace a ti? – echado sobre la arena y tratando de emborracharse con puro jugo de uva, Dionisio realizó su interrogante.
-Es cierto! Perdiste contra él cuando era solo un niño, Apolo mismo lo vio con sus dorados ojos! – acusó Hermes, sosteniendo la cabeza de su hermanastro para mostrarles a todos las áureas orbes de las que era dueño el dios del sol.
-Necesitas recuperar tus fuerzas, Ares. Toma Afrodita, dale este tazón de cereales- preocupada por su sobrino, Deméter le entregó a la diosa del amor un plato repleto de comida.
-Mph…Hombres- masculló Artemis ante la discusión que sus pares Olímpicos armaron mientras aceptaba internamente que el análisis dado por Percy era bastante exacto.
Lo dicho por la diosa de la luna trajo algunas risas en los semidioses, quienes tuvieron que fingir cuando esta se volteó a verlos, principalmente los varones ya que anhelaban mantener su hombría. Las mujeres, por su lado, era por simple muestra de respeto ya que era una deidad que simplemente podría castigarlas en el futuro.
-Oh, vamos! No puede ser para tanto lo que dices Percy! – un duende latino proclamó, deteniendo el trenzar del cabello de Calypso.
-Me estás retando? – enviando una desafiante mirada, el pelinegro salvador dos veces del Olimpo inquirió.
-No otra vez…- golpeándose la frente de forma cansina, Annabeth gimió derrotada ante los manierismos de su novio.
-Ahora ves lo que hace tu querido novio? – con ironía habló Piper a la antigua prisionera de Ogygia, al mismo tiempo que era sostenido por Jason para que no golpeara a su amigo.
-Ya cállense, quiero ver lo que va a pasar- dirigiéndoles una fría mirada a las dos muchachas, Reyna chistó.
Frank y Hazel fueron más sabios que todos los demás, pidiendo resguardo en la zona donde las amazonas dirigidas por Hylla estaban. Obviamente trataron de no molestar a nadie, ya que aún recordaban perfectamente la última visita que les dieron.
-Apuesto a que es pura exageración! – retomó la discusión Leo, divirtiéndose ante lo dramáticos que podían ser.
-Con que con esas estamos, no? Bien…si lo que digo es mentira, yo...yo…yo les daré a todos ustedes una bolsa de galletas que mi madre hace! – aceptando el reto, Percy a regañadientes comentó lo que pagaría como prenda en caso de perder, ganándose gritos de asombro por algunos de los más inmaduros.
-Percy, no! – la teniente de las cazadoras exclamó.
-Percy, sí! – dejándose llevar por la gula, el rey de los fantasmas se opuso a su prima.
-Una apuesta fuerte para ahuyentarme? Eso no funcionará…vengan, reunión de emergencia! – entornando la mirada, el hijo de Hefestos llamó tanto a los semidioses de las cabinas siete y once, así como también a sus padres.
Incluso las reinas de Los Tres Grandes optaron por ver lo que pasaba, aflojando sus agarres y permitiéndoles la respiración a los pobres reyes que hace rato acordaron una tregua para no sufrir de nuevo tal castigo.
Los inmaduros tardaron varios minutos en su decisión, recurriendo a gritos de furia y discordia en el trayecto, para después serenarse y asentir mientras se daban la mano, como si todos fuesen iguales.
-Si nosotros llegamos a perder la apuesta…te daremos todo lo necesario para que sobrevivas! – respirando hondo para más suspenso, Leo Valdez sorprendió a todos con una reveladora contraoferta.
-Yo no he dado permiso para e…AGHHH! – intentó protestar Zeus, solo para ser asfixiado nuevamente por su esposa.
-Acordamos que hoy sería un día de padres e hijos en un lugar tranquilo, donde olvidaríamos nuestros pactos. No lo arruines- susurrándole en el oído derecho, la hija menor de Kronos y Rhea trató de no mostrarse con la misma mala imagen que adquirió con el paso de los milenios.
-Hijo? – Poseidón, ignorando el sufrimiento de su hermano, decidió mirar el rostro pensativo de su único semidiós.
-Acepto! Ahora verán! – sonriendo de manera triunfante, el pelinegro no perdió ni un segundo más en recostarse sobre la arena, acunando su cabeza entre los brazos y cerrando los ojos para recurrir al sueño.
Creyendo que los actos del Jackson no funcionarían, los dioses y sus hijos o protegidos soltaron una risa. La cual se detuvo al escuchar un suave ronquido proveniente del hijo de Poseidón, asombrándolos con efectividad y dedicación para no perder la apuesta.
-Oigan…creo que va en serio- Grover musitó, picando la mejilla de su amigo con un dedo para comprobar su estado.
-Tch! Son solo puras palabras, tengo fe en que fallará! – cruzándose de brazos, rezongó el latino.
CRACK!
La tierra arenosa se rajó a metros de donde el salvador del Olimpo estaba durmiendo, asustando tanto a los semidioses como a las deidades por el poder que irradiaba tal manifestación. Tardando en salir de su estupefacción, todos quisieron alejar a un somnoliento Percy Jackson del peligro, hallándose limitados por una invisible barrera mientras veían como el pelinegro era arrastrado lentamente hacia el vacío.
-Creías, pequeño semidiós, que no haría nada para obtener mi retribución? Soy Gaea, la Madre Naturaleza, la consciencia colectiva de la humanidad! Diviértete en el lugar donde permanecerás para siempre! – una antigua voz, que todos reconocieron antes de que se presentara, provino desde las profundidades del planeta, reverberando en cada uno de los presentes y despertando por completo a principal afectado.
Anonadado por lo que le pasaba, Percy realizó el esfuerzo en ponerse de pie para alejarse. No obstante, toda acción fue en vano cuando un pesado bolso conectó en su sien antes de desmayarlo completamente y desapareciendo en la grieta que luego se cerró.
-GROVER! – exclamó Annabeth Chase, lista para esquilar al sátiro que arrojó dicho cargamento por órdenes de Leo y los demás.
Muy bien, se terminó aquí la presentación de este fanfic!
Les gustó?
Qué piensan que le pasará a nuestro hijo de Poseidón?
Habrán peleas?
Percy hallará una forma de regresar a su mundo?
POR FAVOR RESPONDAN Y DEJEN SUS OPINIONES TAMBIÉN PARA SABER LO QUE QUIEREN!
Saludos y hasta la próxima.
PD: No esperen a que sea diaria esta historia, como mucho haré dos capítulos por semana hasta que le agarre el ritmo de nuevo.
PD 2: Quizás muy pronto publique algo más hasta que termine los one-shots de Spiderman.