Eligieron un fin de semana en donde el viento helado no corría con tanta intensidad, aunque lo gélido del ambiente se podía sentir en todo el cuerpo. Se subieron al auto del presidente y partieron al poblado donde Mai había crecido. Quedaba a unas horas de camino, pero no tenían prisa. Querían disfrutar del camino.

Paraban a comer y ver los monumentos naturales que les regalaba el camino. Ya cuando estuvieron cerca los nervios empezaron a florecer. Trunks tenía miedo de que la familia de la pelinegra no lo aceptara, ya sea por la edad o por otro motivo.

-Soy mitad extraterrestres, creo que ese es un buen motivo para no aceptarme- contaba pesimista el pelilila.

-Tonto, eso no tenemos porque contarlo si no quieres, pero de verdad a mí me da lo mismo. Yo te acepto y quiero tal como eres- le decía para infundirle coraje. Aunque no funcionaba nada, ya que el saiyayin estaba aún muy nervioso.

Llegaron a una casa sencilla de color blanco, con rejas negras y un par de animales revoloteando por el patio. Había también, detrás de la casa un campo que se perdía a la distancia. En él se cosechaban papas, cebollas, arroz, tomates y un sinfín de verduras.

Tocaron a la puerta y esperaron que alguien viniera a abrir. En el portal apareció una mujer pequeña, menuda. Se notaba que contaba con cierta edad avanzada, ya que por su rostro surcaban arrugas, propias de octogenarios. Estaba vestida con un vestido simple color rojo y arriba de él, se posaba un delantal floreado. En su cabeza se erguía un gran tomate blanco, orgulloso.

-¿Mai?- pronunció la señora al reconocer a su retoño.

-Mama- se abalanzó a abrazar a la señora. Las lágrimas surcaban las mejillas de amabas como signo de felicidad.

-Vengan, pasen- hizo pasar a los jóvenes al comedor, que constaba de una gran mesa de madera y un par de sillas. Algo muy austero, pero que no le quitaba lo hogareño. El presidente pudo notar las fotos que colgaban de las paredes, donde aparecían unas niñas riendo y revoloteando por los campos. Asumió que la niña más grande era su novia. Podía notar la inminente belleza que se asomaba por la forma infantil de su musa.

La madre llegó con una bandeja con tazas y una tetera con te. Le sirvió a cada uno un poco y se sentó para charlar con ellos.

-Tanto tiempo hija ¿Cómo has estado?-

-Bien madre. Tengo un nuevo trabajo en la corporación cápsula. Postule hace algunos meses y quede… ¿Y tú madre, como has estado?-

-Me alegro mucho niña. Yo sé que eres muy inteligente- miraba de reojo al joven que acompañaba a su hija- pues bien. Sabes que el campo es muy agotador pero que me encanta- Sabía lo curiosa que estaba su progenitora por el acompañante que traía. No le quedaba de otra que presentarlo.

-Madre él es Trunks Brief, mi novio- al momento de decir esa palabras un calor agradable se instaló en su corazón. No podía más con toda la felicidad que le rodeaba.

-¿Novio?- ahora sí que podía observarlo con total libertad. Era un chico muy guapo y sus ojos denotaban mucha amabilidad. Era un rasgo que era muy importante.

-¿Brief? Esos no son….-

-Si mamá, el es el presidente de la compañía- había quedado estupefacta por lo que dijo su hija. ¿Estaba con el presidente de cápsula corps?

-Espero que si alguna vez llegaran a terminar, no afectara el trabajo de mi hija- dijo sería la madre. Era una persona franca y que no tenía tapujos al decir las cosas a la cara. Una característica muy bien valorada en el campo.

-No pretendo terminar con ella-había hablado por primera vez el joven- y si fuera así lo personal queda fuera del trabajo. Ella es una ingeniera muy capaz, que se ganó su trabajo por sus propios méritos- esa respuesta había dejado satisfecha a la anciana. Era un chico muy correcto al parecer. Pero había algo que le causaba curiosidad de el. Se veía extremadamente joven.

-¿Qué edad tienes chiquillo?- Trunks sintió como una corriente helada le recorría la espalda. La temida pregunta había llegado.

-18, señora- un silencio mortal había caído en la estancia.

-Se que es lo que vas a decir, yo también estaba muy insegura con ese tema. Pero nos queremos y él me hace bien, además es maduro para su edad, buena persona y muy….-

-Se nota que no me conoces mocosa- dijo con un tono solemne la madre- no sabes que es lo que voy a decir. A mi lo que hagan y dejen de hacer es problema de ustedes. Mientras no sea algo ilegal o que yo presienta malas vibras, está bien. En ese caso lo saco a patadas de mi casa. - los dos estaban como dos estatuas en su asiento, inmóviles y callados.

-Gracias señora- dijo el pelilila- tenía mucho miedo de que no me aceptara-

-Desde que entraste pude ver que tú aura y tus ojos eran amables y de una buena persona. Yo no me equivoco- en el pueblo la conocían como mamita reencarnación. Era una bruja de renombre que atendía todo el tema espiritual en esa región. Muy contrastado con lo que hacía su esposo. Un científico que pedía pruebas para poder creer en esas tonterías.

-Madre- decía con mucho orgullo la pelinegra.

-Vengan, les mostrare su cuarto- se dirigió al interior de la casa. Era una casa grande con 3 habitaciones, 2 baños y el ya mencionado patio. Dejaron sus cosas en el antiguo cuarto de Mai. Su madre les dijo que debía ir a preparar el almuerzo, puesto que su padre ya iba a llegar. Eso les daba la libertad para ir a recorrer un poco el poblado.

-Yo hablaré con tu padre, no hay nada de que preocuparse- les dijo con toda confianza antes de desaparecer y meterse en la cocina.

Los jóvenes tomaron sus chaquetas y se dirigieron al pueblo. Vieron la antigua escuela de la pelinegra. Un lugar pequeño, con un puñado de niños pero que en su patio tenía muchos juegos para la entretención de ellos.

-Aquí pase la mayoría de mi infancia. Adoraba ver cómo se construían estos juegos- típico de ella pensaba el pelilila.

Se movieron hacia el gran mercado, donde los agricultores podían vender sus productos. Allí compraron los dulces típicos de la región, que constaban de masas fritas bañadas en mermeladas de diversas frutas. También compraron unas verduras para llevar hacia la casa. Todo era grande, hermoso y sano. Es la primera vez de Trunks al ver ese ambiente. Siempre se había rodeado de lujo, de comidas elaboradas, de una inmensa casa y de todos los juguetes que había en el mercado.

-Nosotros tomábamos las mazorcas que sobraban y las convertimos en muñecas- contaba la pelinegra. No eran pobres, pero no podían darse el lujo de tener juguetes nuevos siempre. Los padres prefirieron intervenir en la educación de las niñas. Después de que asistieran al colegio rural, las mandaron a una ciudad cercana a un colegio privado- ahorraron mucho dinero para poder brindarnos la mejor educación-

Pronto fueron a un lugar alejado del campo. Donde corría un riachuelo y se podían ver muchas flores que ya estaban muriendo a causa del invierno, pero no le quitaba la belleza que emanaba. Entre medio del follaje había una pagoda con un asiento. Allí descansaron y se tomaron de las manos. Estaban disfrutando enormemente del momento juntos.

Como vieron que no había nadie cerca se abrazaron y besaron. Los dos podían sentir los sentimientos del otro fluyendo en esa acción. Ella podía sentir como el agarre de el quemaba a través de la ropa y el podía sentir la delicadeza con que lo acariciaba.

Pronto se volvieron a la casa y comieron, pero antes de ir hacia el hogar, ella paro en la florería y compro una flor. Una rosa roja. Trunks no pregunto nada pero sí que le causaba curiosidad.

El almuerzo fue ameno. El padre al principio había puesto un grito al cielo al enterarse de la noticia de su hija, pero al conocer al joven y ver lo sabio que era en su trabajo a pesar de la edad que poseía. Los acepto y les dio su bendición. Cuando estaban almorzando llegó su hermana y los vio a los dos juntos. Primero no dijo ninguna palabra pero después les dedicó una sonrisa y se sentó a almorzar con todos. Habían cumplido el principal objetivo de la velada. Que todos se llevarán bien con el saiyayin.

Ya en la tarde, cuando se estaba poniendo el sol Mai tomo su chaqueta dispuesta a salir pero se arrepintió en el último minuto. Llamo a Trunks y le dijo que le acompañase. El, extrañado la siguió sin decir ninguna palabra. Caminaron por un prado y un camino sin pavimentar. Llegaron a una extraña puerta compuesta por arcos gigantes de piedras, se veían antiguos y maltrechos. Daba una sensación de infinita tristeza y desosiego. Al atravesar los arcos, supo dónde estaban.

-Un cementerio- caminaron los dos hacia cierta tumba.

-Es mi ex esposo- dijo depositando la flor- iba a venir sola pero sabiendo que estamos juntos quería que vinieras conmigo. Creo que es correcto que te presente ante el- el chico asintió y junto las manos para realizar una oración junto a la pelinegra- Hey, sé que ha pasado un tiempo pero he estado muy ocupada. Cómo te prometí no deje mi trabajo, en más tengo uno mucho mejor en la compañía cápsula- el chico sonrió por la forma tan tierna que tenía ella de relatar su vida a su ex esposo- aunque rompí mi promesa de seguir ocupando los vestidos que me regalaste y que tanto te gustaban. Después de que falleciste, sentí que el color se había ido de mi alma y de mi vida. Pero este chico de aquí- señaló al presidente- me hizo ver que aún los seguía teniendo dentro de mi, que para honrar tu memoria debía ponerme esos colores que tanto amaste- unas pequeñas lágrimas corrían por la mejilla de la chica- te presento a Trunks mi nuevo novio. Si se que te dije que no iba a enamorarme nunca más pero te mentí y tú lo sabías- una sonrisa se formó a pesar de la lágrimas- por eso me dijiste que saliera a conocer gente, que no me quedara sola y yo te repetía que eso era una ridiculez que contigo me bastaba y me sobraba, pero ya vez como soy- le tomo la mano a su pareja- te lo juro que este chico vale la pena. O si no, no hubiera aceptado su propuesta, créeme es bueno y me va a acompañar tal como lo hiciste tu- el le apretó la mano fuertemente, no quería soltarla jamás- por fin tu recuerdo no me trae tristeza, tal como querías. Ahora puedo verte como una parte importante de mi vida ¿Ves que cambie el color de la rosa? Antes era blanca y ahora roja, supongo que traeré de varios colores siempre que venga aquí- las lágrimas dejaron de brotar, dieron paso a una cálida sonrisa- nos veremos- le mando un beso al aire- Seguiré viniendo ¿Eso es un problema para ti?-

-No, para nada. Entiendo que esa persona fue muy importante para ti-

-Ahora serás mi presente y futuro-se tomaron de las manos y se devolvieron por el camino viaje les había servido para estrechar sus lazos como pareja. Se habían conocido mucho mejor y el saiyayin pudo conocer otro aspecto de su chica.

Había pasado rápido el fin de semana y debían volver a la capital. Llegaron llenos de regalos por parte de los padres de Mai y prometieron volver en otra oportunidad, juntos.-Debería inventar una festividad en la empresa para tomar vacaciones- con esos comentarios se ganaba una mirada fulminante por parte de la pelinegra. Trunks solo reía.

Al volver al trabajo paso todo normal, excepto que todos se enteraron de la relación de Trunks y Mai. Uno del personal los vio irse juntos y tomados de la mano hacia el auto del pelilila. Pronto la oficina estalló en rumores y chismes. Desde los más inocentes, deseándoles que fueran felices hasta los más descarados y malintencionados. Alegando la diferencia de edad y que la chica en efecto, no lo merecía.

Algunas la apoyaban pero otras se hicieron su enemiga. Trunks le repetía que eso no era importante, que iba a ver gente envidiosa en todos lo sitios y ella estaba de acuerdo. No podía dejarse influenciar por todos los comentarios que decían de ella. Así que vivió ignorando y pronto las chicas se cansaron de estar hablando mal de Mai, puesto que parecía no tener ningún efecto en la pareja. Con el pasar del tiempo todos se acostumbraron a que los dos mantenían una relación y parecía que la cosa era sería.

Mai conoció a toda la familia de Trunks. La señora Bulma periódicamente invitaba a todos sus amigos a fiestas en su grandioso hogar. Como ya conocía a Goten, se les hacía más fácil el entablar una conversación. Se llevaban de maravilla. El chico saiyayin le caía increíble. Era muy espontáneo y risueño, cosa que le hacía constantemente carcajear en su presencia.

Conoció también a su otra amiga de la infancia Marron, que era un poco menor que los dos saiyayins. Era una chica preciosa y muy educada. Le encantó al instante. Ella le contaba anécdotas de cuando eran todos unos críos y Mai no hacía más que partirse de la risa por la ocurrencia de su novio.

También conoció a sus "tíos" como los llamaban los chicos. Yamcha (que por la misma señora Bulma se había enterado que habían estado saliendo con él cuando era más joven "pero era un inmaduro" además que desde que vio a su actual esposo se había enamorado perdidamente de el "aunque fuera un mono descerebrado")las dos reían ante el comentario de la peliturquesa. Habían desarrollado una muy buena relación de suegra y nuera. Hablaban largo y tendido cuando ella iba a visitar a Trunks a su hogar. Las dos podían estar horas y horas hablando de su área de expertis.

Otro de los integrantes de la familia de Trunks que había conocido era un hombre fornido y de color verde con unas extrañas antenas en la cabeza. Se veía intimidante pero se dio cuenta que era un ser amable que cuidaba de la hermana pequeña de Trunks y su amiga Pan, quien era hija del hijo mayor del padre de Goten.

Si bien nadie era familiar de sangre, todos se trataban como familia y se cuidaban unos a otros. Ese ambiente le encantaba a la pelinegra y por ello disfrutaba pasar tiempo con ellos.

¿Y su relación con Trunks? pues no había hecho más que mejorar. Aprendieron juntos como se debían acariciar, besar y tocar para tener una grata experiencia a la hora de hacer el amor. Ella con paciencia le había enseñado todo lo que sabía, puesto que él había llegado casto a sus brazos.

Siempre que tenían oportunidad hablaban y se conocían cada día más. Desde cuales eran sus películas favoritas hasta que tipo de comida les desagradaba. Salían a citas y con sus amigos. Jamás fueron de esas personas quienes perdían a sus amigos al momento de estar en una relación. Los dos tenían sus espacios propios para salir o simplemente quedarse en sus hogares disfrutando de su soledad.

Tenían una confianza única y jamás hubo celos ni problemas con terceras personas. Ni tampoco se prohibían nada, ellos eran libres para salir con amigos. Poseían una relación sana que se había basado enteramente en la confianza y comunicación.

Ellos no sabían lo que les iba a deparar el futuro, pero sabían que quería seguir juntos ¿Familia? Quizás, no era algo descartado. Aunque la pelinegra siempre decía "es muy tarde para mí y muy pronto para ti" a el le traía sin cuidado.

-¿Cómo la madre de Goten? Fue madre a mi edad prácticamente y no pasa nada- le hacía ilusión tener un hijo con su novia.

-Podemos esperar unos años- Nada resolvían pero tenían en claro que querían estar para siempre juntos. El le propuso matrimonio de broma y ella aceptó ¿Por qué no? Le amaba y el también la amaba a ella. Quizás era muy precipitado pero ellos, desde que se conocieron habían sentido una extraña conexión entre ambos. ¿Qué si había sido un error? No, jamás. Ninguno se arrepentía de la relación que se formó entre ellos.

-Después de la boda podemos tener hijos- dijo el un día en broma.

-Claro, ahí me aparece bien- otra vez habían hecho una gran promesa medio en broma y medio enserio. El la abrazó contento por todo. Algunos podían decir que era muy joven para pasar por todo eso pero él se sentía listo y quería esa vida. ¿Había algo de malo? Pues le faltaba experiencia, pero creía que jamás iba a poder encontrar a alguien como Mai y la iba a amar como ella.

-No es así, yo pensé lo mismo con mi ex esposo pero heme aquí. La vida da muchas vueltas y nadie sabe que va a pasar. Pero si estás dispuesto a casarte conmigo ¿Por qué esperar si nos amamos? Si quieres tener hijos y sabemos que estaremos para siempre ¿Hay algo de malo? Jamás te voy a retener a mi lado. Si quieres salir y conocer más gente, lo entendería. Siempre te guardaré cariño y si tenemos un hijo no te negaré jamás que lo veas y estés presente en su vida-

-Yo elijo estar a tu lado y elijo todo eso. Elijo casarme contigo porque no tiene nada de malo ser tan joven. Yo estoy seguro de mi decisión y puedo decir con total certeza que te amo. Yo elijo tener un hijo ahora porque me hace mucha ilusión formar una familia contigo. Nada le va a faltar jamás, aunque ya no estemos juntos. Los dos podemos cambiar de idea y está bien. Hay que respetarnos y disfrutar del tiempo juntos- se abrazaban y no discutían más el tema. Se amaban y punto, era lo importante. ¿Un grave error? No, jamás.

FIN