-La historia y los personajes no me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoria de Masashi Kishimoto más la narración y/o utilización de los hechos son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3 los eventos de este fic tienen lugar en medio de los acontecimientos del Capitulo 66 de Boruto: Next Generation y dentro de los futuros capítulos de mi otro fic "El Sentir De Un Uchiha". Les sugiero oír "Back to Beautiful" de Sofia Carson & Alan Walker para la base del fic, "To Be Human" de Sia para Naruto y Hinata, y "My Escape" de Ravenscode para Sasuke y Sakura.


En silencio, el matrimonio Uchiha se dirigió a la oficina de su tonto amigo y Hokage rubio tras haber sido requeridos en su presencia, lo que no podía resultar más extraño; habitualmente quien siempre se presentaba en presencia de Naruto para informar de los sucesos del mundo Shinobi era Sasuke quien tras los exámenes Chunin y el ataque de Kinshiki y Momoshiki Otsutsuki estaba pasando sus últimos días recuperándose tras la batalla al igual que hacia Naruto, antes de volver a dejar la aldea para continuar investigando cualquier posible eventualidad, aunque esta vez su ausencia sería menor, tanto porque la gran amenaza había pasado—por ahora—como porque deseaba pasar tanto tiempo como le fuese posible junto a su esposa y su hija de quienes ya había estado separadas por demasiado tiempo a su entender. Para aprovechar el tiempo que podrían pasar en familia, incluso Sakura había solicitado un permiso especial en el hospital pese a lo mucho que se le necesitaba para al menos poder pasar los días con su esposo y su hija, claro que tenía que realizar un turno de noche pero eso a su entender era un detalle menor. Tras un silencio que para ambos se hizo tan cómodo como de costumbre, los Uchiha se detuvieron ante la puerta de la oficina del Hokage, normalmente Sasuke entraría sin llamar pero esta vez y al igual que Sakura se encontraba intrigado por las razones de su tonto amigo para requerir no solo su presencia sino también la de su esposa, ¿es que algo estaba mal? Tranquilo en el exterior, Sasuke se negó a exterior su preocupación mientras volvía el rostro hacia su esposa.

-¿Tienes idea de porque nos llamó Naruto?— pregunto Sasuke en caso de que ella supiera algo que él no.

-Cariño, si ese fuera el caso ya te lo habría dicho— obvio Sakura con una ligera sonrisa que intercambio con su esposo…aunque para ella también resultaba desconcertante el motivo tras esta reunión, —¿sabes?, tengo un mal presentimiento, mejor volvamos a casa— decidió de manera preventiva al aun encontrarse fuera de la oficina y posibilitada de escapar.

-Ya estamos aquí— negó el Uchiha, sujetando el brazo de su esposa que lo observo con ojitos de cachorro, esperando hacerlo cambiar de opinión, sin éxito, —además cuanto más pronto salgamos de esto, mejor— recordó igualmente deseoso de emplear el tiempo que aún le quedaba en la aldea al estar junto a Sarada y ella lo más posible.

Un parte de su subconsciente sentía el ligero e incontenible tinte de paranoia que todo Uchiha sentía al preocuparse de quienes le eran importantes y preciadas, sabiendo que pronto habría de ausentarse y no podría atestiguar en persona que estuvieran a salvo, mas al pensar en ello inmediatamente se reprendía y recordaba que si él no estaba, si lo hacia Sakura que era incluso más capaz que él mismo de proteger a Sarada y a la aldea. Apretando los labios y arqueando una ceja en respuesta, Sakura asintió en silencio, reconociendo que como siempre Sasuke tenía razón y conseguía hacerla reaccionar aunque ella no quisiera, adelantándose a su esposo para sostener la perilla entre sus manos tras llamar a la puerta que abrió dirigiendo una inmediata y amable sonrisa a Naruto y seguidamente a Hinata que se encontraba de pie junto al escritorio. Si bien Sakura aguardaba tal vez el hecho de que Naruto decidiera enviarlos a Sasuke y a ella a una misión de investigación en solitario—cosa que no sucedía hace muchísimo tiempo y que en secreto ansiaba poder volver a experimentar—, Sakura no hizo sino sentirse nerviosa interiormente el reparar en la presencia de Hinata en la oficina, volviendo ligeramente la mirada para encontrar sus ojos con los de Sasuke, sabiendo que él albergaba la misma idea en la mente; Hinata jamás tomaba parte de las conversaciones y decisiones que Naruto tomaba como Hokage, o al menos no la mayoría de las veces, por lo que ni Sasuke ni ella supieron cómo interpretar el motivo de la nombrada reunión y todavía más para que ella estuviera presente.

-Naruto— saludo Sakura sin eliminar la sonrisa de su rostro, más si minimizándola ligeramente, —si Hinata está aquí, entonces eso significa que lo que querías decirnos es importante— supuso cruzando los brazos por sobre su pecho a causa de su preocupación.

-En realidad no…— desestimo Naruto con un ápice de duda, bajando la mirada como si se tratase de un niño pequeño.

-Habla, no vinimos a perder el tiempo— demando Sasuke, no queriendo nada de rodeos, Sakura y él no estaban ahí para eso.

-Que amargado, en serio— recrimino el Uzumaki, negando para sí e incapaz de entender como es que Sakura toleraba estar casada con él, —¿A que no saben lo que esto?— inicio por fin revelando un pergamino que hasta entonces había ocultado tras su espalda.

-Un pergamino— obvio el Uchiha, sin volver el rostro hacia Sakura que se abstuvo de reír ante su respuesta, observándolo con falsa desaprobación por el rabillo del ojo.

-¿Qué contiene, Naruto?— pregunto Hinata para aligerar el ambiente y evitar toda posible disputa.

-Es un pergamino procedente de la época del Primer Hokage, Hashirama Senju— procedió a explicar el rubio, dirigiéndole una sonrisa de gratitud a su esposa que siempre sabía cómo hacerlo sentir mejor, —al parecer fue descubierto entonces pero tiene muchas décadas más de antigüedad, y a que no saben lo mejor— dejo lo último para el final, recorriendo con su mirada a Hinata, Sasuke y Sakura, —¡sirve para viajar en el tiempo!— soltó finalmente, emocionado como un niño, absteniéndose de chillar en el proceso.

Okey, sus amigos iban a desear matarlo por interrumpir su precioso tiempo de calidad en familia—cosa que especialmente Sasuke necesitaba con desesperación, y eso Naruto lo sabía aun cuando su mejor amigo no se lo dijera ni manifestara de ninguna forma—, pero en el último tiempo, además de descifrar el pergamino que Sasuke había encontrado y que era una prioridad antes del enfrentamiento con Momoshiki y Kinshiki, las elites de Konoha se habían centrado en descifrar muchos antiguos pergaminos que en años anteriores se habían archivado como desconocidos y que procedían de diferentes épocas de la aldea como el que Naruto ahora sostenía en sus manos y que custodiaba personalmente en su oficina. El origen claro del mismo era todo un misterio, se sabía que procedía de la época del Primer Hokage Hashirama Senju pero porque había sido encontrado entonces y no por su creación ya que eso ultimo era imposible de descifrar hasta hoy, pero si algo estaba claro en su contenido es que albergaba un jutsu que facilitaba la posibilidad de viajar en el tiempo, y una vez tan pronto como Naruto había descubierto esto es que había decidido compartir la información con su mejor amigo, con Sakura y por supuesto con Hinata, por una razón muy sencilla…no podía cambiar su pasado, ninguno de ellos podía hacerlo sin importar cuanto lo desearan, pero puede que aun estuviera a tiempo de vivir experiencias y circunstancias que habían estado imposibilitadas para ellos en ese entonces, al menos en el plano emocional, ¿Cuántas personas no tenían esa posibilidad en sus manos? Puede que fuera algo egoísta pero que Naruto sabía que no era el único que pensaba así.

-¿Y cómo obtuviste algo así?— cuestiono Sasuke con desconfianza, por razones obvias.

-Tengo mis medios— se jacto el Uzumaki con fingida arrogancia, mas Sasuke no se impresiono con ello. —Lo han analizado para averiguar su funcionamiento, para ver cómo utilizarlo de ser necesario, pero por ahora y al no ser una prioridad permanece bajo mi custodia— explico ya que como su mano derecha y mejor amigo, Sasuke merecía y debía estar al tanto de todo. —¿No les da curiosidad intentar usarlo?— pregunto, volviendo primero el rostro hacia Hinata que sonrió ante el brillo en sus ojos, incapaz de negarse.

-¿Viajar en el tiempo?— repitió Sakura sin sentirse muy interesada en ello, intercambiando una mirada con Sasuke quien pensaba lo mismo, —Naruto, ¿para qué haríamos eso?— cuestiono señalando lo obvio; que presente existía uno solo y ella en lo personal no quería cambiarlo.

-¿No es obvio? Es una oportunidad, la oportunidad de vivir otra vez lo que no vivimos— contesto el rubio sin entender el porqué de la negativa de sus dos amigos, —tristemente no sirve para cambiar las cosas ya que al parecer todo sucede en una lineal temporal alternativa, pero es una forma de escape— se apresuró a explicar en caso de que eso fuera el motivo de tanta negatividad de parte de ellos, —¿no les provoca interés?— insistió, confundido por el comportamiento de parte de ambos.

-Solo se vive una vez, Naruto— protesto el Uchiha sin cambiar de parecer sin importar las explicaciones, —lo que vivimos es pasado, no puede cambiarse, ¿Qué sentido tendría revivir todo otra vez sin poder cambiar nada?— esclareció porque de ser otro el caso, él ya habría hecho eso hacia muchísimo tiempo.

-No me están entendiendo— suspiro el Séptimo, abriendo el pergamino sobre su escritorio bajo la atenta mirada de su esposa y amigos, —les pondré un ejemplo; si viajásemos a nuestros días de Genin, podríamos vivir todo como desearíamos que hubiera pasado, podríamos cambiar la historia, pero eso no se vería reflejado en esta realidad, por lo que no seriamos meros espectadores— explico con la mayor claridad que le fue posible, pensando en que como lo entendería él, más aun así Sasuke y Sakura continuaban mostrándose renuentes. —Vean el lado bueno, por favor— rogó ya sin saber que más hacer, —además el proceso es muy sencillo, todo lo que tenemos que hacer es pensar en la época en que queremos estar y luego repetir estas palabras— procedió a aclarar para ver si así conseguían animarse un poco con la idea, señalando las palabras al pie del pergamino.

-¿Más que nada en el mundo?— leyeron Hinata, Sasuke y Sakura, entre sorprendidos y confundidos.

Por toda la explicación que Naruto había dado—teniendo en cuenta su cerebro de hormiga—, y ya sea que tuvieran algún interés o no, resulto confuso y sorpresivo saber que el procedimiento a ejecutar fuera tan simple, y resulto aún más sorpresivo lo que sucedió después. Ninguno de ellos había concentrado su chakra, pero de todas formas el texto escrito en el pergamino destello con una luz que al instante ilumino el interior de la oficina del Séptimo Hokage de un modo aún más centellante que el propio solo, encegueciéndolos a los cuatro…


Sintiendo la luz del sol contra su rostro, el inmediato impulso de Naruto fue cubrirse con las sabanas y fingir que no sucedía nada para continuar durmiendo…pero entonces reparo en que no recordaba en qué momento se había quedado dormido para empezar siendo que el ultimo recuerdo en su mente era de estar en su oficina junto a Hinata, Sasuke y Sakura hablando del jutsu que había descubierto en el último tiempo y que involucraba viajar en el tiempo, ¡claro! Prácticamente de golpe y apartando las sabanas, enrollándose a medias a sí mismo en el proceso, el Uzumaki se irguió sobre el colchón, moviendo la cabeza de izquierda a derecha, recorriendo con la mirada su ambiente y percatándose de que se encontraba en su antiguo apartamento, reconocía tanto las paredes como las ventanas que daban con la vista de la aldea y de lo cual se cercioro tras nada más levantarse de la cama intentando no tropezar con las sabanas en el proceso; no conseguía ver todos los rostros Hokage con claridad desde las ventanas pero si lo suficiente como para darse cuenta de que el ultimo rostro esculpido correspondía al cuarto Hokage, su padre. Sintiéndose como un niño—y lo era nuevamente, aunque fuese solo en apariencia—Naruto esbozo una sonrisa de oreja a oreja, riendo quedamente para si al ver que el jutsu había dado resultado, estaba en el pasado, un pasado que ahora le traía más nostalgia que nunca al tener sobre su mente tantos recuerdos del futuro como un mapa cronológico del que disponer…esto sí que iba a ser toda una experiencia, y él estaba más que dispuesto a disfrutar de ello.

-Si, si, si, ¡Sí!— chillo el Uzumaki, brincando de emoción hacia la cama sobre la que se desplomo, envolviéndose en las sabanas entre rizas. —Oh, cierto— recordó en voz alta, alzando la camiseta de dormir para situar su mano sobre el llego de ocho trigramas.

-No lo hagas— detuvo Kurama, alzando su voz en medio de la bruma de silencio que era su mente.

-Kurama…— reconoció Naruto, mas confundido por la protesta de parte de su amigo

Había esperado muchas cosas como consecuencias inmediata del jutsu y una de ellas era que Kurama lo acompañase en su viaje al pasado porque eran parte el uno del otro como Kyubi y Jinchuriki respectivamente, pero Naruto debía reconocer que no había esperado que su amigo se negase a que él deshiciera gran parte del sello que mantenía encerrado a Kurama en su interior. Delante de sus ojos y como había sucedido en incontables veces en el pasado—un pasado en que ahora se encontraba—, Naruto contemplo aquellas enormes rejas que establecían un límite infranqueable entre Kurama y él por obra del sello en la unión de aquellas rejas, un límite que él no estaba de acuerdo en mantener porque no consideraba a Kurama un peligro y sin embargo en ese momento el zorro se mantenía sereno y tranquilo del otro lado de las rejas, con su cabeza reposando sobre sus brazos cruzados. Inclusive para Kurama resultaba de lo más nostálgico ver a ese rubio bobo como un niño otra vez, el mismo niño que en su día lo había desafiado…que más ameno habría de resultar para ambos que romper el sello que establecía aquel margen entre ambos, un margen que no existía en el presente, pero Kurama no podía permitirlo, Naruto era su Jinchuriki en ese tiempo pero no estaba acostumbrado a lidiar con lo que su chakra de Bijū representaba, no como si había sucedido en el presente y por lo que era peligroso liberar todo su chakra de golpe, ni siquiera Kurama era capaz de aseverar lo que pudiera suceder, era mejor que todo sucediese normal y gradualmente tal y como había sucedido una vez, así no habría consecuencias negativas y nada que lamentar.

-No quites el sello, Naruto— protesto Kurama aún más claramente mientras observaba con sus ojos rojos a su Jinchuriki.

-¿Por qué no?— cuestiono Naruto aproximándose lo más posible a aquellas enormes rejas, cara a cara con Kurama, —sabes que no me gusta que estés encerrado— obvio encogiéndose de hombros despreocupadamente.

-Lo mejor que esto siga así, al menos por ahora— aconsejo el Bijū con absoluta calma transmitida incluso en su voz habitualmente cortante, —eliminare el sello gradualmente— sosegó sabiendo el temor de Naruto, el temor de ofenderlo, mas él sabía que eso no sucedería porque confiaban el uno en el otro, —si lo haces por tu cuenta y de una sola vez, puede ser peligroso, en este cuerpo no estás acostumbrado a lidiar con todo mi chakra, no aun— añadió con sapiencia y esperando que el bobo rubio consiguiese entenderlo.

-Bueno, si tú lo dices— creyó el Uzumaki sin más remedio, intercambiando una última mirada con el zorro antes de darle la espalda y pretender alejarse del margen que los separaba. —Gracias por la advertencia— agradeció volviendo brevemente la mirada por encima de su hombro con una irrefrenable sonrisa para el Bijū.

Resoplando únicamente para sí, el nueve colas contemplo brevemente a su Jinchuriki y amigo antes de cerrar los ojos y volver a reposar su cabeza contra sus brazos cruzados, dormitando en su interior. Volviendo a ver el espacio de su apartamento, Naruto suspiro profundamente, sonriendo de forma inevitablemente mientras analizaba todo a su alrededor; casi parecía un sueño, se supone que era imposible revivir el pasado y sin embargo ahí se encontraba él, como si nada jamás hubiese pasado, como si pudiera reescribirlo todo o cuando menos volver a vivir lo que no había hecho una vez…no importa cuánto durase su estadía en el pasado, él iba a disfrutar de ello tanto como pudiera, pero primero se dijo al levantarse de la cama en dirección al baño, debo encontrarme a Hinata.


Sobradamente acostumbrado a tener un control prácticamente hermético sobre su persona, Sasuke tan solo preciso de dos segundos para darse cuenta—en su mente—de que algo no era como debería ser; en primer lugar estaba en una cama que no era la suya, no percibía el natural aroma a jazmines a su alrededor para pensar lo contrario, en segundo lugar sentía su brazo derecho, y en tercer y último lugar—en cuanto abrió los ojos—estaba en el que tiempo atrás había sido su viejo apartamento. Irguiéndose lentamente sobre la cama para asegurarse de que esta vez nada de esto fuera un sueño como si había sucedido tiempo atrás, Sasuke se levantó y aproximo a una de las ventanas, apartando lo suficiente las cortinas para ver que sucedía en el exterior…era la antigua Konoha, la que él llevaba en sus recuerdos, la Konoha que tanto había cambiado en la actualidad y que de una u otra forma él continuaba llamando su hogar, y en medio de este análisis es que el cristal de la ventana le permitió ver su reflejo, no sabiendo si sentirse indiferente o sorprendido al respecto. Habían transcurrido veinte años en el presente, todo habían cambiado, él mismo había cambiado, pero no fue precisamente hasta ese momento que dio cuenta de cómo es que todo había cambiado sin que él llegase a darse cuenta o a valorarlo realmente. Cerrando brevemente los ojos tanto para llamar a la calma a sus pensamientos, el Uchiha no pudo evitar apretar fuertemente los puños, deseando de manera silente romperle personalmente la nariz o todos los huesos del cuerpo al rubio idiota que conocía por Hokage por enviarlos a un pasado que él había deseado enterrar…aunque comenzaba a pesar que Sakura se le adelantaría de todas formas.

-Naruto, considérate muerto— menciono el Uchiha en un susurro para sí mismo, antes de darle la espalda a su reflejo.

Ya sea que estuviera de acuerdo o no con lo que estaba sucediendo, en ese momento Sasuke no tenía mayor opción que aceptar las cosas y vestirse cuanto antes. Había estado en contra de la idea de Naruto porque el pasado era pasado simplemente, o deberían poder regresar a él porque simplemente lo desearan, porque los hechos del pasado eran algo que nadie, ni siquiera él sin importar cuanto lo deseara podrían cambiar, por lo que este viaje—a sus ojos—no era más que una fantasía, un engaño que dejaría un mal sabor de boca al final, y él personalmente se encargaría de provocarle el mismo sentir a quien podía considerar su mejor amigo, pero primero…tenía que encontrar con su esposa.


De manera casi infantil, Sakura entreabrió uno de sus ojos para asegurarse de que estaba donde creía estar y para aseverar que nada de esto fuera un sueño, para en cuanto su mirada recorrió la que antaño había sido su antigua habitación, Sakura no pudo evitar bufar sonoramente para sí, observando las mismas paredes que habían conformado su habitación en el pasado, un pasado en que había vivido junto a sus padres…tenia tantos deseos de matar a Naruto, pero en el fondo de nada le servía desear desquitar su furia, lo importante ahora—de cualquier modo—era reunirse y regresar a su tiempo cuanto antes porque para ella al menos era impensable mantenerse alejada de Sarada por demasiado tiempo. Sintiéndose tonta y lenta en su cuerpo de doce años, sin ninguna de las destrezas que había alcanzado en su presente, la pelirosa se levando de la cama para poder observarse delante del espejo; ya comprendía que es lo que había sucedido y que estaba en el pasado, más de todas formas necesito corroborarlo al contemplar su reflejo, esbozando una ligera sonrisa al verse…había pasado mucho tiempo de esos viejos días, ¿verdad? Eran un pasado—ya sea que estuviera ahí en ese momento—que no tenían por qué volver a vivir pero que si tenía un único responsable, Naruto. Suspirando y sin apartar sus ojos de su reflejo, Sakura se levantó en dirección a su escritorio donde reposaba su estuche de armas y de donde extrajo un kunai, situándose delante del espejo y cortando mechón por mechón de su largo cabello tal y como había hecho en innumerables ocasiones en su presente, porque no necesitaba de ello para ser quien era.

Ta pronto se encontró satisfecha con lo que había hecho, la pelirosa revolvió ligeramente su cabello, peinándolo con sus manos antes de ordenar su habitación por mera inercia y costumbre antes de buscar ropa dentro de su armario e ingresar al baño; cuanto antes saliera de esta situación mejor, pero primero necesitaba encontrarse con Sasuke, y creía tener una idea muy clara de donde buscar. Mientras bajaba las escaleras a nada estuvo de sonrojarse al escuchar el ruido de su estómago, decidiendo que en nada la afectaría tardar un par de minutos preparándose algo rápido mientras sus padres dormían. Tomando los ingredientes de la cocina y preparando el desayuno no solo para sí misma sino también para sus padres que sabría habrían de despertarse en cualquier momento, untando un dedo en la mezcla para probarla a la par que preparaba un poco de té, satisfecha con el sabor. Tanto por su propia premura como por el apetito que sentía, Sakura se sirvió primero una taza de té acompañada de unos dulces mientras dejaba los demás sobre la mesa y cubiertos por un lienzo para protegerlos del aire, de igual modo que las dos tazas de té, dejando sus platos sobre la lavavajillas. Para Mebuki, resulto toda una sorpresa ingresar a la cocina y ver a su hija de doce años lavando los platos, claramente ya habiendo desayunado…¿Cómo era posible eso si Sakura no sabía cocinar? La Haruno preferiría callar sus propios pensamientos y simplemente observar en silencio a su hija, intentando entender que es lo que podría haber generado semejante cambio en ella de la noche a la mañana.

-Buenos días— saludo Sakura, advirtiendo la presencia de su madre aun sin voltear a verla.

-Te levantaste temprano— celebro Mebuki, sonriendo para si en cuanto su hija volteo a verla.

-Sí, quiero llegar pronto a la academia— asintió la pelirosa con una pequeña sonrisa que desapareció al ver a su madre, —¿ocurre algo?— inquirió ante la atención que ella le dirigía.

-Te cortaste el cabello— menciono ella, alzando una de sus manos para jugar con las puntas de los ahora cortos cabellos rosados de su hija.

-Claro— obvio Sakura, inevitablemente divertida, —ahora que soy ninja no puedo pensar en frivolidades— aclaro diciendo las palabras que tanto le habían costado entender en el pasado.

No había sido hasta esa instancia durante los exámenes Chunin en el Bosque de la Muerte y cuando había sacrificado su largo cabello del que había estado tan orgullosa para proteger a quienes le significaban tanto que se había dado cuenta de que había deformado la figura de Kunoichi que realmente debería ser, ¿Qué importaba que fuera hermosa? Lo que más debía importarle era ser fuerte y capaz, mas no había conseguido demostrarlo en realidad hasta la Cuarta Gran Guerra al pelear espalda con espalda al lado de Sasuke y Naruto, pero hoy todo era diferente, ella era diferente de la Genin de doce años que había sido—o y que había vuelto a ser en ese momento—o al menos eso quería creer, porque esta vez quería caminar con la cabeza en alto y con bien merecido orgullo pues aunque ahora el emblema en su ropa no fuese el del abanico como si solía ser en el presente, continuaba siendo la esposa de Sasuke Uchiha y tenía una dignidad y fuerza de la que enorgullecerse, por lo que deshacerse nuevamente de su largo cabello era una rutina más en su vida porque no dependía de ello para ser quien era…aunque, pensando en ello precisamente, en verdad era una lástima que hubiera tenido que pasar por tanto para entender lo que ahora le resultaba evidente. Sonriéndole una última vez a su madre y sin poder evitarlo, Sakura se aproximó a la mesa, tomando otro dulce de la bandeja que volvió a cubrir, para el camino hacia la academia, retrocediendo y en el proceso chocando su espalda contra el pecho de su padre que no pudo evitar abrazarla y hacerla reír al propinarle una serie de cosquillas.

-Cuidado— advirtió Kizashi entre rizas y haciéndole cosquillas.

-Perdón— rió Sakura, zafándose del abrazo y dándole un corto beso en la mejilla a su padre, —adiós, nos veremos más tarde— se despidió, dirigiéndose a toda prisa hacia la puerta que cerro velozmente tras de sí.

-Adiós— murmuro el Haruno, negando en silencio para sí ante tanta premura, —¿quieres que prepare el desayuno?— sugirió a su esposa, al igual que hacia cada día.

-No, Sakura ya lo hizo— negó Mebuki, aún muy sorprendida de lo que acababa de pasar.

-¿Sakura?— repitió Kizashi, igualmente sorprendido por la información, —¿De qué me perdí? Según recuerdo nuestra hija nunca ha deseado aprender a cocinar— obvio en caso de que su hija hubiese aprendido a cocinar y él no lo supiera.

-No tengo idea cuando lo hizo— respaldo ella, igual de confundida más sentándose a la mesa para contemplar el trabajo, —pero no dejemos que esto se desperdicie— sugirió con muy buen apetito.

Incapaz de decir que no a esa sugerencia, ni al dulce aroma proveniente de los dulces tan pronto como apartaron el lienzo que los cubría al igual que las tazas de té que aguardaban por ambos, Mebuki y Kizashi se sentaron uno delante del otro sin saber que pensar o decir, disfrutando del desayuno que su hija había preparado pero con una permanente pregunta revoloteando en sus mentes, ¿Cuál era el motivo de este cambio?, ¿Cuándo es que su niñita había cambiado así? Fuera cual fuera la razón, ambos esperaban que fuese algo bueno.


-Hinata, ¡Hinata!— grito Naruto con todas sus fuerzas sin importarle la imagen que estuviera dando fuera del distrito Hyuga.

Le resultaba difícil contenerse, por lo que y sin reparo alguno Naruto grito a pleno pulmón fuera del distrito Hyuga ante la confundida mirada de dos de los habituales Jonin de guardia que intercalaron una distraída mirada entre si mientras se mantenían estoicos en tanto el rubio se paseaba en círculos delante de la entrada…en el presente podía entrar sin problemas, era el Hokage y yerno del líder del Clan, pero ahora no era más que el Jinchuriki del Kyubi que en ese momento aguardaba por quien en el futuro habría de ser su esposa emergiera tas una espera que le resulto eterna, deteniéndose ante el umbral y tamborileando uno de sus pies contra el suelo antes de alzar la mirada en el momento propicio para perder el aliento. Como una aparición celestial o algo parecido—Naruto no podía dejar de ver a su esposa como un ser de luz, un ángel en su vida sin importar todos los años que llevaban juntos—Hinata apareció en el umbral del distrito con una contenida sonrisa, apretando ligeramente los labios en una curva que a Naruto le resulto de lo más tierna y adorable, justo como ella, vestía la misma chaqueta color crema decorada con piel ligeramente más clara en el borde de las mangas y en el extremo inferior de la misma, con el símbolo del fuego bajo los hombros, pantalones azul marino, su banda ninja alrededor de su cuello, y su habitual cabello azul oscuro medianamente largo—en el presente—ahora apenas y le llegaba a la altura de la nuca con un ligero flequillo cubriendo su frente y dos mechones enmarcando los lados de su rostro, haciendo ver aún más angelicales sus ojos gris perla, estableciendo tan solo un par de distancia entre si y que para ambos pronto se hicieron efímeros.

Apretándose las manos nerviosamente por mera inercia, Hinata contemplo a su esposo con una contenida sonrisa que la habría hecho chillar de emoción en condiciones normales, pero esas claramente no lo eran. Ahí estaba la característica chaqueta naranja de cuello alto de color blanco, con azul decorando la zona de los hombros y alrededor de la cintura, con el emblema de los Uzumaki-el remolino– de color blanco con una borla en el costado de su brazo izquierdo a reminiscencia de uno de color rojo en su espalda, pantalones naranja a juego con la chaqueta y su banda ninja en la frente como de costumbre para dejar que su exuberante cabello rubio coronase aún más su propia excentricidad como siempre…había rememorado esa imagen de él desde que tenía uso de razón y de memoria que en ese momento y nada más tenerlo delante—olvidándose de todo lo demás—Hinata no dudo en abrazarlo con todas su fuerzas, sintiendo los brazos de él envolverse a su alrededor en tanto ella enterraba su rostro contra el costado de su cuello; nunca lo había dicho, al menos no antes de ejecutar el jutsu, pero al igual que Naruto ansiaba la oportunidad de al menos revivir los sentimientos que una vez tanto había callado, y ahora podía hacerlo no había nada que le dijese lo contrario. Sabiendo que probablemente—aunque fuese muy temprano—ambos estaban llamando la atención, ahí abrazados fuera del distrito Hyuga, ambos se separaron, observándose intensamente entre si mientras se alejaban de la entrada del distrito, sumergiéndose en las calles para sentir que podía tener aunque fuese algo de privacidad.

-¿Qué pasa?— inquirió Hinata al ver cierto brillo de fascinación en los ojos de su esposo que apenas y podía quitarle los ojos de encima.

-No recordaba que fueras tan adorable— elogio Naruto sin poder evitarlo, sorprendiendo a su esposa que tuvo que apartar la mirada con un inconfundible sonrojo en sus mejillas. —Ven, aún tenemos tiempo que perder— alentó con una divertida sonrisa, sobradamente dispuesto a disfrutar de la experiencia tanto como fuera posible.

Si, aún tenían que reunirse con Sasuke y Sakura, pero aún era temprano para hacerlo y ambos bien merecían poder compartir aunque fuese un breve tiempo juntos, ¿no? Entrelazando su mano con la de Hinata, Naruto recibió un certero asentimiento a través de la luminosa sonrisa de ella se mostró radiante de alegría. Incapaz de tan siquiera decirle que no a su esposo ni por un solo instante, Hinata aferro su mano a la suya, dejándose guiar y tan entregada como él a disfrutar de esta experiencia tanto como pudieran, aunque en el fondo una parte de ella—al igual que sucedía con Naruto—se debatía intensamente entre si regresar realmente a su presente o vivir lo que en el pasado se habían negado, ¿Cuál decisión era la correcta? Era difícil saberlo.


El mejor lugar para encontrarse ese día era la academia, no solo porque se trataba del día en que habrían de asignar los equipos sino porque era el único lugar en común—común, teniendo en cuenta a Naruto y Hinata porque Sakura y él por otro lado si sabían dónde reunirse—y por lo que Sasuke se mantuvo tranquilo y aparentemente imperturbable mientras contemplaba el silencio, a solas en el aula y aguardando a quien llegase primero, bien podía tratarse de Naruto, Hinata o Sakura, más una parte de él—por confianza y costumbre—quería creer que Sakura sería la primera en llegar, la conocía a la perfección. Realmente se sentía extraño, una parte de él sabía que estar en ese lugar, como si jamás hubiera cometido ninguno de sus errores era solo una ilusión; tenía muy en claro quién era y como había pecado, a quienes había lastimado, que ahora pretender que jamás había sucedido nada de eso era una silente tortura para su persona…que fácil habría sido su vida si hubiera sabido los errores que iba a cometer, que diferente habría sido todo, pero el ¿Qué hubiera pasado si…? no existía, no podía cambiar el pasado sin importar cuanto lo deseara. El hasta entonces silencio fue roto por el ruido de la puerta del aula abriéndose y haciendo que Sasuke volviera la mirada por encima de su hombro para ver de quien podría tratarse, mas infantilmente una mano emergió desde el umbral como si se tratase un periscopio, como si de ese modo pretendiera asegurarse de que no existía amenaza alguna…él solo conocía a una persona que podía ser tan infantil e inocente al mismo tiempo, y se sentía pleno porque fuera ella quien hubiera llegado.

-¿No hay moros en la costa?— inquirió Sakura para tranquilizarse a sí misma, agradeciendo que no hubiera nadie en el pasillo en que se encontraba.

-No, estoy solo— tranquilizo Sasuke, ligeramente divertido ante su comportamiento.

Como siempre—aunque él no lo admitía todo el tiempo, desde luego—resultaba divertido lo infantil que podía ser su esposa, incluso en esa situación y donde deberían estar más preocupados en como regresar que en disfrutar de la experiencia porque, en cierto modo no era correcto, más aun así Sasuke se levantó de su lugar delante del escritorio, casi conteniendo la respiración de manera irrefrenable—sin saber porque—tan pronto como las puertas se abrieron y la vio a ella ingresar con la mirada baja hasta alzar sus orbes esmeralda y encontrar con los suyos. Tan solo escuchar esa voz ya de por sí consiguió que Sakura temblase y se sintiera nerviosa mientras abría la puerta e ingresaba en el aula, y en efecto se encontraba completamente vacía, bueno, vacía salvo por la presencia de Sasuke quien se encontraba ocupando el lugar de siempre pero que se levantó a su encuentro, encontrando su mirada con la suya…se veía igual que el Sasuke que ella llevaba en sus recuerdos del pasado; la misma camiseta azul de cuello alto con el característico emblema de los Uchiha en la espalda, los mismos calentadores blancos en ambos brazos, junto con los pantalones cortos blancos, con su característico y rebelde cabello azabache dejando que el flequillo enmarcarse ambos lados de su rostro al igual que la banda ninja en su frente, pero principalmente ahí estaban esos ojos tan profundos y semejantes a dos ónix que conseguían ponerla nerviosa con una mirada desde que tenía uso de razón y de memoria, y que sin embargo en esta oportunidad tenían un brillo que ella conocían bien y que la hacía sentir segura.

Ahí estaba ella, la misma Sakura Haruno que él llevaba en sus recuerdos de un pasado que tanto habría deseado poder cambiar pero que ya estaba escrito y era demasiado lejano para acceder a él; inocente, incorruptible, delicada y vistiendo el mismo kimono rojo oscuro con el emblema de los Haruno en los lados de los brazos en las cortas mangas, la falda y la espalda, las mismas mallas verde oscuro bajo el kimono y su banda ninja coronando su cabello como una diadema, pero había algo diferente, no solo el hecho de que su antaño cabello largo ahora se encontrase corto hasta la altura de los hombros tal y como sucedía en el presente sino el brillo en sus ojos y que al instante se conectó con los suyos. Esbozando una sonrisa tan pronto como sus miradas se encontraron, Sakura elimino cuanto antes toda distancia entre ambos, situándose delante de Sasuke y sosteniendo bajo sus manos el cuello de su camiseta para aproximar su rostro lo más cerca posible del suyo y encontrar sus labios, sin encontrar protesta a su solicitud sino que todo lo contrario, sintiendo las manos de Sasuke jugar con sus cabellos y correspondiendo al beso todo el tiempo, sintiendo su respiración como un catalizador que los hizo a ambos sentir plenitud, pegando su frente entre si al momento de romper el beso y volver a encontrar sus miradas. Con cuidado, Sasuke acuno el rostro de ella bajo sus manos, observando sus labios rosados ligeramente entreabiertos, el brillo de inocencia en sus ojos relucientes como dos esmeralda sintiendo su suave y dulce respiración como una caricia contra su rostro…era hermosa.

-¿Por qué fue eso?— curioseo Sasuke sin perder detalle alguno del rostro de ella entre sus manos.

-Siempre me pregunte como se sentiría si te hubiera besado cuando éramos Genin— confeso Sakura, ligeramente sonrosada por su exabrupto, mas siendo sincera.

-¿Y?— cuestiono el Uchiha, mas sabiendo como siempre que había conseguido superar sus expectativas, siempre era así.

-Fue perfecto— asevero ella, concediéndole esta pequeña victoria puesto que se la merecía.

¿Ofender el orgullo de Sasuke Uchiha?, ¿Quién pensaría tan siquiera en cometer tal error? Al menos ella no, por lo que Sakura contemplo en silencio los ojos de su esposo por al menos unos efímeros segundos antes de volver a sonreír y abrazarlo con todas sus fuerzas, sintiendo los brazos de él a su alrededor y protegiéndola de todo como siempre hacia, haciéndola suspirar con tranquilidad mientras sonreía apoyando su rostro contra el costado del cuello de él, incluso Sasuke quien envolvió sus brazos alrededor de su esposa y disfrutando de su perfume a jazmín, en ese momento tuvo que reconocer que había algo de placentero en la instancia de sentir que podrían vivir todo otra vez, reescribir su propio pasado aunque fuera en sentimientos, vivir lo que ambos no habían podido vivir en el pasado…pero no dejaba de ser una ilusión al fin y al cabo, más una ilusión que por al menos ese instante ambos disfrutaron a solas en esa aula, abrazándose el uno al otro, disfrutando del silencio y de la tranquilizante presencia del otro a su lado como no podían disfrutar de nada mas en el mundo, y no querían hacerlo tampoco.

Estaban juntos, solo eso importaba para ambos.


Puede que apenas y hubieran transcurrido unos minutos pero para Sasuke y Sakura, sentados uno al lado del otro delante del escritorio y aun a solas, parecía una eternidad en tanto aguardaban a la aparición de Naruto que seguramente se había retrasado para encontrar a Hinata, pero ambos esperaban que se les unieran pronto para que pudieran regresar cuanto antes a su tiempo porque este jutsu era una completa equivocación, todo lo que habían hecho para llegar a ese momento y en ese plano era una equivocación porque ya sea que les gustase asumirlo o no, el pasado simplemente no podía cambiarse sin importar cuanto lo desearan, la vida era una sin importar las virtudes o defectos que encontrasen en su camino y no es como si este jutsu fuera a permitirles cambiar aquello por lo que habían pasado sino que todo lo contrario, más a diferencia de Naruto y Hinata que estaban a favor de al menos disfrutar la experiencia, Sasuke y Sakura únicamente querían regresar y dejar atrás esta experiencia que se hacía más dulce y satisfactoria conforme pasaba el tiempo. Ellos por otro lado recordaban su presente y a Sarada, pero muy satisfactoria que fuera la idea de revivirlo todo, ambos solo querían regresar, claro que había mucho que—en su día—no habían vivido, tanto momentos juntos como experiencias que simplemente habían tenido que hacer a un lado por las circunstancias a las que se habían enfrentado, y estar más tiempo ene se plano solo contribuiría a hacer que recordaran eso precisamente y no querían que fuese así, por eso lo mejor era regresar cuanto antes.

-Entonces, ¿todo es tal y como era hace veinte años?— curioseo Sakura ante tanto silencio y que en ese momento no le resultaba para nada cómodo.

-Yo no note ninguna diferencia— asevero Sasuke con un vago asentimiento, —¿y tú?— indago con idéntica curiosidad.

-En absoluto, mis reservas de chakra son patéticamente bajas— contesto ella con una sonrisa de claro sarcasmo que lo hizo sonreír ladinamente, —ojala y hubiéramos mantenido nuestras habilidades, así no me sentiría cucaracha, y plana— mascullo para sí pero siendo oída por Sasuke quien negó en silencio para sí. —Tú por otro lado, estas igual que siempre— halago parpadeando coquetamente y haciendo que el Uchiha arqueara una ceja en respuesta, —¿Cómo se siente?— pregunto por fin, observándolo intensamente.

-¿Qué cosa?— cuestiono él, sin entender el porqué de esa pregunta.

-Tener ambos brazos— obvio la pelirosa señalando con su mirada su brazo derecho.

-Ni siquiera había pensado en eso— confeso el Uchiha, encogiéndose de hombros despreocupadamente.

Tras la Cuarta Gran Guerra Shinobi, Sasuke simplemente había decidido no intentar recuperar su brazo derecho, sentía que necesitaba tener un recordatorio permanente en su vida de los errores que había cometido para no volver a tropezar con la misma piedra, además no es como si echase tanto en falta su brazo derecho, siendo ambidiestro literalmente apenas y notaba la diferencia en su día a día, pero ahora y apretando la mano derecha como no había hecho en mucho tiempo y tomándole peso a esta simple acción, el Uchiha no supo que sentir realmente al hacerlo, no es como si echase en falta tener ambos brazos porque la verdad es que no, hasta hoy no había llegado a pensar en eso pero no iba a negar que si sentía algo extraño al volver a tener ambos y eso incluso Sakura—quien prefería no emitir ninguna clase de opinión—podía verlo con claridad, esbozando una ligera sonrisa y sin perder detalle alguno de su rostro y sus expresiones, esta vez pudiendo leer lo que rondaba por su mente como si de un libro abierto se tratase, porque lo conocía mejor que nadie. El silencio tan siquiera duro una fracción de segundo antes de que la puerta del aula se abriese permitiendo el ingreso de Naruto y Hinata que se sonreían entre si al reparar en el silencio reinante así como en la presencia de Sasuke y Sakura, nadie más, Hinata había temido que pudiesen llegar tarde y tuvieran que postergar su regreso a su tiempo hasta la primera instancia en solitario que tuviese, mas al parecer todo estaba saliendo en su favor, eso si es que realmente querían regresar en ese momento.

-¿Ves? Llegamos a tiempo— evidencio Naruto intercambiando una nueva sonrisa con Hinata que ingreso en el aula pegada a su lado. —¿No soy brillante?— pregunto en voz alta al ver a Sasuke y Sakura levantarse del escritorio en su encuentro. —Adelante, espero felicitaciones— alentó con fingida arrogancia.

-Si, si lo que digas— desestimo Sasuke, para nada de acuerdo con su parecer.

-La experiencia fue muy bonita pero ya va siendo hora de regresar, no quiero que Sarada este sola— menciono Sakura, solo pudiendo sentirse tranquila cuando Sasuke y ella regresasen a su tiempo.

-Tranquilos, no le pasara nada— sosegó el Uzumaki, permanentemente tranquilo para frustración de los Uchiha, —olvide mencionar ese detalle del jutsu; nuestra realidad permanece congelada mientras estemos aquí, como si todo se hubiera detenido— explico para hacer partícipes de su tranquilidad a sus amigos y a su esposa.

-¿Es decir que cuando regresemos parecerá que nunca nos fuimos?— inquirió la pelirosa tan solo para cerciorarse, pero sin lograr calmarse.

-Precisamente— asintió el rubio, cerrando sus ojos, confiado y triunfante.

-Que tranquilizador, confieso que ya empezaba a preocuparme por Boruto y Himawari— sonrió Hinata a su esposo, mucho más tranquila ante esta información.

-De todas formas ya tuvimos suficiente, Naruto, regrésanos— espeto el Uchiha, cansado de esta palabrería innecesario, tan determinado como Sakura a regresar a su tiempo.

No habían pedido viajar al pasado, solo para empezar, tan solo habían seguido lo que Naruto había dicho pero no con la idea de que en un parpadeo se encontraran en una cronológica que—al menos—algunos de ellos deseaban olvidar, porque si el pasado fuera tan fácil de cambiar Sasuke habría sido el primero en intentarlo y desde hace mucho, pero en lugar de ello prefería vivir el presente, ¿la utópica idea de vivir lo que una vez Sakura y él no habían podido vivir era atrayente? Claro, pero tenían un presente que resultaba mucho más valioso de nada de lo que pudiese existir en el mundo porque Sarada estaba en él como para permanecer ahí sin hacer nada más que perder el tiempo, valga la redundancia. Cruzando los brazos por sobre su pecho, Sakura aguardo a que Naruto tuviese algo que decir, una respuesta que dar o al menos una excusa porque ella estaba más que dispuesta a rebatirla al instante, no ansiaba nada más que regresar junto a su hija sin importar que hubieran transcurrido minutos o una hora en ese plano del pasado, para ambos Sarada era lo importante. Sintiendo como si la tensión en el ambiente llegaba a ser lo suficientemente palpable para cortarse con un kunai y en un solo movimiento, Hinata esbozo una ligera sonrisa, entrelazando distraídamente una de sus manos con la de Naruto, sin poder advertir como se sentía realmente ya que su esposo tenía una permanente expresión de desconcierto en el rostro, como si buscara profundamente en sus pensamientos sin éxito alguno, algo que Hinata no sabía bien como identificar, pero por lo que quería hacerle saber que estaba a su lado sin importar lo que pasara.

-¿Cómo regresamos, Naruto?— pregunto Hinata con voz serena, encontrando su mirada con la de su esposo.

-Pues…— intento contestar el Uzumaki, dejando el resto de las palabras inconclusas, porque no sabía que decir.

-No sabes cómo regresarnos, ¿verdad?— pregunto Sasuke, comenzando a entender el meollo del asunto.

-Bueno, en teoría solo aprendí el funcionamiento del pergamino para traernos, no para regresar— se defendió el rubio para no ser agredido, mas percibiendo la ira de Sakura quien bajo la mirada, —todo fue accidental, no vinimos aquí con una estrategia clara—aclaro en espera de que eso sosegara a la Uchiha. —Vean el lado bueno, podemos disfrutar la experiencia— sugirió con una de sus características sonrisas a modo de aliento.

-Escúchame bien— advirtió Sakura para silenciar al Uzumaki, sujetándolo por el cuello de la chaqueta, amedrentándolo al instante, —no vamos ni podemos quedarnos en el pasado, tenemos hijos que están veinte años más lejos— recordó apretando los dientes al decir eso último, más que dispuesta a golpear a quien era el Séptimo Hokage.

-Yo…— titubeo Naruto, intentando pensar en algo para evitar que ella lo golpease.

Era un completo tonto pero se le había pasado ese pequeño detalle…¿Cómo no estar infinitamente emocionado por revivir la vida que sentía Hinata y él merecían haber vivido pero esta vez sin que él la lastimase inconscientemente? Sabia o al menos quería creer que Sasuke sentía lo mismo que él al estar en el pasado, solo que se contenía en demasía—como de costumbre—para no demostrarlo en ningún momento, eso y que por ahora estaban atrapados en el pasado y sin poder regresar a su presente pero con la ventaja de que su realidad permanecería estancada y detenida como si ellos jamás se hubiesen ido, en cierto modo podían despreocuparse, ¿verdad? Casi viendo rojo literalmente, todo lo que Sakura hizo fue apretar fuertemente su mano alrededor del cuello de la chaqueta de su tonto amigo y Hokage rubio, pensando en alguna forma de matarlo sin tener que pagar por cualquier posible consecuencias, ¡estaba a 20 años de distancia de su hija! No iba a quedarse ahí sin hacer nada, debía existir alguna forma de regresar a su tiempo y Naruto debía encontrarla, al fin y al cabo él los había traído a todos. Toda posible respuesta de parte de Naruto quedo en el aire en cuanto los cuatro percibieron el eco de pasos y conversaciones provenientes del exterior y que no hacían sino acercarse con el pasar de los segundos, tal y como Naruto había dicho anteriormente—aunque no quisiera recordarlo—no eran meros espectadores en ese plano y si querían encontrar una forma de regresar a su tiempo primero debían ser capaces de adaptarse a la realidad.

-La discusión se posterga hasta que podamos volver a hablar a solas— determino Sasuke sin pedir la opinión de nadie y sabiendo que nadie se opondría, principalmente Sakura que asintió sin más remedio, —no colmes mi paciencia, perdedor— advirtió reemplazando el agarre de Sakura alrededor del cuello del Uzumaki y recordándole que él tampoco deseaba estar ahí, helándole la sangre.

Dicho esto y regresando a su lugar, sentado delante del escritorio en compañía de Sakura que lucho por mantenerse serna y contener su ira, bufando de forma silente para sí, Sasuke y ella fingieron a la perfección que no sucedía absolutamente nada entre tanto Naruto intercalaba su mirada de lado a lado del aula sin saber qué hacer, siendo acompañado por Hinata que lo guió hasta hacer que se sentara a su lado en otra de las mesas al momento en que la puerta del aula se abrió y otros Genin ingresaron sin advertir nada extraño. Tenían que salir de ahí y cuanto antes, tenían que regresar a su tiempo…


PD: Saludos mis amores y feliz navidad para todos ustedes :3 este es el primer regalo de navidad que tengo para ustedes pero no será el único ya que el siguiente fic se publicara desde aquí al 31 de Diciembre, prometido :3 he leído muchas historias de viajes en el tiempo dentro de la temática de Naruto, algunas mas descabelladas que otras y por lo que decidí escribir la propia, esperando que lo que presento sea de su agrado porque, como siempre, valoro mucho la opinión que ustedes tengan que darme :3 esta historia esta dedicada a mi querida amiga y lectora DULCECITO311 (dedicándole cada una de mis historias como siempre y deseándole una feliz navidad a ella y todos los suyos) a Guest(por ser la primera persona en aprobar la nueva historia, agradeciendo su apoyo y deseándole una feliz navidad),y a todos que siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul"), como algunas ya habrán notado por mis historias "El Sentir de un Uchiha" y "El Clan Uchiha", también tengo la intención de explicar el porque de determinados acontecimientos, explicando sus motivaciones y auténticos sentimientos, como yo creo o siento que sucedieron, por lo mismo tengo la idea—si ustedes lo aprueban—de iniciar un fic llamado "El Origen del Clan Uchiha" centrado en el padre de todos los Uchiha; Indra Otsutsuki, porque considero que también merece su propia historia, si ustedes están de acuerdo, claro :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3