Era la noche de navidad y, en las casas de nuestros mestizos favoritos, mientras que algunos la esperaban de una forma, otros la esperaban de un un modo totalmente diferente.

Mientras que la familia Jackson-Chase, la familia Grace o la familia Valdez cenaban tranquilamente, con sus pequeños esperando ansiosos la llegada de Santa, en la casa de la familia Zhang...

- ¿¡COMO SE TE OCURRE TRANSFORMARTE EN UN RENO Y SALTAR DEL TEJADO!? - La voz de la matriarca de la casa denotaba claro enojo y preocupación dirigido a su hija - ¡PUDISTE HACERTE DAÑO!

- Perdón mami - murmuró con un hilo de voz Emily a su madre - pero quería comprobar si los renos pueden volar, el tío Percy me dijo que el trineo de Santa es jalado por renos.

Ante tales palabras cargadas de inocencia infantil, así como de arrepentimiento por su mala acción sumadas a los mortales ojitos de foca bebé, enseñados por su padrino y replicados a la perfección por su hija, Hazel solamente pudo ceder un poco y acariciar la cabeza de Emily con una sonrisa tranquilizadora.

- Esta bien cariño, tienes suerte de que no haya sucedido nada grave, pero por favor no vuelvas a hacer algo así de peligroso, si? -

Como única respuesta la niña, que poseía la piel morena de su madre, la abrazó con fuerza, muy contenta de que Hazel no estuviese molesta con ella.

- Ahora vete a dormir, Santa no vendrá hasta que estés durmiendo - le urgió la mayor a su niña, sonriendo dulcemente al verla subir las escaleras en su pijama de osito panda.

- No puedo creer que haya intentado algo como eso - le dijo incredula a su marido, el cuál había observado todo desde la puerta de la sala sin decir nada hasta ese momento.

- Ya Haz, tranquila, por suerte no le sucedió nada - trató de tranquilizarla él - anda, ve a dormir y yo me encargaré de colocar los regalos bajo el árbol - le instó el chino-canadiense.

Su esposa, cediendo a las palabras de Frank, asintió y se marchó a su alcoba, no sin antes depositar un beso en los labios de su marido.

Poco después, mientras dejaba los regalos bajo el pequeño pino de navidad, Frank Zhang se juró por el Río Estigio llevarse a la tumba el secreto de que, en su primera navidad tras descubrir su don, él había intentado lo mismo que su pequeña hija, transformandose en un reno y saltando desde el techo de la cabaña de Ares mientras sus hermanastros griegos lo vitoreaban en un compartido estado de ebriedad.

Como dice el dicho, de tal palo tal astilla, no?