Disclaimer: Naruto no me pertenece.

En todo lo que había vivido, había algo que realmente quería tener en lo más profundo de su corazón. Una familia.

Desde que tenía memoria siempre atesoro tener una. Viendo como otros niños iban acompañados de un padre y de una madre.

Sin embargo, aun en el peor de los escenarios, pudo conocerlos. A Minato y a Kushina.

El poder hablar con ellos se volvió el mejor momento de su vida. Su padre, el cuarto Hokage, un hombre respetado y fuerte, siendo un reflejo de lo que quería ser en un futuro. Y su madre, una mujer muy hermosa, con un precioso cabello rojo, fue bastante sorprendente para Naruto que una mujer tan sexy era su madre.

Ahora mismo, el Uzumaki estaba preparándose para dormir. Se había lavado los dientes y puesto su pijama.

Había sido un día agotador de entrenamiento. Lo único que quería era descansar, y poder soñar.

Cerró los ojos, consolidando el sueño.

-Naruto, Naruto- decía una voz queriendo despertarlo- Despierta.

-Emmm… 5 minutos más- decía el rubio queriendo descansar.

-Vamos, a mamá no le gustara que sigas durmiendo y que de enfríe tu desayuno- decía la voz.

Rápidamente Naruto se levantó, saliendo de su cama.

-Buenos días, Naruto- decía Minato.

-Buenos días- decía Naruto- papá- decía sonriendo.

-Vamos a desayunar- decía Minato, dirigiéndose a la cocina junto a su hijo.

La mesa estaba abundante de comida caliente, lista para ser consumida.

-Buenos días mamá- decía Naruto sentándose en la silla.

-Buenos días, Naruto, Minato- decía Kushina, usando una playera naranja cubierta por un delantal de cocina celeste- Apresúrense, el desayuno se enfriará.

Los tres se sentaron a comer, juntos.

Naruto comía la deliciosa comida que su madre había preparado.

-Está delicioso- decía Naruto.

-Me alegro- decía Kushina sonriendo- Cariño, ¿No se te está haciendo tarde?- le preguntaba a su marido.

-¡Tienes razón!- decía comiendo rápidamente- Adiós Naruto- decía acariciando la cabeza de su hijo- Adiós Kushina- decía besando a su esposa mientras se colocaba su abrigo blanco- Nos vemos en la tarde.

Minato salió de la casa para cumplir sus deberes como Hokage.

-¿Tienes algo que hacer hoy Naruto?- preguntaba la pelirroja a su hijo.

-No- respondía el rubio joven- Hoy me quedaré en casa.

Kushina sonrió.

Los dos terminaron de comer. La pelirroja retiró los platos de la mesa para lavarlos.

Naruto seguía sentado en la mesa. Desde su lugar podía apreciar a su madre lavando los platos, notando el gran culo que tenía la pelirroja.

El joven Uzumaki se acercó donde su madre, posicionándose detrás de Kushina.

Puso sus manos en las caderas de la mujer, acercando su pelvis al culo de su madre.

-Ahh!- gimió Kushina mientras seguía lavando la loza.

Naruto empezó a frotar su entrepierna con el culo de su madre cubierto aún por ropa.

-Ahhh!- gemía la Uzumaki mientras secaba un plato.

El miembro de Naruto comenzaba a ponerse más y más duro cada que lo frotaba con el enorme culo de la pelirroja.

Kushina seguía como si nada, lavando mientras su hijo usaba su culo para estimular su verga.

Naruto le bajó sus pantalones negros junto a sus bragas blancas, dejando al descubierto los dos agujeros de la madura.

El joven Uzumaki liberó su miembro, dejándolo en contacto con el culo de su madre, esta vez sin la intromisión de la ropa de por medio.

-Aah!- gemía Kushina mientras seguía con su labor de ama de casa.

El rubio alineó su verga con la entrada vaginal de su pelirroja madre y lentamente comenzó a introducirlo en ella.

-Aaah! Naruto~- gemía la madura.

-Mami~- decía el rubio presente.

Naruto metió por completo su miembro dentro de su madre, se sentía bastante bien, era cálido en su interior.

El rubio comenzó a moverse contra la intimidad de su madre.

-Ahhh!- gemía Kushina.

El rostro de la madura iba tornándose rojo al igual que su cabello. Su vagina de Kushina se humedece cada vez que su hijo metía y sacaba su pene dentro de ella.

Kushina había terminado de lavar la loza, sin embargo Naruto continuaba penetrando su intimidad en esa posición.

El chico embestía con más fuerza a su madre.

-Ahhh!- gemía la pelirroja.

Mira hacia atrás, viendo como su hija le sonreía lascivamente mientras se acercaba a su rostro para besarla.

Naruto irrumpió en la boca de su madre usando su lengua para buscar la de ella.

Ambas lenguas comenzaron a jugar entre sí mientras el joven Uzumaki acercaba más el culo de su mamá a su entrepierna.

-Mmm!- gemía la madura todavía besando a su hijo.

Se separaron por la falta de aire.

Por toda la casa se escuchaban los gemidos de Kushina, además del choque de la pelvis de Naruto contra el culo de su madre.

Se sentía bastante cálido en el interior de su madre, muy cómodo y agradable para su pene.

La mujer pelirroja se afirmaba del lavaplatos, dejándose penetrar por Naruto.

-Ahhh!- gemía Kushina.

Naruto comenzó a moverse más y más rápido, quería correrse pronto dentro de su mamá.

Kushina se mordía el labio inferior, con una expresión lasciva en el rostro.

Las embestidas del rubio hacían sonar muy fuerte el culo de la pelirroja.

-AHHH!- gemía la madura.

Naruto deposita su esperma dentro de su progenitora.

La mujer se aferraba del lavaplatos, dejando que su hijo llenará toda su vagina con su semen. Ya estando llena, cayó de rodillas al suelo, manchando con el semen que salía de su intimidad.

Naruto se acomoda el pantalón de pijama y se va a su cuarto a cambiarse, dejando a su madre en la cocina.

Kushina se levanta y se acomoda la ropa para continuar con sus actividades domésticas.

Cuando iba a tomar la escoba para barrer la casa, apareció Naruto ya vestido, tomándola de la muñeca y llevándola al sofá del living.

Allí, el joven Uzumaki desvistió a su madre mientras le daba un apasionado beso.

La pelirroja quedó sentada en el sofá, completamente desnuda, mientras el rubio permanecía con toda su ropa.

El Uzumaki sacó su pene de su pantalón, y sin previo aviso, penetró otra vez la vagina de su mamá.

-Ahhh!- gemía Kushina.

La madura se limitaba a cerrar los ojos y a gemir, mientras su rostro otra vez iba adquiriendo una tonalidad roja como su pelo.

Naruto metía y sacaba su miembro de la intimidad de Kushina como si no hubiera mañana, a su vez que manoseaba los grandes senos de la pelirroja.

-Ahhh!- volvía a gemir la madura.

El rubio sonrió contento de poder estar así con su mamá. La intimidad de Kushina estaba muy húmeda, el miembro del joven Uzumaki podía entrar y salir con mucha facilidad, lo que hacía aumentar las embestidas a su cuerpo.

Naruto cambió de posición sin sacar su pene de la intimidad de su madre, mientras se libraba de sus pantalones.

Ahora el estaba sentado en el sofá, con la pelirroja encima de él, dándole la espalda. La tenía sujetada de los muslos, con su pene aún erecto y dentro de la intimidad de la madura.

Kushina no respondía, permanecía con una actitud sumisa ante la lujuria del rubio menor.

-Naruto~- gemía el nombre de su hijo.

El rubio movía su pelvis con mayor rapidez, tener el peso de su mamá encima de él lo tenía excitado. Su mente solo podía pensar en lo genial que era tener sexo con Kushina.

-AHHH!- gimió Kushina.

Sin avisar, Naruto volvió a correrse dentro de Kushina. La mujer respiraba entrecortada, sintiendo como su interior se sentía tan cálido.

Toc toc toc

Kushina se exaltó al escuchar que tocaban la puerta principal. Caminó con un poco de lentitud para atender a la puerta. Cuando estaba en enfrente de ella, se percató de que estaba desnuda y que había ensuciado el piso con el semen que salía de su vagina.

Abrió sólo un poco la puerta para asomar solamente su cabeza.

Era un repartidor que tenía un paquete que ella había encargado hace unos días.

-Buenos días señora- decía el repartidor.

-Buen...Ahhh!- gimió Kushina de repente.

Naruto estaba detrás de ella, otra vez listo para otra ronda de sexo

-¿Se encuentra bien?- preguntaba el señor.

-S...sí, estoy… bien- decía con dificultad la Uzumaki, mientras Naruto se movía de adentro hacia afuera de su intimidad y ella se afirmaba del marco de la puerta.

-Bien, necesito su firma para que le entregué el paquete- decía pasándole a la pelirroja una hoja para que firmase.

-Es...está bien- decía tomando la hoja.

Las manos le temblaban por la intromisión de Naruto en su interior. Si firma le quedó más o menos.

-Aquí está su paquete- decía entregando una caja mediana a la madura.

-G...gracias… -decía mientras recibía con dificultad el paquete- Ahhh...adiós- decía Kushina escondiendo su gemido con su rostro rojo de la vergüenza.

En el momento en que cerró la puerta, el rubio rápidamente se abalanzó contra su madre, dejando caer el paquete.

La madura estaba de espaldas a la puerta, con su hijo besándola.

Las lenguas de los dos se juntaron y empezaron a combatir por el poder, siendo la del rubio la que ganó el combate.

Le levantó una pierna a su madre mientras seguía penetrando su vagina, la cual estaba muy húmeda.

-Mmm!- gemía Kushina.

Naruto dejo de besar a su madre para pasar a chupar sus pezones.

-Ahhh!- gemía la matriarca Uzumaki.

Todo su cuerpo estaba siendo utilizado por el rubio, sus labios, sus pechos, sus muslos y su vagina.

El cuerpo de Naruto estaba muy pegado al de la madura. Su pelvis se movía como loca.

-AHHH!- gemía Kushina siendo llenada por Naruto otra vez.

Madre e hijo se volvieron a separar. Kushina tenía la respiración entrecortada, cayó sentada al suelo, apoyando su espalda en la puerta.

Kushina se levantó, dirigiéndose a la habitación de ella y Minato para hacer la cama.

Sacudió las sábanas y acomodó los cojines, terminó de hacer la cama marital.

-Ahhh!- gimió de sorpresa cuando Naruto la abrazó por detrás.

El rubio se inclinó hacia adelante, cayendo él y Kushina encima de la cama, con Naruto arriba y Kushina abajo.

Se apartó un poco de su madre, quién se estaba incorporando, quedando en posición de perrito.

-Ahhh! Naruto!- gemía la pelirroja.

Otra vez Naruto la había penetrado.

Los brazos le temblaban, por lo que la parte superior del cuerpo de Kushina se desplomó en la cama, con el culo todavía levantado y siendo follado por su hijo.

No podía hacerle frente al joven rubio. Su vagina ya estaba llena con todo el semen de Naruto, además de estar muy caliente por todo el vaivén que el Uzumaki estaba haciendo.

Su rostro ya comenzaba a reflejar disfrute. En sus labios se dibujaba una lasciva sonrisa que contrastaba con el tierno sonrojo que tenía en el rostro.

Naruto se estaba volviendo más y más adicto al cuerpo de su madre, todo de ella era tan ardiente y excitante, que simplemente no podía controlar sus impulsos.

Además el tener sexo con su madre en la cama en la que ella duerme con su padre lo excitaba aún más.

-Ahhh!- gemía Kushina.

Los gemidos de la madura eran acompañados con el sonido que generaba la pelvis de Naruto chocando con el culo de Kushina.

El interior de la vagina de la pelirroja estaba sumamente húmedo, el pene de Naruto podía entrar y salir con mucha facilidad.

El Uzumaki aumentó la fuerza de sus estocadas.

-Mami!- gemía el hijo de Minato mientras se volvía a correr.

-AHHH!-gemía la Uzumaki.

Cayó rendida en la cama, con su hijo cayendo encima suyo mientras deposita semen en su vagina.

-Naruto- decía Kushina mientras suspiraba de cansancio.

-Mami- decía Naruto.

La madura se levantó con cuidado, dirigiéndose al living, dejando a Naruto en la cama matrimonial. Todavía tenía tareas domésticas que cumplir.

Se paseaba desnuda por la casa. Iba a lustrar los muebles del living.

Tomó un trapo y empezó a lustrar la mesa de centro. Haciendo círculos con el trapo, dejándola brillosa.

-Mami~- decía Naruto detrás de ella.

-Naruto...Ahhh!- gemía Kushina.

El Uzumaki se agarró de las caderas de su madre, comenzando a embestir otra vez la intimidad de esta.

Kushina se apoyaba de la mesa mientras su hijo seguía penetrándola.

Dejó de tomarla por la cintura para poder agarrarle los pechos.

-Ahhh!- gemía Kushina.

Su hijo jugaba con sus pezones, a su vez que masajeaba sus senos. No eran tan grandes como los de Tsunade, pero tenían su encanto.

Su intimidad estaba que ardía, no estaba acostumbrada a tantas sesiones de sexo.

-Ahhh!- gemía de sorpresa la pelirroja.

Naruto la tomó de los hombros y comenzó a moverse junto a ella, sin salirse de su intimidad, rumbo a la cocina.

Con algo de torpeza, la pareja incestuosa llegó a la cocina. Allí, el Uzumaki se colocó cerca del refrigerador, apoyando a su madre en un mueble cercano, a la vez que agarraba una manzana cercana para comérsela.

Levantó la pierna derecha de su madre y la apoyó en el mueble, mientras comenzaba a embestirla con más y más rapidez.

Kushina no tenía noción del tiempo, de cuánto tiempo llevaban fornicando.

Sólo podía sentir cómo su intimidad se encontraba tan sensible y Naruto no detenía su ataque a ella.

-AHHH!- volvió a gemir.

El semen caía al suelo, ensuciándolo. Los restos de manzana también cayeron al piso.

La pelirroja ya no le importaba si la casa estaba manchada con el esperma de Naruto. Si limpiaba, volverían a tener sexo, generando un ciclo infinito de trabajo perdido.

Una cosa era segura y es que sus piernas ya le pesaban mucho. Con dificultad podía permanecer de pie.

-Ahhh!- gemía otra vez de sorpresa Kushina.

Naruto la cargó como una princesa, dirigiéndose otra vez al living.

Dejó a su madre gentilmente en el suelo, mientras se acomodaba al lado de ella.

Kushina estaba realmente asombrada de la inhumana resistencia que tenía su hijo en el sexo.

Naruto agarró su miembro erecto y lo alineó en el ano de su madre.

-Ni… se te ocurra...Ahhhh!- Naruto hizo caso omiso.

-Que… apretado!- decía el rubio.

Su pene iba entrando de a poco dentro de su ano, que estaba apretando mucho el miembro del Uzumaki.

Lo bueno era que el pene de Naruto estaba cubierto por sus fluidos y los de Kushina, ayudando un poco en la lubricación.

Ya tenía metido por completo su miembro dentro del culo de la pelirroja.

-Ahhh!- gemía Kushina.

Su hijo ya comenzó a moverse, dilatando más y más su agujero anal.

Era para ambos la primera vez que practicaban sexo anal. Kushina no sabía si estar orgullosa o no, de que su hijo haya sido el primero, cosa que a este punto ya no tenía peso moral.

Naruto se sentía súper bien. El ano de su madre se sentía tan bien como su vagina.

-Naruto!- gemía la pelirroja.

El rubio comenzó a notar cómo Kushina se sentía incómoda en el suelo, por lo que decidió moverla otra vez, sin salirse de su culo.

La tomó de los muslos y la cargó hacia el sofá. Allí la acostó de espaldas, todavía conectados por el ano de ella.

Kushina levantó sus piernas y las apoyó en los hombros de su hijo.

Naruto y Kushina se miraron a los ojos y sonrieron. El joven se movía contra el cuerpo de su madre, dando las embestidas finales antes de correrse en su culo.

-AHHH!- gemía Kushina.

El rubio se tumbó encima de su madre, que le dio un gran abrazo.

-Parece que no desperdiciaron el día- decía una voz enfrente de ellos.

-M...Minato!- decía asombrada Kushina al ver a su marido en la casa.

El cuarto Hokage miraba con asombro como varias partes del suelo de la casa estaban manchadas.

-Veo que trataste bien a tu madre- le decía Minato a su hijo.

-Ni te imaginas- decía Naruto rascándose la cabeza mientras sonreía.

-Bueno- decía el rubio mayor mientras se quitaba el abrigo blanco y se bajaba los pantalones-¿Qué tal si tenemos un momento íntimo en familia?

-Está bien!- decía Naruto entusiasmado.

Minato acercó su gran pene a la boca de su esposa para que lo chupe.

-Mmm!- gemía Kushina.

-Eres muy impaciente- decía Minato viendo como su hijo metió su miembro en la vagina de Kushina- Trata de tomarlo con calma- decía mientras tomaba la cabeza de Kushina para controlar el ritmo de la mamada.

Kushina estaba sometida, solo le quedaba dejarse llevar sobre las acciones de sus rubios.

En su situación podía ver como ambos eran muy diferentes a la hora del sexo. Naruto era impulsivo, impaciente y brusco, mientras que Minato era calmado, firme y tenía más experiencia.

-Mmm!- gimió cuando su marido metió por completo su pene en su garganta.

Los testículos del rubio chocaban con la barbilla de la pelirroja. Minato sabía cómo tratarla para que se la chupe de maravilla.

-Mmm!- volvía a gemir, esta vez por las embestidas de su amado hijo.

Naruto le separó las piernas y embestía como un desesperado.

-MMM!- gimió cuando los rubios se corrieron.

Su garganta se llenaba con el semen de su marido, mientras su vagina se volvía a llenar con el semen de su hijo.

-Es hora de un ataque doble-Minato le decía al oído a su hijo mientras se sentaba al lado de Kushina, con su pene todavía erecto.

La pelirroja se subió encima de su esposo, mirándose de frente. Tomó el pene del Namikaze y lo metió dentro de su húmeda vagina.

-Ahhh!- gemía Kushina mientras se sostenía de los hombros de su marido.

-¿Estas cansada querida?- decía en burla Minato, tratando de provocarla.

Kushina acercó su rostro al de su esposo con una sonrisa intimidante.

-¿Cansada yo?- decía la pelirroja- Solo observa.

La madura empezó a dar sentones sobre el duro miembro de Minato, quien sonreía al ver a su esposa tan activa.

-Que fácil de provocar- pensaba el Namikaze.

El cuarto Hokage también movía su pelvis, de arriba a abajo, haciendo un placentero vaivén con su amada esposa.

Kushina estaba en su coito, que se olvidaron de la presencia del otro rubio de la familia.

-Ahhh! Mierda!- gritaba Kushina al sentir el pene de su hijo entrar en su ano.

-Ahh!- gemía Naruto- que rico!

Inmediatamente empezó a moverse contra el ano de su mamá.

Ambos rubios tomaron a la matriarca de la familia por las caderas, mientras continuaban moviéndose contra los dos agujeros inferiores de la mujer.

-Ahhh!- gemía Kushina.

Se sentía sumamente llena, tanto su ano como su vagina. La doble penetración que le proporcionaban sus amados rubios era increíble, fuera de este mundo.

Esta vez no quería quedarse sin hacer nada, por lo que también comenzó a moverse.

Los tres integrantes de la familia Uzumaki estaban más unidos que nunca.

Naruto tenía una sonrisa de par en par, estaba muy contento.

-Si!- reaccionaba Naruto embistiendo el ano de Kushina.

Estaban a punto de llegar al clímax.

-Mamá… papá… los amo!- decía Naruto.

-Y...nosotros a ti- dijeron al unísono.

Naruto aceleró en sus movimientos, sus padres hicieron lo mismo.

-AHHH!- gimió Kushina.

Los dos rubios se corrieron en el ano y vagina de la pelirroja. La mujer arqueó la espalda debido a la gran carga de placer que recibió.

El joven rubio comenzó a respirar entrecortado, su vista se iba lentamente perdiendo.

-Naruto- escuchaba una voz- Naruto- volvió a escucharla.

Todo a su alrededor comenzaba a oscurecerse.

Fugazmente abrió los ojos mientras se levantaba de la cama.

-¿Un sueño?- pensaba el Uzumaki- Fue tan real...-pensó.

-Naruto- decía una voz detrás de él.

-Hinata- decía reconociendo la voz, dándose vuelta para ver a su amada Hyuga.

Inmediatamente vio como Hinata se sonrojaba de repente.

-¿Qué pasa?- preguntaba Naruto.

Hinata apuntó a la entrepierna del muchacho.

Él miró hacia abajo y se percató que tenía una gran erección. Por inercia se cubrió la entrepierna con un cojín.

La Hyuga se acercó al rubio tocándole la frente llena de sudor.

-¿Estás bien?- preguntaba preocupada la Hyuga.

-¿Eh?... SI, no te preocupes- decía el Uzumaki- Todo eso fue solo un sueño- pensaba.

-¿Lo fue?- decía una voz misteriosa.

Fin

Espero que les haya gustado.