El problema con los chicos inexpertos.

Asagiri Gen no es el hombre más listo, pero sí uno muy astuto.

Gen no era una enciclopedia andante como Senku, o tenía grandes habilidades físicas como Kohaku, pero sí podía jactarse de ser perspicaz, tener un amplio conocimiento de la psique humana, y muchos más conocimientos respecto a cómo engañarla, no por nada era un ilusionista tan bueno en la era moderna.

Para Gen sus conocimientos de la psique humana eran su arma más fuerte, lo habían sido incluso antes de la petrificación, por lo cual no era extraño para él que, aun cuando no era verdaderamente necesario, su mente trabajara mucho más rápido que la del resto, lo suficiente como para detectar esas señales tan sutiles presentes en todos los que lo rodean.

Y admitía que era una de las cosas más divertidas que podía hacer.

–Creo que he ganado la apuesta, Ryusui-chan –anunció Gen, aun mirando la escena frente a él.

–Creo que te estas adelantando, Asagiri Gen, estoy seguro de que aún no pierdo –comenta el más alto viendo la misma escena.

– ¿En verdad lo crees? – una sonrisa ladina se extendía por los labios del mentalista mientras miraba a los dos jóvenes frente a él.

Senku es un chico listo, eso no lo negaría nadie, ni siquiera él. Pero el científico a veces podía ser un poco –muy- emocionalmente estúpido. No pudo evitar reírse al recordar el "berrinche" que hizo el joven tras escuchar esas mismas palabras de los labios de la guerrera.

Estaba seguro de que la rubia no entendió muchas de sus palabras cuando le explicó las razones por las cuales una relación no se podría establecer entre ella y el científico. Y no, no tenía nada que ver con que el peliverde no correspondiera con sus sentimientos, muy por el contrario, era muy visible para todos la química que ese par de tortolos emanaba. Simplemente Senku era un chico inexperto cuando se trataba de emociones. Para ser más específico, sus propias emociones.

–Es más complicado de lo que crees, Kohaku-chan –había comenzado él esa noche. –Senku-chan no es emocionalmente estúpido solo porque sí –tomó la mueca escéptica en el rostro de la chica como una invitación para continuar. –Veras, usualmente se puede atribuir a que las personas inteligentes son menos propensas a mantener una relación afectuosa porque sobre-analizan todo –ella asintió –pero no es solo eso.

– ¿No? –ella parecía verdaderamente confundida por sus palabras.

–Quisiera que lo fuera, Kohaku–chan, pero nuestro Labo–chan es más complejo que eso –su sonrisa juguetona se agrandó al notar a la ingenua chica aún más interesada en sus palabras. –Hay cuatro puntos importantes por los cuales nuestro líder es un poco torpe en ese campo. Para empezar, no tiene una referencia previa. Por lo que Yuzuriha-chan mencionó, el círculo social de Senku–chan durante la era moderna era extremadamente pequeño, solo Taiju, su padre y posteriormente ella; nunca tuvo una novia y él no parecía muy interesado, tal vez por sus estándares demasiado altos –el entrecejo de la ojiazul se frunció ante sus palabras –Oh, no te preocupes, Kohaku–chan, estoy seguro de que tu cumples con sus altos estándares –comentó con un guiño.

–Eso no me importa –murmuró ella enfurruñada, sin embargo, él estaba seguro de que una de sus preocupaciones había sido empujada de sus hombros.

–Nadie dijo eso, Kohaku-chan, solo era un comentario –después de ver como la calma parece regresar a la guerrera Gen continua. -Otra de las razones: conciencia. Senku–chan es demasiado consciente de su entorno, de los problemas en los que se encuentra actualmente, de su responsabilidad por regresar al mundo a la era moderna. us niveles de estrés deben estar por los cielos, por lo que su aislamiento de las emociones es muy natural ¿porque darle valor a algo trivial, finito y mundano? Te aseguro que eso ha pasado un par de veces por su mente con sus crecientes sentimientos por ti, Kohaku–chan. –La chica asintió, aunque dubitativa, y aun cuando lo más probable era que ella no estuviera entendiendo mucho de lo que decía, Gen continuó –Otro punto importante es "la parálisis por el análisis"; a veces nuestro querido científico olvida que la solución a los problemas es la más fácil, él tiene un montón de soluciones y posibles caminos para hacer las todo, pero algunas cosas son más sencillas de lo que parecen –Kohaku asiente firmemente a sus palabras. Eso sí era algo que ella podía entender, razonó el mentalista. –Bueno, después seguimos por la filosofía de nuestro chico. Él mismo ha declarado que "un cerebro enamorado es lo más problemático que existe", bueno, es irónico que él haya caído en un dilema como este, y eso puede llegar a frustrarlo, más de lo que nos imaginamos –la mueca en el rostro de la rubia volvió a hacerse presente.

–No entiendo… – admitió derrotada después de unos segundos de silencio. –Entonces… ¿Senku no dará su brazo a torcer con esto? –ella se escuchaba más desilusionada ante la idea de lo que él había imaginado.

–No digo eso, Kohaku–chan. De hecho, solo necesitamos hacer que Senku–chan se dé cuenta de que lo mejor es dejar que "las cosas sean lo que son", y creo que tú eres la mejor opción para eso –el rojo que se esparció por las mejillas de la chica fue algo de lo más divertido.

Tal vez este par de verdad necesitaba ayuda.

Y bueno, Gen no mentía cuando le explico a Kohaku como funcionaba el peliverde, de verdad que no lo hacía, y sabía que todas sus palabras eran ciertas cuando veía a los tortolos conversar animadamente en la proa del barco, mientras todos jugaban en el casino y muchos más ya estaban en los camarotes, durmiendo. No era de extrañar que ellos decidieran seguir con su momento especial justo ahí, donde nadie los molestara -o espiara, pensó malévolamente-, con la mujercita riendo estruendosamente y dándole al chico un golpe que él no definiría como particularmente suave cuando vio al científico hacer una mueca de dolor y dirigir su mano rápidamente a su brazo en un intento por aliviarlo. La chica pareció ser consciente de esto rápidamente, luciendo apenada y francamente mortificada mientras se disculpaba y aseguraba de no haber herido de gravedad al frágil jefe de la aldea.

–Bueno, debo señalar que mi progreso con ellos es bastante favorable, Ryusui–chan, así que creo que he ganado algo de mérito –la sonrisa que se extendía por sus labios se agrandó cuando recibió un gran fajo de dragos de un molesto capitán

Senku era un chico listo, Kohaku una chica ingenua, pero ellos parecían fluir mejor de lo que esperaban. Si bien no había muestras de afecto como besos, caricias o manos entrelazadas, sí había palabras, sonrisas y miradas, pequeñas y discretas, que mostraban cierta complicidad entre ellos. Gen no pudo evitar reír al compararlos con un par de adolescentes en pleno coqueteo.

–Así que… ¿ya podemos decir que son novios, Senku–chan? –el aludido frunció el ceño ante sus palabras. Porque, aunque Gen era consciente de lo difícil que debía de ser todo esto para el más joven, no podía perder la oportunidad de picarlo un poco. ¡Vamos! Nadie lo culparía, era aburrido permanecer tanto tiempo en un barco y sin nada mejor que hacer.

– ¿Novios? –antes de que el científico pudiera salir con alguno de sus ácidos comentarios, la rubia mostró genuina curiosidad por la palabra. La guerrera más fuerte podía ser una chica muy ingenua algunas veces.

–Oh… ¿No sabes que es un noviazgo, Kohaku–chan? –el mentalista no se sorprendió cuando la chica no fue la única confundida; Chrome–chan y Suika–chan también se notaban perdidos con el término.

– ¿Qué es eso, Senku? –Chrome parecía muy interesado por cual sea la explicación, y esto no podría hacer reír aún más al ilusionista pues el científico no se veía muy contento por esta conversación.

–No se trata de nada científico –gruñó como respuesta mientras hurgaba en su oído, como era su costumbre cuando un tema no resultaba de su agrado.

– ¿Entonces qué es? –La sonrisa en los labios de Gen se agrandó. Sí había una persona de la que Senku no podía escapar, aparte de Kohaku, era la pequeña niña sandía.

–Un noviazgo es una relación amorosa entre dos personas, antiguamente con un inminente interés para casarse, en la última década de la era moderna sólo servía para desarrollar una relación más allá de la amistad, pero no necesariamente con un compromiso –explicó antes de girarse y seguir con sus planos. –No es algo realmente complicado.

Nadie preguntó más al respecto. Chrome pareció haber perdido la fascinación por el asunto después de la breve explicación del líder al igual que Kohaku, aunque Gen aun podía ver los engranajes moviéndose dentro de esa cabecita rubia.

– ¿Senku y Kohaku tienen esa clase de relación? –Suika rompió el silencio con esa pregunta y unos enormes ojos llenos de duda.

– ¡¿Que?! ¡¿Senku y Kohaku?! –el grito del castaño pareció ser la gota que derramó el vaso que era la paciencia del peliverde haciéndolo rodar los ojos.

–No somos novios –gruñó. –Y sí ya dejaste de perder el tiempo con eso, ¿podemos continuar con estos planos? – Chrome asintió furiosamente, centrando toda su atención en lo que Senku explicaba, y bueno, Gen asumió que ese era el fin de la conversación.

–Entonces… ¿Senku y Kohaku no se casarán? –Suika pregunta en un susurro lo suficiente bajo como para evitar que llegue hasta donde el chico y el castaño trabajan, robándole una risa.

Fue más tarde ese mismo día que Gen escuchó la conversación que los chicos mantenían mientras que el resto dormía o se mantenían alejados del laboratorio por temor a ser explotados a esas horas de la noche. No tenía un oído tan agudo como Ukyo–chan, sin embargo, con el silencio que gobernaba el barco no era muy difícil escucharlo. Una mueca se formó en su rostro al saber que su visión de la escena no es posible, o al menos eso pensó antes de recordar el pequeño espejo que guardaba entre sus ropas. Bueno, Asagiri Gen siempre tenía un as bajo la manga.

–No deberías exigirte tanto, Senku –regañó Kohaku, deslizando sus manos por sus hombros en un masaje que más que liberar el estrés parecía un intento de reconfortarlo bajo sus caricias.

–No creo que seas quién para hablar, Leona –la sonrisa en su rostro desapareció ante la presión nada ligera que recibió como reprimenda por el apodo. –No puedes negar que tengo razón –argumentó mientras que ella solo lo ignoró –En mi caso, no es algo que no pueda solucionarse con un par de horas de sueño, pero no puedo permitir que seas una idiota inconsciente y disminuyas el poder de nuestro equipo de fuerza. – El puchero en el rostro de la chica pronto se desvaneció, dando paso a una mirada cálida. Sus manos, tan fuertes como pequeñas, se deslizaron por el pecho del chico hasta que al fin pudo descansar la barbilla en su hombro.

– ¿Qué es eso? –cuestionó en un susurro tan bajo que al mentalista le costó escucharlo.

–Bueno, estoy revisando algunos detalles para el cohete, había construido uno durante la secundaria, pero era pequeño y solo logró salir de la exosfera por poco –explicó sin despegar los ojos de sus planos y con el ceño levemente fruncido –Necesito ajustar muchos cálculos sí quiero que esto funcione, sumando el peso de los tripulantes, más todo el equipo, el peso mismo de la nave...

–No entiendo nada –murmuró ella, provocando una risa entre dientes del peliverde.

–Nunca entiendes ni un milímetro, leona –su respuesta más que hacer enfadar a la chica parecía divertirla igual.

Cualquiera podría pensar que la conversación había terminado, pero Asagiri Gen no era un espectador cualquiera, y él sabía que este silencio era solo el preámbulo de lo que había venido a buscar…

–Oye, Senku… –ella pareció un poco dubitativa de las palabras que saldrían de sus labios a continuación. Sin embargo sabía que ella lo diría. Kohaku no era una chica que le diera vueltas a las cosas que pasan por su mente, o al menos, no la mayoría de las veces.

– ¿En qué piensas? –la mirada carmesí continuaba pegada a los planos frente a él, sin embargo era notorio, por un sutil cambio en su expresión, que estaba interesado en lo que sea que estuviera por decir la chiquilla.

–Gen mencionó…

–Así que es eso –un suspiro lleno de resignación, probablemente Senku no estaba listo para esta conversación.

–Sí… realmente no entiendo a qué se refiere con noviazgo –la risa que escapó de los labios de Senku le ganó uno ligero golpe por parte de la chica.

– ¡No es un chiste! De verdad no entiendo.

Cuando la risa de Senku al fin se detuvo, decidió regresar a sus planos –No es nada complicado, leona, es una simple relación entre dos personas que buscan más que una amistad, pero sin el compromiso de casarse –explicó nuevamente, pero ella parecía en verdad confusa.

– ¿Y porque no casarse? –cuestiona inclinando la cabeza para mirar mejor al científico.

–A veces las personas no quieren una relación tan formal, a diferencia de en esta época los divorcios no resultaban algo fácil, así que la forma de ahorrarte todo eso era mantener un noviazgo; sí las cosas no funcionaban simplemente se terminaba y cada uno podía continuar con su vida.

– ¿Y por qué no continuar con una amistad?

–Bueno, hay ciertas ventajas de mantener un noviazgo –los orbes zafiro se encontraron con los carmesí, haciendo al chico volver a suspirar ante la pregunta implícita en los ojos de la rubia. –Veras, hay ciertas cosas que puedes hacer.

– ¿Como cuáles? –Senku se veía en verdad fastidiado con el tema, sin embargo la rubia claramente no pensaba dejar el tema atrás, ella parecía en verdad interesada. Y bueno, eso no hizo más que divertir al mentalista.

–Además de un sentido de pertenencia absurdo, pero de alguna forma reconfortante, muestras de afecto físicas como son los besos o el sexo –el rojo inunda el rostro de la mujercita, aunque no pareció lo suficiente escandalizada como para alejarse de Senku.

–Oh… Las personas de tu época sí que eran muy… diferentes a nosotros.

–En un mundo donde no tienes que preocuparte por sobrevivir todos los días, es normal que las personas se preocupen por cosas tan banales como esas.

El silencio continuó por un par de segundos, la luz de aquella vela jugaba con las sombras en el rostro del científico y la guerrera, mientras ambos se perdían en los números y diseños de ese papel.

– ¿Y tú tuviste alguna novia? –la pregunta sorprendió por un segundo al chico, Gen lo notó aun cuando la mueca en su rostro fue reemplazada rápidamente por un ceño fruncido.

–Nunca estuvo en mis planes – fue su rápida respuesta.

– ¿Nunca?

–Un cerebro enamorado…

–Es el problema más ilógico que existe –completó ella rodando los ojos mientras recibía el muy esperado "diez billones de puntos para ti, leona" –pero… me refiero a si nunca, en verdad, pensaste en ello.

–A riesgo de sonar como una clase de adolescente estúpidamente enamorado, no, esta es la primera vez que me cuestiono sobre el lugar que deberían tomar las cuestiones románticas en mi vida –comentó antes de escribir nuevos cálculos en el plano.

–También es… la primera vez que me sucede esto –murmuró ella, con una mirada tan cálida que cualquiera pensaría que sólo podría ser dedicada a su hermana o a Suika.

No, Asagiri Gen era muy observador, e incluso si no lo fuera, aquel brillo en la mirada azulina era muy diferente a lo que había visto hasta ahora, tan diferente que incluso el científico podía sentir el cambio en el ambiente, a tal grado que decidió dejar sus cálculos de lado por un momento y girar un poco el rostro, solo para ser detenido por una sensación suave y fugaz en su mejilla.

–No creí que fueses del tipo que se ablandaba con estas cosas, leona –y aun cuando la expresión de Senku parecía no haber cambiado, Gen lo notó; el tono bajo, cubierto de diversión y un poco de ese algo que habían ido construyendo, le demostró que incluso alguien tan listo como él no podía evitar ceder a los encantos de una chica tan ingenua como Kohaku.

–No soy como Ruri–nee pero me gusta esto.

Si esto fuese una especie de manga Shojo, Senku el protagonista con problemas emocionales y Kohaku la Manic Pixie Dream Girl de la historia, y este sería el momento perfecto para que un beso cargado de sentimientos sucediera, seguido de una confesión de sentimientos con argumentos absurdamente largos pero complacientes para los lectores, y por ultimo un enfoque a la hermosa luna sobre ellos que da a entender que este es solo el comienzo de una hermosa relación...

Pero este no era un manga shojo. Y Senku y Kohaku no eran precisamente inspiración para un drama. Por lo que lo único que hicieron después de eso fue mirar el plano, con Kohaku haciendo preguntas por aquí y por allá, mientras el científico intentaba explicarle todo en términos simples.

Gen era un hombre que no solía aburrirse tan fácilmente. Principalmente porque en su situación actual -entiéndase: recrear la antigua gloria del mundo desde cero- tener momentos de ocio resultaba un poco difícil, sumado a ello, los personajes con los que se había venido a topar en esta misión de rescatar a la humanidad eran por demás interesantes.

Pero si era fácil que uno se aburriera en un barco rodeado por kilómetros de mar y con aun muchas semanas más de viaje por delante. Los días estaban pasando demasiado lento, entre juntas con el resto de los generales del reino científico, pequeños inventos de Senku-chan y Chrome-chan, ayudar al viejo artesano y algunas noches de casino.

Mirar el avance del par de tortolitos acompañado por Ryusi-chan y Ukyo-chan -quien, a pesar de no estar interesado en apostar como el capitán y él, sí estaba interesado en observar las interacciones de los chicos- resultaba ser de lo más interesante.

Y no, seguía sin haber cosas románticas entre ellos, por lo que Gen creía que darles otro empujoncito en la dirección correcta no era tan mala idea, menos aun cuando éste era literal y causaba la reacción que apreciaba frente a él ahora: Una guerrera sonrojada, un científico con mirada agria, tres castaños en shock, una artesana escandalizada, un capitán riendo en el suelo y un rubio negando con la cabeza en una señal de clara desaprobación.

– ¿Podemos dejar de hacer un escándalo por esto?–gruñó Senku hurgando en su oído.

–C-Claro –Yuzuriha fue la primera en salir de su estupor seguida por un asentimiento por parte de todos.

–Bueno, no nos culparas por esto, Senku-chan. Ver a nuestro querido líder sobre la linda Kohaku-chan no era algo que tuviéramos en mente para el día de hoy – comentó alegremente, recibiendo una mirada claramente enfadada del peliverde. –Más de uno podría tenerte envidiar por estar cerca de los atributos de una hermosa mujer –pico nuevamente mientras veía el rojo aumentar en las facciones de la rubia.

-¡Eso fue un accidente! –Excusa la guerra en un grito rápido –además Senku no es un pervertido como ustedes.

-Eso queda en duda, Kohaku, aún no sabemos que pasa por esa mente tan ingeniosa pero hormonal. Estar cerca de los encantos de una mujer tan linda como tú, puede cobrarle factura a cualquiera.

-Habla por ti, quieres, de todos modos –desestimó Senku rápidamente –como iba diciendo, falta poco para que lleguemos a Norteamérica. Entre las primeras cosas que tenemos que hacer está encontrar el maíz; tengo algunas rutas planeadas para esto, aunque no hay nada concreto hasta que toquemos tierra…

La junta continuó, para gran frustración del mentalista, sin más percances, ningún comentario que él o el capitán dijeran parecía avispar al científico, tal vez el rostro de Kohaku adquiría ciertos tonos de rojo, pero solo eso, nada realmente memorable.

Al parecer un "accidente" que llevara al inteligente chico a caer sobre el escote de la guerrera no era una estrategia viable para su cometido.

Necesitaba un plan para que ese par avanzara rápido.

¡Necesitaban un beso para antes de que el barco llegara a Norteamérica!

–Así que… ¿alguien tiene algo en mente? –preguntó el capitán después de aquella reunión y solo quedando el arquero y ellos ahí.

No fue sorpresa para nadie cuando el más bajo negó desaprobando sus palabras –Deberían dejarlos estar, ellos tienen su propio ritmo.

– ¡De ninguna manera! – Ryusui fue el primero en rechazar la idea del arquero. –Senku y Kohaku necesitan un pequeño empujoncito.

–Uno muy grande –corrigió Gen con una gran sonrisa –Si los dejamos continuar a su ritmo tardaremos años en ver si quiera un beso entre ellos, ni hablar de pequeños guerreros de cabello extravagante.

– ¡Exacto! –apoyo chasqueando los dedos.

–Creo que se están adelantando demasiado.

–Vamos, Ukyo-chan, te aseguro que solo lo hacemos por su bien.

No fue sorpresa para Gen cuando un suspiro lleno de resignación escapó de los labios del más bajo, aceptando su derrota ante sus planes.

Gen no es un hombre que acepte su derrota, menos aun cuando ha usado sus mejores trucos para lograr su cometido y su avance parece nulo.

¿El mejor mentalista de la época moderna derrotado por dos adolescentes totalmente inexpertos en cuanto a temas amorosos? Bueno, tal vez fue un poco su culpa por subestimar a un chico listo y una chica ingenua.

Cada uno de sus planes falló rotundamente, cada intento de lograr un beso entre ese par parece no ser lo suficiente bueno. Era ridículo, había hecho uso de cada uno de sus conocimientos, agotado hasta el último de sus recursos, y no había estado ni cerca de un beso.

O eso pensó.

Es claro que no se rendiría hasta que última carta fuera puesta sobre la mesa.

– ¿Un… beso? –el rostro de la rubia se tiño de rojo mientras el significado de todo eso parecía comenzar a ganar eso en su mente.

– ¡Si! Como en los cuentos que Yuzuriha me ha contado –la atención de todos se desvió a la pequeña niña, quien dejó de lado su comida para comenzar a hacer énfasis en sus palabras con ademanes. –Siempre que el héroe salva a la princesa ellos se besan, y viven felices por siempre.

–Suika-chan, creo que malinterpretaste todo –Yuzuriha explica rápidamente con una sonrisa nerviosa –verás, en los cuentos las princesas besan a los héroes cuando estos las han salvado de algún peligro, porque están enamorados. Senku-kun y Kohaku-chan no son… esa clase de personas.

La niña pareció meditarlo un segundo, con uno de sus pequeños dedos descansando bajo su barbilla, hasta que una realización pareció haber sucedido – ¡Pero Kohaku ha salvado a Senku muchas veces! además de que ellos se conocieron así ¿no deberían besarse?

La risa estruendosa de Ryusui inundó todo el ambiente en tanto el rojo inundaba aún más la cara de la rubia mientras Senku hurgaba su oído con desinterés. –Suika, si siguiéramos ese racionamiento, ya habría besado a todos aquí –comentó antes de soplar la cerilla en su dedo.

–Bueno, pero no tienes interés por nadie aquí Senku-chan, o bueno, al menos por la mayoría –comentó él antes de tomar un poco más de jugo, recibiendo una mirada agria por parte del científico.

– ¿La mayoría?

–Lo siento, pequeña Suika-chan –antes de que Senku pudiera decir algo más él continuó –pero los cuentos de hadas son un poco más complicados en la vida real, algunas veces el héroe es demasiado torpe emocionalmente como para besar a la linda princesa.

La expresión en el rostro de Senku vale cada uno de sus intentos fallidos anteriormente. Bueno, casi. Gen no dejaría de intentar que ese beso sucediera antes de que el barco arribe.

Gen no tuvo que esperar mucho para ver su objetivo lograrse. Después de picar el orgullo del peliverde con ayuda los comentarios inocentes de la pequeña Suika, además de la expresión en el rostro de la guerrera durante todas esas conversaciones, él sabía que solo es cuestión de tiempo, la semilla ya estaba plantada, solo era cuestión de esperar a que echara raíces…

Aunque ninguno de ellos esperaba que sucediera tan pronto, dada la naturaleza reticente de Senku por el tema amoroso y la ingenuidad de Kohaku.

–Deberían rendirse con esto, mientras más los presionen es menos probable que ellos si quiera lo piensen –reprendía el arquero mientras caminaban hacia los camarotes después de varios días vigilando.

–Aun cuando tienes razón, Ukyo-chan, un poco de insistencia sutil no es nada malo –señaló con las manos cruzadas dentro de las mangas del abrigo.

–No creo que tus métodos sean sutiles.

–Solo una cuestión de perspectiva–la sonrisa en sus labios se hizo aún más grande.

Gen sabía que no había sido sutil al respecto, sin embargo, también sabía que aún no había rozado la línea de lo exasperante, solo… picó un poco al científico.

–Podríamos seguir intentando si… –las palabras del capitán se detuvieron justo cuando el arquero paró en seco.

¿Un posible ataque? La probabilidad le parecía absurda, pero…

La sorpresa inundó sus facciones cuando la primera imagen que obtuvo al registrar la proa del barco fue la del científico recargado en el borde, con una guerrera rubia a su lado que mantiene toda su atención fija en él y que sostiene una gran sonrisa.

– ¿De que estarán hablando? –murmura el capitán mientras los tres se escondían en tras el muro más cercano.

–Es una pena que no podamos escuchar de que hablan, ¿verdad, Ukyo-chan? –el más bajo rodó los ojos ante el guiño del capitán y la sonrisa del gato de Cheshire que le dio.

–De ninguna forma, me niego rotundamente a darles información de… –sus palabras se detienen, el rojo comienza a teñir sus mejillas y es entonces que ambos vuelven a mirar a los adolescentes en la proa del barco.

Ahí, con solo el sonido de las olas golpeado la madera, un firmamento lleno de estrellas y una luna tras ellos: el primer beso entre el líder y la mejor guerrera del reino científico.

Una sonrisa sincera tiró de sus labios.

Bueno, tal vez Senku-chan y Kohaku-chan si pueden ser material para un manga shojo.

Un chico frio que puede caer bajo los encantos de una chica enérgica, dos chicos que han ido construyendo algo que ni ellos mismos pueden explicar en palabras. Suena como una buena trama.

Aun cuando el beso que se han dado tiene toda la pinta de ser tan casto, para cuando ambos se separan, el rojo inunda completamente la cara de la chica y parte de su cuello, mientras el científico sonríe de lado totalmente seguro, claro, si omitieran la constante contracción de sus dedos, y el temblor casi imperceptible de su sonrisa.

Kohaku sonríe un poco antes de que sus orbes viajen al suelo como si aquello fuese lo más impórtate del mundo.

– ¿Son novios al fin? –preguntó en un mormullo el excéntrico capitán.

Ukyo niega. –No lo creo, su conversación de antes no era nada referente a eso, ni lo es ahora –es toda la información que proporciona.

–Era de suponerse… –fue todo lo que aportó a la conversación sin despegar la vista del par de tortolos.

Gen pensó que, si tan solo todo este asunto de la petrificación no hubiese pasado, Senku y Kohaku podrían ser dos chicos inexpertos intentando entender sus complicados sentimientos.

Tal vez se hubieran conocido en el instituto, con Kohaku siendo parte del club de artes marciales y él cómo el presidente del club de ciencias; con ambos teniendo continuas paradas a la enfermería, tendrían una conversación casual en un día cualquiera, y después de ese primer contacto se hablarían siempre que se cruzaran por los pasillos y con el tiempo… simplemente ese algo surgiría; serian presa de las constantes burlas de todos, con una especial insistencia de su parte; y antes de que se dieran cuenta serían ese par de chicos inexpertos que parecen no entender cómo funciona el romance. El final era muy predecible, sin ningún contratiempo razonable –al menos hasta que el científico dejara de crearlos-, ellos terminarían siendo pareja. El científico más joven e inteligente que la humanidad hubiera conocido y una de las chicas más fuertes…

Una risa fue reprimida, porque era tonto pensar en Kohaku sin la petrificación. De no ser por ese rayo verde que ilumino el cielo en una tarde como cualquiera Yuzuriha y Taiju podrían haber comenzado a ser novios; Ryusui seguiría siendo un excéntrico heredero a una fortuna demencial con una servicial Françoise a su lado; Ukyo seguiría como técnico en la marina; Tsukasa seguiría peleando para intentar salvar a su hermana; y él, bueno seguiría con una vida solitaria como un mentalista; ninguno se hubiera conocido, tal vez algunos encuentros casuales pero nada más allá de eso, no habría burlas por parte suya y del capitán hacia Senku y Kohaku, no habría un Ukyo intentando ser la mente razonable entre todos esos adolescentes, no habría una Mirai sana volviendo a ver a su hermano, además de que Kohaku, Chrome, Suika, Ruri, el viejo Kaseki… no existirían.

Gen no era un hombre que se conozca por ser optimista, sino más bien realista, y aun cuando Senku parecía tener un don para hacer posible lo imposible, Gen sabe que hay ciertas ocasiones en las que un poco de realidad no estaba de más.

Aunque… mientras los tres generales del reino científico se retiraban dejando a la pareja disfrutar de su momento, Asagiri Gen no pudo evitar pensar que las cosas no eran tan malas aun con su situación acttual, porque un viaje por el mundo en busca de los materiales para la construcción de un cohete desde cero, un peligro inminente como el hombre del Why, y la tarea de revivir a los 7 mil millones de habitantes no parece tan difícil como ayudar a dos adolescentes con problemas románticos.

Pero, en fin, ese es el problema con los chicos inexpertos.

Notas de autora:

1.- Bien, por donde comenzar a hablar de este capítulo, me llevo más tiempo publicar no porque fuese difícil, de hecho siento que la perspectiva de Gen se me da más fácil porque ese hombre y yo nos entendemos muy bien jajaja. Lo que coloque como la explicación detrás del porque Senku es complicado no es solo mi percepción disfrazada bajo un argumento de Gen, de hecho hay un par de estudios de la personalidad que lo dicen, y creo que son muy aplicables a Senku, porque todos sabemos que no es solo el chico que prefiere mantener sus pensamientos del lado lógico solo porque si, siento que realmente no es que no lo pueda evitar, o sea un mecanismo de defensa, bueno si, pero es más que eso. Y bueno, intente hacer un análisis más profundo de ello.

Ahora, si hablamos de la relación entre Kohaku y Senku, todas las perspectivas que he leído me gustan: la de Celeste sobre un romance al que solo le hace falta limar los bordes ásperos para que funcione, pero que hay un tipo de atracción no solo física sino amorosa ahí que parece funcionar, me encanta por decirlo menos; también me gusta la perspectiva un poco más picante y rosa de wolfadu, creo que nos ha regalado muy buenos fics con esa temática; y últimamente estoy muy fascinada con los fics de Sweet Ashori realmente comparto muchos puntos con ella, más que nada, que el peso de esta misión puede jugarles muy encontrar a ellos. Ahora si me preguntan por qué el desarrollo entre ellos es sumamente lento es porque… no siento que el romance sea algo tan fácil para un chico listo y una chica ingenua, okay no, pero de verdad, me gusta esta dinámica de no avanzar rápido y tomarse su tiempo con esas cosas pequeñas.

Por último, hablando con mi beta y amiga, a amabas nos gustó esa introspección final de Gen en el "¿qué hubiera pasado si…?" ¿Un fic sad puede salir de esto? ¡Maldición, si! Y me gustaría trabajarlo. Pero pues será en un tiempo. Bueno ya no los aburro más, hasta aquí mis pensamientos sobre todo este fic.

2.- Agradezco a quienes hayan llegado hasta aquí, a quienes leen y un poquito más a quienes dejan reviews, me suben el ánimo con eso, de verdad, además de que no sé si este sea el fin de este fic, me gusta esta clase de fics donde cada uno de los personajes da su punto de vista sobre algo, en este caso, sobre la relación de Kohaku y Senku, así que depende de cómo avance el manga, publicare algo nuevo aquí.

3.- Peronajes de Inagaki y Boichi, historia mia, sin más me despido, cuídense y sayonara.