Disclaimer: Kimetsu no Yaiba no me pertenece, solo hago esto por diversión.
¡Y aquí está! ¡La traducción de uno de mis fics! Pude haberla terminado antes, pero me daba flojera (?) Además de que yo no escribo mis fics con la intención de traducirlos, por lo que a veces era difícil encontrar una expresión en español que correspondiera a la que había usado en inglés. Una cosa buena es que ya sabía exactamente lo que quería decir, así que no necesitaba hacer una traducción literal. En fin.
Espero que lo disfruten uwu Tampoco pretendo traducir todos mis fics, dependerá de que tipo de fic es y sobretodo de mis ganas de hacerlo. Pero no tengo problemas en dejarle el trabajo de traducción a alguien más 0w0 Por favor, no se amontonen (?)
Ya, los dejaré leer tranquilos nwn
Pequeño visitante en la tarde lluviosa
Se quedó mirando fijamente su hoja de tareas llena de fórmulas químicas y después de un momento, simplemente suspiró. Ya no podía soportarlo. Pero era la última que había que terminar, esta última, y después podría relajarse tanto como quisiese. Solo que no inmediatamente. Si seguía clavando su mirada sobre la hoja, su cerebro podría dejar de funcionar de verdad. Aunque Shinobu era una estudiante brillante con notas sobresalientes, también necesitaba un descanso de vez en cuando. Así que por una vez se permitió despegar la vista de su tarea y mirar afuera por la ventana.
Afuera estaba lloviendo, tan fuerte como si estuviesen en medio de la estación de lluvias. Qué bueno que estaba adentro, seca y calentita con sus pies acomodados debajo del kotatsu, aunque aún tuviera tareas que hacer. Prefería estar aquí a tener que batallar por un lugar en la biblioteca de la escuela: ese lugar tenía la tendencia de atraer toda clase de gente con este tiempo, y no todos estaban ahí para estudiar. Ella necesitaba un lugar tranquilo y cómodo para estudiar (aunque en realidad podía estudiar casi en cualquier parte: simplemente estaba demasiado cansada como para hacerlo en una biblioteca llena de gente) y fue por eso que fue a su apartamento, completamente imprevista. A él no le molestó de todas formas, y simplemente la dejó pasar como siempre, dándole algo de espacio sobre la mesa para permitirle estudiar cómodamente. Solo estaba preocupado de que alguien la hubiera visto al llegar, pero ella le aseguró que nadie la vio, como siempre.
Su mirada pasó poco a poco del tiempo lluvioso a él. Cuando ella había llegado, él estaba poniendo notas, pero pronto terminó y ahora se encontraba sentado al lado de la ventana, su espalda descansando contra la pared, mirando afuera y con un cigarrillo en la mano. La ventana estaba ligeramente abierta para permitir que el humo saliera, y por ello el sonido de la lluvia era más fuerte, más claro. A ella no le molestaba. Lo encontraba más bien relajante.
— ¿Shinobu? —su voz, barítona y profunda, la sorprendió—. ¿Ya terminaste?
Ella no se había dado cuenta que se había quedado mirándolo fijo más tiempo de lo supuesto. Él estaba llevando el cigarrillo a su boca cuando se dio cuenta que estaba siendo observado, y cuando se volteó a verla, la encontró clavándole los ojos en silencio. Sus profundos ojos azules miraban atentamente dentro de los suyos violetas, y ella podía sentir como era absorbida por su mirada.
Sintió sus mejillas calentarse a pesar de que la ventana estaba abierta. La había pillado como un niño tratando de comer galletas antes de la merienda.
— N-no aún—contestó al tiempo que rompía el contacto visual, sonriendo para esconder su bochorno. Se maldijo a si misma por tartamudear—. Solo estoy tomando un pequeño descanso.
Él asintió pensativamente antes de seguir fumando su cigarrillo, para luego volverse y exhalar hacia afuera.
— No te presiones mucho—dijo finalmente, aún mirando hacia afuera.
— Si, lo tendré en mente—respondió ella, aún sonriendo.
En cuanto estuvo segura que no se volvería a voltear, se permitió dejar caer suavemente la cabeza sobre la mesa. Sus mejillas aún estaban calientes y estaba segura que estaba sonrojando. Seguramente se vio como una adolescente desesperadamente enamorada—y de hecho si lo era, pero nunca lo admitiría en voz alta, era demasiado embarazoso.
Finalmente decidió que quedarse de esa manera no la llevaría a nada y, por ende, se preparó para atacar la última parte de su tarea. Pero en cuanto se dispuso a escribir el primer ejercicio, oyó un maullido.
Su cuerpo se congeló. Reuniendo todas sus fuerzas, levantó lentamente la cabeza otra vez, en dirección del sonido, cerca de la ventana abierta.
— Gi-giyū-san… acaso eso es…
Había un gato. Un gato. Un gato blanco y gris asomándose desde afuera, maullando suavemente. Todas las alamas su cabeza estaban sonando, y se estaba preparando mentalmente para esconderse en la sala de baño si ese gato si quiera se atreviera a acercarse a ella. Por otro lado, Giyū estaba solamente algo sorprendido de ver el gato en su balcón.
— Oh. Viniste—saludó al animal con una voz suave, bastante contento de verlo. El gato maulló a modo de respuesta.
Levantó su mano para darle una palmadita en la cabeza, y el animal se inclinó al tacto, ronroneando sonoramente. Shinobu estaba pasmada. ¿Estaba soñando? ¿Acaso se había concentrado demasiado en su tarea de nuevo que estaba teniendo visiones? ¿De verdad estaba Giyū dándole palmaditas a un gato sin que este lo mordiera o lo rasguñara?
— ¿De verdad es posible? —no pudo evitar decir en voz alta—. ¿De verdad hay un gato?... no, ¿un animal que no te odie?
Por una vez, no le lanzó una mirada ofendida.
— Es un gato callejero que vive por aquí—explicó mientras acariciaba al gato detrás de las orejas. Seguía ronroneando ruidosamente—. Nos ocupamos de él con los vecinos, dándole comida y a veces llevándolo al veterinario. A veces viene a visitarnos. Le gusta esconderse en los balcones cuando llueve.
Mientras hablaba sonreía suavemente. Tenía una expresión tranquila que rara vez le había visto, y se encontraba bastante consternada de ver que un gato la había causado.
— Es agradable, eso sí—dijo tranquilamente—. Encontrar un animal que no reacciona con enojo hacia mí.
La expresión de Shinobu se suavizó. Le gustaba reír de ello a veces, pero ella sabía que la aversión natural de los animales hacia Giyū lo dejaba descorazonado, incluso si no lo mostraba. Diablos, incluso había sido mordido en el trasero por un perro cuando era niño. Ella se había reído muy fuerte ese día, cuando su hermana le anduvo contando historias de su niñez, muy al pesar de Giyū.
El gato decidió que una palmadita en su cabeza no era suficiente, e ignorando olímpicamente la expresión horrorizada de Shinobu, entró en el pequeño apartamento y se recostó sobre el regazo de Giyū. En cuanto a él, estaba sonriendo mientras acariciaba la panza del gato con una mano, la otra todavía sosteniendo el cigarrillo.
Shinobu estaba en medio de un dilema. Sentía que no había suficiente espacio para que ella y el gato pudiera estar en el mismo cuarto. Era verdad que ella estaba al otro lado de la habitación, pero seguía siendo un cuarto de seis tatamis, y aunque usualmente no le molestaba la falta de espacio, ahora se sentía bastante apretada dentro. Estaba tentada de pedirle a Giyū que echara al gato afuera, pero al ver su expresión contenta, se desistió a regañadientes. Además, la vista del rostro sonriente de Giyū era bastante adorable.
— ¿Shinobu? —preguntó otra vez. La había pillado mirando otra vez, pero ella en realidad no podía evitarlo cuando él se veía tan guapo al sonreír—. ¿Aún no has terminado? ¿Necesitas ayuda?
Olvida eso. Seguía siendo un idiota. Se colocó su mejor falsa sonrisa en el rostro al tiempo que sentía como una vena le salía de la sien.
— Sin ofender Tomioka-sensei, pero siendo un profesor de educación física dudo mucho que tengas el conocimiento para resolver formulas avanzadas de física. Ahora, ¿podrías mantenerte quieto como siempre? Aún tengo que terminar esto.
Había sido claramente tomado por sorpresa ante su repentino cambio de actitud y el uso de su apellido. No había sido su intención hablarle de esa manera, pero en su defensa, el gato la estaba poniendo nerviosa. Giyū cedió, y decidió enfocarse en el gato otra vez. Todo estaba tranquilo, excepto por el sonido de la lluvia y el ronroneo del gato.
Respiró profundamente y decidió ignorar la presencia del animal. No iba a terminar su tarea si seguía enfurruñándose con ello, aunque debía de admitir que gracias al gato había conseguido ver el rostro sonriente de Giyū. Aún así seguía sin gustarle los gatos, o cualquier animal con pelaje.
Cuando al fin hubo terminado, la lluvia se había detenido. Las nubes se iban lentamente, dejando al sol asomarse aquí y allá. Giyū ya había terminado su cigarrillo, y poco después que la lluvia se hubiera detenido, el gato salió a disfrutar del sol, permitiéndole cerrar la ventana. Ella aún estaba revisando sus respuestas cuando se levantó, y solamente se dio cuenta cuando se agachó a su lado.
— ¿Terminaste? —preguntó, sorprendiéndola. Ella se mantuvo sonriente.
— ¿Qué fue eso, Tomioka-sensei? ¿Acaso me quieres dar un ataque cardiaco? Y si, ya terminé—replicó ella—. ¿Podrías ir a lavarte por favor? Aún hueles a cigarrillos y sabes que no soporto eso.
Giyū se quedó de piedra en su sitio. Había sido regañado dos veces en menos de dos horas por su alumna. Ella aún no había digerido la visita del gato. Finalmente decidió admitir su derrota y fue al baño a lavarse. Shinobu comenzó a ordenar sus libros escolares cuando se dio cuenta que el gato seguía en el balcón, al parecer mirándola a ella.
Con el ceño fruncido y los labios apretados, se levantó y caminó hacia la ventana, agachándose delante del animal. Aún podía oír su tenue maullido a través de la ventana cerrada. Se volvió a ver la puerta del baño. Giyū no iba a salir hasta en un rato más. Volvió a mirar al gato, todavía frunciendo el ceño, y suspiró.
— Puedes seguir viniendo si lo haces sonreír—murmuró—. Pero trata de no venir cuando estoy aquí—agregó rápidamente.
El gato simplemente maulló una última vez, antes de saltar hacia otro balcón y seguir con su propio día.
Unas notas sobre este fic:
-Giyuu dice en un Taishou Secret que Shinobu no soporta a los gatos, perros, y cualquier animal con pelaje. Y también es canon que Giyuu fue mordido por un perro en el trasero y que es por eso que no tiene ninguna mascota (info del databook si mal no recuerdo).
-Fumar es malo para la salud, pero de verdad quería escribir a Giyuu fumando Q_Q Las pocas veces que he visto fanart de él fumando, yo estaba en modo "diablos, se ve demasiado bien". De todas formas tampoco fuma tan seguido, solo una vez en las quinientas. Shinobu solo lo vio fumar una o dos veces (y pasan bastante tiempo juntos, así que sabe).
-Bien, admito que escribir esto solo porque quería ver un animal siendo amigable con Giyuu AL MENOS UNA VEZ. Sé que es canon que los animales odian a Giyuu, pero sería tan tierno si pudiera pasar un par de horas con un animal sin ser atacado. Así que lo escribí QwQ
Sigo sin estar segura si escribí bien a Shinobu en este fic, pero ya qué (?)
Gracias por leer nwn