**Los personajes aquí presentados son propiedad de Craig Bartlett, sólo los tomé prestados para darle gusto a mi musa porque no deja dormir**
REVELACIONES
Lo miras sentado frente a ti, sus ojos avellana resplandecen con tonos dorados por reflejo del sol que se oculta al poniente. No puedes apartar la vista, te tiene atrapada con esa mirada tan intensa que posa sobre ti por un momento. Recuerdas que no te miraba así. Eso es relativamente nuevo.
Parpadea permitiéndote admirar sus facciones, su piel morena y cabello negro rizado que ahora lleva más corto, muerde su labio inferior y el deseo de ser tu quién lo atrape entre tus dientes te sorprende, un calor extraño inunda tu cuerpo. Si te hubieran dicho que ese rostro y esa sonrisa ladeada que te regala te harían temblar las piernas seguramente no lo hubieras creído.
Y ¿cómo hacerlo si en tu corazón existía otro sujeto, completamente diferente al viril y galante hombre que se encuentra frente a ti? Parece un duelo, has vuelto a mirar sus ojos pensando en la primera vez que lo viste: fue al principio de tu vida, en tu etapa preescolar pero ni siquiera lo notaste, era como un adorno en la pared para ti. Sólo tenías cabeza para pensar en ese chico rubio de ojos verdes que te mantuvo cautiva en la fosa del amor o mejor dicho, obsesión por tanto años, porque hoy lo sabes, eso fue una obsesión, él merecía amor puro y no la vertedero de emociones y el manojo de inseguridades que fuiste. Él lo merecía y lo encontró en aquella ciudad perdida dónde irónicamente encontraron a sus padres, eso te hizo sufrir inevitablemente. Lloraste por años, tu corazón se rompió ante la certidumbre de que él no sería tuyo jamás. Pero cuando una puerta se cierra, deja abierta una ventana.
Conviviste con ese sujeto que está sentado frente a ti aunque en ese tiempo estabas tan embelesada por Arnold que no fueron más que grandes amigos que parecían tener telepatía. En remembranza comprendes que se entendieron sin palabras más de una vez. Bebe un poco de su copa completamente despreocupado, ajeno a la tensión sexual que provoca en ti.
Ahora tienen 27, hace un par de años regresaron a su ciudad natal después de tanto tiempo fuera, estudiando y viviendo al límite. El reencuentro fue por casualidad, en un bar como este, con terraza al descubierto, en una noche normal, un fin de semana cualquiera. La vida los juntó después de tanto tiempo y fue como si no se hubieran separado nunca: recordaron los juegos de béisbol callejero, las aventuras juntos en la primaria; los cambios juveniles en la secundaria; la completa incertidumbre por el futuro en la preparatoria. Hablaron sobre sus pasiones, metas y objetivos, más tarde pasaron a temas densos de amor y relaciones duraderas, comprobaron que son los mismos pero ahora diferentes porque la vida los ha hecho madurar.
Después de eso se han visto seguido, salen a restaurantes, bares y clubes nocturnos, bailan y se ríen. Te preguntas si su corazón alberga lo mismo que el tuyo, por eso lo miras, ni siquiera escuchas lo que dice, no ha parado de hablar y ni siquiera sabes qué te cuenta pero lo miras como si entendieras, como si cada palabra que ha dicho hubiera entrada en tu cerebro pero no lo hizo. Él lo sabe, posa su mano morena sobre la tuya y bajas la mirada ante el contacto.
Blanco vs moreno, chocolate vs vainilla.
Es una mano fuerte, varonil, cálida que hace vibrar tu cuerpo entero, lo miras a los ojos decidida y se lo dices sin rodeos: le confiesas que lo amas y te mira con una ternura infinita que le da un vuelco a tu corazón (y estómago). Contesta que él también te ama y sonríe radiante como pocas veces lo has visto hacerlo. La sonrisa llega a sus pupilas que brillan como nunca ya no por reflejo del sol, el cielo ha dado paso a la noche, una noche de luna llena con brillantes estrellas cómplices de lo que sucede entre esa hermosa y viril criatura y tú, es el brillo del amor el que ilumina su mirada.
Te contempla con renovado brío, como alguna vez creíste haber notado que te observaba para luego negártelo tres veces o las que fueran necesarias con tal de proteger tu corazón. Te mira y sin soltar tu mano se levanta del asiento en el que estaba, rodeando la mesa que los separaba. Ya frente a ti, con la mano libre toma tu mejilla y sonríes entrecerrado los ojos, no puedes evitarlo pues el contacto te estremece. Lentamente se acerca a tu rostro, te besa tierno, suave al principio, tomando tus labios con los suyos, haciéndote temblar. Gimes bajo cuando te muerde levemente el labio inferior y gruñe ronco cuando respondes igual, posas tus manos en su nuca intentando desesperadamente acercarlo aún más. Abre un poco más su boca para buscar tu lengua con la suya, intensificando el beso, fundiendo sus alientos a la par que te levanta de un jalón por la cintura, eres más baja, quedas de pie frente a él quién se encorva para seguir explorando tu boca, sientes fuego en tu interior. Contienes la respiración al sentir bajo la piel de tu dedos el pecho de este Adonis que parece tallado en piedra por lo firme de sus pectorales, exploras un poco más abajo notando su trabajado abdomen, sientes que el fuego en tu interior vira en lava, una punzada en tu vientre, calidez entre tus piernas. Es fantástico. Él por su parte acaricia tu espalda con una de sus manos, marcando un camino de fuego que deja estragos en tu piel a pesar de estar cubierta por la ropa.
Lo deseas, pero no sólo por lujuria, lo deseas en tu vida, para compartirla con él, ahora lo sabes, porque sólo Gerald te hace sentir viva, porque sólo él despierta amor en ti, porque con cada mirada y con cada sonrisa dice que te acepta tal cual eres, porque te respeta y valora, porque frente a él no hay máscaras, porque eres autentica a su lado. El beso que comparten va perdiendo fuerza, se separan completamente jadeantes, abrumados, rojos y excitados. Sus corazones sincronizados. Sus frentes juntas. Abren los ojos sólo para encontrarse fundidos en las pupilas del otro, con el alma desnuda, abrazados pecho contra pecho, corazón contra corazón. Lo amas y lo sabe, te ama y lo sabes. ¿A dónde los llevará el destino? Lo ignoras, pero seguro que será maravilloso siempre que sea a su lado.