[ Series de Drabbles ]


Laguna de Pétalos


Pétalo #3

Secreto bien Guardado

—Sesshōmaru & Rin—

Sesshōmaru nunca fue un hombre de temores. Y aunque lo atrapasen infraganti y lo declarasen inestable mentalmente, jamás se atrevería a lamentarse por su posesión más preciada, la cual ahora tenía entre sus manos para recordarse lo enfermo que estaba.

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Diario de amor... Cien relatos feudales

100 Formas de decir: Te amo.


Reto #3: Guardar una foto o retrato.


[One-Shot participante en el reto anual: "Diario de Amor: Cien Relatos Feudales" del foro "¡Siéntate!"].

Disclaimer:

InuYasha © Rumiko Takahashi.

Secreto Bien Guardado © Adilay Fanficker.

Advertencias: UA. | OOC en Sesshōmaru, yo aviso. | Uno que otro "error de dedo" XD.

Notas:

A pesar de que ya pasó el año, yo seguiré escribiendo fics respecto al reto, quien tenga algún problema me dice y nos arreglamos XDDD

Una cosa urgente…

Francamente no suelo escribir a hombres siendo posesivos (menos, demandantes a lo bestia) con una mujer, y eso es porque no me hace ni la más mínima gracia, el que un hombrecillo se crea dueño de nadie por una noche de sexo.

Así que… que quede claro que yo no apruebo este comportamiento, sólo lo escribo y espero que ustedes, mis queridas lectoras, sepan que si se encuentran un vato que las quiera manejar como si fuesen su propiedad (relación o no) le pongan un alto y se amen mucho más de lo que Rin se va a "amar" en este pequeño fic.

Esto viene narrado solo del lado de Sesshōmaru, con todo y sus torcidos pensamientos. He ahí la razón de por qué este fic no tiene la palabra "romance" entre sus géneros. XD

Saludos.

¡Ojalá les guste! ¡Comenten por favor!



Sesshōmaru nunca fue un hombre de temores. Y aunque lo atrapasen infraganti y lo declarasen inestable mentalmente, jamás se atrevería a lamentarse por su posesión más preciada, la cual ahora tenía entre sus manos para recordarse lo enfermo que estaba.

Hubo una época en la que se avergonzó de sí mismo por poseer esa cosa. Pero ahora, semanas después de aquello, la veía con completa satisfacción mientras bebía un poco de vino, sentado en su cálido sofá enfrente de su chimenea, tomándose un merecido descanso.

Contadas veces un ser cercano a Sesshōmaru podría testificar que él podía sonreír. El hombre que la dura vida había formado, no se sentía en lo absoluto especial por ser considerado un robot sin emociones. De hecho, eso había logrado que este tesoro, estuviese en sus manos, mientras nadie sospechaba nada.

Miró de nuevo la fotografía, llevándose la copa a los labios.

Ahí estaba ella, acostada bocarriba de la cama, usando una de sus camisas blancas, desnuda de los pechos y la entrepierna, y con las piernas de lado a lado para la cámara. En opinión del hombre, las manos de Rin abriéndose a sí misma para él, era lo mejor, junto a esa mirada tan sumamente tímida que le recordaba lo diferentes que eran.

Rin era una mujer bastante sencilla, recatada y querida por todos, una noble y jovial joven mujer de 23 años. Su secretaria personal desde hace 2 años, y su amante desde hace muy poco.

En defensa de Sesshōmaru, ella misma lo retó a esto, luego de llamarlo a mitades de la noche desde un bar estando completamente ebria porque su novio la había engañado con otra. Ella le había pedido que hiciera con su posesión (o sea ella misma) lo que quisiera. Envalentada por el alcohol en su sistema y por la pasión que Sesshōmaru sabía, ella sentía por él, ninguno de los dos puso objeción alguna cuando él la llevó al apartamento de Rin y luego de asegurarse que se le bajasen los efectos de las botellas de cerveza, Sesshōmaru se tomó muy en serio su desafío.

»Y-yo n-no lo dije en-se serio… señor —esa noche, Rin aprendió a nunca jamás retar a su jefe a nada.

A él no le importaba, a él le daba igual si ella hablaba o no en serio, él jamás se iba con tonterías. Alcohol o no alcohol.

Sesshōmaru aceptó su reto de hacer lo que quisiera con ella y eso hizo.

La tomó sobre la cama durante varias horas, luego durmieron. Al día siguiente él la reclamó de nuevo, viendo de vez en cuando la foto que ella aún tenía, con su exnovio, en su tocador.

Ver esa cosa ahí lo envenenó de una forma que él no había creído posible.

Después del coito, prácticamente le ordenó que posara para él y pudiese tomarle esa foto.

Ella al principio se negó, como cualquier persona con sentido común haría ante tal petición, pero estábamos hablando de Sesshōmaru. Él jamás aceptaba un "no" por respuesta a nada.

Luego de tomarle varias fotos con su celular en diversas poses (la que tenía en manos era su favorita), Sesshōmaru se vistió y la dejó en cama con la amenaza de que si no estaba en la oficina en dos horas la despediría.

Durante el trayecto hacia su mansión se preguntó por qué había actuado así. Por lo que sabía ahora mismo, la chica podría estar embarazada o preparando una muy peligrosa demanda, ¿y qué haría entonces?

Nunca, en sus 39 años de vida, había sido tan descuidado o posesivo. Jamás había sido tan impulsivo y menos con una chica ebria que le pedía sexo. ¡Mucho menos teniendo en cuenta que ella era empleada suya!

Entonces Sesshōmaru se recordó la tarde de ayer.

Luego de ver a su estúpido hermano menor siendo feliz con su esposa cuando los tres se encontraron en el elevador y la mujer nuevamente fracasó en intentar iniciar una charla casual con su cuñado, Sesshōmaru había partido a su hogar y finalmente había soltado un puñetazo contra la pared.

»Adiós, cuñado.

Aunque, personalmente, Sesshōmaru no estimaba a Inuyasha en lo absoluto, al menos su esposa, Kagome (una buena abogada), ella había demostrado ser lo suficientemente decente para convertir a su hermano rebelde, vulgar e idiota, en un ser útil para la compañía que su padre les heredó a ambos.

Diablos, si incluso la chica logró que Inuyasha terminase su carrera en finanzas y relaciones internacionales, antes de casarse con él.

Pero, en el fondo, Sesshōmaru no podía engañarse. Lo único que le había envidiado a Inuyasha era el hecho de que al menos él tenía a alguien que de verdad se preocupaba por él, y no a una interesada que lo abordaba un día y al siguiente ya quería joyas y coches.

O al menos. eso hasta hace un mes… cuando después de tener sexo con Rin, esta seguía empeñada en hacer su trabajo bien y responder a sus responsabilidades como era debido. Todo con un enorme sonrojo abordando sus delicadas y pálidas mejillas.

Él no solía hacer peticiones a lo bruto, pensaba antes de hablar, y aunque esa noche no tomó ni una copa de licor, nada le impidió ordenarle a Rin que posara de ese modo para él luego de hacer el amor.

¿Había hecho realmente el amor?

Siendo franco, a Sesshōmaru le daba igual. Hacer el amor y tener sexo casual debería ser lo mismo, pero entendía en el fondo que no lo eran y pensar en qué exactamente había tenido con Rin le daría migraña y él lo sabía.

Tenía muchas responsabilidades. Muchas juntas directivas a las qué asistir y personas importantes con las cuales estrechar lazos financieros. No tenía tiempo para pensar en Rin de otra forma que no fuese especialmente laboral. Pero, sencillamente no podía evitarlo.

—Rin —dijo luego de levantar su celular y marcar el número de su mayor tentación.

—S-sí, señor…

—Quiero verte —quiero probarte, debió haber dicho, pero no lo hizo. Aunque por la reacción de ella al otro lado de la línea, él pudo descifrar que entendió su punto.

—¿A-ahora, se-señor? Son la-las cuatro de la mañana…

Ella no contaba con un maldito auto y tomar un taxi o cualquier otro medio de transporte público era arriesgado, además de que su mansión quedaba a más de 2 horas de la casa de ella y eso sin contar que, él sí tenía auto.

Sesshōmaru miró la foto y apretó los labios. En serio necesitaba verla, sentirla y sostenerla de nuevo.

—Entonces espérame despierta —ordenó antes de colgar. Se aseguró de guardar su posesión más valiosa en su recámara y salió casi volando de su morada para adentrarse a su deportivo AUDI color gris.

―Fin―


De nuevo, aclaro que yo no apruebo este tipo de "romances", pues esto ya entra en un círculo posesivo-manipulador que es mejor evitar. Recuerden que en los fics, los tipos como estos pueden ser evangelizados por la dama en cuestión, pero en la realidad, es muy probable que el vato con cada cosa que obtenga, se sienta "el rey" y quiera gobernar cada aspecto de una "relación" basada en la obsesión donde sólo él tiene el control. Mucho cuidado con eso.

En fin, espero que les haya gustado.

Saludos. Gracias por leer y hasta el fic.

¡Hasta la próxima!


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