Y de pronto cambio un poquito la tónica en Doki Doki Literature Club, donde hasta ahora iba yo desentonando con humor, y ahora sí vengo a tocar fibra, como la mayoría de quienes escriben aquí. Bueno, es hora de empezar.

¡Sal de mi cabeza!

Pobre Sayori. Ni en mis más dantescas pesadillas habría podido imaginar yo lo mal que lo estabas pasando. Es verdad que me decías que todo este tiempo me dijiste que en el fondo sufrías depresión, que tenías una absurda aspiración a ayudar a los demás, y que a cambio la gente te deje de lado, que no se preocupen por ti ¡Deseabas car en el más abominable y abrumador olvido! Desearía haber sabido que estabas pasando por aquella horrible situación mucho antes. Ni por asomo me habría imaginado que estabas tan mal. Mi confusión fue enorme cuando supe de esa faceta. Vergüenza debería sentir de mí mismo por no haberlo descubierto, pese a todos los años de nuestra amistad.

Ahí vas, preparando la cuerda para ahorcarte, no siendo capaz de superar el impacto de saber que eres la dueña de mi corazón, del mismo modo en que tú me entregaste el tuyo ¿Tan intenso es así tu baja autoestima y tu deseo de desaparecer del radar de las demás personas? Dijiste que quieres ver felices a los demás, pero ignoraste que tú eres parte de esa felicidad que has procurado ¿No te das cuenta del dolor que causarás a los demás? Tú no eres una carga, no eres inútil, no eres sustituible, no eres desechable ¡Eres nuestra amiga, y eres la persona a la que amo! No fuiste lo suficientemente inteligente para entender el dolor que me ibas a causar con tu suicidio. No solo te condenas a ti, sino también a mí, y a las chicas del club. No seremos los mismos si tú no estás.

Ya has ajustado bien la cuerda al techo. Vas decidida a no fallar el intento por quitarte la vida. Pero antes de dar el paso final decides correr las cortinas, a fin de que nadie se dé cuenta a tiempo para salvarte. Luego respiras hondo. Tus manos tiemblan, sudas frío, todo mientras piensas que este es el fin. Crees que dejarás de ser una molestia para mí, y una sonrisa amarga se esboza en tus labios ¡Te equivocas, Sayori! Antes te creía tonta, pero ahora... No, no debo decirlo. No puedo culparte por estar en mucho más que una "nube gris de lluvia", como tú misma dijiste. Sólo era una tapadera para disimular el inmenso dolor que escondías tras tu espontaneidad y tus risas.

Tus risas. Falsas risas. Debí darme cuenta. Fui estúpido. No supe ser el buen amigo que realmente merecías para salvarte de esa tenebrosa tempestad que envolvía a tus sentimientos.

Escribes un mensaje de despedida, y en él escribes aquel mensaje que refleja tu desesperanza y falta de amor propio. Escribes tus sentimientos por mí y por las chicas en el club, pero cada palabra, lo creas o no, terminará siendo una triste ironía, tomando en cuenta el daño que nos harás a todos una vez que cometas tamaña locura. También anotas con lujo de detalles tus últimas acciones, como si quisieras que todas tus personas cercanas tengan poca o ninguna dificultad para visualizar el proceso entero en que procuras tu propio final. Y ahora que eso ya está hecho, sólo te quedaba dirigirte al taburete que pusiste allí para así alcanzar la cuerda. Subes los pasos con tormentosa lentitud, pero ibas decidida a que nada te detenga. Ya estás en posición, y vas rodeando tu cuello con la cuerda para luego apretarla. Lo haces de modo que el lazo te apriete, te haga sentir dolor, pensando que igual no tiene importancia.

Luego de lanzar una vana mirada a tu alrededor, como cerciorándote por última vez antes de hacerlo, finalmente das ese paso que no quería que dieras, que estoy seguro nadie querría que dieses. Tiras el taburete y dejas que la gravedad haga el resto del trabajo. El momento cero del ahorcamiento, cuando la cuerda ejerce aquella repentina presión en tu tráquea y te la destruye seguramente te mató al instante, o bien lo haría tu columna rasgándose desde adentro por el estiramiento brusco de tu columna. Dicen que es tan rápido que ni tiempo da a sentir nada, pero francamente de eso no sé. No es un golpe directo al cerebro, tal vez sí llegaste a sentir un dolor y un desgarro innombrables, pero esa es una duda que nunca aclararás a nadie.

Una cosa que tú no aclaraste es el momento exacto en que decidiste acabar contigo misma. Ahora que te encontré, tendré que conformarme con lo que los forenses digan, pero como sea, es algo que no me gustará para nada ¿Cómo podría sentarme bien el saber cualquier detalle, sea cual sea, sobre la chica de la que me he enamorado? Realmente no sé qué pretendías hacer realmente con esto, pero lo que has logrado no va con tu visión de hacernos felices a todos.

Yo... no puedo ser feliz... viendo lo que te has hecho. Mis lágrimas salen como a presión ante tu figura fenecida.

Has roto completamente mi corazón, y ahora nunca más podré sonreír del modo en que tú me hacías sonreír.

Querías hacerme feliz, pero te llevaste mi felicidad contigo. Bien lejos de aquí, desde donde nunca podré alcanzarla.

¿Es esto lo que realmente pensabas cuando te pusiste compulsivamente a escribir "¡Sal de mi cabeza! ¡Sal de mi cabeza!"? ¿Y ahora quién me saca de la cabeza el horror de verte colgada, y el dolor de saber que perdí a mi mejor amiga y la persona que amo, y justo cuando pretendía hacerte sonreír de verdad? Ahora soy yo quien desearía gritar a pleno pulmón que salgas de mi cabeza, pues de verdad me has hecho mucho daño. Y pensándolo bien, tal vez me merezca este dolor que me estruja con crueldad y con saña.

Sayori, me siento culpable por haber sido yo quien te empujara a esto. De seguro te presioné demasiado cuando te confesé mis sentimientos. No fuiste capaz de asimilarlo de buena manera, ahora que lo reflexiono. Es mi culpa. Yo te llevé a esto. Debí hacerlo de otra manera, y tal vez así seguirías viva. Y ahora... debo cargar con todo esto... por el resto de mi vida. Por el resto de esta vida que no será más vida por no estar tú allí, Sayori.

Fin


Tenía unas cuantas ideas beta sobre lo que haría con esto, pero por alguna razón deseché esas ideas y terminé dándole forma a esta abominación lacrimógena. Sé que la gran mayoría de los fanfics de aquí (por no decir que todos, pues estoy seguro de no haber revisado bien) son trágicos y llenos de angustia y demás, y francamente no me extrañaría que haya alguna historia previa que trate sobre el suicidio de Sayori. Si hay alguien que sepa de una historia así, puede perfectamente notificarme de ello, que veo bastante factible esa posibilidad :p.

Hasta otra