Hola amigos

Soy Yuzu y bueno, les traigo otra historia esta vez una historia más para el fandom de Naruto, esta será un Yahiko x Konan en un AU donde son solo chicos normales y corrientes, ya saben, nada de ninjas, jutsus, guerras, monstruos ni alienígenas metidos por que sí

Muy bien, espero que lo disfruten

Yuzu y fuera

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Era una tarde lluviosa en un típico vecindario japonés, en uno de los apartamentos del conjunto una joven de cabello azul estaba sentada en la pequeña sala viendo un anime shonen del montón de un niño que es ninja y que tiene un demonio o algo así. Estaba enfocada en la pantalla viendo la situación donde el protagonista se estaba enfrentando contra un tipo pelinaranjo con muchos piercings que le hacían recordar a su novio.

Luego de unos minutos comenzó del bloque de comerciales, tiempo perfecto para matar el corto aburrimiento y que mejor manera que teniendo una hoja de papel, no importaba si fuera una hoja de block, de cuaderno o de periódico. Konan siempre fue una amante del origami, era divertido crear figuras de diferentes tamaños y formas, era más rápido y menos complicado que matarte el cerebro resolviendo un bobo cubo de Rubik o resolver una sopa de letras.

En este caso creó un avioncito, no cualquier avioncito sino de esos aviones modernos de combate y lo lanzó hacia un florero que estaba al otro lado en la cocina donde logró dar en el blanco y nuevamente hacer otra figura pero de pronto se topó con un comercial donde daban un nuevo sabor de Chetos… Y claro, uno tiene unos antojos de al menos gozar el alimento.

En eso alguien abrió con la llave, era un pelinaranjo de ojos miel y con piercing debajo de los labios, era Yahiko, amigo desde tierna infancia como compañero sentimental. Era el típico estudiante de secundaria que era capaz de ser un peleonero pero cuando alguien le hiciera daño a las personas que él quería mucho. Él y Konan vivían juntos desde hace 3 años, se llevaban muy bien desde entonces.

-¡Ya llegó por quien lloraban!- Dijo el pelinaranjo a lo que la peliazul se acercó para besarlo

-Bienvenido de vuelta- Le sonrió- ¿Quieres un aperitivo?

El muchacho dejó su mochila y se quitaba la chaqueta negra con bordes rojos que tenía puesta y la dejó en el perchero

-Sí, me vendría un poco bien algo de azúcar para pensar. Tuve que hacer un trabajo escrito con Naruto y Obito, de hecho Nawaki nos ayudó mucho en el proyecto escrito y en la presentación de diapositivas en Power Point

El muchacho decidió sentarse en el sofá y relajarse para ver que ahora estaban dando un programa de concursos mientras la peliazul decidió ir a la cocina para buscar algo en el refrigerador, en ese momento Yahiko miraba algo curioso la falda corta que traía su amada, ese trasero redondo y bueno… Desde hace un mes que no lo hizo con su ángelito como lo llamaba.

-Ángelito, lamento que no pudiéramos salir, ese trabajo escrito era muy largo

-Está bien, te entiendo Yahiko-kun- La joven trajo unos pastelillos y un café para cada uno lo que hizo que al pelinaranjo se le hiciera agua la boca ante los bocadillos- Está lloviendo de todos modos, así que simplemente vamos a relajarnos en casa

-Ok…

La chica del origami sonrió alegre como siempre, de hecho ese era algo de lo que amaba el pelinaranjo de su chica, esa alegría que desbordaba aparte de su talento natural del origami que para él eran como hermosas obras de arte.

-Tengo 2 roll cakes, así que puedes tomar uno si quieres- Dijo la joven señalando los pastelillos

-¿Tienes dos?

-Sí, recibí uno de Rin-chan y el otro de Sakura-san. Aunque, el que compró senpai es de una famosa pastelería, así que es un poco más elegante que el del supermercado- Explicó Konan

-Ya veo, ok, voy a comer uno.- Hizo un puchero pues estaba algo indeciso- Hm… ¿Cuál debería tomar?- Yahiko iba a tomar uno cuando a su novia se le ocurrió una idea

-Oh, ¡Ya sé, ya sé! ¡Hagamos una prueba de sabor con los ojos vendados!

-¿Prueba de sabor?- Alzó una ceja algo extrañado ante semejante idea de su novia

-De hecho lo ví en un programa de televisión, la prueba consiste en que si nos tapamos los ojos y tratamos de adivinar cuál es de la forma de la pastelería

Quizás dicha idea era extraña viniendo de la peliazul pero cuando se trataba algo nunca le decía no a un reto. El pelinaranjo puso una sonrisa determinante hacia la victoria

-Ja, suena divertido

La peliazul sacó una bandana y se la puso alrededor de los ojos del pelinaranjo, las reglas estaban bien claras, nada de hacer trampa a lo que el muchacho decidió probar una cucharada de cada pastel que le había dado Konan. Yahiko probó el bocado y mientras masticaba sacaba una buena conclusión.

La dulzura de la crema del segundo pastel era la misma… No, el primer pastel sabía diferente, ¿Quizás tenía más vainilla?... El primer pastel era ligero y refrescante como lo que uno se esperaría de una famosa pastelería, pero la textura del segundo era mucho más esponjosa… No lo sabía muy bien, ambos pasteles eran deliciosos.

La peliazul se estaba entreteniendo por la actitud medio tonta de Yahiko el cual la estaba teniendo muy difícil, eso para el muchacho si un examen de una materia que no le gustaba era difícil lo era mucho más cuando ambos sabores le gustaban.

El muchacho le hizo todo lo posible para sacar aunque sea un poquito sus pocas neuronas y en menos halló lo que para él sería la respuesta correcta.

-¡Lo tengo!- Se levantó rápidamente seguro de su victoria- ¡El primero que probé es el de la pastelería!

La peliazul sonrió mientras hacía una X con sus brazos

-Error…

-…

-Perdiste, Yahiko

-…- Tenía el aura negro de la derrota y en menos de nada se tiró sobre la mesa donde se puso a llorar con lagrimas a lo geiser hasta el suelo mientras Konan fue para consolarlo, en ocasiones Yahiko era alguien infantil pero eso no quería decir que el pelinaranjo fuese entrañable

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Ahora ambos estaban en la mesa aunque el pobre Yahiko estaba haciendo un puchero contra la mesa mientras Konan estaba viéndolo curiosa, el pobre estaba un poco mal por la derrota pero siempre habría una forma de alegrarlo. Como siempre le hizo una figura origami, su favorita, la de un ángel.

-Oye, no estés triste, Yahiko-kun

-Es que eso de los pasteles es más difícil de lo que pensé- Sonrió grande

-La comida es algo que también disfrutas con tus ojos después de todo- Explicó la joven y de pronto se le ocurrió una buena idea- Por cierto, el que pierda tiene que lavar los platos

-¿De verdad?- Asomó la mirada, después de todo el perdió de los dos- ¿A pesar de que era mi turno para hacerlo de todos modos?

-¿Lo es?

El muchacho decidió ahora amordazar a la peliazul mientras ésta estaba preparada ante el movimiento del pelinaranjo. Yahiko en menos dio la primera cucharada para su ángelito la cual abrió la boca lo que hizo sonrojar un poco al pobre pelinaranjo.

-Yahiko, ¿Pasa algo?

-¡¿Eh?! ¡Yo!- El pobre estaba rojo como una olla de presión- Ah, ¡Lo siento Konan!

Era imposible no excitarse en alguien tan bonita como Konan, era imposible negarlo. Desde la última vez que lo hicieron fue hace un mes no podía olvidarla pero en aquel entonces sus notas del periodo estaban pésimas y tenía que enfocarse más en sus estudios y calificaciones, tuvo que dar una buena nota definitiva con los dos más flojos del salón.

El tener un rato con su amada era una gran recompensa

El pelinaranjo de manera algo torpe acercaba la primera cuchara de uno de los dos pasteles que tenía su chica, estaba lidiando con la maldita cosa que le estaba brincando en los pantalones al tener imágenes lascivas de la chica, el pastel ya estaba llegando a la boca de la joven, posiblemente adivinaría la textura con su lengua y en menos de nada comió el pedazo de pastel.

Demonios, Yahiko no podía olvidar cuando Konan le hizo un buen oral, trataba de intentar algo nuevo y claro fue ahí cuando la chica del origami demostró no ser una santa…

-Hm, está delicioso

Ese gemido, esa carita dulce… Esa sonrisa alegre que hacía cuando hacía lo que le gustaba… ¡¿Por qué demonios se estaba excitando?!

-Ok Yahiko, dame el siguiente…- La joven se relamió los labios como si de pronto ansiara lo que quería, el pobre pelinaranjo se tapó la boca como si de alguna manera ese lado lindo y quizás erotico de su ángelito lo estuviese matando… Esto era malo, esto no debería estar pasando.

La joven usaba una chaqueta blanca adidas y una playera negra… Su busto, hubiera jurado que sus pechos crecieron durante la secundaria … No… Los pasteles, tenía que olvidar esos pensamientos indecentes viniendo de su amiga… Estaba sudando frío ante esa cara de petición completa… A la mierda, hay que darse por vencido.

El joven pelinaranjo apartó el pastel y en menos de nada acercó sus labios a los de la chica e introdujo su lengua dentro de la boca de la menor la cual se quedó de piedra ante el roce del muchacho dentro de su boca. Ambos cuerpos cayeron al suelo, exactamente sobre los cojines verdes de la chica.

-Yahiko…

-Lo siento, Konan… No puedo evitarlo…- El pelinaranjo nuevamente probó los labios de la peliazul la cual aferró su mano con la de su amado, nunca creyó que volverían a hacerlo tan repentinamente pero no importaba, ella amaba a ese chico quien fue una gran persona con ella desde que eran pequeños

La joven quería más de cerca a su amado pero éste prefirió no hacerlo, no porque quisiera sino que al ver vendada a su ángelito le pareció algo curioso

-Yahiko, ¿Puedes quitarme la bandana?- Preguntó la joven del origami

-¿Puedes usarlo un poco más? Por favor...- Hizo una mirada de necesidad, la extrañaba tanto que no lo iba a soportar

Konan quedó extrañada ante la actitud de su novio, lo conocía muy bien. No era de aquellos que pedían un favor, sólo él daba comienzo a la iniciativa sin preguntar ni detenerse pero no tuvo más que otra que acatar a su petición.

-Ok, Yahiko-kun…

-Lo siento, Konan. Te lo quitaré cuando termine

Acarició el rostro de su amada dando comienzo a otra ronda de besos donde sus lenguas comenzaban a retorcerse y bailarse entre sí, el pelinaranjo sentía en sus papilas sobre el sabor embriagante del pastel como la dulzura en medio de los alientos… Yahiko deseaba a Konan más que una sola chica hermosa.

-Pastel…- Un hilo de saliva separaba a los labios que se veían tan fijamente- Konan, sabes a un pastel dulce y delicioso- Sonrió infantil, no solo por su aliento sino que también por su aroma, su olor natural o quizás el shampoo que usaba o el perfume que se echaba, de verdad hasta él no lo entendía

-Oye, estás extrañamente excitado hoy- La chica del origami infló las mejillas- Ha pasado un tiempo un tiempo desde que actuaste así

-¿Eso crees?

Yahiko con sutileza dirigió su mano al busto de la joven apartando un poco la chaqueta dejando espacio a la playera negra, ubicó su tacto sobre el seno derecho, era suave y a la vez el muchacho temía quedar bastante duro antes de tiempo.

-Konan, ¿Estás usando tu brassier verde?

La joven al sentir el pequeño estimulo respondió un algo temblorosa

-Hm… Es muy cómodo de usar

El pelinaranjo estaba con una pequeña sonrisa pervertida en su cara, era incomodo pero no podía evitar sentirse caliente, quería dar lo mejor de sí para una buen rato de intimidad con su angelito, no podía controlarse al sentir los melones de la chica del origami.

-Jejeje, esto es super pervertido

-El único pervertido eres tú, Yahiko

-Bueno, soy un chico después de todo

Yahiko metió sus manos debajo de la prenda hasta llegar como en dibujar la forma redonda del busto de Konan decidió probar su tacto de manera lenta y sutil moviendo las tetas de un lado a otro como unos globos de agua en una mesa; por otro lado, la peliazul estaba temblando como tratando de contenerse pero comenzaba a respirar a pequeñas bocanadas.

El pelinaranjo le sorprendió, su angelito era más sensible que de costumbre. Se preguntaba si eso se debía a que estaba con la bandana amarrada a sus ojos y no podía contenerse rápidamente. No dudó en alzarle la camiseta y el sostén para comenzar a chupar y mordisquear aquellos botones rosa. La chica del origami no podía dejar de gemir, era extraño que estando en la oscuridad pudiera ser más dócil que nunca como si su cuerpo fuera invadido por varias cosas.

Era increíble lo que sentían ambos, Konan sentía que su cuerpo ardía como recibiera picazones y Yahiko sentía que algo iba a explotar dentro de él y expulsarlo. No dudó en trasladar su tacto sobre la falda corta negra de la contraria la cual se aferraba a su cojín verde sintiendo ese áspero roce que invadía todo su sistema nervioso.

El pelinaranjo le quitó de manera lenta la falda haciendo estremecer más a la peliazul sintiendo como sus piernas temblaban ante el descaro acto de su amado. Yahiko quedó totalmente boquiabierto y hasta sonrojado aparte de sentir esas ganas de orinar pero no lo eran del todo, de hecho nunca se lo esperó ni tampoco lo creía, hubiera jurado que su novia con 14 usaría cualquier braga, vamos, todas las chicas a esa edad usan las que tienen franjas o decorados junto a un moño pero…

Sus pantsus (Si es que se le consideraba así) eran muy pequeñas, eran de un color negro y en ella estaba estampada una especie de circulo morado en el cual habían otros círculos dentro y un solo punto resaltante negro en el centro de dicho circulo (Para las que no entendieron, en pocas palabras, el rinnegan estampado en esa braga… Lindo, ¿No?).

-Yahiko… Mi ropa interior… Es vulgar, ¿Verdad?- Dijo la chica del origami con tono algo tembloroso

-Es muy lindo…- No se podía quitar ese maldito rubor de encima y para colmo ver a la peliazul con esas prendas lascivas y excitantes que en cualquier momento perdería el control.

El pelinaranjo en menos de nada comenzó a rozar de abajo-arriba el centro de la peliazul la cual dio un respingo apretando los hombros de la playera, Yahiko sentía que con ese simple roce ya Konan se estaba mojando, luego con dos dedos moviéndolos sobre el centro. Konan subió los pies ante el estrecimiento como si algo la estuviese asustando.

-Konan, estás mo…

-¡Por favor Yahiko, no lo digas!

La pobre comenzó a caer entre gemidos mientras apretaba la prenda de su amado, la pobre estaba comenzando a llorar a lo que el pelinaranjo decidió ser paciente como en ir despacio a pesar de sus ganas pero no quería exceder. Konan, en cambio, estaba cayendo en el placer, se sentía llena de aquello que la hacía sentir en el paraíso y aparte no podía pensar de manera clara.

-Yahiko, Yahiko, ¿Dónde estás?- Dijo la peliazul en un tono asustada mientras su amado pelinaranjo se aproximó para que los temblorosos brazos sujetaran su cuello y acercar su rostro al de ella

El buen Yahiko besó para callar su voz de miedo mientras le susurraba al oído que él estaba muy bien, que estaba con ella, estaba conmovido por ese lado nervioso y dócil de su angelito, sus dedos empujaban las paredes de la joven hasta que ésta llegó al orgasmo, dando pequeños alaridos en medio de los besos.

-Yahiko, lo quiero…- Ese tono suplicante prendió las alarmas de pasión en el pelinaranjo el cual no dudó en quitarse el cierre y desabrocharse el cinturón dando con su miembro aunque estaba dudoso de que le iba a quitar la venda.

Yahiko como un tarado al verle el trasero a Konan, esas pantsus no eran pantsus…. De hecho los glúteos de la joven no estaban cubiertos exceptuando la raja… Entonces… Mandibula caída, sangrado nasal y ojos saltones… Por alguna extraña razón se le escuchaba en su mente aquella singular canción de merengue más un letrero que decía T-back.

La próxima vez mataría al bastardo de Obito o a Rin… Quizás a Naruto y a su novia… Ah cierto, aquella vez que fue al arcade con Nagato miró a Hinata la cual estaba comprando algo en una tienda de ropa interior y recordaba que su amiga Sakura le estaba haciendo algún comentario haciendo avergonzar a la pobre… ¿Entonces Rin y Hinata usaban esas cosas? Ahora entendía por qué ese par en ocasiones no daban un dedo para ese maldito trabajo de Power Point.

Y también mataría al perver de Kakashi que en una excursión a la playa lo bailó con Anko… Maldita canción de merengue del grupo Oro Sólido, al menos la prenda rica de la que se mencionaba no era roja pero ese circulito morado como si fuera un ojo mágico le quedaba muy bonito.

Sacudiéndose la cabeza decidió ir a… ¡Maldición!... Estaba tan ocupado en ese estúpido trabajo y estaba tan calenturiento que no acordó de mover sus pies por un preservativo, estaba jodido, quería hacerlo pero no la quería cagar, ¿Parar o seguir? ¿Parar o seguir? ¿Parar o seguir?... Pero hacerlo hasta el final, pero no quería arruinar su juventud y claro no quería que alguien tan talentosa y bien estudiada no terminaría en lo más bajo por los errores comunes de los jóvenes que no miden sus consecuencias terminando en resultados sexuales.

No quería dudar más, decidió ir en marcha… Konan estaba en cuatro y Yahiko le iba a hacer el Pain y sus seis caminos (Ustedes me entienden). Introdujo el falo dentro de la flor de la chica del origami apartando la prenda íntima para dejar al visto su trasero. La sostuvo de las caderas y en menos de nada decidió empujar a la peliazul de manera algo lenta como si ajustase la fuerza, la necesaria para hacerla sentir mejor.

Konan apretaba la almohada mientras sus caderas perdían el control ante los empujes de Yahiko, la "Estaca" del pelinaranjo era grande, los empujes llenaban sus entrañas mientras que el muchacho sentía como el interior de su amada lo apretaba demasiado, estaba cálido y caliente. Era bastante raro dando el duro contra el muro (Perreo para los idiotas que bailan y saben de reggaetón) pero era algo más emocionante que hacerlo del modo convencional, se sentía genial, era pegajoso como un malvadisco.

Konan se puso a morder su almohada favorita pero le duró poco el rato cuando las manos del rudo Yahiko le cogieron los pechos y los movía a todas partes, la chica estaba que se quemaba como un papel en una hoguera al sentir todo su cuerpo siendo poseída por manos, pero cualquier par de manos sino unas grandes que no paraban de rodear y sentir por todo su cuerpo y que la masajeaban constantemente.

-Duro… Duro… Más duro…- Decía jadeante la chica origami que sentía que el dolor era amor, Yahiko se movía como una bestia primitiva como si su pene fuera el receptor y el utero su interruptor

Los golpes y chapoteos hicieron presencia aparte de los gemidos y jadeos entre ambos chicos, ella cayendo en la lujuria y él siendo rudo que la hacía sentir de todo, asombroso en pocas palabras al sujetar el trasero de la peliazul contra la fuerza-presión del pelinaranjo… Hasta que el muchacho apretó los dientes y… Shinra Tensei…

-Konan… Voy a…

La explosión no se hizo esperar, Yahiko gruñó como si le hicieran una cruel herida mientras que Konan gritó de manera tan erótica que se escuchó quizás por el pasillo o por el piso donde vivían y ya pasados unos segundos los dos cuerpos se tumbaron bocabajo. La peliazul se quitó la venda mientras su vista ahora solo daba con un Yahiko que la besaba con amor, mucho amor, pues no era justo.

-Konan, ¿Estás bien?- Preguntó el muchacho con preocupación

-Estoy bien…- La mano de la joven volvió a abrazar al muchacho que decidió despojarse de su camiseta mientras la joven comenzaba a acariciar su fornida espalda y su marcado tórax, seguir con el baile de sus cuerpos como en ver lo más ocultos en ellos.

Yahiko se conmovía ante la mirada dolente de una Konan que con lágrimas y quejidos de placer acariciaban su rostro varonil en busca de más amor que llenara todo su ser, como a ella le agradaba esa cara de posesión y necesidad de su amado y hacerla sentir lo más hermoso en su vida, estar en sus brazos la hacía sentir en paz.

Se sentían bien el uno al otro cuando eran honestos entre sí hasta que se aferraban hasta que les faltara el aire y terminaran abrazándose el uno al otro hasta recuperar al menos el aliento para hablar.

-Konan, ha pasado un tiempo desde que lo hicimos así- El pelinaranjo abrazó muy fuerte a la chica del origami la cual se sintió reconfortada por olor del durazno masculino de su amado- Relajarse en casa es lo mejor, ¿No lo crees angelito?

La chica exhaló sintiéndose en paz

-Realmente lo es…

Y ambos decidieron dormir hasta el alba…

-Konan, tengo una pregunta

-¿Qué pasa Yahiko?

-Eres una cochinita…- Hizo una sonrisa pervertida

-Yo no soy una cochina…- Bufó de enojo

-¿Por qué llevas una tanga?

-…- La joven se sonrojó de la vergüenza e intentó irse a otro lado pero el pelinaranjo le hacía una mirada de perrito a lo que dio un suspiró y explicó- S-solo lo usé por esta noche…

-¿Y…?

-Pues… Me pareció muy práctico y bueno… Según lo que me dijo Rin-chan es que realzan mucho los glúteos y…bueno yo…- De pronto comenzó a llorar estilo anime, se estaba muriendo de la pena a lo que el muchacho la abrazó de manera tierna para que dejara de llorar hasta que entraron en sueño hasta la primera luz del día