Nota: Ninguno de los personajes me pertenece, la historia sí. Esto esta hecho por sólo entretenimiento y no tiene ningún tipo de lucro.

Aclaraciones: Cursiva negrita llamada de radio. Sólo cursiva pensamiento directo. Todo esta bajo la perspectiva de Marinette. Otras aclaraciones abajo.

.

Capitulo 01:

Cuéntame tu historia.

.

"Y ahí estaba yo, de frente con el chico que me traía completamente loca, portando un vestido campana color cereza, con la melena suelta y mirada gacha. Si él no estuviese parloteando tanto de seguro habría notado ya que no presto atención en absoluto a lo que dice..."

"Espera" interrumpe la voz femenina al otro lado del estéreo "Dinos, geek girl, ¿cómo es que llegaste a esa situación?

Habría reído ante el apodo geek girl de no ser porque fue el anónimo que yo auto apodé al llamar a Cuéntame tu historia.

Si me hubiesen dicho hace once semanas -apróxidamente- que estaría el día de hoy hablando con una operadora a través de un canal de radio, que a mi parecer era algo tonto seguramente me habría reído o enojado por igual ante la burla, pero eso fue hace once semanas y todo era diferente para entonces.

Oh, todo era tan diferente.

"Ah, sí, claro" musité ante la voz femenina que esperaba por una respuesta "Todos los oyentes se reirán mucho, pero todo comenzó una mañana del sábado, con una jaqueca fenomenal y la habitación de un no tan desconocido chico rubio"

Me removí incómoda en el sofá de mi habitación, tratando de recordar todos y cada uno de los sucesos que me llevaron hasta el día de hoy.

Es una historia larga parafraseada en párrafos, ¿quieren escucharla? Muy bien, todo comenzó un día de Mayo...

.

¿Ven a ese enredo de piernas y brazos enrollado en el sofá junto a las sábanas, con un rastro de baba en los labios y abrazando una pequeña almohada? Sí, esa soy yo. Marinette, Marinette Dupain Cheng.

Por el horrible modo de dormir se habrán dado cuenta que no soy la chica rubia de faldas cortas que todos admiran, tampoco tengo piel tostada y risos perfectamente cuidados.

Yo soy, en cambio, una geek no declarada y aquella mañana una intrusa en una sección de departamento masculino.

Desperté con la garganta seca, los rayos de sol colándose atrevidamente por mi ventana, el sofá se sentía incómodo por la cuerina que cubría el...

Esperen.

Yo no tengo sofá de cuerina, ni ventana que pueda estropear mi sueño.

–Creí que dormirías por siempre– murmura una voz masculina aterciopelada, en una extraña combinación de burla dulce.

Despabilé en ese instante, notando las paredes de un color verde natural y el gran mural de música jazz frente a mi.

¿Pero, qué...?

Miré al chico rubio al otro lado de la sala, el dolor de mi cuerpo entumecido sólo siendo vencido por la alerta a una situación que requiriera un escape.

Quizá podría correr sin tropezar por una vez en mi vida.

–¿Quién eres tú?– pregunté, alternando mi mirada de él a la puerta que esta a unos metros, aún sin siquiera saber si es una salida o sólo otra habitación.

–¡Oh!– escuché al rubio murmurar, mis ojos volvieron a su figura simplemente para verlo hacer una mueca de fingida aflicción tan mal dramatizada que me hizo fruncir el ceño –No te acuerdas de mi, debería sentirme ofendido, princesa.

Intenté dar un paso y las impecables paredes, altas y con un acabado de mármol, giraron a mi alrededor. Entrecerré los ojos en dirección a la puerta, demasiado confundida para comprender, muy adolorida para pensar con claridad.

¿Qué es lo que había...?

Volví mi cabeza por la habitación y, en lugar de recordar como planeaba, una punzada de ardor muy agudo invadió mi cabeza, descorcentandome.

Una imagen en mi mente después de cerrar los ojos se hizo presente. Aquel vago recuerdo del whisky hizo que mi atención volviera al cincelado rostro de Adrien.

Hay algo que recuerdo ahora, Adrien Agreste sentado junto a mi en la barra del bar, bebiendo y charlando como dos grandes amigos aunque nunca hayamos cruzado media palabra antes -pese a compartir facultad.

Él pareció leer mi reconocimiento y sonrió satisfactoriamente.

–Tú...– titubeé, su deslumbrante gesto me hizo sentir tan nerviosa como ansiosa, quería salir de ese lugar –Eres Adrien Agreste.

No obstante -y pese a mis ansias- había mucho de que hablar para, al menos, no tener esa sensación de que algo muy malo pasó aquí en cuanto me retire.

O huya, cualquier opción es buena.

–Así me llaman– sus musculosos brazos fueron directamente hasta detrás de su cabeza en una postura por demás relajada.

¿Cómo él podía estar relajado?

Yo no me he colocado de pie aún con propiedad y ya me siento demasiado inquieta.

Tomé los zapatos del suelo en cuanto los vi y comencé a colocarmelos sentada de vuelta en el sofá. En el incómodo sofá donde pasé la noche.

Pero, ¿qué, por todos los cielos, pasó aquí?

Como si el muchacho leyera mi mente me lanzó una mirada divertida antes de hablar –No recuerdas nada, ¿verdad?– su pregunta sonando muy cerca a una afirmación.

Sentí el calor acumularse en mis mejillas ante la idea de ser descubierta y bajé el rostro, concentrando mis ojos en atar los cordones de mi zapato deportivo. Estoy segura de que mi azabache flequillo es suficiente para que Adrien no vea mi sonrojo.

Aún así lo escucho reírse.

Mi hombros se tensan cuando su calmada voz suena de nuevo –Por alguna razón, que aún no comprendo, una chica como tú estaba anoche a las diez en el bar Miraculous tomando whisky.

–No hablo de eso– interrumpí, mi cabeza clavada aún al suelo pese a que el cordón del zapato ya estaba perfectamente anudado.

Por supuesto que yo tenía la versión sobria.

Y era algo que no iba a compartir con él.

Adrien alzó una de sus perfectas cejas rubias hacia mi, inquisitivo. Para este punto ya no pude evitar mostrar mi rostro y estaba segura de que no podría sonrojarme más ni aunque quisiera cuando me señalé a mi misma y luego a él en una insinuación vaga.

El chico pareció comprender de inmediato y una chispa de diversión bailó en sus ojos verdes.

–¿Te refieres a nosotros?– preguntó aún cuando no necesitaba hacerlo –¿De verdad quieres saberlo?

Gemí audiblemente, enterrando el rostro entre mis manos ante la pregunta. Yo, ¿me enredé con el soltero más cotizado de la facultad? ¿pero, que caraj...?

Entonces él rompió a reír y yo estuve muy tentada a buscar un hoyo donde hundir la cabeza.

–Pues si en serio quieres saberlo...– continuó, para mi tortura, pronunciando lentamente –Estuviste toda la noche vomitando y no dejaste que durmiera por sostener tu cabello y evitar que fallecieras ahogada.

Descubrí mi rostro con incredulidad.

¿Él acaso dijo...?

Busqué la broma en sus ojos, esperaba que me dijera que, además, habíamos tenido una noche movida no apta para menores que yo no recuerdo, pero él ahora se mantenía sereno.

Incluso parecía... ¿gentil?

–¿Entonces, tú y yo no...?– dejé la frase a medias intencionalmente.

Adrien arqueó ambas cejas con fingida inocencia rodando en sus expresiones –¿Qué si dormimos juntos?

Desvié la mirada y volví a asentir.

–No soy tan fácil, Marinette.

–¡Oye! Tampoco yo lo soy.

–Ya lo creo que no, anoche mientras pregonabas tu amor hacia Luka me lo dijiste una y otra vez– Adrien carraspeó. Luego escuché una ridícula voz fina que inútilmente trataba de imitarme –No soy una fácil, no voy a desnudarme frente a ti aunque seas... ¿cómo me llamaste?

Ante sus palabras un vivo flash back tocó mi memoria. Su brazo alrededor de mi cintura mientras yo no podía si quiera mantenerme en pie.

Por favor no lo digas rogué en lo más recóndito de mi mente.

Por favor.

–Todo un play boy's juvenil.

Oficialmente, sigo dormida y esto es una autentica pesadilla, ¿verdad?

¡¿Verdad?!

Sentí de inmediato el calor abordar mi rostro, un vaporoso aire a mi alrededor y, por consecuente, la estruendosa risa de Adrien al fondo.

Si no estuviese tan avergonzada, me parecería un lindo sonido -sin burla cruel realmente, sólo diversión franca- pero ¿cómo es que podía considerar algo de lo que sea en este instante, si mi sonrojo me cubre hasta los oídos?

Literalmente.

–Capté el mensaje– murmuré, labios apretados y manos cerradas en puño –Es fácil divertirse de la chica ebria.

A paso lento -aún estaba muy avergonzada para cualquier cosa- me dirigí a la única puerta visible del lugar.

Un pasillo corto, estrecho y de color piel era lo que me distanciaba de la salida cuando Adrien tomó mi brazo suavemente.

–No haz captado el mensaje.

Esta vez su tono se escuchó serio y el tinte de terciopelo en su voz se agrabó.

No giré a comprobar la, seguramente, expresión de rigor en su cincelado rostro.

No tenía un porque, de hecho.

–Escucha Adrien, te agradezco que me hayas ayudado ¡mucho! ¿ok?– solté mi brazo de su agarre sin si quiera mirarle aún –Pero yo tengo que volver a casa y tú a tu vida normal de estatus perfecto así que ¡hasta luego!

Di uno, dos, tres pasos al frente y mis dedos tocaron el frío picaporte.

Debí darme más prisa y, quizá, si mis anteojos no estuviesen tan sucios habría visto lo suficiente como para realmente darme más pira, pero bien dicen que el hubiera no existe, ¿no?

–¿Y si te digo que puedo ayudarte con Luka?

Toda intención de marcharme se marchó primero.

¿Acaso había dicho...?

Volví mi cuerpo a él, aún de pie detrás de mi y con su cabello ligeramente más revuelto que hace un rato –¿Cómo?

Adrien compuso una mueca en los labios por un segundo tan pequeño que creí había sido imaginaciones mías.

Luego carraspeó –Luka es mi mejor amigo, sé exactamente que tendrías que hacer para llamar su atención.

–¿Y a cambio que querrías?

Los verdes ojos del chico conectaron con los míos –Quiero que también me ayudes con tu amiga, Kagami.

.

"¿Qué fue lo que dijiste?"

"¡Ja! ¿que qué dije?" reí "Debes estar bromeando"

"Te aseguro que los oyentes esperan respuesta"

"Pues... ¡sí!"

Claro que yo no sabía, para aquel aparentemente inocente momento, cual sería el desenlace de la historia.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Nota: Esta historia estaba siendo subida hace un tiempo como multicapitulos, iba a ser larga, con una trama bien estipulada y todo eso.

¿Qué pasó?

Me plagiaron.

Sí, me plagiaron. El coraje y frustración fue tan grande que aunque la historia copiada fue eliminada también decidí eliminar la original (o sea la mia) simplemente perdí los animos de continuarla y verla allí me daba jaqueca.

No obstante, estuve pensando en todos los lectores que se quedaron con las ganas y me dije: ¿Por qué no retomar la idea?

Así que misma idea (con algunos pequeños cambios) reducida a Three Shot porque es para lo único que me dio ánimos.

Si eres un antiguo lector ¡espero que esto no te decepcione! Si eres un nuevo lector ¡bienvenido!

-La edad de los personajes es de 19 años y van a la facultad-

Esta historia esta disponible también en Wattpad y tengo una pagina en Facebook por si quieren avances de como continuará o contactar conmigo. Ambos links (wattpad y facebook) se encuentran en mi perfil-biografía.

¿Comentarios? Es lo que me alienta a seguir.

Agradecimiento especial a los seguidores de la historia original: Emely-nya, Chao Ling-Yin, Manu, AkiRoss, DragonGirl2612, Swiftaculous901, LittleRain0048, Eri-san, Nette San.

Los quiere FanNeurtex.