III




La música podrá ser una magia poderosa. Pero el Amor, lo es aun más.

Y yo estoy aquí, vistiendo una túnica del color marfil, como orgulloso Padrino de bodas.

Podría decir mucho de estos dos primeros y mejores amigos de toda mi vida. Podría hablar de la etérea belleza de Hermione, de su forma de caminar elegante y segura por el pasillo hacia el altar mientras su padre la conduce lleno de solemne alegría y orgullo. O de mi amigo Ron, alto y gallardo en su sitio, vuelto maestro en ocultar su miedo y su nerviosismo por no echar a perder el día más importante en su vida.

Ni mucho menos, ridiculizarse en frente de ella.

Puedo decir muchas cosas, pero la más importante es que no importando los años venideros, ni los incontables sucesos que me esperan, encuentros y desencuentros, ni siquiera que el mundo se hiciera pedazos; Yo, jamás los olvidaré.

Porque son inolvidables.

Y lo son, porque junto a ellos al fin pude conocer que era ser amado. Y fue el mejor amor que pude tener, dulce y fraternal. Amor total y cercano, estrecho hasta curarme. Fui amado tierna y locamente por ellos dos, y mi cuerpo y mi espíritu han quedado marcados por ese amor que durará mientras existan.

Ese pensamiento me saca una sonrisa y desde mi sitio, puedo ver a varios amigos de Huffepuff, algunos Ravenclaw, unos cuantos Slytherin que aún nos sorprenden. Y a casi toda la generación Gryffindor que nos acompañó, vestidos de túnicas rojo y amarillo como un mudo homenaje a la casa que fue nuestra durante siete largos años y de la que nos llevamos lo mejor y lo peor de nuestra vida.

Trato de identificar a algunos de los presentes y localizo a Oliver Wood, alto, radiante, junto a su esposa y una linda niña con un botón del Pudlemere United prendido a su pequeña túnica Gryffindor. Por allá me encuentro con las presencias de Crabbe y Goyle que parecen mas relajados que nunca; Justicia sea hecha, son excelentes como amigos y Draco aprecia profundamente el que sigan a su lado.

Y hablando de él, lo veo ahí en primera fila, separado de los gemelos por Ginny, Angelina y Katie quienes ya sostienen sendos pañuelos en sus manos. Fred y George aún no le perdonan el que haya ganado su corazón. No me queda duda que Draco debe amarla sobremanera como para aguantar semejante persecución de su parte. Pero lo aceptaran, el tiempo siempre ayuda a que aceptemos las cosas.

Y eso me hace pensar en mi padrino, y siento que los ojos me pican. Le hecho tanto de menos... Hay cosas tan injustas, tan tristes en esta vida; y me encuentro pensando en lo mucho que me habría gustado que estuviera aquí, lo que me hace ver que aun me falta mucho camino para entender su partida.

Pero la vida también te regala instantes llenos de dicha, y mis ojos se encuentran con los ojos de miel clara de ese casi segundo padre para mí. Tiene muchas canas, pero su rostro antaño cansado ahora luce la serenidad tranquila de un hombre que poco a poco empieza a sentir paz en su interior. Y es tan así que una chispa juvenil empieza a nacer en sus ojos, en su mirada. Lo sorprendo revisando su túnica café oscuro que le he comprado para este día. Sé lo que aprecia una túnica decente, los regalos y la aceptación de otros. Me hace feliz saber que puedo darle todas esas cosas, que para mí es un precio muy pequeño en comparación a lo que él me da.

Nos seguimos mirando y agitamos nuestras manos y nos sonreímos mutuamente, es maravilloso presenciar estos momentos y nos hace muy felices. Su felicidad es mía también, y aunque extrañemos terriblemente a mi padrino, seguimos de frente, como el siempre quiso, como lo pidió la última vez que nos vimos.

Y aún creemos sentirlo en el aire, en cada uno de todos los instantes de nuestra vida. Y el profesor Lupin ríe y le da un pañuelo a la señora Molly que llora a lágrima viva.

Es un privilegio poder llorar de tanta alegría.

Luna, Tonks, Fleur, las madres de Ron y Hermione, Ginny, todas sentadas y con los ojos brillantes. Y las miradas se vuelven aún más radiantes cuando mis dos amigos se encuentran; el padre de Hermione la deja deslizarse de su brazo y con sus manos, le entrega a su futuro yerno lo más preciado de su vida. Y mi amigo, con una caballerosidad inusitada, toma las manos de su amada Hermione entre las suyas.

Las miradas se conectan, y me doy cuenta de cuán hermosas son sus manos, largas y blancas, pero sólo Ron las tiene pecosas. Son manos llenas de amor a punto de desbordarse, y se conforman sólo con prodigarse suaves caricias mientras tiemblan de amor entre ellas; hay nervios y dicha llena de ganas de gritar al mundo su amor.

Están temblado de amor y de dicha, y también algo de miedo. Los ojos de Hermione brillan mas bellos que nunca y los de Ron son cielo lleno de luz. El carraspeo del maestro de ceremonias los hace volverse a la realidad, conscientes y avergonzados, suben los pocos escalones que faltan, con las manos fuertemente entrelazadas. Y una sonrisa inmensa en el rostro.

Alguien aplaude, y todos les siguen, veo lágrimas, felicidad, alborozo. Celebramos a la vida y al amor. Al amor que es la fuerza más grande este mundo. El que obra los milagros, y mi vista vuelve a esas dos personas, aún sentadas en primera fila. Son plata y fuego, que miran con alegría y anhelo a la pareja que se casa.

"Estamos aquí reunidos, para unir en santo matrimonio..."

El timbre profundo del Sacred Mage inunda el lugar, mientras la mano de una pelirroja y un joven aristócrata, se deslizan sutilmente, hasta encontrarse.

"...a Ron Weasley y Hermione Granger..."

Sus dedos se entrelazan suavemente, sin dejar de mirar al Sacred Mage y nuevo Director de Hogwarts, oficiando la boda de mis dos amigos más amados, con su avasallante autoridad, semblante grave y ojos distintos, enfundado en azul oscuro.

No es su boda, pero es como si lo fuera. Draco ha quedado en el mismo estado de Ron, mientras estrecha con fuerza la delicada mano de su amada pelirroja, las mejillas se le han coloreado, los ojos están más brillantes que nunca, y sé que al fin, él es tan libre como yo. Y Ginny no puede pedirle más al cielo al sentir las manos de él enlazadas con las suyas, con el rostro surcado de lágrimas, soñando con su propio momento. Ansiándolo como nada en esta vida.

Pienso en lo sorprendente de este hombre que los casa.

"... para amarse y respetarse..."

Todos alzamos las varitas a una orden del Sacred, mientras Hermione y Ron unen las suyas solemnemente, sin sombra de duda a sellar el pacto que los unirá incluso más allá de la eternidad. Donde no sólo es unión de cuerpos físicos por medio de leyes, sino de espíritus por medio de magia, solo posible cuando hay amor profundo y fuerte.

Amor.

Amor que brilla y emana de sus figuras maravillosas, mientras el Sacred sigue hablando, su varita de caoba justo encima, pero sin tocar, de las varitas de Hermione y Ron. El aire y el mundo se han llenado de luz. Y es como un sueño contemplar tantas almas despidiendo magia blanca. Positiva y serena.

"Acepta Usted Ronald Weasley, a Hermione Granger como su esposa... para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe..."

"Acepto"

Su voz vibrante de emoción. Y llega mi turno para dar el anillo, que mi amigo coloca con infinito amor en el dedo de su ahora esposa y recita el juramento en voz alta y sincera para que ella sepa que no es solo la boca, sino el corazón, quien lo dice.

"Hermione Granger, acepta usted a Ronald Weasley como su esposo... para amarlo y respetarlo, hasta que la muerte los separe."

Hermione a duras penas puede decirlo, su voz a punto de quebrarse, y eso a ojos de él, la hace más hermosa.

"A...acepto..."

Y Ginny, junto con Draco, dan a Hermione el anillo que ella acomoda con el mismo devoto amor, con el que recita su juramento para con él.

"Por todo el sagrado poder que nuestro mundo me confiere, los declaro... Marido y Mujer."

La voz del Sacred es solemne y templada en su severidad, y nadie duda que esta unión ha sido absolutamente hecha.

"Puede besar a la novia"

Y he aquí el momento que mi querido amigo más ha temido y ansiado en estos últimos días. Sabe que la ha besado, una y mil veces, de todas formas y en casi todos lugares. Pero... nunca ante tanta gente, tan atenta y a la expectativa.

Ron la toma de los hombros y ella alza el rostro y cierra los ojos, anhelante, esperando el primer beso de su esposo.

Creo que me voy a reír. Alguien morirá de asfixia.

Ha sido demasiado, porque le ha vuelto a pasar aquello que siempre le pasa cuando está emocionado, o enojado o avergonzado... enrojecer de las orejas.

- ¡Ejem!, Señor Weasley, no tenemos todo el día... sin agregar que si teme tanto besar a su esposa, no quiero imaginar lo que NO pasará en su noche de Bodas.

Rojo absoluto, Ron voltea hacia el Sacred que le sonríe malévolamente.

- ¡Pro...profesor Snape! - chilla escandalizado.

El Sacred lo mira casi con ganas de soltar la carcajada.

- Sacred Mage, para ti Weasley, a este paso Señora Weasley nos anochecerá, sería tan amable de... besarlo. -ofrece suavemente con su tono rebosante de sarcasmo.

Sonrisa maligna. Goza poniendo a Ron a punto de colapso.

Pero Hermione lo detiene, decidida, es su día, y sin más enreda sus brazos en el cuello de Ron, jalándolo y besándolo con toda la pasión que una mujer como ella puede tener.

¿Qué tiene tu veneno que me quita la vida sólo con un beso
y me lleva a la luna y me ofrece la droga que todo lo cura?
Dependencia bendita; invisible cadena que me ata a la vida,
y en momentos oscuros palmadita en la espalda y ya estoy más seguro.


Es como si una bomba hubiese estallado, como si Gryffindor hubiese vuelto a ganar la copa de las casas. No creo que pareja alguna haya sido así de ovacionada.

¡Wow!, que beso chicos.

Ron deslizando sus manos alrededor del delicado talle de Hermione y ella revolviendo su pelo.

"Se me ponen si me besas rojitas las orejas."


Y este es el final de una historia que empezó hace doce años en un tren; con un niño huérfano y una cicatriz, presenciando el súbito encuentro entre un pequeño pelirrojo tosco con su nariz manchada y una niñita dientona y mandona que él creyó insensatamente que jamás amaría como la ama ahora.





El baile está en todo su apogeo, lámparas y luciérnagas adornando esta maravillosa noche; Draco y Ginny, tomados de las manos, hablan con el profesor Snape. No es difícil saber de que hablan. Como tampoco es difícil saber, que el aceptará con emoción disfrazada de serena impasibilidad, ser el que oficie su boda.

Al fin tendrá una familia a la que amar.

Y entonces Ron me vuelve a sorprender, cuando desata su propia magia y nuestras vistas se vuelven hacia la pareja de recíen casados; Ron valiente e impulsivo, alza a su Hermione, y cargándola sin dejar de dar vueltas, se vuelve poeta, ante los ojos sorprendidos de todos.

Voz clara y vibrante, llena de emoción.

- Tengo ronca el alma de quererte en esta soledad llena que me ahoga; tengo los ojos llenos de luz de imaginarte y tengo los ojos ciegos de no verte; tengo mi cuerpo abandonado al abandono y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte;

Es amor total y profundo mientras recita, sin dejar de mirarla lleno de adoración.

- Tengo la voz tosca de hablar con tanta gente y tengo la voz preciosa de cantarte; tengo las manos agrietadas de la escarcha y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte...

Y esas son cosas que el amor te obliga ha hacer. Y vaya si lo sé mientras siento suaves y delicadas manos deslizarse por mi brazo.

- A ese poema le faltó algo - murmura soñadora con sus ojos luminosos.

- ¿Aja?, ¿y qué es?

- Que... "Se me ponen si me besas, Rojitas las Orejas" - musita cerca de mi oído con su voz risueña - mira como las tiene.

- Oh, Luna.

- Las cosas que mas quieres, las encuentras cuando menos las buscas, ¿verdad?

- Si, así te encontré.

- ¿Me perdiste?

- Oh, claro que sí, durante quince años de mi vida ... ¿Y tú?

- Creo que sí. Porque me puse muy feliz cuando te encontré.









El Lord al Habla: ¡Al fiiiiin, termineeeé!!! *_____* (joer, he sudado sangre xDD) y he disfrutado horrores haciendo esta tercia de One Shots, para mis niños adorados ^^. Como pueden ver, he metido a mis demás parejas favoritas [Ginny / Draco et Harry / Luna]. Espero haber resuelto el misterio de Draco y que hayan disfrutado la historia. ROJITAS , es la canción que da título a este fic y cuyas letras se entremezclan con la historia ^_^, esta pertenece a un proyecto musical precioso que se llamó Extrechinato y Tú (formado por dos grupos de Heavy español: Extremoduro y Platero y Tú, en conjunto con un maravilloso poeta llamado: Manolo Chinato) Y espero que hayan visto el por qué"Rojitas"... me recuerda a Ron ^_-

Aviaam! xDD... pues agradecimientos a mi Pollito que le agradan estos fics, a pesar de que HP no le mueve el tapete. A mi Zirtie por sus extensas y estupendas críticas a mis cuentitos que me animan tanto *_* (y ser mi Beta esta vez) y por adorar los Draco/ Ginny como nadie. A mi beta Nyaar, escritora admirada, (Luciuuuuus!!! *___*) por ayudarme con sus opiniones y criticas sinceras y el honor de haberla hecho llorar con esta historia. Y a las chicas que me han leído por levantarme la moral y ser el alimento que me anima a seguir. ¡Besos a todas! O--^x^--O.

Y Finalmente, pero no menos importante.

Dedico esta mini saga, con MUCHO cariño y amor a Raquel San, admiradora de mis niños, Remus personal, Beta Reader y amiga querida (y etcéteras xD); que me ha impulsado a dar lo mejor de mí, a borrar, editar y casi no acabar, porque ella se merecía una buena historia y nada más que eso. No se si lo logré, espero que sí ^^. MUA!

Nyaar Comments: La madre que te echó, mylord, haciendome llorar (de nuevo) y EN EL MINISTERIO! Presento mi dimisión. Renuncio!. Me voy a por un cleenex!. snif

Lord comments: AAAGH... noooo!!!! ;____; sniffi! (sale tras Lucius con la caja de Kleenex)