Ranma ½, no es mío. Es de Rumiko Takahashi. Lo que sí es mío, es este fic.
Susurros en mi corazón
Por Mouri-san
RELATO I
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Se te crispaba la piel cada vez que avanzaba con mi relato. Estabas muy molesto, lo podía observar en tus ojos; ese brillo amenazador que se adueñó de tus lagunas azulinas me lo decía todo.
Tuve miedo al principio. Evaluaba una leve premonición sobre tus posibles reacciones, mas no cupo en mí el asombro al notar que las mismas brincaron a lo opuesto: estabas frente a mí, sosteniendo fuertemente mis manos entre las tuyas al tiempo que luchabas por no perder el control... Tan ecuánime como nunca pensé que lo fueras, y aún así, podía sentir que te quemabas por dentro.
Mi alma lo lamentó, no quise atormentarte con semejante noticia pero lo cierto es que mi situación me obligaba a buscar consejo de alguien que, de una u otra manera, hubiera pasado por lo mismo. Necesitaba comprensión¡y quién más, sino mi prometido para brindármela!...
Terminé mi historia. Desviaste la mirada hacia nuestros dedos enlazados y luego te levantaste súbitamente de tu asiento.
No tenía un espejo a mano, por más que lo quise, no logré dividirme en dos, es decir, que una parte de mí quedara sentada en el borde de la cama mientras la otra pudiera presenciar mis gestos al hablar; así que, por más que lo deseara, no supe que viste en mí.
Un hormigueo recorrió mis muslos, y es que, el nerviosismo siempre tiene maneras originales para atacar. ¡Hasta que caí en cuenta, mi tensión era tan grande que inconscientemente impuse presión a mi abdomen! ; ya decía que el aire entrante era escaso y resultó ser por eso.
Aún no hablas, ni siquiera maldijiste, sólo te permitiste perder tu fulminante mirada en el cielo índigo de la madrugada, teniendo quién sabe cuántos pensamientos a la vez.
La luz de la lámpara en mi escritorio juega con tu silueta, creando claroscuros impresionantes sobre tus vertientes. Si en mis dieciséis años hubiera imaginado el hombre en el que te convertirías de seguro me hubiera ido de espaldas. Te transformaste en una persona extraordinaria, tu sola presencia en cualquier lugar impone respeto, siempre que hablas muestras una seguridad sencillamente impactante y ahora que te he contado mi problema no actuaste a la ligera. Sí, cambiaste en muchos aspectos, pero sigues teniendo ese ahínco insufrible por protegerme y aunque a veces me molesta, esa obstinación en ti se convirtió en uno de los gestos más galanes que pude haber experimentado antes.
Tu silencio me ofusca, no es para menos, pero si invirtiéramos la situación, creo que yo hubiera perdido los estribos. Mi terquedad e impulsividad todavía se tejen en mis entrañas y eso en ocasiones nos distancia. Es difícil quitarse esas manías de encima, pero si pudiste vencer las tuyas eso quiere decir que yo puedo con las mías.
Oí cómo tus pulmones abrían paso al aire, observé tus movimientos y supe que el silencio de la habitación no lograba quitarte ese coraje tan mortecino, que va creciendo en tu interior y que se te exterioriza en el cuerpo de una manera cruel.
Aguardé por minutos interminables, hasta que te escuché decir unas cuantas palabras con una frialdad congelante:
-Te descuidé... y no sé hasta qué punto estoy molesto conmigo mismo.
Movías los labios con ligereza, pero en ningún momento me miraste y a esto no supe qué contestar.
-¿Desde cuándo, Akane?.– Apretaste tus dientes y tus puños.
-Lo que lleva del semestre.– Agregué a duras penas.
Encaraste mi rostro a una velocidad que no imaginé que poseyeras, clavando tus pupilas en las mías como si fueran puñales.
-¡Y hasta ahora me lo dices!... Dos meses Akane¡dos meses y se acaban las clases!.– Trataste de controlar tu tono rabioso.
-Pensé que podría con eso, que el tipo...
-¡Pensaste!– me interrumpiste-, oh, Akane, siempre piensas ¡pero no en lo correcto!.–Te agitaste.- Constantemente quieres arreglarlo todo sola. ¡Claro, porque eres invencible¿no es cierto?.
Tu voz retumbaba y yo temía que todos en casa despertaran. Lo que ahora menos ansío es que ellos intervengan, acabando por empeorar la situación.
-Te olvidas muy fácil de aquellos que pueden ayudarte.– Bajaste la intensidad de las objeciones, pero el resentimiento en ti es tan palpable, tan doloroso. Tal parece que otra vez fue todo mi culpa.
Sé que no esperaba que le contestara, Ranma conoce muy bien cuándo tiene la razón y cuándo no. Sus gallardos ojos ya no me miraban, sin embargo pensé que era mejor de esa forma, pues el ser testigo de su visible inconformidad no es un aliciente ideal.
-Quédate tranquila, esto se solucionará más rápido de lo que crees. –Declaraste con suavidad.
Ví que aflojabas el entrecejo, y que lentamente volvía tu respiración al nivel establecido por la naturaleza. Aunque yo tenía algo que preguntar:
-Ranma... –me miraste de reojo -¿qué... qué piensas hacer?.
Empezaste a reír con desgano. Por un instante creí que te burlabas de mi interrogante.
Sin discutir, diste media vuelta, buscando ya la salida; pero antes de que atravesaras el umbral de mi habitación te escuché murmurar:
-Ahora es a mi manera Akane, tenlo presente... y buenas noches.
Cerraste la puerta y yo, como es predecible, quedé hecha un manojo de nervios. Lo admito, si te hubiera contado todo desde que comenzó este incidente, mi vida universitaria sería distinta, pero como lo dijiste, quise hacerlo a mi manera, sin la ayuda de nadie.
Creo que el orgullo cobra intereses muy caros ¡hasta resultan ser peores que los imputados por Nabiki !.
Tendré una noche muy larga para pensar, para recapacitar y para encontrar una manera eficaz para que me perdones y hasta que lo logre, no estaré tranquila.
Me tumbé en la cama y, al término de unas cuantos inspiraciones profundas, quedé dormida.
MOURI-NOTAS: Estos relatos llamados "Susurros en mi corazón", son historias cotidianas, algo melosas, que narran la vida de Ranma y Akane desde sus respectivos puntos de vista, los primeros capítulos Akane contará los sucesos, luego será Ranma, y así, alternativamente. He tratado de darles un matiz diferente, quizás algo poético, y sólo espero cumplir mis expectativas... y por supuesto, que a ustedes les agraden.
Mouri-san
Versión editada: 8/julio/06