Epílogo
AÑOS DESPUES
Los personajes de "InuYasha" pertenecen a Rumiko Takahashi.
ALGO SE MOVÍA ENCIMA DE LA COPA DEL ÁRBOL.
El sol de primavera brillaba suavemente sobre el verde pasto y los arboles que rodeaban la aldea. La vida parecía transcurrir con normalidad.
La forma se revolvió curiosa cuando dos jóvenes salieron de un pozo tomados de la mano. Parecía que después de todo algo de su antigua naturaleza todavía quedaba en ella. Frunció el seño ligeramente, no había que preocuparse, tenía toda la eternidad para ocuparse de ello.
El hombre de cabello plateado llevaba un pequeño niño en brazos, lo cargaba amorosamente y con una ternura que nunca hubiera podido adivinar en él. Podía sentir su felicidad. La mujer de cabello negro lo observaba con una radiante sonrisa, embelesada con la imagen de su hombre y su hijo.
Y tal como la forma esperaba, no sintió absolutamente nada ante aquella escena. Observó a la joven pareja alejarse. Había venido expresamente a probarse a si misma. Ahora que había pasado la prueba podía alejarse a su nueva existencia.
Bajó del árbol convertida en viento etéreo y cuando llegó al suelo, adoptó su forma humana. Un pequeño capricho que aún se permitía y del cual, sabía, nunca se desharía. No le preocupaba que la pudieran ver, sabia que no podrían hacerlo. Excepto…
—Hola Kaede. —susurro suavemente.
Una anciana salió detrás de un árbol. Su rostro estaba marcado por un parche negro.
El lazo familiar es el mas difícil de romper.
—Hola hermana, tanto tiempo sin verte.
Kikyo no respondió la miró y asintió levemente con la cabeza.
—¿Has venido a ver como marcha todo por acá?—le preguntó la anciana.
—No. Ellos no me interesan. He venido a probarme.
Kaede espero con una media sonrisa triste en su rostro.
—¿Y bien?—le preguntó al ver que Kikyo no contestaba.
Kikyo sin embargo no contesto, se limitó de nuevo a asentir con la cabeza.
—Me alegro hermana. Eso quiere decir que ahora ya esta tranquila ¿no es así?
—Si.
Kaede sonrió mientras observaba a Kikyo.
—Sabes, aunque no soy tan poderosa como tu, ni cuando lo eras en vida, si sé que dentro de ti hay más bondad de la que estas dispuesta a aceptar.
Kikyo la volteo a ver, sin cambiar de expresión, sin mostrar ninguna emoción.
—¿Por lo dices?—le preguntó suavemente.
—Has hecho todo esto por ti y por ellos ¿no?
Kikyo permaneció en silencio unos segundos y finalmente contestó.
—Como has dicho no estoy dispuesta aceptarlo.
—¡Oh! pero eso es bueno hermana. —Kikyo la miró nuevamente y Kaede le sonrió. —¿Me dirás exactamente que es lo que pretendías o tengo que seguir intentando sacártelo?
Kikyo observó el cielo y cerro los ojos al recibir la luz del sol sobre su rostro.
—Necesitaba mi alma, Kaede. Ser libre del amor y del rencor que aún era capaz de sentir por InuYasha. Ni en la muerte hubiera podido descansar, no con esos sentimientos carcomiéndome. Mi alma no hubiera podido estar en paz en el infierno ni en el cielo y entonces me hubiera convertido en algo mucho peor de lo que alguna vez pude ser. No podía permitirlo, pero a la vez sabia que nunca podría llegar a ser lo que yo quisiera por que esos sentimientos mortales aun me ataban a ellos.
—Y la única forma de lograrlo era que tu reencarnación estuviera finalmente y para siempre con el hombre que amabas ¿no es así?
Kikyo asintió con la cabeza.
—Pero ¿tenias que haber armado todo ese jaleo Kikyo? No era más fácil que los hubieras dejado seguir su curso cuando eliminaron a Naraku.
—No Kaede. —Respondió Kikyo taxativamente meneando la cabeza. —Ellos aun no estaban listos en ese entonces. Y se los dije. Su amor, por más fuerte, no habría podido resistirlo y hubiera acabado por apagarse, y quien sabe, puede que hasta terminaran sintiendo rencor el uno hacia el otro. Creo que esa chica si lo entendió.
—Mmm, puede ser —concedió la anciana, pensativa. —Pero no estoy muy segura hermana. Ellos realmente se quieren.
Kikyo se encogió de hombros.
—No importa ahora. Además tenia que asegurarme de mi bienestar también. Utilice el cuerpo y sentimientos de esa mujer para volverme más fuerte. ¿Crees que eso tiene algo de bondadoso? —le dijo mirándola.
Kaede la observó reflexivamente.
—No creo que no. Y ciertamente no los trataste con bondad. —Kikyo la observó, Kaede pareció ser inmune a esa mirada, pues estaba riendo alegremente —Pero era lo menos que podías recibir. La Vida y la Muerte no te trataron muy bien hermana, y no te culpo por haber escogido ser lo que ahora eres.
—No creas, Kaede, que era una buena persona. Mis sentimientos negativos estaban ganándome la batalla y si hubiera podido los hubiera eliminado a los dos. Esa hubiera sido una solución mucho más fácil, aunque no hubiera logrado tener todo lo que tengo ahora. Y lo pensé Kaede, mientras estuvieron en ese lugar atrapados conmigo y a mi merced, lo medite fríamente. Estuve a punto de sucumbir al rencor que sentía por esa chica y eliminarla, pero ella ya estaba embarazada y su alma, de alguna manera, protegió a su hijo y no abandonó su cuerpo, por eso no pude eliminarla.
Kikyo siguió hablando.
—Ahora ellos ya no tienen nada que temer. Ya no me interesan más. Ella vivirá tanto como lo desee siempre al lado de él, por el poder de la perla que esta dentro de ella. Se podría decir que ella tampoco es lo que era antes.
La anciana dudo unos segundos y después le pregunto lo que quería decirle desde que la vio.
—¿Eres finalmente feliz, hermana?
—Si eso te hace sentir mejor, si, soy feliz. Yo ya no siento lo que ustedes sienten Kaede. Así que no puedo regirme a través de sentimientos como la felicidad.
Kaede pareció no recibir esa información de manera satisfactoria. Después de todo era su hermana y la quería. Y para su sorpresa Kikyo hablo de nuevo.
—Pero soy libre Kaede. Eso es lo que importa.
Kaede la observó y finalmente sonrió.
—Me alegro mucho por ti.
Kikyo la miró y por un instante Kaede creyó ver una sonrisa en sus delgados labios pero fue un momento tan fugaz que pensó que lo más seguro era que lo hubiera imaginado.
—Adiós Kaede. —le dijo Kikyo y comenzó a caminar hacia las sombras del bosque.
—¿Te veré de nuevo hermana?
—Si así lo quieres vendré. Sólo para ti.
—Sí. Me gustaría mucho. —le dijo sonriendo y asintiendo con la cabeza. —Adiós hermana.
Y desapareció lentamente entre las sombras del bosque. Kaede se quedo en el mismo lugar un tiempo después sonriendo y pensando. Contenta de que todo estuviera ya como debería estar.
Después comenzó a andar hacia la aldea; al llegar vio a los 5 jóvenes, uno de ellos seguía con el bebe en brazos, que tenia un hermoso cabello plateado como el padre y a dos chiquillos que le hacían señas para que se acercara.
Kaede les sonrió y se unió a ellos.
FIN
AÑOS DESPUÉS
—Unas últimas palabras—
Bien, eso es todo, después de cuatro años y 89, 020 palabras, de las cuales 726 son InuYasha y 717 Kagome, por fin se ha terminado. No habrá sido un Harry Potter ¿verdad?, pero aún así estoy orgullosa de mi trabajo y ha valido la pena, pues me abrió al mundo de la escritura, tanto, que de hecho he pensado seriamente volver mi afición en algo serio. Pero nada de esto se hubiera logrado sin ustedes, que muy pacientemente han seguido el interminable curso de este fic¡gracias! Espero que les haya gustado todo la historia por igual. Algunos capítulos estarán más aburridos que otros, lo sé, y habrá muchísimos errores gramaticales y de coherencia pero, espero comprendan, son errores de principiante amateur que ponía todas las ganas del mundo en su historia.
Por sus reviews sé que algunos no estarán a gusto y hubieran preferido la definitiva muerte de Kikyo, pero la verdad es que a mi no me cae mal el personaje, pues la creo un victima de las circunstancias, además tenia planeado este final desde que empecé el fic, hace cuatro lejanos años, y quería mantenerlo fiel a como lo pensé desde un principio. Bueno si tienen cualquier duda, aclaración o descontento, la responderé, si gustan, vía e-mail.
Y solo me queda ya decir¡Hasta luego queridas lectoras, mis mejores deseos a ustedes, donde quiera que estén!
S.R
