Este es mi cuarto fanfic de sailormoon, los otros no los he publicado aún porque no los termino, pero espero algún día me llegue de nuevo la inspiración y pueda continuar con ellos. Este fanfic trata sobre Haruka Tenoh y Michiru Kaioh, así que si tienen algú problema con cualquiera de las dos chicas entonces les recomiendo apretar el botón de forward y buscar otro fic. Ahora van las explicaciones técnicas, en ocasiones me referiré a Haruka como hombre porque será como desde el punto de vista de la gente que no sabe que es mujer, por si causa confusión mi cambio contante de género al referirme a ella. Es una historia original que no tiene nada que ver con la historia original de sailormoon, sólo tomé a los personajes y los coloqué en un mundo que mi cabecita loca creó... ñak ñak...

Pr cierto... Sailormoon y todos sus personajes son propiedad de Naoko Takeushi, yo nada más estoy escribiendo un fic, así que si alguno de sus abogados lee este fic y piensa demandarme, le diré que soy pobre y de familia numerosa T.T

Gracias por interesarse en mi fic, les deseo una buena lectura y espero les agrade ^__^

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~~ Caminos encontrados ~~

Desde siempre, Haruka se sentía fuera de lugar, como si hubiera nacido en una época distinta a la que debía vivir, en un mundo donde sus pensamientos e ideas no congeniaban con las del resto del planeta. La gente no aceptaba su forma de actuar y de vestir, creían que era un tipo de fenómeno porque agradaba de coquetaer con las niñas y actuar como si fuera un varón. En ocasiones, por su físico alto, delgado y fuerte, podía hacerse pasar fácilmente por un apuesto chico y lograba engañar a las niñas ingenuas, no lo hacía por maldad, simplemente le gustaba coquetear con ellas y ver su reacción cuando se enteraban de quien era en realidad. Por supuesto su padre no estaba en lo absoluto de acuerdo con la actitud de su hija y por más que hablaba con ella, la castigaba, la regañaba, ella insistía en no cambiar. El señor no entendía que esa era su forma de ser y era como ella era feliz. Así que a problemas extremos, medidas extremas y decidió mandarla a una escuela especial para chicos superdotados donde la exigencia era extrema y la obligarían a madurar a toda costa: el colegio Mugen en Tokyo. Para Haruka esto no era realmente un castigo, lo veía más como un reto y una oportunidad para buscar encajar en un lugar. Ahora que nadie la conocía podía actuar, ser y hacer lo que ella quisiera y como quisiera, si deseaba usar el uniforme de varón lo haría, si quería coquetear con una chica, igual, ésto era lo que estaba esperando desde hacía mucho tiempo: Libertad.

Era el primer día de clases y también la primera vez que Haruka ponía un pie en la institución, era un lugar enorme, con grandes escaleras, estatuas y pinturas por doquier, lujoso y sobrio a más no poder, realmente era un lugar impresionante y para culminar con lo ostentoso, en el centro del edificio había una fuente de un ángel que fácilmente medía 3 metros de alto. La chica estaba boquiabierta, sólo volteaba a sus alrededores para admirar tan maravilloso lugar.

-Si no cierras la boca se te puede meter una mosca- Haruka reaccionó al escuchar la voz que se dirigía a ella, cerró la boca por inercia y volteó molesta hacia la persona que le habló.

-Muy gracio...sa- se quedó estupefacta al ver a la chica que le había hablado. Tenía lo ojos azules más hermosos que había visto en su vida, una sonrisa perfecta, y su cabello imitaba al mar en color, era un completo sueño.

-Oye, ¿estás bien?- preguntó la chica un tanto angustiada al ver la reacción del joven.

-Este... si, claro... yo - fue lo único que pudo articular Haruka después de la gran impresión. Tomó un poco de aire y recuperó su compostura -Si, estoy bien, sólo que me asustaste- respondió con una sonrisa nerviosa.

-Vaya, eres el primer chico que dice que lo asusto - dijo la chica levantando una ceja

-No quice decir eso, es que estaba distraido y no me fijé y... y...

-Está bien, sólo estaba bromeando - interrumpió al joven con una gran sonrisa -Veo que eres nuevo por aquí, no te preocupes, todos los nuevos se quedan igual de idos cuando llegan por primera vez.

-Ey! no estaba ido, sólo estaba admirando el lugar- respondió Haruka con una gran gota de sudor en la frente.

-Si, si, si, lo que tu digas gruñón- dijo la chica entre risas.

-¿De qué te ries?- dijo la chica rubia con una expresión algo molesta

-Es que hubieras visto tu cara, era para foto.

- mmmmm...- sólo hizo cara de enojada y cruzó sus brazos ofendida, aunque la verdad, le encantaba escuchar la risa de esa linda chica.

- No te enojes, es juego- dijo la joven de cabello acuamarina con una expresión muy tierna de arrepentimiento en los ojos.

-Está bien, como sea- respondió Haruka tratando de sonar indiferente. De pronto escucharon el timbre que indicaba la entrada a la primer clase.

-Bueno, te dejo, suerte en tu primer día de clases- dijo la chica despidiéndose moviendo la mano mientras se alejaba rápidamente para encontrar su salón. Haruka la veía partir cuando le cayó el veinte...

-Oye! no sé tu nombre! Espera!- trató de alcanzarla pero se había perdido entre los numerosos pasillos - Rayos! no sé su nombre y para colmo se me olvidó preguntarle dónde rayos queda el salón 3305- se dijo a si misma agachando la cabeza en frustración y caminando hacia ningún lado esperando que alguien le ayudara.

Al fin era la hora del almuerzo y Haruka estaba exausta, esos profesores, más que catedráticos parecían gendarmes, sólo hablaban y hablaban y dejaban cuanta investigación y resúmenes se les ocurría.

-Ahora entiendo por qué mi padre quizo mandarme aquí - se dijo a si misma mientras checaba la hoja de sus horarios - esto no es una escuela... es una maldita prisión explotadora!

-Y aún te falta el ciclo escolar completo- Haruka volteó decidida a romperle la cara al que se había burlado de ella, pero se encontro frente a ella a la misma chica de la mañana con esa sonrisa hermosa y se quedó nuevamente como tonta. - Creo que tienes un síndrome de hacer caras chistosas cuando la gente te habla.

-Ah?- fue lo único que pudo responder, aún no reaccionaba de la impresión de volver a verla.

-Deberías trabajar en algún circo, haces caras muy graciosas- le dijo la chica entre risas. Haruka levantó una ceja denotando extrañeza.

-Pues no haría caras si dejaras de asustarme- dijo en un tono un poco molesto.

-Pero qué gruñón eres, no aguantas una broma- la chica se sentó del lado opuesto a Haruka. La rubia sonrió confidentemente. -¿Qué pasa, de qué te ries?- preguntó ahora la otra chica un poco molesta.

-Que tu también eres una gruñona jajajajaja- comenzó a reirse de la expresión molesta de la chica.

-Eres un tonto!

-Además de todo rencorosa jajajajajaja- siguió riéndose. La chica de cabello acuamarina movió un poco la cabeza como diciendo "no, Dios mío". El joven seguía riéndose tanto que logró contagiar a la chica quien terminó riendo también.

-Dios, estás loco- dijo entre risas.

-Sólo un poco- dijo guiñándole un ojo. La chica sonrió por el gesto. -Bueno, tu ya sabes algo de mi, ahora me gustaría saber algo de ti.

-¿Sé algo de ti?- preguntó la niña con una expresión incrédula

-Claro, ya sabes que estoy loco- dijo sonriendo -ahora me gustaría que me dijeras algo de ti.

-Ya veo, jejeje... bueno y como qué le gustaría saber de mi- dijo la chica coquetamente.

-Bueno... primero que nada me encantaría conocer el nombre de tan encantadora jovencita.

-Vaya, veo que también puedes ser todo un caballero. Pero... no puedo decirle mi nombre a un desconocido- dijo la chica tratando de hacerce la difícil.

-Me llamo Tenoh Haruka, ahora ya no soy un desconocido.

-Pero es demasiado loco para que le de mi nombre, qué tal si luego quiere buscarme para hacerme algo, qué tal si quiere secuestrarme- dijo muy despacio la chica acercándose a quien consideraba un chico - No puedo arriesgarme- regresó a su lugar. Haruka puso cara de "what?" y luego empezó a reir a carcajadas.

-Dios! qué imaginación tienes niña! jajajajaja... deberías ser escritora o algo así jajajajaja...- la chica le sonrió.

-Está bien, ya me convenciste, no eres un loco maniático secuestrador.

-¿Entonces ahora si me dirás tu nombre?- preguntó Haruka esperanzada.

-Si, me llamo Mi...- en eso el timbre para volver a clases sonó interrumpiendo a la chica -creo que el destino no quiere que sepas mi nombre guapo- dijo levantándose de la silla

-¿Pero entonces cómo te voy a llamar?- dijo un poco asustado de que se fuera sin decirle su nombre. Entonces la tomó del brazo antes de que se fuera y sonriendo le dijo -Está bien, entonces si no me vas a decir tu nombre, yo te pondré uno- la chica se le quedó viendo un poco intrigada - te llamaré sirena- dijo con una gran sonrisa soltando su brazo, a la cual la niña correspondió.

-Me agrada el nombre. Bueno, suerte con el resto de tus clases, nos vemos luego Ruka- la joven desapareció entre la multitud que entraba al edificio. Haruka se quedó parada un rato viendo a la gente entrar, disfrutando de la calidez de la piel de la sirena que aún podía sentir entre su mano.

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Fecha Inicio: Martes 16 de marzo del 2004