RESUMEN: "A veces para que las cosas salgan bien… hay que hacerlas de la peor manera posible" CAPITULO XII "La Pesquisa" De Nabiki, la apuesta y la emboscada.

NOTA DE LA AUTORA: Aquí esta por fin el nuevo capítulo. No alcance a entregarlo en Navidad pero por lo menos lo entrego para Reyes.

Quiero aprovechar la oportunidad para agradecer una vez más a todos lo miembros del Portalfic por haber nominado este fic a los premios del 2005. ¡Gracias! No hay mejor incentivo para seguir escribiendo que algo como esto. Con decir que apenas me enteré que estaba nominada me senté a escribir… claro que no pude escribir nada porque me bloqueé… pero esa es otra historia. En todo caso… Nuevo Capítulo. Yay!

EL CAMINO EQUIVOCADO

Después de abandonar el cuarto de baño Nabiki Tendo ingresó a su habitación sintiéndose cansada y lista para dormir. Se detuvo en seco, frunció el ceño, soltó un ininteligible bufido y cerró los ojos mientras posaba la mano derecha sobre su frente en gesto de irritación.

-Largo.- susurró con ira contenida. -Mañana lo que sea.- terminó dando media vuelta y esperando pronto oír el sonido de la puerta de su habitación cerrándose tras la visita no requerida.

Pero el sonido nunca llegó.

En su lugar la joven Tendo escuchó una voz que le respondía con tranquilidad absoluta. -No- dijo alguien con el tipo de calma que altera los nervios cuando uno no la comparte.

Nabiki dio media vuelta otra vez e ignorando a la visita se dirigió a la puerta y sacó la cabeza hacia el pasillo. -¡Hermana, haz el favor de sacar a tu marido de mi cuarto!- exclamó fastidiada.

Una sonriente Akane no tardó en salir de su habitación y aparecer en el pasaje para acercarse hacia ella. -Lo siento Nabiki,- dijo la menor de las Tendo antes de entrar en la habitación de su hermana. -Es que necesitamos hablar contigo… te estuvimos esperando toooda la tarde.- terminó casi cantando la oración y tumbándose sobre la mullida cama de Nabiki.

La mercenaria no respondió, su rostro enrojeció y pareció llenarse de aire mientras sus manos se acomodaban en puños a los lados de su cadera. Ranma Saotome levantó una ceja. "Así que es cosa de familia," pensó algo divertido mientras observaba la reacción de su cuñada y recordaba el rostro de cierta marimacho cada vez que la molestaba.

Akane frunció el ceño. -No entiendo porque te pones así Nabiki. ¿Qué no habíamos quedado en que nos íbamos a reunir a intercambiar información? Ese fue el trato… ¿O me equivoco?

-No te equivocas.- aseguró Ranma. -Yo sé, porque estuve ahí.- añadió con una sonrisa que hizo que Nabiki sintiera la urgencia de ahorcarlo.

-Ya veo.- dijo la mediana de las Tendo dedicándoles una mirada asesina. -No creen que después de lo de abajo sigo con ánimo de ayudarles, ¿o sí?

-¿Por qué el escándalo?… ya te explicamos lo que pasó.- Dijo Ranma encogiéndose en hombros y metiendo las manos en los bolsillos. -Repito, no hemos recuperado la memoria, y como igual tenemos que hablar con U-chan si quieres mañana le explicamos que fue un malentendido, todo bien, ¿ves?

Nabiki solo respondió con una mueca.

-Y a eso, ¿porqué te importa tanto, Nabiki? tú y Ukyo no es que sean muy amigas que digamos.- terminó el joven con curiosidad.

La aludida suspiró exasperada y sacudió la cabeza. -¿Se pueden ir?- espetó con fastidio.

-Nop- respondieron a dúo marido y mujer en total coordinación.

-LAAARGOOOO….- exclamó la joven casi echando humo por las orejas.- No estoy de humor para un foro abierto.

-Hermana, esto no es un foro abierto. -Explicó Akane levantándose de la cama,- Verás, es más como un interrogatorio.

-¿Qué?- cuestiono perpleja la acusada.

-Tienes mucho que explicar Nabiki.- Terminó Ranma cruzándose de brazos e inclinando la cabeza.

CAPITULO XII

LA PESQUISA

De Nabiki, la apuesta y la emboscada.

Kasumi Tendo, luciendo su maternal sonrisa, tarareaba una canción mientras se dedicaba a lavar la vajilla. Hace ya media hora el resto de ocupantes de la casa se habían encerrado en la habitación de Nabiki y ella no tenía otra cosa que hacer aparte de entregarse a sus tareas domésticas; y francamente estaba feliz de que así fuera.

Después de la partida de Ukyo y algo de drama debido al mal humor con que todo el episodio había dejado a Nabiki, la pareja de recién casados no tardó mucho en olvidar el bochorno que acababan de pasar para dedicarse a cenar tranquilos… pero no callados.

Con Nabiki saltándose la cena debido al mal sabor de boca que los acontecimientos del día le habían dejado, los muchachos se sintieron a sus anchas en el comedor y no tardaron en ignorar la presencia de Kasumi sirviendo los platos, para conversar de ciertos asuntos que al parecer los tenían preocupados.

Debo aclarar, que Kasumi Tendo no es una muchacha curiosa… si hay algo que nunca podría decirse de ella es que sea una chismosa. Pero aunque la curiosidad no es algo que caracterice a la mayor de las Tendo, su buen oído si lo es. Y si bien no lo hizo a propósito, la amable joven no pudo evitar escuchar casi toda la conversación de los recién casados.

Kasumi sacudió la cabeza mientras secaba uno de los platos, se sintió culpable ante la indebida diversión que le causaba el tortuoso interrogatorio al cual seguramente estaban sometiendo a Nabiki en esos mismos momentos.

Sí, Kasumi Tendo estaba feliz de ser ignorada, especialmente después de haber escuchado la maquiavélica conversación de su hermana y su nuevo cuñado. Al parecer esos dos trabajaban bien juntos, todo indicaba que habían avanzado mucho en tan solo dos días. Kasumi sonrió, segura de que todo aquel embrollo pronto se aclararía.

"Que bueno," pensó mientras secaba el último cubierto, "y mientras a mí no me metan…." Kasumi salió de la cocina. "Al menos no por ahora."

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-¿Inocente?- preguntó Akane con escepticismo. -En verdad no esperas que creamos que hiciste todo aquello sin esperar nada a cambio, ¿verdad Nabiki?

La mediana de las Tendo la miró con fingida sorpresa. -Hermana,- dijo poniendo una mano sobre su pecho. -Me ofendes.

Ranma, cruzado de brazos y apoyado sobre la puerta soltó un suspiro. Al parecer su cuñada no estaba en ánimo de cooperar y si las cosas seguían así la noche sería muy larga.

-Te conozco.- afirmó Akane con seguridad.

Nabiki sonrió, su hermana al fin estaba superando aquella ingenuidad que siempre la hizo tan boba. -Bueno, quizás si ganaba algo pequeñito.- dijo al fin en tono divertido.

-Será entonces que por fin nos dices que pasó, nos vamos a dormir y así todos felices.- irrumpió Ranma exasperado.

Nabiki inclinó la cabeza. -Es un poco largo de contar cuñadito, por eso quería dejarlo hasta mañana.

-Habla Nabiki.- dijo Akane con firmeza. -No importa cuanto nos tardemos.

La joven mercenaria se recostó sobre su cama. -Bueno, pero hagan el favor de sentarse, vamos a estar aquí un buen rato.

Ambos muchachos tomaron asiento y la miraron expectantes.

-Mmmm… supongo que en realidad todo comenzó hace exactamente ocho días cuando uno de mis asociados me recordó un asunto que había olvidado por completo. No sé si ustedes dos lo sabían…- los miró con cuidado. -Pero tenía organizado un gran canje en la escuela, ya saben apuestas… no lo cerré cuando me gradué porque había demasiado dinero involucrado--

-¿Eso que tiene que ver con esto Nabiki?

-Paciencia cuñadito,- dijo la joven sin que la interrupción la afectase. -A eso voy. Este canje del que les hablo, pues…

Días antes:

-Ah… había olvidado que lo dejé abierto…- dijo distraída Nabiki mientras maniobraba con el auricular del teléfono aplastado entre su hombro y su oreja.

Sentada sobre su escritorio, había recibido la llamada de su asociada en un momento bastante inoportuno. Estaba a la mitad de la organización del libro contable del Dojo, muchas cuentas se habían acumulado durante los seis meses que estuvo lejos de casa en la universidad, y al parecer tenía mucho que resolver. Sin ella en casa, los Tendo se habían atado una soga al cuello en el aspecto económico, una que por como se veían las cosas y si seguían así… pronto ya ni siquiera podrían pagar.

-Sí, lo recuerdo…- dijo la mediana de las Tendo aún en el teléfono y sin abandonar su tarea. -La fecha de cierre es el 29 de Agosto… pues que se cierre.

Se oyó un ininteligible murmullo saliendo del auricular.

-No son rumores…- dijo Nabiki lentamente mientras ojeaba hacia su ventana. -Me consta que últimamente esos dos andan bastante… extraños.- terminó.

Abajo, sentados junto al Koi se veía claramente la figura de su hermanita y su prometido… Llevaban una hora ahí sentados, o al menos eso era lo que Nabiki calculaba, y no se había escuchado aún ni un solo grito de batalla. "Extraño" la mercenaria joven no encontraba mejor palabra para describir aquel comportamiento.

Otro murmullo le respondió.

-No, Ayumi. No tengo tiempo para intrigas.- dijo mirando a los papeles que la rodeaban con algo más que ligera exasperación. -Además el que se cierre el canje no representa ninguna pérdida, ¿o sí?

Al escuchar la respuesta Nabiki Tendo levantó la mirada. -¿Ganancias? ¿A cuanto ascienden?- la joven escuchó con interés, -Mmm… perfecto.- dijo con una ligera sonrisa.

El indescifrable susurro que le respondía se tornó urgente. Nabiki entornó los ojos. -Oh, por favor Ayumi, recuerdo muy bien la condición esa. Pero, honestamente, dudo que mi hermana se case en los próximos días. Y si hay ganancias de todos modos, pues no veo porque no simplemente cerrarla.

Nabiki Tendo tomo el auricular en sus manos y se acomodó lo mejor que pudo. La conversación estaba tornándose más larga de lo que había esperado.

-Sí, supongo que tienes razón.- adimitió la joven mercenaria. Ayumi pensaba que al paso que iban Ranma y Akane terminarían casados tarde o temprano.

Con una paciencia poco característica en ella, Nabiki escuchó los argumentos de su socia. "Pero si se casan en los próximos 30 días… Señorita Nabiki, la cláusula se cumple y nuestras ganancias aumentan. Nadie le apostó a este verano, los pocos que lo hicieron retiraron sus apuestas después de la graduación."

Nabiki suspiró. Recordaba aquella cláusula, escrita en letras pequeñas en cada uno de los papeles que firmaron las personas inscritas al canje. Indicaba claramente que si los muchachos se casaban en una fecha en la que nadie haya apostado el dinero no sería devuelto si y solo sí HUBIERA boda. Esa bendita cláusula le había costado a Nabiki varios dolores de cabeza y unas cuantas bodas que arruinar.

-No me convence Ayumi, no tengo tiempo para ponerme a armar ese tipo de cosas. Además… la ganancia no puede ser mucha si es que se casan, ¿A cuánto asciende el monto?

Al escuchar la respuesta de su asociada, los ojos de Nabiki tomaron las dimensiones de la vajilla. Su mano tembló, su rostro se contorsionó en una extraña mueca que denotaba algo entre shock y euforia, el tiempo empezó a moverse más lentamente. -¿Perdón?- dijo la joven sin creérselo. -Creo que no escuché bien.

Ah… pero había escuchado bien. De haber sido una caricatura, dos símbolos de dólares se hubieran dibujado en lugar de sus irises.

Presente

-Bueno, al menos eso explica porque estás metida en todo esto.- Dijo Ranma cruzándose de brazos.

-Dinero, hermana… para ti todo es acerca del dinero.- agregó Akane con decepción. -Tú siempre con tus negocios Nabiki.

-Permíteme recordarte hermanita, que si no fuera por mis negocios hace mucho tiempo no tendríamos un techo sobre nuestras cabezas. Por si no lo has notado mis negocios son el único ingreso estable de esta casa- aclaró Nabiki antes de dirigirse a Ranma. -No fue por puro interés que me metí en todo aquel embrollo, quiero dejar eso en claro.

-¿Entonces, por qué?- preguntó el joven con escepticismo.

-No tienen idea de cuanto dinero se ganó.- afirmó la joven con emoción, sus interlocutores entornaron sus ojos en completa sincronía. -Con decirte Akane que pagó tu boda soñada y aún sobra mucho… y no tienes idea de todas las cosas que pediste.

Akane se sonrojó.

-Antes de recibir esa llamada, estaba revisando las cuentas del Dojo…- prosiguió la joven, tornándose seria. -No estábamos muy lejos de la quiebra, me había descuidado bastante…- y después con una sonrisa. -Pero ahora hay suficiente dinero como para no tener que preocuparnos nunca más. Lo hice por el bien de todos. Además… con lo bien que se estaban llevando era solo cuestión de tiempo antes de que decidieran casarse. Lo único que yo hice fue ayudar a que suceda un poco más rápido de lo esperado… Matar dos pájaros de un tiro.- terminó encogiéndose en hombros.

Ranma entrecerró los ojos y la miró con sospecha. -Entonces todo ese asunto fue tu idea… Tú planeaste lo del trato y se lo propusiste a mi mamá.

Nabiki sonrió. -No cuñadito, te equivocas. Fue tu mamá quien me lo propuso a mí. --se cruzó de piernas y continuó su relato. -En realidad me sorprendió bastante… Fue poco tiempo después de enterarme lo conveniente que se había tornado una boda entre ustedes dos. Yo andaba en esas… tratando de idear una manera de lograr que ustedes dos se decidieran a casarse de una vez…, no había forma de chantajearlos para que lo hagan y tampoco era algo que quería hacer.

-Ajá…-murmuró Akane.

La joven mercenaria la ignoró. -Y de pronto, como caído del cielo, me llega un mensaje de tía Nodoka diciendo que necesitaba una audiencia conmigo… Sí, usó la palabra audiencia en la nota. Bueno, en todo caso fui para su casa…

Días Antes

-Te preguntarás porque te llamé aquí Nabiki.- afirmó Nodoka Saotome mientras gracilmente cruzaba sus manos sobre su regazo.

-Debo admitir que me sorprendió un poco, tía.- respondió la joven Tendo, cómodamente sentada en uno de los sofás rojos de la sala de Nodoka. -Pero supongo que debe ser algo relacionado con Ranma.

Nodoka Saotome sonrió. -Y contigo querida, contigo también.

-¿Conmigo?

-Bueno… con toda tu familia.- explicó la mujer. -Me encuentro un poco preocupada por mi hijo y su situación con los compromisos… creo que ya va siendo hora de que ese asunto se solucione.

Nabiki Tendo la niveló con la mirada, -Con el debido respeto tía, los otros múltiples compromisos de Ranma no es algo que considere de mi incumbencia.

-Oh, yo sé linda. Pero estoy segura que tu hermana si es algo que te incumbe, ¿verdad?- inquirió la mujer con una sonrisa. -Eso creí.- añadió después de unos segundos.

-¿Decía?- fue la fría respuesta de Nabiki, incitándola a continuar.

-Pues, después de hablar con mi hijo me di cuenta que arreglar su situación no tiene por que ser algo tan complicado. Creo que es hora de que las familias Tendo y Saotome se unan y tengo una idea que de seguro dejará a todos satisfechos, pero voy a necesitar de tu ayuda linda.

La joven la miró con una curiosidad que no reveló, sus facciones se mantuvieron firmes e imperturbables. Nodoka Saotome continuó.

-Como sabes, el compromiso entre Ranma y Akane fue producto de un acuerdo entre tu padre y mi marido. El acuerdo estipulaba que las familias se unan por medio del matrimonio para finalmente juntar la escuela… pero no estipulaba entre quienes debía ser el matrimonio.

Nabiki frunció el ceño. -¿A dónde quiere llegar, tía?

-Akane es un amor… pero mi hijo y ella no logran congeniar lo suficiente. Tal vez lo mejor sería terminar de una vez con ese compromiso.

Presente

-Espera, espera, -Ranma interrumpió el relato de Nabiki…-¿Lo que mamá quería era ROMPER el compromiso? En verdad quería que me case… ¿CONTIGO?

Nabiki lo miró sin responder.

-¿¿¿Contigoooo? ¿En QUE estaba pensando?

La joven mercenaria volteó los ojos y luego con una ceja levantada le envió una mirada significativa a su hermana.

Akane hizo una mueca de fastidio. -Cállate tonto, déjala continuar.

-¿Escuchaste lo que dijo?- preguntó el muchacho de la trenza y después de ver la cara que le puso su esposa agregó. -Bueno, bueno, me callo.

Nabiki agitó la cabeza. -Gracias,- dijo con ironía antes de continuar.

Días Antes

-No está proponiendo que YO tome el lugar de mi hermana, ¿verdad?- Dijo Nabiki con desagrado.

Nodoka Saotome soltó una risita.

-Pues la verdad no pensé que la idea te disgustara tanto Nabiki.- comentó con sorna la respetable mujer. -Pero tranquila, lo único que necesito es que digas que estás dispuesta a hacerlo…

-¿Qué es exactamente lo que está planeando, tía?

-Querida, tu hermana y mi hijo viven insultándose y diciendo que aquel compromiso es forzado y que… bueno, estoy segura que tú los has escuchado más veces que yo.

Nabiki asintió una vez, sus brazos cruzados. -Sí, aunque no últimamente.- afirmó, lanzando una indirecta.

-Entiendo que se han estado llevando mejor- dijo la mujer con una sonrisa satisfecha. -Es por eso precisamente que creo que esto funcionará.

La mediana de las Tendo la miró verdaderamente intrigada. -Aún no entiendo de que está hablando tía.

-Querida, yo sé que eres una muchacha muy inteligente… y a buen entendedor, pocas palabras… ¿Así dice el adagio, verdad?

La joven la miró exasperada… "Esta mujer da más vueltas que yo." Pensó, sin interrumpirla.

-Planeo llamar a una reunión familiar y junto a mi esposo y tu padre darles a Ranma y Akane un ultimátum con respecto al compromiso. Esto ya ha durado mucho y parece que no va a ir a ningún lado… Ranma y Akane deben tomar de una vez la decisión de casarse, si se negaran a hacerlo…

Nodoka Saotome se puso de pie y suspiró.- Me considero una madre bastante indulgente, y quiero mucho a mi hijo. Lo último que quisiera es verlo infeliz. También le he tomado mucho cariño a tu hermana y me encantaría tener el placer de llamarla hija… pero si el matrimonio no es algo que ellos acepten voluntariamente… no pienso obligarlos.

Nabiki la miró con confusión y algo de pánico…

-Si así lo deciden,- continuó la mujer.- el compromiso será roto de inmediato. Como tenemos un pacto de honor que cumplir la nueva prometida de Ranma serás tú y como sabemos que no tienes ningún interés en artes marciales los herederos del Dojo seguirán siendo Ranma y Akane, así todos felices. -Nodoka Saotome sonrió y al ver el rostro confundido de la muchacha frente suyo se acercó y habló mirándola a los ojos.

-Conozco a mi hijo.-dijo la mujer con seguridad. -Él siempre sabe lo que quiere aunque a veces le cueste un poco de trabajo aceptarlo… A veces hay que darle un pequeño empujoncito Nabiki. Ranma Saotome solo toma decisiones vitales cuando esta en medio de una encrucijada….

La muchacha mercenaria la miró, de pronto entendiendo…

-Me parece tía, que usted está convencida de que todo va a salir como lo espera.- respondió con su sonrisa profesional estampada en el rostro.

-¿No lo estamos todos Nabiki?

La joven Tendo entrecerró los ojos. -Puede ser… - respondió mientras sus labios se curvaban en una sonrisa gatuna.

Presente

La boca de Akane se abrió en un inconmensurable bostezo. -Lo siento.- dijo, y después con la intención de recapitular comenzó. -A ver si entiendo bien… Uno: Ranma y yo nos empezamos a llevar sospechosamente bien de un día para otro. -La joven mercenaria intentó agregar algo pero Akane se adelantó. -Dos: Tú te enteras que si nosotros dos casamos prácticamente te ganabas la lotería. Y Tres: Tú y tía Nodoka arman un plan para acorralarnos de tal manera que no tengamos otra salida aparte de casarnos.

-Discúlpame hermana,- irrumpió Nabiki levantando un poco la voz. -Pero tenían muchas opciones… es más no había razón de peso para que se negaran a la boda. No perdían NADA…. Nada, excepto el compromiso, claro.

La pareja de recién casados se sonrojó. Era la segunda vez en el día que escuchaban el mismo argumento y una vez más se quedaron sin palabras para refutarlo.

-Acéptenlo… nadie los forzó a casarse.

-Es que es MUY raro que no recordemos nada de eso Nabiki. Algo definitivamente sucedió.- dijo Ranma convencido.

-Yo no dije que no pasó nada cuñadito. La verdad me preocupa bastante su situación… Tenía algunas teorías sobre lo que pasó con ustedes, pero Ukyo dijo algo que las reducen a una…

Nabiki pausó teatralmente.

-Ustedes dos fueron hechizados.

Las cabezas de ambos muchachos tocaron el piso. -Nabiki… ahora dinos algo que no sepamos.- dijo Ranma reincorporándose.

-Shampoo está detrás de todo.- afirmó la joven con una sonrisa. -O al menos así parece.

-¿Ukyo te lo dijo?- cuestionó la menor de las Tendo con un ligero frunce en su frente.

-Sí, aunque no en esas palabras. Estaba muy renuente a hablar conmigo. La verdad hermanita, dijo que no hablaría con nadie que no fueras tú.

-¿Por qué?- preguntaron marido y mujer al mismo tiempo y con el mismo tinte de perplejidad en sus tonos.

Nabiki levantó una ceja. "Están pasando demasiado tiempo juntos." Pensó antes de responder tranquila. -A mí no me pregunten. En mi opinión es solo para sacarme de quicio.

La pareja cruzó miradas.

-En todo caso mañana hablas con ella Akane. Y después de eso quiero un informe de ustedes dos. Ya que estamos en eso de intercambiar información, no crean que ustedes no tienen que aportar nada.

Ambos jóvenes parecieron ignorar su comentario… ambos tenían ladeada la cabeza en gesto de meditación.

-Bueeenoooo…- empezó la mercenaria muchacha. -Como parece que necesitan pensar un rato y no creo que tengan más que preguntarme.- dijo serena mientras se levantaba y se movía para abrir la puerta de su habitación.

-¿Largo?- terminó en un tono dulce y fingido.

Una vez salidos de su estupor la pareja de recién casados no tardó en abandonar los aposentos.

FIN DEL CAPITULO XII

EPÍLOGO

El mundo suena distinto una vez que el sol se ha puesto, notó Akane extrañada. La oscuridad aletarga a los seres vivos, y cuando estos duermen la voz de lo inerte resuena rompiendo el silencio.

El canto del viento a través de las rendijas es más fuerte… el perenne caminar del segundero recuerda que el tiempo ya pasó y el murmullo de las hojas al encontrarse unas con otras intenta convertirse en arrullo.

Un arrullo que no provoca el sueño… Sueño cobarde que ha huido sin más.

Akane Tendo soltó un profundo suspiro… mirar el techo había perdido su atractivo rápidamente y no parecía haber ahuyentado su insomnio. La muchacha ladeó la cabeza con resignación y examinó su habitación. Era una clara noche de verano y la pálida luz de la luna entraba por su ventana en un ángulo extraño. Las superficies se veían deformadas por sombras siniestras y a pesar de la frescura de la noche, Akane sintió un escalofrío recorriéndole el cuerpo.

-Ranma.- dijo en un susurro inaudible. Después revoloteó en la cama asomó la cabeza por el borde para mirar a su compañero de cuarto recostado sobre su futón y se dedicó a observarle un minuto.

El joven yacía recostado sobre su espalda. "Su respiración no está regulada." Pensó Akane. "Y está demasiado quieto para estar dormido."

-Ranma,- repitió, esta vez en voz clara. -¿Estás dormido?

El aludido abrió los ojos para encontrarse de frente con el rostro de su esposa. Sintió un pequeño sobresalto ante la cercanía de la muchacha. La joven se había inclinado tanto que los cortos cabellos de su flequillo, movidos por la fuerza de gravedad, no caían muy lejos de su rostro.

-¿Qué?- espetó Ranma un poco nervioso.

La joven esbozó una tenue sonrisa resignada. -¿No puedes dormir?

El muchacho de la coleta agitó la cabeza en gesto de negativa.

-Yo tampoco.

Y dicho aquello la joven se incorporó para recostarse de nuevo sobre su cama. El silencio invadió la habitación por unos cortos segundos.

Ranma Saotome frunció el ceño en confusión. "¿Y eso qué fue?" Estaba analizando las respuestas para aquella pregunta cuando la muchacha volvió a hablar.

-¿Ranma?- dijo de nuevo en un susurro.

-¿Mmmm?

-….¿Cómo lo haces?

El joven se sintió perplejo. -¿Cómo hago que?

-¿Cómo…- empezó vacilante. - Olvídalo.- terminó agitando la cabeza.

-Akane.- advirtió Ranma un tanto fastidiado y curioso. -¿Cómo hago qué?

La muchacha suspiró. -¿Cómo… cómo haces para ser así?

El joven frunció el ceño… la pregunta no le había agradado. El silencio hizo que Akane se ponga nerviosa.

-Digo… eres tan… no sé, Ranma. ¿Cómo lo haces?

-Akane,- dijo el joven secamente. -No te entiendo.

La joven suspiró… -Te dije que no importaba… la verdad no sé como explicarlo. ¿Cómo haces para ser lo que eres Ranma?

-¿Ser lo que soy?- inquirió perplejo el muchacho. -¿Qué es lo que soy?

Akane río. -Eres tú… olvídalo. En verdad no importa.

-No, ahora me dices.

-Pues… no sé…- comenzó la joven y después de súbito se asomó de nuevo a un lado de la cama para verlo a la cara. -¿Tú también estás preocupado, verdad?

-¿Qué?- respondió el joven sorprendido.

-Por todo este embrollo…

-Nah…- dijo sonando despreocupado. -Lo resolveremos pronto.

Akane ladeo la cabeza -Entonces, ¿por qué no puedes dormir?

Ranma la miró a los ojos. -Lo vamos a resolver Akane. Te lo juro.- dijo con una determinación que le dio brillo a su mirada.

La joven le regaló una media sonrisa. -ESO eres tú, Ranma.- dijo enigmáticamente, antes de arrojarse de nuevo sobre su cama.

El joven sobre el futón se sintió confundido una vez más.

-¿Ranma?- volvió a preguntar la muchacha, y él supo que su confusión estaba a punto de ahondarse en dimensiones desconocidas.

-Eso que te pedí que ignoráramos… -comenzó ella. El joven se sonrojó como el carmín al recordar su conversación en el tejado un par de horas antes. -No es que quiera dejar de ignorarlo…- aclaró la muchacha. -Y no estoy diciendo que sería algo bueno… pero… no sería una tragedia.

Ranma sonrió sin entender porque lo hacía.

-Solo quería que lo supieras.- terminó ella.

Fue extraño como el ambiente pareció cambiar llenándose de pronto de una serena calma… "No… no sería una tragedia." Pensó el joven mientras cerraba los ojos.

-Buenas Noches 'kane.- dijo en un susurro ronco.

El sueño, que tanto los había eludido esa noche… no tardó mucho en llegar. Antes de abandonar la vigilia y sonriendo, Ranma logró escuchar los ligeros ronquidos de su esposa y el sonido de las vigas de la cama chocándo unas con otras mientras la joven muchacha dormía plácidamente… a su manera.

NOTAS FINALES:

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