Falsa Fortaleza
By: Kailey H. S.

Ella lo sabía

-¿Gin?

-¿Qué quieres, Roxie?

-¿Estas despierta?

-Cierra la boca. ¿No ves que trato de dormir? Y si, estoy despierta ¿No me oyes?

No recibió respuesta. Ginevra se puso boca abajo, esperando que su amiga no hubiese notado que su voz, delataba lágrimas.

Lo sabía mejor que nadie. Sabia que era caminar con pose altiva y orgullosa, cuando por dentro temes que todo lo que sientes, esa tristeza, ese dolor, esa angustia... Se refleje en los ojos y en la mirada que se mantiene impenetrable.

-Buenas noches, entonces

Esta vez la que no respondió fue la pelirroja. ¿Por qué estaba siendo tan insufrible?... Ella no era así... ¿O si? Desde que se había fijado en este chico su temperamento había cambiado... No veía a los ojos a nadie, tal vez porque temía delatarse. No daba ninguna muestra de afecto ante nadie... No quería que la consideraran débil...

"SOY débil" Pensó "...Y no puedo hacer nada para cambiarlo. Pero si para ocultarlo, y lo estoy haciendo"

Sabía que era clavar su mirada en los libros sin fijarse en ninguna palabra... Para poder rehuir las miradas

Sabía que significaba ser arisca, mordaz e impertinente, sabia que solo era un escudo para tapar la sensibilidad y el dolor. Para tapar las viejas heridas y ocultarse de las que están por venir.

-¡GINNY! ¡YA ES TARDE!

No supo en que momento se quedo dormida. Pero en ese momento su hiperactiva amiga, que iba de aquí para allá, de allá para acá, sin poder calmarse, la había despertado. Esto la fastidio realmente

-¡Roxie! ¡Es sábado! –Se giro, con intenciones de seguir durmiendo

En respuesta ella rió y le lanzo un almohadazo. Ginny no pudo evitar reír también, pero dejo de reír cuando unas palabras cruzaron su mente

"¿Y que si a Roxie le pasa lo que a mi? ¿Que ríe por no mostrar al mundo lo que realmente es?"

-Vamos, sal de ahí y vístete. Tenemos todo un día por delante. Las demás ya salieron ¡Vamos! ¡Ya son las diez!

-Es por eso que quiero dormir

Mentía. No tenia sueño. Simplemente no quería salir de la cama. No tenía ganas de vivir un día más... Un monótono, aburrido día. Sin ningún sentido.

Sabía que era pasarse todo el día soñando con tener una vida distinta, sin poder vivir bien la presente, porque sencillamente no le gustaba.

Conocía incluso la impotencia que sentía al conocer los problemas de los demás aun cuando no podía cargar con los suyos propios...

Pero aun así, le hizo caso Salio de su cama, se lavo, se vistió, y bajaron juntas a la sala común.

-¡Hermanita! –Exclamo tiernamente Ron mientras la abrazaba. Ella también lo abrazo, sonriendo ante el acto impulsivo de su hermano mayor

-¡Hola Ron! Veo que pasaste buena noche –Saludo también, pero sin verlo a los ojos

-Vamos ¿Tienes prisa? Deberías bajar de una vez a desayunar –Intervino Harry

-A eso íbamos... –Corto la otra chica –Vamos Gin –La halo de un brazo y la saco de la Sala Común, hablando alegremente de cosas sin importancia

¿Alegremente? ¿No seria mejor decir 'Fingiendo sentirse contenta'? Tal vez su amiga notara su estado de ánimo, tal vez ella estuviera sintiéndose igual, tal vez...

Tenía la leve impresión, de que no era la única que lo sabia. Que aquella mascara fría y vana cubría a todos los que estaban a su alrededor, pero que nadie se ponía a analizarlo.

Y aun así, tenia la total certeza de que nadie sabia lo que se sentía, de que la armadura había entrado en los corazones de cada uno convirtiéndose en su verdadero yo. Pero eso no había ocurrido con ella

-¿Me oyes?

-Si –Contesto ácidamente, mientras examinaba el tablón de anuncios. ¿Qué decía? Ah, si... 'Reunion de Prefectos, 10pm, despacho de Minerva McGonagall'

Ella era una prefecta, y como es natural, odiaba las reuniones, las odiaba porque debía verlo a el...

Lo odiaba, por haberla hecho de piedra, congelarle los sentimientos y ponerle esa fría armadura encima. Por haber hecho que cambiara

-No, no me oyes

-Es verdad, no te oía

-¡Ginny! ¡Te decía que ahora que Harry es prefecto, vas a tener oportunidad de verlo durante las reuniones!

Después de que descubrir la poca autoridad que Ron ejercía como prefecto, McGonagall se había tomado la libertad de sustituirlo por Harry

-¡Que no me gusta!

-Vamos, si te gusta

-Esta bien, tu ganas ¡Si me gusta!

-¿En serio?

-No... Pero si realmente me crees, no insistas.

Sabía lo que era tener que ceder ante la presión de otros, aun con el pensamiento de que no era lo que debía hacer...

También sabía lo que era oponerse a esa presión, haciéndose la idea de que seria mejor ceder

Se culpo por ello. Roxie era una de sus mejores amigas. Y la estaba tratando mal. Ella sabía que era susceptible... Definitivamente, cubría su amargura con alegría que no sentía realmente.

-Tienes razón. Ahora vamos a desayunar... ¿Qué libro bajaste?

-"Ana la de Tejas Verdes", de Montgomery. Deberías leerlo

-Tenía la esperanza de que hoy no te acordaras...

La pelirroja sonrió, tratando de ser amable, tratando de que su amiga no notara el cambio de su carácter. Cuando se sentaron a desayunar, no abrió el libro, dejo que Hermione Granger lo tomara prestado. Volvió a sonreír a quien tenia al lado.

Pero esta la veía con algo de preocupación.

Fingió no notarlo y empezó a hablarle, lanzándole miradas furtivas al chico de sus sueños... A veces era todo un alivio que el no notara su existencia

Llegaron varias lechuzas... Si, tenía la edición de 'el profeta' en sus manos... Empezó a leer, aprovechando para ensimismarse, para no tener que mirar a nadie, ni articular palabra. Hubo un articulo que llamo su atención... 'Prisionero en Azkaban fue hallado muerto"

También sabia, entre todas las cosas, que lo más probable era que la capa de hosquedad que ocultaba aquella susceptibilidad solo la ocultaba de si misma. Que todos menos ella, podían ver quien era realmente

Se había acostumbrado a su personalidad cambiante, por lo que tenia que callar por miedo a contradecirse a si misma

"Después de una condena de tres meses en la prisión de Azkaban, Lucius Malfoy, de cuarenta y tres años de edad, fue hallado muerto la mañana del 14 de Octubre del presente año. Los especialistas han determinado que fue suicidio, ya que fue encontrado el frasco de vidrio que contenía una poción tóxica al lado de su cuerpo. Dicho frasco (como comprobaron los expertos muggles) tenía sus huellas digitales marcadas. Como afirmo Cornelius Fudge, ex-ministro de magia, 'Este ha sido el caso mas extraño que ha habido hasta ahora. Mas extraño incluso que el del fugitivo Sirius Black que, después de estar tres años huyendo de la ley, fue dado por muerto por causas que prefieren mantenerse en secreto, pero que todos sabemos que fueron justas en lo que a Black respecta. En cuanto a Malfoy'..."

Ginny subió la mirada para ver al dueño de sus pensamientos. Por primera vez desde que recordaba, se le veía con los ojos desorbitados, casi llorosos. Lo siguió observando largo rato. El chico doblo el periódico, con la sonrisa que siempre surcaba sus labios, y salio con paso fuerte del gran comedor.

Lo entendía. Sabía que quería llorar. Sabia que necesitaba hacerlo, sabia que a pesar de todo, el también estaba tras ese frió velo que todos nos ponemos para protegernos, para hacernos de una fuerza y un valor que no tenemos...

Pero mas que nada sabia que era tener que sonreír, cuando solo tenía ganas de llorar. Tener los ojos vidriosos por el dolor acompañados por una falsa sonrisa. Cuando se muere alguien cercano, al recibir una mala noticia, simplemente despechada, o simplemente no ser notada por el gran príncipe azul... Si tan solo pudiese olvidar todo el protocolo y romper en llanto... Pero tenia que aguantarse y sonreír, como si nada de esto existiera. Como si su vida fuese digna de envidia, como si nada malo ocurriera.

Ella lo imito, sabiendo que nadie lo notaria. Salio del Gran Comedor, con los ojos llorosos, porque el chico de sus sueños sufría, y ella también... sintiendo aquel dolor como si fuera propio. Viéndolo a lo lejos, despedazando el periódico y lanzando los trocitos al lago, arrugándolos... Opto por acercarse. ¿Qué podía perder? Simplemente no lo podía dejar solo

Aunque el no apreciara su compañía. Aunque el no fuera consciente de que ella estaba ahí

Ella, Ginny Weasley, lo sabía mejor que nadie. Nadie conocía esos sentimientos tan bien como ella...

...Nadie.

Excepto el chico que le robaba el sueño.

...Nadie.

Excepto Draco Malfoy.