DisclaimerTodo personaje o situación parecida o igual a los libros pertenecen a J.K. Rowling, Warner Brothers, Salamandra y demás, no intento ganar nada con esta historia excepto unos buenos comentarios…
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Resumen: "Tú estuviste ahí para mí cuando yo más lo necesité, ahora yo estaré ahí porque tú me necesitas". Un accidente inesperado une a Harry y a Hermione, lo que ellos no sabían era cuánto los iba a unir…
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N/A: Esto es algo que escribí hace más de un año, y no sé por qué no lo había puesto, xo como tengo ganas de volver a poner algo y como no tengo tiempo de escribir pongo esto que desde hace tiempo tenía en papel y ayer me dio por pasarlo, a ver si les gusta. Lamento mucho si el tema ya ha sido escrito x alguien antes, cosa que es así, xo como les digo, hace más de un año lo escribí, xq' lo hice justo después de terminar el quinto libro, y no había pensado en ponerlo sino hasta ahorita q' me dio por hacerlo, así que espero que les guste y ojalá me dejen sus comentarios al final. Ah, y muchas gracias a todos los que leyeron el último capítulo de mi historia pasada, "Un beso y una flor". Ahora sí, que lo disfruten…
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Harry miraba el crepitar del fuego en la chimenea. Las llamas se reflejaban en sus gafas, haciendo imposible el ver sus ojos. Hermione suspiró desde la ventana y se dirigió a su lado en el sillón.
Desde la muerte de su padrino, Harry no había vuelto a sonreír ni una sola vez, lo que la entristecía profundamente. Sabía que sufría, con su silencio y su comportamiento era suficiente para saberlo. Quería ayudarle realmente, odiaba verlo así.
–Harry, por favor, háblame –le dijo con una mirada suplicante. Lo que más la mortificaba era su silencio, y sabía que él mismo se hacía daño al no hablar de ello.
– ¿Qué quieres? –preguntó secamente, sin apartar su mirada de las llamas, que cada vez lo envolvían más en su suave abrazo, y lo hacían entrar en un estado de profundo estupor.
–Quiero que te descargues, que saques todo lo que tienes porque te estás lastimando –dijo poniendo una mano en su brazo. Por fin, su mirada se alejó del fuego y se posó sobre Hermione.
– ¿Y tú cómo sabes si me estoy lastimando o no? –dijo con tono ofensivo. Hermione pasó saliva.
– ¡Ya basta! Deja de tratar de alejarme, porque no lo conseguirás –dijo ella un poco enojada, un leve color escarlata apareciendo en sus mejillas–. Lo sé porque te conozco, eres mi mejor amigo y necesitas ayuda.
Harry la miró de forma peligrosa y se levantó del sillón para dirigirse a la ventana.
– ¿Por qué no te vas¿No entiendes que quiero estar solo? Tu compañía sobra¡vete! –dijo, sintiendo su calma esfumarse poco a poco, su temperamento subiendo.
–No me iré porque no quiero que sigas así –dijo parándose detrás suyo–. Harry, mírame –dijo bajando la voz, tratando de que sonase más suave.
El ojiverde por fin le hizo caso y volteó a verla, una expresión exasperada en su rostro. Por primera vez Hermione vio cuanto dolor y odio destilaban sus ojos, y sintió cómo lágrimas se formaban en los suyos.
–Harry… –fue lo único que dijo y lo encerró en un abrazo. Antes de que él dijera algo, agregó: –no pienses que lo hago por lástima, porque yo por ti siento muchas cosas, menos eso.
Harry trató de soltarse de su abrazo, pero ella se aferró firmemente a su cuerpo, sabiendo que aunque él actuara así, lo que más necesitaba en el momento era un hombro amigo.
– ¡Suéltame! –gruñó él luchando en vano. Luego de varios intentos de hacerlo, simplemente se desmoronó en los brazos de Hermione, lágrimas amargas corriendo por sus mejillas.
Cayeron sentados al suelo por el peso de Harry sobre el de Hermione, el primero ahora aferrándose fuertemente a la segunda, mientras la angustia salía.
–Eso es, déjalo salir –dijo ella dulcemente sobando su cabeza, su otra mano en su espalda. Las manos de Harry se aferraban a la parte de atrás de la túnica de Hermione, mientras empapaba su hombro con sus lágrimas.
–Todo es mi culpa… es como si tuviera una maldición… –empezó a decir mientras seguía llorando–. …Todos los que son cercanos a mí mueren, no es justo.
–No digas eso… –dijo Hermione con voz reconfortante, pero sintiendo un gran peso en el corazón–. …No es tu culpa Harry… Todo aquel que se ha ido lo ha hecho por el amor que sentían hacia ti, y no creo que les gustaría verte asumiendo la culpa de todo.
Harry siguió llorando, apretándose más contra la chica.
–Si Voldemort simplemente me hubiera matado, no viviría esta vida de mierda –dijo con un enorme resentimiento.
–Si lo hubiera hecho, el ahora no existiría para muchas otras personas –le dijo ella al oído de manera consoladora–. Y jamás nos hubiéramos conocido.
–No sé que haría sin ti… –dijo él aferrándose con más fuerza si es que fuera posible–. Lo más seguro es que hubiera muerto hacía años.
Hermione sonrió, y lo siguió acariciando. Harry finalmente la soltó, y se alejó un poco para poder verla. Sus ojos estaban rojos y su cara empapada.
–No sé cómo me aguantas, si yo fuera tú, hace tiempo me habría mandado al demonio. Hermione rió levemente.
–Bueno… soy una persona muy tolerante¿no? –dijo a tono de broma para alivianar la tensión y por primera vez en meses, Harry sonrió verdaderamente.
–Gracias… por todo –fue lo único que pudo decir.
Hermione se sintió feliz porque nunca había oído que alguien le agradeciese algo con tanto sentimiento. Le quitó delicadamente las gafas de los ojos y con sus manos empezó a quitarle restos de lágrimas. Harry iba a protestar cuando ella le dijo suavemente:
–Déjame. Y continuó haciéndolo, Harry siguiendo sus movimientos con sus ojos en silencio.
–Espero que te sientas mejor –le dijo con una de sus mejores sonrisas volviendo a poner los anteojos en su lugar. Harry tomó una de sus manos entra las suyas y le dio un ligero beso.
–Así es. Eres la mejor persona que he conocido.
Hermione supo que se había sonrojado nuevamente.
–Te ves mucho más simpático cuando sonríes –pensó sin darse cuenta de que lo había dicho al mismo tiempo en voz alta. Los dos se ruborizaron.
–Entonces supongo que lo haré más seguido –dijo Harry en broma sonriendo de nuevo y Hermione sintió su corazón palpitar fuertemente contra su pecho.
Harry se acercó a ella y por primera vez en su vida le dio un suave beso en la mejilla, luego se acercó a su oído para murmurarle algo.
Hermione sintió un leve cosquilleo al sentir su aliento tan cerca de ella.
–Siento haber empapado tu túnica –susurró en voz baja.
–No te preocupes; es más, ya me ahorré la lavada –le dijo con una sonrisa traviesa, e hizo que Harry riera felizmente. Era como música para sus oídos.
–Es tarde –le dijo ella a él–. ¿Por qué no vas a descansar?
Harry le miró con sus ojos nuevamente tristes y suspiró, levantándose lentamente y dirigiéndose a la ventana. Ella le siguió con la mirada y luego se paró para irse junto a él.
–Hoy hay luna llena –murmuró mirando hacia el cielo. La enorme esfera blanca brillaba en el enorme cielo negro, alumbrado por una que otra estrella. Era una hermosa vista.
–Hoy hace cuatro años, bajo la misma luna, supe que Sirius era mi padrino… –empezó a decir rememorando–. Y por unos instantes… pensé que viviría con él, y que toda mi miseria acabaría. Rió amargamente, una solitaria lágrima rodando involuntariamente por su mejilla. Hermione se mordió el labio, pero no dijo nada, sólo apoyó una mano en su brazo, mirándolo a él mientras él miraba al cielo.
–Hubiera sido… hubiera sido mejor que le hubiera matado pensando que por su culpa mis padres habían muerto, para no pasar luego por todo esto –comentó con la voz entrecortada.
Hermione apretó su brazo levemente para que supiera que ella seguía ahí.
–No lo digas ni en broma… –empezó a decirle–. Esas palabras lo herirían mucho Harry, y además¿hubieras preferido el no brindarle en sus últimos años de vida un poco de felicidad¿Te la hubieras negado a ti mismo¿Se la hubieras negado a él? Mira, yo sé que perder a un ser querido duele, es lo que me sucede cada año cuando te enfrentas a Voldemort, me da miedo perderte, no creas que estás solo. Te duele que Sirius se haya ido, y es normal, no te pido que olvides aquello, pero… no pienses tanto en el hecho de que él no está y todas las cosas que hubieran podido vivir juntos, piensa en todo lo que sí vivieron juntos, y alégrate de que hayas podido compartir aquellos momentos de tu vida con él, y que él deseó compartir contigo… y sonríe por eso, porque esté donde esté, Sirius lo estará haciendo, agradeciendo aunque sea la oportunidad de haberte conocido, y que le dieras un nuevo significado a su vida.
Durante su discurso, muchas más lágrimas silenciosas habían caído de los ojos de Harry, y ahora él le miraba, sus ojos brillantes a la luz de la luna.
–Siempre… siempre sabes que decir –dijo tratando de que su voz sonara normal.
–Sólo cuando es necesario –dijo ella con su sonrisa bonachona, acariciando la parte de atrás de su cabeza.
–Ven… –le dijo suavemente, volviendo a limpiar las lágrimas de su rostro y luego tomando su mano–. Vamos a dormir.
Subieron las escaleras juntos, y luego de despedirse, cada uno tomó camino rumbo a su respectivo dormitorio.
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