ENTERRANDO EL PASADO
By: Darla Asakura
CAPITULO I
UNA PALABRA EMPEÑADA
-FLASH BACK-
Lo siento, Señor...
Déjalo, no tiene importancia...
Quisiera hacer algo por usted.
Y lo harás, hija mía... lo harás!
-FIN FLASH BACK-
Los recuerdos llegaron a ella, de una forma tormentosa. Tenía que hacerlo, no tenía alternativa, porque siempre terminaba metida en ese tipo de líos.
Pero ella se lo debía,... así que lo haría. Leyó otra vez la carta:
Señorita ANNA KYOUYAMMALa presente es para solicitar su presencia, en la lectura del testamento del recién fallecido Señor Yhomei Asakura. El cuál , insistió en su asistencia a ésta.
Tal reunión se llevará a cabo, en la mansión de los Asakura el día 16 de abril a las 4:00 PM en Izumo, Japón.
Se le agradece de antemano, su puntual asistencia; pues sin ella ésta no podrá realizarse, todo según manifestación expresa del mencionado difunto Yhomei Asakura.
Att.
Marco DicarloAbogado.
La decisión estaba ya tomada, por lo que tomaría toda la tarde para preparar su equipaje, suspiró; tomó entonces el teléfono y marcó de memoria el número de la oficina.
Buenas tardes, INVERTIMOS Ltda.. ¿en qué puedo ayudarlo?
Shalona, soy yo, Anna.
Si, dígame señorita Kyouyamma¿en qué puedo servirle?
Dile por favor a Pilika, que me tomaré el resto de la tarde.. ahh y recuérdale al señor Horo que su cita es para mañana al mediodía, no para hoy... la cambiaron.
Inmediatamente, señorita... que tenga un buen día.
Gracias, igualmente.
Su secretaria era muy eficiente, lo que siempre la salvaba de un buen regaño, pues a veces era muy entrometida. Después de colgar el teléfono, Anna lo miró pensativa, aun no podía creer lo que haría, irse a vivir a Japón por una buena temporada... como le diría eso a Pilika, y a Horo Horo¡Cielos no había pensado en él!
Al día siguiente fue a la oficina de Pilika después de pasar por la suya y dejarles unas cuantas instrucciones a Shalona, su secretaria.
Supongo que puedes encargarte de todo.
Supones bien.
Me alegro, pues me ausentaré por mucho tiempo.
Pilika la miró y le sonrió, sabía que su amiga tomaba sus decisiones siempre de forma muy rápida, aunque la mayoría eran muy acertadas también. Pero el hecho que más le intrigaba era la razón, el por qué aquella decidida chica rubia que tenía al frente, realizaría un viaje tan repentino.
¿Negocios o placer?
Ninguno... ambos..
Respondió Anna un poco confundida y dudosa en su respuesta.
Decídete, querida.
Pilika le miraba extrañada, era la primera vez que la veía dudar.
Digamos... que tengo un asunto pendiente.
Pilika rió.
Los asuntos pendientes sólo los tienen los fantasmas, Anna.
Entonces... tengo una promesa que cumplir.
Dijo al fin, una Anna resignada ante la mirada inquisidora de su amiga.
Una promesa?
Sí.
Bueno Anna, si no me lo quieres contar... sólo tienes que decirlo.
Dijo la chica de cabello azul, volviendo detrás de su escritorio.
No es eso, Pilika. Es que ... es... algo complicado.
Bien, no quería contarle. Bueno, así era Anna. No la presionaría más, al parecer era verdad... era complicado, tenía que serlo para que no le dijera nada; pues de sobra sabía que era la única persona, en un montón de cuadras a la redonda, a quién la bella chica había dado su confianza.
Esta bien, te creo. Igual aquí estoy para cuando quieras hablar.
Gracias Pilika. Lo sé.
Anna se acercó a su amiga para despedirse, era cierto, siempre podía contar con ella, le un beso en la mejilla.
Me voy, despídeme de tu hermano, sí?
¿Por qué no lo haces tú misma?
Mmm... ya sabes como se pone...
Comenzó a decir Anna pero luego notó que su amiga, le señalaba con el esfero que sostenía en sus manos algo u alguien que se encontraba tras ella.
¿Está aquí?...
Preguntó Anna, moviendo los labios, sin emitir sonido alguno. Su amiga le respondió de la misma forma, asintiéndole, mientras ponía cara de "Creo que te escuchó". Anna puso una inocente sonrisa en sus labios, al voltearse casi de inmediato.
Hola, Horo..
¿Tienes algo que decirme?
Preguntó el aludido con voz grave.
Salgo de viaje.
Anna le respondió, sin quitar aquella sonrisa de su rostro, que le daba un cierto aire de ingenuidad.
Y pensabas irte... sin despedirte de mí?
Por supuesto que no... claro que me iba a despedir.
Dijo Anna tratando de congraciarse con el joven alto y fornido, que la miraba fijamente.
Con un mensaje, que me daría Pilika..
Horo Horo dijo esto, con un poco de cinismo que se notó en su voz, pasando la mirada de Anna a su hermana, con gesto reprobador.
Pensaba llamarte luego. Sabes...
Hizo un ademán con las manos, señalándolo luego con su dedo índice.
Tengo que irme, me dejará el avión.
¿Avión?.. ¿Qué avión?
El chico parecía confuso y Anna aprovechó ese pequeño instante de duda para despedirse.
Adiós Horo Horo!
Dijo la chica dirigiéndose hacia la puerta.
Anna... Anna,
El chico la llamaba casi gritando más ella hizo caso omiso a esto.
Adiós Pilika!
Anna se despidió de su amiga tranquilamente, ya desde la puerta abierta, ignorando por completo al peliazulado que seguía llamándola por su nombre.
Adiós Anna.
Respondió ésta, sentada tras elegante escritorio de madera, al tiempo que alzaba la vista para ver a una apresurada Anna salir de su oficina.
Después de que Anna saliera de la oficina, Horo Horo, se quedó por un momento contemplando la puerta cerrada, luego volteó a mirar a su hermana, que se hallaba revisando unos documentos.
¿Qué avión?
Le preguntó a su hermana, quién respondió a su pregunta sin despegar los ojos del papel que leía.
No tengo idea, hermanito.
¿De qué promesa hablaba?
Insistió Horo Horo.
La pregunta de su hermano hizo que Pilika levantara la vista.
Si escuchaste eso, supongo que también escuchaste que no sé nada al respecto.
Pero tú eres su mejor amiga, Pilika. Algo debes saber...
Pilika dejó por fin el documento aun lado, con exasperación se cruzó de brazos y miró de reojo a su hermano, ya estaba cansándose de eso...
Corrección. No soy su mejor amiga, soy la única que tiene... y no, no sé nada.
Pero... pero...
Su hermano la miraba con ojos tristes y cara de no entender nada.
Vamos, Horo Horo, ya conoces a Anna; ella sólo me dice lo que quiere que sepa.
Esta vez, Pilika le habló con cierta ternura en la voz.
Es qué... a veces ella... me preocupa.
"y a mí, me preocupas tú", pensó su hermana menor.
No veo por qué. Para cuidarse, ella se basta solita.
Fue su única respuesta a aquél comentario de su hermano, quién parecía pensativo.
¿Crees que tenga que ver con su pasado?
¿Qué cosa?
Preguntó Pilika, aunque sabía perfectamente a que se refería su hermano.
El viaje... la promesa.
Tal vez.
Suspiró, pero enseguida continúo la menor de los Usui, diciendo:
¿No tenías una cita importante hoy?
Debía cambiar el tema o acabaría deprimiéndose también, por las penas de su hermano mayor.
Es en media hora.
Dijo el chico con desgano.
Deberías irte o llegarás tarde,
Se quedó callada por un minuto como recordando algo y luego agregó
¿Con quién es?
Liserg Diethel.
Pilika tenía la impresión, qué ya había escuchado ese nombre antes... ¿Pero dónde?
Miró a su hermano, lo quería tanto, no quería que sufriera pero...no creía poder evitarlo.
Horo... yo sé lo que sientes por ella, pero...
Lo sé... Adiós Pilika.
Contestó Horo Horo, quién interrumpió su camino hacia la puerta, para luego reanudarlo... dando por terminada esa dolorosa conversación.
Pilika lo observó sin perder detalle, hasta que éste se fue. Luego se sumió completamente en sus pensamientos...
Liserg Diethel...¿Dónde había escuchado ese nombre antes...?
