Capitulo 1: Infierno y Ternura.
Surrey Valley, Londres Inglaterra.
Una casa común, ubicada en el numero 4 de Privet Drive, pero no por ello normal por el contrario es todo menos eso. Un muchacho moreno, de alborotado cabello negro y hermosos pero tristes ojos verdes se encuentra cortando las ramas de los arbustos del jardín que rodea aquel lugar, teniendo que utilizar sus manos desnudas puesto que no le han proporcionado herramienta alguna para hacer tal tarea.
-¡HARRY POTTER, VEN DE INMEDIATO!-se oye el grito de un hombre desde el fresco interior de la casa, sobresaltado al muchacho moreno que deja de hacer su tarea y se dirige hacia la casa, quitándose los zapatos lodosos en el umbral de la puerta para no manchar el blanco piso de la casa.
-¿Qué deseas tío Vernon?-pregunta el muchacho al llegar frente aquel hombre gordo como un elefante pero con muchísima menos inteligencia.
-¡TE LO ADVERTÍ, MUCHACHO! Te dije claramente que no quería que hicieras nada que tuviese que ver con tu anormalidad-dijo Vernon furioso mientras zarandeaba al muchacho, quien lucia una expresión de incredulidad ante las palabras de su tío pues no sabia a que se refería, ya que ni siquiera había hecho sus tareas escolares por no enfurecerlo, aun cuando se arriesgaba a que el profesor de pociones: Severus Snape, le diese una detención el primer día de clases por no hacer las pociones que les ordeno como tarea de verano.
-¿Qué hice? No he hecho ninguna de mis tareas del colegio, tío Vernon-dijo Harry confundido.
-¿Qué crees que es esto?-dijo Vernon mostrándole al chico, un frasco que su esposa tenia entre sus manos con una extraña sustancia de color morado brillante y aparentemente viscosa pues se veía espesa.
-¡No lo se!-respondió Harry viendo extrañado aquella botella.
-¡No te hagas, el que no sabe! Se bien que es otra de tus rarezas y te advertí claramente que no quería nada de eso en esta casa, asi que deberás pagarlo-dijo Vernon furioso mientras se quitaba el cinturón del pantalón, dispuesto a castigar al chico quien le veía horrorizado pues sabia muy bien lo que vendría a continuación.
-¡Te lo juro, tío Vernon, no hice nada, es la verdad!-exclamo asustado Harry al ver como aquel hombre levantaba el brazo listo para azotarlo con el cinturón.
-¡Eres un mentiroso, Potter!-gruño Vernon descargando el primer golpe sobre la espalda del muchacho, quien ha tenido que morderse los labios fuertemente para no gritar pues aun cuando sabe que el castigo es injusto, jamás le proporcionara la satisfacción de oírle gritar aquella mala bestia que es su tío, quien sigue repartiendo golpes sobre la frágil espalda de Harry hasta hacerle sangrar, empapando asi la camisa que llevaba puesta considerablemente.
-¡Ahora vete a tu habitación y no saldrás de la misma hasta que lo diga; pobre de ti si me desobedeces de nuevo, Potter!-exclamo Vernon bufando mientras se colocaba de nuevo el cinturón-tras haberlo limpiado-sin conmoverse al ver como al chico le estaba costando muchísimo trabajo levantarse del suelo, donde los golpes recibidos le habían enviado.
Asi con un gran esfuerzo y tambaleándose peligrosamente-sobretodo al subir las escaleras- Harry logro llegar hasta su habitación en donde se derrumbo sobre su cama, alcanzando a escuchar como ponían cerrojos a su puerta, sabiendo muy bien que su tío acababa de encerrarlo para que no pudiera salirse del lugar.
-¡OH Harry, no debiste molestar a Vernon! Si tan solo te limitaras a obedecerlo, sin hacer ninguna de tus anormalidades-murmuro Petunia mientras entraba en la habitación del chico, tras asegurarse de que su esposo estaba dormido profundamente y por lo tanto no se daría cuenta de su salida para ir a curar a su sobrino.
-¿Tía Petunia?-musito débilmente Harry al sentir el colchón de su cama hundirse bajo el peso de otro cuerpo.
-¡Estoy aquí, pequeño! Ahora no hagas ruido y deja que te cure esas horribles heridas-dijo Petunia con voz extremadamente baja, colocando un botiquín de primeros auxilios aun lado del chico de donde extrajo algodón y alcohol para poder limpiar las marcas que el cinturón había causado en la espalda de su sobrino.
-¿Por qué me odia tanto, tío Vernon?-cuestiono con apenas voz el chico mientras intentaba no gemir de dolor ante el ardor que el alcohol provocaba en sus heridas todavía sin cicatrizar.
-¡Yo tengo la culpa de lo que te pasa, Harry! Sino hubiese despreciado tanto a mi hermana Lily, envenenando asi el alma de Vernon y Dudley con mis constantes quejas sobre lo perfecta y anormal que tu madre me parecía, nada de esto te estaría sucediendo pero lamentablemente no puedo ya corregir mi error, teniendo que fingir que te desprecio como ellos lo hacen; pudiendo ayudarte solamente a escondidas-dijo Petunia mientras terminaba de curar al muchacho y colocaba un vendaje en su espalda para que sanara mas rápido.
-¡No es tu culpa, tía Petunia! Soy el único culpable de todo lo malo que sucede, sino hubiese nacido mis padres todavía estarían vivos y tu no tendrías que cargar conmigo, ni mi condición de mago-dijo tristemente Harry sonriendo con dolor, en un intento de consolar a su tía, puesto que los labios también los tenia lastimados por habérselos estado mordiendo cuando su tío lo castigo.
-¡Eres demasiado bueno y noble, Harry! Tus padres habrían estado muy orgullosos de ti, asi como lo estoy yo también de ti; ahora duerme que necesitas descansar-dijo Petunia besando la frente del muchacho con una ternura que jamás había antes sentido por parte de ella.
Y asi…
continuara...