Notas de la autora: Bueno, pues aquí os dejo el último capítulo. Espero que lo disfrutéis.

Disclaimer: Naruto pertenece a Kishi.


CAPÍTULO XIII

.

.

.

.

.

La intensidad del sol reflejándose en las arenas del desierto provocaban alucinaciones al equipo de Konoha. No tenían fuerzas para correr, a duras penas caminaban, y el sudor les caía por la frente. Agotados. No tuvieron tiempo de descansar, tras salir victoriosos del ataque, cuando Tsunade les asignó de inmediato la misión de ir a Sunagukure.

El equipo de Gai había sido envenenado. Los médicos, por más que intentaban estabilizar a los jóvenes, no conseguían ninguna cura. A pesar de disponer de un gran herbolario, no contrarrestaban los efectos del veneno. Desesperados, decidieron notificar al Kazekage, para que éste avisara a la Hokage; así podrían ayudarles.

Vislumbraron el famoso desfiladero de Suna que protegía a la aldea de cualquier intruso o incluso del clima. Era frecuente que en el desierto se desataran tormentas de arenas, provocando el caos en la aldea. La entrada apenas era perceptible para el ojo, tenías que conocer el camino para distinguir que en el cráter había una abertura estrecha y custodiada por varios guardias.

Los ninjas se mostraron cautelosos cuando divisaron al grupo de Konoha acercarse. Con una señal, se pusieron a la defensiva, esperando a que llegaran a la entrada. Uno de los guardas, mandó llamar a alguien, y les hizo una señal para que esperaran ahí. Vieron aparecer a una chica rubia con coletas, que en su espalda poseía un gran abanico, y les sonrió cuando les reconoció.

—¡Cuánto tiempo!—exclamó. Sus ojos se posaron en los de Shikamaru, dedicándole una dulce sonrisa. El chico fijó su mirada en ella, intensamente, recorriéndola de arriba abajo, y le devolvió la sonrisa. —Seguidme. No hay tiempo que perder.

Los jóvenes siguieron a Temari a través del largo pasillo. No veían la luz al final del túnel. La chica giró a la izquierda, abrió una puerta a través de un sello y la aldea apareció de frente.

Sakura escudriñaba todo, analizando los daños de la villa. Comprobó que sólo varios edificios estaban afectados, por lo demás, no parecía que hubiesen sufrido ningún ataque. No pudo evitar comparar el ataque de Suna con el de Konoha; verificando que ésta última había quedado reducida a escombros. Según las órdenes de Tsunade, el equipo 8 estaba gravemente, no encontraban ninguna cura al veneno. Su corazón bombeaba más rápido al pensar que podía perder a Neji…Se juró que haría todo lo posible por encontrar el antídoto, ella era la mejor; por eso, le habían asignado esta misión.

Naruto, por el contrario, molestaba a Sasuke, sacándole gruñidos y algún que otro golpe. Le gustaba que el Uchiha, aunque no hubiese sido por su voluntad, estuviera de nuevo con ellos, como un equipo. La sonrisa del rubio acaparaba todo su rostro. Estaba apenado porque el Ichiraku Ramen había desaparecido, tardarían una buena temporada en reconstruirlo y no podría deleitarse con el magnífico ramen. Él contaba con poder celebrar la victoria comiendo un delicioso plato, pero tendría que posponerlo. Se chocó contra una mujer de larga cabellera negra como la de Hinata, provocando que las palabras de la chica cobraran más fuerzas en su mente. Había intentado por todos los medios evadirla, no había sido capaz de darle las gracias y no sabía cómo actuar frente a ella. Admiraba el valor de la joven, interponiéndose delante de él para protegerle y de gritar en voz alta que lo amaba. ¿Merecía él ese amor tan puro y sincero? ¿Podría amarla tanto como ella a él? Quizá tenía que reunir un gran coraje y plantarle cara a las declaraciones…quizá podría besarla como vio que Neji hizo con Sakura. ¿Qué sentiría al besarla? Él quería a esa chica rara con ese rostro inmaculado que adquiría tonalidades rosáceas cada vez que se acercaba a ella. Su cabeza estaba a punto de estallar… Volvió a la realidad cuando la mujer con la que había tropezado, tirándole la compra, le estaba gritando enfadada y Kakashi se disculpaba por él.

Kakashi se inclinaba en señal de respeto frente a la mujer. Naruto iba tan distraído que ni siquiera había sido capaz de disculparse con la señora. Sonrió al escuchar a Sasuke gruñir un baka, recordándole aquellos tiempos en los que nada más hacía reñir e insultarse. Se extrañó del comportamiento de Sakura, ella hubiera golpeado a Naruto y le hubiera tirado al suelo frente a los pies de mujer, mientras con una sonrisa apenada se disculpaba. ¿Qué le preocupaba a la joven? Ya tenía a su equipo de vuelta, debería de ser feliz por eso. La observó detenidamente, su mente estaba en otro lugar. ¿Tendría miedo de no dar la talla? Seguramente, tarde o temprano, terminaría averiguando lo que le ocurría. Abrió su libro olvidándose de todas las preguntas sin respuesta y con el ojo entrecerrado leyó por la página que tenía marcada.

Sasuke hubiese preferido quedarse en Konoha, con su hermano, verificando toda la información acerca de los atentados que el consejo había cometido sobre su Clan; en cambio, Itachi y Tsunade-sama le habían ordenado acompañar a su antiguo equipo para ganarse el respeto de los aldeanos y comenzar a hacer misiones. Por más que se negó, no pudo rechistar cuando su hermano le tocó la frente como siempre lo hacía. Si quería vivir en esa aldea, no le quedaba otra que acatar todas las órdenes que le impusieran, al menos de momento, y subir de rango. Su objetivo era ganar a Naruto y convertirse en el próximo Hokage, para crear una aldea con un sistema que no fuera corrupto. Quería restablecer la policía Uchiha, aunque sólo quedaran dos Uchiha sería suficiente.

Shikamaru tuvo que acompañarles por ser el que más trato tenía con la aldea de Suna; no era la primera vez que iba hasta allí y tenía una relación cercana con la hermana del Kazekage. No lo reconocería jamás, pero insistió en acompañar al equipo siete para comprobar que Temari no se encontraba herida. Estaba preocupado por ella, sabía que era probable que hubiesen atacado ambas aldeas conjuntamente. Se sintió aliviado cuando vio su rostro aparecer por el desfiladero. Si no fuese tan problemático, la hubiese agarrado por la cintura y la hubiese besado como ya hiciera una vez. Hacía varias semanas que no la veía, realmente la echaba de menos y quería casarse con ella y que todo dejara de ser complicado. Si se casaban, ella viviría con él en Konoha, reforzándose el tratado de paz de las aldeas.

Se pararon todos ante un edificio circular. La torre del Kazekage se alzaba ante ellos. Kankuro, el hermano de Temari, los esperaba impacientes en la puerta. Los saludó cortésmente. Le dio un sobre a Temari, que leyó rápidamente, y les indicó que la siguieran para saludar a Gaara.

—Sakura-san…—la detuvo cuando iba a entrar con los demás. —Debes ir con Kankuro…él te guiará al hospital. No hay tiempo que perder.

La pelirosa asintió. Siguió cabizbaja al ninja, que avanzaba a gran velocidad por las callejuelas de la aldea. Se detuvieron frente a un edificio, de forma cilíndrica, similar por el que habían entrado sus compañeros.

Al entrar, se aproximaron a la sala de información. Ordenando unos papeles estaba un médico, que alzó una ceja al verles. Kankuro le explicó la situación y enseguida le indicó.

—Están en la zona de aislamiento del hospital. Tercera planta a la izquierda. Coged estas acreditaciones, os harán falta para pasar. —les tendió dos tarjetas pequeñas.

Los jóvenes subieron las escaleras rápidamente. Siguieron los cárteles hasta que llegaron a la zona de aislamiento, que estaba protegida a través de un grueso cristal.

Sakura se tensó al ver el rostro de Neji empapado en sudor. Los suaves temblores le sacudían el cuerpo, creando espasmódicas convulsiones. Su mirada seguía fija en él, sin reparar en el resto de integrantes del equipo de Gai. Volvió a la realidad cuando una mujer mayor le dio el informe médico.

—Tengo que extraer el veneno. Dejen espacio—pidió la chica. —¿Todos presentan los mismos síntomas?

—Parece que el más afectado es el chico Hyūga. Su chakra no bombea por su sistema…no es capaz de generar más…en cambio, los otros shinobi no tienen tan alterados el chakra…

— ¿Sabéis si se usó el mismo veneno?

—Tenemos la teoría de que pueden ser distintos. Estamos esperando los análisis del laboratorio. Hemos creado todos los antídotos que conocemos, pero han sido en vano.

—Bien. Voy a extraer manualmente el veneno de su cuerpo. Empezaré con Neji.

La chica hizo tripas corazón, dejó de ver el rostro de dolor del joven y se convirtió en médico. Su palma verde emanó chakra verde, escaneó el cuerpo del joven detenidamente, intentando encontrar el veneno, e hizo una incisión con su mano en el pecho del chico. Con precisión fue introduciendo una gran cantidad de su chakra dentro del cuerpo y a la vez extraía el veneno. A medida que la toxina salía, se reparaba todo el daño que tenía el cuerpo. El chakra ya comenzaba a circular con normalidad, las convulsiones disminuían y la temperatura corporal se restablecía. En un cuenco depositó todo el veneno extraído, más tarde lo examinaría.

La anciana que le dio el informe la contemplaba expectante. Aún no creía que una cría fuera capaz de realizar aquel jutsu con tanta precisión, se notaba que era alumna de la Quinta, su archienemiga. La mujer arrugó la frente, mostrando más arrugas de las que se apreciaban en un principio, y se ajustó su protector color café en la frente, tapando la mancha circular que se le apreciaba.

—Veo que esa vieja te ha enseñado bien…

— ¿Conoces a Tsunade-sama?—preguntó quitándose el sudor de la frente. Lanzó un suspiro al comprobar que el estado del joven ya era estable, no tardaría en despertar. —Necesito reponer un poco el chakra, esta técnica consumo bastante energía…quiero ir al laboratorio a examinar el veneno y poder hacer un antídoto, servirá para ayudarle en la recuperación.

—Sígueme —ordenó. Andaban una al lado del otro, observándose mutuamente. Los pasos de la mujer eran cortos pero seguros. La fue guiando por un pasillo, bajaron unas escaleras y giraron a la derecha, encontrándose de frente con un gran invernadero.

Todo el herbolario estaba cubierto por grandes cristales, dejando penetrar la luz solar a todos los rincones. Centenares de distintas plantas adornaban el espacio. Una gran mesa de metal junto a un armario de madera rompía la armonía del lugar. Siguieron avanzando, dejando atrás el invernadero y se adentraron a una habitación más pequeña, que servía para analizar los venenos.

—Si necesitas algo, házmelo saber. Estaré ahí fuera.

Sakura asintió. Cogió varios tubos de ensayo que fue rellenando con el embudo de vidrio. Tras llevarse varias horas, sintiendo los párpados más pesados, cogió una pipeta y añadió unos milímetros para introducirla en el cristalizador. Acercó sus ojos al microscopio, analizando el líquido y lo comparó con el veneno solidificado gracias al cristalizador. Sus ojos se abrieron como platos al darse cuenta de que la toxina era de mercurio y plomo. No había que ser un genio para descubrirlo, lo único que ocurría es que los metales estaban ocultos con chakra, dificultado su análisis. Al conseguir cambiar la densidad del líquido, solidificándolo, el chakra desapareció. Ahora sólo tendría que crear el antídoto, sería fácil.

La chica al levantarse impulsivamente de la silla, perdió el control de su cuerpo, cayendo sonoramente al suelo y golpeándose la cabeza. Cada vez estaba más débil, necesitaba dormir un rato, un par de horas; pero no podía darse el lujo. Tenía que extraer la ponzoña de Tenten, Lee y Gai, aunque no corrieran el mismo peligro que Neji, debía de aligerarse, no fuera a ser que empeoraran. Al alzar la cabeza, se encontró con la mano arrugada de la anciana, que le ayudó a levantarse.

—Deberías descansar.

—No se preocupe. Voy a preparar ahora mismo el antídoto e iré a extraer el veneno del resto.

La chica se paseó por el invernadero, cogiendo lo que necesitaba y depositándolo en la mesa de metal que había en el centro. Cuando reunió todos los ingredientes, cogió el mortero y se puso a machacar todas las hierbas, añadiendo poco a poco la savia de los árboles. Con el embudo decantador se ayudó a separar la mezcla que había obtenido, separándolo por densidad. El líquido de mayor densidad, lo depositó en la bureta para medirlo. Tenía que calentar una pequeña parte, minúscula, depositó medio milímetro en el matriz y lo calentó con cuidado. El líquido pasó de blanco a amarillo intenso. Lo volvió a mezclar todo y lo depositó en varios tubos de ensayo.

—Vamos, ya tengo el antídoto. No hay tiempo que perder.

—Veo que esa mujer te ha enseñado bien… —sonrió.

Al llegar a la tercera planta, un médico salió a su encuentro con el rostro agitado.

—Han empeorado. No sabemos que les ocurre, pero ahora están sangrando por la boca, la nariz…por todas las aberturas del cuerpo. Está todo manchado de sangre…si siguen perdiendo sangre….

Sakura se tensó al oírlo. Debía haberse quedado extrayendo el veneno, pensó. La chica corrió hacía donde estaban los jóvenes, contemplando con horror que la situación era peor de lo que esperaba. Se posicionó al lado de Tenten, cogió una aguja, extrajo con cuidado el antídoto y le inyectó el líquido que preparó. Con su mano emanó chakra, reparando los daños internos y verificando que el antídoto estaba funcionando. Les índico a los otros médicos que hicieran lo mismo, así irían más rápido.

Cuando la situación se normalizó y todos estaban estables, la chica suspiró largamente. Sus pies la llevaron de forma inconsciente a la cama de Neji, donde el chico aún mantenía sus ojos cerrados. Se paró a contemplarlo un largo rato, analizando cada línea de su rostro inmaculado y con sus dedos le acarició la frente.

—Ve a descansar. Lo necesitas —dijo la anciana, sorprendiendo a Sakura que en esos momentos besaba suavemente los labios del chico.

—No se preocupe. Me quedaré vigilando. No creo que pueda dormir…Por cierto, aún no se su nombre…

—Chiyo.

—Un placer, Chiyo-sama.

—El placer es todo mío, Sakura. Veo que pronto superarás a tu maestra en tus habilidades contra los venenos. Siempre me fastidió…Cada vez que yo ponía veneno en la guerra, cuando Suna y Konoha eran enemigas, siempre…

Vio que la chica no escuchaba lo que decía, estaba con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el pecho del joven. No pudo evitar esbozar una sonrisa. Se sorprendió que mandaran a una cría a hacer el trabajo de la vieja, sinceramente, esperaba encontrarse con esa rubia pedante. Se llevó una grata sorpresa al ver la determinación de Sakura y su madurez al realizar el jutsu de extracción de veneno, para el cual se necesita un excelente control de chakra y una habilidad excepcional. No creía que esa chica fuera capaz de hacerlo, ni siquiera ella lo era y tenía muchos años de experiencia. Incluso su sorpresa fue a más cuando verificó que la chica había hecho un antídoto, cosa que ellos no fueron capaces ni por asomo. Realmente Konoha tenía buenos médicos, debían de aprender más de ellos. Debería de mandar a unos cuántos médicos de aquí para Konoha, así aprenderían nuevas técnicas y quizás ellos deberían de mandar a otros tantos hacia Suna; se beneficiarían mutuamente de los conocimientos.

Al día siguiente, se despertó al escuchar los chillidos de Lee y Gai. Ambos gritaban emocionados acerca de la belleza, la juventud y alguna chorrada más. Al girar su cabeza, sus ojos chocaron con los de Neji, que la contemplaba seriamente. El tiempo se congeló en el instante en que el chico inclinó su rostro para besarla. El beso fue tierno al principio, pero se fue transformando en algo salvaje. Sus lenguas luchaban con pasión, entraban en una boca y retrocedían. No se apartaron hasta que un grito más escandaloso les hizo volver a la realidad.

—Tú… pervertido—señaló Naruto a Neji. El rubio revoloteaba por la habitación de un lado a otro gritando obscenidades. Kakashi, Sasuke y Shikamaru sólo miraban la escena, esperando el momento en que Sakura le propinara un golpe, que no tardó en llegar, dejando al rubio chillón quejándose por el chichón que le salió.

El Hyūga no pasó desapercibido que el Uchiha se sorprendió de la escena en la que había pillado a su compañera de equipo. Sus ojos negros se volvieron rojizos por unos instantes, los suficientes para comprobar que le había molestado la situación. Le extrañó verle ahí, plantado, como si nunca hubiese abandonado a sus compañeros. Su corazón se detuvo un momento al pensar que quizá Sakura le dejaría de lado al tener a su amor de toda la vida de vuelta. Ella jamás se le confesó como lo hizo con el Uchiha. ¿Y si decidía irse con él? ¿Y si sólo fue un pasatiempo para ella? Siempre había sido relegado a un segundo plano… desde pequeño le marcaron con el sello del pájaro enjaulado y estuvo solo, ¿qué diferencia había ahora?

Sasuke por su parte sintió dolor al comprobar que todas las promesas que le hizo la chica habían caído en saco roto. ¿Acaso no le prometió que le haría feliz?¿No dijo que le amaba? ¿Cómo era posible que le amara si iba besando a otros? Debía admitir que sentía odio hacia el Hyūga…No sabía que era amar, pero no iba a dejar que ese genio se quedara con Sakura… Él siempre pensó, cuando era niño, que si formaba una familia sería con esa molestia, que para eso le conocía tan bien. Sus pensamientos se vieron interrumpidos de forma violenta cuando Naruto le agarró del hombro, sacándolo de la habitación y susurrándole un plan para molestar a Sakura.

—Teme…¿qué te parece si hacemos un jutsu de Neji para que nos bese a nosotros también? No es justo que sólo a él…—su discurso fuera interrumpido por un sonoro golpe por parte del moreno.

—Baka, no me digas más teme y no pienso hacer esa estupidez.

Naruto se llevó varios minutos discutiendo hasta que Sakura salió acompañada de Kakashi y Shikamaru. La chica se excusó, despidiéndose de los chicos, alegando que iba a darse una buena ducha y que volvería al hospital. Agitó su mano y se perdió a lo largo del pasillo.

La pelirosa siguió las indicaciones que le había dado Kakashi sobre los baños públicos de la aldea. Deseaba con todas sus ganas quitarse el polvo del viaje y relajarse con una buena ducha. No le resultó difícil orientarse por las calles de Suna, en comparación con Konoha, ésta era mucho más cuadricular y sus edificios estaban construidos de arena y arcilla. Todo era ocre, pasando desapercibido desde el cielo.

Su cabeza le trajo de vuelta la mirada de recelo que le había lanzado Neji cuando salió de la habitación. Seguramente, querría preguntarle acerca de Sasuke y de los motivos por los cuales se encontraba en una misión con ellos. ¿Tendría celos? Desechó la idea. No creía que el genio pudiera padecer un ataque de celos por ella, aunque la sola idea de pensarlo le gustaba más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Los baños a estas horas de la mañana estaban vacíos, no había nadie en ellos. A ella le encantaba la intimidad que eso le proporcionaba, podía tardar más tiempo y nadie le miraría mal. Se echó un último cubo por encima de su pelo, quitándose los restos de champú. Se secó con la toalla que cogió de la entrada y salió tras depositar unos peniques en una bandeja de arcilla.

Se asustó cuando chocó de frente con Sasuke. No esperaba encontrárselo en los baños, hacía dos horas que lo dejó en el hospital. ¿Y si habían empeorado de repente? La expresión de Sakura pasó del susto al pánico de sólo pensarlo. Nada bueno debía de tratarse si estaba ahí de pie mirándola fijamente.

—Sasuke-kun…¿ha pasado algo?

—Hmp…

—Dime—la paciencia de la chica se agotaba.

El Uchiha la agarró del brazo, haciéndole un poco de daño, y acercó su rostro al de ella. La chica se apartó asustada. No entendía a que venía la actitud de Sasuke.

—Dijiste que me amarías para siempre…—siseó.

—Lo siento, Sasuke, pero te quiero como un hermano. No quiero perderte. Eres importante para mí. Me he dado cuenta que de pequeña te tuve demasiado idealizado, eres mi amor platónico…ahora mismo, mi corazón ya tiene un nombre, no es el tuyo, es el de Neji. —contestó con seguridad y calma. Sabía que Sasuke aún era inestable, después de todas las experiencias traumáticas por las que había pasado. No quería darle un golpe doloroso, por eso respondió con toda la sinceridad de la que era capaz. Al principio se sorprendió que el chico recordara esas palabras, las palabras que ella le dijo antes de que él la dejara inconsciente en ese banco…

El chico asintió, sin soltarle aún del brazo, le hizo que lo mirara a los ojos, que los tenía con el sharingan. La soltó cuando se aseguró de que la chica ya no recordaría nunca lo que había ocurrido. No quería que supiera que él se había interesado en conocer los motivos por los cuales ya no lo amaba. Sakura parpadeo varias veces y miró al chico.

—Sasuke-kun…¿ha pasado algo?

—Vine a buscarte para decirte que Naruto ha encontrado un sitio donde comer ramen…—al ver el rostro extrañado de su compañera, agregó: — Perdí una apuesta con ese baka… así que me tocó venir a buscarte.

—Debo rechazar tu oferta…quiero ir a ver el estado del equipo de Gai–sus mejillas se tiñeron de rojo. Sasuke asintió, sabiendo que ese sonrojo no iba dirigido a él, sino al genio.

—Hmp…—le dio la espalda y desapareció.

Al llegar al hospital, vio que los ánimos de Gai y Lee volvían loca a Tenten. Les preguntó si notaban algún síntoma, al ver que negaban con la cabeza, les escaneó con su chakra y visualizó que todo estaba bien. Los tres le preguntaron por la villa, ya se habían enterado de lo que había ocurrido en su ausencia.

—Creo que os podré dar el alta, así podremos marchar cuanto antes a Konoha. La villa de la hoja nos necesita más que nunca. Tendremos que trabajar duramente para reconstruir todo. Sólo hay escombros y más escombros. Iré a ver a Neji, que él fue el más afectado de todos.

Se despidió de los tres y se encaminó a la habitación de enfrente. Ellos tres habían estado en la misma habitación porque sus síntomas eran iguales entre sí, a diferencia del de Hyūga. La chica golpeó suavemente la puerta, avisando de que iba a entrar, y la abrió.

—Creí que andarías con ese Uchiha comiendo —añadió serio.

—Preferí venir a ver como estabas.

—No es necesario, si quieres puedes irte…Mi salud ha mejorado gracias a ti.

— ¿No lo entiendes?—preguntó al ver que el chico estaba celoso. No deseaba pelearse con él, le iba a dejar bien claro que su corazón sólo le pertenecía a él.

— ¿Entender qué? Sakura

—Que quiero estar aquí contigo antes que ir a comer ramen con mi equipo, a pesar de que, por fin, mi equipo se haya reunido. No quiero dejar de estar un solo segundo a tu lado a sabiendas de que estuviste al borde de la muerte. No quiero estar en ningún sitio donde tú no estés. Yo…te amo, te amo, te amo, te amo. Te amo más que mi propia vida. ¿No lo ves? No sabes la angustia que pase cuando Konoha estaba siendo arrasada y no sabía dónde estabas, ni siquiera si estabas vivo o muerto. Allí sólo vi destrucción y muerte… Sin ti no soy nadie –y sus lágrimas resbalaron por sus mejillas, que fueron apartadas por la mano de Neji, que temblaba al tocarla.

Era la primera vez que alguien le decía que le amaba. Nadie le había dedicado esas palabras nunca en su vida. No pudo evitar levantarse, mirar a la joven de ojos jade y apartarle las molestas lágrimas que le caían por su rostro. La estrechó fuertemente entre sus brazos y la cubrió de besos.

Tras despedirse del Kazekage, llegaron a Konoha más rápido de lo que tardaron en llegar a Suna. Los retos de Gai y Lee hicieron que aumentaran la velocidad sin darse cuenta, siendo borrones entre los arbustos del camino.


.

.

.

Divisaron los rostros de los Kage, que por fortuna, era lo único que quedaba en pie y visualizaron el gran cráter que era su villa. Se habían alzado numerosas tiendas campañas y todos los civiles y ninjas estaban quitando escombros, limpiando todo.

Se presentaron ante la Hokage. Nada más llegar, le dieron el informe que leyó atentamente, y les asignó la tarea de ayudar a reconstruir la aldea.

—Sakura…espera.

—Tsunade-sama…

La mujer sonrió, sacó una botella de sake, a saber de dónde porque todo había quedado reducido y puso dos copas.

—Quiero brindar por ti—al ver la cara de desconcierto de la chica, añadió: —estoy orgullosa de ti, eres mi envidia. Conseguiste activar el sello, invocar a Katsuya… tu avance ha sido increíble. Incluso fuiste capaz de lograr que el equipo siete volviera a estar unido… realmente has demostrado tu valía como ninja y veo que has sabido tomar las decisiones correctas en cada momento. Dudé cuando os encomendé la misión de buscar a Sasuke, temía tu reencuentro con el Uchiha, pero me alegro que todo haya salido mejor de lo esperado. Sólo sé que gracias a Naruto todos los que murieron, resucitaron, y tú ayudaste a la recuperación de muchos aldeanos. Por ti, por mi alumna, quiero acabar este sake a nuestra salud.

Entre brindis y brindis acabaron la botella de sake y la Quinta sacó otra más. Y así, acabaron con las últimas existencias que quedaban en la aldea, lo cual les acarreó una gran borrachera mientras los demás construían la aldea de la hoja. Sakura jamás se olvidaría de su primera borrachera, que no sería la última, ya que gritó a los cuatro vientos que amaba con locura a Neji Hyūga. Debido a su gran declaración, Tsunade la animó a que fuera a buscar al líder del clan, a Hiashi Hyūga, y le concediera su beneplácito a su relación.

Sakura derribó todo lo que había a su alrededor hasta encontrar al líder del clan. Lo agarró con su gran fuerza sobrehumana, provocando que algunos sirvientes se prepararan para atacarle, y le gritó a todo pulmón que su corazón pertenecía a su sobrino y que le diera su bendición para que formalizaran oficialmente su relación. Hiashi se quedó perplejo, hacía unos minutos, lo había zarandeado con la misma brusquedad el joven Naruto, alegando lo mismo pero hacia su hija; y ahora, la alumna de Tsunade. Este mundo se estaba volviendo loco, pero se alegraba de que ambos jóvenes formaran parte de su familia, al fin y al cabo, ambos habían demostrado sus habilidades, salvando a su aldea y su familia.

Sus ojos verdosos brillaban más que nunca cuando el líder del clan rio escandalosamente, diciendo que eso a él no le correspondía, pero que sin lugar a dudas, tenía su bendición y si quería oficiaba una ceremonia ahora mismo para que empezaran a aumentar la familia. Al ver el sonrojo de la chica, volvió a estallar en carcajadas, rompiendo su estricto protocolo y provocando que los sirvientes miraran sorprendidos la escena.

Hiashi siguió con su mirada a la chica, que iba dando tumbos de un lado a otro, buscando a su sobrino.

—Sal.

—Tenemos un acuerdo, Hiashi-sama. Sabes que es el destino que un Hyuga y un Uchiha se unan en matrimonio y tengan descendencia. No seré yo, soy demasiado mayor. Mi hermano se unirá con Hanabi…sé que mi padre y tu acordasteis que fuera Hinata… pero no me parecería justo arrebatarle esa felicidad al salvador de la aldea, además que la joven ama al chico. Nos callaremos este acuerdo, dejaremos que el destino siga su curso, pero podemos ayudar a que ambos jóvenes se sientan atraídos cuando tu hija esté en edad. No sabemos que podrá salir de la unión de nuestros dos clanes, con nuestros grandes dōjutsus….pero sin dudas, será algo extraordinario.

—Cuenta con mi aprobación, pero debo decirte que si ellos no quisieran, no los obligaré. No deseo que vivan infelices.

—De acuerdo. Al menos, lo intentaremos. Mi hermano tiene que sanar sus heridas… costará tiempo, tiempo en el que tu hija crecerá. Será el plan perfecto.

Y así, se dieron la mano, esperando que en un futuro su hermano y su hija se unieran para desarrollar algo más poderoso que el sharingan y que el byakugan.


.

.

.

El equipo de Taka, que se quedó esperando a que su líder llegase, ayudaba con los shinobi de la hoja a las tareas que les habían asignado. La Quinta, que les había agradecido por su colaboración, les ofreció pertenecer a la aldea y estos asintieron, deseosos de pertenecer a algún lugar. Karin se recuperó de la herida que le hizo Sasuke, a pesar de estar enfadada con él, no quería irse de ese lugar. Suigetsu no paraba de insultar a Karin, hasta que de uno de sus ataques de insultos y golpearse, la chica lo agarró fuertemente y estampó sus labios sobre los de él, callándolo. A partir de entonces, el chico sólo quería besar a la chica. Juugo, por el contrario, estaba muy animado con la familia Inuzuka, rodeado de perros; encontró la paz que por mucho tiempo había estado buscando.


.

.

.

Sakura se reunió con su equipo, a pesar de la dificultad que tenía para vocalizar, abrazó a todos y gritó a todo pulmón:

—El equipo siete ha vuelto

—Y yo, Naruto Uzumaki, seré el próximo Hokage de Konoha y me casaré con Hinata-chan —chilló, lo cual provocó que la joven Hyūga se desmayara de la emoción.

—Baka

—No me perderé más por el camino de la vida…—susurró mirando con determinación el bebe que llevaba Kurenai entre sus brazos.

—Por fin… pude demostrar mi valía como ninja…—y una lágrima furtiva salió de sus verdosos ojos.

Unos brazos la rodearon con ternura. No hacía falta darse la vuelta para saber que las manos que encerraban a las suyas, pertenecían a cierto Hyūga. Y sus mejillas se sonrojaron cuando Neji le susurró al oído:

—Tuve miedo de tu reencuentro con el Uchiha…pero más alegría me ha dado saber la que has armado con Hiashi-sama, aclamando a los cuatro vientos que me amas. Ahora es mi turno de decirte que yo también, Sakura. —y mordiéndole la oreja, añadió:— Te amo.


Notas de la autora: Espero que os haya gustado esta historia que tras muchos años, por fin ha encontrado su final. Espero que sepáis disculparme por haber tardado tanto tiempo en escribirla, pero las circunstancias siempre mandan. Quiero daros las gracias por la paciencia que habéis tenido, por haber sabido esperar y a aquellos que la han vuelto a retomar, solo darle las gracias otra vez. Un saludo muy grande y prometo que nos veremos pronto.

Quizá escriba un epílogo.. ¿Qué pensáis?

Espero me digáis que tal os ha parecido la historia, ya sabéis, un review no cuesta dinero.. jajaja.

Saludos.