MALDICIÓN

La lluvia caia ruidosamente sobre la aldea,en el bosque las gotas golpeaban el piso con menos intensidad, las hojas de los arboles probocaban que la lluvia no callera de golpe sobre el suelo, la luna oculta tras las nuves no dejaba ver su hermosa luz, tal vez eso y el aire frio cargado de nostalgia era lo que hacia que sus lagrimas rodaran sobre sus mejillas.

Habia estado casi toda la noche llorando en ese oscuro lugar, se sentia indewfenza avergonzada y derrotada, no podia saber en que momento su mente habia comenzado a jugarle malas pasadas, por que él destino era tan cruel, por que él era tan cruel, las lagrimas cayeron al suelo junto con las frias gotas de lluvia, que haria ahora, no podia regresar a su casa, no podia nisiquiera mirarse de nuevo a los ojos, sentia la rabia recorrer todo su ser, su sangre hervia al darse cuenta de su terrible situación,. Denuevo habia sido traicionada por Kikio y él no habia hecho nada para remediar esa falta, incluso podia sentir que él se habia alegrado, ahora que podia hacer ella sino llorar.

Un trueno estallo en el cielo y la lluvia se incremento al igual que la tristeza de ella, las gotas de lluvia comenzaron a bañar con más intensidad su cara, las lagrimas se confundian con la lluvia, lloraria toda la noche para levantarse, por que "nos caemos para aprender a levantarnos".

El Hanyo corrio todo lo que pudo para intentar alcanzarla pero no lo consiguio, volteo a sus espaldas y esa mujer sonreia malevolamente, Kikio los habia vuelto a engañar, Sango tomo Hiraikotsu eh intento golpear a la sacerdotiza pero su arma fue destruida totalmente, era cierto habian por fin derrotado a Naraku pero a que costo, habia sido demasiado incluso para todos ellos.

Miroku jamas habia deseado tanto poseer su Kazaam como en ese momento, queria matar a esa sacerdotiza en ese instante, como se habia atrevido a jugar tan mala pasada a su amiga.

Inuyasha desenbaino su colmillo de acero pero este no se transformo, y tal vez jamas lo volveria a hacer, Kikio solo sonreia ahí a sabiendas que nadie le podria hacer daño.

-¿Pero que les pasa, Ustedes querian matar a Naraku, ahora que lo han conseguido se arrepienten, que creen que hacen al pensar que esto no es lo justo.

-Tu eres un moustro- Sango comenzo a llorar, al recordar la muerte de su hermano, como habia podido ser tan cruel.

-Sabes perfectamente que ese ser ya no era tu hermano, él ya habia muerto.

Sango tuvo que ser detenida por Kiara para no arrojarse a Kikio eh intentar matarla con sus propias manos.

Miroku miro a sus amigos tenia a Shippo en sus brazos el cual aun estaba inconsiente vio todo el sufrimiento que habia acarreado Naraku y se maldijo por no haberse dado cuenta de la verdadera intencion de esa sacerdotiza maldita.

Inuyasha guardo su espada se acerco a Kikio y la miro a los ojos sintio su sangre hervir y sin que ella pudiera hacer nada sintio como el Hanyou1 la besaba se sonrprendio muchisimo al igual que los demas.

-Este es el ultimo beso que te doy, te juro que la proxima vez que nos veamos te matare, te mandare directamente al infierno, y yo no ire contigo, te juro que me vengare de todo el daño que nos has ocacionado.

-Tus amenazas me tienen sin cuidado, se que no serias capaz de...

Las palabras de la sacerdotiza fueron cortadas cuando las garras de Hanyo atravezarón su vientre, Inuyasha se habia atrevido a atacarla, su plan no habia salido tan bien como lo habia planeado acaso él en verdad amaba a esa joven, acaso se arrepentia de su amor.

Inuyasha dejo caer una solitaria lagrima, no podia soportar lo que esa mujer habia ocasionado, no lo podia creer simplemente.


Kagome miraba el cielo mientras se limpiaba los finos rastros de sus lagrimas, no podia creer todo lo que habia sucedido, como le explicaria a su madre que ya no podria estar más con ella.


La sangre comenzo a correr junto con el agua, se sentia debil jamas se habia sentido tan indefenso, habia estado a las puertas de la muerte, por poco moria de no haber sido por el sacrificio de sus dos hijas jamas lo hubiera logrado, quien diria que Kagura al final entregaria su vida por que él sobreviviera, nadie se lo habia imaginado, ni siquiera él mismo.

Kikyou habia sido una tonta por creer que lo derrotaria tan facilmente, despues se vengaria de ella, por su culpa habia perdido la perla, ahora tendria que recuperarla, aun que habia algo que llamaba más su atención.

Que habia sido él resplandor que habia lanzado Kikyou contra esa Miko, contra la compañera de Inuyasha, esa chica habia desaparecido despues de eso, acaso Kikyou la habia matado, no eso era imposible o quien sabe...

El sabor de su sangre amarga y asquerosa lo trajo a la realidad tenia que refujiarse en algun lugar, no debia perder tiempo, si seguia en ese estado moriria, y el gran Naraku no se podia dar el lujo de moriri sin llebarse consigo a Kikyou su amada Kikyou.

La lluvia bañaba su cuerpo mal herido, despues de unos segundos se dejo caer sobre el pasto haciendo que este muriese enseguida, miro al cielo y sintio como su energia se desprendia de él, de pronto un recuerdo borroso de su antigua vida vino a su mente, la sonrisa de una mujer, no era Kikyou ni era una humana, era una hada que se parecia mucho a la sacerdotiza pero no era la misma, esa ada volaba sobre el lago conjelado, el solo la miraba y veia como ella dibujaba pequeñas formas en el hielo, despues vino una cegadora luz y el hada desaparecio.

Jamas olvidaria la tristeza que sintio al ver al hada muerta sintio sed de venganza.


Rin miraba el cielo en busca de una señal de que la lluvia terminaria pronto pero no encontro ningun indicio de eso, miro asia el interior de la cueva que les servia de refujio y miro a su señor Shesshômaru, se veia pensativo desde que habian regresado de la batalla él no habia dicho nada nisiquiera a ella, no era que él fuera muy comunicativo pero sabia que algo perturbaba sus pensamientos eso sin decir que cuando llegaron al lugar donde la batalla se libraba una sombra paso junto a ellos y eso llamo demasiado la atensión de su señor, pero a ella si le habia afectado todo lo ocurrido.

Recordo como el Inuyasha-gumy estaban muy sorprendidos y no se encontraba la señorita Kagome, incluso vio al Hanyou llorar tras haber atacado a la sacerdotiza Kikyou, no entendia todo aquello, Shesshômaru por otra parte habia tenido algo que kikyou le dio por haberla ayudado en una ocasión pasada, se preguntaba si eso seria en verdad un regalo o solo un recordatorio de una promesa que tenia que cumplir su señor con esa sacerdotiza.


Shesshômaru miraba con gran interes su mano, su mano estaba de nuevo en su lugar y no sentia ninguna molestia, es como si nunca la hubiera perdido, cerro los ojos y ese aroma lo atravesó como una flecha, quien habia sido o que habia sido eso que paso junto a él, habia olido un aroma exquisito eso sin contar el aroma a sal, esa cosa que habia pasado junto a ellos tenia un aroma inexplicable que lo habia embriagado, que habia sido todo aquello.

La lluvia siguio cayendo asta muy entrada la noche, Kagome miraba el cielo mientras sentia el verdadero dolor de la soledad y la traición,


Meriana salio de caseria se dirijio asia el lugar menos adecuado para hacer lo que tenia que hacer, se acerco asia la guarida de ese infernal moustro y lanzo una de sus flechas, el moustro salio de su escondite con un gran alarido de dolor ella no se inmuto, miro asu alrededor ahí estaba lo que queria su ultima presa, solo un poco más.

La feroz fierra se arrojo contra ella, pero Meriana era muy buena cazadora y lo mato en un dos por tres, ese arco especial era muy util para matar moustros ahora solo faltaba poco para que ella pudiera obtener lo que tanto deseaba, un colmillo de esa bestia mitologica, más de pronto sintio como ese ser con sus ultimas fuerzas atravezo su estomago con una de sus garras, se miro horrorizada al darse cuenta de su mal estado, la bestia se desintegro con el viento, dejando ver lo que ella tanto habia deseado, dejo escapar un gran grito...

Kagome escucho el grito de una joven sin importarle su estado corrio a donde provenia ese grito y encontro a una pobre joven moribunda, la joven al verle se asusto aun más pero viendo su estado no habia más por que preocuparse.

Kagome tomo a la chica y utlizando uno de los trozos de lo que fue en otra ocasión su uniforme trato de parar la hemorragia, Meriana la miro pensando en lo que esa joven hacia, pero cerro los ojos, tal ves esa chica, trato de levantarse:

-No te muevas tratare de ayudarte no te des por vencida- Kagome en verdad estaba preocupada por esa joven.

-Yo solo quiero entregarte esto- le dio su presiado arco- cuida con el a los que amas, ahí a unos cuantos pasos hay otro arco, ese arco es magico, pertenecio a una sacerdotiza y con el puedes crear flechas que purifican o que envenenan según desees, si estas en problemas y las flechas no sirven toca la rosa que tiene en el centro y se convertira en dos dagas, cuida estas armas por fabor, te lo ruego...

Meriana dejo de respirar habia muerto, Kagome miro a la chica y comenzo de nueva cuenta a llorar, de que le servia todo lo que tenia sino podia salvar ni auna persona, regojio las armas y miro como el arco que la chica le habia dado brillaba de manera muy extraña, mientras que su otra arma desaparecio alcontacto con su mano, más sin embargo algo la hacia saber que cuando la nesesitara esta apareceria.


Naraku abrio sus ojos y vio los ojos verdes de una completa desconocida la cual al parecer lo estaba curando, que se propinia ese ser, de pronto sintio como ese ser se acercaba a él y despues de un beso frio como la muerte se separo riendo, Naraku no se entero de nada más solo cerro los ojos.


Notas de la autora:

hola espero que les guste mi fanfictón, espero actualizirlo pronto, este fanfiction se lo dedico a tods los auteres de fanfictions de la lindisima pareja She/Kagome.

cuidense mucho mañana subire el primer capitulo esto es solo la introduccion espero que me dejen un mensajito sale, bye.

cuidense.

Atte: arashi Himura