Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son de la multimillonaria J.K. Rowling, sólo los tomo prestados. De antemano, pido disculpas por un capitulo tan largo. ¡Animo!
Capitulo 29.
- Sal conmigo. Propuso Sirius sin pensar sorprendiéndose a sí mismo y a Kath que del asombro dio un paso atrás y perdió el equilibrio, pero por suerte Sirius tuvo buenos reflejos y la sujetó atrayéndola hacia sí, quedándose a escasos centímetros. – La verdad es que yo… todo lo que hice fue… fue porque…yo…yo…
- Kath. Llamó Neizan haciendo que la morena se soltase de Sirius y se alejase de él, el ravenclaw caminó hacia ellos enfadado y cuando estuvo a la altura del merodeador le propinó un fuerte puñetazo en la cara haciendo que Sirius tuviese que apoyarse en la pared para no caer al suelo; Kath se llevó las manos a la boca sorprendida mientras su novio sacudía la mano con la que había golpeado. – Debí imaginar que te entrometerías de nuevo.
- Pegas como una niña. Respondió Sirius afrontando a Neizan con la mirada mientras se limpiaba con la manga de la camisa la sangre que le brotaba del labio, Neizan apretó los puños y se dispuso a pegar de nuevo a Sirius pero Kath se puso en medio.
- ¡Neizan, no! Exclamó Kath interponiéndose entre ambos jóvenes pero Sirius la apartó con un pequeño y suave empujón y encaró al pelirrojo que seguía con los puños cerrados y preparados para golpearlo.
- ¿A qué esperas? Preguntó Sirius desafiante, Neizan se acercó a él y lo agarró del cuello de la camisa dispuesto a golpearlo de nuevo pero no lo hizo.
- Supe que estabas enamorado de ella desde que empezamos a salir, lo que no sabía era que podías caer tan bajo. Espetó Neizan liberando al pelinegro de su agarre; Kath no dijo nada y Sirius bufó molesto, ¿es que acaso en ese colegio todo el mundo sabía lo que él sentía?. Remus tenía razón, en Hogwarts nadie conocía el concepto de intimidad. – Te cargaste nuestra relación y luego aprovechaste que ella estaba débil para acercarte esperando que así se enamorase de ti.
- Eso no es así, no lo cuentes como si fuera un manipulador sin corazón. Acusó Sirius furioso al ver como Kath se alejaba de él y le apartaba la mirada, Neizan aprovechó el momento y entrelazó su mano con la de la morena. – Sí, vale lo hice porque estaba celoso, porque por tu culpa ya no me prestaba atención; pero no pretendía hacerte daño.
Sirius trató de acercarse a Kath pasando por alto la presencia del pelirrojo, pero la morena se echó hacia atrás tratando de evitar todo contacto con él. El pelinegro se detuvo y suspiró consternado, ella estaba dolida, lo sabía, pero había conseguido que le devolviera el beso dos veces, estaba seguro de que sentía algo por él; sin embargo su mayor problema se encontraba frente a él de nuevo. Neizan al ver como Kath se había echado hacia atrás decidió colocarse entre ambos y ocultar a la morena de la mirada del merodeador.
- Kath. Murmuró Sirius
- ¡Déjalo ya Black!. Neizan se dio la vuelta y deposito un beso sobre la frente de Kath antes de sonreírle. – Vamos a desayunar.
Kath sonrió con tristeza, intentando en todo momento no mirar hacia el merodeador. Neizan tiró de ella para que comenzase a caminar, sin embargo Sirius no pudo evitar levantar la mano y agarrar a la morena de la muñeca haciendo que se girase hacía él y que sus ojos se encontrasen.
- Tengo que irme, lo siento. Susurró la morena mientras se soltaba de la mano de Sirius con ojos llorosos. Neizan que se había parado continuó caminando cuando notó como la morena incrementaba la fuerza en su mano, desapareciendo ambos de la vista de un desolado Sirius.
Unos metros más arriba, Lily acompañada de Warren, Thomas y Remus miraban con sorpresa y ternura hacia el pelinegro (los tres primeros tenían las bocas abiertas y no parpadeaban mientras que Remus se limpiaba los ojos con un pañuelo). Habían llegado cuando Sirius gritaba que Kath había intentado besarlo durante San Valentín y decidieron esconderse para saber por qué ninguno ellos tenía constancia de tal hecho pero nunca imaginaron que estarían a punto de ver cómo Sirius casi se le declara a Kath, de cómo la morena le respondía al beso y mucho menos de cómo Neizan golpeaba a Sirius.
- Esto es mejor que tus estúpidas telenovelas muggles. Declaró Thomas mirando hacia Lily, la pelirroja tuvo que asentir y darle la razón a su amigo. – Ahora he de averiguar porque Kath no me ha contado nada de esto.
- No tan deprisa. Contestó Warren cogiendo de la túnica a Thomas e impidiendo que se marchase corriendo; pero para su consternación el rubio no pudo impedir a Remus llegar hasta Sirius al que empezó a dar palmadas en la espalda a modo de consuelo.
- Lo hemos oído todo, lo siento. Dijo Remus tratando de reconfortar al pelinegro, Sirius apartó la mano del licántropo con brusquedad y no hizo ningún comentario. En vista de que Remus había ido a consolar a su amigo, lo demás no tenían porque esconderse así que caminaron todos hacia donde se encontraban los dos merodeadores.
- Lo de esta mañana, fue cosa tuya. Afirmó Lily mirando hacia Sirius, el pelinegro no dijo nada.
- ¿El qué? ¿Qué cosa? ¡Nadie me cuenta nada!. Protestó Thomas medio gritando, Warren rodó los ojos molesto pero no soltó la túnica de su amigo, si se despistaba podía salir corriendo e interrogar a Kath. - ¡Lily!
- Si… Masculló Lily volviendo en sí cuando Thomas le pellizcó el brazo. – ¡Ay! Esta mañana cuando nos despertamos, el techo estaba encantado, parecía que nevaba dentro del dormitorio.
- ¡Oh! Buen truco Black. Felicitó Thomas guiñándole un ojo al pelinegro, luego se giró hacia Warren y se cruzó de brazos, exigiéndole al joven que lo soltara con la mirada.
- No, en cuanto te suelte vas a ir corriendo tras Kath y creo que ya está bastante confusa como para que vayas tú a interrogarla. Explicó Warren a Thomas por lo que el joven corredor de apuestas no tuvo más remedio que intentar soltarse de su amigo por las malas, tras varios forcejeos finalmente Thomas consiguió quitarse la túnica y ante la mirada atónita de Warren salió corriendo.
- Yo me encargo. Dijo Lily que sin mirar hacia Warren sacó la varita de su bolsillo e hizo un ligero y rápido movimiento de muñeca, inmediatamente Thomas cayó al suelo y rodó escaleras abajo hasta llegar casi a la entrada del comedor. Lily se giró hacia Warren y le sonrió, el rubio levantó el dedo pulgar en señal de aprobación. - ¡Listo!. Sirius fue un detalle muy bonito lo que hiciste esta mañana, a Kath realmente le encantó, estaba muy feliz.
- Me alegro de que le gustase. Murmuró Sirius apenado y evitando las miradas de los tres jóvenes, lo hacían sentir demasiado incómodo y vulnerable; así que se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el comedor a pesar de que no tuviese demasiado apetito.
Remus intercambió miradas de preocupación con Lily pero ninguno de los dos dijo nada, simplemente siguieron a Sirius. Cuando estuvieron a la altura de Thomas, Lily le lanzó un hechizo para que no pudiese hablar antes de hacerle recuperar la conciencia, aunque ese pequeño contratiempo no impidió al moreno fastidiar a Lily y Warren.
Por la tarde la profesora Minerva les recordó a Lily y Warren que tenían castigo, por lo que tras ir a recoger a Elyon de la enfermería se encontraron con Kath en el despacho de su profesora. Thomas llegó quince minutos tarde con una nota de Dumbledore en la que pedía perdón por el retraso del moreno. Una vez reunidos todos los infractores, McGonagal les informó de su castigo y los echó de su despacho.
Como su novia estaba cumpliendo un castigo por haber montado una batalla en la entrada del gran comedor, Remus no tenía más opción que estar con sus amigos en la sala común. Aunque con James deprimido por no haber encontrado a Brown y Sirius triste por lo sucedido por la mañana no estaba siendo una tarde muy entretenida.
Remus apartó la mirada del periódico y vio a sus dos mejores amigos jugando al ajedrez en la mesa mientras Peter los miraba comiendo Grageas de Todos los Sabores de Bertie Bott. Bueno jugar, más bien admiraban las piezas junto a Peter, llevaban por lo menos veinte minutos sin que ninguno de los dos hiciese ningún movimiento; Remus volvió a centrarse en las noticias pero un largo y alto suspiro de James llamó su atención.
- Ya lo encontrarás James, no puede esconderse para siempre. Trato de consolar Peter dándole una sonora palmada en la espalda al castaño.
- Lo sé, pero es que echo de menos a Lily. Se quejó James balanceándose en la silla y colocando los pies sobre la mesa
- Además, es lógico que te tenga miedo, estuviste pinchándolo como a un pavo en navidad. Recordó Peter intentando hacer sonreír al castaño algo que consiguió. – En peor situación está Sirius con Ross, al menos tú sabes que Lily te quiere.
Sirius le arrebató el paquete grageas y se lo vació en la garganta. Por lo que Peter comenzó a dar toser fuertemente, Remus se levantó rápidamente y ayudó a su amigo a escupir todas las grageas mediante la maniobra de Heimlich. Una vez que escupió todas las grageas, cogió el periódico de Remus y atizó a Sirius en la cabeza con él.
- Calmaos los dos. Pidió Remus amablemente pero con ese sonido a amenaza que sólo él y Lily lograban conseguir con su tono de voz.
- Yo no me preocuparía tanto. Comentó James mirando hacia el pelinegro, Sirius le lanzó una mirada de escéptica antes de comenzar a examinar el tablero de ajedrez de nuevo. Sin embargo, este comentario si llamó la atención de Peter y Remus que miraron a James con interés. – A ella le gusta Sirius.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro? Preguntó Peter intrigado por la rotundidad con la que James había hecho tal afirmación, Remus se quedó pensativo y Sirius se apoyó en la mesa mirando hacia sus tres amigos, la conversación se tornaba interesante.
- Bueno si lo piensas bien, se han besado dos veces. Explicó Remus, Peter asintió pero James negó con la cabeza. – No obstante, sigo pensando que seguirá con Kliem a pesar de que esté un poco confusa ahora.
- Yo pienso igual. Apoyo Peter
- No les hagas caso, yo vi como te miraba y se sonrojaba cuando le dabas los libros en la biblioteca. (n/a: hay que remontarse al capítulo 23). Contó James en voz baja a Sirius, el pelinegro levantó la mirada dispuesto a preguntarle a James de qué hablaba cuando el castaño fijo su mirada en la entrada de la sala común y con un rápido movimiento se puso en pie. - ¡Ey! ¿Vosotros sois los compañeros de dormitorio de Michael Brown?
- ¡Es Potter, corred! Gritó uno de los jóvenes. Inmediatamente los cuatro chicos que habían entrado a la sala común salieron corriendo hacia los pasillos como si hubiesen visto al mismísimo Satanás.
- ¿¡Pero qué demonios? Bramó James furioso pero sobretodo frustrado señalando hacia la entrada; Peter no pudo hacer otra cosa que echarse a reír al igual que Remus y Sirius.
El castaño agarró el tablero de ajedrez y comenzó a agitarlo para mover todas las piezas, luego le quitó el paquete de grageas a Peter y se metió en la boca un buen puñado, tras esto se lanzó sentó en la silla y volvió a colocar las piernas sobre la mesa, miró el tablero y le pegó una patada haciendo que se estrellase contra el suelo.
- Ese Brown, ¿Dónde estará metido?. Dijo James enojado dando un fuerte golpe contra la mesa.
- Ya lo encontrarás, no te apures. Aconsejó Remus pero solo consiguió que James se burlase de su consejo y lo imitase con voz chillona. – Lo que tengo que soportar.
- ¿Y si no lo encuentras nunca? ¿Eso quiere decir que terminaste con Evans? Curioseó Peter, James le lanzó una mirada asesina mientras Remus y Sirius lo admiraban divertidos.
- No digas tonterías Peter. Contestó Lily sorprendiéndolos a todos, ya que ninguno de ellos había escuchado llegar a la pelirroja. – James seguro que se disculpa, confío en él.
- Pues claro, estamos en la misma casa solo es cuestión de tiempo. Aseguró James muy seguro de sí mismo, Lily le dedicó una sonrisa.
Elyon que estaba junto a ella le dio un fuerte abrazo a Remus acompañado de un posterior beso en la mejilla. El merodeador la rodeo con sus brazos y comenzó a mecerla entre ellos, ganándose la envidia de Lily.
- ¿Ya terminasteis el castigo?. Susurró Remus al oído de Elyon, ella asintió y cerró los ojos dejándose envolver por el perfume del merodeador. La rubia abrió los ojos de par en par y miró hacia Lily que en esos momentos intentaba entrelazar sus dedos con los de James.
- ¡Lily! Exclamó la rubia sobresaltando a la pareja que retiraron sus manos con rapidez, como si estuvieran haciendo algo indebido. - ¿Dónde están Kath, Thomas y Warren? Venían detrás nuestra.
- Cariño, ya son grandes como para que estés preocupándote constantemente por ellos. Dijo Remus tratando de reconfortar a Elyon, que se olvidase de sus amigos solo daban problemas y ahora estaban taaaaan bien.
- Parece mentira que no los conozcas, siempre hay que preocuparse por ellos. Contó Elyon muy preocupada y fijando sus ojos en Sirius. Lily se comenzó a masajear las sienes para intentar relajarse.
- Por cierto Ely, me enteré de que unos estudiantes de Ravenclaw van a abrir una cafetería en los jardines cerca del lago. Indico la pelirroja cambiando de tema, sus amigos ya aparecerían; Elyon se giró hacia Remus al que le comenzó a poner ojitos y morritos.
- Por favor, tengamos una cita como dios manda alguna vez. Rogó Elyon recordando sus anteriores citas fallidas o fastidiadas por sus amigos, Remus asintió a él también le complacía la idea de poder disfrutar de una tarde tranquila como una pareja normal. - ¿Cuándo la abren?
- A finales de esta semana, pero no sé el día. Contestó Lily lanzándole un mirada a James que la captó en seguida, ella también quería ir; James le guiño el ojo y le levantó el pulgar en señal de aprobación.
- ¡Definitivamente te has vuelto loca! Gritó Thomas entrando a la sala común iba con caminando tranquilamente seguido de una furiosa Kath acompañada de Warren, el rubio miraba hacia el techo y tenía la mano derecha tapándose el ojo. - ¡Dejar a Neizan, definitivamente se te ha saltado una tuerca de la cabeza!
Sirius perdió el equilibrio de la silla y se cayó al suelo; Lily y James se miraron sorprendidos entre ellos para luego mirar de Sirius hacia Kath; el pelinegro se puso en pie rápidamente y centró toda su atención en la morena que giraba los ojos muy molesta. Peter y Remus se quedaron estupefactos ante el comentario de Thomas y se mantuvieron con la boca abierta mientras se señalaban el uno al otro.
- ¡Ya te he dicho dos millones de veces que no hemos roto! ¿¡Es que no me escuchas?. Gritó Kath provocando que sus amigos volviesen a respirar con tranquilidad; Warren se sentó en el sofá apoyando la cabeza en el respaldar, retiró la mano y dejó a la vista una bolsita de hielo sobre su ojo derecho. – ¿Todavía te duele?
- ¡Le has pedido unos días para pensar! ¡¿Pensar en qué? ¡Y no me digas que te gusta Black!. Bramó Thomas a su prima de forma amenazante, el chico le retiró la bolsita de hielo a Warren del ojo pero la volvió a poner rápidamente, esperando que así se le bajase la hinchazón. Kath lo fulminó con la mirada. - ¡Te rompió el corazón y eso que ni erais novios!
Sirius suspiró indignado, ¿es que no podían dejar de recordar esa parte una y otra y otra vez? Ya había pedido disculpas. James se volteó hacia Sirius y le guiñó el ojo, el pelinegro lo ignoró y dirigió toda su atención hacia la morena que se había subido al sofá y caminaba nerviosamente sobre él. Si lo que se estaban gritando era cierto, quizás tenía alguna oportunidad.
- ¡Thomas que tú tengas la misma capacidad sentimental que una piedra no quiere decir que los demás seamos iguales! Recriminó la morena haciendo reír a Lily y Elyon dándose cuenta por primera vez los dos jóvenes de que sus amigos estaban allí, bueno ellos y media casa Griffindor que había bajado a la sala común debido al escándalo que habían creado. - ¡Genial! Ahora medio colegio sabe de mis problemas amorosos.
- ¡Si y nos encantan! Gritó un chico pelirrojo de tercer año mientras la saludaba efusivamente al igual que otro grupo de niños de primero que le gritaban que eligiese a Sirius, sin embargo éstos comenzaron a discutir con otro grupo de chicas que defendían a Neizan. Kath se llevó las manos a la cabeza y de un salto bajó del sofá.
- Lily dile que es una grandísima idiota. Pidió Thomas acercándose a la pelirroja y señalando hacia Kath; la morena le enseño la lengua a su primo y se sentó al lado de Warren cruzada de brazos.
Elyon se separó de Remus para ir hacia la morena, sin embargo Sirius la detuvo y la hizo retroceder. El pelinegro caminó con paso firme hacia Kath y se sentó frente a ella, no le dijo nada solo le dio un pequeño golpecito en la rodilla para llamar su atención. Kath lo miró y suspiró, estaba enfadada y se le notaba.
- Estoy confusa. Dijo finalmente la morena apartando la mirada de Sirius y dirigiéndola hacia sus manos. – Neizan me gusta, es un chico increíble y sé que me quiere pero tú…
- ¿Pero? Preguntó Sirius ansioso por la respuesta "Vamos se que puedes decirlo, di que te gusto"
- Pero tú me confundes, yo no puedo pensar con claridad. Murmuró la morena; Sirius tragó saliva decepcionado pero sabiendo que tampoco podía pedirle mucho más, Sirius sujetó sus manos con cariño. - Necesito unos días para aclararme.
- Te entendemos cielo. Declaró Lily acercándose a su amiga y apartando a Sirius de un empujón, la pelirroja se sentó al lado de Kath y le dio un abrazo para consolarla.
- Vale, ahora dile que es idiota y que se está equivocando. Pidió Thomas, Lily se volteó mientras abrazaba a Kath y le lanzó una mirada asesina.
- ¡Thomas! Exclamó Elyon irritada, el moreno lanzó un suspiró al cielo y chasqueó los dedos haciendo aparecer su libreta de apuestas.
- Warren, ¿Qué te paso en el ojo? Preguntó Lily que tras quitarle la bolsita de hielo pudo ver como el ojo de su amigo estaba hinchado y se estaba poniendo morado. Kath se sonrojó levemente y Thomas lanzó una larga carcajada.
- Es una larga historia Lil. Contestó Warren secamente rogando porque Lily no hiciera más preguntas.
- Sí, pero sobretodo vergonzosa. Ante el comentario burlón de Thomas, Warren se quitó la bolsa de hielo y se la lanzó al moreno pero la evitó sin ningún tipo de problemas. - ¿Potter ya encontraste a Brown?
James dio un fuerte golpe sobre la mesa y salió corriendo hacia los dormitorios masculinos. Lily se puso en pie y comenzó a examinar el ojo de su amigo, al que decidió subirlo a su habitación que debían de tener alguna crema que le bajase la hinchazón, Kath subió tras ellos no sin antes lanzar una rápida mirada a Sirius que le guiño el ojo antes de que la morena desapareciese de su vista.
Elyon se separó de Remus y se acercó a Thomas fijando su mirada en la libreta de su amigo, parece ser que había montado una apuesta sobre cuanto tardaría James en encontrar a Brown, Elyon sonrió para dentro y se fijó en los días captando su atención el número tres que se encontraba dentro de un redondel, a su lado se podían ver las letras T. W. K.. Elyon sacudió la cabeza, eso quería decir que James no iba a encontrar a Brown hasta dentro de tres días. Si iban a hacer trampas para ganar la apuesta, ella quería participar. Sonrió y señaló hacia esa fecha con el dedo, Thomas la miró extrañado y ella asintió por lo que el moreno añadió una E al resto de iniciales.
James comenzó a dar vueltas en círculos mientras que la varita que sostenía en la mano lanzaba chispas rojas. Estaba harto, cansado, irritado y crispado pero sobre todo estaba desesperado; no sabía cómo pero aún no había sido capaz de disculparse con Michael Brown, y ya habían pasado tres días, ¡tres días! Tres días sin estar con su amada pelirroja, sin ver esos preciosos ojos verdes de cerca y sentir sus labios sobre los suyos, no podía soportarlo más. Hoy era el día, el día definitivo en el que encontraría a Brown y le obligaría a que aceptara sus disculpas, si, hoy se acabaría su frustración y su vida volvería a ser maravillosa. El castaño desplegó el mapa del merodeador, una mancha con el nombre "su objetivo" le indicó que el joven acababa de salir de la torre de Griffindor y se dirigía hacia el sur en esos momentos. James se quitó las gafas y tras echarle vaho las limpió, Sirius entró en la habitación y lo saludó con la mano.
- Vienes en un momento perfecto, necesito que me ayudes. James se puso en pie y con el mapa del merodeador en la mano fue hacia Sirius.
- ¿Todavía no te has disculpado con Brown? Pensé que después de acampar durante toda la noche delante de su puerta habrías logrado pedir perdón. Recordó Sirius con burla, pero James lo fulminó con la mirada, una mirada más fría de lo normal lo que hizo que el pelinegro tragase saliva. – No entiendo como no te has disculpado todavía. Tienes el mapa, puedes encontrarlo siempre que quieras.
- El problema es que cuando lo localizó desaparece rápidamente de ese lugar y me surgen un montón de complicaciones, no lo entiendo. Explicó James dejando notar en su voz nerviosismo, le entregó el mapa a Sirius y con los brazos sobre la cabeza comenzó a dar vueltas. -¡Echo de menos a Lily! ¡No te haces una idea de cuánto la extraño!
Sirius asintió, lo cierto era que sí se hacía una idea porque para su desgracia James la noche anterior se había puesto a abrazar a la almohada mientras gritaba el nombre de la pelirroja, algo que los había desvelado a todos por completo.
- Está bien, vamos a capturar a Brown. Declaró Sirius doblando el mapa y guardándolo en uno de sus bolsillos, James se giró hacia él esperanzado. Entre dos personas, serían capaces de retener y obligar a ese hippie a aceptar sus disculpas.
Los dos merodeadores salieron a toda prisa de su dormitorio, cruzándose con Peter al que saludaron rápidamente.
Mike Brown caminaba tranquilamente mientras silbaba una canción cuando de repente fue embestido por James que lo tiró al suelo y le sujetó los brazos, mientras Sirius lo apuntaba con la varita para que no tratara de escapar.
- ¡Por fin te encuentro! Exclamó James respirando entrecortadamente ya que ni él ni Sirius había parado de correr desde que salieron de su dormitorio; Mike intentó levantarse pero James aumentó la presión sobre él. – Ni te creas que te vas a mover de aquí hasta que no aceptes mis disculpas.
- Si, así que acéptalas rápido y vete a decírselo a Evans para que James pueda volver a tener una novia. Explicó Sirius poniéndose en cuclillas y pasando su varita por delante de los ojos de Mike a modo de amenaza.
- Está bien, pero antes tengo dos peticiones. La primera es que Potter se quite de encima. Pidió Mike amablemente, James y Sirius se miraron y de mala gana el castaño se levantó y dejó libre a Mike que se puso a hacer estiramientos.
- ¿Y la segunda? Preguntó James con desconfianza.
- Quiero que me des un beso. Masculló tímidamente Mike
- ¡Qué! Chillaron James y Sirius al unísono, mostrando ambos una mueca de asco.
Un escalofrío recorrió la espalda de Lily, la pelirroja apartó la mirada del libro que estaba examinando sobre runas, dejó la pluma sobre la mesa y se comenzó a masajear la sien. La biblioteca estaba inusualmente silenciosa, aunque claro, esa sensación también podía deberse a que ninguno de sus amigos había ido esta vez con ella. Lily miró a su alrededor, era la única sentada en esa mesa, aunque no la única que estaba allí, unos metros a la derecha en otra mesa estaba Snape con la nariz metida en algún libro sobre pociones; y dos mesas más allá había un grupo de estudiantes de Ravenclaw. Lily suspiró aburrida, ya era suficiente estudio por hoy, sería mejor que fuese a ver que hacían sus amigos o aunque se inclinaba más por buscar a James y liberarlo de esa estúpida idea suya de que tenía que disculparse con Mike para volver a ser novios.
Otro escalofrío recorrió la espalda de Lily de arriba abajo, recogió los libros apresuradamente, por alguna razón sentía que debía encontrar a sus amigos lo antes posible. Salió de la biblioteca con paso apurado y llegó a la sala común, inmersa en sus pensamientos. Abrió la puerta de su dormitorio descubriendo que éste estaba vacío, depositó los libros sobre el escritorio y se mordió el labio nerviosa. Tenía un mal presentimiento, así que decidió bajar a la sala común.
- ¡Remus! Llamó la pelirroja al merodeador al entrar a la sala común, Remus se encontraba un poco desaliñado y parecía preocupado pero con su sonrisa habitual se dirigió hacia Lily.
- ¿Has visto a Elyon? Preguntó Remus, Lily negó con la cabeza.
- ¿Has visto a Thomas, Warren o Kath?. Quiso saber Lily preocupada
- No, no los veo desde esta mañana. Respondió un pensativo Remus, los dos se quedaron en silencio un par de minutos, hasta que se miraron y se echaron las manos a la cabeza alarmados.
- ¡Tenemos que encontrarlos!. Exclamaron Lily y Remus a la vez.
Los dos jóvenes sacaron las varitas, era mejor tenerlas a mano cuanto antes. Remus le cedió el paso a Lily para que la pelirroja comenzase a caminar delante de él, aunque una vez que salieron de la sala común comenzaron a correr, esos cuatro juntos, sin saber nada de ellos desde esta mañana, apostaría un millón de tabletas de chocolate a que estaban creando problemas en algún lugar del castillo.
- En la mejilla, ¿verdad? Preguntó James aterrorizado porque la respuesta fuera negativa; pero sus peores pensamientos se hicieron realidad cuando Mike sonrió perversamente.
- No, quiero un beso de verdad del gran James Potter. Explicó Mike cruzándose de brazos, James lo miraba horrorizado mientras Sirius seguía con la boca abierta sin poder articular ninguna palabra.
- ¡No, me niego!
- Entonces, le diré a Evans que no solo no te disculpaste sino que viniste con Black a amenazarme de muerte. Contó Mike mientras iba poniendo una voz cada vez más temblorosa y empezaba a gimotear. – Lily, yo… Potter, es tan malo conmigo…
James miró con espantó hacia el joven rubio, que se había puesto a llorar de repente y balbuceaba, para al cabo de unos minutos toser y recuperar la compostura.
- ¡No serás capaz! Protestó James acusando con el dedo a Brown, desde luego ese chico cada vez le caía peor, ya podía olvidarse por completo de ser readmitido en el equipo de quiddich. James se acercó a Sirius y le dio un codazo en el estómago para que reaccionase, ya que el pelinegro llevaba un buen rato con la boca abierta de par en par.
- ¿No puedes pedir otra cosa? Preguntó Sirius pero Mike se cruzó de brazos.
- Sólo pido un beso del chico que me gusta, creo que es lo justo. Explicó Mike seriamente, Sirius se volteó hacia James y le dio unos golpecitos en la espalda antes de darse la vuelta y comenzar a caminar.
- Vamonos, convenceremos a la pelirroja de que te perdone de alguna otra forma. Dijo Sirius pero al ver que James no se movió, se giró hacia el preocupado. - ¿James?
- Si lo hago, ¿qué le dirás a Lily? Preguntó James sin mirar a Sirius pero eso no impidió que el pelinegro fue a toda prisa hacia él y lo golpease fuertemente en la cabeza.
- ¡Ni se te ocurra! No puedes ceder al chantaje de este individuo. Comentó Sirius exaltado.
- Le diría a Evans que eres una persona increíblemente madura, que eres el mejor novio que puede tener y que sería una tonta si te dejara escapar. Además, no volverás a saber nada de mí ni me acercaré más a ella. ¿Aceptas? Contestó Mike moviendo ligeramente las cejas de arriba abajo
- ¡Claro que no! Exclamó Sirius fuera de sí, pero James lo apartó de su camino. - ¡No puedo creerlo! ¡Te has vuelto completamente loco!
- Vale, pero que sea rápido. Dijo James con toda la seriedad que pudo, Sirius pasmado se puso a dar gritos alrededor de él viendo como Mike sonreía con felicidad y se acercaba a su amigo.
- ¡No puedo mirar! Gritó Sirius tapándose los ojos con las manos pero dejando el espacio suficiente como para poder mirar como en la cara de James se formaba una mueca de asco al ver como Mike se acercaba cada vez más a él.
- ¡No James! La voz de Lily resonó por el pasillo la pelirroja corría con todas sus fuerzas hacia ellos y cuando estuvo lo suficientemente cerca se lanzó sobre su novio cayendo los dos al suelo Remus llegó unos segundos después y los ayudó a incorporarse.
- Pelirroja, perdónalo antes de que haga una locura, como besar a Brown. Contó Sirius apresuradamente, Lily miró sorprendida hacia James para luego fulminar con la mirada a Mike, que sonreía nerviosamente y no paraba de golpear su mano contra su pierna.
- ¡Qué! Exclamó Remus ante el comentario de su amigo, Sirius asintió y comenzó a explicar lo ocurrido, sin embargo no le prestó la menor atención a lo que Sirius estaba contando ya que le parecía haber visto cuatro cabezas asomadas por la esquina de la derecha; se restregó los ojos y al volver a mirar ya no había nada. – Sirius, trata de calmarte.
- ¿De verdad ibas a besarlo? Lily miró expectante hacia James que miró hacia el suelo avergonzado.
- Si, el muy imbécil iba a besarlo. Aseguró Sirius dándole una colleja al castaño. Lily conmovida se abalanzó sobre James y comenzó a besarlo, el castaño sorprendido la acogió entre sus brazos y dejó que ella lo llenara de besos. Remus sonrió complacido y se giró hacia Sirius, el cual había hechizado a Mike para que se pusiera a cacarear como una gallina mientras caminaba como un avestruz.
- Deja que vuelva a hablar, creo que le debe una disculpa a James. Pidió amablemente Remus, Sirius movió levemente la varita y el chico dejó de cacarear pero sus movimientos siguieron siendo los de un avestruz. - ¿Tienes algo que decirle a James?
- Lo siento mucho Potter y prometo que nunca más escucharé a Hennings, Jewter, Hokins o Ross. Se disculpó Mike sorprendiendo a los presentes, aunque la cara de sorpresa de James no duró mucho ya que pasó a una de odio profundo y venganza inminente; Lily le entrelazó sus manos con fuerza y le dio un fugaz beso en la mejilla.
- Tranquilo cariño los mataremos, que ahora que somos pareja tenemos que hacer las cosas juntos. Recordó Lily con una sonrisa diabólica, Remus chasqueó los dedos y llamó la atención de Lily y James, cuando la pareja lo miró, señaló hacia la esquina donde anteriormente le pareció haber visto unas cabezas, ahora estaba seguro de que era su novia y el resto de sus amigos.
Ni Lily ni James dijeron nada, caminaron en silencio hasta la esquina seguidos de Remus y Sirius volviendo éste a lanzarle un hechizo a Mike para que ladrase como un perro a la vez que caminaba como una gallina. Cuando la pareja dobló la esquina, se encontró a sus cuatro amigos discutiendo acaloradamente.
- Iba a besarlo. Dijo Kath mientras Thomas estaba frente a ella y negaba con la cabeza.
- Si pero no lo beso, por lo tanto ganamos nosotros. Explicó Elyon mientras mezclaba sus cartas del tarot en las manos.
- Pero si Lily no llega a aparecer lo hubiera besado, ergo nosotros ganamos. Contradijo Warren
- Da igual lo que fuera a hacer, lo importante es que ¡no lo besó! Dijo Thomas haciendo hincapié en las últimas tres palabras, Elyon asentía a su lado mientras que Warren y Kath mostraban clara disconformidad.
- ¡Iba a besarlo! Protestó Kath
- ¡Pero no lo besó! Defendió Elyon
- ¡Iba a hacerlo! La intención es lo que cuenta. Razonó Warren
- ¡Mentira! Lo importante son los hechos, y el hecho en cuestión es que ¡no lo besó!. Contra-atacó Thomas
Lily y James miraban estupefactos hacia sus cuatro "amigos", no podían creer que estuviesen discutiendo acerca de cuál de ellos había ganado la apuesta en vez de huir despavoridamente y esconderse en el lugar más remoto del castillo una vez que vieron a Lily y Remus llegar e interrumpir el espectáculo. Sirius y Remus se encontraban al lado de Lily y James, más sorprendidos porque aún no se hubiesen dado cuenta de su presencia ( ya que estaban situados tras ellos y se les veía perfectamente) que de que estuvieran discutiendo por quién había ganado la apuesta.
- ¡Ganamos nosotros!. Declaró Elyon
- De eso nada, rubita. Dijo Kath ganándose que la rubia le lanzase una de sus cartas del tarot, que la morena no pudo esquivar y le golpeó en el estómago sin hacerle daño. – Acepta tu derrota primo.
- Lo mismo te digo, prima. Thomas le guiñó el ojo a Kath y luego se giró hacia Warren. - ¡Ganamos nosotros, no lo besó!
- ¡Iba a besarlo! Repitió una vez más Warren
- ¡Que no lo besó! Gritaron Elyon y Thomas a la vez.
- ¿Por qué no lo dejáis en empate?. Propuso Lily entrando en la conversación para sorpresa de James.
- ¡Nunca! Gritaron sus cuatro amigos, sin percatarse del tono sarcástico de la sugerencia de su amiga, al igual que tampoco se dieron cuenta de que ella, James, Sirius y Remus estaban allí.
- ¡No lo besó! Chilló Thomas, por lo que Lily rodó los ojos molesta.
- ¡Pero iba a besarlo! Protestó Warren; Remus y Sirius se llevaron las manos a la cabeza, otra vez iban a empezar la discusión.
- Vale, Potter tenía intención de besarlo pero no lo hizo. ¡No lo hizo! Eso es lo que importa. Explicó Elyon
- Entonces imaginemos que mi intención es morrearme con Remus, pero no lo hago; así que Ely no puedes enfadarte ¿verdad?. Quiso saber Kath mientras Elyon lo fulminaba con la mirada y Remus por detrás sonreía nerviosamente.
- Pues yo… Comenzó Elyon pero antes de pudiese decir nada, Thomas la hizo callar.
- Kath tu pregunta es rechazada por improcedente, ¿no tienes suficientes con dos? Que ahora le quieres quitar el novio a la pobre Elyon. Afirmó Thomas ganándose que la morena le lanzara un zapato que lo golpeó en la cabeza; Warren se rió pero rápidamente sujetó a Kath para que no le lanzará el otro zapato; Sirius por su parte no sonrió y miró con preocupación hacia la morena y ¿si su decisión no le gustaba? ¿y si finalmente la perdía para siempre frente a Kliem?, el pelinegro agitó la cabeza tratando de quitar esos pensamientos de su mente. - ¡Duele! ¡Joder! ¡En serio, tienes que solucionar eso cuanto antes! Así que date prisa y elige a Neizan.
- ¡Elegiré al que quiera! ¡Deja de meterme prisa! Gritó Kath que a pesar de los intentos de Warren por detenerla acabó lanzándole el otro zapato a su primo que lo esquivó por los pelos. - ¡Y te juro que como me entere de que haces una apuesta sobre esto, te mataré y luego te resucitaré y se lo diré a tu madre!
James miró hacia Lily, la pelirroja le respondió a la mirada y se encogió de hombros, ella tampoco sabía como la conversación había acabado en ese punto. El castaño se revolvió el pelo, la verdad era que esto era bastante interesante y lo mejor de todo era que no se había dado cuenta de que ellos estaban ahí y hablaban como si nada. James se giró divertido hacia Sirius, el pelinegro estaba que echaba humo y maldecía a todos los antepasados de Thomas por apoyar a Kliem en vez de a él.
- ¡No a mi madre no! ¡Seré bueno! ¡Lo juro, lo prometo por mis queridas apuestas! ¡Palabra de boy scout! Exclamó Thomas hablando rápidamente mientras se rascaba el chichón que Kath le había hecho con el primer zapato que lanzo. – Pero quédate con Kliem que nos cae mejor. (Sirius miró con odio hacia Thomas y Kath suspiró resignada)
- Chicos, ya sé cómo solucionar el problema. Dijo Elyon con misterio, los demás la miraron confundidos. – De quien ganó la apuesta (miradas de interrogación hacia Elyon), sobre si James iba a besar o no a Brown.
- ¡Ah! Exclamaron Warren, Thomas y Kath al unísono.
- Piedra-papel- tijera, el que gane gana la apuesta. Propuso Elyon, inmediatamente Warren y Thomas sacaron las varitas y se colocaron uno en frente del otro. – Preparados, listos…. Mmmm…¿Soy la única a la que le pareció escuchar la voz de Lily?
Ante la pregunta de Elyon, todos se voltearon lentamente hacia atrás, percatándose de que no solamente Lily, sino también James, Remus y Sirius estaban allí, escuchando desde quien sabía cuándo. Kath y Warren dieron varios pasos hacia atrás para colocarse a la altura de Elyon y Thomas, los cuatro sonrieron inocentemente para tratar de ocultar su miedo mientras eran observados con odio por Lily y James, la pelirroja estaba con los brazos sobre la cadera y el merodeador sonreía perversamente mientras golpeaba su varita contra la mano como haría un policía con su porra.
- Esto… Comenzó a decir Thomas pero se calló al ver la mirada asesina de la pelirroja, de James y de Sirius; Warren aprovechó meter la mano en el bolsillo y sacar una pequeña bola negra que lanzó contra el suelo, el impacto provocó que apareciese una nube de humo negro. - ¡Huyamos!
Tres horas, cuarenta minutos y veinticinco segundos fue el tiempo que Lily y James tardaron en romper la barrera mágica que Elyon y Warren habían creado en la habitación de este último para defenderse de la ira de la pareja, una vez que la barrera cedió Thomas y Kath se encargaron de lanzarles hechizos y pociones, mientras los dos rubios trataban de volver a levantar algún tipo de protección. Sin embargo, todos sus esfuerzos fueron en vano, Lily y James eran demasiado habilidosos cuando estaban enfadados, por lo que sus amigos levantaron banderas blancas para indicar que se rendían.
Ante la rendición de sus amigas Lily y James chocaron las manos, felicitándose por el maravillo trabajo en equipo que había realizado. Tras esto, Lily se encargó de quitarles las varitas a sus amigos; James que caminaba tras ella iba haciendo aparecer cubos llenos de agua y cepillos de dientes frente a cada uno.
- Vais a limpiar los dormitorios que os indiquemos; limpiares el baño, haréis las camas, ordenareis la ropa por dueño y a su vez por colores, colocareis los libros por orden alfabético y haréis lo que vuestro vigilante crea necesario para dejar el dormitorio impoluto. Explicó Lily con una sonrisa, James le dio a cada uno un cepillo de dientes excepto a Thomas.
- Lil, tal vez me equivoque, ¿pero para limpiar no se necesitan más cosas a parte de un cepillo de dientes?. Preguntó Warren sin apartar la mirada de ese minúsculo instrumento que le habían dado, si pretendían que limpiase con eso, iba a tardar años.
- En vuestro caso con eso os basta; ¿alguna otra pregunta? Dijo Lily, sus amigos se miraron entre ellos preocupados, pero no dijeron nada; la pelirroja sonrió complacida. – Bien; Elyon a nuestro dormitorio, James se encargará de vigilarte; Warren al cuarto de James, Remus se encargará de que trabajes (Warren gritó un largo "noooo") y Kath tú te encargas del dormitorio de Mike sus compañeros se ofrecieron a vigilarte.
- ¿Y yo? Preguntó Thomas en voz baja con miedo a lo que Lily pudiera decir, pero antes de que la pelirroja dijese nada Kath comenzó a hablar.
- ¿Por qué tengo que limpiar el dormitorio de Brown? Te recuerdo que es cómplice nuestro. Lily y James fulminaron a la morena y el merodeador le dio su cubo con agua.
- Os conozco, sé que lo amenazasteis; además él ya ha recibido su castigo. ¡Ahora todos a limpiar, ya! Gritó Lily señalando hacia la puerta, sus tres amigos cogieron los cubos de agua y los cepillos de dientes y sin pronunciar palabra fueron saliendo uno a uno del dormitorio, tras ellos salió James que se despidió lanzándole un beso a Lily desde la puerta; la pelirroja se giró hacia Thomas y sonrió; el moreno tragó saliva esperando con autentico terror el castigo impuesto por la pelirroja.
Warren fue el primero que terminó su castigo, tras más de cuatro horas de limpieza exhaustiva con un Remus que se creía la reencarnación de un general romano increíblemente cruel y despiadado, que veía motas de polvo en todas las piedras del suelo y que no lo dejo cenar. Ya Remus se las pagaría, de eso no tenía ninguna duda. El rubio lanzó el cepillo de dientes al cubo de agua y se puso en pie como pudo, tenía agujetas por todas las piernas de limpiar de rodillas.
- Ya está, acabe. Sentenció Warren, Remus examinó el suelo y no pudo decir nada, lo había hecho limpiarlo siete veces, ya casi se veía reflejado en él. Así que de muy mala gana admitió que podía irse.
- Espera, esos libros están torcidos. Dijo Remus señalando hacia la estantería cuando Warren estaba a punto de cruzar el umbral de la puerta; el rubio se giró y fulminó con la mirada al merodeador antes de caminar con paso firme y colocar los dichosos libros. – Bueno creo que ya puedes marcharte.
Warren abandonó la habitación dando un fuerte portazo. Sin embargo, Remus sonrió satisfecho, gracias a Lily y James había podido vengarse de Warren por intentar frustrar su relación con Elyon y hablando de su novia, sería mejor que fuese a ver si ya había acabado de limpiar su dormitorio. Remus bajó las escaleras silbando, encontrándose a Warren en mitad de las escaleras hablando con Kath aunque el licántropo tuvo que mirar un par de veces a la chica para asegurarse de que era ella.
- ¿Qué haces vestida así?. Preguntó Remus al llegar hasta los dos jóvenes; Kath llevaba un vestido de sirvienta con delantal y lacito en la cabeza incluido, sin embargo en vez de ser largo, el vestido le llegaba por encima de las rodillas lo que dejaba a la vista sus piernas en las que llevaba unos calcetines blancos altos con encajes.
- Esto es lo que pasa cuando mandas a una chica a limpiar un dormitorio lleno de chicos con hormonas descontroladas. Explicó la morena indignada, Warren soltó una pequeña risita que trató de ocultar con tos al ver la mirada de ira dirigida hacia él por parte de Kath.
- ¿Te hicieron limpiar la habitación vestida así?. Preguntó Remus señalando hacia la vestimenta de la joven, ella asintió furiosa y comenzó a bajar las escaleras seguida por los dos chicos.
- ¡Se van a enterar, mañana los envenenaré a todos! Exclamó al llegar a la sala común, Warren se sentó en el sillón y contempló a su amiga, Kath se movía frenéticamente lo que estaba haciendo que el vestido se agitase con gracia. – Morirán lenta y dolorosamente y no sabrán por qué.
- Cálmate fierecilla. Pidió Remus amablemente obligando a la morena a sentarse, sin embargo acabó tumbada en el sofá y pataleando cosas sin sentido; Remus miró hacia Warren buscando apoyo por su parte, pero el rubio bostezó y se acomodó en el sillón. – Me voy a buscar a Ely.
Remus miró a los dos jóvenes antes de marcharse, ambos estaban muy cansados hecho que demostraban bostezando cada dos segundos. El joven licántropo giró sobre sí mismo y saludo a Sirius y Peter indicándole al primero que la morena estaba acostada en el sofá antes de desaparecer por las escaleras femeninas.
Sirius ordenó a Peter mediante señales que se marchará a su dormitorio sin dudar. Necesitaba hablar con ella, ver cómo se encontraba y sobretodo tantearla sobre si ya había tomado alguna decisión. Ese asunto lo estaba desquiciando por completo y a eso había que sumarle que llevaba unos días evitándolo, aunque según Remus eso se debía a que ella necesitaba su propio espacio para pensar y que él debía comportarse como un caballero y respetarla. Definitivamente seguiría el consejo de James, y al respeto del espacio que le den.
De puntillas y con cuidado se acercó al sofá. Kath estaba acostada medio adormilada y vestida de sirvienta; el pelinegro parpadeó y se restregó los ojos tratando de confirmar lo que estaba viendo, ¿Kath estaba vestida de sirvienta y medio dormida en el sofá? ¿Acaso estaba soñando despierto? Porque estaba casi seguro de que esta escena no podía ser real. La morena se giró tratando de buscar una mejor postura en el sofá levantando levemente la pierna lo que hizo que el vestido se le subiese y mostrase parte de su muslo; el pelinegro se imaginó a sí mismo cogiéndola en brazos y llevándola a su dormitorio para arrancarle ese vestido; esa sola idea hizo sonrojarse hasta niveles hasta ahora desconocidos para él y tuvo que mirar hacia otro lado mientras reía nerviosamente.
- Pervertido. Murmuró Warren sacando a Sirius de su ensoñación; el pelinegro lo fulminó con la mirada pero no dijo nada; sin embargo Warren con un esfuerzo sobrehumano cogió uno de los cojines que tenía y lo lanzó, éste impacto directamente contra la cabeza de Kath que lanzó un grito antes de moverse bruscamente y caer al suelo.
- ¡Warren que te den! Gritó la morena furiosa desde el suelo enseñándole el dedo corazón a su amigo, había estado a punto de conciliar el sueño y ser despertada justo cuando iba a dormir era lo que más odiaba en el mundo, bueno una de las cosas que más odiaba. Se percató de la presencia de Sirius cuando éste comenzó a reírse a carcajadas y se sentó en el sofá, lo que la hizo sentirse completamente idiota; una vez que el pelinegro terminó le indicó que se sentase en el sofá a su lado. No obstante, ella prefirió permanecer sentada en el suelo con la cabeza y los brazos apoyados en el sofá, al lado de Sirius.
- ¿Se puede saber que haces vestida así? . Preguntó Sirius, hasta dónde él sabía ella había estado toda la tarde castigada limpiando; bueno ahora que lo pensaba tenía sentido el traje de sirvienta.
- Me obligaron los compañeros de Brown, dijeron que o limpiaba así vestida o iban a buscar a Lily. Respondió Kath entre bostezos, Sirius abrió los ojos impactado para luego mostrarse indignado. – He tenido que aguantar unas cuatro horas de miradas lascivas y comentarios subidos de tono. Pueden darse por muertos.
El pelinegro asintió sin decir nada, si ella no los mataba lo haría él.
- Oye Kath, he estado pensando una cosa. Murmuró Sirius tratando de llamar la atención de la morena, ella se llevó la mano a la boca para intentar ocultar otro bostezo; el pelinegro miró hacia Warren, no tenía ganas de que éste le oyese pero por suerte el rubio parecía más dormido que despierto. – Bueno, el caso es que tú y yo nunca hemos tenido una cita, una de verdad digo.
El pelinegro se había dado cuenta de eso gracias a Peter, ya que según su amigo ella había estado saliendo con Neizan, lo que conllevaba muchas citas, es decir, ellos dos solos en situaciones románticas. Mientras que con él eran encuentros casuales de dos conocidos porque ni siquiera llegaron a ser amigos, eso sin contar los desencuentros que habían tenido y en los que se habían besado previa discusión. Por lo que la situación que veía el pelinegro, era que Kath tenía que elegir entre su novio atento y considerado y con el que había tenido muchas citas y él, un chico que la había hecho sufrir y con el que nunca había tenido una cita en la que pudiese demostrar sus dotes de conquistador. Claramente la posibilidad de ser el que se quedase con la chica mermaba por segundos.
Sirius miró con nerviosismo hacia Kath esperando una respuesta por su parte, ella pestañeó antes de empezar a hablar.
- Eso es verdad. Afirmó Kath luchando por mantenerse despierta, Sirius se rascó la cabeza.
- Podríamos tener una cita mañana. Dijo Sirius intentando sonar seguro, Kath apoyó su cabeza sobre sus brazos y luego bostezó.
- Mañana tengo que ayudar a Neizan con unas pociones. Murmuró la chica cerrando los ojos, Sirius chasqueó la lengua sin poder ocultar su irritación.
- ¿Y ahora?. Curioseó el pelinegro con voz ronca
- ¿Ahora? Repitió Kath con los ojos cerrados y medio dormida; Sirius se levantó para posteriormente sentarse en el suelo al lado de la morena, apoyó uno de sus brazos en el sofá mientras que con la otra mano le apartó uno de los mechones de pelo fucsia de la cara y comenzó a hacerle círculos en la mejilla con el dedo para llamar su atención.
- ¿Qué dices?
Kath abrió lentamente los ojos ya que le estaba costando un gran esfuerzo mantenerse despierta y prestar atención a lo que Sirius le decía, es por ello que se sobresaltó al verlo tan cerca de ella y sonriéndole tan dulcemente. Kath hundió su cabeza aún más entre sus brazos para esconder sus mejillas cada vez más sonrosadas, no quería que cierto merodeador notase su reacción al, en su opinión ridículo, contacto físico que estaban teniendo. Pero no pudo apartar la mirada de sus ojos grises, unos ojos que la animaban a acercarse cada vez más a su rostro y a los que como una tonta obedecía.
- ¡Por fin termine de limpiar el maldito dormitorio! Exclamaba Elyon con los brazos extendidos hacia el cielo bajando las escaleras, Remus y James iban tras ella. El grito de la rubia despertó a Warren, que comenzó a estirarse en el sillón. Kath y Sirius apartaron rápidamente la mirada el uno del otro y mientras la morena se ponía en pie y bostezaba, el pelinegro maldecía por lo bajo su suerte. - ¡Me voy a las cocinas! ¿Te puedes creer que tuve que ver como Potter cenaba y no me daba nada?
- Se nota que él y Remus son amigos. Declaró Warren que tras bostezar tres veces seguidas se despidió de sus dos amigas y se marchó a dormir.
- ¿Y esa ropa? Preguntó Elyon señalando el vestido de Kath
- Mañana te cuento, ahora me voy a dormir. Kath se despidió de sus amigos y dio un beso de buenas noches a Sirius en la mejilla dejándolo sorprendido pero contento y comenzó a subir las escaleras pero se detuvo a mitad del camino. - ¿Alguien me puede decir cuál era el castigo de Thomas?
- Hacer una tarta. Contestó James, Kath se echó a reír antes de seguir subiendo las escaleras.
Si algo se le daba realmente mal a su primo era cocinar, ni siquiera usando hechizos había logrado freír un huevo en una sartén. Eso sin mencionar la vez que estuvieron a punto de morir porque Thomas se empeño en hacer una ensalada, aún seguía preguntándose cómo pudo conseguir que una lechuga y dos tomates los llevaran al borde de la muerte. Cocinar, sin duda ese era el mejor castigo que Thomas podía recibir y Lily lo sabía.
- ¡Eso no me lo pierdo! Exclamó Elyon eufórica antes de salir corriendo tirando de Remus. James y Sirius intercambiaron miradas sin entender que sucedía así que decidieron que lo mejor sería irse a dormir.
El día había llegado, el día en que por fin ella y Remus tendrían una cita en condiciones, sin interrupciones, sin amigos que molestasen y en un bonito lugar. Elyon atravesó la puerta de entrada del colegio y miró hacia la preciosa cafetería que estaba montada en los jardines. Los responsables eran los mismos que habían organizado la cafetería a la entrada del gran comedor y que habían destrozado con la batalla campal. Uno de los camareros la miró y salió corriendo a hablar con el que servía los cafés; seguramente la había reconocido. Remus tomó asiento en una de las mesas que estaban más cerca del lago, las mesitas estaban adornadas con unos manteles de encaje color pastel que tenían encima un florero transparente con una rosa blanca dentro. Elyon sonrió radiante de felicidad y tomó asiento.
- Está todo precioso. Expresó la rubia tomando la carta entre las manos, Remus asintió con tristeza, ésta podía ser la última cita que tuviesen.
- Disculpa. Remus y Elyon se giraron hacia el lugar de donde provenía la voz, al lado de la mesa se encontraban dos camareros. Los miraban con gesto serio mostrando su disconformidad con que estuviesen allí. – No te lo tomes a mal, pero preferimos que te marches.
Los dos chicos miraron hacia Elyon, que pestañeó sorprendida. Ella no iba a ir a ningún lado, tendría su cita romántica de una vez por todas. La rubia depositó la carta sobre la mesa y se giró hacia los camareros intentando mostrar su mejor sonrisa falsa.
- ¿Disculpad? Creo que debe haber un malentendido. Dijo Elyon tratando de sonar lo más amable posible, Remus la miró preocupado.
- La última vez que vino uno de vuestro grupo, acabamos volando peleando y convertidos en gorilas. Explicó el otro camarero, Elyon cerró los ojos intentando calmarse.
- Podéis estar tranquilos, hoy no pasará nada. Sólo hemos venido a tomar café. Contestó Remus al notar como a su novia se le estaba acabando la paciencia.
- No me fio, pueden venir los otros. Aseguró el camarero, Elyon se puso en pie y encaró al camarero.
- Mira, llevo meses intentando tener una cita con mi novio. Hoy, precisamente hoy, todos mis amigos tienen planes y no van a venir a fastidiarnos. Así que tienes dos opciones o nos sirves café y tarta como a clientes normales o te juro que voy a buscarlos y armaremos aquí un buen lio. Amenazó Elyon vio como en la cara de los dos camareros se formo una mueca de terror, ella sonrió y se volvió a sentar.
- Dos chocolates calientes con nata y un trozo de tarta de fresa. Pidió Remus con amabilidad, los dos camareros se miraron entre ellos y salieron corriendo. - ¿Ibas a buscarlos de verdad?
- Pues claro. Contestó Elyon jugueteando con sus mechones de pelo, Remus la admiró un par de segundos antes de que ella se acercase y le diese un rápido beso en los labios. – Me alegro tanto de que por fin tengamos una cita, una cita de verdad.
- ¿Segura de que nadie nos molestará? Preguntó Remus con una ceja levantada, tenía serias dudas de que pudieran disfrutar de una tarde sin ningún tipo de percances.
- Si, completamente segura. Aseguró Elyon viendo como el camarero llegaba y les traía su pedido además de un trozo de tarta de vainilla extra.
- En ese caso, Ely tengo que hablar contigo de algo importante. Dijo Remus con voz grave y algo temblorosa, se encontraba cansado y tenía bastante mal aspecto ya que la luna llena estaba próxima pero aún así había decidido acceder a la petición de su novia a tener una cita. Bueno a su todavía novia, porque no estaba seguro de que siguiera queriendo tras conocer la noticia de que era un licántropo. Elyon lo miró con curiosidad pero siguió removiendo el chocolate. – Yo, hay algo que no sabes de mí… y bueno…
- Lo sé, Remus. Contestó Elyon con una sonrisa, tras esto se metió un trozo de tarta de fresa en la boca y obligó a Remus a probar la de vainilla.
- No, no creo que sepas a lo que me refiero. Protestó el merodeador limpiándose la boca con una servilleta y obligando a Elyon a soltar la cuchara con tarta que iba a meterle en la boca. – Tengo un oscuro y terrible secreto, yo soy…
- Un licántropo lo sé. Y eso te hace muy sexy. Dijo Elyon riéndose ante la cara de sorpresa que había puesto Remus, Elyon sacó sus cartas del tarot y dio la vuelta a la primera, la carta mostraba una luna. – Siempre que trataba de adivinar tu futuro salía esta carta y sumándole que todos los meses en luna llena desaparecías unos días, pues… creo que quedaba todo bastante claro.
- ¿Por qué nunca me dijiste que lo sabías? Preguntó Remus volviendo en sí y tomando las manos de Elyon entre las suyas.
- Te empeñabas tanto en ocultarlo que no pensé que fuera buena idea decirte que lo sabía. Explicó Elyon, Remus la miró con una sonrisa.
- Eres una chica increíble.
- Lo sé.
Remus puso en pie y con las manos entrelazadas con las de Elyon la besó con dulzura. Definitivamente esa era la mejor cita que habían tenido.
Sirius caminaba por los pasillos junto a Peter, ambos caminaban de regreso a la sala común de Griffindor tras haber espiado durante un par de segundos a Remus, pero espiar citas era bastante aburrido así que habían decidido ir a gastar bromas a los slytherins. Ver a los alumnos corriendo de un lado a otro dando gritos, había resultado de lo más entretenido. Peter se sacó un paquete de ranas de chocolate y tras ofrecerle a Sirius se la metió en la boca.
- ¿Y ahora qué hacemos? Preguntó Peter, Sirius se encogió de hombros. – ¿Echamos una partida de snap explosivo?
- Vale. Accedió el pelinegro metiéndose las manos en los bolsillos de los pantalones mientras caminaba despreocupadamente.
Peter se metió otra rana de chocolate en la boca y tras cruzar la esquina antes de llegar a su sala común se detuvo en seco y obligó a Sirius a caminar sobre sus pasos.
- ¿Qué haces? Preguntó el pelinegro sorprendido por el comportamiento de su amigo, Peter tragó la rana lo más rápido posible.
- Creo que deberíamos ir a gastarle una broma a Snape. Opinó Peter por lo que Sirius levantó una ceja, no se creía para nada a su amigo.
- ¿Qué es lo que no quieres que vea? Inquirió Sirius soltándose de Peter y caminando hacia la entrada de la sala común.
En seguida vio lo que Peter no quería que viese, Kath estaba a unos cuatro metros hablando con Neizan. Fue entonces cuando recordó que ella había quedado con el raven para ayudarlo a elaborar unas pociones, algo que él sabía que era una excusa para quedar con ella a solas. Se echó para atrás y se escondió lo suficiente para no ser visto y poder espiar con tranquilidad. Los dos parecían hablando de algo serio, pues ninguno sonreía; Sirius examinó los movimientos de Kath, sus manos estaba agarradas tras su espalda y se balanceaba sobre sus tobillos además se la veía nerviosa a la vez que triste. Sirius maldijo su suerte, podía verlos pero no escuchar lo que se decían, ¿y si era importante? ¿Y si lo estaba dejando para quedarse con él? Sirius sonrió de satisfacción ante esa última idea. Sin embargo, su sonrisa se borró de golpe al ver como Neizan se acercaba a ella y la besaba, Kath pasó los brazos por el cuello del joven.
Sirius cerró los ojos y se dio la vuelta. Se acabó. Ella había elegido y no lo había escogido a él, Peter intentó reconfortarlo pero apartó su mano con un fuerte manotazo, no quería ni necesitaba su compasión. Todo había terminado. Acababa de perder a la única chica por la que alguna vez sintió algo, derrotado y abatido se marchó de allí.
James abrió puerta de la habitación de Lily con cuidado tratando de hacer el menor ruido posible y lo consiguió pues su amada pelirroja seguía inmersa escribiendo en un pergamino. James se acercó a ella caminando de puntillas y cuando estuvo lo suficientemente cerca le robó un beso. Lily lejos de reprenderle, le correspondió el beso aumentando la intensidad.
- Me alegro de verte. Susurró Lily una vez que se separaron para tomar aire, James sonrió y enredó sus dedos en su cabello.
- ¿Qué haces?. El castaño se apoyó sobre la silla y comenzó a leer el pergamino, al notar que eran deberes abrazó a la pelirroja por la espalda. – Deja eso para después.
- Pero ya estoy a punto de terminar, dame unos minutos. Pidió Lily amablemente y con una sonrisa, James masculló algo incomprensible para la pelirroja antes de separarse de ella y lanzarse sobre su cama. – En seguida termino.
James no dijo nada, solamente se tumbo bocarriba y con las manos tras la cabeza admiró el techo y se puso a contar.
Uno, dos, tres, cuatro… diez, once, doce. ¡Se acabó, ya había sido demasiado paciente!
James puso en pie con sigilo y se acercó a Lily, esta vez llamó la atención de la pelirroja depositando rápidos besos a lo largo de su cuello, lo que hizo que la pelirroja se estremeciese y soltase la pluma sobre el pergamino.
- James. Murmuró Lily, James sonrió y unió sus labios. Una vez que separaron Lily lo miró sonrojada y el volvió a su labor de plagar su cuello de besos. - ¿Te he dicho alguna vez lo mucho que te odio?
James rió divertido.
- Sólo un par de veces.
Lily se puso en pie y besó a James de nuevo esta vez con más pasión. James la cogió en sus brazos y la sentó sobre el escritorio, no sin antes tirar todo lo que había sobre la mesa al suelo.
- Siempre he querido hacer eso. Murmuró James antes de volver a juntar sus labios con los de Lily, ella pasó las manos por su cuello y comenzó a revolverle el pelo.
- ¡Oh por dios! ¡Poned un sombrero en la puerta o algo para avisar! Gritó Kath al entrar en la habitación, la morena miraba hacia donde estaban Lily y James pero se tapaba los ojos con las manos. Lily avergonzada apartó a James y trató de recuperar la compostura, mientras James la miraba divertido y le acariciaba las mejillas riéndose de lo roja que estaba. – No importa, ya me voy. ¡Seguid a lo vuestro!
- Creo que deberíamos hacerle caso. Dijo Lily, James asintió y atrajo a Lily hacia él pero la pelirroja le apartó la cara por lo que acabó besándole una mejilla. – En lo de poner algo en la puerta.
- Siento interrumpir de nuevo. Se disculpó Kath entrando otra vez con los ojos cerrados, James y Lily le lanzaron miradas asesinas a la morena. – Potter, ¿sabes dónde está Sirius? Necesito hablar con él.
- Se había ido con Peter, no sé dónde. Respondió James con rapidez y con una notable irritación, Kath asintió y se marchó.
James salió tras ella y colocó en el picaporte de la puerta su corbata. Cuando entró se encontró a Lily recogiendo los papeles que él había tirado en un arrebato de pasión.
- ¡Lily!. La pelirroja se volteó al escuchar su nombre, James suspiró y se revolvió el pelo. – Acabas de matar mi pasión.
Lily no pudo evitar echarse a reír antes de abrazar a James como si fuera un gran osito de peluche.
Tras salir del dormitorio por segunda vez, Kath no pudo evitar sonrojarse, no sabía que Lily fuese así y se dejase llevar. Debía de dar la enhorabuena a James por logar que la pelirroja se desinhibiese. Sin embargo, el verlos a los dos besándose sobre el escritorio y con tanta dedicación la hizo recordar cierto momento muy similar vivido con Sirius. La morena se llevó las manos a las mejillas al notar cómo éstas ardían, y comenzó a abanicarse con la mano ¿de repente no hacía mucho calor?. Kath bajó las escaleras y llegó a la sala común, la escrutó con la mirada pero no vio a nadie conocido. Respiró hondo y salió de ahí. Si Sirius se había ido con Peter, era tontería buscarlo, ya lo vería más tarde en la sala común.
No podía volver a su dormitorio; Elyon la había amenazado de muerte si intentaba fastidiar su cita; Warren se había ido a la biblioteca a buscar información para un trabajo de herbología y Thomas estaba quien sabe donde llevando a cabo sus apuestas ilegales. Estaba sola, así que iría a su lugar favorito, las gradas del campo de quiddich; así que salió del castillo y no sin antes echar un vistazo a la cita de Elyon y Remus que parecía ir viento en popa, se dirigió hacia el campo de quiddich.
- Mierda, no cogí una chaqueta. ¡Maldita Lily! Masculló enfadada al notar el viento frío sobre su cuerpo.
Kath caminó con decisión hacia las gradas, dando un pequeño saltito para subir a la primera. Una vez allí miró hacia arriba, distinguiendo por primera vez la figura de alguien con curiosidad siguió subiendo hasta que descubrió que la figura correspondía a Sirius que miraba distraído hacia el horizonte.
- ¡Buuuh! Exclamó Kath sacudiendo los hombros de Sirius, el pelinegro se volteó hacia ella sorprendido pero no le dijo nada. Kath se sentó a su lado y estiró las manos. – Estaba buscándote y mira por dónde estabas aquí.
- Si. Masculló Sirius sin mirar a la morena, sabía perfectamente porque lo estaba buscando. Quería comunicarle, que había decidido quedarse con Neizan, como no. Había sido imbécil por haber tenido ilusiones alguna vez de que lo elegiría a él.
- ¿Sabes que Lily y James se estaban liando en el dormitorio? Preguntó Kath con una sonrisa divertida alumbrando su rostro. Sirius negó con la cabeza pero no dijo nada.
Kath se frotó las manos y luego los brazos, Sirius la miró de reojo y vio como su piel se ponía de gallina. El pelinegro suspiró resignado, le iba a romper el corazón en cualquier momento, y aún así no hacía sino pensar en quitarse le chaqueta y cedérsela para que no pasase frío.
- Tenías que haberlos visto, la cara de Lily no se diferenciaba de su pelo y James iba a saltar sobre mí en cualquier momento dispuesto a matarme. Relató Kath entre risas, finalmente Sirius se decidió y se quitó la chaqueta colocándosela a Kath sobre los hombros, ella la aceptó con timidez y se la puso.
Sirius la examinó detenidamente, se veía muy guapa con esa chaqueta puesta, se notaba que le quedaba bastante grande pero eso solo le añadia mas atractivo. Kath miró hacia el suelo nerviosa y comenzó a enredarse una de las mechas fucsias en el dedo índice.
- Se lo que vienes a decirme. Aseguró Sirius con seriedad antes de que Kath se pronunciase, ella lo miró sorprendida sin embargo Sirius no le devolvió la mirada, siguió mirando hacia el césped. – Eliges a Neizan, supongo que me lo tengo merecido por idiota.
- Sirius…
- Me lo merezco sabes, quiero decir, fui un tonto al pensar que me ibas a elegir a mí, ya Remus y Peter me advirtieron de que era una locura. Pero yo estaba tan convencido de que te gustaba, bueno tuvimos dos besos increíbles.
- Sirius…
- Kath, no sabes cuánto lo siento, de verdad. Siento mucho haberte hecho daño, no sabía que estabas tan enamorada de Kliem; si lo hubiera sabido no lo hubiera hecho.
- Sirius…
- Si, ya sé lo que vas a decirme. Que soy un egoísta, un ególatra, que no tengo en cuenta los sentimientos de los demás, que soy un tonto, un imbécil, un creído, la peor persona de este mundo y tienes razón.
- Sirius…
- Pero te juro que a partir de ahora no te molestare, dejaré que seas feliz con Kliem aunque tenga unas ganas sobrehumanas de descuartizarlo y lanzar sus restos al océano donde se lo coman los tiburones.
- ¡Por el amor de dios! ¡He roto con Neizan! Gritó Kath a pleno pulmón tras ponerse en pie, luego se giró hacia Sirius que la miraba expectante con la boca abierta. – Así que cállate y déjame hablar.
Sirius asintió lentamente sin parpadear por lo que la morena volvió a tomar asiento.
- ¿Qué? ¿Entonces me eliges a mí? Preguntó el pelinegro tratando de esconder su felicidad.
- Es más complicado que eso. Dijo Kath con seriedad, el viento alborotó su pelo y ella se apartó los mechones que le cayeron sobre la cara. Sirius la observó con atención. – Cuando estoy con alguien, tengo que estar con esa persona al cien por cien. Neizan me gusta, el problema es que hay otra persona que me gusta más que él; por eso siento que no sería justo elegirlo a él.
Sirius sonrió para sus adentros, pero se molestó con la morena. ¿Qué es eso de "otra persona"? Más le valía que esa otra persona fuese él.
- ¿Vas a admitir alguna vez que te gusto? Preguntó Sirius asqueado
- ¿Acaso tú has admitido que estas enamorado de mí? Contra-preguntó la morena con una sonrisa divertida, Sirius se llevó la mano al pechó y fingió estar herido de muerte.
- ¡Touché!. Exclamó el pelinegro incorporándose. – Volviendo al tema que nos atañe, decías que otro chico te gustaba muchísimo más que Kliem.
- No dije eso. Protestó Kath, Sirius la mando callar para luego animarla a continuar. - ¡Ay! Ese chico, es un auténtico mujeriego. ¿Te puedes creer que se ha besado con medio colegio? (Sirius la fulmina con la mirada) Cuando me besa, siento que el mundo a mi alrededor desaparece y que sólo estamos nosotros sin importarme nada más, también tiene unos ojos preciosos que me encantan que me hipnotizan y consiguen que sea capaz de hacer cualquier cosa con tal de verlos brillar. Otra cosa que también me gusta de él es que a pesar de parecer un chico duro, es muy cálido y tierno y a la vez es fogoso e impredecible. Pero…
- ¿Pero? ¿Cómo que pero..? ¿Acaso ese chico no es genial? Deberías proclamarle tu amor y no separarte de él nunca, jamás. Vociferó Sirius, Kath bajó la mirada y miró hacia sus manos una vez más, Sirius se acercó a ella y la sujetó por la barbilla obligándola a mirarle a los ojos. – Estoy enamorado de ti.
La confesión de Sirius pilló por sorpresa a la morena que lo miraba sin pestañear, el pelinegro le sonrió orgulloso de por fin haberlo dicho y le cogió la mano.
- Tú también me gustas y mucho, pero cuando te miró recuerdo cómo rompiste mi relación con Neizan, recuerdo lo mucho que lloré y sufrí al pensar que mi novio al que tanto quería me había puesto los cuernos. Declaró Kath separando su mano de la de Sirius, él sonrió con amargura. – Lo siento pero no puedo perdonarte, al menos no todavía.
- Supongo que debí plantearme que esto podría suceder. Sirius se rascó la cabeza y apartó la mirada de Kath, ella asintió y dirigió la mirada hacia el mismo sitio que el pelinegro. – No te quedas con Kliem porque me prefieres a mí, pero a mí no puedes perdonarme así que te quedas sola. ¿Estás segura de que estas tomando la decisión correcta?
- Si.
- Bien. Sirius se puso en pie de un salto y se giró hacia Kath. – Esperaré por ti hasta que me perdones, es lo mínimo que puedo hacer por la chica que me robo el corazón.
- ¡Vaya! No sabía que podías ser tan cursi. Aseguró Kath con una sonrisa, Sirius le lanzó una mirada asesina antes de desplomarse sobre el asiento.
- Es la última vez que trato de ser romántico. Dijo Sirius en voz alta mientras Kath reía a carcajadas. El pelinegro sonrió feliz, puede que no fuesen una pareja pero al menos tampoco estaba con Neizan, sin embargo la imagen de Kath besándose con el pelirrojo regresó a su mente. - ¿Por qué besabas a Kliem esta tarde? ¿No lo dejaste?
- ¿Me espiabas?
- Ese no es el caso, ¿por qué lo besabas?
- ¿Estás celoso?
- Kath. Murmuró Sirius molestó, Kath no pudo hacer otra cosa que reírse lo que terminó desquiciando al pelinegro.
- Fue nuestro último beso, un beso de despedida. Explicó Kath poniéndose en pie y comenzando a bajar de las gradas.
- ¿Y porque no me das a mi uno de esos? Preguntó Sirius como si fuera un niño de cuatro años pidiendo golosinas.
- No estamos rompiendo.
- ¿Y uno de bienvenida?
- No somos novios.
- ¿Y por ser amigos?
- A mis amigos no les doy besos.
Sirius dio un último salto hacia el césped, había adelantado a Kath y ahora esperaba que ella llegase hasta donde estaba él. Sirius la miró bajar, con su chaqueta negra aún puesta iba dando pequeños saltitos entre las gradas, hasta que finalmente llegó a la última. No pudo evitar colocarse frente a ella con cara de niño bueno.
- No voy a darte un beso Sirius Black. Expresó Kath poniendo las manos en las caderas.
- Pero Kliem tuvo su beso. Discutió Sirius que se acercó a ella y tomándola de la cintura la depositó en el suelo. – Por fa.
- Está bien, pero uno rápido y nada de meterme mano. Ordenó Kath, Sirius asintió a regañadientes y comenzó a acercarse a su rostro.
- ¡Kath! Gritó Thomas a lo lejos saludándolos efusivamente mientras corría hacia ellos, Warren iba tras él y también agitaba la mano.
Nada más escuchar la voz de su primo, Kath se separó de Sirius y lo alejó de ella para comenzar a saludar a sus dos amigos. Sirius sacó la varita dispuesto a acabar con Thomas de una vez por todas, Remus seguro que se lo agradecía.
- ¿Qué hacéis por aquí? Preguntó Kath una vez que Thomas y Warren estaban a su lado.
- Estamos organizando una competición, con apuestas incluidas. Contestó Warren, Thomas sonrió orgulloso. – Veníamos a ver si te apuntabas.
- Warren y yo participaremos y Elyon; Remus nos dijo que no, que nos fuéramos al infierno, él se lo pierde. Contó Thomas emocionado luego miró hacia Sirius. – También puedes participar si quieres.
- Mientras no consista en ver quien bebe más cerveza de mantequilla, me apuntó. Respondió Sirius, Thomas lo apuntó en su libreta luego se giró hacia Kath.
- Contad también conmigo. Dijo Kath, Thomas la apuntó en la libreta también y Warren le dio una palmadita en la espalda para animarla.
- ¡Y ahora vayamos a la cafetería! Exclamó Thomas lleno de felicidad seguido de Warren y Kath.
Sirius se quedó parado donde estaba, al final se había quedado sin su beso y se había metido de lleno en una de las locas apuestas de Thomas, que a saber en qué consistía. El pelinegro suspiró y se rascó la sien antes de comenzar a caminar y seguir a ese trío de locos.
- Me olvidaba de algo. Kath se detuvo y espero a que Sirius estuviera a su altura, una vez que estuvo cerca de ella, se puso de puntillas agarró a Sirius del cuello de la camisa y lo besó. Fue un beso rápido y apasionado, un beso típico de ellos, cuando Kath se separó le dedicó una sonrisa a Sirius antes de salir corriendo y ponerse a la altura de Warren, al que dio un abrazo. – Vamos Black, que no tenemos todo el día.
Una vez que llegaron a la cafetería se encontraron una mesa alargada, donde había varios jóvenes sentados, entre ellos se encontraban Elyon (que saludó efusivamente a sus tres amigos) y Lily y James que estaban sentados uno al lado del otro dándose animo mutuamente. Remus estaba de pie con un micrófono en la mano, cuando Thomas llegó le arrebató el micrófono de la mano y se giró hacia el público.
- ¡Bienvenidos al primer concurso de comedores de tartitas de nata! ¡Hagan sus apuestas sobre quien se proclamará vencedor o vencedora!
…..FIN…
Hola, espero que os haya gustado y lamento muchísimo la tardanza. Pero creo que esto ha quedado compensado con lo largo que me ha salido el capitulo final, de hecho pensé en partirlo en dos, pero luego preferi dejarlo en uno. Estoy tan feliz de por fin poder clicar sobre la opción de "complete".
Muchas gracias a todos los que alguna vez se han molestado en dejarme un review, y les dedico este capitulo a Maaarxd, Kaito Hatake Uchiha , Claudia Potter-Black, MusicBlack95 , desesperada, Patita Lupin73 y a mi querida Siriusila9.
Se que muchas me matareis por no dejar a Sirius y Kath juntos pero, creo que llegaron a un punto de que no podían estar juntos a pesar de que se gustan. Además Sirius la esperaría, ¿no?. Y el fic ha acabado de la única forma que podía hacerlo, con una apuesta de Thomas xD
