¡Hola! Soy yo otra vez… ya sé que seguramente penséis que soy una pesada (sobre todo después de empezar varias historias a la vez y no terminar ninguna todavía ejem….) pero bueno ¡para el estrés nada mejor que escribir! Y aquí estoy
¡Ah! Ninguno de estos personajes son míos, son de JK Rowling, la Warner y de quien haya pagado los derechos. Ya me gustaría a mí haberlo hecho….
¡Bueno espero que os guste! ¡Agur!
¡Juguemos a algo! – tres chicas de séptimo y dos de sexto estaban encerradas en la única habitación del colegio que servía para cualquier propósito.
¿Cómo si fuésemos unas niñas? – respondía ofendida una de ellas.
Todas sabemos que no eres una niña Parvati – le guiñó un ojo su mejor amiga Lavender.
¿A qué te refieres Lavender? – interrumpió entre risas una chica pelirroja.
¡No se refiere a eso Ginny! – se defendió Parvati.
Vale, vale, tranquila… no estaba pensando en eso ¿verdad Luna? – le dio un pequeño codazo a su amiga que estaba distraída mirando fijamente a la última compañera que traía en sus manos unas cuantas botellas de zumo.
Entonces – dijo Hermione mientras dejaba las botellas delante de sus amigas - ¿A qué queréis jugar?
Mmmmm ¿qué os parece al juego de las prendas? – propuso con una media sonrisa Lavender.
¿Cómo se juega a eso? – Luna había cogido su botella y comenzó a beber.
Bueno, cada una de nosotras le dice a la que está a su lado cualquier cosa que debe realizar en un periodo determinado de tiempo.
¿Lo que sea? – preguntó intrigada Ginny.
Sí
¿Y si no lo consigue? – la castaña escuchaba atentamente cada una de las palabras.
Pagará una prenda por supuesto – contestó rápidamente Parvati.
¡Contad conmigo! – dijo alegremente la pelirroja.
Yo también juego – Luna leía atentamente la etiqueta de la botella.
¿Y tú Hermione? – preguntó mientras que las demás apuntaban su nombre en un pergamino.
Creo que no… me parece bastante infantil…
¿No tendrás miedo verdad?
¿Miedo?
Sí, miedo a que tengas que pagar la prenda porque no vas a conseguir lo que te han ordenado – insinuó Parvati.
Sí… me da mucho miedo – la castaña puso los ojos en blanco.
Venga… apúntate… - pidió Lavender
¡Sí! Vamos a jugar todas ¡venga! – le rogaba Ginny mientras la tiraba suavemente del brazo.
¿Cuál es la prenda? – entrecerró los ojos.
Eso es una sorpresa… se dice al final – sonrió misteriosamente Parvati.
¡Apúntate! – volvió a pedir Ginny.
Está bien, está bien… me apunto – confirmó derrotada Hermione.
Muy bien, comencemos – Lavender se frotó las manos mientras le decía al oído la tarea que debía hacer a Parvati. - ¿Lo has entendido todo? – su amiga asentía.
¡Mi turno! – se acercó a Ginny susurrándole su tarea al oído. Cuanto más le explicaba Parvati más blanca se iba poniendo la pelirroja - ¿Entendido? – ella sólo pudo asentir.
Ahora yo – antes de acercarse a Hermione la cara de su joven amiga resplandeció mostrando una gran sonrisa de satisfacción. Se acercó y con mucho cuidado de que no le escuchasen le susurró su tarea – Tienes que salir con Harry James Potter – la respiración de la castaña se convertía lentamente en un lujo – y que él te bese – su corazón dejó de latir - ¿lo has entendido? ¿Hermione?
Sí – su repuesta era casi un susurro.
¡Te toca! – Ginny tuvo que darle un pequeño empujón para que despertase.
¿Pero que le has dicho bonita? – preguntó claramente interesada Lavender.
Es un secreto – le guiñó un ojo a su amiga.
Eh – ahora mismo no tenía ni idea de lo que le iba a mandar a la rubia que esperaba impaciente su cometido – tienes que traer un snorlack de cuernos arrugados – era lo primero que se le había ocurrido - ¿Entendido? – por la gran sonrisa que mostró Luna era más que evidente que la respuesta era sí.
Y ahora os diré en que consiste la prenda – anunció Lavender – la que no consiga su cometido antes del sábado desvelará ante todo el colegio su mayor secreto.
¡Qué! – dijeron a la vez Hermione y Ginny.
Lo que habéis oído
¿Y cómo vais a conseguir que lo digamos? – preguntó la pelirroja.
Muy sencillo ¿veis este pergamino? – todas asintieron – pues lo hechizamos para que las personas que escribiesen aquí su nombre quedasen sujetas a esa regla.
Genial – murmuró Ginny de mala gana mientras se metía en su saco de dormir.
En serio – le susurró Lavender a Parvati - ¿qué le has pedido que haga? – su amiga sólo sonrió.
Hermione apenas pudo dormir esa noche. Era bastante irónico que su cometido tuviese mucho que ver con su mayor secreto. Debía salir y besar a Harry para no contarle a todo el instituto que estaba completamente enamorada de Harry. Irónico ¿verdad?
