Solo aclaro que card captor Sakura pertenece a sus respectivas creadoras o sea las talentosas CLAMP, a mi solo me pertenece el concepto de la historia y uno que otro personaje je je (XD)
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CAMBIO DE VIDA
Los luminosos rayos del sol de medio día se colaba por los cristales de los enormes ventanales del laboratorio, los alumnos ahora se encontraban en medio de una las mas importantes clases que se impartían en esa institución, siendo esta de carácter obligatorio para poder pasar el semestre, así que todos los presentes trataban de prestar la mayor atención posible.
Todos, excepto una hermosa joven de quince años, ya que según su parecer esta era una de las materias más aburridas que podía existir en el universo y en la cual sorprendentemente siempre sacaba las mejores notas de entre los demás estudiantes de la escuela.
Eso sin contar que la odiaba porque a su consideración estaba programada justamente a la hora mas tediosa del día, así que su cabeza ya empezaba a idear un maravilloso plan para safarse de aquel aburrimiento… claro, no si antes imprimirle el toque espectacular con el que regularmente se deshacía de todo aquello que le causaba fastidio.
Si bien la escuela a la que asistía no era para nada ordinaria, (o al menos no lo seria para un ser humano común y corriente) puesto que esta se especializaba en magia y hechicería, era una de las más prestigiadas en su ramo, teniendo sobre todo, un estricto control en la disciplina, cosa que ella irrumpía frecuentemente con lo que según la joven eran "pequeñas travesuras".
La clase parecía transcurrir normalmente, los alumnos tomaban nota mientras la maestra apuntaba en el pizarrón, o mejor dicho el jís escribía por si solo, esta nada mas se encargaba de dictar las conjeturas del libro que flotaba frente a ella y realizar paso por paso las indicaciones descritas…
- Después se le agrega un ojo de tritón… - decía pacientemente la joven profesora de cabello castaño rojizo y ojos color chocolate – tengan mucho cuidado, no vallan a mezclar otro ingrediente a menos de que yo… – no pudo terminar de explicar su instrucción, pues en ese preciso momento una jovencita de ojos esmeralda agregaba intencionalmente otra clase diferente de ingrediente a lo descrito por la maestra.
Al contacto con la pócima, este provoco una pequeña explosión que cubrió casi a velocidad luz al salón, con el humo que salía de la pequeña caldera donde se había originado todo.
- ¡Salgan al pasillo en calma! – decía en voz alta la pobre profesora que no sabia con exactitud que era lo que había salido mal esta vez – ¡todo estará bien…!
Los estudiantes salieron apresuradamente entre persistentes tosidos y lágrimas en los ojos provocadas por el humo, la explosión causo tal estruendo que llamo inmediatamente la atención de los salones contiguos, los cuales no dudaron un minuto en salir a ver que era lo que pasaba.
- Profesora Mizuki ¿que fue lo que ocurrió? – pregunto con evidente preocupación uno de los maestros.
- Al parecer alguien no siguió las indicaciones tal como yo se los dije – dio un pequeño suspiro de resignación – y creo saber quien es ese alguien…
- ¡Kinomoto! – resonó la voz de la profesora por todo el pasillo, mientras que la aludida sonreía con bastante inocencia reflejada en el rostro.
CAPITULO 1
Una Nueva Vida en un Mundo Distinto
La joven de cortos cabellos castaños se dirigió con sigilo y cierta calma hasta la oficina de la directora, donde hacia unos momentos se habían requerido sus servicios, el camino se lo sabia de memoria ya que frecuentemente era llamada a la presencia de tan importante mujer.
Su aspecto era casual, al menos lo era para ella, pues su estilo estaba bastante influenciado por la tendencia dark, un top negro sobre una camiseta blanca que combinaba a la perfección con sus pantalones holgados cortos hasta poco más abajo de las rodillas, mangas sobrepuestas con rayas negras y blancas horizontales y unos tenis negros bastante cómodos.
Dio un hondo suspiro y puso la mejor de sus caras, para finalmente llamar a la puerta donde dos mujeres ya la esperaban con impaciencia, momentos después la directora dio la autorización para que ingresara a la oficina.
- ¿Me mando llamar? – decía al momento que entraba esbozando una maravillosa sonrisa, pero esta se borro automáticamente al ver quien se encontraba al frente de su queridísima directora – m-mamá… ¿qué haces aquí?.
- Pase por favor señorita Kinomoto – indico gentilmente la mujer de cabellos negros y figura imponente, la joven obedeció al instante – tome asiento por favor…. – esta asintió e hizo inmediatamente lo que se le pidió, mientras, la directora apoyaba cansadamente su barbilla sobre sus manos, viéndole inquisidoramente por encima de los cristales en forma de media luna de sus anteojos.
- ¿Sakura que hiciste esta vez? – pregunto denotando algo de angustia la joven mujer de largos y ondulados cabellos grisáceos.
- ¿Yo...? nada – sus palabras expresaron tanta inocencia que parecían sinceras.
- ¿De verdad no sabe por que esta aquí? – pregunto de manera tajante la mujer que tenia al frente.
- No se de que me habla… - fingió demencia, cruzándose de brazos para mostrar algo de indignación en sus acciones.
- Bien… en tal caso creo que le recordare la razón por la que se encuentra aquí – le dijo con la calma que había tenido hasta ese momento – ¿la explosión en el laboratorio de pociones le dice algo?
- Ah…. eso – mostró un poco de indiferencia, pero sabia perfectamente bien a lo que se refería y por supuesto que también sabía lo que vendría después – bueno pues eso fue un pequeño accidente.
- Seguro que si, "fue un accidente" como todos los demás… – la mujer presto mayor énfasis en las ultimas palabras, enumerando posteriormente todos esos pequeños accidentes que la escuela había sufrido en los últimos meses, a causa de esa adorable jovencita – como el accidente que causo el incendio en el vestidor de hombres, oh… y el que causo la inundación en la biblioteca, ah y como olvidar el tornado que arrazo la sala de maestros el mes pasado… todos esos también fueron pequeños accidentes ¿no es así? – se expreso con algo de sarcasmo al ver que la joven no se inmutaba en lo absoluto.
- Pues si… - siguió totalmente plantada en su postura – además fue un mini tornado – trato de justificarse, achicando un pequeño espacio con sus dedos, demostrando en forma grafica sus palabras – y lo de la explosión del laboratorio fue insignificante, ni siquiera se notara…
- Claro, fue tan "insignificante" que no podrán tomarse clases ahí los próximos dos meses – la directora pareció perder momentáneamente la paciencia, al ver el cinismo de la chica - ¿tiene idea de a cuantos alumnos perjudico por su descuido.
- Si, si, si… - la castaña realmente estaba prestándole la menor importancia a lo que la directora tan desesperadamente trataba de decirle - ¿podemos pasar a mi castigo de una vez?
- Sakura he sido muy paciente contigo y te he dado varias oportunidades, pero tu no te corriges – la mujer trato de serenar un poco su ofuscamiento – después de haberlo discutido con tu madre creo que he encontrado la solución perfecta para ti…
- No me gusta como suena eso… - murmuro casi inaudiblemente, al ver como la mujer de cabellos negros sonreía con bastante satisfacción, al momento volteo a ver a su madre que hasta ahora había guardado silencio.
- La directora y yo acordamos que para solucionar este problema es necesario corregir tu conducta… - decía con relativa calma y totalmente seria la madre de la chica.
- Pueden decirme de una buena vez ¿cual será mi castigo? – miro a su madre con algo de incredulidad y nerviosismo, jamás había visto esa expresión tan seria en su rostro.
- Muy bien Sakura… tu castigo será vivir en el mundo humano – dijo con gravedad la mujer de grises cabellos para que no hubiese ninguna clase de malentendido.
La noticia cayo como una bomba atómica sobre la humanidad de la joven, que no espero para hacer presente su total desacuerdo a la propuesta, o dicho de otra manera, a la orden dada por su madre.
- ¡¿Qué!... ¡tú no puedes hacer eso! – alzo la voz lo mas alto que pudo, demostrando así toda la inconformidad que sentía – no puedes obligarme…
- Sakura esto será por tu bien… - la hermosa mujer siguió manifestándole aquella tranquilidad, pero al parecer la chica castaña seguiría mostrando su total inconformidad.
- ¿Esto es una broma verdad? – su sonrisa así como su confianza se habían esfumado junto con las ultimas palabras de su madre – deben estar alucinando si creen que yo voy a vivir en el mundo humano, ¡simplemente no pueden…!
- Guarda silencio por favor que aun no he terminado – el tono severo que utilizo su madre al hablar la obligo a permanecer callada – este no será todo tu castigo…
- ¿D-de que hablas? – realmente no estaba tan segura de querer averiguar, pero de todas formas pregunto.
- Tu magia, así como las cartas Clow te serán retiradas… mientras estés allá no podrás hacer uso de ellas bajo ninguna circunstancia – la castaña no atinaba a si creer o no lo que le estaban diciendo, era verdad que algunas veces sus padres podían ser rigurosos con ella, pero nunca habían llegada a tal extremo.
- Mamá no pueden… – realmente no sabia que palabras utilizar para hacerla desistir –¿cómo voy a sobrevivir sin mis poderes, si eso pasa, no seré mas que una simple… una simple h-humana – le miro con entera frustración, pero su madre se mantuvo en su postura a pesar del semblante desconsolado de su hija.
- Querida, créeme que esto será por tu bien… - le miro con ternura tratando de confortarla – hable con tu padre y esta de acuerdo conmigo en que esto será lo mejor para ti…
- Mamá por favor no… - sus verdes ojos se pusieron vidriosos, nunca pensó que la que se hacia llamar su familia estaba de acuerdo con lo que seguramente era idea de esa terrible mujer de anteojos, mejor conocida como su peor tormento desde que ingreso al colegio.
- Iras a vivir con una de mis mejores amigas… - prosiguió a pesar de la cara llena de suplica de su hija – ella ya esta enterada de todo y acepto con gusto recibirte en su casa, en el tiempo que permanezcas allá, tu te harás pasar por su sobrina, para que no levantes ningún tipo de sospecha.
- Veo que ya lo tenían todo planeado para deshacerme de mi – bajo la vista mientras los mechones castaños cubrían su ensombrecido rostro, las lagrimas no tardarían en hacer su aparición, sin embargo haría hasta lo imposible para no llorar, no enfrente de esa mujer que seguramente estaba mas que feliz con su desgracia.
- Señorita Kinomoto le aseguro que todo esto será por su bien – intervino finalmente la directora, quien hasta ahora se había mantenido al margen de la situación.
- No puedo creer que me hagas esto – su voz se escuchaba bastante dolida, mas no perdió ocasión para desquitarse – …de la directora lo entiendo ya que esta amargada, pero tu eres mi madre… – no acabo su frase cuando el enfado de la directora se hizo notar.
- ¡¿Que dijiste! – si quería sacarla de sus casillas lo había conseguido, de no ser por la oportuna intervención de la madre de la chica, esta de seguro no solo hubiese ido a parar al mundo humano.
- Directora por favor disculpe a mi hija – dijo sumamente apenada la hermosa mujer, para después dirigirse reprendedoramente a su primogénita – y tu Sakura compórtate, iras al mundo mortal y no quiero mas excusas de tu parte.
- ¡No puedes obligarme a hacer algo que yo no quiero! – se puso a la defensiva, parándose prontamente para dar un sonoro golpe con las palmas de las manos en el escritorio que estaba frente a ella – ¡ni tu ni papá pueden obligarme!
- No te estoy pidiendo tu parecer, digas lo que digas iras al mundo humano…
- No, no voy a ir y es mi última palabra…
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- Bienvenida pequeña Sakura… - hablo amablemente la bella mujer de larga cabellera negra y piel casi tan blanca como la nieve, la cual de una manera extraña, pero atractiva contrastaba con sus ojos oscuros – veras que pronto te vas a acostumbrar a vivir en este mundo.
- Si… - contesto distraídamente puesto que su cerebro aun no asimilaba lo ocurrido – "pero cuando regrese todos me la van a pagar, empezando por esa vieja bruja de la directora".
La mujer le estaba mostrando su casa a la que a partir de ese día seria su huésped de honor, en ese mismo momento subían las escaleras que conducían a la planta alta de la casa, para finalmente llegar a la habitación que ocuparía la joven de ahora en adelante.
- Sakura ¿me escuchas? – un nuevo llamado de la mujer la saco de su ensimismamiento.
- Hoe… ah si, lo lamento creo que estaba un poco distraída – sonrió levemente para restarle la mayor importancia al asunto - ¿Qué me decías?
- Te decía que ya llegamos, esta será tu habitación – giro con lentitud la perilla dorada de la puerta de madera color blanco, al abrirla, dejo al descubierto una habitación bastante acogedora, por no decir campirana (pensó la chica).
La muchacha castaña la inspecciono de arriba abajo, aunque si bien no había mucho que mirar, ya que en ella solo había una pequeña cama individual con una repisa encima, además de un escritorio y el armario blanco que estaba empotrado a la pared color crema, frente al cual ya se encontraban las maletas con su ropa.
Camino hasta quedar en el centro de la habitación, lo único que le agrado fue lo bien iluminada que estaba, dos ventanas con cortinas rosa pálido dejaban pasar los dorados rayos del sol vespertino, dio un pequeño vistazo mas haya de las ventanas y vio como una conducía a la calle y la otra tenia vista a un enorme árbol que crecía a un lado de la casa.
- Se que es un poco pequeña a comparación de lo que tu estas acostumbrada – la mujer de negra cabellera interrumpió nuevamente los pensamientos de la ojiverde, al ver que miraba minuciosamente cada rincón del lugar – pero era la única disponible.
- Descuida tía Yelan, esta perfecta – sonrió con fingida felicidad, no le costaba para nada hacer creíble su sonrisa, pues frecuentemente lo hacia para enmascarar su verdadero estado de animo – ¿esta bien si te llamo así, mamá insistió en que lo hiciera pero si te molesta yo…
- No, esta bien, es natural que lo hagas si te vas a hacer pasar por mi sobrina – respondió con gentilidad.
- Entonces, muchas gracias tía Yelan por tus atenciones – si de algo le habían servido todos sus años de actuación frente a sus padres, era a ser una excelente actriz.
- Se ve que eres una chica muy amable, creo que tu madre exagero un poco cuando me planteo la situación por la que estabas pasando…
- Mamá tiende a exagerar en algunas ocasiones – mantuvo su sonrisa, aunque su interior decía todo lo contrario, por lo que quiso cambiar el tema de conversación – ¿y tu por qué vives aquí tía? – camino un poco hasta quedar sentada en la pequeña cama cuya sobrecama estaba estampada con pétalos de flores de cerezo.
- Hace mucho tiempo, mis padres tomaron una decisión muy similar a la que tomaron los tuyos hoy – ella también tomo asiento en una silla de madera situada a un costado de la cama – era por decirlo así una rebelde sin causa.
- ¿No me digas que nunca te corregiste y por eso todavía vives aquí? – se mostró un poco alarmada, mientras que su ahora tía sonreía divertida por el comentario.
- No te preocupes, que no fue por eso – trato de disipar cuanto antes los pensamientos de su también ahora sobrina.
- Menos mal… - murmuro tan bajamente que la mujer no alcanzo a escuchar sus palabras.
- Aunque lo cierto es que vivir aquí, tan lejos de mi hogar y privada de mi magia me hizo darme cuenta de muchas cosas – hablaba con tanta serenidad que la castaña no pudo evitar prestarle atención – pero sin duda la mas importante fue lo maravillosos que pueden llegar a ser los seres humanos.
- Mamá me dijo que te habías casado con uno ¿fue por esa razón? – pocas veces se sentía tan atraída hacia la conversación de otros, pero era de vital importancia saber algunos aspectos de la vida de su tía para sobrevivir el próximo mes.
- Así es y como tu bien sabes, esta completamente prohibido que un humano viva en el reino mágico – un dejo de nostalgia se asomo a sus ojos negros – no me quedo mas opción que renunciar a todo y vivir aquí… como una simple mortal.
- ¡¿Y no te arrepientes!
- Sabes, creo que hay muchas cosas de las que podría arrepentirme, pero jamás lo haría de haber tomado esa decisión.
- Enserio que te admiro tía, yo jamás podría renunciar a mi magia y mucho menos por un humano – la joven se cruzo de brazos y serró pesadamente los ojos, no podía concebir como una hechicera tan virtuosa como lo había sido Yelan, hora de Li, renunciara tan fácilmente a sus poderes.
- Sakura me recuerdas tanto a mi cuando tenía tu edad…
- ¿A ti? – pregunto algo confundida al ver la risita de la mujer.
- Cuando llegue a este mundo pronuncie exactamente las mismas palabras que tu acabas de decir – le sonrió indulgentemente – y mírame, termine casada con uno de los humanos que decía detestar tanto.
- Olvídalo, no quieras tratar de convencerme – mantuvo su postura a pesar de las palabras de su tía – los humanos no me agradan mucho que digamos.
- Noto que les tienes cierta aversión – su sonrisa se borro y su rostro cambio a uno mas serio – en tal caso será mejor que te prevenga.
- ¿Prevenirme de que…? – se expreso con suspicacia, no le empezaba a gustar la forma como se preciso al ultimo punto.
- Si bien mi esposo no me dejo desamparada cuando murió, tampoco fue nada fácil el drástico cambio de vida, así que me eh esforzado para sacar a mi hijo adelante – decía con tranquilidad mientras que la castaña no le despegaba la vista de encima – además, como la casa era muy grande para nosotros dos, decidí convertirla en una pequeña pensión para obtener ingresos extra, entonces eh de advertirte que hay dos inquilinos mas aparte de mi hijo y yo…
- ¿S-son… humanos? – dijo con cautela, la mujer solo respondió con un ademán afirmativo.
- Veo que tu madre no te comento nada al respecto.
- Dijo que conviviría con ellos, pero nunca me dijo que tendría que vivir con alguno – se veía que estaba un poco desconcertada, pero aun así la mujer de cabellera negra prosiguió.
- Casi lo olvido, hay una ultima cosa que debes saber…
- ¿Qué cosa? – clavo de nueva cuenta su mirada en la silueta de su tía.
- Syaoran, mi hijo, no sabe nada de esto…
- ¿Él no sabe que somos hechiceras?
- Así es… - respondió con simpleza ante una aturdida Sakura.
- Pero se supone que él también tiene poderes mágicos ¿por qué no le dijiste nada?
- No tenia caso – se puso de pie y se encamino a la puerta de salida – Syaoran siempre a creído que es un ser humano común y corriente, imagínate lo difícil que seria para él enterarse de que no es quien siempre creyó ser.
- En eso creo que tienes razón – bajo la mirada hasta su regazo donde ambas manos descansaban.
- Por cierto – Estaba a punto de salir cuando se detuvo de repente – Syaoran cree que vienes del extranjero, yo le dije que mi prima me pidió me hiciera cargo de ti por una temporada.
- No te preocupes tía, mamá ya me lo había dicho – levanto la cabeza y le sonrió amablemente.
- En tal caso, solo te aviso que la cena se sirve a las ocho en punto – se despidió con una ultima sonrisa – mientras tanto trata de descansar un poco.
Apenas desapareció tras la puerta, la mucha se tiro para atrás, recargando todo el peso de su espalda sobre la mullida cama y serrando con bastante cansancio los ojos.
- En que nido de locos me vine a meter… - empezaba a murmurar cuando un pequeño movimiento en su mochila la hizo rápidamente volver a la realidad – ¡olvide a Kero!
Con suma rapidez se quito la mochila, al abrirla se encontró con un pequeño animal de felpa amarillo el cual parecía tener vida propia.
- ¿Kero estas bien? – dijo angustiada, ya que si alguien le importaba en este mundo era su pequeño pero fiel compañero – Kero responde…
- Ay… - aun tenia fuerza para quejarse así que no estaba tan mal – Sakura acaso quieres matarme.
- Lo siento… - le dijo con una pequeña gota de sudor en la cabeza.
- Así que este es el mundo humano – se separo de su ama para explorar el lugar, floto alrededor de la habitación haciendo exactamente los mismo que hizo la chica cuando entro.
- No creo que vaya a soportar mucho tiempo esta tortura – se escucho bastante afligida, mostrando sinceridad en sus palabras, no tenia porque mentirle a su guardián ya que aparte de cuidarla, conocía a la perfección los mas profundos secretos de ella.
- No te quejes, nadie mas que tu tiene la culpa de esta situación – la reprendió inmediatamente – por lo menos hubieras esperado un mes mas antes de tu próximo desastre.
- Tu también me vas a sermonear – le miro con el entrecejo un poco fruncido al animalito que flotaba frente a ella.
- No te enojes conmigo, además no a de ser tan malo este lugar como lo describen – trato de verle el lado positivo al asunto.
- Si… claro… - dijo entremezclando un poco de sarcasmo – en primer lugar no puedo usar mis poderes, ni siquiera me dejaron las cartas, en segundo, tengo que convivir con humanos, cuando tu bien sabes cuanto los detesto… para colmo mi supuesto primo es un hechicero y no lo sabe, y por ultimo mi tía que… hay, no se ni como describirla…
- Eso no es tan malo…
- Que no es malo, me quitaron todos mis poderes, ni siquiera puedo regresarte a tu forma original ya que el báculo se quedo en casa junto con las cartas…
- ¡Que! – ahora el que se mostró hondamente alterado fue él - ¿quieres decir que permaneceré en esta forma hasta que puedas regresar? – la otra solo respondió con un pequeño ademán afirmativo - ¡¡¡¡noooooooooo…!
- Y decías que esto no era malo… - le miro de reojo, achicando un poco los ojos al ver las acciones del pequeño peluche.
- Tienes que hacer algo, yo no puedo quedarme como un peluche para siempre… - se acerco hasta ella con pequeñas lagrimas en los ojos y sosteniendo una de sus manos.
- Ya trabajo en eso… – su semblante cambio de repente, y una sonrisa maliciosa se apodero de su rostro.
- ¿Qué estas pensando? – le miro inquisitivamente.
- Digamos que representare la mejor actuación de mi vida – el animalito le miraba un poco confundido al ver como su sonrisa se volvía mas amplia – ya que entre mas pronto salga de esto mas rápido me vengare….
C o n t i n u a r a….?
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Hola, no se que les haya parecido la historia pero espero que ojala les haya gustado… esta historia la he tenido en mente desde hace algún tiempo, aunque no se si continuarla ya que casi siempre dejo mis historias a la mitad (n.nU), como sea ahora me despido, nos vemos en una próxima ocasión…