"Querida Nakuru:

Lamento no haber podido escribirte antes amiga, ya sé que han pasado casi dos semanas desde que me fui, pero es que las cosas aquí han estado un poquito complicadas, después te aclaro eso, primero lo primero, ya me entere de que tú y Touya al fin formalizaron su compromiso, estoy muy enojada contigo porque no me lo dijiste, yo quería ser la primera en enterarme, pero bueno, de todas formas te felicito de todo corazón y ya vera ese hermano mío si acaso llega a hacerte sufrir, pues aunque ya no tengo poderes, aun puedo arreglármelas muy bien para ponerlo en su lugar.

Yo ya eh retomado mi vida normal, o al menos tal y como era antes, cuando perdí por primera vez mi magia, lo cierto es que para mi esto se ha vuelto hasta normal, de hecho ya echaba de menos vivir aquí, pues aunque no lo creas, en realidad me gusta estar sin mi magia, me hace sentirme mas útil y menos dependiente, ya que ahora me siento orgullosa de hacerlo todo por mi misma, si bien en algunas ocasiones sea muy complicado.

Sabes, ahora me estoy poniendo al corriente con la escuela, en eso Syaoran me esta ayudando mucho, también Eriol y Tomoyo me han brindado todo su apoyo, lo cual agradezco, y es que no imaginas el gusto que les dio a todos volver a verme, incluso Mei Ling se muestra mas amable conmigo, no se si lo que quiere es que baje la guardia, pero por lo pronto podría decirse que entre las dos hay una relación mas cordial, yo diría que hasta de respeto.

Mi tía parece muy gustosa de tenerme de vuelta, ya que el día de mi regreso hizo una cena en mi honor, invitando a todos mis amigos a celebrar, eso me hizo muy feliz, no solo por ver a mis amigos otra vez, sino por tener a papá y a mamá a mi lado, pues en esta ocasión se encargaron ellos mismos de traerme, de hecho papá me dio una esfera de cristal, con la que podré comunicarme con ellos cuando quiera.

Algunas cosas cambiaron durante el mes que tuve que permanecer en Clow¿recuerdas a Yamasaki y a Chiharu, los otros inquilinos de la pensión, pues casi me da un infarto cuando Chiharu me pidió que fuera la dama de honor de su boda, valla que a veces puedo ser bastante despistada¿puedes creer que en todo este tiempo no me hubiera dado cuenta de que los dos eran novios, en fin, aunque estaba desubicada por la noticia, claro que acepte con gusto ser su madrina y no solo yo lo hice, pues a su vez Syaoran será el padrino de Yamasaki.

Si, si, ya sé lo impaciente que debes estar por saber que ha pasado entre Syaoran y yo, casi puedo verte en este momento leyendo la carta, preguntándote que sucede entre nosotros, pues lo cierto es que entre los dos ahora existe una muy buena relación, aunque no es exactamente lo que yo esperaba, aun sigo sin entender ¿como ese chico que despertó sus poderes solo para volver a verme, que viajo hasta el mundo mágico sin importarle renunciar a su vida aquí, que pasó la inhumana prueba de iniciación para convertirse en el guardián supremo en un record histórico y que me rescato finalmente de morir a manos de la mas temible y sanguinaria bestia que jamás haya existido en nuestra dimensión¡hasta el momento no me haya pedido formalmente que sea su novia!

Mejor me tranquilizo, después de todo Syaoran es algo tímido, además que "Kero", se la pasa interrumpiéndonos a cada rato y todo por culpa de mi hermano, créeme que me las va a pagar caro cuando nos volvamos a ver, pues por ordenes de él es que Kero no se despega un solo momento de mí, ojala mi guardián fuera como el tuyo, Spy es tan diferente, o por lo menos estoy segura que no se la pasaría discutiendo con el chico que me gusta, diciéndole para variar chiquillo a cada rato, porque desde que Syaoran sabe la verdad, los dos no pueden estar solos en una habitación sin que una batalla campal se dispute.

Pero bueno, aun tengo esperanzas de que las cosas entre los dos avancen, es como dice Tomoyo, solo hay que tener paciencia y saber esperar, a veces envidio la relación tan abierta de ella y Eriol, ya que desde que los dos son novios, este no tiene ojos para nadie mas, y si los tiene, Tomoyo se encarga de dejarle bien claro quien es la chica de sus sueños y la dueña de su corazón. Sus discusiones son tan graciosas, pues cuando mi amiga se enoja empieza a llamar a Eriol de la manera mas formal y por su apellido, lo que ocasiona que este haga una y mil cosas para que lo perdone.

Ya por otro lado, no sabes lo feliz que estoy de que mamá se haya quedado una temporada conmigo, ahora las dos nos estamos conociendo mas, y ni te imaginas de las cosas que me he enterado hablando con ella y con tía Yelan, pues por fin averigüe quien era black moon y light sun, nuestros ídolos y por quien quisimos convertirnos en la nueva leyenda de la academia Read, tal y como ellas lo fueron veintitantos años atrás, pues resulto que black moon es nada mas y nada menos que mi tía Yelan, y ya te imaginaras quien es light sun, cuando mamá me lo contó simplemente no podía creerlo, pero como bien diría Touya, en este mundo no existen las coincidencias, solo lo inevitable... y pues era inevitable que siendo mi madre una rebelde yo no tomara el mismo camino, que por cierto las dos enderezamos viniendo a este mundo..."

Capitulo 21

Parte II

La calma después de la tormenta

La joven no pudo continuar con la carta, pues justo en esos momento se saco enteramente de concentración al escuchar claramente como alguien llamaba a la puerta.

- ¡Adelante...! – grito desde su asiento frente al escritorio, dejando a un lado el bolígrafo rosa que sostenía en su mano derecha.

Por la puerta se asomo la cabeza del joven ambarino, él que rápidamente dio un vistazo a la habitación entera para ubicar a ese molesto muñeco amarillo.

Se decidió a visitar a la castaña al no percibir la presencia del pequeño guardián, a pesar de lo ocurrido en Clow, tal parecía que después de todo no había perdido por completo sus habilidades especiales, siendo eso el mayor indicio de que quizás algún día recuperaría de nuevo sus poderes, aunque si bien no le preocupaba mucho si los recuperaba o no, puesto que ahora tenia a su lado a esa persona por quien quería permanecer en el otro mundo.

Sin haber mayores moros en la costa, se decidió a entrar finalmente en la habitación de la chica.

- ¿Y Kerberos? – cuestionó extrañado, ya que parecía que este siempre andaba pegado como una lapa a la castaña, quien simplemente sonrió suavemente al escuchar el notorio gesto de desagrado que su pequeño guardián le causaba al joven.

- Esta en la cocina, ayudando a mamá a hacer galletas... – volteo un poco la silla giratoria para ver de frente al chico, quien ahora se encaminaba hasta donde ella se encontraba.

- Menos mal... – murmuro bajamente, sin embargo la castaña alcanzo a escuchar con mucha claridad lo dicho por él.

- En serio¿y eso por qué? – le miro curiosa, a lo que el ambarino le respondió con una pequeña sonrisa, al constatar una vez mas lo agudo de su oído, poniéndose en cuclillas frente a ella y tomando con delicadeza las manos de la joven entre las suyas.

- Porque desde hace mucho tiempo que he querido hablar a solas contigo... – le dijo con un leve rubor en las mejillas, mismo que la joven también empezaba a ostentar en las propias, al percatarse del rumbo por el que iba aquella conversación, lo que en cierta medida la hacia sentirse muy feliz.

- Te escucho... – sonrió complacida, fijando intensamente sus ojos esmeralda en los avellana del chico.

- Sé que no hemos hablado mucho de lo ocurrido en Clow... – dijo él, tomando con suma tranquilidad la palabra – pero créeme que mis sentimientos siguen siendo los mismos que entonces y es por eso que yo... – hizo una pausa, pues quería escoger con cuidado sus palabras para que todo saliera perfecto.

- ¿Si...? – se mostró muy emocionada y hasta cierto punto impaciente, acercando involuntariamente mas su rostro al de él, sin dejar de fijar sus verdes ojos en los castaños del chico.

- Y es por eso que yo Sakura, quisiera pedirte que... – pero antes de terminar su frase, esa horrible voz chillona perteneciente a cierto muñeco amarillo, que por cierto el chico ya empezaba a alucinar, les interrumpió bruscamente, al llamar intencionalmente a su ama, quien al igual que el ambarino se sobresaltaron, haciendo que el ultimo perdiera el equilibrio y cayera de sentonazo al piso.

- ¡Sakura! – grito alarmado el pequeño peluche desde la puerta, que por un infortunado descuido, que ahora el castaño no dejaba de reprocharse, entró sin mayor aviso a la habitación, al estar la puerta abierta – ¿qué hace ese mocoso aquí! – se acerco a toda velocidad hasta donde los dos se encontraban, interponiéndose en el medio, sin perder tiempo de lanzarle miradas por demás desafiantes al castaño, al ver la cercanía que había entre él y su ama.

- ¿Kero...! – la ojiverde fingió sorpresa por su inadvertida aparición – creí que ayudabas a mamá a hacer galletas...

- Lo hacía, si¡hasta que sentí la presencia de ese mocoso cerca de la tuya...! – al saber la razón, la castaña se maldijo interiormente por no haber desaparecido su presencia.

- ¿Y que tiene de malo que Syaoran este cerca de mi? – aunque con voz calma, la castaña le envió una dura mirada a su pequeño guardián, quien simplemente la esquivo sin darse por aludido.

- Ya te he dicho muchas veces que como tu guardián, tengo que protegerte de aquellos que considere una amenaza... – se expreso con simpleza, dando la misma excusa que siempre utilizaba para justificar sus acciones.

- Pues valla que me intimidas, no se ni donde esconderme de un muñeco tan pequeño e insignificante... – el castaño mostró bastante sarcasmo al referirse a él, mientras se apartaba lentamente de la ojiverde, ya que aquel momento especial se arruino una vez mas, por lo que sin mayor remedio se puso de pie, correspondiendo en todo momento la mirada desafiante del animalito de felpa.

- Ja, pues deberías tenerme miedo, porque te advierto que cuando recupere mi verdadera forma, estarás tan impresionado que saldrás corriendo como una pequeña niñita asustada... – adopto una pose de total arrogancia, mirando desde arriba al chico, como si de un ser insignificante se tratase.

- ¿Enserio? – le miro no muy convencido, sonriéndole sarcásticamente al guardián – pero como eso no va a pasar mientras vivas aquí, dudo mucho que algún día ocurra – dijo con burla, mirándole en todo momento de reojo.

- ¡Ya lo veras mocoso, cuando menos lo esperes, te are pagar por todas tus burlas...! – voló rápidamente hasta quedar frente al rostro del ambarino, fulminándolo con sus pequeños y redondos ojos negros, mas sin lograr intimidarlo ni siquiera un poco.

Ninguno quería darse por vencido, estaban tan enfrascados en una muy cerrada competencia de miradas intensas, que de sus ojos parecía emanar un ardiente fuego de furia, o al menos eso fue, hasta que se hizo notar la potente voz de la castaña.

- ¡BASTA! – la joven alzo la voz lo mas alto que pudo, provocando que los dos rompieran el contacto visual, volviéndose al instante opuestamente para darse la espalda, ambos con el ceño fruncido y cruzados de brazos – Kero ya fue suficiente, no voy a permitir que sigas insultando a Syaoran.

- ¿Qué! – dijo con el rostro totalmente desencajado, y creyendo fervientemente que su ama estaba cometiendo una gran injusticia con él – pero si el mocoso también...

- Te eh dicho muchas veces que llames a Syaoran por su nombre... – dijo la castaña en su frustración, al ver como le salían alitas a una mas de sus oportunidades de estar a solas con el amor de su vida.

- ¡Esto es muy injusto Sakurita...! – exclamo Kero muy dolido, con ese aire que suelen tener las heroínas mártires de las telenovelas – yo que siempre eh estado a tu lado y te he dado los mejores años de mi vida...

- Por favor Kero, no empieces con eso... – le miro enfadada, pues si lo que quería era causarle lastima con esa actuación de ojos llorosos y tiernos, no lo conseguiría.

- Sabes Sakura, creo que mejor me voy... – anuncio el castaño, ante la inminente confrontación de ese par – nos veremos después – le sonrió un poco antes de dirigirse a la puerta.

- Espera Syaoran... – la tomo tan desprevenida, que cuando reacciono y trato de detenerle ya era demasiado tarde, pues este ya había cerrado la puerta tras de si, la castaña dejo escapar un hondísimo suspiro de cansancio, antes de volverse a donde se encontraba su pequeño guardián, lanzándole una mirada asesina – ¡KER-BE-ROS...! – un aura fantasmagórica cubrió por completo a la chica, un signo evidente de que estaba furiosa, por lo que el animalito hizo lo mas sabio que se puede hacer en esos casos, huir de ahí como un condenado para poder salvar su vida.

- Eh... yo... yo creo que iré con su majestad – una gota de sudor frío cruzo su nuca, retrocediendo con cautela al ver la terrible ira contenida en los ojos verdes de la chica – sip, definitivamente iré a ayudarla con esas galletas jejeje... adiós – sin esperar mas, salió volando por una ventana abierta, sin darle tiempo a su ama a que reaccionase.

- ¡Ven acá Kero...! – trato de darle alcance, pero fue demasiado tarde, este ya se había marchado por la ventana, por lo que la chica se hundió en su silla, dando otro suspiro antes de regresar a la carta que intentaba escribir hasta antes de todo aquel espectáculo que acababa de protagonizar.

Intento concentrarse una y otra vez, pero al parecer su inspiración se había ido, decidiendo al final dejar para mas tarde aquello, después de todo aun había tiempo, puesto que su madre se había ofrecido amablemente a entregarle personalmente la carta a Nakuru, y ella no se marcharía a Clow hasta pasado mañana, por lo que tal vez para entonces ya tendría algo mas interesante que contarle.

Se puso de pie, tratando así de aclarar un poco sus pensamientos, esta vez estuvo tan cerca de que Syaoran se le declarase, que le daba jaqueca el pensar en que al final nada se hubiese concretado.

Después de un rato de meditarlo, imaginó que la mejor forma de relajarse en esos momentos era preparar galletas junto con su madre, así que ya mas despejada se encamino hasta la puerta, para posteriormente descender las escaleras hasta llegar a la cocina.

Y así se paso toda la tarde, preparando galletas al lado de su mamá, su tía y Kero, jamás imagino que su madre resultara ser tan buena cocinera, una de las muchas cosas asombrosas que la castaña ignoraba completamente de ella.

- Bien, estas serán las ultimas – dijo tranquilamente la hermosa mujer de cabellos grisáceos, al meter al horno de la estufa, la charola con las galletas de chocolate – escuche que esta noche habría un festival en el templo Tsukimine – dijo casualmente mientras tomaba calmadamente asiento junto a sus compañeras reposteras, mientras esperaban a que las ultimas galletas estuviesen listas – Yelan ¿recuerdas como nos encantaba ir a los festivales?

- Si... de hecho fue en uno de los festivales de verano donde Xiao y yo nos conocimos... – sonrió suavemente al recordar aquello.

- ¿Xiao? – la castaña le miro extrañada, pero denotando bastante curiosidad por saber de quien se trataba.

- Es verdad, creo que nunca te mencione que el nombre de mi marido era Xiao Lang Li – dijo con calma la de negros cabellos.

- Igual que Syaoran... – una amplia sonrisa se formo en sus labios, mientras surgía una duda que ya había tenido antes, pero era hasta ese momento que veía la oportunidad perfecta para aclararla, así que sin mayores preámbulos se dirigió a su madre – dime mamá ¿cómo fue que tú y papá se conocieron?

- Bueno, pues eso sucedió en el segundo año de magia intermedia... – empezó a relatarle con su serenidad acostumbrada – cuando lo conocí, Fujitaka ya cursaba el ultimo año de magia avanzada, de hecho aun creo que fue una tremenda casualidad que lo conociera, veras, él siempre estaba rodeado de gente a donde quiera que iba y yo solo tenía a Yelan, pues en ese entonces no gozaba de una muy buena reputación que digamos.

- Si... cualquiera que se relacionaba con nosotras terminaba metido en serios problemas, aunque si bien las de las fechorías fuéramos nosotras... – dijo la pelinegra con una risita divertida

- Muchos nos temían por eso... – la otra correspondió con complicidad la sonrisa – pero bueno, eso es otra historia que ya te contamos, ahora como te decía, ese día para variar, Yelan y yo estábamos experimentado con una nueva posición, ahora no recuerdo exactamente para que servía, pero de lo que si me acuerdo es que necesitábamos huevos de petirrojo para completarla, por lo que después de nuestro tradicional piedra papel o tijeras, la afortunada para ir por el ingrediente faltante fui yo, y aunque obviamente podía levitar, lo cierto era que el nido se encontraba muy bien protegido por las ramas del árbol en que se encontraba, así que prácticamente tuve que trepar para poder llegar al nido, cuando ya tenia el huevo en mis manos, fui atacada ferozmente por la que seguramente era la madre de los polluelos por nacer, y pienso que el ave creyó que era un depredador, porque sin mayor aviso empezó a picotearme el rostro, al querer safarme de ella, perdí el equilibrio y caí entre las ramas hasta el piso.

- Valla, eso debió dolerte... – dijo la castaña con un gesto distorsionado, al reproducir mentalmente aquella escena.

- Oh, si que me dolió... auque el golpe fue en gran medida amortiguado, ya que alguien se interpuso entre el suelo y yo.

- Hoe... – se mostró sorprendida, mas no pudo evitar dejar escapar una risita – no me digas que le caíste a papá encima.

- Si, así fue, digamos que prácticamente le caí del cielo... – confirmo ella, correspondiendo la risita.

- Cuando yo llegue junto a ellos para ver lo que había ocurrido, me sorprendió ver que los dos se estaban riendo en vez de reñir por el incidente – dijo la pelinegra para complementar la explicación – hubieses visto la cara de ambos, Nadeshico tenia el cabello bastante enredado, lleno de ramas y hojas por todos lados y Fujitaka se veía bastante desconcertado pero raramente feliz, es verdad Nadeshico... nunca me dijiste de que se reían, el susto de la caída no era como para estar tan felices

- Ah, pues eso fue por algo que me pregunto Fujitaka... – mostró cierta dulzura en su semblante al decir aquello – me pregunto si yo era un ángel que venia a llevarlo al cielo.

- Eso explica muchas cosas... – la pelinegra le sonrió maliciosamente, pero Nadeshico decidió ignorarla, al saber de antemano las verdaderas intenciones de su amiga.

- Después de ese afortunado accidente, los dos comenzamos a salir, y aunque hubo algunos problemas, no solo por mi, sino también porque en ese entonces él era el príncipe inmediato a la corona de Clow, así que paso un buen tiempo antes de que fuéramos novios oficiales, y aunque yo era muy joven, cinco años de noviazgo bastaron para que él me pidiera formalmente matrimonio, fue poco tiempo después de que termine el tercer año de magia avanzada.

- Valla, jamás lo imagine... – dijo totalmente emocionada la ojiverde, preguntándose ¿que otros interesantes sucesos habían ocurrido en la vida de su madre y ella ni por enterada se daba?

- Por cierto Sakura¿por qué tu y Syaoran no van al festival de esta noche? – dijo su tía, activando sin querer el radar de alerta del pequeño guardián amarillo, quien al escuchar los nombres "Sakura" y "Syaoran" en una misma oración, no tardo en ponerse rápidamente en guardia.

- No lo sé... – dudo un poco, dando una fugaz mirada hacia donde se encontraba su pequeño guardián, quien se hacia el disimulado, devorando las galletas que ya estaban listas, pero parando la oreja a cada cambio de la conversación, su madre se dio cuenta de ello, por lo que inmediatamente agrego algo a lo dicho por Yelan.

- Vamos Sakura, seguro que tu y Syaoran se divertirán mucho, y si Kero es lo que te preocupa, Yelan y yo lo cuidamos con gusto ¿verdad Yelan? – se dirigió a su amiga, mientras el animalito de felpa casi se atraganta con la declaración de las dos mujeres.

- Por supuesto, nosotros cuidaremos muy bien de Kerberos... – se mostró cómplice, guiñándole un ojo para quedar de común acuerdo, a la castaña inmediatamente se le ilumino el rostro¿acaso había escuchado bien, podría estar a solas con Syaoran sin la intervención de terceros.

- ¡Iré a invitar a Syaoran en este mismo momento...! – dijo totalmente emocionada, saliendo como bólido de la cocina, hasta dar con cierto chico de orbes ambarinas, quien acepto con gusto la invitación.

Una hora después, los dos ya se encontraban en el recibidor de la entrada principal de la casa, despidiéndose de sus progenitoras y del pequeño peluche que la madre de la castaña sostenía en sus brazos, el cual se veía notoriamente perturbado e infeliz, puesto que era Nadeshico quien lo detenía, por lo cual no podía protestar de ninguna forma.

Syaoran vestía casualmente, con unos pantalones beige de gabardina a juego con su chaqueta verde olivo, mientras Sakura se vistió con un kimono rosa, estampado con bellos diseños florales, cortesía de su tía, a quien anteriormente había pertenecido, la primera impresión del castaño al verla fue de un rotundo embelesamiento, estaba tan hermosa que difícilmente pudo articular palabra alguna durante un buen rato.

Los chicos caminaban en total silencio, el ambarino de vez en cuando dirigía una que otra disimulada mirada a su acompañante, habían esperado mucho para poder estar solos y ahora que lo habían conseguido, ninguno sabia que decir exactamente para iniciar una conversación, al final fue la ojiverde fue quien decidió romper con el incomodo silencio.

- Syaoran... ¿puedo preguntar que traes en esa bolsa? – dijo esta en aparente calma, apuntando a la bolsa de regalo que el muchacho cargaba desde que salieron de casa.

- Ah, lo había olvidado jejeje... esto es para ti Sakura... – le entrego la bolsa rosada, mostrando un ligero sonrojo mientras la mencionada sacaba el contenido de la misma.

- ¡Que lindo, gracias... – dijo con un amplia sonrisa en los labios, al ver el pequeño oso de felpa rosado – pero¿no entiendo...? – se mostró un poco desconcertada por el obsequio.

- Pues bien, de hecho ese era tu regalo de navidad, lamento la tardanza, pero tú mejor que nadie sabes los imprevistos que tuvimos... – se rasco la mejilla apenado, desviando la mirada hacía otro punto.

- Sabes Syaoran, la verdad es que yo tengo otro igual para ti... – abrazo el pequeño oso, sonriendo tan apenada como él – lo compre también en navidad, en una tienda del centro comercial, el cartel decía que si se lo regalaba a la persona mas importante en mi vida, los dos permaneceríamos siempre unidos aunque en algún momento tuviéramos que separarnos – el castaño se le quedo mirando totalmente anonadado, pues esa era la misma tienda donde había comprado el osito que ahora ella abrazaba tan fehacientemente.

- Creo sin querer en algunas ocasiones los dos pensamos igual... – respondió al fin, mirando con afabilidad a su acompañante.

- Si¿es algo extraño no? – correspondió el gesto, sonriéndole con ternura.

- Sakura yo... – el ambarino detuvo sus pasos a medio camino, haciendo que la chica le imitara, girándose un poco para verle de frente – Sakura yo quiero pedirte... – a pesar de la decisión en su mirada, este no pudo terminar de decir lo que quería, tal parecía que una especie de maldición lo perseguía cada vez que pretendía decirle aquello, ya que otra vez sus planes se habían visto arruinado por alguien externo, en el fondo los castaños ya sentían ganas de llorar por la frustración.

- Syaoran, Sakura, que sorpresa encontrarlos aquí... – eran sus mejores amigos, quienes al parecer también se dirigían al festival – ¿sucede algo malo? – cuestiono el peliazul al ver como el castaño se encontraba con la cabeza gacha y la castaña solo suspiraba cansadamente.

- Veo que interrumpimos algo importante... – puntualizo la muchacha amatista, la que en algunas ocasiones podía ser mas perceptiva que su novio.

- ¿Enserio...? – dijo del de gafas con total inocencia, ganándose una mirada asesina por parte de su mejor amigo, dándole a entender con ello, que en efecto, su presencia estaba de mas en esos momentos – ¡oh..., no-nosotros nos adelantaremos – sonrió nerviosamente, intentando enmendar su desafortunada interrupción al ver la amenazadora mirada de su amigo, ya se iban cuando el quinteto fue completado por cierta chica de cabellos azabaches.

- ¡Syaoran! – la pelinegra se abalanzo felizmente sobre la figura del aludido, quien dejo escapar un pequeño grito del sobresalto, cuando esta lo abrazo por la espalda, situando sus brazos en el cuello del joven.

- M- Mei L-Ling... – dijo entrecortadamente por la falta de oxigeno, pues la chica se había aferrado fuertemente a su cuello, obstruyéndole la respiración – n-no re-spiro.

- Oh, lo siento... – se aparto rápidamente de él – la fuerza de la costumbre, tu sabes... –dijo sin darle mayor importancia a sus acciones – así que también van al festival...

- Si¿quieres acompañarnos? – le ofreció amablemente la amatista, ganándose una mirada no muy feliz del peliazul, quien no quería tener un mal tercio, la amatista le sonrió con calma, pues solo lo hacia para alejar a la pelinegra de los castaños, después de todo se lo debían, ya que fueron ellos quienes primeramente los interrumpieron.

- Gracias por la invitación Tomoyo, pero yo vine con alguien – agito negativamente la mano – haya viene ¿lo ven...? – señalo hacia atrás, los otros cuatro se giraron al mismo tiempo para ver al chico que se dirigía hacia ellos, este iba subiendo pesadamente la colina, ya que al final, en la cima, se encontraba el templo Tsukimine.

- P-por fin... por fin te alcance Mei Ling – dijo apenas el joven de cabellos negros que acaba de llegar a su lado, llevándose instintivamente una mano al corazón, pues este estaba a punto de salírsele del pecho – aquí esta el pastel de frambuesa que me encargaste – le entrego una cajita de cartón.

- Te tardaste mucho... – esta la cogió sin siquiera agradecerle.

- Te vez terrible Kai ¿qué paso...? – le cuestiono al instante el joven de gafas, ya que el chico era un compañero de clase en la secundaria.

- Lo que pasa es que Kai y yo hicimos una pequeña apuesta... – explico con relativa calma la pelinegra, para después dirigirle una picara mirada al recién llegado – la que por cierto yo gane ¿no es así querido Kai...? – dijo con diversión maligna la de ojos rojizos, el chico hizo solo un ademán cansado con la cabeza para confirmar lo dicho por ella.

- ¿Y en que consistía la apuesta? – hablo finalmente la castaña, quien hasta entonces había guardado silencio.

- Eso mi estimada Kinomoto, es un secreto, solo te diré que Kai será mi esclavo por toda una semana, jejeje... – sonrió con malicia, mirando de soslayo al pobre chico – como sea, nos vemos luego – sin mas siguió su camino. Ya llevaba un buen tramo recorrido cuando se dio cuenta que su ahora esclavo se había quedado atrás – ¡apresúrate Kai! – este obedeció rápidamente al escucharla, a pesar de que a penas y podía dar paso.

- Mei Ling es temible... – dijo bajamente el de gafas, haciendo que todos los demás asintieran con un pequeño movimiento de cabeza – me pregunto que tipo de apuesta habrá perdido el pobre Kai ¿cómo para venderle el alma a Mei Ling...?

- Quien sabe, pero definitivamente yo no quisiera estar en sus zapatos... – respondió inconscientemente el castaño.

Y así, sin darse cuenta, los cuatro se pusieron en marcha, llegando juntos al templo; el festival ya había comenzado y un gran ambiente se vivía en el interior, la castaña quedo sorprendida por la gran cantidad de gente que había, mientras veía totalmente fascinada la decoración del templo, que estaba iluminado por una buena cantidad de lámparas con pantallas esféricas de papel ornamentado, jalando rápidamente al ambarino del brazo para que le mostrara los diferentes puestos.

Eriol y Tomoyo les siguieron de cerca, la violácea no perdió oportunidad de sacar la cámara de video que llevaba guardada en su bolso, al de cabellos azulados no le sorprendió en lo absoluto, pues ya se había vuelto una costumbre que esta se la pasara grabando a donde quiera que iban, según ella, porque su sueño dorado era convertirse en una gran directora de cine.

- No te parece que los dos se ven divinos... – dijo soñadoramente la amatista, sin perder detalle de lo que reflejaba el lente de su cámara, viendo en la pequeña pantalla acoplable la silueta de sus dos amigos caminando de la mano, sin que la castaña dejara de señalar una cosa u otra entre puesto y puesto.

- Tu estimas mucho a Sakura ¿no es así Tomoyo? – le dijo tranquilamente el joven que caminaba a su lado, este mantenía una postura relajada, llevando ambas manos en los bolsillos de su pantalón.

- Después de que Mei Ling y yo nos distanciamos, Sakura ha sido la única persona que se ha acercado a mi sin ninguna clase de interés, es por eso que valoro tanto su amistad... – su semblante soñador se torno algo serio, mas no por eso dejo de mostrar la tranquila sonrisa en sus labios – te confieso que cuando me dijo que se marcharía para siempre, sentí como si el mundo se me viniera encima...

- Tomoyo... – el de gafas camino un par de pasos hasta quedar frente a ella – sabes perfectamente que aun me tienes a mi – le dijo, mientras llevaba sus manos hasta el nacarado rostro de la chica, tomándolo cuidadosamente entre ellas y acariciando con ternura sus mejillas – pase lo que pase siempre vas a poder contar conmigo...

- Lo sé... – le sonrió dulcemente, mirándole en todo momento a los ojos – y te doy las gracias por ello – el chico acerco su rostro para besarle, mas en ese momento esta se aparto dando un pequeño gritito – ¡Kyaaaa...!

- ¿Qué sucede! – el chico no pudo evitar sobresaltarse por lo inesperado de su reacción.

- Ya no están... – dijo apesadumbrada y con los ojos cristalizados.

- ¿Cómo? – cuestiono totalmente desubicado, sin entender aun lo que esta trataba de decirle.

- Que Sakura y Syaoran ya no están... – se llevo afligidamente una mano a la mejilla, cerrando desconsoladamente sus ojos – y yo que quería tener una buena toma de cuando Syaoran por fin se le declarara...

El chico dio un hondísimo suspiro de cansancio, aunque por una extrañísima razón que no acababa de comprender, ese arranque de entusiasmo ya no le sorprendía lo mas mínimo, sonriendo ciertamente para sus adentros, al constatar cuanto la amaba, ya que aunque pudiera, no cambiara nada en ella, incluso esas rarezas, al considerar que ya eran parte de su personalidad y por tanto, era una de las muchas cualidades que la hacían única y especial ante sus ojos.

- Te quiero tanto mi pequeña Tomoyo... – sin previo aviso la abrazo, dejándola bastante sorprendida, al sentir la fuerza con la que el chico la había rodeado, pudiendo percibir algo de posesión en el abrazo.

- Yo también te quiero Eriol... – dijo con confusa felicidad y algo de contrariedad en su rostro, ante las repentinas palabras del joven – pero... no comprendo...

- Solo digamos, que me encanta como eres... por favor nunca vallas a cambiar tu forma de ser... – le dio un rápido beso en los labios, antes de ofrecerle caballerosamente su brazo para que esta lo tomara, continuando con su recorrido y siguiendo divirtiéndose el resto de la noche.

- - -

Las luciérnagas daban un hermoso espectáculo, al iluminar con el resplandor intermitente de sus luces verdes, la superficie del pequeño lago que estaba a espaldas del templo Tsukimine.

Los jóvenes decidieron alejarse un poco del barullo que se vivía en el festival, así que el castaño condujo a su compañera a un lugar mas apartado, en el que ambos pudiesen estar a solas.

- Wow, es hermoso Syaoran... – la chica se expreso fascinada, al dar un rápido vistazo a los alrededores, encaminándose rápidamente hasta un pequeño muelle a la orilla del lago, que en esta ocasión solo estaban iluminado por los plateados rayos de la luna llena. El castaño le siguió calmadamente, quedándose un par de pasos atrás de ella, al momento que esta se detenía, para mirar con curiosidad su reflejo en el agua.

- Cuando papá murió, yo solía venir a menudo a este templo... – la muchacha se giro un poco para mirarle con atención, desde que lo conocía, era la primera vez que escuchaba a Syaoran mencionar a su padre – siempre al salir de la escuela, me dirigía justo a este lago para pasar la mayor parte del día, pues en ese entonces este era el único lugar que me hacia sentir cierta paz...

- Imagino lo duro que a de haber sido para ti... – murmuro tristemente, bajando un poco la mirada hasta el oso de felpa que aun sostenía en brazos.

- Al principio lo fue... – no pudo evitar expresar amargura en sus palabras al hablar de ello – pero con el tiempo fui resignándome y pude asimilar poco a poco que él ya no volvería...

- L-lo lamento... – se acerco a él, tomando sus manos entre las suyas para consolarle y tratar de transmitirle que contaba con su apoyo incondicional.

- No tienes porque hacerlo... – le dijo con cierta melancolía reflejada en su oscurecido semblante – en realidad nadie tuvo la culpa de lo que le ocurrió... – al escucharse decir aquello se sorprendió bastante, comprendiendo por primera vez lo que su madre le había dicho durante tantos años, que a pesar de su premonición, él no era en absoluto responsable de la muerte de su padre – fue... – titubeo un poco, antes de mostrar una suave sonrisa – fue tan solo un desafortunado accidente... – los dos se miraron por un rato sin decir nada, hasta que el chico rompió el silencio – ¿Sakura...?

- ¿Dime? – le sonrió con apacibilidad, sin apartar su verde mirada un solo momento de él.

- Antes de que otro imprevisto nos suceda, te diré lo que eh tratado de decirte las ultimas dos semanas... – le sostuvo la mirada, mas viéndole seriamente – Sakura ¿quieres ser mi novia? – le dijo firmemente, sin darle mayores vueltas al asunto, previendo así, las posibles interrupciones, que se habían vuelto tan comunes los últimos días.

- Pensé que nunca me lo pedirías... – esta sonrió ampliamente al escucharlo pronunciar aquellas cinco palabras que ya empezaba a creer jamás le diría.

- Eso es... ¿un si...? – le miro dubitativo, mas valía estar cien por ciento seguro.

- ¡Por supuesto que si! – se abalanzo sobre él sumamente emocionada – me encantaría ser tu novia Syaoran... – le dijo bajamente al oído izquierdo, con un tono de voz mas neutral, de hecho, el chico pudo detectar un sutil toque de sensualidad que hasta ese momento nunca le había escuchado utilizar.

Aquel choque eléctrico que se producía cada vez que los dos cruzaba de esa especial manera sus miradas, se produjo nuevamente, incitando al joven a traspasar esa estrecha línea que los separaba, tomando de nueva cuenta los labios de la chica, para unirlos con los suyos, arrancándole un pequeño suspiro a la joven, debido a la intensidad con la que este le besaba.

Ese era su segundo beso, por lo que en esta ocasión, el joven ambarino decidió tomarse con mayor calma las cosas, disfrutando lo mas posible cada nueva sensación que se producía en su interior, al degustar el exquisito sabor a cereza de los labios de su amada.

Por su parte, la joven igualmente experimentaba y analizaba con mayor detenimiento, el revuelo de emociones que el castaño le producía, dejándose guiar e imitando en un compás casi perfecto, el rítmico moviendo de los labios del joven.

A ese beso le siguieron algunos otros, mas su intimidad se vio medianamente interrumpida por un estrepitoso ruido en las alturas.

Al instante la chica señalo entusiasmada hacia arriba, donde múltiples luces multicolores adornaban el cielo nocturno de Tomoeda, se sentía tan feliz, ahora se podría decir que su vida era perfecta, o al menos lo era por el momento, sin preocuparle realmente si esa felicidad duraría un minuto o una vida, lo único que le interesaba era disfrutar al máximo cada segundo que pasaba al lado de su mejor amigo y ahora novio, pues si algo había aprendido estando a su lado era no arrepentirse de nada, pues cada segundo que transcurría en el tiempo al lado de su persona mas amada, era un hermoso recuerdo que perduraría para siempre en su memoria.

- - -

"Bien Nakuru, creo que algunas cosas cambiaron bastante en el transcurso de esta carta, la primera y mas importante de todas... (oh... pero antes de que se me olvide, asegúrate que mi hermano no este por ahí, no quiero que te haga pasar un mal rato por lo que voy a contarte), ahora si, la noticia es que ¡Syaoran por fin me pidió que fuera su novia, estoy tan feliz que ni las quejas y lloriqueos de Kero me afectan.

Todo fue tan romántico y Syaoran se porto tan lindo conmigo, jamás imagine que el termino romanticismo o amor se aplicara en mi, tu mejor que nadie sabes que yo era la mayor escéptica en cuanto a cuestiones amorosas se refería, pero ahora todo lo veo tan diferente que me es muy difícil de explicar las maravillosas sensaciones que ahora siento, y aunque todavía no se que es lo que el destino nos valla a deparar mas adelante, por ahora me enfocare en disfrutar lo mas que pueda los momentos que pase al lado de mi querido Syaoran.

Esto es todo lo que puedo decirte por el momento, ya cuando me visites te explicarte con lujo de detalle todo lo que ocurrió entre los dos, así que esperare ansiosa las vacaciones para que volvamos a vernos, por lo pronto se despide de ti tu ex-cómplice y mejor amiga...

Atte. Sakura Kinomoto"

FIN

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Pues aquí yo otra vez, después de no se cuantos meses ¡POR FIN PUDE TERMINAR ESTA HISTORIA! (XD), espero que el ultimo capitulo les haya gustado, por que ahora si es el final... final (XD)

He de confesar, que dejar un final tan abierto solo me hizo tener mas locas ideas para una segunda parte, aunque pasara mucho tiempo para que la publique, si es que decido escribirla, por que como digo yo, las segundas partes a veces solo matan la idea original de la primera, así que mejor lo dejamos así... pero igual no puedo decir que no lo are, por que mi cabecilla siempre trabaja a mil, y es por eso que si algún día ven publicado un titulo como Cambio de vida 2 (yo lo se, que titulo tan rebuscado(u.uU), pero bueno, solo es un ejemplo (n.nU), o un summary parecido, esa será la continuación...

Por lo pronto solo me enfocare en la historia que acabo de comenzar, ojala y pudieran darle una vistazo si es que les da tiempo, también es un S&S y se llama "a la caza de un sueño", bienya fue mucha la propaganda así que vamos a lo que sigue (n.nU).

Ahora si, quiero agradecer enormemente a todos ustedes por haberse tomado el tiempo de leer la historia, pero sobre todo gracias a aquellos que se tomaron su tiempo para dejarme un comentario, la verdad es que hasta ahora todos los comentarios fueron muy positivos, o al menos yo los veo de esa manera, y la verdad es que fue por todo el apoyo que me dieron en sus comentarios que decidí continuar esta historia, ya que al principio no estaba muy segura si seguirla o no...

El discurso ya estuvo muy largo (n.nU), así que hasta aquí le voy a dejar, como sea nos estaremos leyendo, ya sea cuando lean mis historias o también puede pasar que yo este leyendo alguna de ustedes, por lo pronto me despido y hasta en una próxima ocasión...

Atte. usagui-star