100 FORMAS DE BESAR A TEZUKA KUNIMITSU
(Tezuka X Fuji X Tezuka)
26 de enero de 2010
Forma #9 Vergüenza.
No era una sensación que Fuji experimentara muy a menudo, pero en ese momento sentía claramente como las mejillas le ardían y, aunque no podía ver su reflejo, sabía que estaba más rojo que un tomate.
Tezuka lo había besado… enfrente de todos.
No es que fuera novedad el que se besaran en público. Al fin de cuentas ya se habían besado enfrente de un salón lleno de alumnos, a la mitad de un pasillo. El hecho es que nunca lo habían hecho durante las prácticas de tenis.
Fuji sabía de antemano que el tenis era algo sagrado para Tezuka y lo respetaba. Además, era el capitán del equipo, así que no había manera alguna de "tontear" durante las prácticas. Y por "tontear" se entendía: agarrarse de las manos, besarse o llamarse con cariño. Así lo había dejado bien claro el capitán cuando hablaron de cómo se comportarían durante las prácticas.
Y así hubieran seguido, hasta el fin de los tiempos, si Tezuka no hubiera tenido un sueño surrealista donde Yamato, antiguo capitán de Seigaku, le había dicho con un tono muy serio "Para ser un buen capitán, debes besar a Fuji frente a todo el equipo, al menos una vez" mientras la bandera de la escuela ondeaba detrás de él, mágicamente. Cuando despertó se sintió como un imbécil por tener ese tipo de sueños, pero una parte de su ser (aquella que idolatraba a Yamato casi enfermizamente desde que era niño) le gritaba que tenía que obedecer.
Por eso, cuando había finalizado la práctica vespertina, reunió todo el valor necesario y besó a Fuji enfrente de todos. Apenas fue un roce de labios de un par de segundos, no hubo pasión ni nada por el estilo, pero fue tan repentino que todo el mundo que los vio se quedó con la boca abierta, incapaces de mover un solo músculo. Además, la atmósfera no había ayudado mucho: el atardecer los había rodeado, bañándolos en luces de tonos naranja, dándoles un toque romántico.
Fuji se quedó plantado en el piso, muerto de vergüenza. Al igual que sus compañeros de equipo, no sabía que había pasado… y no podía creerlo. Tezuka, haciendo uso de todo su autocontrol, apenas y si se sonrojó. Fue a cambiarse a los vestidores con el mismo porte digno de siempre, sintiendo la mirada de todos clavada en su nuca. La verdad, él también se moría de vergüenza y si acaso volvía a ver a su ex-capitán en sueños, jamás volvería a hacerle caso.
Cortísimo, lo sé. Oficialmente así de cortas tendrían que haber sido todas las historias (¡Inclusive está escrito en el sumary!) de este fanfiction, pero me dio la loquera y quedaron más grandes de lo que debían, pero ahora he enderezado el camino y así seguirá.
El mundo se acaba en el 2012 (?) así que quiero acabar este fanfic, que tiene un año que no actualizaba. Ojala aún se acuerden de mi, yo aún recuerdo el fandom de Prince of Tennis con cariño.
¡Gracias por leer!
